Partida Rol por web

Con el nuevo combatiente en el campo de batalla, Ash estaba muy animado. Parecía que aquel pokémon y él eran especialmente amigos y con una sonrisa y levantando un brazo, pose que imitó también Hawlucha le dijo: ¡Adelante, ve a por Starmie y usa tu golpe mordaza! ¡Haz callar a ese pokémon igual que le hacías callar al de Misty! 

Y tú, Noivern, vuelve a intentarlo y lanza onda certera contra Aerodactyl, a ver si esta vez no fallamos y somos capaz de derrotar a ambos. 

¡Hay que dar la vuelta a este combate cuanto antes!

Aunque Ash no las tenía todas consigo, sabía que la Ráfaga delta y la velocidad de sus pokémon podría ser un punto a favor para que Tarako no consiguiera la medalla Campeón.

Hawlucha cayó sobre Starmie que tras un duro e impresionante golpe la dejó gravemente herida. En ese momento, Tarako vio parpadear el brillo de la gema que tenía en el centro de su cuerpo, y no pudo escuchar el sonido que emitía de alarma cuando estaba brillaba. Al menos no había sido un golpe suficiente para acabar con él y eso sería lo que seguramente a Ash le costase la victoria.

Después Noivern volvió a intentarlo contra Aerodactyl, esta vez con mucha más potencia y precisión que la anterior vez, causándole un gran daño pero no el suficiente para derrotarlo.

Entonces, Tarako, a pesar de que sus pokémon no eran tan rápidos, aprovechó para acabar con sus oponentes sin demorarse demasiado.

Ptero se lanzó en picado contra Hawlucha, que aunque era capaz de volar, no fue capaz de esquivar el golpe pero sí de soportarlo. El pokémon se había protegido con sus alas haciendo un escudo y evitando caer al suelo inconsciente. ¡Bien hecho! le grito Ash sorprendido por haber aguantado.

Y entonces la gravemente herida Starmie, atacó a Noivern con un potente rayo hielo dejándolo totalmente inconsciente y fuera de combate. Tarako ya había logrado vencer a dos de los tres pokémon de Ash. Aquel combate pintaba muy mal para el líder del gimnasio, pero éste no se dio por vencido.

¡Ha llegado tu hora, Gliscor! ¡Demuéstrales de qué pasta estás hecho!

El pokémon, nada más salir al campo de batalla, se lanzó corriendo a darle un fuerte y pegajoso lametón a Ash y a su hija

Ya sólo quedaba un pokémon y Hawlucha estaba bastante herido. Tarako estaba realmente sorprendido de que pudiera resistir ese ataque, sin embargo, se trataba de Ash y su famoso Hawlucha, su espíritu de batalla era legendario. El joven sonrió feliz, estaba cumpliendo uno de sus sus sueños y encima, el combate estaba superando todas sus expectativas. Estaba realmente feliz.

Gliscor descuadró a Tarako, quedaba poco para conseguir la victoria, sin embargo sus pokémon también estaban bastante dañados y no tenía todas consigo, debía pensar en un plan b por si acaso.

El joven pelirrojo ordenó sus ataques motivando a sus compañeros. ¡Venga chicos! ¡Ya queda poco! Concentrar vuestros ataques en Hawlucha. Tenía claro que con acabar con él la medalla sería suya. ¡Jewel Escaldar! ¡Ptero repite Golpe Aéreo!

¡Hay que acabar con ambos pokémon antes de que te derroten, Hawlucha! Le ordenó a sus compañeros confiando en ellos.

Hawlucha, esta vez cambia de objetivo, a ver si eres capaz de acabar con Aerodactyl antes de que te vuelva a golpear. Le ordenó, el pokémon, muy convencido dio un gran salto contra Aerodactyl para derribarlo y hacerlo caer. ¡Y tú, Gliscor, dale un bocado eléctrico a Starmie! ¡Que vea lo poderoso que eres!

Dicho y hecho, Gliscor descendió en picado con su mandíbula repleta de electricidad y encajó un fuerte golpe en Starmie que la dejó definitivamente fuera de combate. Ambos pokémon de Tarako habíann caído, y aunque Hawlucha estaba muy herido, el combate parecía haberse igualado ligeramente.

Veamos qué dos nuevos pokémon me saca. Dijo Ash sonriendo pues parecía que le había dado la vuelta al combate y aún no se sentía derrotado.

Tarako pensó en el plan B mientras veía como sus compañeros caían a manos de los veloces pokémon de Ash. Solo me queda una opción. Decidió el muchacho rápidamente cuando devolvía a Ptero y Jewel a sus pokéball.

Con una gran sonrisa por saber el desenlace del combate, el joven pelirrojo agarró dos de sus pokéball y las lanzó al aire con energía. La emoción por el combate no había descendido ni un poquito, de hecho sólo había hecho que aumentar. ¡Chubby! ¡Ryu! ¡Adelante! 

Gengar y Lucario aparecieron en el campo de batalla. A priori no parecían las mejores elecciones, pero Tarako confiaba en sus compañeros. ¡Chubby Brillo Mágico! ¡Ryu Onda Vacío! ¡Terminar con Hawlucha! Tarako se desgañitó para transferir su energía a sus pokémon. Era la última oportunidad.

Ash no confiaba en que su Hawlucha fuera capaz de aguantar de nuevo un combate doble, pues estaba muy debilitado, pero estaba dispuesto a darlo todo hasta el final, y su pokémon también. Además, las reglas del combate indicaban que si derrotaba a su tercer pokémon, ganaría. ¡Hawlucha, sé que estás muy cansado, pero te pido el último esfuerzo! ¡Acaba con ese pokémon de tipo acero, demuéstrale que tus técnicas de lucha y tu velocidad no tienen parangón! Le dijo. Sabía que Tarako había sacado a ambos pokémon por su velocidad, era lo más lógico, pero ahora solo quedaba comprobar quién lo era más.

Gengar se movió a gran velocidad para acabar con Hawlucha y con energía lanzó un mágico brillo que iluminó todo el gimnasio pero cuando Tarako abrió los ojos, se dio cuenta de que Hawlucha ya no estaba allí y había golpeado por la espalda con un gran salto a su Lucario. Pero el pokémon lucha de Ash se dio cuenta que lo que había golpeado era una imagen que el bromista de Gengar había creado. Cuando Hawlucha golpeó el suelo, vio como Lucario lanzaba una esfera que absorbía la luz que había en el gimnasio y terminó golpeando al debilitado pokémon.

¡Vaya!. Dijo Ash. ¡Ese último movimiento ha sido espectacular! ¡No sabía que Lucario fuera a ser capaz de hacer esa clase de movimientos tan rápidos!. Dijo al ver como su Hawlucha había caído tras el ataque de Lucario.

Aún así ha sido un combate muy intenso y lo he disfrutado muchísimo. Luego miró a su hija, despídete de este aspirante, muy pronto se convertirá en líder, ya lo verás. Dijo mientras sonreían ampliamente, le entregaban la medalla Campeón y decían adiós con la mano a Tarako.

Tarako saltó cuando Ryu golpeó a Hawlucha por sorpresa. El plan B había funcionado y eso contra un entrenador como Ash era para estar orgulloso. El joven corrió para felicitar a sus pokémon y después los guardó en sus pokéball para que descansaran.

Yo también he disfrutado muchísimo del combate. ¡Lo recordaré siempre! Contestó alegre el joven pelirrojo. Con una sonrisa de oreja a oreja se despidió de padre e hija. ¡Muchas gracias por todo! ¡Hasta otra! Acababa de librar el mejor combate de su vida contra su héroe de la infancia y había ganado, era algo que le iba a costar asimilar. Miró su nueva medalla y la colocó orgulloso junto al resto.

Poco a poco se iba acercando a su objetivo y esta victoria le iba a subir la moral para lo que estaba por venir.

¿Quién no había oído hablar de Ash Ketchum? Ash había conseguido obtener una gran fama. No había nadie que no supiera quién era. Se había convertido en todo un ejemplo de entrenador pokémon y muchos querían ser como él. Querían ser como el a nivel explorador y aventurero. Pero lo que nadie quería ser es un eterno perdedor. Ash Ketchum también se había ganado la fama de no haber sido capaz de ganar ningún torneo Pokémon, en todos se clasificaba e incluso alguna vez había llegado a quedar segundo, pero no, nunca se había alzado como ganador, bueno, quizá una vez, pero aquello fue hace tanto tiempo que ya nadie se acuerda y muchos dicen que son simples rumores.

Pero de aquello habían pasado años. Ahora Ash Ketchum era un respetado líder de gimnasio y finamente se había especializado en el tipo volador. De sobra era por todos conocido que aquel joven aventurero siempre había llevado un pokémon de ese tipo en su equipo.

Junto a él había una niña y un pikachu algo mayor. La niña parecía querer aprender todo lo que hacía su padre allí. De hecho parecía estar recibiendo una interesante explicación justo cuando un aspirante llegó al gimnasio.

¡Hola! ¡Soy Ash Ketchum y este es mi fiel amigo Pikachu y me hermosa hija! Imagino que si has llegado hasta aquí es porque eres un aspirante y quieres conseguir una medalla. En ese momento el líder del gimnasio viento observó al entrenador recién llegado.

Veo que ya posees dos medallas. Dijo con una amplia sonrisa. Eso quiere decir que vienes a retarme a un combate triple. ¡Una modalidad muy interesante y muy compleja de dominar! He de reconocerte que yo no soy ningún experto en ello. Pero bueno haré lo que pueda. Dame un segundo.

Y en ese momento, Ash pulsó el botón de un gran ventilador que había en el techo y un gran vendaval empezó a soplar en la sala. Y entonces sacó tres pokéball. ¡Adelante, Charizard, Noivern y Pidgeot!

Al entrar al gimnasio y notar a la pequeña niña se sintió incomodo por estar interrumpiendo y pensó en retirarse, pero fue notado por el líder, ah, yo, no, ¿no interrumpo nada importante? puedo, puedo esperar sin, el chico hablo con voz tímida y baja, probablemente Ash no lo escucho pues lo interrumpió pidiendo un momento y activando el sistema de clima del gimnasio, soltó entonces un suspiro para sacar los nervios de su sistema, de acuerdo, es un placer, después de ello hablo con mas confianza, mi nombre es Kenryu y mi anhelo es convertirme en un gran entrenador con grandes vínculos con sus Pokemon como su Pikachu y usted o el señor James y su Toxapex, luego llamo a sus compañeros al campo de batalla, ¡vamos Meitsuki, Shoko y Konami! mostremos de lo que somos capaces.

Konami protegete, Meitsuki dale cariño a Noivern, un puño fresco.

Ash sonrió al ver a Kenryu tan nervioso, era extraño, pero se sentía bastante identificado con el, no por su aspecto si no por su forma de comportarse y de ver los combates pokémon. Tras las palabras de su adversario, asintió y comenzó a dar órdenes a su equipo. ¡Vamos, Charizard, como siempre, golpea el suelo hasta agrietarlo, ya se encargará luego Mr.Mime de arreglarlo!. ¡Noivern, Lanzallamas para impactar a Gardevoir! Y tu pidgeot, viento afín para que tengamos la prioridad todo el rato en el combate. ¡Adelante!

La estrategia de Ash junto al poder de sus pokémon provocó que Gardevoir y Lucario cayeran debilitados en el primer asalto. Vaporeon logró aguantar ya que Kenryu le ordenó protegerse de los golpes y sirvió para aguantar. Pero ahora el combate estaba totalmente fuera de sus posibilidades pues los tres pokémon eran más rápidos que Vaporeon y a éste no le daría tiempo a acabar con los tres de un golpe.

Ash se acercó hasta Kenryu, aunque sus pokémon seguían combatiendo y le dijo: será mejor que no hagas sufrir a tu Konami, creo que la victoria claramente es mía, pero si quieres podemos seguir el combate. Dijo con cierta cara de preocupación pues no parecía haber disfrutado mucho con una victoria tan aplastante.

El chico de cabello verde quedo impactado al ver como casi todo su equipo había caído sin haber tenido la oportunidad de actuar, no, tiene razón, llamo a sus Pokemon de regreso a las Pokeballs, vamos Konami, hemos perdido, luego voltea a ver a la pequeña niña, tu padre es un entrenador realmente muy fuerte, dijo mientras le sonreia, para luego voltear a ver al líder, yo debo llevar a mis compañeros al Centro Pokemon.

¿Quién no había oído hablar de Ash Ketchum? Ash había conseguido obtener una gran fama. No había nadie que no supiera quién era. Se había convertido en todo un ejemplo de entrenador pokémon y muchos querían ser como él. Querían ser como el a nivel explorador y aventurero. Pero lo que nadie quería ser es un eterno perdedor. Ash Ketchum también se había ganado la fama de no haber sido capaz de ganar ningún torneo Pokémon, en todos se clasificaba e incluso alguna vez había llegado a quedar segundo, pero no, nunca se había alzado como ganador, bueno, quizá una vez, pero aquello fue hace tanto tiempo que ya nadie se acuerda y muchos dicen que son simples rumores.

Pero de aquello habían pasado años. Ahora Ash Ketchum era un respetado líder de gimnasio y finamente se había especializado en el tipo volador. De sobra era por todos conocido que aquel joven aventurero siempre había llevado un pokémon de ese tipo en su equipo.

Junto a él había una niña y un pikachu algo mayor. La niña parecía querer aprender todo lo que hacía su padre allí. De hecho parecía estar recibiendo una interesante explicación justo cuando un aspirante llegó al gimnasio.

¡Hola! ¡Soy Ash Ketchum y este es mi fiel amigo Pikachu y me hermosa hija! Imagino que si has llegado hasta aquí es porque eres un aspirante y quieres conseguir una medalla. En ese momento el líder del gimnasio viento observó al entrenador recién llegado.

Veo que ya posees cinco medallas. Dijo con una amplia sonrisa. Eso quiere decir que vienes a retarme a un combate por parejas. ¡Una modalidad muy interesante y muy compleja de dominar! He de reconocerte que yo no soy ningún experto en ello. Pero bueno haré lo que pueda. Dame un segundo.

Y en ese momento, Ash pulsó el botón de un gran ventilador que había en el techo y un gran vendaval empezó a soplar en la sala. Y entonces sacó dos pokéball. ¡Adelante, Charizard y Noivern! Ganará el entrenador que primero logre derrotar a TRES pokémon sin hacer ningún cambio.

Kenji entró al gimnasio y saludó a todos los presentes para finalmente encarar al líder cuya historia era de sobra conocida y que, personalmente, Kenji despreciaba un poco. 

- Yo me llamo Kenji y es un placer luchar contra una leyenda, tengamos un grandioso combate. - Dijo antes de dirigirse a la sección correspondiente para que diera comienzo el combate pokémon, pues no sabía que otra cosa podía hacer allí. - Espero que me puedas dar unos buenos consejos. 

Una vez en su sitio, el gran ventilador empezó a girar el aire y el joven entrenador recordó que los gimnasios no eran del todo justos y había que adaptarse a las distintas condiciones planteadas. Cuando vió emerger a los pokémon rivales, sintió un gran peso en su corazón al ver que no iba a ser una pelea fácil y, tras meditar un momento para ver quienes serían sus primeros combatientes, decidió mandar a luchar a sus dos pokémon, habiendo pensado una estrategia arriesgada que sólo inclinaría un poco la balanza a su favor si tenía resultado. 

- ¡Salid a luchar mis queridas Diosas! - Grito al tiempo que lanzaba las dos pokeball hacia su zona de combate. 

- ¡Comencemos, Neftis, Sorpresa a Charizard; Serina, Cascada a Charizard! - Ordenó atacar contra Charizard a sus dos pokémon.

El Charizard de Ash era un gran pokémon, así que no quería dejar que se descontrolara y destruyera a su equipo, sabiendo de sobra lo poderosos que son. 

El combate entre Ash y Kenji se había convertido en una batalla campal. Lo primero que hizo el aspirante fue lanzar el rayo de su pokéball en la espalda de Charizard, haciendo que Weavile le diera un susto a Charizard y se asustara tanto que fue incapaz de hacer nada más. Después, Noivern, que lo vio venir juntó sus alas para unir todo su ki en una onda que impactó de lleno sobre Weavile provocando un golpe sumamente devastador que lo dejó fuera de combate y en un estado sumamente grave.

¡Ash se llevó las manos a la boca preocupado por Weavile! No sabía que el golpe podría ser tan aterrador e incluso se sintió mal. Pero entonces, Azumarril conovocó una cascada que se precipitó sobre la cabeza de Charizard provocando que cayera al suelo y dejándolo en un estado casi tan lamentable como el de Kenji.

Los golpes estaban siendo devastadores y Weavile y Charizard habían quedado fuera de combate.

Así que, Ash tanteó sus pokéball y sacó a su siguiente: 

¡Ha llegado tu hora, Gliscor! ¡Demuéstrales de qué pasta estás hecho!

El pokémon, nada más salir al campo de batalla, se lanzó corriendo a darle un fuerte y pegajoso lametón a Ash y a su hija.

Kenji se sorprendió de la potencia del Noivern y pese a que ambos iban empatados en pokémon derrotados, Kenji sintió que aquel combate se había tornado difícil de ganar, pues su error de juicio al subestimar al pokémon enemigo que aún seguía en pie en el campo.

Fue cuando vió al siguiente pokemon que reconocía de su combate contra Giovanni y sabía que un terremoto acabaría definitivamente el combate, sumado a que sus pokemon eran inmunes a éste, decidió que sus posibilidades estaban cercanas al 0%. Para contrarrestar eso, decidió sacar a su pokémon volador, sabiendo que caería fácilmente ante el Noivern rival. 

- Dadlo todo de vosotros. Brumak, danza dragón, Serina, usa Carantoña contra Noivern. - Ordenó a sus pokémon mientras pensaba que el combate dependía más de los fallos del líder que de sus propios aciertos. 

Ash se sorprendió cuando Kenji sacó al campo de batalla a Dragonite. Era cierto que ese pokémon era fuerte y rápido y además poseía una habilidad que era capaz de aguantar los primeros impactos que recibiera. Noivern tuvo claro lo que hacer, estaba dispuesto a abatir al dragón que había en el campo de batalla. Pero Ash se lo negó: ¡No! ¡Noivern, no te centres en el dragón! ¡Ya sé que tu instinto te hace luchar contra él, pero su piel es muy dura y resistente y no creo que seais capaces de acabar con ellos de un golpe! ¡Necesito que os centréis en azumarril, su resistencia es más baja y eso nos da una mayor posibilidad! 

¡Vamos, Noivern, genera un fuerte vendaval contra Azumarril y crucemos los dedos porque sea suficiente para acabar con él! Aquella estrategia que Ash estaba planteando dejaba claro el importante líder de gimnasio que era. 

El fuerte viento golpeó con fuerza a Azumarrill dejándolo gravemente herido y con dificultades para tenerse en pie. Ash sonrió, su estrategia estaba funcionando:

¡Gliscor! ¡Ha llegado el final de ese pokemon! Ahora que no es capaz de tenerse en pie, golpea con todas tus fuerzas el suelo y demuéstrale nuestra potencia de combate combinado. ¡Terremoto!

Tras el golpe, el gimnasio empezó a temblar y tal y como Kenji había supuesto, aquel ataque hubiera acabado con sus dos pokémon si no fuera porque Dragonite era capaz de volar. Finalmente y mientras el terremoto hacía vibrar el campo de batalla, Dragonite se dedicaba a ejecutar una danza aérea que aumentó su fuerza y velocidad convirtiéndolo en un pokémon aún más peligroso. 

El combate se encontraba en el filo de la navaja y, recogiendo a su debilitado Azumarill, Kenji sabía que tenía muchas papeletas para perder. Sin embargo, eligió la opción más arriesgada para salir a luchar, su Blaziken. 

- Adelante Yotanwa, haz lo que puedas. - Dijo bien alto esperando que el líder Ash le escuchara, consciente de que un nuevo terremoto podría fin a aquello pero aún así, el espíritu de su pokémon ardía frente a tan formidables rivales. 

- Está bien, Yotanwa, usa protección; Brumak, garra dragón sobre ese Noivern. - Ordenó a sus pokémon esperando que Ash repitiera estrategia y atacara a su pokémon de fuego. 

Cuando Ash vio aparecer al cuarto y último pokémon de Kenji, sonrió. Chicos, mucho cuidado con Blaziken, seguro que usa la misma estrategia de Aura, así que será mejor esperar. ¡Acabad con Dragonite entre los dos y confiemos en lograr poner el punto final al combate!

Noivern, cometa draco sobre Dragonite. Gliscor, cola férrea.

Tal y como Ash se había imaginado, Blaziken se protegió en ese asalto y Dragonite cargó contra su Noivern con gran velocidad y fortaleza. El pokémon se había convertido en una máquina dura de destruir y Ash perdió toda confianza en derrotarle.

¡Ya no hay nada que hacer! 

Dragonite golpeó con suma fuerza a su Noivern que lo dejó fuera de combate de un golpe. Mientras tanto, Gliscor aprovechaba para romper la multiescama de Dragonite y confiar en que el último pokémon de Ash y él fuesen suficientes para derrotarle.

Nada... ya no hay nada que hacer. Dijo Ash sintiéndose derrotado por Kenji. Sacó el mando a distancia, apagó el gigantesco ventilador y se acercó a Kenji para entregarle la medalla Campeón. Esta medalla es para ti, ninguno de mis pokémon es suficientemente rápido para acabar con los tuyos y solo los pondría más en peligro.

¡Enhorabuena por tu medalla! ¡Eres un claro ganador!

¿Quién no había oído hablar de Ash Ketchum? Ash había conseguido obtener una gran fama. No había nadie que no supiera quién era. Se había convertido en todo un ejemplo de entrenador pokémon y muchos querían ser como él. Querían ser como el a nivel explorador y aventurero. Pero lo que nadie quería ser es un eterno perdedor. Ash Ketchum también se había ganado la fama de no haber sido capaz de ganar ningún torneo Pokémon, en todos se clasificaba e incluso alguna vez había llegado a quedar segundo, pero no, nunca se había alzado como ganador, bueno, quizá una vez, pero aquello fue hace tanto tiempo que ya nadie se acuerda y muchos dicen que son simples rumores.

Pero de aquello habían pasado años. Ahora Ash Ketchum era un respetado líder de gimnasio y finamente se había especializado en el tipo volador. De sobra era por todos conocido que aquel joven aventurero siempre había llevado un pokémon de ese tipo en su equipo.

Junto a él había una niña y un pikachu algo mayor. La niña parecía querer aprender todo lo que hacía su padre allí. De hecho parecía estar recibiendo una interesante explicación justo cuando un aspirante llegó al gimnasio.

¡Hola! ¡Soy Ash Ketchum y este es mi fiel amigo Pikachu y me hermosa hija! Imagino que si has llegado hasta aquí es porque has conseguido las ocho medallas y quieres hacerte con el Trofeo Campeón. En ese momento el líder del gimnasio viento observó al entrenador recién llegado.

Eso quiere decir que vienes a retarme a un combate por parejas. ¡Una modalidad muy interesante y muy compleja de dominar! He de reconocerte que yo no soy ningún experto en ello. Pero bueno haré lo que pueda. Dame un segundo.

Y en ese momento, Ash pulsó el botón de un gran ventilador que había en el techo y un gran vendaval empezó a soplar en la sala. Y entonces sacó dos pokéball. ¡Adelante, Charizard y Noivern! Ganará el entrenador que primero logre derrotar a CUATRO pokémon sin hacer ningún cambio. Y fue entonces cuando soltó la mano de su hija y se subió a los lomos de Charizard.

Guau! que pokemon más increibles. Dijo el entrenador viendo a los dos grandes pokemon voladores que el rival había decidido emplear.

Adelante Jumpluff e Hydreigon! Salid!

Jumpluff usa Somnífero en Charizard, tú Hydreigón usa Pulso dragón en Noivern! confiemos en nosotros para acabar con el segundo maestro del alto mando!

El combate comenzaba con la espectacular megaevolución de Charizard que tomaba su forma de Mega Charizard Y volviéndolo aún más poderoso y rápido de lo que ese pokémon era ya. Pero Jumpluff logró espolvorear un montón de esporas sobre él y así dormirle. 

Noivern alzó sus alas para descargar una gran cantidad de meteoritos, pero Hydreigon esquivó cada uno de ellos sin mucha dificultad para después cotraatacar con una potencia envidiable y dejarle casi fuera de combate. Por suerte, poseía la banda focus que logró permitirle que aguantara semejante golpe. Lo mismo le sucedió a Jumpluff, pues aunque MY-Charizard se había dormido, se despertó al instante para descargar un potente golpe que si hubiera sido por el objeto, lo habría dejado K.O.