Partida Rol por web

Tras terminar el segundo plato, llegó el postre y para sorpresa de Lena reconoció aquel helado típico de Teselia. Lo había probado tan sólo en contadas ocasiones, ya que casi siempre se agotaban en el centro comercial de Calagua, pero eran toda una delicia. Y después de aquel curry picante era una idea brillante, tendría que recomendar aquel restaurante sin duda.

- Mmm, ¡qué bueno está! Hacía muchísimo que no lo probaba. En Calagua vuelan casi nada más ponerlos a la venta. - comentó mientras caminaban fuera del local, tras haber pagado. Aunque fue entonces cuando llamaron a Klaus por una especie de teléfono, Lena giró la cabeza con curiosidad, pero siguió disfrutando del helado mientras esperaban a que el chico terminase de atender la llamada.

Al parecer tendría que volver al laboratorio del profesor para terminar de arreglar el asunto de su compañero Eevee. -  Vaya, espero que no se te haga muy pesado y lo solucionéis prontito. - comentó para elevar los ánimos de Klaus que parecía desinflarse, por suerte no era nada serio y seguramente no tardaría demasiado en resolver aquello. - ¡Claro, fijo que sí! ¡Id con cuidado! ¡Adiós! - añadió mientras alzaba el brazo libre despidiéndose de Klaus y Eevee, mientras se perdía en la distancia de regreso a pueblo Alba.

- Espero que no tenga muchos problemas con eso. - comentó en voz alta, después de todo su caso era algo especial. Pero seguramente no habría de qué preocuparse. - ¡Bueno! ¿Qué os apetece hacer? - preguntó a sus compañeros mientras paseaban terminando de comer el porcehelado. - Ah, tenemos que pasarnos por un supermercado Sabine. Que no se me olvide, tengo que ir pensando en la cena de esta noche. - dijo más animada, aunque en aquel momento con todo lo que habían comido podría pensar que luego no tendría hambre, pero era buena idea ir administrándose. Quizás podría comprar algunas latas de conserva y quitarse de preocupaciones.

El vaso de leche consiguió aliviar el picor que le invadía la boca, permitiéndole terminar de disfrutar el delicioso curry que les habían servido. Y para rematar la faena, de postre les trajeron un delicioso porcehelado.

 -¡Oh, porcehelados! En sinnoh no los he encontrado nunca, pero sí que he oído hablar de ellos. -Sabine probó un poco de su postre y se sintió transportada a un paraíso dulce y cremoso.- ¡Está tan rico como decían las leyendas! Bueno, los comentarios de la gente, ¡pero eran comentarios tan buenos y detallados que parecían casi leyendas!

Y como hacía muy buena tarde, decidieron pagar y salir a pasear para terminarse el helado bajo el cálido sol de Ámbar. Y entonces Klaus recibió una llamada del profesor Abeto para ir a hacer un recado al laboratorio.

 -No te preocupes Klaus, tú ve y ocúpate de todo, que tener los papeles en regla es tan importante como un buen entrenamiento. ¡Y dale recuerdos al profesor Abeto! ¡Dile que nuestros compañeros están de maravilla!

Que la gente solía ignorar el peso que tenía la burocracia en el mundo de los pokémon, pero lo tenía y mucho además.

Después de que Klaus desapareciera de la vista de los demás, Lena mencionó de nuevo lo del supermercado.

 -Cierto, menos mal que me lo has recordado. Al supermercado entonces, ¿te vienes Alabaster? Al fin y al cabo es parte de ciudad Arcoíris que puedes conocer, ¿no?

Luego miró a Lena mientras sacaba su libreta y un boli.

 -A ver, vamos a ir apuntando lo que necesitamos. Comida para nosotras, cerillas para mi camping gas, servilletas de papel… Oh, y golosinas pokémon, que he gastado muchas con los Meowth, pero eso lo compraré en una tienda pokémon. ¿Algo más?

Ya sólo faltando el postre, quedo mirando un tanto extrañado el curioso helado. ¿Porcehelado? Que nombre más raro. Al ver las reacciones de mis compañeras frente a la "delicia extranjera" comienzo a comer sin dudar. El sabor junto con la textura que tienen no son de mi agrado, pero intento disimular lo que más puedo. ¡Vaya! Los postres no son lo mio... Mucho menos los dulces. Saco mi lengua en señal de aversión:  -Bah! Esto es demasiado dulce para que una persona común lo pueda comer. - Susurro mientras disimuladamente busco un bote de basura.

Mientras Klaus se retiraba a contestar una llamada, aproveché el momento y fui a botar lo que me quedaba de Porcehelado. Tras reunirme con los demás y escuchar el propósito de la llamada del Profesor Abeto, con un poco de pesadumbre en mis palabras me despido cordialmente de Klaus: - Hasta luego Klaus, no creo que este sea la última vez que nos veamos. - Me inclino en señal de reverencia y luego acaricio a Eevee. - Sólo procura llenar esos papeles lo antes posible para que nos alcances. - Cuando Klaus todavía se puede ver a la lejanía, llevo ambas manos junto a mi boca para que escuche mis gritos: - ¡LA PRÓXIMA VEZ QUE NOS VEAMOS, SERÁ EN UNA BATALLA POKÉMON! - Fijo mi mirada el Rowlet: - Estaremos esperando ese día, cierto Kuro?

Luego de la repentina despedida, estoy un poco apenado por la partida de Klaus, pocas veces me había relacionado con chicos de mi edad. Cabizbajo respondo a la pregunta de Sabine: - Ehhhm... En realidad no tengo problemas en acompañarlas en sus compras, pero prefiero recorrer Ciudad Arcoíris. - Reviso la hora en el Pokégear. - Estaba pensando en buscar a algún entrenador para poder tener mi primera Batalla Pokémon. - Miro a mis compañeras e inclino mi cuerpo en señal de despedida. - Espero poder encontrarlas durante la noche en el Centro Pokémon, no me gustaría que partiesen mañana temprano sin que me pueda despedir de la forma adecuada. 

Me alejo poco a poco caminando entre las calles de Ciudad Arcoíris.

Parece que hiciste bien en comprar Ciudades, Pueblos y Rutas - Guía completa de la Región Ámbar, pues gracias a ésta averiguas que en Ciudad Arcoíris hay varios lugares donde suelen reunirse los Entrenadores Pokémon para realizar combates, o simplemente para charlar entre ellos sobre métodos de crianza o entrenamiento.

Te diriges pues a lo que a simple vista podría parecer un parque de lo más normal, pero que según la guía posee varios campos habilitados para el combate Pokémon que cualquier puede utilizar a voluntad. De hecho, conforme llegas al parque con Kuro revoloteando a tu alrededor te das cuenta de que hay gente librando combates en alguno de los campos habilitados para tal fin, y aunque los Pokémon que participan en ellos no son demasiado grandes ni impresionantes sí que los combates son emocionantes.

En el parque en sí hay entrenadores charlando de pie o sentados en asientos repartidos por el lugar, algunos con sus Pokémon a su lado, otros no, pero todos la mar de animados.

Primero os pilla por sorpresa la súbita partida de Klaus, y luego la de Alabaster. Aunque parece que éste último no se va demasiado lejos y que de hecho tiene la intención de volver a reunirse con vosotras, pero se van tan rápidamente que no os da tiempo a acordar nada concreto... bueno, seguramente os lo volváis a encontrar. El Mundo Pokémon es enorme, pero cuando se trata de encontrarse con amigos es como un pañuelo.

Decidís que os tenéis que aprovisionar bien de víveres y útiles, así que utilizando la Guía completa de la Región Ámbar de Sabine localizáis el supermercado más cercano y entráis en su interior. El hilo musical y el aire acondicionado del lugar os reciben rápidamente, y ante vosotras se extiende el supermercado entero a vuestra disposición para que toméis lo que queráis de éste. ¡Pagando, eso sí! Además, os dais cuenta de que hay una sección de Tienda Pokémon en el interior del supermercado. ¿Podría ser más conveniente?

Sabine se despidió de Alabaster cuando éste se marchó de repente. No habían tenido tiempo de acordar un lugar y una fecha para reunirse. Bueno, la ciudad no era tan grande, se volverían a encontrar pronto.

 -Bueno… Nos hemos quedado solas, Lena. Vamos a hacer esas compras.

Y junto con su compañera de viaje, la futura profesora echó a caminar hacia el supermercado. Con su fiel libreta en las manos, fue apuntando las cosas que iban a necesitar.

 -Vamos a ver… Pan precocido, para tostarlo en el infiernillo y que esté razonablemente fresco. Material para bocadillos, agua mineral, sopas y purés instantáneos… ¡Oh, ramen instantáneo! Eso para viajar es de lo mejor. Galletas y café, para desayunar, leche en polvo, bayas dulces, arroz… ¿Se te ocurre algo más? Piensa que ahora mientras estamos empezando lo ideal es que no pasemos mucho tiempo fuera de las ciudades.

Antes de llegar al campo de enfrentamientos ya puedo escuchar el bullicio de la pelea que se está llevando acabo. Esto eleva al máximo la emoción, los gritos de las instrucciones de los entrenadores junto a todos estos reunidos, hacen que me ponga cada vez más nervioso. Con un intranquilo caminar me acerco poco a poco a lo que parece ser la arena de combate, intentando no llamar mucho la atención.

Una vez allí observo la pelea, mientras saco mi PokéDex para revisar algo. Según las normas de la Liga Pokémon de esta Región, puedo retar a un combate a algún entrenador de aquí... Lo mejor sería preguntarle a alguien cordialmente si desea pelear conmigo, no quisiese incomodar a alguien exigiendo un duelo... Pero tal vez mi solicitud sea declinada... Ahhh! Me estoy cuestionando mucho esto... Debo despejar mi mente. Cierro mis ojos y doy un gran respiro. ¿Qué es lo que Klaus haría en esta situación?...

Una vez tranquilo, miro a Rowlet y le susurro: -Bueno Kuro, llegó el momento de ver de lo que somos capaces. - Me acerco a un grupo de entrenadores y casi gritando les digo: Mi nombre es Alabaster, un entrenador Pokémon proveniente de Ecruteak City. Junto a Mokuroh queríamos ver que tan bueno son los entrenadores de la Ciudad Arcoíris, ¡Así que reto al mejor entrenador entre ustedes a batirse en un combate frente a nosotros!  

Luego de mis dichos, estoy algo avergonzado y es algo que se puede notar fácilmente por mi ruborizado rostro, aún así sigo parado en forma desafiante frente al grupo de entrenadores, con Kuro a mi lado.

La abrupta despedida de Allabaster hace que Lena se quede pensativa durante unos segundos, tiempo que tarda en poder siquiera despedirse del chico, por lo que solo puede agitar el brazo mientras lo ve perderse por las calles de la ciudad. Vaya, no sé si quizás debería cambiar mis planes, tal vez debería hacer noche en el Centro Pokémon... No sé... 

Es la voz de Sabine la que consigue traer de vuelta a Lena, consiguiendo hacerle reaccionar. - Ah, pues sí. ¡Vale! Vamos a ellos. - recuperando el ánimo de siempre la peliazul echa a andar siguiendo la información de la guía de Sabine para encontrar un supermercado donde abastecerse con provisiones. La pregunta de la joven hace que Lena se lleve un dedo a la frente, mientras arruga el entrecejo como si aquel gesto le ayudase a concentrarse más. 

- Hmmm... Pues no sabría decirte, creo que ya has hecho una buena lista de todo lo básico. - respondió intentando hacer memoria de todo lo que Sabine había mencionado, contando con los dedos de las manos mientras caminaban. - Lo que no sé es si podré pagar todo eso, espero que tengan ofertas o algún tipo de descuento, ¡si no me veo viviendo a base de ramen instantáneo! Heh. - bromeó soltando una risita, aunque realmente tenía una pizca de preocupación, tenía que administrarse muy bien si quería valerse por sí misma. La pregunta del millón volvía a ser la misma, ¿cuál sería el mejor método para recuperar el dinero invertido en los gastos del viaje? Tenía que haber más opciones a parte de los combates pokémon, ¿no?

- La comida enlatada también estaría bien, que aguante bastante y se pueda contar con ella en caso de emergencia, ¿llevas pilas de repuesto? Si no recuerdo mal traje un par para la linterna, pero nunca se sabe. Ah, cerillas, sí, que no se me olviden. - añadió mientras asentía, tomando nota mental. Muy importante, aunque si llegaba a capturar un pokémon de fuego sería mucho más fácil. Aunque para ello tendría que buscar un candidato antes, claro. 

Los Entrenadores Pokémon del parque se te quedan mirando mientras los desafías en voz alta, pero cuando acabas simplemente siguen con sus asuntos. Algunos claramente comentan lo que acabas de decir, sonriendo; otros te miran con disimulo, y otros simplemente no te han prestado ninguna atención. En tu hombro, Kuro gira su cabeza mientras observa al frente. Tu desafío grupal no parece haber tenido ningún efecto...

Hay una persona, sin embargo, que decide acercarse a ti. Es un chico de cabello de punta, de color azul, y con una sonrisa de oreja a oreja.

-¡Hola! - te dice alegremente. - Alabaster, ¿no? Yo soy Joshua. - te dice, presentándose. Lo ves llevar su mano al cinturón del que cuelgan sus Pokéball y coger una de ellas. - No sé si soy el mejor entrenador de por aquí, pero si te apetece podemos combatir. ¿Te parece bien un combate de uno contra uno? Podemos usar la apuesta mínima.

Una vez en el supermercado, Lena se sorprendió gratamente cuando los precios eran bastante razonables, junto con Sabine tomó una cesta y empezó a comprar todo lo que creyó necesario para su viaje, al menos durante unos días no tendría que preocuparse. Porque tampoco es que pudiera llenar tanto su mochila o iba a explotar si compraba más cantidades. 

- Espero no pasarme, pero bueno así estaré tranquila durante unos cuantos días. La verdad es que este supermercado está bastante bien, espero que encontrar gangas así en otros pueblos. - comentó entusiasmada mientras iba agarrando paquetes de ramen. - Ooh, ¡ya sé que voy a cenar esta noche! - añadió alegremente mientras terminaban sus compras.

Sabine asintió satisfecha al ver la compra de Lena. La chica era joven, pero sin duda sabía pensar en lo que necesitaba y hacer las compras adecuadamente. Por su parte, la futura profesora también compró de manera racional, pensando en los días que podría pasarse al aire libre.

 -¿Ramen? Bueno, el instantáneo no está mal, pero el que está buenísimo de verdad es el recién hecho. En ciudad Corazón hay un restaurante que hace un ramen… -la profesora hizo un gesto de “magnífico” mientras metía cosas en su cesta de la compra- Me llevaré un paquete para ver a qué saben no obstante. ¡El ramen es algo que no se deja así como así!

Todavía con el rostro completamente rojo, sólo atino a hacerle una reverencia a mi rival, asentir a cada pregunta que él hizo, para comenzar a caminar al otro lado de la arena de pelea, siempre con la mirada fija en el suelo. 

-¡Así que eliges a Rowlet! - Joshua lanza al aire la Pokéball que ha cogido de su cinturón y la recoge en su mano con un ágil movimiento. - ¡Pues yo elijo a...! - Ahora sí, Joshua echa el brazo hacia atrás y luego hacia adelante, lanzando su Pokéball con entusiasmo.

La esfera impacta contra el suelo y se abre por la mitad, justo por la franja negra que la divide en dos partes. Una masa de luz blanca sale de su interior y, mientras la Pokéball vuela de vuelta a manos de Joshua, un Pokémon de color amarillo aparece frente a su entrenador.

El Pokémon se agarra la cabeza con sus aletas y la ladea mirando con curiosidad a Alabaster y su Pokémon.

-Psyduck y yo te dejamos hacer el primer movimiento. - ofrece Joshua con una sonrisa.

-¡Muchas gracias por su compra! - dice el dependiente del supermercado cuando pasáis todos los artículos por la cinta y los pagáis. - Por favor, vuelvan cuando quieran. - añade con una sonrisa y una ligera inclinación de cabeza.

¡Bien! Ahora tenéis las mochilas llenísimas de provisiones.

Al ver a Psyduck salir de la Pokéball de mi adversario una leve sonrisa aparece en mi rostro. Koduck es del tipo agua si mal no recuerdo... ¡Eso le da a Kuro la ventaja!. 

-¡¡Psyduck!! - grita Joshua con preocupación. ¡El ataque lanzado por Kuro parece realmente potente! El pájaro de planta de Alabaster bate sus alas en el aire y lanza una gran ráfaga de hojas cortantes en dirección al Pokémon rival, que no es capaz de esquivarlo de ninguna forma. El Psyduck de Joshua suelta un grito de queja, pero en ningún momento deja de sujetar su cabeza con sus aletas. - ¿Estás bien? - pregunta Joshua. Su Pokémon no está ni mucho menos intacto... pero aún así, parece que puede seguir. Psyduck asiente. - ¡Estupendo! ¡Vamos con Atracción!

Mientras Kuro recupera la compostura tras atacar, Psyduck lo mira con atención mientras algo parecido a un aura de color rosada, tal vez incluso rojo pasión, le envuelve. Kuro es incapaz de apartar la vista... mucho menos cuando Psyduck ladea su cuerpo con toda la sensualidad que un pato amarillo con dolor de cabeza puede poseer y le guiña un ojo.

Kuro parpadea, y sus mejillas se sonrojan de golpe. Kuro está ahora enamorado de Psyduck... una Psyduck hembra, al parecer.

Con la mochila a rebosar de provisiones, se había quitado por fin la preocupación de la comida, si tuviera que comer cada día en restaurantes (aunque seguramente fuera más delicioso) acabaría arruinándose en pocos días. Y eso sí que sería un gran problema, desde que decidió emprender el viaje sabía que iba a ser más duro ya que tendría que estar viajando pero tenía que aprender a administrarse bien. 

Mientras terminaban sus compras, Lena escuchaba las anécdotas sobre rámen y consejos de Sabine con interés, gracias a ella había logrado encontrar aquel sitio con tan buenos precios, y entre ambas se habían administrado bien el dinero para poder llenar la mochila con víveres que seguramente les sirviesen para bastantes días. - ¡Bueno! Con todo esto no tendremos que preocuparnos durante unos cuantos días, que alivio la verdad. Un problema menos ¿eh? Ah, muchas gracias por encontrar este sitio, la verdad es que con precios así da menos miedo pensar de qué íbamos a vivir hehe. - comentó entusiasmada mientras se aseguraba de cerrar bien la mochila, acomodándola a su espalda con cierto trabajo. 

Fue cuando salían del súper que reconsideró el hecho de acampar al aire libre aquella noche, después de todo el viaje en avión desde Hoenn había sido largo, y quizás eso de dormir sobre la tierra no era tan buena idea. Igualmente tampoco era cuestión de ir atravesando rutas a toda velocidad sin más. Mañana estaría mejor descansada y madrugaría. O al menos esa era la idea.

- Hm, creo que iré entonces a la ruta siguiente como pensaba, peero... - comenzó mientras ladeaba la cabeza pensativa, mientras ambas chicas paseaban. - Creo que exploraré un poco y aprovecharé para entrenar, pero volveré y pasaré la noche en el Centro Pokémon, ¡tampoco tengo tanta prisa por dormir en el suelo! - bromeó.

- Así que nos veremos más tarde ¿verdad? Que ni siquiera nos dejó despedirnos este Alabaster. ¡Ya te contaré que tal me va! Tengo ganas de ver como lo lleva el nuevo integrante del grupo. - le explicó señalando la pokéball de su cinturón que contenía el pidgey recién atrapado. Con aquello, miró a su alrededor para ubicarse y tras despedirse se pondría en marcha hacia la ruta siguiente, abandonando Ciudad Arcoíris durante el resto de la tarde para entrenar. - ¡Hasta luego Sabine! ¡Nos vemos! - 

Tras el poderoso ataque de Kuro, intento guardar la calma y no emocionarme demasiado. -¡Muy bien Kuro! Ya casi lo tenemos.

Luego del ataque de mi oponente, intento pensar en una contra medida lo más rápido posible. Maldición, no me esperaba esto... Debemos terminar este enfrentamiento lo antes posible... Sólo me toma unos segundos, para dar las indicaciones a mi compañero: -¡Kuro vuela a media altura y realiza nuevamente Follaje!- 

Aprovisionamiento solucionado. Una tarea que Sabine podía tachar de la lista de cosas por hacer antes de salir a recorrer las rutas de Ámbar una vez más. Y lo mejor era que no sólo se lo había solucionado a ella, sino que también había ayudado a Lena encontrando el supermercado.

 -No hace falta que agradezcas nada, tú en mi lugar habrías hecho lo mismo. Y tranquila, que aunque las cosas parezcan difíciles, en todas las ciudades hay siempre lugares en los que poder comprar comida, como los mercados tradicionales. Creo recordar que en una ciudad de Hoenn… Bueno, nunca he estado, pero el profesor Serbal me contaba anécdotas de los viajes que había realizado en su juventud. Y me habló de ciudad Portual y de su mercado al aire libre, lleno de puestos que vendían todo tipo de productos, desde artesanías a las cosas de tecnología más puntera.

El paseo y la conversación siguió un poco hasta que Lena decidió marcharse a entrenar por su cuenta.

 -De acuerdo entonces, yo me quedaré recorriendo la ciudad y buscando información sobre los pokémon que la habitan, así que también dormiré en el centro pokémon esta noche. ¡Ten mucho cuidado ahí fuera y que vaya bien! ¡Hasta la noche!

La futura profesora se despidió de la muchacha hasta que la perdió de vista. Y una vez sola, Sabine empezó a pensar en qué sitio iba a ir a continuación.