Partida Rol por web

-Con la habilidad de teletransportación de Abra eso de estar en todas partes no es tan complicado -observó- sería sencillo ir donde su familia y recogerles, pero es cosa de que él quiera. Le ví un poco mas dispuesto antes de irnos...quizá acceda.

- Naturalmente, el es quien tiene que tomar la decisión yo no voy a ser quien decida por el, si quiere arriesgarse le ayudare a llegar hasta su familia y les puedo ceder mi casa, aunque no se hasta que punto sera segura para ellos, pero tu eres quien le metio en la cabeza que era el momento así que espero que sepas hacerte responsable de lo que suceda despues -

-Por supuesto que si -resopló levemente -entonces, vamos de vuelta.

- Perfecto, dame un segundo para que mande una oración a Celebi y partiremos enseguida -

Celebi si como dicen este es tu santuario por favor escuchame, tienes que enteder que la humanidad no esta preparado par el cambio que tu quieres hacer, ellos han avanzado en el mundo cambiando la forma de este y si avanzas con tu plan rapidamente abra muchos muertos, la gente no esta preparada para el mundo que deseas, por favor te ruego que les des tiempo o que al menos dejes algunas zonas intactas tal y como estan ahora para que la gente que no pueda hacer frente al cambio puedo ir a ellas y seguir como ahora.

-¡Biii!

Ahí está, a espaldas de Shiert, tranquilamente sentado, como si hubiera estado ahí todo el rato.

¿Preparados? ¿Cómo no van a estar preparados? ¡Si viven así! Los humanos viven así. Imágenes de campesinos arando con tauros, de gente que vive en cavernas, de la Edad Media. La Edad de Hierro. Gente escribiendo en tablas de bambú. Imágenes anacrónicas, caóticas, mezcladas y todas tan vívidas como si se tratase de ayer. Está ahí, detrás de una hoja. ¿No lo ves? Un repaso de historia exhaustivo... hasta la Revolución Industrial. A partir de ese punto no hay nada para él. Es como si se hubiera vuelto ciego.

Yo no estoy cambiando el mundo, Shiert. No estoy creado un mundo. Lo estoy arreglando :)

No he matado a nadie. Yo no mato a nadie. Ellos se mueren. No doy la vida. La vida está dentro de vosotros.

Levanta el vuelo, batiendo rápidamente sus alas de cristal. Revolotea como ya le habéis visto hacer otras veces, pero parece inseguro, preocupado.

¿Cuánto tiempo ha pasado? El camino que no me está permitido pisar... ¿cómo de largo es?

Shiert, no entiendo. Los humanos de un lado viven en equilibrio con los pokémon y las plantas. Pero en este lado los humanos han matado a pokémon y plantas, han conquistado su terreno, pero no parecen siquiera tener memoria de haberlo hecho. Y entre medias, sólo hay esa pared de roca impenetrable.

Astrid, ¿puedes explicármelo?

Se acerca adonde se encuentran la chica y su vulpix, que hasta entonces retozaba a su alrededor.

Iri, ¿tú lo entiendes?

Durante este rato, una parte de la mente de Astrid vagaba por sus recuerdos sobre mitos y leyendas.

En Kanto, donde ella vive, se cuenta que habitan tres pájaros legendarios. Pero se habla de ellos como de espíritus indomables de fuego, hielo y rayo. Nunca ha oído que hayan ayudado a los seres humanos. Sin embargo, recuerda haber leído en algún libro que los pokémon de las leyendas de Johto son llamados los Perros Guardianes... Está segura de haber leído que cada uno tenía un carácter muy particular, aunque ahora mismo no está segura de cuál era el más violento o cuál el más compasivo. También están las leyendas de una criatura gigantesca dormida bajo las aguas y un pájaro multicolor... Se sabe que tomaron partido por los humanos en algún momento, pero ¿será posible volver a invocar a tales colosos? También ha oído que la última vez que estuvieron por la Tierra causaron unos cuantos destrozos...

- puede esplicarte lo que ocurrio, aunque se que no sera agradable Celebi, pero te ruego que por favor me escuches para intentar comprenderme, la humanidad te adora como a un dios pero tambien te teme, los humanos somos codiciosos, oscuros por naturaleza, no nos conformamos con lo que tenemos queremos seguir avanzando hacia delante, el mundo en el que viviamos donde todo estaba en perfecta sincrocnia no era suficiente para nosotros los humanos, al menos no para todos, así que siempre intentabamos avanzar, tu como guardian de la naturaleza lo has impedido una y otra vez, cada ve que la humanidad avanzaba dando un paso hacia el progreso nos hacias retroceder, la gente no era capaz de comprender por que ocurria esto, pensaban que solo querias limitarlos y entonces... - no sabia muy bien como explicarselo ya que yo no conocia el proceso - Sellaron tu entrada a una epoca, desde los inicios de la era industral, el final de tus recuerdos hasta el dia 7 de este mismo mes has estado bloqueado, tu entrada a nuestro espacio tiempo fue impedida, no se exactamente como lo hicieron y te aseguro que no es algo que me agrade, si por mi fuera nunca abria dejado que algo así ocurriera -

Precisamente es lo que trataba de impedir ahora, que el temor al derrumbe de la cibilizacón moderno obligara a la gente a volver a desterrarle, mi acuerdo no habia sido permanente, me concedieron tiempo para razonar con celebi para intentar llegar a un acuerdo y que el nos entendiera, si no lo conseguia tendria que intentar algo para que no lo desterrasen otra vez.

- Mira en mi mente, el paso del tiempo lo a cambiado todo, la gente no sabe vivir en la naturaleza, se han acostumbrado a sus grandes casas de cemento y metal, estan acostumbrados solo a lo que conocen, han pasado siglos desde que entraste en este realidad, todo es diferente ahora, el mundo no sobrevivira facilmente el cambio, se que tu quieres proteger la naturaleza, pero tengo que rogarte por la humanidad, concedeles tiempo, intenta pactar con ellos, no quiero que haya una guerra pero se que la humanidad sucumbira al miedo si no pueden adaptarse y el miedo les llevara a tratar de acabar contigo, mi objetivo es evitar eso, protegerte y proteger al mundo, pero no puedo hacer nada solo, te lo suplico celebi, mira en la mente de las personas, observa como a pasado el tiempo y crea un nuevo equilibro donde todos podamos vivir en paz -

Astrid se sorprendió al verle.

-Siempre con nosotros, ¿verdad? -sonrió- Shiert habla por los humanos que son...como él, por así decirlo. Que ya están demasiado acostumbrados a la tecnología y a sus vidas cómodas. A ellos les costará mas acostumbrarse, pero yo creo que estarán bien. Venimos de la naturaleza, y nuestros antepasados eran mas felices y mejores personas antes de tantos adelantos...pero él esta preocupado porque malas personas se aprovechen de tus acciones. Creo que deberíamos encontrar alguna forma de impedir que dañaran mas, al mundo, otras vidas, y a ti y otros pokemon si te encuentran. Necesitamos aliados.

Le miró, decidida.

-No soy fuerte. Mis amigos lo son, pero no creo que seamos suficiente para cuidar de ti y de lo que quieres hacer. Creo que Shiert tiene razón en cuanto a lo de retrasar un poco tus acciones...

Miró al chico ahora, duramente.

-Me cuesta mucho volver a confiar en ti. Pero esto funcionará solo si trabajamos juntos, porque yo no tengo conocimientos de ubicaciones o de como rastrear bases de Team criminales.

Volvió a mirar a Celebi.

-No eres la única leyenda que habita, probablemente ninguna se oponga a esto debido a que el verde es bueno para los humanos. Lo único que realmente puedo hacer, es tratar de hacerme amiga de algún otro Pokemon Legendario, y...desbaratar cualquier intento de iniciar guerras. Si mis palabras pudieran llegar a alguno de esos pokemon, quizá...solo quizá nos prestaría su poder para destruir sus bases -estaba muy consciente de lo que estaba diciendo- No me gusta en absoluto tener que llegar a eso, pero incluso avisándoles es probable que muchos sean tercos y se queden...

Suspiró.

-He comprendido en este tiempo, que es imposible que nadie salga lastimado, tanto a nivel físico como emocional. Yo he lastimado por mis amigos...y he sido lastimada. Pero entiendo también que si no se hace nada, la cantidad de personas afectadas será mucho mayor. Por eso...creo que los Team deben ser neutralizados, o presiento que harán un daño increíble aprovechándose del caos. Pero mi conocimiento es poco sobre leyendas, y el tuyo es infinito siendo equivalente al tiempo. Te pido que me muestres...a quienes consideras que pueden ayudarnos. Tampoco hay garantía de que me escuchen, no soy nada especial, ni he hecho grandes logros en mi vida. Pero quiero intentarlo, porque realmente... -le sonrió- ...realmente creo en tu causa. Déjame ver lejos, en esta y otras regiones del mundo...lo que tus ojos conocen.

Antes de que celebi pudiera decir nada respondi a Astrid, necesitaba hacerle una pregunta, saber que pensaba hacer con ciertas cosas antes de tomar una decisión.

- Astrid, ¿estas totalmente segura de lo que acabas de pedir?, lo que yo pretendo es proteger a celebi y hacer que el mundo se adapte despacio, explicarles que ocurre y que todo siga su curso sin demasiada destrucción, desarticular los Teams, construir nuevos gobiernos que sepan respetar al mundo y tomen medidas contra el mal que lo acosa, lo que tu acabas de pedir es una guerra directa, ¿suplicaras a otro Pokemon legendario que te ayude a segar las vidas de los humanos¿, ¿arrasaras con los team sin dudarlo?, no es algo que vea mal, ¿pero que ocurrira con los cientificos que hay en mi casa? ¿vas a matarlos?, ¿que pasara con mi jefa?, la que me pidió que protegiera a celebi y este mundo, ¿tambien la mataras?, piensas ademas matar a los ejercitos de los gobiernos cuando se alcen contra ti, ¿aniquilaras a la mitad de la humanidad sin ningun remordimiento solo para conseguir el mundo ideal que tu anhelas? -

Si su respuesta era que si, estaria convirtiendose precisamente en lo que ella odiaba, ella querria destruir a los team por que eran malos y no aceptarian el mundo que ella queria, ellos querian adueñarse del mundo para crear el mundo de sus sueños, el que ellos anhelaban el que creian que seria perfecto y no traeria mas caos al mundo, existian equipo en el mundo que veneraban a Pokemon legendarios y solo pretendian crear el mundo perfecto para ellos, si Astrid les atacaba para crear el mundo perfecto de Celebi seria igual que ellos, un monstruo una persona como las demas a las que ella misma quiere matar.

- Respondem Astrid, estas dispuesta a ser exactamente igual que aquellos a los que quieres destruir, por que si es así no veo razón alguna por la que no deviera solicitar yo lo mismo que tu y acabar con toda la humanidad ya que nadie merece ser salvado desde esa perspectiva que muertas, el mundo tiene que continuar, algunos tienen que ser eliminados, pero solo deveriamos solicitar a cualquier Pokemon legendario que ayudase a celebi a defenderse, nunca que atacase o segase la vida de nadie por que entonces el mundo que quieres crear seria igual de horrible que el anterior -

-Calla -dijo cansada, aunque mantuvo la sonrisa. Sonaba algo fastidiada - Interpretas todo demasiado fatalistamente. Solo pienso quitarles herramientas. Sin una base ni maquinarias con la que puedan operar, no van a atacar nada. No Shiert, no voy a ser una asesina ni una guerrillera, y las personas en tu casa no tienen nada que ver, ¿para que iba a hacerles nada? -torció la cabeza mirándole incrédula y extrañada- Creo que en el hipotético caso de que consigamos esa ayuda, muchos tirarán lo que estén haciendo y abandonarán sus intenciones, y los que no, pueden ser dispersados con facilidad. No, no asesinandolos si eso estas pensando, pesado. Subestimas lo que los pokemon pueden hacer, una vez mas. Y la autoridad de los dioses pokemon, también. Quiero ayudar a cambiar el mundo a algo mas pacífico y haciendo el mínimo daño o molestia posible.

Le devolví la sonrisa a Astrid - Ser fatalista es mi trabajo, tengo que estudiar los peores escenarios posibles para encontrar una solución en cada uno de ellos y poder terminar mi trabajo, así que no me ofende demasiado que me acuses de ella la verdad, pero realmente solo buscaba ver tu respuesta para tomar una decisión, existe un Pokemon legendario artificial creado por los laboratorios del Team Rocket, no puedo darte mucha mas información, basicamente solo escuche leyendas sobre el, pero se que existe, así que si buscas un arma para acabar con los Team, el es precisamente le adecuado -

-No estoy buscando un arma. Estoy buscando un amigo, y un aliado que apoye mis ideales.

Tomó de vuelta a Iri, que estaba mirando a Celebi casi sin pestañear. Le daba la impresión de que hablaban, pero sin hablar.

Un amigo... Un arma... Un aliado... Adorar, odiar, avanzar, impedir... Los pensamientos de Celebi manan en un torrente desaforado, salvaje, inaprensible. ¿Me estás acusando? ¿Estás diciendo que yo tengo la culpa? Eso es lo que creen los humanos. Ellos. Los que tienen amigos que son su propia creación, pokémon, símbolos. Ellos me encerraron, dejaron fuera, dejaron dentro, dejaron aparte, al otro lado. Son creadores pero al fin y al cabo son humanos. Humanos. Grupos de humanos, "tims". Matar. Destruir. La vida y la muerte son un ciclo que se entrelaza en todas direcciones, una esfera, un mar, unas raíces, el tejido más ínfimo de la vida y la muerte que se entrelaza y forma el planeta, la realidad de las cosas, los seres vivos, los pokémon, los humanos, un humano, Shiert, un humano que cree que entiende la naturaleza de los humanos, crees que entiendes la naturaleza humana, pero ¿quién conoce la naturaleza humana? ¿Quién conoce la naturaleza de las cosas? Al igual que ella -no es Astrid, pero hay otra "ella"-, esperas lo peor porque deseas lo mejor...

Por un momento se queda "callado", el torrente psíquico se detiene y parece guardarse sus pensamientos para sí mismo y quedarse sumido en ellos.

Durante todo este rato, Iri lo observa, tranquila. Sus ambarinos ojos almendrados muestran un brillo de inteligencia. Mueve a un lado sus seis colas del color de las llamas.

Oh. ¿Dices que algunos pokémon también lo necesitan ahora? ¿Que ellos también viven así? ¿Tal como ha explicado Shiert?

-Gruuu :3

...Y que no todos los humanos son iguales. Eso ya lo sé. Que Astrid no me encerraría como nunca te encerró a ti. Eso también lo sabía. Ella -"Astrid", "tú", no hay pronombres ni nombres como no hay palabras, es el concepto de la propia Astrid- está de acuerdo con lo que estoy haciendo, sólo se necesita algo de tiempo -tal como dijo Shiert... Algo, un día, un mes, una vida humana, una vida absol, una vida relicanth, una vida caterpie, un año, un segundo, un siglo...- para que puedan volver a acostumbrarse, a aprender, a recordar... Algo de tiempo y...

Un amigo, un arma, un aliado. Un amigo. Sí. Venid conmigo...

Celebi echa a volar ligero, haciendo tirabuzones en la brisa del bosque. Cruza entre Astrid y Shiert. Iri, salta al suelo desde los brazos de Astrid y lo sigue, decidida.

-Biiiiiiii :) -El pequeño pokémon verde les hace señas con la mano para que le sigan antes de zambullirse por un sendero del bosque.

- ¿Acusar? no, jamas te acusado de nada, yo ni siquiera sabia lo que habia ocurrido hasta hace poco, solo expuse el punto de vista de aquello que te desterraron - Yo no mentia con eso, mis palabras solo se referian a lo que Fusun me habia contado, yo no era quien para juzgar los designios de un dios Pokemon, ni para justificarlos tampoco.

El resto de pensamientos de Celebi eran confusos, demasiado rapidos para intentar poder decirle algo, demasiado fuertes y confusos, pero aun así entendia mas o menos lo que queria expresar, y si, yo creia conocer la naturaleza humana, no a la perfección pero en general sabia que por naturaleza los humanos eramos despreciables, cobardes, sanguinarios y avariciosos, aunque tambien teniamos grandes virtudes, el problema era lo que cada persona escogía mostrar al mundo y como se comportaba, no todos eramos iguales, aunque en esencia nos pareciamos mucho.

Celebi entonces empezo a volar, pidiendonos que lo siguieramos, seguramente querria llevarnos algun lado a que conocieramos a ese amigo, aunque no sabia muy bien a donde ni como, pero eso no impediria que lo siguiera.

Comence a correr tras el, solo esperando ligeramente a Astrid y a Abra, no queria que ninguna de ellas se perdiese.

Astrid corrió detrás de ellos intrigada, preguntándose en quien pensaba Celebi, o si ya mismo estaba ayudandole. Pasó a Shiert sosteniendole la mirada, y luego se concentró en seguir a la Vulpix, porque Celebi se confundía bastante entre el verdor y era complicado seguirlo con la vista y su velocidad.

-¡Biiii! -Se oye al pequeño pokémon planta entre los árboles.

Eso esperaba, Shiert. Porque tú eres mi amigo ^^. 

El abra mira a su entrenador y, viendo que su entrenador sigue a Celebi, se teletransporta a intervalos de unas decenas de metros, adelantándolo y siguiendo al Guardián del Bosque.

Para cuando consiguen alcanzarlo, Celebi se encuentra arrodillado junto a un pequeño estanque de aguas cristalinas, como si contemplara su reflejo. Iri y el abra se encuetran sentadas junto a él, observando con curiosidad.

Las aguas del estanque son límpidas, transparentes e inmóviles como un cristal, de una profundidad que no le llegaría a Astrid a la cintura, probablemente, y su extremo posterior se pierde entre la maleza. Sin embargo, no bien se han acercado todos a su alrededor cuando en el centro de la superficie líquida empiezan a formarse ondas y algo empieza a emerger, algo que se hace cada vez más grande, como si la propia agua del estanque quisiera escapar de la prisión de la gravedad, se alzara y tomara forma. La figura sale del agua, brillante, solemne, hasta posar sus patas con la delicadeza de un surskit sobre la superficie del estanque, donde las ondas se van disolviendo poco a poco hasta volver al estado de quietud inicial.

El majestuoso can sacude su larga melena púrpura con un elegante movimiento y mira a cada uno de los presentes.

-Bii-biiii :)

Al ver al Guardián del Bosque, el pokémon recién llegado inclina levemente la cabeza a modo de saludo.

-Vaya...sabes escoger bien a tus amigos, ¿verdad?

Alcanzó a decir, maravillada como era de esperar. Conocía a Suicune, hacía poco había estado pensando en él y sus hermanos por así decirlo. No podía sentirse menos que honrada de estar viendo al Viento del Norte, pues conocía que solo se dejaba ver por ojos selectos con sumo cuidado. Reverenció levemente cuando este le miró, agradecida.

-Muchas personas han perdido su vida para intentar tener un vistazo de la encarnación de la Aurora. Hoy es un día de suerte...o de destino. Cualquiera sea el caso, estoy muy agradecida. Mucho gusto. -dijo con suavidad.

Mira aquella criatura que emergió de las aguas sin saber quien era exactamente, celebi no había conducido hasta alli por lo que deducía que se trataba de algun Pokemon legendario, alguien sumamente poderoso de eso estaba seguro dadas las palabras de Astrid, pero yo no tenia ni idea de quien era y esperaba que eso no ofendiera aquel Pokemon demasiado.

Incline la cabeza ligeramente en señal de respeto tal y como parecía estar haciendo la criatura, no sabia quien era pero si era un Pokemon legendario estaba claro que se merecía aquello.

- Disculparme no conozco vuestro nombre, pero es un honor estar ante un compañero de Celebi -

Devolviendo el saludo, leve y seriamente, a los presentes, el pokémon sale del agua.

-Arouuu. Ruuuuuuururuu -contesta a Shiert. Enseguida se da cuenta de que no lo entiende, así que lanza una mirada a Celebi.

-¡Bii, bii! xD -le responde la plantita y el eco de los pensamientos de Suicune fluye como un poderoso río a las mentes de humanos y pokémon.

Nombres. Los nombres son cosas humanas. Nosotros no los podemos pronunciar. No necesitamos nombres, ya sabemos quiénes somos. Los pensamientos son tranquilos, solemnes, sin rastro de enfado.

Pues yo no estoy de acuerdo. A mí me gusta que Astrid me llame Iri, Iriasvyel, porque sólo me lo dice a mí y sé que es porque para ella soy distinta de cualquier otra vulpix, más allá de mi color. Me llama por mi nombre como a una amiga, a una igual.

No es hasta que el legendario can de agua se la queda mirando fijamente que Iri se da cuenta de que, gracias al campo telepático de Celebi, todo el mundo ha podido escuchar esos pensamientos. La pequeña vulpix trastabilla hacia atrás, se cubre la cabeza con las patas delanteras y se rodea el cuerpo con sus colas. Resulta evidente que si no estuviera cubierta de pelo se habría vuelto del color de un Darumaka.

... Como sea, entiendo que si el Guardián del Bosque os ha traído hasta aquí y me ha invocado es porque os habéis ganado su confianza -Los pensamientos no son como las palabras; están cargados de matices, y puede deducirse fácilmente que Suicune considera a Celebi superior a él, o que por una u otra razón respeta enormemente su opinión-. Además, agradezco vuestro respeto. Es reconfortante saber que aún quedan humanos que respetan las aguas.

Gracias a la telepatía, en sólo unos breves momentos Celebi pone a Suicune al corriente de los planes de los muchachos.

Suicune parece sorprendido.

Entonces estáis dispuestos a apoyar al Señor del Bosque, incluso en contra de la opinión de muchos de vuestros congéneres. Pero entiendo que pidáis más tiempo. Señor, yo llevo observando a los humanos durante todo el tiempo que estuvo sellado...

...fuera del mundo... lo corrige Celebi, dulcemente.

...y ese tiempo es más largo de lo que en principio aparenta. La forma de vida humana ha evolucionado a un ritmo inimaginable, y la de los pokémon con ella. Y la naturaleza, y los ríos, y los mares... Imágenes de contaminación inundan la mente de los chicos junto con un profundo sentimiento de tristeza.

Bah, si antes sabían vivir en armonía...

Señor, los humanos ya no recuerdan cómo vivían antes.

Se vuelve hacia los muchachos. Está junto a ellos, tan cerca que podrían tocarlo con sólo estirar el brazo.

-Arouuuuu.

No sé exactamente qué pudo hacer por vosotros, pero contad con mi ayuda.

-¡Biii! ^o^