Partida Rol por web

-Uhm... -Astrid cada vez estaba mas convencida de que venir había sido una pésima idea. Pero ya era tarde para retractarse.

Bien hecho Astrid.

Frunció un poco el ceño.

Al oírla oferta de Shiert, el hombre joven sonríe "seductoramente" a Astrid. Sin apartar sus ojos verdes de Astrid, vuelve a dirigirse al hombre de la barba con tono de mando.

-Ya has oído, Greenhilt. Libera a los pokémon de las tres balls.

El apelado se dirige al fondo de la sala, donde empieza a teclear algo con mano experta en una de las máquinas de cuyo prototipo robara el plano mucho tiempo atrás Shiert.

-Lo he oído, pero sigue sin ser mi tarea. Y tú sigues sin ser mi jefe, Johnson. Solo eres project manager. De este proyecto, que por cierto no tiene nada que ver con enmendar los desaguisados de los inútiles de vuestros soldados.

Sigue una réplica airada del tal Johnson. El hombre de la barba vuelve a sumirse en un silencio hosco.

Entre tanto, la mujer coge la ball de Iri, que ha quedado olvidada en la mesa en la que antes estaba trabajando Greenhilt, y la observa con bastante más atención de la que le prestara Johson, quien solo tiene ojos para Astrid. Presiona el botón central con idéntico resultado.

-Hm... ¿Estáis seguros de que los pokémon que hay dentro de las ball aún viven? -Pregunta a Astrid y Shiert con un tono más agradable que con el que les dio la "bienvenida" gritando exasperada que el proyecto no estaba listo y carente del cinismo con el que normalmente se refiere a Johnson. -Lo siento, soy bióloga pokémon, no puedo hacer nada mientras los pokémon no estén en su forma física. Johnson es neuroquímico, además de un gilipollas. Sin embargo, el Dr. Greenhilt trabajó en el departamento de Electrotécnica de Silph. Incluso participó en el desarrollo de la Máster Ball. Si alguien puede ayudaros, es él -Dirige una mirada al hombre de la barba muy diferente a las miradas ácidas con las que taladra al más joven. Se trata de una mirada... ¿preocupada? ¿compasiva?-. Doctor Greenhilt... -Lo llama con tono amable. El hombre, no obstante, sigue sin darse por aludido.

-Porfavor -se adelantó, mirando al hombre fijamente, suplicante- Sé que no es su tarea y parece bastante atareado con la suya propia, pero...estoy segura de que los pokemon dentro de esas pokeball estan vivos, y por lo que parece es el único que podría manipularlo para poder liberarlos. Doctor Greenhilt...sé que no me conoce y yo tampoco le conozco, pero si hubiera algo que pudiera hacer o decir para que pudiera prestarnos algo de su valioso tiempo en liberar a estos pokemon...

Ante la intervención de Astrid, a Greenhilt no le queda más remedio que, como mínimo, prestarle atención. Por fin se digna a detener su actividad por un momento, se vuelve y escruta a la chica de arriba abajo.Su expresión, no obstante, es dura:

-Esos pokémon deben de ser muy valiosos para que os estéis tomando tantas molestias por ellos. ¿Qué son? ¿Variocolor? ¿Genética perfecta? ¿Todo a la vez? -Hace una pausa, sin dejar de mirar a Astrid a los ojos con el ceño fruncido. Parece extrañado ante la actitud de Astrid, pero se mantiene en sus trece. Ahora que lo ve más de cerca puede constatar que efectivamente parece cansado, pero no ya físicamente sino psicológicamente-. ¿Qué eres, soldado raso? Lo que yo quiero no está en tu mano, niña -La llama "niña" porque, por edad, perfectamente podría ser su padre. Sin embargo, Astrid es lo suficientemente sensible -cualidad, además, agudizada por los años cuidando pokémon de todas clases cuyos sentimientos y deseos tenía que adivinar, ya que obviamente no pueden hablar- para que no se le escapa el dolor que empaña la última frase del Dr. Greenhilt.

Llegada a este punto no sabía si hablar de mas podía ser perjudicial para ella y Shiert, en el corazón de la base de un team terrorista no estaba segura de que de precipitarse los hechos pudiera escapar, de hecho era casi imposible.

-Mi pokemon es variocolor...pero no es de interés por su genética...el pokemon que esta aqui dentro es mi familia y no quiero que esté encerrada hasta la muerte en esta pokeball. No soy parte de esta institución, pero mi compañero si ya que también tiene pokemon atrapados. Y entenderá que no iba a dejarle por las buenas la pokeball con alguien tan valioso dentro con solo una promesa de que dentro de un tiempo me la devolvería, apenas lo conozco. Así que he venido personalmente, y no me hace nada de gracia de veras estar aqui. Supongo que de forma coleteral será beneficioso para su organización, ya que estoy segura de que saliendo de aqui vaya a pedirme algo que colabore con lo que sea que estan haciendo aqui.

Suspiró, no le gustaba mentir ni tenía ganas de hacerlo.

- La verdad es que yo fui el que causo que las Pokeball terminaran así para que voy a engañarle y si, como dice tenia que pedirle algo aunque la verdad le prometi que le ayudaria con su Pokemon y lo que tengo que pedirle no tiene nada que ver con esto, yo le cause este problema y supongo que es mi obligación ayudarla a resolverlo así que si puedo ayudarle en algo estare encantado de asumir el encargo que fuera a pedirle a ella -

No es que estuviera diciendo nada sorprendente y como era verdad ella no me creeria así que aun era mas divertido.

El comentario que Astrid ha dejado caer con tanta naturalidad cae como una bomba en el laboratorio. Por un momento, mientras la chica termina y Shiert habla, los tres científicos se quedan callados.

-¿Has dicho que... no perteneces al Team Rocket? -El primero en reaccionar es el Dr. Greenhilt. Como movido por un resorte, coge a Astrid por los hombros y le grita: -¡¿Qué has hecho, niña?! ¡¡Has venido a meterte en la boca del houdoom!! ¡Huye antes de que sea tarde!

-¡De eso nada! -Johson ha sacado una pokéball reducida y rápidamente pulsa el botón central para agrandarla, aferrándose con la otra mano al borde de una mesa -Lo siento mucho, preciosidad, pero no vais a salir vivos de aq...

-¡NI SE TE OCURRA! -Ruge la mujer, volviéndose hacia su compañero con los brazos extendidos. Se oye un chasquido metálico al principio de la sala: la puerta del laboratorio ha quedado cerrada a cal y canto con un cierre de seguridad-. ¡NI SE OS OCURRA A NINGUNO SACAR UN POKÉMON EN ESTA SALA! A no ser que queráis que se conviertan en sujetos de experimentación de un virus inestable, claro está. -Añade con tono cáustico, señalando con ferocidad una serie de recipientes de cristal con cultivos de microorganismos perfectamente alineados en una mesa de trabajo. Luego se vuelve a Shiert: -Bueno, ¿y a ti cómo se te ocurre traer a una civil a la base secreta? ¿Qué pensabas hacer cuando fuera a la policía a hacerle una descripción detallada de todo lo que ha visto aquí?

- Con sinceridad puesto que nuestra queridisima jefa Charlotte me a entregado un permiso oficial para poder entrar con ella, la verdad es que me da exactamente igual, ademas de que si nos denuncia el problema seria mio directamente y me tocaria a mi encargarme de que no pudieran encontrarnos y de que los implicados desaparecieran, así que en cualquier caso el problema es mio y del cuerpo de asesinos de Charlotte - 

La verdad es que dudaba que Astrid fuera a denunciarnos a la policia y mas aun dudba que con lo que estaba pasando en el mundo a la policia le importase una mierda donde estabamos y que haciamos, ya tenian suficiente trabajo, eso y que no sabia donde estaba la base por que nos habiamos teletransportado.

- Si os sirve de consuelo entramos teletransportandonos por lo que desconoce la hubicación de la base así como sus entradas y sistemas de seguridad, y si tengo que dar algun argumento mas para que hagais lo que os pido... digamos que esta chica de aqui es la unica capaz de evitar que el mundo se vaya a la mierda -

Astrid se tensó ante el movimiento del joven doctor.

-¿Que hice?. Desde que puse un pie aquí asumí que no debí haber venido quizá, pero tenía asuntos aqui como he dicho ya. Pero...parece que aún aquí hay algunas buenas personas. -sonrió al hombre que había intentado ayudarle con desespero- De todas formas no puedo enfrentarme a 4 personas a la vez si es que deciden hacer una tontería.

Aún así, se mostraba demasiado confiada, como si el asunto fuese algo menor. Estaba muy concentrada en su papel, no queria mentir al hombre, pero sabía que aqui abajo no podía apelar al buen corazón de la gente.

-Supongo que no confiarán en mis palabras y es natural...si solo viniera con ellas. Pero realmente no me interesa que hagan aquí abajo o denunciarlos a la policía, yo solo quiero extraer a mi pokemon de la pokeball averiada, y que el extraiga a los otros dos. Eso es todo. -incluía claramente a Shiert entre posibles amenazas, quizá adrede o para que el resto lo sintiera mas integrado a sus siguientes palabras, o quizá ambas.

Entonces adoptó su postura usual continuando con la diplomacia, pero su mirada perforó a Johnson. Quizá de no tener sus propias ocupaciones podría haber tenido un buen trabajo en relaciones públicas o algo así.

-Pero creo que han reaccionado por la cautela, nada mas, y eso esta bien ya que parece que sus oficios son delicados. Pero debo recordárles que los permisos expedidos por sus superiores están correctos y al día. -señalo diligente y un poco despiadada, sin dar tregua- Impidiéndome el paso por sus instalaciones, siempre y cuando esté acompañada por un miembro estaría yendo directamente contra ordenes de unos cuantos superiores, y no creo que esté demasiado contento de recibir estas noticias. Esto tiene una razón por supuesto -que ni ella sabía- que no es necesario que sepan, creo que quien entregó el permiso sabía bien lo que hacía y tenía suficiente autoridad como para hacerlo. Teniendo estas cosas en claro... -unió las manos en la espalda, formalmente, con una leve sonrisa. Viéndole hablar de forma tan analítica hasta empañaba un poco su imagen inocente, un objetivo oculto que tenía era hacerles dudar realmente acerca de quien tenían delante. Hablaba como si conociera gente dentro de la organización, pero no era de ella. La duda de ¿quien será entonces? y ¿debería seguir presionando? empezaban a materializarse, o eso esperaba- ¿Podemos continuar?

-Charlotte, ¿eh? Humm... -Contesta la mujer, aceptando los argumentos que le han dado. De todas formas, parecía más preocupada porque fueran a armar un pandemónium vírico que por los detalles administrativos.

Johnson guarda la pokéball con elegancia.

-¿Tienes un permiso especial de esa diosa? ¿Qué has tenido que hacerle para conseguirlo? No, mejor no me lo cuentes... Cabrón con suerte... -Se encoge de hombros- Haced lo que os dé la gana. Con gusto me dejaré azotar por ella si hay algún problema. 

Greenhilt mira a sus dos compañeros, algo sorprendido aunque claramente aliviado y se dirige a Astrid:

-Admiro tu valor, niña. Debes de querer mucho a ese pokémon. -Coge las balls y las va examinando una por una, pulsando el botón central y girándolas hábilmente entre los dedos. -Hmmm... Y decís que los pokémon siguen vivos dentro... -Se pega una ball al oído y escucha con atención. -Hmm... Veamos... Venid conmigo.

Coge las balls y se mete por una puerta que da a otra sala indicando a Astrid y Shiert que lo sigan.

La científica se encamina también junto a ellos.

-Eh, Blake, ¿tú no tenías que estar controlando el virus? -Johnson sale de su ensoñación para volver a su papel de project manager y controlar a su compañera.

-Otra vez... No empieces tú también como los de arriba, ¿eh? Que por más que los mire y les dé con un palito, la velocidad a la que se multiplican es la velocidad a la que se multiplican. La próxima medición es a las y 27 -Mira su reloj-. Me quedan trece minutos.

Contenta de salir de allí, Astrid le siguió apenas comenzó a andar.

Fiu...

Tener un permiso especial de Charlotte era algo bastante util, aunque la verdad es que no estaba del todo seguro de que funcionara ya que la división interna estaba dando bastantes problemas, pero parece que en el laboratorio eso no era algo importante y se seguia respetando la gerarquia.

Echaba de menos los tiempos de Giovani, aunque yo solo habia estado un año con el y apenas era un novato que no podia hacer nada, giovani era sin duda el lider que todos queriamos, sus planes cumplian un objetivo y jamas trataba de hacer daño a nadie sin una buena razón para ello, incluso su hijo fue mejor lider que los 2 imbeciles que teniamos ahora, solo charlotte era decente y por desgracia la pobre habia perdido demasiado poder y con ella todos los que trabajamos bajo su mando.

Pero ahora no podia ponerme a pensar en esas cosas, lo importante era que habiamos logrado que nos ayudasen en el laboratorio... bueno yo diria que mas bien lo habia logrado Astrid y es que no me habia equivocado con ella, era exactamente lo que necesitaba el problema es que habia perdido completamente su confianza.

La puerta da a otra sala más pequeña con equipamiento electrónico de ultimísima tecnología. El Dr. Greenhill toma una de las balls afectadas, la conecta a un ordenador, ve que no puede acceder a ella, saca una serie de pequeñas herramientas de precisión y empieza a hurgar por las juntas mientras murmura para sí.

-...no hace contacto... Pero si conectase esto aquí... Y esto con... Mm... parece que el segundo núcleo está quemado... -Sus manos son grandes y recias como las de un ursaring, pero maneja las balls y el instrumental con increíble delicadeza y precisión.

La científica -a la que Johnson llamó Blake- observa con las manos metidas en los bolsillos de la bata de laboratorio.

-Hm... Tengo dos preguntas, una para cada uno. -Comenta con tono conversacional. -A la chica: ¿cómo es eso de que eres la única capaz de evitar que el mundo se vaya a la mierda? A... ti, cómotellames, dijiste tu nombre antes pero la verdad es que no estaba prestando atención: ¿sabe tu jefa que Atlas ha movilizado a todas las unidades de esta base para conquistar Ciudad Trigal? A nosotros ni nos va ni nos viene -Shiert sabe que, si bien el Team Rocket actualmente está organizado por regiones, cada una al mando de un ejecutivo, transversalmente cada uno se encarga también de ciertos sectores de actividad: por ejemplo, Charlotte se encarga de la parte financiera y Atlas está al mando de la sección científica-; pero he estado oyendo por megafonía la arenga que les estaba dando Atlas a los de arriba y me ha dado la sensación de que está tomando decisiones unilateralmente... y, hombre, está feo ¿no?

-Realmente no se a lo que se refiere él con eso, y realmente no se si quiero saber -se cruzó de brazos, neutral. Sonrió levemente tras estar algo ensimismada

Pero si lo que creo es cierto, tu quieres evitar que el mundo verde y libre de truánes como los Team inserte-palabra-aquí. Apenas me pierdas de vista planeo irme tan lejos de ti como sea posible, me largaré a otra región incluso. Debí haberme ido donde el artesano, odio este sitio. Aunque por otro lado, creo que al doctor le gustaría un lugar así, se nota que sufrió mucho.

Sonrió levemente con la idea. La naturaleza se llevaría todo lo malo.

- Dice la verdad, no tiene ni idea de lo importante que es para este mundo - Aunque esperaba que algo si se supusiese Astrid por que desde luego no pensaba decirselo precisamente alli dentro para que me escuchasen todos y menos cuando habia tantas cosas en juego.

- En cuanto a Charlotte sabe perfectamente lo que esta ocurriendo, pero no puede hacer nada, Atlas practicamente se a apoderado del Team Rocket y con sinceridad creo que nos va conducir a una muerte segura, pero supongo que es su forma de ser cuando el mundo se va la mierda el pone su semilla para ayudar a que se hunda mas deprisa - como Atlas me estuviera escuchando tendriamos un gran problema - Si Giovani estuviera aquí... en fin nuestros jefes son así y no podemos hacer mucho -

La mujer observa de uno a otro y alza una ceja al ver la sonrisa de Astrid.

-Por favor, dime que "lo importante que es para este mundo" es una forma cursi de decir que estás enamorado de ella y no que el resto del mundo va por el camino que Ciudad Trigal anoche... -Escucha con semblante sombrío los comentarios sobre Atlas-. Hm... Atlas lo hacía bien cuando estaba solo al mando de la sección científica, pero lo de ser jefe de un tercio del Team Rocket se le ha subido a la cabeza y no está ni de coña a la altura de los aires de grandeza que se da. Pero si está dispuesto a llevar tan alegremente el mundo a la ruina yo no pienso...

-Bueno, ya sé cómo lo voy a hacer -Interrumpe el Dr. Greenhilt, levantando la cabeza de las balls por primera vez-. No puedo extraer los pokémon directamente porque el... cómo decirlo... la parte de la ball que permite a los pokémon recuperar su forma física está totalmente frita en los tres casos. Sin embargo, creo que puedo traspasarlos a balls nuevas desde donde podrían volver a salir. -Saca de un cajón unas pokéballs reducidas blancas e impolutas con una raya roja en medio-. Tengo aquí estas honor ball. Si todo sale bien, serán las nuevas balls de vuestros pokémon. Si os parece bien, lo intentaré. No puedo garantizar que vaya a funcionar, pero creo que es la mejor opción. -Mira a los dos jóvenes expectante, con las honor ball en la palma de la mano, pero especialmente a Astrid. "El pokémon que está aquí dentro es mi familia". No puede olvidar esas palabras.

- Mas bien me refiero a que lo de ciudad trigal va ser un juego de niños si mi preciosa amiga no salva el mundo - era quizas la mayor verdad que habia dicho nunca y por desgracia abria preferido no decir nunca, por que el mundo se iria a la mierda dentro de poco y la unica persona que podria salvarlo me odiaba así que la cosa no pintaba bien. - El problema de Atlas es que a olvidado el legado de Giovani y lo que el nos enseño, si se parase un momento a recordar se daria cuenta del eror que esta cometiendo-

El Dr. Greenhilt por su parte parecia estar ya decidido hacer algo era una jugada arriesgada... si fallaba al trapasar los Pokemon morian y si morian Astrid no me ayudaria y lo que era pero el mundo se iria a la mierda, claro que seguramente tampoco me ayudaria aunque su Pokemon se salvase y yo tenia que devolver esos Pokemon robados a su dueño así que preferia jugarmela.

- Bueno yo confio en usted Dr. Greenhilt así que proceda cuando quiera -