Partida Rol por web

-Si, es muy raro...tiene el pelaje dorado, los vulpix lo tienen normalmente de color rojizo.

-Ajá. Vaya. Los pokémon de colores raros suelen ser muy valiosos... Es posible que trate de venderlo en el mercado negro... Aunque siendo así, hay una alta probabilidad de que podamos encontrarle la pista -comenta el policía.

-Y, volviendo a tu agresor... ¿tienes alguna idea de hacia donde haya ido? Mencionaste que tenía un pidgeotto, supongo que habrá salido volando... -retoma el hilo del interrogatorio la agente Mara.

El shuckle sigue tironeando de la manga de Astrid, trantando de que le haga caso.

-Ku, ¡kuuú!

-Si -dijo, bajando la vista para tomar a shuckle, que parecía que quería hacerse notar. Tenía el ánimo destrozado, pero se forzó a esbozar una sonrisa para él y mirarle con atención para ver que quería- Pero el no lo quiere para vender, o eso me dijo...pero no le creo una palabra de lo que pueda haber dicho, asi que todo podría ser dudoso...este equipo aqua, tiene base en algun sitio? Si los encuentro a ellos debería encontrar al ladrón.

En cuanto Astrid levanta al shuckle del suelo, este agita las patitas de delante de arriba abajo, mientras señala con la cabeza insistentemente una dirección sobre los árboles. Su expresión es totalmente seria.

Mientras, el policía contesta a Astrid, ajeno al comportamiento del pequeño bicho rocoso.

-Sí, eh... No tienen mucha presencia en Kanto ni en Johto, pero recientemente han empezado a presentarse en esta región, por lo que sospechamos que tienen una base. A juzgar por su modus operandi en otras regiones, lo más probable es que su base esté en una de las islas del sur. No creo que haya sido tan tontos como para ocupar las Islas Espuma... por ahí pasa demasiada gente... Aunque claro, nunca se sabe, hay muchas cuevas ocultas. Es posible que estén en la ruta 39. Pero bueno, todo esto son conjeturas. En cualquier caso: usted no debe preocuparse. Lo que tiene que hacer es poner una denuncia, dejar que nosotros nos ocupemos de todo e irse a casa a descansar.

-Un segundo...

Astrid miró hacia la dirección de los árboles.

-¿Que pasa?...shuckle estaba aqui y si estaba despierto cuando se llevaron a Iri...quizá ese chico o bien se fue por allá, o sigue allá...y si es así, ¡tengo que alcanzarlo!

Astrid salió hacia allí a toda velocidad, ansiosa, y algo esperanzada.

-¿Será que por alguna razón no pudo volar y se escondió entre los árboles?

-¡Espera, chica! -dice el policía- No puedes salir corriendo así, es... peligroso...

Pero Astrid ya ha salido corriendo.

-Eres muy convincente, Tom -Astrid oye a la agente Mara comentarle a su compañero con sarcasmo, a su espalda, aún en el claro.

Astrid se ha internado entre los árboles, pero no encuentra a Shiert. Atraviesa la pantalla de árboles y llega al camino que se dirige a ciudad Azafrán. No hay ni rastro del joven.

-¡Ku! ¡¡Kuuu!! -El shuckle le tira de la sudadera y, en cuanto vuelve a hacerle caso, vuelve a hacer el gesto moviendo las patas delanteras arriba y abajo a ambos lados, como si quisiera volar, mientras señala con la cabeza adelante, hacia Ciudad Azafrán.

Astrid se concentro, y compredí o eso creía lo que le decía el pokemon.

-¿Que se fue a Azafran? 

Astrid volvió pronto donde estaba.

-Shuckle dice que se fue hacia ciudad Azafran. Le creo, no creo que este bromeando con este tema.

Se limpió algo mas mejillas de lágrimas con su manga.

-Tengo que ir hacia allá cuanto antes, no sea que se mueva de nuevo y vuelva a perderlo.

Suspiró.

-Pero aunque lo encuentre, tiene pokemon entrenados en ayudarle en sus fechorías, y yo perdí a Iri...no es por discriminarte shuckle, pero no creo que podamos contra ese chico y sus somniferos.

Miró a la agente de policía y los demas presentes.

-No creo que tengan tiempo o ganas de ayudar en un caso relativamente pequeño imagino, lo entenderé si es así. Solo necesito algo para protegerme de los somniferos que usa como mínimo, ¿servirá un cubrebocas? Hay alguno en casa. O a lo mejor una máscara de gas, pero eso si ya no tengo y creo que sería complicado conseguir una...

Los policías se miran.

-Un caso de robo de pokémon es algo muy serio. Especialmente si un miembro de una banda organizada está involucrado. Sin embargo, usted no debería tratar de resolverlo por usted misma, ni mucho menos tomarse la justicia por su mano (que le recuerdo que es un delito), sino dejarlo en manos de las fuerzas de la Ley. Váyase a casa y tranquilícese. Nosotros nos ocuparemos de todo. La informaremos en cuanto sepamos algo.

Ante la respuesta de la policía, el Sr. Fuji agarra a Astrid por el brazo con una sonrisa de amabilidad exagerada y contesta casi por ella a los policías.

-¡Por supuesto! Venga, Astrid, vamos a casa. Descansa y deja a estos señores trabajar. Muchas gracias por su ayuda, agentes. -Y prácticamente se la lleva arrastrando.

Shuckle mira de unos a otros con cara de descontento.

-Sí, eh, disculpe, si es tan amable de firmar aquí, para hacer efectiva la denuncia... -El policía de nombre Tom tiende a la chica un papel oficial que ha rellenado a mano y un boli.

-¡Ah, sí, por supuesto! Venga, Astrid, firma. -Dice el Sr. Fuji, apremiante y con una sonrisa un tanto forzada.

Astrid le dió al Sr. Fuji el shuckle un momento para firmar, y luego accedió a irse con él de vuelta al pueblo, al menos mientras le vieran.

En cuanto han perdido de vista a los policías, el Sr. Fuji se dirige a Astrid con tono apremiante.

-Está bien que "las fuerzas de la Ley" -dice imitando el tono formal del agente- se ocupen de esto, pero como tengas que esperar a que sean ellos los que solucionen esto, Iri puede ser un fósil de ninetales cuando la recuperes. Tú eres una chica despierta y capaz... y además conoces al ladrón, cosa que ellos no. Coge un pokémon del Centro de Voluntarios y vete a Azafrán lo antes posible. De todas formas, ya ibas preparada para el viaje. ¿Recuerdas el fearow del pico partido? Aunque no pueda vivir en libertad porque con el pico roto no puede procurarse alimento él solo, por lo demás está perfectamente (en gran parte gracias a tu dedicación) y podrá llevarte. Y sí, seguro que es buena idea que te lleves un cubrebocas*. Daño no puede hacer, ¿no? Pero coge uno del Centro para ir más rápido.

Asintió, y le dió un abrazo al anciano.

-¡Sabía que entendería! Ahora...su pokemon volador era el que mas hacía daño...

Pensó un momento.

-¿Que tal el Jolteon? Parecía bastante impaciente por dejar el centro ahora que esta mejor, ¿no estaba teniendo problemas de conducta por estar hiperactivo? Quizá esta salida le haga bien.

-¿Eh? Ah, sí. Oh, vaya, si lo llego a saber… Esta misma mañana mientras no estabas se lo di a ese niño que parecía tan impaciente por tener un pokémon, ya sabes, el hijo de los pescaderos… Lleva tanto tiempo pidiéndolo... Qué mala pata. Bueno, con el fearow te irá bien, también tienes ese shuckle… Por cierto, ¿cómo se ha recuperado tan rápido? –contesta el señor Fuji mientras van llegando al Centro de Voluntarios y le da el fearow y una mascarilla a la muchacha. Ya está lista para salir en pos de su agresor: no hay un momento que perder.

-Ah, entonces tranquilo, de todas formas Fearrow es fuerte. Lo de shuckle...es por la misma razón del arbol del pueblo, o eso creo. Ayer de noche estaba convencida de que shuckle se nos iba, pero apareció Celebi, el guardián de los bosques...no se porque fue a parar ahí, pero el lo curó en un momento y se quedó con nosotros un rato hasta que desaparecio. Creo que el árbol es un regalo de él.

Inclinó la cabeza en modo de despedida rápida y salió corriendo tras tomar de vuelta su mochila, directo al centro para tomar uno de los cubrebocas consigo y acercarse al Fearrow.

-Entonces me voy, ¡deseeme suerte!

Iri es el único pokemon que me ha atacado, con lo que me costó que dejara de odiar a los humanos...apenas salga de esa pokeball va a intentar rostizar a ese idiota, y se lo tiene bie merecido pero, me preocupa mas lo que pueda llegar a hacerle a Iri siendo parte de uno de esos teams estúpidos.

-¡¿Celebi?! ¡Qué me dices! Pero eso... Oh... B-bueno, sí, mejor date prisa, ya me lo contarás luego. ¡Buena suerte, Astrid!

Tras esto, Astrid coge una mascarilla y se dirige rápidamente a la sala donde está el fearow.

Es un ave majestuosa, sentado en una especie de urna de cristal con cojines, con sus poderosas alas plegadas, su largo cuello y su cresta roja. Parece estar lleno de energía. Sin embargo, su pico partido hace que dé penilla mirarlo. Causa una impresión bastante extraña.

Grazna alegremente al ver a Astrid. Le ha cogido cariño a ella y a los demás voluntarios. Al principio era algo arisco, especialmente cuando tuvieron que inmovilizarlo para limarle las astillas de lo que le queda de pico para que no se hiciese más daño, pero enseguida se dio cuenta de que estaba en buenas manos y se dejó cuidar. Pese a todo, es un ave orgullosa.

-Hey...también me alegro de verte.

Astrid le acarició un costado de la cabeza con suavidad.

-Necesito que me ayudes con algo importante...alguien malo se ha llevado a Iri, y yo no tengo alas para llegar hasta donde se encuentra. Necesito volar en las tuyas, me ayudarás, ¿verdad?

El pokemón se vió bastante dispuesto, por lo cual apremió.

-Pero necesitamos un compañero nuevo, quien se lo llevó tiene pokemon algo problemáticos, y la ultima vez me supero...no quiero que eso pase de nuevo. Pero no podemos tardarnos mucho.

Al salir al exterior, montó con cuidado, sujetando a Shuckle con una mano y asegurandose ella misma del cuello del pokemon con suavidad.

-Hacia el sur, la central de energía abandonada esta a dos aleteos de aqui, no hay mejor sitio para encontrar lo que necesito. Vé lo mas rápido que puedas, por favor.

Necesitaba tomar el primer pokemon eléctrico que encontrara allí. Estaba consciente de que arrojar una ball era una responsabilidad, una vez que capturara a ese pokemon se encargaría de él de forma responsable, como había hecho con Iri, si le ayudaba a recuperarle era lo mínimo que podría hacer. Cerró los párpados a media, preocupada.

Rápido...

El fearow se detiene solo un momento, desperezándose bajo el cálido sol, antes de desplegar sus alas y echar a volar con Astrid y el shuckle montados encima.

Enseguida, siguiendo las indicaciones de Astrid, llegan a la Central de Energía y aterrizan en la explanada que hay delante. Es un edificio bastante grande y, aunque de base es algo antiguo, con la remodelación que le hicieron hace unos años tiene equipo de última tecnología. La verja de fuera está abierta y da a un portón de hierro. El portón está cerrado, pero en él hay una puerta más pequeña que sí está abierta. Junto al portón hay una caseta con un guardia. La caseta tiene una ventanilla y la puerta abierta, por donde se ve un pequeño habitáculo con un ventilador a toda marcha. El guardia levanta la cabeza de sus cosas al ver al fearow y Astrid aterrizar. A sus pies hay un jolteon dormitando.

Astrid decidió que no tenía que ir dentro de la central a liarla parda. Los pokemon eléctricos no vivían dentro despues de todo (bueno algunos si), pero unos cuantos permanecían en sus alrededores. Comenzó a buscar por los alrededores, intentando ubicar alguno del color característico. Ignoró al Jolteon dando por sentado que pertenecía al guardia, esperaba ver el color amarillo característico de alguno entre la espesura de los alrrededores

El guardia observa a Astrid desde la caseta, mientras la chica deambula por los alrededores de la Central buscando pokémon. Es un lugar relativamente agradable, si exceptuamos la enorme mole de producción eléctrica al más estilo industrial rodeada de vallas. Hay matojos, peñascos, una laguna... Es más o menos la hora de comer, y hace un calor infernal.

El guardia no pierde ojo a la chica. Parece mortalmente aburrido y Astrid es su nuevo entretenimiento. Tras varios minutos en que la muchacha da vueltas sin encontrar más que un geodude empeñado en hacerse pasar por una roca, el guardia se dirige a ella, gritándole, desde la caseta.

-¡Eh, chica! ¿Buscas algo? -No parece molesto ni nada, en todo caso, curioso. 

-Necesito capturar un pokemon eléctrico, y rápido...¿por la central eléctrica no estaba lleno de Raichus o algo así?

-Uhm, sí, pero a estas horas están dentro. Si estuvieran fuera, se derretirían y habría charquitos de pikachu por aquí. -Dice tranquilamente, sin contagiarse en lo más mínimo del nerviosismo de Astrid. -Les gustan los chispazos que dan a veces las máquinas y la vibración de las turbinas -sigue, conversacionalmente, como si Astrid estuviera tan aburrida como él. -Igual que a Teniente. -Señala al jolteon, que sigue dormitando a sus pies sin inmutarse lo más mínimo. Lleva una cadena alrededor del cuello con un imán pegado. -Vienen un montón de entrenadores por aquí a capturarlos. Debería empezar a cobrar entrada, me sacaría un sobresueldo...