Partida Rol por web

Llegaron rápidamente hasta la cueva y Miki se quedó a un lado para que pudiesen atender correctamente a Pittien. Aquella herida en la cabeza parecía bastante fea, pero suponía que la aprendiz de enfermera y su pokémon podrían curársela bien.

-¿Necesitáis que os ayudemos en algo? -les preguntó-. Quizás lo mejor es que sigamos todos juntos y esperemos a que se recupere. Esto cada vez es más peligroso y separados nos podrían destrozar fácilmente.

- Dejadlo en la cama del fondo por favor -pidió Alina a los forzudos del grupo, menos mal que podían contar con sus músculos, si ella hubiese tenido que cargar con Pittien habría sido una faena y eso que el muchacho no parecía muy pesado-. Luego intentaré echar un vistazo más profundamente con Daisy. Gracias Miki, creo que con que alguien siga presionando el pañuelito sobre su herida, cerrándola, bastará para que no sangre más, mientras...

Preparó algunas cosas de las que llevaba aunque la verdad no sabía qué podía usar para Pittien y de todas formas lo que necesitaba no lo tenía, había hecho lo que había podido y creía que las instrucciones que había dado eran correctas. Rebuscó de nuevo en su bolso por si acaso, pero la mayoría de cosas que traía en él eran para pokémon, entonces recordó que Franek llevaba a la psíquica en su cinto.

- ¡Franek! Jolín qué cabeza, casi se me olvida. Saca a la pokemon psíquica sobre esa cama de ahí al lado de donde he mandado poner a Pittien, vamos a ver si podemos hacer algo. ¿Daisy estás preparada?

El luchador siguió todas las ordenes de Alina, aunque le preocupaba bastante el hecho de que en el recuentro con Fran, pareció tener prisa y no querer parar en la cueva. Hay que darse prisa e ir al oeste. Recordó.

A Hoku se le veía preocupado, Rintaro pasaba por su mente constantemente, tan sólo era una niño, así que esperaba que la esperanza de Franek de que hubiera vuelto a nuestro mundo fuera real. Igualmente, eso no lograba que se sintiera menos culpable. 

Cuando llegaron a la cueva y lo instalaron en ella, Pit se encontraba bastante menos despistado, la niebla había empezado a desaparecer de su vista, e hizo hasta el amago de incorporarse, para estar en la conversación. El tramo hasta la cueva lo había hecho con los ojos cerrados, intentando ver qué le dolía y si se sentía bien, aparte de la cabeza. Y parecía que si, aunque no era lo suyo salir corriendo a atacar a Monorme, incorporarse le podría hasta sentar bien. 

- Esto, a ver, a ver si me aclaro - dijo con un hilo de voz, pero ya coherente - ¿Ha cambiado? ¿Es incluso más fuerte? Hay que detener esto ya... ¿todos juntos podríamos?

Franek siguió al grupo casi que por inercia y apoyado la mayor parte del tiempo en Hoku, o eso era lo que el creía, todo el camino siguió en shock por lo sucedido hacía unos momentos. No fue sino hasta que las palabras de Alina que reaccionó nuevamente.

- ¡Franek! Jolín qué cabeza, casi se me olvida. Saca a la pokemon psíquica sobre esa cama de ahí al lado de donde he mandado poner a Pittien, vamos a ver si podemos hacer algo. ¿Daisy estás preparada?

Agitó la cabeza a modo de reaccionar y volver en si un poco, y nuevamente volvió a su semblante neutro, pero en su cabeza seguía rondando la imagen que se le grabó en las retinas por culpa de Monorme.

-Cierto, lo siento. Aquí está, ella, en mi mente pensando en Hoku la llamaba Grifona recordando el nombre que le dio Hoku a Monorme, pues parece un grifo mitológico. No se si sea necesario utilizar esto en ella-

Dijo Franek con voz casi robótica al tiempo que liberaba de su Safari-Ball a la pokémon psíquico sobre la cama junto a Pittien y le estiraba la mano con el Max-Revivir que siempre tenía para su Flygon por si ocurría alguna emergencia en el campo abierto.

-Pietro, el... Espero que no fuera a la cima del pico, teníamos unos Walkie talkies, pero se lo quedó Rintaro antes de... desaparecer-

Su tono de voz monótono solo parecía volverse un poco humano cuando hablaba de Pietro y Rintaro, la preocupación le hacía perder la compostura y volver a un estado casi infantil en su mente por el desconsuelo y sensación de inutilidad que sentía.

Franek liberó a Ella de la safariball que la conteía y la pokémon quedó extendida sobre la cama. Se encontraba francamente mal, pero cuando Franek le dio el Max.Revivir, se curó todas sus heridas por completo y pudo incorporarse en la cama para dedicarles una amplia sonrisa.

El explorador se dio cuenta de una cosa, y es que en el interior de la cueva, "la grifona" era mucho más pequeña que en lo alto del pico. Es como si su tamaño se adaptase al lugar en el que se encontraba.

Gracias. Me encuentro mucho mejor, Franek. Le dijo llamándole por su nombre. Os agradezco infinito que hayáis llegado hasta nuestro mundo. Solo vosotros habéis recibido mi petición de ayuda, así que no puedo hacer otra cosa más que deciros, gracias, gracias y más gracias.

Pitt se incorporó para ver mejor a aquel pokémon, a Ella, cada vez con menos dolor, y más cómodo, más recuperado del golpe. La examinó con atención, aunque intentando no parecer demasiado ansioso ni maleducado. Y estaba hablando de que ellos estaban siendo buenos, haciendo las cosas bien, acudiendo a su petición y ayudando, y se lo agradecía. Después de la exigencia que tenía por parte de su padre, de sus diferencias, y de su propia inseguridad, aquellas palabras de esa pokémon le sentaron al joven arqueólogo como un soplo de brisa fresca.

- Pero, pero, ojalá pudiéramos hacer más, no se en realidad como podemos ayudar, cómo puedo ayudar yo- Dijo, todavía incrédulo, pero sintiendo como que de verdad podía hacer algo más. Que lo había escogido y le había pedido ayuda. Miró a Alina, con una mirada más segura que la última vez, dónde estaba con sus propias inseguridades, miedos... Parecía que tener de pronto la confianza de alguien y que lo había escogido le daban algo de valor, aunque... no sabía cómo hacer. - Si Flubber y yo, esto, no sabemos cómo combatir, cómo aportar ante un pokémon tan fuerte.

-De nada- soltó Franek a la Grifona, mostrándose quizás un poco más aliviado, aunque realmente lo que hiciera fue dejar ir un poco la tensión, como cayendo en cuenta que no ganarían nada siguiendo tenso. Pero en su mente seguía dando vueltas la tensión por el joven entrenador Rintaro. Se dejó caer sentado al borde de una de las camas y se buscó recostar en una pared, aunque no quisiera perder ni un minuto, sabía muy bien que debía descansar y le hizo señas a Flygon como dando palmaditas a la cama al lado suyo tal si fuese un cachorrito de growlite para que también se sentara junto a el un rato para que también descanse antes de tener que moverse nuevamente.

-Tu pareces saber mejor lo que está sucediendo aquí. ¿Nos podrías explicar qué es eso en lo que tenemos que ayudar?- El tono de voz parecía casi como molesto con la pokémon, pero realmente estaba molesto consigo mismo, pues no dejaba de sentir culpa por lo ocurrido en el Pico.

El gigantón no pudo evitar reírse con el apodo que Fran le había dado a Ella, era digno de él. La situación no estaba para risas, pero algo así fue superior a sus fuerzas.

Cuando Grifona apareció, Hoku se quedó boquiabierto, más por sus palabras que por su aspecto. Su petición de ayuda. Pensó disgustado por haberse fiado de Monorme en un primer momento.

Fran ya había hecho la pregunta clave y ahora solo quedaba esperar a la explicación. La esperanza de Hoku era que pudieran dar la vuelta a todo lo que había pasado.  

Miki no se dio cuenta de la aparición de la nueva pokémon. Estaba entretenida ayudando a Alina a curar las heridas de Pittien, así que al girarse se llevó un pequeño sobresalto. 

-AaaAAah, qué... 

Ah claro, la pokémon que mencionó Franek.

Confiar en Monorme había sido un terrible error, pero ya sabían que no todos en aquel lugar eran sus aliados. Quizás con ella a su lado la balanza se posicionaba un poco más a su favor después de tantos accidentes y fracasos seguidos. Con curiosidad, se acercó un poco para escuchar lo que tuviese que contar.

Alina se sorprendió muchísimo con el aspecto de "Ella" pero se sorprendió todavía más, a la par que se conmovió, con sus palabras.

-¡Qué bonita es! -exclamó casi sin querer, embelesada con la forma esbelta de esa extraña criatura que encima, hablaba. Si tan solo se hubiesen topado con ella antes que con el mono malo, hubiesen ido mucho mejor las cosas y la podrían haber ayudado mucho mejor. Se sentó en el borde de la cama dónde estaba Pittien que ya parecía encontrarse mejor y dio unas palmaditas a su lado para que Miki se sentase también, pero la agente Azuma decidió acercarse a la pokemon para escuchar mejor. Así que simplemente llamó a Daisy para que se acercase y acariciarle la coronilla.

Se giró hacia Pittien sonriente cuando este la miró e hizo un pequeño gesto de ánimo y fortaleza con los brazos. Estaba segura de que conseguiría ayudar más de lo que pensaba. Cuando Franek lanzó sus preguntas Alina atendió a la grifona, esperando su respuesta. Aunque no pudo evitar añadir.

- No tiene por qué dar las gracias, nos llamó con el meteorito ¿verdad? -compuso una mueca- Jolines, ojalá haber guardado las partes. Ay, perdón, continúe señorita... em... esto... ¿Cómo se llama? Bueno, no importa eso, explíquese lo mejor que pueda, por favor, es que estamos un poco confusos y nos ayudaría mucho.

La grifona sonrió cuando Alina le dijo que era muy bonita y después empezó a responder las preguntas que iban surgiendo por las cabecitas de los humanos. Yo no soy como vosotros, yo no tengo nombre. Si os sentís más cómodos, podéis ponerme el nombre que queráis pero no lo necesito. Continuó con una sonrisa. No sé muy bien por dónde empezar... dijo mientras se quedaba pensando unos segundos.

Supongo que si vosotros estáis aquí, es porque yo os pedí ayuda. Los meteoritos que encontrasteis eran los restos de una roca que llegó a nuestro mundo. Después yo la imbuí de energía psíquica y de teletransporte y la mandé a vuestro planeta con la esperanza de que quien la recibiese fuese gente de bien y estuviese dispuesta a ayudar a este nuevo mundo.

Aquellos que por el camino se fueron desvaneciendo, fueron aquellos que no estaban dispuestos a ayudar y por eso el meteorito los devolvió de nuevo a su tierra. Además, esta extraña roca venía cargada de una energía muy poderosa que permitía llevar a un nuevo estado de evolución a los pokémon. Este tipo de metaorito también ha llegado a vuestro mundo y por lo que he visto en vuestras cabezas, parece que algunos de vosotros lo llamáis "megapiedras" y otros lo llamáis "energía gigamax o dinamax", aún no he entendido la diferencia entre ambas. Pero más o menos es lo mismo, solo que depende de la región de vuestro planeta o del tipo de pokémon le hace reaccionar de una forma u otra.

Mi compañero... Monorme creo que le llamáis, descubrió que había llegado este meteorito a nuestro mundo y quiso hacerse con él para tener más poder que yo. Él y yo formamos parte de un trío de pokémon que se encarga de crear este lugar. Yo me encargo del cambio, y Monorme se encarga de que todo siga como está. Los dos luchamos en una lucha muy igualada para ir convirtiendo este lugar en un nuevo mundo donde tengo intención de que una nueva generación de pokémon empiece a desarrollarse. El tercero de nosotros se encarga de mediar en la lucha entre nosotros dos. Después se quedó mirando al exterior de la cueva, como si hubiese recordado algo o a alguien y después siguió.

El objetivo de Monorme era derrotarme para evitar que este mundo cambiase y que se quedase tal y como estaba ahora. Yo por mi parte, os invoqué con la esperanza de que buscaseis al Tercero para ver qué había pasado con él y lograr que siguiese mediando entre nosotros dos. Pero ahora ya es tarde. Monorme se ha hecho con el poder de todos los meteoritos y ha adquirido una gran fuerza. Pero creo que entre todos le podréis derrotar. Yo confío en vosotros. Además, en ese momento miró a Sada, parece que vuestros pokémon logran imbuírse del poder del meteorito si logran golpear a Monorme. Parece que rezuma energía por todo su cuerpo y quizá si lográis tocarle, vuestros pokémon adquieran un nuevo estado de evolución y desarrollar la suficiente fuerza para derrotarle. Una vez que lo hagáis, tan solo tendréis que robarle el meteorito, yo lo romperé en pedazos para daros uno a cada uno y concentraros en buscar a El Tercero. 

Con las palabras de la Grifona, Franek no pudo sino rogar de que el miedo que paralizó a Rintaro haya sido lo suficientemente fuerte como para que quisiera dejar de ayudar en el último segundo, y decidió aferrarse a ello como consuelo. No sería fácil pero solo podía pensar en volver a su mundo, y buscar con sus contactos Ranger en los registros para asegurarse de que haya regresado a salvo. Esa convicción era lo único a lo que se podía adherir para mantenerse firme y no volverse a derrumbar como lo hizo hace poco.

-En pocas palabras, debemos obligatoriamente recurrir al enfrentamiento. Y esto...- dijo sosteniendo la SafariBall en su puño -... por nada del mundo debe caer en manos de Monorme- así pues, pisó el botón central y la bola se encogió a un tamaño apenas más grande que una canica y la guardó bien escondida entre uno de los bolsillos más recónditos de su chaqueta de campaña mientras miró a la pokémon psiquico, pues Franek sabía que podía leerles la mente y lo único que pensaba era en que lo más seguro era destruirla de inmediato, pero no terminaba de confiar en ella, así que no pudo evitar sentir que le enviaba dicho mensaje con la mirada.

-Tengo entendido que la forma gigantamax, o lo que sea que se llame, resiente mucho el cuerpo, igual que las megaformas, tampoco entiendo mucho al respecto. Pero ¿creen qué haya un tiempo límite que podamos esperar para que al menos vuelva a su forma original?-

De pronto, muchas leyendas, muchas historias, se hacían allí delante realidad. Pittien se puso de pie, aunque no estaba del todo recuperado del golpe, y miró a la grifona, a Ella, o el nombre que le pusieran. Él había visitado con su padre ruinas innumerables a lo largo y ancho de las diversas regiones, de los distintos lugares, pero aquello, aquello... era vivir lo que estaba en las leyendas, en las creaciones, lo que decía en las Ruinas Alpha de Johto en caracteres de Unown, lo que decían las leyendas de Arrecípolis de Hoenn... no podía ser. De pronto, entendió que quizás si podría ser útil. Las luchas titánicas entre los dos de los pokémon legendarios sólo terminaban con el equilibrio impuesto por un tercero, como podía ser Kyogre y Groudon y el equilibrio traído por Rayquaza. Eso era lo que él podía aportar, saber lo que había pasado en la antigüedad, y quizás algún modo de equilibrar aquella balanza. 

- Eso, eso tiene que poder hacerse todavía, seguro que el tercero puede hacerlo. Pero tenemos que despistar a Monorme, tenemos que hacerlo. Quizás, quizás Flubber pueda ayudar... ¿Sabes porqué no puede transformarse en los pokémon nuevos que hay aquí? ¿Habría forma de que pudiera transformarse en ti... y que hicieramos de señuelo?

Todo lo explicado por la Grifona era coherente para Hoku, pues era realmente parecido a algunos conflictos entre pokémon legendarios en su planeta. Aunque para él, la coherencia acabó cuando habló de pelear con Monorme de nuevo. 

Ya peleamos con él y Hulk fue incapaz de herirle, tampoco aguantó muchos de sus golpes. ¿Qué va a cambiar si peleamos ahora? Estaba claro que Hoku no estaba muy convencido con el plan. Quizás algo hubiera cambiado con lo que pensaba Franek, sin embargo, él no lo veía factible. Según cuenta su forma es culpa del meteorito, por lo que entiendo que durará mientras tenga el meteorito...

Alina sonrió de vuelta a la pokémon, esperaba no haberla ofendido con aquello del nombre, aunque no parecía que realmente le hubiese importado la pregunta. Así que sin interrumpir más, se quitó los zapatitos y subiendo los pies a la cama, se abrazó las rodilas escuchando atentamente la historia y el reclamo de la grifona.

Realmente era una historia peculiar y sorprendente, el meteorito era un grito de auxilio y ellos se habían prestado a ayudar casi sin saberlo. Ahora que sabía la historia completa no se arrepentía de haber tocado por curiosidad aquella roca, aunque sí de habérsela dado tontamente a Monorme. Cruzó sus piernas y prestó atención también a sus compañeros, mientras en su mente flotaba aún toda la historia. Sintió el entusiasmo de Pittien y se alegró por él, escuchó las elucubraciones de Franek que eran tan lógicas como las reticencias de Hoku. Y Alina se mesó la barbilla pensativa mientras Daisy la miraba con ojitos curiosos, en un momento dado cruzó la mirada con su compañera y sonrió, se le acababa de ocurrir algo.

- ¿Y si no luchamos? -preguntó al grupo allí reunido- O no luchamos de verdad, al menos. ¿Y si... y si lo dormimos hasta que encontremos al tercero? Franek, tú has podido meter en una pokeball a... -señaló a la grifona- A ella, lo que me hace pensar que sería posible atraparlo, dejarlo dormido y tranquilo durante un tiempo. Podríamos presentarnos ante él dispuestos a "pelear" -hizo aquel gesto de comillas con las manos- intentar dormirlo y atraparlo, ¿no? Daisy sabe canto, tal vez acercándonos lo suficiente como nos han dicho, aumentarían sus poderes y podríamos... -agitó su brazo en el aire como si lanzase una pokeball imaginaria, pero no tardó en dudar, al menos por un momento- ¿Es una locura lo que estoy diciendo?

Se quedó mirando interrogante a todos sus compañeros de aventura y volvió a abrazarse las rodillas.

Bueno, al menos ahora sabían que los que habían desaparecido estaban a salvo, más o menos. Sin embargo, lo del enfrentamiento inevitable con Monorme la preocupaba.

-Sada se imbuyó de esa especie de poder raro, pero ni con esas pudo hacerle frente. Sólo duró unos segundos frente a él -comentó preocupada-. La única ventaja que tenemos es el número y que sabemos que al menos es débil al tipo Agua, pero aún así es muy poco.

Alina: ¿Y si no luchamos? O no luchamos de verdad, al menos. ¿Y si... y si lo dormimos hasta que encontremos al tercero? [...] ¿Es una locura lo que estoy diciendo?

-Quizás algo así podría funcionar. Puede que no podamos capturarlo; hay pokémon muy rebeldes a la hora de entrar en una pokeball, y estoy segura de que Monorme es uno de ellos, pero dormirlo antes nos daría ventaja, desde luego. Al menos la suficiente como para recuperar el meteorito.

Los entrenadores pokémon tenían un montón de dudas y era normal dada la situación que estaban viviendo. Ella trató de responderles de uno en uno a todo lo que era capaz:

Pero ¿creen qué haya un tiempo límite que podamos esperar para que al menos vuelva a su forma original?-

No tenía ni idea de que eso sucedía así en vuestro mundo. Dijo sorprendida. Pero algo me dice que eso funciona aquí de forma diferente, precisamente porque este mundo no es exactamente igual. Quizá tengas razón y la energía se acabe, pero no sé muy bien qué condiciones tienen que darse para que eso suceda.

 ¿Sabes porqué no puede transformarse en los pokémon nuevos que hay aquí? ¿Habría forma de que pudiera transformarse en ti... y que hicieramos de señuelo? 

No conozco muy bien a tu pokémon, la verdad. Jamás lo había visto, pero por lo que he podido averiguar gracias a tu mente parece que es capaz de transformarse en objetos, quizá conocer el ADN de los nuevos pokémon que he creado sea demasiado para él. Dijo la grifona encogiéndose de hombros.

 Ya peleamos con él y Hulk fue incapaz de herirle, tampoco aguantó muchos de sus golpes. ¿Qué va a cambiar si peleamos ahora?

Pero solo erais dos. Dijo tras un  breve tiempo analizando la mente de Hoku y comprobando todo lo que había pasado.

- ¿Y si no luchamos? -preguntó al grupo allí reunido- O no luchamos de verdad, al menos. ¿Y si... y si lo dormimos hasta que encontremos al tercero? Franek, tú has podido meter en una pokeball a... -señaló a la grifona- A ella, lo que me hace pensar que sería posible atraparlo, dejarlo dormido y tranquilo durante un tiempo. Podríamos presentarnos ante él dispuestos a "pelear" -hizo aquel gesto de comillas con las manos- intentar dormirlo y atraparlo, ¿no? Daisy sabe canto, tal vez acercándonos lo suficiente como nos han dicho, aumentarían sus poderes y podríamos... -agitó su brazo en el aire como si lanzase una pokeball imaginaria, pero no tardó en dudar, al menos por un momento- ¿Es una locura lo que estoy diciendo?

Sí, lo es. Contestó secamente a Alina. No parecía estar muy de acuerdo con la teoría pacifista de la chiquilla, pero si había recibido su llamada de auxilio sería por algo. Me temo que ese mecanismo no funcionará con él. Yo sabía lo que hacía, sabía las intenciones de Franek y me dejé atrapar, sobre todo porque estaba muy herida y desesperada. Pero ese objeto de poco servirá contra Monorme. Tenemos que derrotarle o al menos arrebatarle el meteorito para que deje de tener tanto poder. Así podríamos seguir con el equilibrio necesario para seguir creando este mundo.

Franek acarició el escamoso pero suave lomo de su Flygon, era más una pacifista juguetona que una luchadora, pero cuando se trata de proteger es capaz de usar sus movimientos aprendidos para el combate.

-Helen sabe usar Avalancha, excavar, vuelo, más que nada porque es mi compañera de trabajo y los usa para ayudarme. Ah! Y también sabe usar puño trueno, lo aprendió para defenderse de los pokémon de agua que se quieren pasar de la raya, aunque creo que se lo enseñó mi abuelo. 

Digo, no es una luchadora, pero si no hay otra alternativa, sería bueno pensar una estrategia, no? Al menos para arrebatar el meteorito a Monorne y salir volando serviriamos... Aunqu suene cobarde de mi parte, pero tampoco soy yo experto en combates y sería mejor que estorbar-

Dijo el guardabosques, ya resignado a tener que pelear, se puso algo renuente al escuchar que Hoku con Machamp no pudieron hacer nada, pero con la idea de Alina de distracción para quitar el meteorito quizás si se sentía más útil. 

Bien, parece que no nos das más opción... Dijo el luchador resignándose mientras se encogía de hombros, para después pasar a contar todo lo que había aprendido en el combate. Sada pudo dañarlo con sus ataques acuáticos, en cambio Hulk lo golpeó y el halo morado pareció protegerle. No tengo claro que podamos ser muy útiles en combate, aunque disponemos de un ataque de roca con el que podríamos intentarlo, ya que él parece tener afinidad con el fuego. Básicamente me refiero a mientras hacemos de cebo para que Alina pueda dormirlo y Fran pueda llevarse el meteorito por aire. El luchador gesticulaba a cada explicación que daba como haciendo un teatro. El puño dinámico de Hulk pareció confundirle a pesar de no herirle, así que quizás el canto Daisy pueda dormirlo. Se volvió a encoger de hombros. Es un plan aceptable que merecería la pena probar, porque para mi pelear por pelear es un suicidio. Concluyó Hoku, que estaba claro que no había cambiado de opinión respecto a ir a derrotar al mono como nos decía Ella.