Partida Rol por web

-Sí, deberíamos intentar algo como lo que ha dicho Hoku -dijo Miki.

No le hacía ninguna gracia exponer a Sada a un nivel tan alto de peligro, viendo lo monstruoso que se estaba volviendo ese ser, pero no había alternativa; para regresar a casa, tenían que enfrentarse a Monorme.

-También es posible... -se le acababa de ocurrir algo-. Quizás Monorme más que débil al agua, lo es a los ataques especiales. Puede que sea muy fuerte y aguante muy bien los ataques físicos, pero frente a otros tipos de ataque esté más desprotegido. Digo yo, no sé. Soy policía, no entrenadora. 

Cuando la Grifona confirmó que su posible plan era una locura, solo fue capaz de decir:

- Oh... -Agachó la mirada, su rostro era la viva imagen de la decepción y la pena. A ella no le gustaba demasiado pelear, su entrenamiento, su vida, se basaba en la sanación y la ayuda para mejorar la calidad de vida de los pokemon. Se disgustó al ver tan reducidas las opciones que tenían y se mordisqueó el labio pensativa, intentando agarrarse a algún hilillo de esperanza.

Ella continuó hablando y Alina prestó atención, aún con la mirada baja, lo que estaba explicando era que las pokeballs no funcionarían. Pero dormirlo, robarle el meteorito, eso era otro cantar y sus compañeros parecía que pensaban lo mismo. Levantó la vista un poquito más ilusionada.

- ¡Sí, podemos intentarlo! Dormirlo y robarle el meteorito, es buena idea. No creo que sea una opción cobarde Franek, sino una sensata. Oh y Pittien... quizá Flubby podría copiar a Chansey y hacer de apoyo en caso de no lograrlo... -Por un momento una mueca cruzó su rostro al pensar en la idea del fracaso- ¡P-pero lo vamos a lograr! ¡¡¡Segurísimo!!!

Era la única opción que parecían tener, pelear y huir. No es que Alina estuviese del todo convencida que iban a ganar, pero tenía que pensarlo así por el bien común. Además Miki tenía una teoría muy interesante sobre lo que podría afectar al mono y ella se mesó la barbilla pensativa.

- Oh... pues quizá tengas parte de razón. Aquí las cosas quizá no funcionan las cosas exactamente con las mismas leyes que en nuestro planeta.

Aunque tenía ya más valor que antes, al sentirse elegido, Pittien miró a Flubber, y al resto. Estaban planeando combates, peleas, hablaban de ataques, de movimientos, de estrategias... Y él no sabía combatir, y comenzaba a sentirse inútil. 

- Yo, esto, no se luchar. Alguna vez lo hice, pero nunca me salió bien. Flubber me hace de herramienta, de apoyo, de compañero, pero, ¿luchar? No se, no se cómo podríamos aportar. Él se puede transformar en vuestros pokémon, ahora si los ve, con su ataque transformación, pero no se si luego podría saber manejar al pokémon que sea. - Miró dubidativo a Flubber, pero más como abstraído en si mismo. En realidad el que no sabía era él, no el ditto, que era de su padre, y si que sabía, o debería recordar cómo combartir.

Estaba dubidativo, pero quizá: - Quizá podríamos ayudar a dormirle, o algo, ¿no te parece? Cada uno desde un lado, Alina, y ellos que le distraigan. Entonces, le quitamos el meteorito, o algo así. O quizás, quizás - De pronto se puso pensativo, intentando recordar lo que había pasado con el meteorito y el breve momento en que había conocido a Monorme. - Ditto tenía oculto el meteorito. ¿Y si conseguimos que se acerque lo suficiente y lo robe, ocultándolo? Podemos conseguir que Monorme no lo vea, si se convierte en un objeto, hacer que el combate vaya hacia él, y cuando monorme esté cerca, entonces, que se lo robe. 

Franek se sobresaltó con las palabras de Pittien y lo señaló con el dedo. 

-ESO! Ejem-

Se recompuso aclarando la garganta y encogió el dedo que groseramente usó para apuntar a su nuevo compañero pero parecía que una sonrisa se hubiera dibujado en su semblante por un instante. 

-Eh, perdón. Me refiero que si tu ditto puede transformarse en nuestros pokémon y al mismo tiempo ser capaz de esconder el meteorito en su cuerpo, me podrías apoyar con Helen, y entre ambos, tu ditto y mi flygon usar la velocidad innata de los dragones para quitarle el meteorito, y que entre ellos roben el meteorito y así Fluber lo pueda esconder! Que los pokémon de Miku, Hoku y Alina lo distraigan. No tendríamos que pelear para derrotarlo sino hasta debilitarlo quitándole ese poder!, además, con excavar pueden sorprenderlo desde abajo cuando este distraído!-

Propuso con un tono de voz completamente emocionado, pues hacer dormir a un pokémon tan grande era bastante incierto si era tan poderoso, pero si se le distrae por varios flancos pueda perder la concentración. 

Helen se colocó junto a Franek y asintió conforme a la estrategia: Flyyyyyy. Gritó emocionada y dispuesta para el combate. 

FEEEEEEEEEER - Gritó la de Miki que se colocó junto a su entrenadora colocándole uno de sus cuartos delanteros en el hombro y mostrando sus afilados dientes a modo de sonrisa. 

Flubber empezó a cambiar de forma imitando la de todos sus compañeros y luego la de una roca muy similar a la de la cueva. Estaba dispuesto a cumplir la estrategia que Pittien creyese más recomendable. No sabía luchar, pero por Pittien lo intentaría. 

Daisy se acurrucó junto a Alina y frotó su carrillo contra la cadera de su compañera. Estaba ilusionada y con muchas ganas de ayudar. La miró con ojos vidriosos y asintió con su rechoncho cuerpo, ella también lucharía en caso de ser necesario. Chaaaaanseyyyyy. Dijo con un tono muy melódico. 

Finalmente Hulk cogió en brazos a Hoku y lo empezó a lanzar al aire para mantearlo. Estaba completamente recuperado y feliz de tener su revancha contra Monorme. Estaba dispuesto a luchar contra él y esta vez sabía que juntos lo derrotarían. Maaaaaaaaaac

Entonces Ella se puso en pie, asustada, como si algo le hubiese hecho levantarse como un resorte. Me temo que no tendréis que ir a buscarle. ¡YA VIENE!

Franek se levantó sin pensarlo dos veces, casi como un soldado. 

-Sea lo que sea que hagamos, hay que hacerlo rápidamente, me ceñiré a lo que decidan, estaré afuera preparándome con Helen, si veo una mínima oportunidad de arrebatarle la piedra, lo haré sin dudarlo. Confío en ustedes para pelear-

Franek salió de la cueva, ajustó sus gafas protectoras por si tenía que salir volando rápidamente y afinó la vista para buscar una oportunidad de arrebatarle el meteorito a Monorme. 

Miki se giró en cuanto Sada llamó su atención. Todavía no se había acostumbrado a su nuevo y feroz aspecto y a su voz mucho más grave.

-¿Qué pasa chica? -le preguntó.

No obstante, enseguida empezó a ver que el resto de pokémon también estaban reaccionando, y "Ella" confirmó los peores temores: Monorme había ido directamente a por ellos.

-Ay, mecachis en la mar -exclamó.

Franek: Sea lo que sea que hagamos, hay que hacerlo rápidamente, me ceñiré a lo que decidan, estaré afuera preparándome con Helen, si veo una mínima oportunidad de arrebatarle la piedra, lo haré sin dudarlo. Confío en ustedes para pelear

 -Está bien. Sada es más fuerza bruta, les contendremos en la entrada -seguidamente se giró hacia Hoku y Hulk-. Nuestros pokémon son los más robustos, podríamos tratar de contenerlo y distraerlo. La última vez salió un poco mal, pero al menos ahora somos más.

Antes de salir a fuera, se giró hacia Pittien.

-Pittien, esto... en caso de emergencia Flubber podría transformarse en Sada. De momento el agua es la única debilidad que conocemos de Monorme. 

Cuando Miki los ánimo a luchar contra Monorme de nuevo, tanto Hulk como Hoku tensaron sus músculos en una pose digna de un culturista. Cuenta con nosotros. Dijo Hoku con una extraña sonrisa de medio lado en la boca.

El gigantón sabía que no podían ganar, pero ahora no se trataba de eso, se trataba de aguantar todo lo posible para dar opción al resto a robar el meteorito. Esta vez lo lograrían. Con el convencimiento de que podían conseguirlo, salió junto a Hulk de la cueva con paso firme. 

Alina sonrió a Daisy y le acarició la cabecita cuando la abrazó a su manera. Entonces le ajustó el lacito azulado, para prepararla antes de la batalla y se giró hacia el resto decidida, poniendo uno de sus brazos en jarra y señalando con el otro la salida.

- ¡¡¡Vamos a ello!!!

Lo malo era que el mono estaba allí mismo según la grifona y no les quedaba mucho más tiempo para hablar.

- ¡Agh! -gritó angustiada, pero no se dejó amedrentar por su propio miedo ni su tembleque de piernas en absoluto- De acuerdo, de acuerdo, yo voy en retaguardia para despistar, Sada y Flubber leña al mono... bueno lo que habéis dicho. ¡Ay por Reshiram, espero que salga bien!

Salió corriendo hacia afuera con Daisy y sus compañeros dispuesta a lo que hiciese falta.

Cuando Ditto dijo que estaba dispuesto a hacer lo que sea, incluso sabiendo que no podían combatir igual de bien que el resto, Pitt se sintió reforzado en aquella sensación de valor que Ella le había infundido al llamarle elegido.

- Me parece bien, Franek... - Dijo a su plan de entre ambos Flygon pudieran robar el meteorito, dándose cuenta luego de que todo se precipitaba. Ḿonorme se acercaba, y no tenían que ir a buscarlo, ya venía, y probablemente, enfadado.

- ¡Vale! Intentad contenerlo mientras vamos a ver si se lo podemos sacar, y si las cosas se tuecen, volveremos e intentaremos que Flubber se transforme en Sada. - Dijo el joven, con cierta seguridad, mientras cogía a Ditto y salía hacia fuera en persecución de Franek, diciendole: - Ahora podemos hacer algo de lo que sentirnos muy orgullosos amigo, espero poder ayudarte, ¿puedes convertirte en Helen? Veamos como se nos da eso de volar... - Dijo con una pequeña inseguridad pero muchas ganas de ser por fin útil.

El grupo de aventureros salió al exterior de la cueva acompañado de sus compañeros pokémon. El gigantesco pokémon aún no había aparecido, pues Ella les había avisado de su llegada antes de que eso sucediera. Tras ellos, la grifona también salió para colaborar en el combate. ¿Qué clase de pokémon legendario sería si no se enfrentaba a su contraparte en aquel mundo?

Alzó la mirada para señalar hacia la montaña, y tras un cambio de rasante todos pudieron ver al gigantesco pokémon. Aquella criatura había desarrollado cuatro brazos extra y le recubría un resplandor púrpura que sin lugar a dudas estaba relacionado con el meteorito.

Ahora que sabían aquello, pudieron ver como en el centro de su estómago, en el lugar donde debería estar el ombligo, estaba el conjunto de las piezas que le habían dado.

En ese momento, Flubber se transformó en Flygon e hizo un gesto para que Pittien se subiese a sus hombros igual que Franek lo hacía con Helen.

Había llegado el momento de arrebatarle el meteorito. Había llegado el momento del combate final.

Sus compañeros habían informado a Alina de la magnitud del asunto y aún así, la pobre estudiante de enfermería se quedó helada al ver a Monorme de aquella forma. Su imaginación no había llegado a recrear ni una milésima parte de lo que el mono había alcanzado a ser gracias al meteorito y le entró el miedo.

Pero no había tiempo que perder, cuanto más tardaran en abordar aquel ataque, peor sería la situación, echó un vistazo de soslayo hacia la pokemon legendaria intentando insuflarse algo de valor y echó hacia adelante con paso decidido.

- ¡Vamos Daisy! -dijo con determinación, a pesar de que sus piernas temblaban ligeramente y hasta su voz- Va demasiado rápido, tendremos que frenarlo un poco para que puedas dormirlo...

Miró a sus compañeros, hasta ella que no estaba para nada acostumbrada a pelear sabía que aquello alcanzaría un ritmo frenético con suma brevedad, no tenía mucho tiempo para pensar... Y le vino una idea.

- ¡¡¡Daisy, bomba huevo!!!

Gritó señalando hacia el mono.

Pittien se sentía extraño, montado en un Flygon. La sonrisa de Ditto era amable, como siempre que tenían algún tipo de aventura extraña, y tranquilizadora, siempre amable. Así que volar era una experiencia maravillosa, o lo sería, si no fuera porque el peligro de Monorme estaba sobre ellos. Y estaba bastante feo, bastante más que la otra vez  que lo había visto. 

- Bueno, veamos qué podemos hacer - Dijo el joven, mirando con dudas hacia el enemigo- ¿tienes claro el plan de Franek? - Dijo a Flubber, y le di unas palmadas, mirando intensamente al lugar que se suponía que era nuestro objetivo: el meteorito. - A ver, a ver qué puedes hacer, Flubber, ¿Vuelo? -Dijo con cierta duda, pensando en hacer un vuelo rasante y pasar cerca del enemigo, para intentar tomar el meteorito, piedra... o lo que fuera, y rebajar aquel enorme poder. - Si, vuela, vuela, y cuando estés listo, pasa por ahí, luego, intentamos esquivar los brazos, y luego... bueno, golpea, ¿no?

El luchador frunció el ceño nada más ver al mono gigante. Le cabreaba todo lo relacionado con él, como había jugado con ellos le había dolido en el alma.

¡Hulk a por él! Lo animó, pues se imaginaba que pese a sus ganas de revancha, por su mente pasaría la paliza recibida. ¡Prueba con roca afilada! Con un movimiento tipo lucha no consiguieron dañarlo en absoluto, así que debían probar otra estrategia.