El libro rie malévolamente.
"Ya os habéis visto..."
Sonrio y salgo a encontrarme con el goblin.
Me acerco a él y le saludo” Hola compañero”
Gulog empieza a tantear los alrededores, tocando los barrotes de la jaula.
Empiezas a tantear hasta que tocas varias cosas metálicas y que queman.
El goblin te mira con desdén.
"¿Y donde está la rata?"
Extrañado le pregunto “ ¿De qué rata me estás hablando?”
Notas la impaciencia en su mirada.
"¿Quien va a ser, estúpido? La rata de Valion. Quiero largarme de aquí ya."
Le miro fijamente durante unos segundos.
“Está afuera, con los demás”
El goblin cavila por unos segundos.
"¿Sospecha algo...?
“Sabe de Orcus si es lo que te preguntas, pero no tiene ni idea de que voy tras el bastón” me callo unos segundos “ Pero no es estupido, puede que tarde o temprano empiece a sospechar más”
El goblin vuelve a cavilar, murmura unas palabras sin sentido y te vuelve a preguntar.
"¿Cuanto sabe de Orcus? ¿Y de ti?" - Dice el goblin mientras termina su jarra.
“De Orcus sabe lo que su estupido libro le cuenta, no sabe que soy un nigromante. Y tampoco sabe que planeo resucitar a Orcus y que me da igual todo lo demás. No sabe que tengo más de una parte de Orcus en mi poder...” “Pero sabe lo de mi libro, sabe que proviene de Orcus, su libro de oraciones se lo contó, le da más información a medida que su fé es más fuerte.” “¿Qué puedes contarme de Ibnath?”
"Si sabe todo eso ya se debe imaginar que vas tras él..." - Suspira - "¿Porque un gilipollas como tu tiene el libro de los engaños? Aunque si sigues aquí, es porque la escoria es aún más idiota..."
Sin dejar que digas nada, continúa.
"Los alrededores de las ruinas de Ibnath albergan todo tipo de criaturas, esa maldita niebla no lo hace más fácil, tendremos que salir corriendo y no parar para atravesarla."
"Una vez dentro de la ciudad no hay peligro si no hacemos ruido... la bestia que destruyó la ciudad vuelve de vez en cuando. Por suerte la niebla no ha entrado a la ciudad, no nos tenemos que preocupar de nada salvo de esa criatura."
Te indica que te acerques con un gesto. Al acercarte te susurra aún más que como lo estaba haciendo antes.
"Me he llevado meses trayendo a ignorantes buscadores de tesoros a Ibnath para cortarles el cuello y enterrarlos a la entrada del templo de Valion. Una vez tenga el cetro y baje el último peldaño de la escalera, la emboscada empezará... no lo estropees."
Se separa de ti y habla en un tono bajo, pero más relajado.
"¿Supongo que tenéis ya las provisiones? Nos esperan dos días de peligros y todo tipo de criaturas que querrán devorarnos."
Me cruzo de brazos.
“No ha sido nada fácil esconder todo esto, hemos pasado por mucho y he tenido que mantenerlo con vida para que llegara hasta aquí sano y salvo. Tiene un imán para meterse en problemas...” -me quedo callado prestando atención a lo que me dice y le susurro -
“Aún no tengo tanto poder como para levantar a varios a la vez, pero no dudare al empuñar mi arma. ¿Como de poderoso es el cetro? ”
“No sabíamos cuantos días tardaríamos en llegar por lo que no tenemos todas las provisiones, iré a comprarlas más tarde. Deberíamos de salir hoy”
"¿El cetro? Nos podría borrar en un parpadeo." - Comenta con una sonrisa loca. - "Si no puedes levantar a varios a la vez... preocupate de impedir que use el cetro. Yo los levantaré."
El goblin pide otra cerveza y te vuelve a mirar con desagrado.
"¿Que haces ahí plantado? ¡Muevete! Nos veremos en un par horas en la puerta norte."
Asiento a lo último que me dice y dejo a Vrurx con su cerveza. Salgo de la taberna para encontrarme a los demás.
Me pongo delante de Yador y le planto en las manos la ración de comida.
- "Voy a buscar a Bael no sea que tengamos que salir pitando. Haz caso al enano."
- "Vuelvo enseguida."
Entro a la posada que ha entrado Bael a buscarlo.