Partida Rol por web

- Decidámonos, ¿vamos todos? ¿Mandamos a alguien más? ¿Quienes? Yo creo que deberíamos ir todos

 -Vamos todos, ¿no?

RESUMEN DE LA PARTIDA POR SKYPE

Cuando el resto del grupo se disponía a utilizar la runa, Quarion regresa. Les explica que dentro hay una columna de un liquido fluorescente que fluye de abajo hacia arriba. Todos entran a la habitación y la registran, dejando a Serenica detrás. Finalmente Quarion se mete en la columna y percibe unas imágenes que identifica como los recuerdos de la vida de un druida. Tras una breve charla el grupo cree que la columna es el alma o los recuerdos de Groembru, y que meter al druida en ella es la forma de sanarlo.

Todos vuelven al dormitorio de las medusas, donde les espera Serenica, la elfa les propone ir a hablar ella con Goembru primero para explicarle lo que ocurre y tras eso ir todos juntos a hablar con el druida. Tras una deliberación el grupo acepta. Abandonan las cuevas, esperando a Serenica en el claro de la entrada. Deciden dejar la estatua de Aaron junto a las otras.

Tras esperar unos cuarenta minutos en vez de la elfa aparece un dragón verde volando hacia el grupo. La mayoría se mete dentro de la cueva rápidamente, pero Eyskhan y Asher no reaccionan a tiempo. El dragón ataca al grupo con su aliento venenoso, pero ambos guerreros contienen la respiración y evitan el veneno. Truvio intenta hablar con el dragón, que muestra muy pocas ganas de pelear. En breve se entabla una charla en la que descubren que fue Serenica quien envió al dragón a atarlos, que el dragón vive en la cueva tras hacer un trato con Groembus, el druida le permite vivir en la cueva a cambio de su protección y obediencia. También descubren que el reptil, aunque se jacta de cumplir siempre su palabra no duda en interpretarla como quiere, ya que acepta que si la orden proviene de Serenica no tienen porque cumplirla.

El grupo le cuenta al dragón la historia de las medusas, que no parece molestarle lo mas mínimo, y descubren como recuperar a Aaron. Finalmente el reptil exige dinero a cambio de dejar ir a Asher y Eyskhan, y acepta las joyas de las medusas. El dragón acepta su palabra y queda afuera mientras el grupo vuelve a las habitaciones de la medusa. Allí mientras la mayoría se dedica al ingrato trabajo de pelar las medusas y extraerles la sangre, Quarion y Truvio llevan al dragón sus joyas.

Al cabo de varios minutos, Aaron vuelve a ser de carne y el grupo decide ir a buscar a Goembru...

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Siguiendo las indicaciones del dragón el grupo se dirige al laboratorio del druida. En la puerta dos Bugbears les impiden el paso. Tras otra breve discusión, Truvio se pone en forma insustancial y atraviesa a los desconcertados Bugbears, bajando hacia el laboratorio del mago. Unos pocos segundos después Quarion y Eyskhan se abren camino a gruñidos y amenazando con la espada.

El laboratorio es una gran cueva dividida en tres espacios, un dormitorio, un laboratorio de alquimia, y una extraña maquina compuesta por varios tanques transparentes unidos por tubos en espiral entre ellas y a una especie de alquitara central. Un gran tigre esta descansando en la zona y se lanza contra Truvio atravesándolo. Tras ello el animal intenta atacar a Eyskhan que lo mantiene a distancia con su escudo. Frustrado por no poder dañar al grupo, el felino escapa, hiriendo a uno de los Bugbears en su huida.

En uno de los tanques, con cara de sufrimiento se encuentra un semi-celestial/semi-ninfa (varón) moribundo. En la alquitara se produce Hindge, la droga que suministran a los leñadores. Helen desarma la parte de arriba del tanque y sacan al semi-ninfo, pero no logran curarle. El extraño ser les pide que rescaten a sus compañeros, que están prisioneros de los gnolls. Tras registrar el resto del laboratorio, el grupo decide dirigirse a la sala de convocación, que era el otro lugar donde tanto el dragón como Serenica dijeron que Goembru solía estar.

<< continuará >>

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Siguiendo las instrucciones del dragon el grupo baja hacia la sala de convocaciones. En el camino se encuentran con una pareja de bugbears que guardan la entrada a una caverna de gran tamaño. En esa taberna una gran cantidad de seres planta se dedican a cultivar una planta de color azulado. El grupo convence a los Bugbears de que son el relevo y logran que se vayan. Investigan la gran cueva, pero no encuentran nada más de interés que una cueva con varias filas de jardineras de madera vacías.

La sala esta vigilada por más mercenarios, y deciden hablar con otro grupo. Tras tirarles de la lengua descubren que ha habido un encontronazo entre los gnolls y los mercenarios en el que han muerto varios miembros de la compañía mercenaria. Tras un poco mas de cháchara los bugbears admiten estar preparando una incursión de represalia.

Los compañeros deciden continuar explorando el complejo y tras entrar y salir en una sala llena de esqueletos y huesos que suponen corresponde a las estancias del dragón continúan hacia la zona de conjuración. Llegan a un cruza en el que se levanta un obelisco, con la imagen de una mujer con alas de murciélago gravada en cada cara. Debajo de la imagen hay una inscripción en una lengua desconocida. Truvio prepara un ritual para comprender el mensaje, y tras 10 minutos de encantamientos y preparación anuncia el grupo el significado de la inscripción:

"A pesar de haber sido engañado y condenado, que esta señal sirva para proclamar mi juramento de fidelidad a la bruja-demonio: Mal'Tagrithe." (*)

En ese momento, Goembru, Serenica y el tigre irrumpen en la sala, a pesar de los intentos del grupo de entablar conversación el druida los ataca sin piedad.

Px's:

Goblins y Treant: 500 px por PJ

Objetivo menor, salvar a los leñadores: 500 px

Cosechadores: 700 px

Objetivo menor, encontrar la guarida de Goembru: 500 px

Objetivo menor, salvar al medio celestial-medio druido: 500 px

Total 2.700 px para cada uno.

Asher desenfunda rápidamente las espadas y se lanza a bloquear el paso al tigre para evitar que ataque a sus compañeros. Debido a la precipitación falla el primer ataque, pero la otra espada deja una linea roja en la piel de la bestia.

- Trataré de entretenerlo, ¡Eyskhan echame una mano! - grita pensando que dentro de poco la cosa se va a poner fea.

La pequeña cinta roja de sangre parece enfurecer más al tigre que otra cosa.

Eyskhan se guarda el pastelito de carne a medio comer entre el peto de la armadura, se ajusta correctamente el escudo y blande su hacha

- Ya va! ya va!