Partida Rol por web

Me encojo de hombros cansado de toda la situación. Si lo convencemos bien, y sino... Que no se diga que no lo hemos intentado.

Es tu decisión. Si sigues empeñado, adelante. La única certeza que tenemos es que el tipo ese, especialmente cabreado está por ahí y puede que sea capaz de llamar a más serpientes o cualquier otro bichejo. Y cuando lo haga, estarás solo porque nosotros vamos por el único camino disponible.

Comento ligeramente impaciente. Cada segundo que invertimos en esto es un segundo de que ese tipo se cure o prepare algo para matarnos.

Cada vez Dave parece más convencido, pero las palabras de Alex le hacen reflexionar. Durante un par de segundos frunce el ceño pero acto seguido niega con la cabeza y coge la pistola que le brinda la jóven. - Muchas gracias por todo, os deseo lo mejor, y que la tierra os sea muy leve. Tomad el ascensor,  si es vuestra decisión. yo os cubro. Se sitúa fuera de la puerta y con el arma en la mano apunta y cubre el pasillo por el que han venido.

No hay nada más que decir. Me voy hacia el fondo del ascensor y espero que mis otros dos compañeros me acompañen mientras presiono el botón de la calle. Te diría que hasta que nos veamos, pero no estoy seguro de que nos volvamos a ver. Así que solo te desearé suerte.

Aquí os separáis. Está claro que Dave no dará su brazo a torcer, así que el resto entra en el ascensor, cabizbajos y un poco tensos, mientras él apunta al pasillo con el arma que le ha dado Alessandra. 

La botonera es extremadamente larga. Muestra una gran cantidad de plantas...y sótanos, si la estáis leyendo bien. Bob pulsa el  botón de lo que asume es la planta baja e intercambiáis unas últimas miradas mientras las pesadas puertas de acero reforzado se cierran. 

Con un ligero golpe metálico, quedáis separados. El ascensor se pone en marcha...

Una flecha descendente se ilumina en una pequeña pantalla sobre la botonera, el ascensor empieza a bajar suavemente, y entonces oís una risotada que no sabéis de dónde viene...pero sí de quién. 

-¡JAJAJAJAJAJA!

Es la voz del maníaco encapuchado. Puede que sólo le hayáis conocido una vez, pero su voz ya está grabada a fuego en vuestras memorias. A continuación, oís el restallido de un cable de acero tenso siendo cortado, y el ascensor cae, cae, cae...

Tras un par de segundos de pánico, se detiene con una fuerte sacudida y un chirrido metálico. Un signo de admiración ha reemplazado a la flecha. Parece que los frenos de emergencia han saltado. Un boton amarillo se ilumina, como sugiriendo que llaméis pidiendo ayuda. 

Pero cuando empezáis a pensar que estáis a salvo, vuelve el chirrido, luego se oye un chasquido metálico, y volvéis a caer. Los frenos parecen haber fallado. La pantalla empieza a decir ERRORERRORERRORERRORFALLOSISTEMASEGURIDADCONSULTEMANUALFABRICANTEERRORERRORERRORERROR=)(/&%$·"·$%&/134567890876543

Caéis a una velocidad endiablada, cada vez más deprisa y más deprisa. Recordáis los temores de Dave.

Hasta que se detiene el ascensor con un golpe tan brutal que quedáis inconscientes por el impacto. Las luces fuera y dentro de vuestras cabezas se apagan. 

CONTINÚA EN ESCENA II

El ascensor empieza a bajar, sin ti. Y entonces escuchas una risotada tras las puertas, que no sabes de dónde viene... pero sí de quién.

-¡JAJAJAJAJAJA!

Pertenece al maníaco que querías perseguir. Puede que sólo lo hayas escuchado una vez pero ya tienes su voz grabada a fuego en la memoria. A continuación, oyes el restallido de un cable de acero tenso siendo cortado. El ruido que hace el ascensor al bajar se acelera, se acelera, se acelera.. 

Tras un par de segundos de pánico, oyes un chirrido metálico y el sonido de la bajada parece detenerse. ¿Será el freno del ascensor? El botón de llamada se ilumina. 

Pero tras un momento de paz, se oyen un par de ruidos de metal torturado y el zumbido del ascensor bajando a toda velocidad continúa. La luz del interruptor de llamada enloquece y parpadea como si perteneciera a una diacoteca. 

Cada vez zumba más rápido y agudo. 

Hasta que se detiene, con un golpe sordo a lo lejos y una sacudida que agita todo el edificio.

¿Se han cumplido tus temores?

Asustado, Keller salta corriendo a la puerta del ascensor. Ha visto como sus compañeros se despeñaban por el mismo.

-Mira que lo dije... me jode tener siempre la puta razón...... ¿Ahora qué? seguramente estén hechos tapioca contra el puto sótano... de todos modos.. habrá que intentar ayudarles de alguna manera... aunque sean una panda de gilipollas que lo único que se merecen es que les partan en dos por cabezones, y sobre todo, por idiotas.

En ese momento, el jóven echa mano de su kit de electricista que adquirió hace unas escenas para intentar encontrar una llave triangular, o algo que sirva para poder abrir la puerta del ascensor, o incluso el panel de control para ver qué ha pasado, y sobre todo, como puede ayudar

Con tus herramientas de electricista, desmontas el panel de llamada y manipulas sus circuitos logrando que las sólidas puertas se descorran. Con tus habilidades, confundir a sus mecanismos electrónicos es pan comido. 

Lo que ves detrás no es muy alentador. En el escasamente iluminado hueco del ascensor cuelgan, aun bamboleándose, un par de gruesos cables de acero cortados. Mirando abajo, apenas puedes distinguir un bulto oscuro en el fondo 

En las esquinas, las guías metálicas del ascensor y el contrapeso delimitan el espacio, extendiéndose hacia arriba y hacia abajo.

Mira que lo dije... si es que son una panda de gilipollas... Si es que sabía lo que iba a pasar... me cago en la puta...

Acto seguido mira arriba en el hueco del ascensor. El hijo de puta que ha cortado los cables del ascensor, o algún secuaz de los suyos podría estar arriba.

Si no ve nada, busca las escaleras de servicio y se dispone a bajar a buscar a sus compadres... o lo que queda de ellos..

Es un tipo de escalerilla que implementan algunos ascensores, que son unos hierros directamente incrustados en el hormigón del hueco del ascensor.

en caso de no tenerla (que pensandolo

bien, sería lo más fácil ya que me “lo he inventado yo” xD 

Mirando hacia arriba, no ves a nadie. Ni rastro de quien cortara los cables, para tu frustración. 

Mirando hacia abajo, buscas la escalera que supones debería haber en el hueco del ascensor para reparaciones y emergencias...pero no la encuentras. 

Sorprendido, miras a un lado y a otro varias veces. No. No hay. El ascensor de este edificio no tiene tal cosa. Tampoco ves rastro de que antes hubiera una. Quienes construyeron este edificio no debieron de pensar que fuera necesario. 

Me cago en la puta... ahora me va a tocar ir a salvar a estos gilipollas.... o a reconocer el cadaver.... y mira que mi forma física no es la mejor del mundo, pero  algo tendré que hacer....

Te devanas los sesos  mirando el hueco, preguntándote qué puñetas podrías hacer. Estás empeñado en bajar porque quieres ayudarles, pero obviamente no quieres matarte en el intento, saltar directamente te mataría. Como un prisionero en una torre, necesitarías descolgarte. ¿Pero con qué lo ibas a hacer? 

Te preocupas por los otros. Empiezas a pensar en todo lo que ha ocurrido desde que os despertasteis hasta haber llegado hasta aquí, por si se te ha pasado algo importante. Las camas con correas. Las peleas. La búsqueda frenética de algo aprovechable o que iluminara vuestra situación. Al mirar un momento hacia el llamador desarmado, recuerdas el almacén donde encontraste esas herramientas. 

El almacén. Allí había de todo. Seguramente, incluso algo que te ayude. A lo mejor, entre las cosas que descartaste o que no miraste, habría cosas como cuerdas o ganchos, que ahora podrías aprovechar. Tiene todo el sentido del mundo. Si había palancas y destornilladores, ¿por qué no iba a haber de aquello también? 

En fin... no me queda otra que volver sobre mis pasos y buscar algo que pueda servirme en esta locura.D ave para un momento y piensa... En el almacén donde encontré estas herramientas, lo más probable es que pueda encontrar algo para ayudar en este momento

Acto seguido, comprueba la pistola y vuelve sobre sus propios pasos yendo al almacén...

Desandas lo andado, atraviesas de nuevo un pasillo central en el que empieza a hacerse difícil ver, y vuelves a entrar en el almacén, cuyas cajas y cadáveres esparcidos te reciben de nuevo en silencio.

¿Encontrarás aquí lo que buscas?