Partida Rol por web

El sol asoma por las tablillas que sirven de ventana al semiderruido apartamento al que llamáis hogar. Está bien orientado por lo que se calienta lo suficiente por el día para que la noche no sea excesivamente fría y podáis dormir sin apretujaros demasiado.

Vuestras tripas rugen como si de terribles bestias se trataran. Aunque no es de extrañar después del festín que os disteis con aquellas dos manzanas que pudisteis agenciaros en el huerto de un templo de Olidammara y un arenque esmirriado que consiguió pescar Hert... para los seis.

No os queda ni un solo penique para pasar el día y aunque os habéis visto con anterioridad en situaciones similares no deja de ser preocupante.

No tenéis más remedio que buscar trabajo en los muelles. Con un poco de suerte el contacto de Hert, Rachid, tenga algún trabajito. Aunque teniendo en cuenta que no recibió su compensación la última vez que os consiguió una tarea, quien sabe de que humor lo vais a encontrar.

Las tripas os vuelven a sonar, esta vez aún más amenazantes. Sea como sea deberíais probar bocado para el mediodía o seguramente caeríais desmayados.

Desde la improvisada ventana miro con envidia a los dandys¹ desfilar, tan pomposamente. Con sus barrigas tan llenas.

"Aqui estamos, camaradas. Al límite de nuestra fortuna." digo mirandome en una escudilla con algo de agua, que uso a modo de espejo. Atento a si mi rostro muestra algun mordisco de parásito o plaga. "Necesitamos ese trabajo ¿Que crees que puede pedir ese contacto tuyo, Rachid?"

Agnes abrio un ojo y echo un vistazo alrededor sin moverse, habia aprendido a las malas asi que primero era asegurarse donde estaba...bueno, estava en casa asi que...mas o menos era seguro, se incorporo y apoyo la espalda contra una pared que ya mostraba las entrañas de madera...

No pudo evitar poner la mano en el estomago con el primer rugido...me comeria hasta mi hermano....Tengo hambre. Lo decia como una suplica mirando el lider del grupo.

Y si engañamos a uno de esos Dandys? uno que no lleve servicio claro.

Las tripas rugían mientras el sueño se iba despejando de mi mente, donde cestos llenos de manzanas y bandejas de arenques junto a jarras de espumosa y fresca cerveza esperaban a ser catadas en una mesa de madera noble, en un lugar donde el dinero no era un lujo inalcanzable, ahora en la realidad, veía las paredes destrozadas del antro donde vivía ... no había ni arenques ni cerveza ... - Puta mierda, para que soñaremos ... Como dice Agnes, como si damos el palo a uno de esos ricachones. Un rugido aun mayor acompañan mis palabras. - No podemos estar otro día sin jamar algo. 

— "Nes"... hacer eso es ir unos cuantos pasos más allá de birlar una que otra cosa del mercado o de un huerto. Mejor esperemos a ver que nos dice Rachid antes de arriesgarnos a que nos encierren y tiren la llave. — Decía Angel desde donde estaba, tendido en el suelo boca arriba contemplando, reflexivo, el derruido techo que tanto fastidiaba con sus goteras en las noches lluviosas. — ¿Alguno vio un Godo alguna vez? Yo si... hace unos días, desde lejos. ¿Que harían con una de esas?

 Si esperamos demasiado, estaremos demasiado débiles para los servicios de  Rachid, tal vez debiéramos probar suerte con la caridad de algún templo.   

 Intento buscar una salida que nos evite la realización de alguna acción ilegal, aunque cuando la gazuza aprieta, los ideales suelen quedar en segundo plano, aunque no tan enterrados como para cometer algún crimen mayor.

 Tal vez debamos probar varias ideas al mismo tiempo.    

No podemos ir así cada dos meses... tenemos que buscar alguna manera más estable...

Su estomago gruñó en protesta. Lo que sea que hagamos tenemos que hacerlo ya. Si veo la oportunidad le birlare algo a quien sea, pero vamos a lo seguro primero...

Se puso en pie con dificultad, con un ligero mareo separó las piernas para estabilizarse.

¿Vamos?

— ¿"Más estable"? — Repitió Angel en forma de pregunta, volteando su cabeza para ver a Arthur, sin levantarse. — Algunos de los que salían del orfanato donde crecimos "Nes" y yo se iban para las afueras de la ciudad a trabajar en las zafras de los campos. Ya antes de toda la mierda del hierro los campos daban trabajo a bastante gente, así que ahora que hay que usar palos y las manos... — Decía, e hizo una pausa para levantar los brazos y cruzarlos para apoyar su cabeza sobre sus manos. — Ahí debe haber algo más estable... uno o dos meses cada cinco. Eso si, ahí se debe trabajar hasta que se te cae el pellejo y estarás en medio de la nada a menos que quieras caminar no-sé-cuantos kilometros de regreso al interior de la ciudad.

Para que luego no te paguen o te paguen lo justo para aguantar un dia mas... Deberiamos ir a los muelles a ver si podemos llegar a un acuerdo y sino...encoje de hombros si andan con tantas monedas en el bolsillo es que les sobran.

- Pue algo hay que buscar, sea trabajar en los muelles o apiolando a uno de esos Dandys, pero sea como sea ... necesitamos una manduca diaria. No sabía porqué repetíamos una y otra vez estas discusiones, aunque lo mas probable es que fuese el hambre lo que hablase. - He soñado con arenques y cerveza. ¿Cuánto hace que no probáis una?.

Intento recordar en qué templos, haciendo de píos creyentes y suplicantes podríamos mendigar algo de comida.

Dividamonos y exploremos dos o tres opciones y al mediodía nos encontramos de nuevo. Necesitaría algo de músculo para proteger la comida que espero recoger, soy blanco fácil estando solo y si alguién me ve recolectando comida de los templos irán rápidamente a por mí. Digo con el tono confiado de quien cree que ha encontrado una solución al acuciante problema de nuestra voraz hambre. 

— "Honesto", tio, Santrew tenía un mejor punto: Concentrarnos primero en conseguir algo para quedar a buenas con Rachid. Pero me gusta lo de separarnos para hacer varias cosas. — Dicho eso, Angel se incorpora con cierta pereza. — ¿Que te parece si te acompaño a ver a Rachid ahora mismo? El puerto se despierta ni bien levanta el sol. Le preguntamos cuanto le debemos y vemos que nos dice, no tiene caso seguir dandole vueltas al asunto antes. — Entonces se voltea a ver a Hert. — Anda, Hert, ven con nosotros, mejor será que seas tu quien le hable, ¿No? — Entonces echa a caminar hacia la salida de la chabola, como apremiando a los otros dos a irse ya con él. — Los demás, si quieren, podrían ir a ver si encuentran alguna otra cosa para tragar luego.

Decididos a no llegar hasta el mediodía sin probar bocado, salís a la calle en dirección al barrio del puerto, que os parece la opción más rápida y segura de conseguir unos peniques.
En la calle podéis ver a los típicos vagabundos que acaban de despertar. El hedor de las calles es muy molesto, pero cuando tú mismo eres parte del problema parecen minimizarse los efectos.

Tomáis el atajo que pasa por los hornos de sebo donde se produce el aceite que se usa como combustible para los candiles, ojos de buey y antorchas de la parte menos pudiente de la ciudad. Al menos a quien no le importe el intenso olor a pescado que produce su combustión. El espeso humo negro que despiden las chimeneas hace que parezca todavía noche cerrada hasta que se despeja poco antes de llegar al puerto.

A lo lejos Hert reconoce a Rachid...

...está hablando con otros tres llorones. De haber previsto que vendríais a los muelles lo habríais hecho antes del alba, pero ahora la mayor parte de los barcos ya están cargados y solo quedará trabajo para unos pocos.

Con un gesto, Rachid manda a los tres zagalicos a uno de los muelles donde parece haber atracado recientemente una barcaza. Justo en el momento en el que parece volver a sus asuntos percibe vuestra presencia mientras recorréis los escasos pasos que os separaban de él. Abre los brazos en una pose algo teatrera y os habla con un profundo acento arábigo...

"-Por el mismísimo Emir Ahmed Jaidi, ¿es Hert y su grupo de llorones lo que ven mis ojos?...", se acerca y posa su brazo sobre el hombro de Hert, "-...me honráis con vuestra presencia, ya daba por sentado que no os volvería a ver, no habréis venido a entregarme mi comisión por un casual, ¿verdad?, no hace falta que os recuerde chicos, que quedó pendiente".

Contemplo al resto

"¿De que habla?" murmuro "Creia que le pagamos religiosamente"

Cita:

Suspiro ante lo que ha dicho Angel

"Colega. Es cierto que no hay hierro para azadas, así que los labriegos han hecho lo lógico: Herramientas de piedra, rocas... OBSIDIANA. Y quien puede, pues se vuelve al cobre, al estaño y el bronce"
"Se rompen antes, pero un labriego con las manos rotas no trabaja, mientras que una sin azada, se puede hacer una nueva"

Pone los ojos casi en blanco y la mirada hacia arriba Tiene muchos grupos de llorones, creo que se confunde de grupo, aunque no lo entiendo, soy adorable mi cara queda a la memoria responde susurrando a su compañero pero lo suficiente fuerte para que lo escuche Rachid.

Vamos Rachid, sabes que si no trabajamos nos morimos de hambre y entonces nunca recuperarás tu dinero. Siempre está bien tener a gente en deuda contigo...

Arthur no tenía muy claro si iba a servir de algo razonar con él, pero tampoco quería rogar.

— ¿Obsidiana? — Preguntó Angel mientras hablaba Santrew, pero se limitó a solo escucharlo cuando empezó a decir los nombres de todos esos otros metales que tan en segundo plano había dejado el hierro. Tampoco recordaba haber visto mucho esos materiales, quizás porque como decía Santrew se estaban destinando para los campos o para los soldados que defendían la soberanía de la ciudad y herraduras de caballos y junturas de carretas, barcos, barriles y quien sabe cuanto más; con lo que más convivía era con la madera, en el orfanato de hecho servían la comida en platos de madera y las pocas cucharas que habían también eran de madera, aunque en realidad casi siempre había que comer con las manos.
Santrew si que parecía saber de esas cosas, pero prefirió no preguntar por esa tal obsidiana para no resultar aun más ignorante.

El fuerte olor a pescadoabofeteaba con fuerza al acercarse al puerto, pero como con todo lo demás al rato uno acababa acostumbrandose, lo mismo pasaba cuando se marchaban del puerto aunque el olor de la ciudad era bastante más familiar.

Y ahí estaba Rachid. Destacaba bastante en ese ambiente con sus ropas y su porte, Angel desearía poder ostentar una imagen similar.