Partida Rol por web

—No te puedo decir nada, es secreto, Lance.

Le extraña tu desconocimiento de la situación, expresándolo con una mirada indagadora.

—¿Pero nadie te informó por qué vinieron? ¿Seguiste a todos sólo porque sí?

—No del todo, estaba más preocupado por echarme una siesta. Y deberías saber perfectamente que no hago muchas preguntas cuando un amigo me pide algo. Qué extraño que no recuerdes eso...

Frunzo el ceño, hay algo que me empieza a mosquear y mi cabeza empieza a ponerse en marcha. Invoco uno de mis escudos con la mano derecha.

—Perdóname si me estoy equivocando, pero creo que eres falsa— y trato de golpear con el escudo a Hana, liberándome de la ilusión.

Ahora veo cómo está el panorama de verdad, y lo cierto es que no pinta bien.

—Venga ya, qué fastidio...— busco con la mirada a la verdadera Hana —¡Hana, eso ha sido una guarrada! ¡No esperaba esto de ti, eso no se le hace a un amigo que hace años que no sabía anda de ti!— suelto un suspiro bien largo —Aaaaaay... habrá que ponerse serios. ¡¡¡QUÉ-FASTIDIOOOOOO!!!

Con mi grito de guerra característico procedo a invocar de nuevo todos mis escudos y voy primero a ayudar a Lyn y Keira.

Mi agarre sobre el martillo se debilitó y bajé la mano poco a poco.

— ¿Qué? No, no, no. No te atrevas a mentirme ahora. ¿Cómo que mamá no está muerta?

Desvié mi mirada hacia Reddo antes de que mi padre continuara. El martillo desapareció de mis manos, y cuando vi el contenido de su colgante desactivé la magia de gravedad. Mis manos temblaban. Cuando finalmente cayó inconsciente lo pillé por la camisa. No hice caso a los comentarios de Mordred.

— ¡No te atrevas a morirte ahora! ¡No tienes derecho! ¡¿Qué es eso de que mamá está viva?! ¡¿Cómo que la has estado protegiendo todo este tiempo?! ¡¿Y por qué la jefa y el dire trabajan juntos?! — la expresión de mi rostro era claramente de ira, pero se notaba en mi voz que estaba a punto de llorar —. Abre los ojos, maldita sea. No puedes decirme todo eso y abandonarme otra vez. Te oigo respirar... — ya no era capaz de contener las lágirmas, poco a poco mis piernas me fallaron y caí de rodillas al suelo, manchándome con la sangre de papá —. Deberías poder aguantarlo... Abre los ojos... No me abandones otra vez... Al menos dime dónde está mama, cabronazo...

Incapaz de combatir, sin poder decir nada para consolar a su compañera y con un sentimiento de culpabilidad por casi rebanar el brazo del cowboy tras aquella escena...Sin lugar a dudas no estaba siendo un buen día. La única buena noticia que tenían era que Lance estaba despierto una vez más.

-Lance, quitando a tu “amiga” creo que Molly es la que más ayuda necesita por allí. Yo por otro lado...me da que un rato no voy a ser de mucha ayuda.- Era claramente visible que su cuerpo no estaba respondiendo como debería y que no iba a irse muy lejos por el momento. Lo máximo que podía hacer era vigilar que nada amenzara al grupo de Keira mientras esta asimilaba el bombazo que le habían soltado.

Lance vuelve en sí y a medida que se levanta del suelo descubre un panorama completamente distinto al de hace unos momentos. Hana y el rubio enmascarado no están por ninguna parte. El cowboy ahora se encuentra en el suelo sobre un charco de sangre, con Keira arrodillada junto a él y Lyn apresurándose en meterse por la compuerta que lleva a las instalaciones de la nave.

—Elise estará a salvo mientras yo viva —gruñe el vaquero, con dificultad para respirar y mucho más para hablar—. Esto no es nada, Zoe. Sangre de mi sangre, vamos.
Tose de nuevo y se queda inmóvil mientras Keira sigue gritando.
—Está... en...
No consigue terminar la frase porque pierde el conocimiento. Apenas logra señalar la fotografía durante un breve instante antes de colapsar.

Sólo para Keira:

Spoiler (marca el texto para leerlo):

Entretanto se oyen ruidos de combate dentro de las instalaciones, debajo de la cubierta.

Asiento con la cabeza ante las palabras de Lyn.

—Sí, me parece bien, pero... ¿dónde diablos están?

Me centro en mis compañeras con mis escudos, empezando por ayudar a Lyn a levantarse y en proteger a Keira mientras me explican dónde está la profesora y ese tipo raro. Y para colmo ya no veo a Hana. ¿En serio me ha dejado tirado mientras estaba sumido en esa ilusión?

Todo esto es un fastidio...

Con intención de orientar a su compañero, Lyn agarra la cabeza de su compañero y la gira en dirección a la cabina en la popa, donde se había trasladado el combate de la profesora.

-Allí encima, si te fijas veras a una tipa echa polvo que esta siendo brutalmente apaleada por el psicópata albino, le lanzaría un rayo pero mi puntería es una mierda...aunque creo que se me empieza a ir la parálisis...un poco-Parecía que su cuerpo empezaba poco a poco a responder, aunque volver a utilizar su relampago para impulsarse estaba fuera de cuestión tal vez podría dar un poco más de guerra, o al menos no ser un estorbo para los suyos.- Sí, creo que por lo menos puedo estorbarle un poco, y lo mismo Molly me puede apañar un poco más... Pero si me das el paseo en uno de tus escudos hasta allí no me voy a quejar.
 

Me giro hacia donde me indica Lyn y frunzo el ceño. Me rasco la cabeza al final.

—Rayos, más vale que después me dejéis hibernar, que no me bastará con una siesta.

Utilizando mis escudos me dirijo hacia donde se encuentran Molly y el tipo raro. Pienso inflarlo a hostias por no darme descanso. Qué fastidio todo...

— Si crees que te voy a perdonar por esto lo llevas claro — dije aún con clara rabia contenida.

Cerré el colgante y lo volví a poner en las manos de mi padre. Aún no sabía si creer nada de lo que decía, pero si era verdad y aún estaba vivo lo mejor es que lo siguiera tocando.

— ¡AAAAAAAGH!

Grité al cielo para desahogarme. Viendo a dónde se dirigían los otros, manifesté el martillo grande en mis manos e incrementé mi propio peso. Empecé a dar vueltas con el martillo para impulso momento y cuando parecía que ya tenía suficiente, eliminé mi peso para salir disparada hacia la pelea.

— Profe, parece que necesitas ayuda, así que te echaré un cable. Pero luego tendrás que decirme de que conoces al capullo de mi padre.

Mi martillo pasó de nuevo a la forma de martillo de carpintero mientras me preparaba para asestarle un golpe al psicópata.

Fácilmente llegan hasta ese tejado que cubre las instalaciones, todavía subidos al escudo flotante de Lance. Allí se encuentran con el rarito albino, de pie junto a Molly, que yace en el suelo. Efectivamente, la tipa ha sido apalizada brutalmente, está cubierta de sangre, cortes y moretones y con la ropa rasgada en varios sitios. Las palabras de Keira no llegan a ninguna parte, porque además está inconsciente.

—La profe casi que palma, señores, pero todavía respira —dice el psicópata, dándose la vuelta para mirarlos a ustedes.
—Ha sido divertido mientras duró, pero fue corto y ya me estoy empezando a aburrir de nuevo. Estaba pensando en dejarla con vida otro rato, para ver si eso atraía salvadores que pudieran entretenerme otro poco más.

Entonces coge a Molly por los tobillos y la levanta, riendo entre dientes, y se pone a hacer la pantomima de estar tocando la guitarra con las piernas de la señorita.
—Plin, plin plin, plin... hehe.

El morocho afro y el otro compañero suyo han quedado abajo, cuidando de Van Zant.

Ese tarado ya ha derrotado a Molly y se atreve a jugar con ella.

—¿Te das cuenta de que así no te ves guay? Pareces un tarado fugado de un manicomio. ¿Crees que así te admirará o temerá alguien? Das pena, colega, es como si de niño nadie hubiese querido ser tu amigo y ahora quieres compensarlo con idioteces— señalo con tono hiriente y aparentando absoluta calma.

Pero en realidad estoy enfurecido por cómo está tratando a Molly. Este tipo se merece una paliza y al menos se va a llevar un golpe de mi escudo hacedor de huevos fritos, pero debemos ser cautos y pacientes. Ya le daré ese golpe ardiente cuando menos se lo espere, le voy a dejar tal permanente que nunca más querrá salir a la calle.

Acto seguido despliego dos escudos para que sigan y protejan a Lyn y Keira y me reservo los otros dos para mí.

—Chicas, este tipo demanda atención. Quiero ver cómo dos hermosuras le parten el morro a este payaso. Yo me ocuparé de rescatar a la profe mientras os apoyo— les digo en voz baja mientras me preparo para entrar en la pelea.

Es la hora de la verdad y no debemos fallar.

—Parece que tienes mucha presión en la cabeza. No te preocupes, te abriré un agujero para que puedas dejarla salir.

Cubierta por el escudo de Lance, me lancé contra el psicópata sin preocupación por la defensa. Ocupado como estaba sosteniendo a la profesora, coloqué la parte trasera del martillo pensada para sacar clavos bajo su mentón, y entonces di un fuerte tirón que podría haberle roto el cuello a una persona normal. Aunque por desgracia, no era una persona normal a quién nos enfrentábamos.

—Vaya, parece que tienes buenas cervicales. Tendremos que ablandarlas un poco primero.

-Definitivamente el mundo estaría mejor sin este cabronazo-Aquel tipo solo la cabreaba cada que lo veía, era como una reacción natural en la que con solo verlo despertaban unas ganas incontrolables de cortarlo en pedacitos, incluso si fuera lo último que hiciera.

Haciendo acopio de las fuerzas que había recuperado, Lyn se lanzó a toda velocidad a flanquear al albino, y mientras su compañera parecía haber tomado como objetivo la cabeza, ella prefería amagar el mismo objetivo solo para acabar lanzando dos estocadas contra las piernas en busca de limitar su movimiento

-¿Que tal si te quedas quietecito mientras mi compi termina la lobotomía?

Cuando el albino ve que se le lanzan encima, él arroja a Molly hacia Keira para interceptarla, pero uno de los escudos se interpone y proteje a la muchacha, a la vez que amortigua la caída de la profesora, que ahora termina en el suelo.
Lyn también arremete y, en ese momento, numerosos tentáculos emergen del brazo del enemigo y la atrapan en plena carrera, levantándola del piso. Por desgracia para él, el cuerpo de Lyn sigue electrificado y se lleva una buena sorpresa cuando los tentáculos y el resto de su cuerpo reciben una buena descarga que lo deja un instante distraído, soltando a la joven. Ella aterriza junto a él y efectúa un barrido a sus pies, haciéndolo caer de rodillas.

Finalmente, Keira da un intento de golpe final, casi arrancándole la cabeza al albino. Éste no deja de reir mientras su cuello es estirado de forma grotesca, pero sin llegar a desprenderse, y termina desplomándose en el piso. Al poco tiempo se levanta y se lleva las manos a la cabeza para retorcerla y acomodársela de nuevo en el lugar, con unos sonidos crujientes poco agradables.

Con una expresión muy desquiciada extiende los brazos nuevamente, sacando más tentáculos negros que intentan atravesar los escudos de Lance.

Con el escudo de Keira recojo a la profesora Molly y acto seguido envío otro escudo a mi compañera.

Veo cómo ellas empiezan a atizarle y cómo se le estira el cuello como si fuese de goma.

—¡Venga ya! ¿Es que no puedes ser más normalito? ¡Normal que no hicieras amigos de niño, das mucha grima!

Una vez recojo a la profesora Molly compruebo su estado mientras vigilo de reojo la pelea de mis compañeras.

Y ahora el tipo éste saca sus tentáculos.

—Ugh... tentáculos intentando atrapar a chicas atractivas. Cómo se nota que solo lees hentai, pervertido.

Envío uno de mis escudos sobrantes para apoyar a Lyn, ya sea para evitar que sea golpeada o que lo use como plataforma de apoyo.

-Aggh en serio, no te contentas con estar loco, también tienes que dar asco- Al ver como se le estira el cuello, Lyn no puede evitar hacer una mueca de asco al tiempo que empieza esquivar los tentáculos.

El asalto de tentáculos parecía perseguirla allá donde se moviera impidiendola acercase, y estaba claro que seguir esquivándolos no iría a ningún lado, por tanto, la mejor opción era la más simple, ir contra ellos.

-Lance, mantenme un apoyo en el aire- Sin esperar una respuesta, la samurai se lanzó a cortar los tentáculos avanzando en un zigzag errático combinado con saltos y cambios de dirección en el aire gracias a la “plataforma” de su compañero, un desfile de cortes que parecía rebotar a lo largo de un pasillo invisible borrando los tentáculos en su paso hacia el albino.

Detrás de los tajos de Lyn que absorbían la atención del psicópata sin huesos vine yo. Describí un amplio arco con el martillo para aumentar su fuerza y asegurarme de que podía atravesar su craneo si no concentraba la barrera a tiempo. Sin embargo, fui demasiado lenta. Fue capaz de esquivar la punta del martillo con tranquilidad, y aprovechando mi mala posición lanzó sus cuchillas contra mí. No fui capaz de concentrar la barrera a tiempo, y una de ellas me atravesó.

— Tsk. ¿De verdad eso es lo mejor que tienes?

Escupí sangre a un lado y agarré el látigo de cuchillas, sujetándolo con fuerza. El peso de ambos empezó a multiplicarse rápidamente, hundiéndonos poco a poco en el techo.

— Veamos que tan rápido te puedes mover ahora.

Lyn hace un estupendo trabajo en cortar esos apéndices problemáticos, pero más siguen saliendo desde el otro brazo del tipo. Mientras tanto, Lance comprueba que Molly sigue respirando y se mueve un poco, abriendo apenas los ojos.
—Al final —murmura, buscando enfocar la mirada en Lance— no he podido verme guay delante de mis alumnos. Qué triste lo mío.
Le sangra la boca cuando pone una leve sonrisa.

Antes de que Lyn llegue a aterrizar, todavía mientras está danzando entre las plataformas que le facilita Lance, el enemigo del que aún no saben su nombre y Keira están forcejeando, hundiéndose más y más en las tejas que componen ese techo. Keira usa su habilidad para incrementar el peso de ambos hasta el punto en que el sitio donde están pisando cede, se derrumba y los dos se vienen abajo.

Caen dentro de unas instalaciones que estaban a oscuras hasta ahora, que entra la luz del sol por el agujero que acaban de hacer. El impacto es suficiente para que Keira se distraiga por un segundo y este rarito se pierda de vista.
Allí dentro es como una especie de laboratorio, con paredes y piso de baldosa blanca bien limpia y prolija, pero también podría tratarse de un depósito, ya que ven estanterías con cajas y algunas cápsulas de vidrio de suficiente tamaño como para contener una persona adulta dentro. Hay varias de esas puestas en hilera.

—Profe, no se preocupe por eso. El mero hecho de haber aguantado sola contra ese rarito ya le hace ser guay. No se preocupe y descanse, que nosotros nos ocuparemos de todo.

Cuando acabo de decir eso veo cómo Keira y el rarito se hunden y acabamos perdiéndolos de vista por un momento.

—¡Lyn, baja conmigo!— le indico preparándome para bajar con uno de mis escudos.

En cuanto Lyn suba conmigo desciendo hasta donde está Keira, y trato de encontrar al desgraciado ese ayudándome con uno de mis escudos, el cual está al rojo vivo por estar en modo freír huevos. Puedo ver lo que parece ser un laboratorio de esos chungos.

—Ostras, esto parece el laboratorio del Doctor Malutov— comento recordando a un villano de Hunter Quest —Solo falta que aparezca una quimera cibernética como en el juego.

Si encuentro al rarito al que marginaban de pequeño lo enfocaré con mi escudo de calor para que se tueste un poco (y marcar su posición) además de avisar a mis compañeras.

-A la planta de abajo por favor- Ante la llamada del ascensor de Lance, no dudó un instante en dar el salto y comenzar el descenso mientras echaba un vistazo a lo que podía del nuevo entorno.- Este laboratorio no tiene pinta de ser de los que me gustan...

-No seas gafe, tenemos de sobra con el loco como para estar pidiendo más- Lyn no pudo evitar dar un golpe en el hombro de Lance ante el comentario de la quimera, si de verdad aparecía una, y no lo veía del todo imposible, estaban bien jodidos.

En aquella oscuridad lo ideal hubiera sido iluminarlo todos con rayos, no obstante no tenía ni el control ni la potencia para hacerlo. Pero aunque no pudiera ver al tipo si podía escucharlo, si cerraba los ojos y se concentraba no era difícil escuchar sus pasos afectados por la gravedad de Keira o sus asquerosos tentáculos moviéndose al acecho.

-Más o menos...¡Por ahí!- Tras ubicarlo de oidas la espada brillante cargada de rayos salió volando hasta aterrizar a los pies de albino, marcando su posición.