Partida Rol por web

Aún con la Biblia en sus manos, Jesús Yrion estaba acongojado. No había visto semejante evento desde aquella vez en aquel baño turco en Estambul, con Sherpa y cinturones de cuero incluidos. La situación se había salido de control desde que tras votar democraticamente, al menos lo más cercano a ello, pues las votaciones estuvieron muy justas, tan solo desempatadas por la Capitana; acabara en muerte.

-Eh.... ¿Eh? -Como si hubiera salido del trance en el que estaba, el Hombre de Dios se percató que lo estaban llamando- ¿Unas plegarias?. Yo no... me refiero, ¿Estamos seguros que los muertos son Cristianos?. ¡Que yo sepa ninguno de los presentes me votó para ser su líder!. ¡Algo que un verdadero Cristiano haría!.

Al parecer Jesús Yrion estaba más dolido por no ser líder de la expedición o de lo que fuera eso ahora, que por el hecho de que le acusaran de forma velada de ser un monstruo del espacio exterior puesto por el diablo para engañar los corazones de los jóvenes y que den la espalda a Dios.

-¡Y si solo hay un monstruo el hecho de matarnos entre nosotros, a parte de pecado, a no ser que tuviéramos el permiso del Papa para hacer una cruzada en la Antártida o en Jerusalem; es algo que tan solo está dándole ventaja a esa criatura!. ¡Por cada uno que matamos nosotros y no el monstruo, es uno que se ahorra matar al monstruo!. ¡Además, quizás matemos a alguien importante sin querer!.

Y mientras decía esto, de forma disimualda, dejaba un papelito.

  Ahffff.... - bufando mas derrotado y agotado luego de escuchar la respueta de zhou - igual no es que se pueda evitar sospechar por la tipa que se tambalea al caminar luego de tres de sus "batidos" - mirando al fondo ya con una decision por quien votar, aunque la voz del ruidoso  psudo-predicador era un tanto molesta como para evitar.

  A ver... que igual tampoco nos conviene a que en el peor de los caso se acumulen cinco o seis de esas cosas pululando por alli, a si que sin una buena forma de rastrearlos, mejor pensar que.... bfffff - costaba decir siquiera la palabra, pues era dura y no estaba como paea bajar mas la moral - ¿ seguro que no tiene una oracion para estas cosas ?, ese libro tiene un monton de hojas y letras... alguna tiene que servir para la ocación.

- No se prreocupe, Doctora.- Quise quitarle hierro al asunto.- Ostap ser tio duuuuuurr.... que manos más frrías!- Me estremecí con un escalofrío.- Uys...uf ... uf... gracias.- Susurré por lo bajo.

Mientras me re acomodaba la camisa hawaiana y el resto de la ropa, a mi orondo cuerpo escuchaba nuevamente al resto. Nuevamente tendríamos que votar, y me llevé las manos a la cabeza. NO estaba seguro de a quien hacerlo hasta que alguien habló.

-Yo...- Empece a decir.- ... Esta vez votarré al piloto. - le miré con cara de pena. ¿Era eso una sentencia a muerte? Esperaba que no.- Solo quierro que se le aísle. Nada de muerrrte! Mi motivo serr sensillo: Ahorra mismo no nesesitamos a un piloto.- Tampoco un pinche de cocina! ¡Bueno si, porque si no quién iba a racionar la comida de Rhonda, dándole un toque personal (y comestible) Me encogí de hombros.- Además, en caso de que cosa asimilarr (o fuerra) señor Jones, evitarríamos que se escaparra fuerra con el avión y se prropagase al rresto del mundo!- Chasqueé la lengua.- Esperro equivocarrme, amigo!

Y de pronto se me ocurrió una tontería de las mías, aunque puede que fuera útil.

-Lo tengo!!! ¿Y si nos emborrachamos?- Vale tontería no, locura total.- Esa cosa no estarr acostumbrrada a alcohol- Y menos al Licor de Ostap.- Poderr ocurrir dos cosas: Si estarr todos borrachos y cosa entrre nosotros, mañana no habrrá muerto ni asimilado a nadie! ¡Lo cual es bueno¡- arrugue la nariz.- O malo porrque significarría que está entre nosotrros aún.- Me encogí de hombros- O puede ocurrir que alguien muerra, lo cual significa que ninguno de los que estamos aquí, somos la cosa y que en rrealidad, Blair es el culpable final! AL menos saldrríamos de dudas!

Aunque el estar borrachos nos dejase indefensos. Damm!!!

Corrí hasta un lugar y traje un par de termos de café metálicos-¡Venga! Chupitos de Ostap! ¿Quién aninarrse?

La respuesta de Coldstone estiró las comisuras de los labios de Zhou, relajando su estado por primera vez en toda la semana.

Le sorprendió no haberse percatado, al menos de forma consciente, de ese detalle en las bebidas de la susodicha mujer. Ese día, si algo había aprendido y algo terminaba por escribir a su madre sería sobre lo humilde que es el mundo de quién se apaga y solo observa.

Jesús suspiró abriendo la Biblia este recitó con solemnidad uno de los versículos. Sin lugar a dudas nadie podía achacarle que el no iba a fallar en cumplir su parte de todo ese trabajo en equipo que era encontrar a la criatura. Sea como sea, su discurso iba a ser de suma importancia.

Pero, cuando él estaba considerando hacerlo, se le apareció en sueños un ángel del Señor y le dijo: «José, hijo de David, no temas recibir a María por esposa, porque ella ha concebido por obra del Espíritu Santo.»

Mateo 1:20

-Pues... eso mismo... ¡Meditad!.

Las erres al hablar del cocinero con hawaiana siempre me estremecían, me hacía gracia escucharlo pero esta vez se había propuesto votarme solo por mi oficio dentro de la misión.

Vamos Ostap, si hubiese un avión aquí ya los hubiera sacado a todos lejos de esta tumba, o por lo menos los hubiese llevado a un mejor laboratorio que permitiera hacernos un mejor seguimiento. Es más, te hubiese nombrado mi copiloto. Te recuerdo que mis habilidades en mecánica han permitido que el tractor de vapor mantenga el campamento lo suficientemente caliente para que no se nos partan las bolas.

Pero bueno, ya que tampoco tengo mucho que decir y estamos todos nerviosos y con incertidumbre me has tentado con tu oferta, venga ese chupito!!!!

El ruso parecía estar bastante dolorido, aunque quisiera ocultarlo. Fue con cuidado y al ver que las heridas eran solo superficiales, aplicó una crema para los moretones - Sobrevivirás. Y no pensé que un ruso valiente como tú considerara mis manos frías. Tal vez sea la camisa hawaiana - dijo con una leve sonrisa mientras se alejaba. Miraba a los demás, sobre todo a Jonathan con intensidad. Suspiró y se sentó tras las palabras a Jesús y esperó lo inevitable. En verdad el ser humano se apegaba a cosas extrañas. A continuación, se dispuso a intervenir, acompañando sus palabras de elegantes gestos de sus manos. 

- Vaya. Espero que eso haya traído paz a sus almas. Paso de la propuesta del joven Ostap y quisiera que pudiéramos evitar algo así. Imaginen lo que pasaría si sufrimos un ataque y la mayoría están borrachos. Tendríamos un desempeño bastante deficiente de ser así y podría haber menos que cosillas rotas. Por otra parte, quisiera que alguien considerara suplir al señor Ellis, al menosiemtras sana su costilla o baja un poco el malestar. Sería terrible si le golpearan nuevamente allí - la chica de la contabilidad parecía haber notado algo, aunque ella no lo veía aún. 

La miró y miró a los demás. Zhou le preocupaba un poco, se veía tensa, por lo cual decidió algo - Señora Rhonda, ¿cree que podamos hacer una infusión para todos? Lo considero mejor opción para los nervios que los chupitos del joven Ostap. Zhou, ¿nos acompañas? - tal vez así saldría de esa excesiva preocupación. Era una propuesta, pero igual se puso de pie para esperar las respuestas de las dos mujeres. 

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- El té y la infusión de frutas del bosque se están terminando, pero nos queda manzanilla como para atragantar a 100 de esas cosas.- Los termos de tamaño industrial se habían convertido en prolongaciones de mis brazos pero en breve tendría que ir a por más agua caliente. La verdad es que ni me importaría perderme el recuento de votos...

Ellis había estado escuchando a unos y otros. Tenía dudas, bastantes, pero tenía que actuar con determinación. Necesitaban acabar con aquello, volver a sentirse seguros, pero cuando Jeffrey abrió la boca saltó como si fuese un resorte.

¡No! Estamos en una especie de peligro biológico. Si hubiese un avión no se debe utilizar hasta estar seguro de que los miembros a bordo del mismo están limpios y en cuarentena. ¿Quieres que esta mierda se expanda por todo Estados Unidos y de ahí a todo el mundo? No, no no.

Negó con la cabeza para reafirmar sus propias palabras. Entonces volteó hacia la cocinera que despreciaba la ciencia.

No hacer nada implica que poco a poco nos matará y nos reemplazará -aclaró lo obvio, hablaba para todos-. A falta de datos más fiables para su identificación, es cierto lo que mencionan que el factor común a sus apariciones y muerte son las pústulas y las explosiones. Quizá... su sistema se desestabilice con la muerte y en lugar de consumirse, explote en un intento de expandir su simiente, algunas plantas y peces creo que hacen algo parecido.

No estaba muy seguro de ello. Apretó los labios.

Aunque es cierto también que nos faltan pruebas de ningún tipo como para condenar a nadie. Por ello me parece bien que hagamos guardias varias personas, rotando en turnos.

Dicho aquello cerró los ojos y suspiró, acariciando sobre la herida vendada. También con esas palabras respondía a la pregunta del señor Hudson. Tampoco ninguno de los científicos preparados para ello había respondido sus dudas sobre el pesticida, así que entendió que desestimaban la idea, lo cual le dejaba de cierto mal humor.

Una manzanilla bien caliente estará bien, a ser posible después de haber metido un hierro al rojo dentro para asegurarnos que no es zumo de cosa.

Especificó a la cocinera, no se metería con su proceder, pero prefería asegurar o dejar claras las dudas.

-Da!- Asentí a la doctora- Camisa hawaiana tenerr botones frrios, jeje

Suspiré haciendo rodar los ojos. Ninguna de sus ideas era buena. ¡Pero el alcohol lo arregla todo! Tia Ptroska decía "Un traguito levanta a un muerto y sienta a un Rey" Además, últimamente hasta los psicólogos lo recomendaban nada mas entrar en la consulta. Lo ponía bien claro en los carteles de la entrada. "Al entrar, use la solución alcohólica". ¡Qué razón! ¡Y lo decía un Psicólogo!

- Tranquilo, amigo Jeff. Mi licor harrá que te olvides hasta de tu nombrre. -Dije sirviendo un traguito al hombre y otro para mí- Es reseta secrreta de Tia Petroska. ¡Le echaba anticongelante, Da! Un dia Cierrto hombre se sentó en el fuego cerca de casa de Tia. Un tal Chus Norkis o así. Tía dio licor para entrrar en calor. El tío parresia muy durro, campeón de karrate o así, pero terminó saliendo humo por orrejas y tia rriendo como tortuga panza arriba- Rei mirrando al cielo y lanzando un beso al techo.- Oh, querrida Tia. Buen viaje!

Las palabras sucedían pero como las suyas propias, ninguna daba por un claro a votar... era evidente que todo aquello les superaba, ya fueran científicos, cocineros, cuidadoras, informáticos o simple pilotos, nadie estaba preparado para aquello, realmente se conocían lo suficiente para poder saber ¿Quien estaba actuando diferente al resto? ¿O como debían actuar en semejante situación? Ungâk busco respuestas entre las votaciones del día anterior, pero ni eso le ayudaba a declarar un objetivo a ser votado. Sara se había autoboicoteado y solo el voto de Susan parecía de importancia entre el resto, ¿Tal vez Ijiraq la había elegido como siguiente recipiente? Era plausible, después de todo ella tenia un cargo y una responsabilidad que otros no, pero aun era pronto incluso para acusar semejante cosa. Todo era tan... aleatorio.

-No... gracias, no quiero nada.- Rehusó la mujer al alcohol o al te, mientras aun daba vueltas a quien como y porque votar.

La desconfianza acerca del paradero de Blair se hizo más patente cuando el día empezó a caer. Algunas voces, y no pocas, habían sugerido que quizás la muerte de Sara había sido obra del doctor enloquecido. Realmente era una opción tan posible como que a estas alturas fuese parte de aquella criatura y, tanto en un caso como en el otro, encontrarle parecía una prioridad a medida que se acercaba el momento de aislar a una nueva persona.

El planteamiento fue entonces terminar la votación algo antes. Aislar a la persona que saliese por mayoría y organizar guardias de tres personas frente al lugar escogido, excepto la primera que sería de dos. Aquellas guardias se turnarían durante la noche, dando oportunidad a todos de dormir. Además, mientras los dos primeros hicieran guardia, el resto buscaría a Blair por todo el complejo.

Pero lo primero era hacer públicos los resultados de la votación.

La líder, Susan Weaver fue la más votada. La paranoia emezaba a ser tal, que la misma confianza que habían manifestado tan solo dos días atrás, se había transformado en temor.

Su primera reacción fue de sorpresa, pues la hasta entonces líder había olvidado votar y eso le había costado el aislamiento. Sin embargo, y tal vez por eso, no opuso resistencia. Tan solo entró por su propio pie en la sala elegida para aislarle y como última frase para el grupo que desconfiaba de ella, designó a su sucesor. El grupo, en honor a aquella mujer de propósito firme y comportamiento estoico, aceptó su decisión al respecto.*

Para evitar cualquier riesgo innecesario o discusión, las guardias se repartieron por sorteo quedando como el resultado del sorteo como sigue:

Ben Hudson y Jeffrey Jones harían la primera guardia mientras el resto registraban el campamento buscando a Blair y dormían después.

La segunda guardia sería de Lyra Becks, Jonathan Teddy y Mia Stuart, para entonces ya todos debían estar durmiendo.

Les reemplazarían Jesús Yrion, Jack y Ostap Ankudinov. Tras ellos irían Ellis, Zhou Thurston y la doctora Kaida Takeno y, por último, serían Rhonda Daniels, Maika y Ungâk, que serían los encargados de velar al aislado hasta que llegase el nuevo día.

Poniéndose los primeros dos a velar al aislado en su puesto, el resto inició la búsqueda de Blair. El complejo no era tan grande y sus paredes lisas no daban mucho lugar a puertas ocultas. Sin embargo, de Blair no había rastro.

Lo que sí encontraron fue una carencia. Faltaban un par de las raquetas de nieve que usabais para salir al exterior. ¿Podía ser que allí fuera se resguardase alguien? ¿Y si era así, dónde? Y aún más inquietante, ¿Cómo se las había arreglado para volver de noche al campamento cuando las noches invernales en aquel infierno se desataba una tempestad de nieve y viento que habían llegado a conocer como la Muerte Blanca?

Aquellas preguntas sin respuesta les llevaron de vuelta a los barracones a todos menos a los dos encargados de la primera guardia. La única de dos personas.