Partida Rol por web

Al observar a los muchachos pelear, en mi rostro se dibuja una sonrisa. La oportunidad que estaba esperando estaba justo delante de mí en este instante y no pienso dejarla pasar.

Mientras espero el momento justo, mi mano roza despacio la inyección en mi bolsillo. Disimuladamente retrocedo unos pasos para quedar exenta de la trifulca.

Al retroceder, poco a poco voy situándome hasta quedar detrás de Taylor y con un rápido movimiento de mi mano clavo la jeringa en su cuello, vaciando todo el contenido dentro de su cuerpo.

Al hacerlo, una sonrisa de satisfacción cruza mi rostro mientras observo las consecuencias...

Mientras Will golpeaba a Taylor, Liz se habia apartado de los contrincantes, en menos de unos pasos habia ganado las espaldas del chico de pelo largo. En el rostro de Liz se muestra determinado y en el momento en que Taylor esta por responder a los golpes, la muchacha le clava algo en el cuello.

Taylor siente como algo entra en su cuerpo, en su cuello, se da la vuelta y ve la sonrisa perfida de Liz. El golpe traicionero habia dado en el objetivo, no sabia que le habia inyectado, pero de seguro seria mortal. Pero, aun tenia un as bajo la manga.

Arrojo el bidon de gasolina, derramando el inflamable liquido por todos lados, el hedor al combustible rapidamente envolvio la estancia. Antes de que se dieran cuenta que estaba pasando, un encendedor zippo aparece en la mano de Taylor, este sonrie mientras siente como las cosas cambian de repente.

-Malditos... no se llevaran esta de arriba...- dice con una sonrisa demencial mientras juega con su encendedor. Notan que la gasolina se sigue derramando, todo a su alrededor es relleno de asiento y plastico, empapado en combustible.

Al ver al hijo de puta derramar la gasolina a nuestro alrededor, me abalanzo hacia él para intentar quitarle el mechero,

-Dame eso hijo de perra, lo que tienes en tus venas no te matará, sin embargo como vueles esto, desearás estarlo...-

En el forcejeo, desesperada miro a William -AYÚDAME A QUITÁRSELO, RÁPIDO, SU FUERZA FLAQUEARÁ DE UN MOMENTO A OTRO CON LA INYECCIÓN-

Taylor evade la acometida de Liz con facilidad, arrojandola al suelo mientras el encendedor se mueve peligrosamente. El rubio se muestra algo palido y sudoroso, pero aun tiene fuerza. Liz esta ahora en el suelo, rodeada de relleno de asientos y plastico empapados de gasolina.

-No me engañas puta, no tendran esto- dice mostrando la tarjeta. Esa tarjeta tan anhelada, la que les permitira abrir la caja fuerte-. Todos moriran hoy...

Will va corriendo esperando quitarle el encendendor de arriba de este, sabia que tenia que ser muy rapido y fuerte, por lo que intenta tomarlo a la fuerza y sin decir nada.

La zancada que le da Will desestabiliza a Taylor. Su golpe enorgulleceria a cualquier jugador de football americano, con el hombro hacia adeltante, dandole justo en el estomago a su enemigo. Ambos hombres caen al suelo, Taylor casi sin aire y Will fuertemente aferrado a el. Liz ve como el encendedor sube en el aire, lento, muy lento, casi puede ver como la llama naranja forma extrañas figuras en la fria atmosfera de la cabina. Ella esta metida en combustible, rodeada de cosas inflamables, un lecho de muerte. Siente como el Jet se convertira en su tumba, todos sus sueños y ambiciones moriran con solo una chispa.

Un quejido ahogado inunda el lugar. ¿Fue Liz? Ella estaba paralizada, sin saber que hacer, sabia muy bien que no podria moverse con la velocidad suficiente para apartarse. Solo podia esperar que fuese rapido, que no hubiera dolor cuando el combustible encienda...

Unas manos blancas como palomas, delicadas, atraparon el encendedor a un metro del suelo. Jessica temblaba, pero no solto el aparto, cerro la tapa extinguiendo el fuego, el peligro, ahuyentando la muerte.

-Escuche...- dijo simplemente mirando a los dos hombres luchando y a la chica tirada entre los escombros...

Taylor trato de golpear a Will, pero al estar tan pegados uno al otro le fue imposible transmitir fuerza a su golpe. Pero aun asi, era un rival peligroso que no dejaria de luchar...

William intenta paralizar el cuerpo de Taylor para que este quede incapasitado para hacer cualquier tipo de movimiento necesitaba tener un poco mas de tiempo a la droga.

Observo con terror la llama volar, se que no llegaré a tiempo para cogerla, pero el instinto de supervivencia hace que me mueva lo más rápido que puedo para intentarlo. Me levanto y cuando parece que todo está perdido, la mano de Jessica atrapa el mechero y lo cierra rápidamente.

Un suspiro de alivio sale desde lo más profundo de mi cuerpo. -Jess....- digo casi sin aliento, -Este hijo de perra ha intentado matarnos, llévate ese mechero por favor y llama a Jarper, aún tenemos opciones para salir con vida de aquí... vamos... date prisa por favor-.

Esperando que Jessica haga lo que le he dicho, dirijo mi mirada hacia los dos jovenes que se hallan forcejeando en el suelo. La tarjeta aún en la mano del rubio llama mi atención. Rápidamente camino hacia ellos y piso con fuerza la mano de Taylor, para así arrebatarle de entre sus dedos, el tan codiciado objeto. Lo tengo, lo tengo, pienso mientras me dirijo corriendo hacia la caja.

-Cariño aguanta, será un momento- digo para animar a William, sólo tendrá que apresarlo lo suficiente hasta que saque el contenido de la caja...

Taylor ve como Liz le quita la tarjeta, esa tarjeta que le arrebato a Vladimir a los golpes, pero a pesar de sus esfuerzos por librarse de Will, le resulta imposible. El joven es mas fuerte que el y a pesar de su rabia, siente como el efecto de lo que le inyecto Liz comienza a dominarlo. Es como si estuviera muy cansado, somnoliento, debil. Ve con impotencia como la morena se dirige hasta la caja fuerte...

Liz saca la llave de entre sus pechos, esta esta tibia y promete darle aquello que necesita para sobrevivir. Ve como Jessica corre hacia afuera, para hacer lo que le pidio. Pasa la tarjeta, la luz roja se vuelve verde. Introduce la llave y gira con suavidad, la otra luz roja se vuelve verde. Un ligerisimo pitido le indica que esta abierta. Con solo girar una palaca esta se abre. Tantos problemas, tantos planes, al fin dan sus frutos.

Una caja negra es donde esta guardadas las arm as. Liz la abre frenetica, se le ilumina el rostro al ver su contenido:

Un revolver antiguo.

Cuatro navajas.

Y una pistola con un acabado francamente llamativo.