Partida Rol por web

Encontré el lugar idóneo, un parque lo suficiente grande como para poder estar en calma durante un rato, fuera del ajetreo de la calle. Me siento en el césped en una zona algo oculta por la vegetación, setos y árboles. Tras asegurarme que no había nadie que pudiera molestar inicio la meditación en la memoria de mis antepasados, creo que refrescar algo sobre los hombre-rata me vendrá bien por si finalmente mis pies me llevan ante alguno de ellos de nuevo. Como mi interés ahora mismo radica en lo que son más recientemente me centro en los recuerdos mas cercanos (un siglo o menos dif5 + 2 por centrarme en una raza cambiaformas concreta)

En un principio empezaste relajándote y buscando en la marea que era la mnesis alguna pista sobre los rátidos. Viste imágenes de ratas, de diferentes tipos, pero ratas al fin y al cabo; estabas distraido observando los cordones de plata de aquellos recuerdos de los roedores cuando te percataste que tu distracción comenzaba a hacer que se disolviera el tuyo viéndote obligado a volver al inicio para no acabar vagando como cualquier otro recuerdo. Llegaste justo a tiempo al lado de tu cuerpo material mientras el cordón de plata que unía tu cuerpo y tu psique se desunía, pero al menos estabas al lado y podías volver a intentarlo, realizar de nuevo la meditación forjando un nuevo cordón para no desligar tu mente permanentemente (semanas o meses en el mejor de los casos) de tu ser físico ya que todos te tomarían por muerto, o alguien en coma en el mejor de los casos haciéndote más difícil poder hallar tu cuerpo sin aquel salvoconducto espiritual.

Sentí un gran alivio al volver a un estado de control. Aunque no era la primera vez que me pasaba, siempre supone algo de tensión este tipo de contratiempos. Por lo que como otras veces, empiezo a respirar hondo de forma acompasada, sincronizando mi cuerpo nuevamente. Con el cuerpo controlado y relajado empiezo a hacer centrarme en mi psique hasta que noto que la sincronización de todo mi ser está trabajando acordemente.

Todo en orden es hora de volver a intentarlo .  Me digo mientras inicio nuevamente la navegación en la mnesis

Una vez todo en orden, volviste a internarte en la marea de los recuerdos, buscando burbuja por burbuja los hechos más cercanos acaecidos en este siglo con respecto a los rátidos. Muchos de los recuerdos que observabas no decían nada, solo conversaciones de personas en idiomas que desconocías, pero finalmente encontraste uno que podía llegar a ser interesante.

Eran unas alcantarillas, de aspecto antiguo ya que estaban hechas de piedra y no de hormigón. Dentro de aquellas alcantarillas, veías como tus patas se adelantaban una tras otra caminando arrastrándote entre deshechos, patas similares a las tuyas, de algún tipo de cocodrilo o caimán. Seguían con ese mismo paso, pero cada vez era más cuidadoso en donde las ponía buscando el mayor sigilo, y tras doblar una de las esquinas, ahí estaba lo que buscaba. Había al menos un centenar de ratas acomodadas en un nido fabricado con deshechos, tu instinto reptiliano te instaba a abalanzarte ya y a acabar con todos esos desgraciados seres que se regodeaban entre la podredumbre de la ciudad y solo subían para hacer algo de caos y destrucción entre los humanos.

Rápidamente, tu furia calideció tu sangre y tu cuello se alargó varios metros y tus dientes crecieron convirtiendo tu boca en un mar de colmillos mientras sentías los estirones que daban tus huesos alargando tu cuerpo y tus patas se convertían en aletas, por fortuna, tu cuerpo no era tan grande como debía ser y seguía con una proporción de altura y ancho similar a cuando era un cocodrilo, pero ya habías hecho tu movimiento. Arrojaste tu veneno de un escupitajo cogiendo desprevenidos a muchas ratas que solo llegaron a ver tu cabeza hasta que quedaron ciegos y deshorientados, seguidamente, comenzaste a repartir mordiscos a diestro y siniestro mientras tu largos cuello derribaba a aquellas pequeñas alimañas que osaban a acercarse y cerrabas tus mandíbulas apresando a media docena de ellas y convirtiéndolas en papilla, cambiantes y parientes por igual. Varios asaltos de tu cuello a gran velocidad despachó a la mayoría huyendo solo parientes rata y quedando menos de una decena de hombres rata que cambiaron rápidamente a ratas humanoides que apenas cabían en el túnel; en ese mismo instante, los otros entraron desde la umbra gracias al charco y 3 lobos de gran tamaños se enzarzaron en combate contra aquellas ratas.

El combate había acabado, tenías tu cuello herido, pero un lobo con 3 dagas clavadas en el lomo aún tenía vitalidad suficiente para lamer tus heridas mientras volvías a tu forma animal restañando el daño sufrido. Todas las ratas estaban muertas, y a pesar de las serias heridas ningún lobo había caído, pero varias dejarían cicatriz.

Te sentías bien a pesar del dolor, aquel pensamiento de tu amante siendo apuñalada por aquellas ratas en la soledad de su apartamento te había hecho hacer esto, unirte a los lobos y ayudarles a erradicar a estos asesinos por venganza, solo porque ellos reclamaran la sangre de una humana por haber cometido el error de haber trabajado con ratas para la cura de enfermedades en el bando equivocado. Tu ya la habías convencido de dejar el trabajo e irse contigo, los lobos habían respetado el trato de no actuar e iban a ganar a un aliado para trabajar por el bien de gaia, y esas sucias ratas te lo habían arrebatado, le habían arrebatado a gaia uno de sus hijos, y los lobos lo comprendían y sintieron tu dolor y aullaron mientras tu rugías por tu venganza en aquellas viejos túneles que servían de alcantarillado a la ciudad.

No lo compartías, pero ahora entendías en parte los motivos de la guerra de la rabia, muchos cambiantes no merecían su puesto, y solo los lobos lo vieron, aunque ellos también cometieron errores, como de atacar a los hombres cocodrilo y otros que no estaban involucrados con el asesinato indiscriminado de humanos, y aunque eras un cocodrilo, este día te sentiste más humano y más lobo que nunca hasta ahora.

El recuerdo llegó a su fin, pudiste sentir todos aquellos eventos, el lodo y desperdicios entre tus garras, el hedor del lugar y la frialdad de aquella contaminada agua. Sentiste cada puñalada, cada corte y garrazo que recibiste al igual que cada mordisco y la tibia sangre y papilla en la que se convertían aquellos deshechos de gaia en tus mandíbulas. El dolor, la angustia y la ira junto al vacío llanto que vino después de la venganza. Viste cada detalle del combate con aquellos ojos que se secaban en el aire pútrido de aquel lugar que hacía que te escocieran. Viste como las ratas cambiaban de forma y luchaban por sobrevivir al estar acorralas y viste que eran mucho más frágiles que los lobos y que tu y solo sus dagas lograban hacer daño serio en vuestros cuerpos, como trataban de buscar los puntos más débiles y como eran masacrados con facilidad por tus aliados.

Aquella burbuja es la única muestra con un claro ejemplo de rátidos que pudiste descubrir en el tiempo que llevabas; la trama de la venganza de un hermano en contra de aquellos miserables seres que actuaban al margen de la sociedad y que poco o nada hacían por mantener a gaia como debía ser. 

Después de esa gran marea de sensaciones vividas por mi antepasado siento como mi ser se siente "saciado" en alguna manera, como si la afrenta hubiera sido contra mi persona, y hubiera sido mi amante la asesinada. Al cabo de un rato tras terminar la meditación y recapacitar porque Gaia terminaría encontrando su fin irremediablemente miro cuánto quedaba hasta la hora del encuentro, no quería llegar tarde. Me pongo de píe y al levantarme escupo al suelo Madre , algo hiciste mal para que todas las razas te den la espalda, ahora es el momento de acelerar tu caída pienso mientras inicio el camino de vuelta a la cafetería cercana del hospital.

Andando por el parque de vuelta, empiezo a recapacitar pues la verdad es que nunca había llegado a estar de todo ligado a Gaia, a pesar de ser un teórico defensor en mi nacimiento, pero cada vez que vivía un recuerdo de un antepasado que sentía ferviente amor por ella, hacía que me diera cuenta de que como raza teníamos que haberle dado la espalda hace muchos siglos, esa frustración a veces servía como inspiración para tomar cartas en el asunto, pues aunque es cierto que su fin estaba claramente cerca nuestras acciones podían provocar que llegara antes. Espero que este proyecto realmente sea útil para este fin. 

No podía creer que el sujeto muriera con tan poca cosa,y eso que entre la encerrona que le di con mis telarañas y la resistencia sobrenatural a la aguja supuse que su piel era tan dura como la de los garous.

Note que no,luego de tomar las muestras necesarias,las estudiaría a fondo cuando volviera de encontrarme con Francisco.

Me concentre en el cuerpo,algo no iba bien,aunque no sabía muy bien el porque.

Seguí con el examen del cuerpo y luego lo tiraría para quemar-lo.

Lo que el sujeto no me quiso decir en vida,su cuerpo me lo diría en la muerte.

Comienzas una disección de tu espécimen con sumo detalle. Es difícil de cortar, como si estuviera hecho de chapas de metal en vez d carne y hueso, pierdes un bisturí a mitad del proceso al romperse, pro lo que descubres resulta alentador con respecto a lo que pensabas.

Si bien el sujeto de pruebas está muerto, es debido por su condición y no por las heridas infligidas por la electrocución. Su estado inerte se parece más a un coma que a una muerte real a pesar de que está verdaderamente muerto ya que no tiene funciones motoras ninguna; aún así el flujo de sangre parece infringir las leyes que conoces pues apenas sale alguna gota de sangre ni por las venas y arterias que atraviesas con tus diestros cortes, algunos de sus órganos parecen haberse degenerado a una condición de colapso hacía algunos años, como pulmones, riñón, hígado, estómago y todo el tracto digestivo. El órgano que está en mejor condición, casi perfecta, es el corazón del cual si verdaderamente no palpita puedes notar que la sangre sigue fluyendo y almacenándose aún cuando es lentamente.

Todo esto te lleva a deducir diferentes cosas. El individuo debe de llevar un periodo de entre 5 y 10 años muerto por el estado de deterioro (no fétido curiosamente) de sus órganos mientras que el cuerpo y el corazón están en perfecto estados. Dudas si abrirle la cabeza y pesar su cerebro, pero dado que debería de haber estado muerto entre un lustro y una década acabas prefiriendo tomártelo con calma y dejarlo para otra ocasión en la que continuar con la... ¿disección o vivisección? no sabría como catalogar un cadáver que andaba y hablaba hace no más de unas horas.

Tomas tus notas hablabas en tu grabadora personal en la cual tras acabar sacas el casete y escribes: "Vampiro?"

Era increible,en mi mesa de operaciones tenía la posibilidad de tener conmigo un vampiro,no sabía como pero había encontrado oro sin querer encontrarlo,esto era muy bueno. Entonces en vez de tener que informar que había logrado capturar a un nuevo ghoul,tenía conmigo a un posible vampiro completamente a mi merced. Quería ver las caras tanto de Francisco como de Giselle y de Mandibula-Intrepida cuando les informe de esto. Por otro lado también debía de informarles del contrato con el vampiro con el que me había encontrado la noche anterior. Le puse nuevas cadenas al cuerpo,abrí unas paredes falsas para meter la mesa de operaciones con el cuerpo adentro y luego de salir las paredes se cerraron detrás de mí. Me fijo en la hora,para ver si era la hora en la cual me debía de encontrar con Francisco. De ser así,saldría de la habitación,apoye mi mano para el scaner bio métrico que reconocía mis huellas digitales y convertía a la habitación en una completamente hermética,me había garantizado de que quienes me ayudaron a construirla resistiera varias bombas nucleares,quitandole las armas,servía excelente para un bunker.

No me gustó en absoluto tener que acudir a aquella cita, mucho menos en solitario. Giselle debía hacer algo antes de acudir, no me molesté en tratar de entender de qué se trataba porque había empleado palabras extrañas, así que supuse que eran actividades de los caminantes del polvo que poco o nada me interesaban. Sabía que no era nada arriesgado, porque de ser así habría optado por llevarme con ella como había pasado por la noche para acudir a recoger aquel regalo suyo. Y el caso es que según ella la ayudaba más acercándome al lugar y avisando a los otros de su retraso.

Eso era lo que más me molestaba, tener que acudir a ver al hombre bicho, aquel que se jactaba de ser poco de fiar. Por fortuna, cuando llegué a aquel lugar que Giselle me había indicado, no vi su rostro entre los muchos presentes, sino solamente el de Francisco, con su curiosa prenda para la cabeza. Me acerqué a él directamente, sorprendida de que el lugar elegido fuera uno tan atestado de caminantes del polvo. Llevaba falsas pieles muy diferentes a las de la última vez que nos habíamos visto, las piernas cubiertas por un tejido azul que Giselle había definido como "vaquero", el torso con una piel suave de color rojo, con los brazos libres de ella, pero cubiertos junto a los hombros y espalda por otra prenda negra. "Americana", había dicho.

Al llegar a la mesa, tomé asiento en la silla frente a Francisco, mirándole fijamente. Estaba tomando algo, una especie de bebida en un vaso, pero no alcanzaba a saber lo que era. Desde luego, no sería pescado, ni foca. Lástima.

Giselle dice que la esperemos, que llegará un poco más tarde. -Informé- Tiene cosas que hacer.

Intentaba relajarme con la infusión que me habían preparado el camarero, la espera había sido larga, pero nunca me hubiera imaginado que la primera en llegar fuera la tiburona. Fue grato ver como se adaptaba a la situación, estaba haciendo grandes progresos, me recordaba a mí hace no tanto tiempo cuando empecé a pasar más tiempo entre cristales  y ruido. 

- ¡Hola!, gracias por venir antes entonces, espero que Arturo tampoco tarde mucho más. ¿Cómo estás hoy? 

Me preguntaba cómo estaría de animo, parecía que había pasado más tiempo del que tenía por costumbre haciendo "cosas" de humanos.

Aquella llamada de Reginald a primera hora de la mañana me sentó fatal. No sólo había dormido poco, lo cual era fatal para el cutis, si no que aquella comunicación era en su mayoría para darme malas noticias. Por una parte, aquel ataque informático del que debí haber sido avisada antes, ataque que me hacía una ligera idea de quién provenía; y por otra, aquella reunión cuyo motivo desconocía.

Tras reprender duramente a mi secretario y citarle para aquella tarde en mi despacho, le pedí que me mandara la información de aquellas casas. Al colgar y echar un rápido vistazo a estas por encima, le expliqué a Mandíbula-Intrépida a dónde debía dirigirse llegado el momento y le pedí que se adelantara, pues posiblemente llegaría tarde. No tardé en avisar a Reginald de que quería ver una de aquellas casas en concreto, necesitando que acordara la visita cuanto antes y preparara el papeleo necesario para poder alquilarla de inmediato si resultaba ser tan maravillosa como en las fotografías.

En aquello invertí parte de la mañana, visitando una casa de ensueño que no dudé en alquilar, y que posiblemente terminaría comprando si resultaba ser también tan ideal en el día a día. Aquella tarea no estaba revestida de peligro alguno, pero aun así quise hacer uso de aquel fantástico traje que había conseguido la noche anterior. No sabía qué tan bien funcionaría, pero me sentaba como un guante y tenía ganas de estrenarlo.

Al terminar el trámite de la casa me dirigí hacia el lugar acordado para reunirnos con el doctor. Nada más entrar en aquella cafetería cercana al hospital en el que debía trabajar Arturo, me di cuenta de lo llamativo que resultaba mi aspecto en comparación con lo que allí abundaba. Me había puesto aquel fabuloso traje negro con una camisa lencera de color verde bajo la americana, en la cual engarcé unos gemelos con un par de pequeñas esmeraldas. También llevaba puestos los zapatos de tacón que hacían juego con el traje, de diez centímetros finalmente, y dos largos pendientes dorados colgaban de mis orejas perdiéndose ocasionalmente entre mi cabello suelto.

No tardé en localizar a Mandy y a Francisco, dirigiéndome pronto a la mesa en la que se encontraban. Sin duda la tiburona se veía mucho mejor con aquellas prendas que le había prestado.

- ¿Me he perdido mucho? - les pregunté antes de tomar asiento, dejando mi bolso en una silla contigua.

El trato con Diente-Torcido no me resultaba desagradable, pese a encontrarme en un lugar con demasiados caminantes del polvo y en el que no me sentía a gusto. Me encontraba, literalmente, como pez fuera del agua, algo que había descubierto que era una expresión que usaban mucho en el no-mar.

Estoy seca, cansada, y de mal humor. -Resumí a Francisco, mirando a nuestro alrededor- Y no se qué hacemos aquí, o por qué tenemos que reunirnos con el hombre bicho. Y tengo hambre.

Aquella última parte era lo que más sentía en aquel momento. Tenía hambre, pero no de la mierda que comían los humanos, cosas calientes hasta parecer quemadas y con grasas ajenas por encima. A mí me gustaba la carne bien sangrante, reciente, a la temperatura del cuerpo vivo. Carne palpitante.

Giselle no tardó en llegar al lugar, llevando aquel traje negro que la habían regalado, y eso la hacia destacar entre todos los humanos del lugar. Hizo que me acordase de aquellas mujeres, las ancianas iguales, y pronto me descubrí preguntándome a qué sabría su carne.

Sólo esperamos, aunque no sé a qué. -Le respondí, evidenciando mi malestar- Vuestros juegos me resultan incomprensibles. No soy una orca, ni un delfín. A mí no me gusta jugar. -Y es que la relación que se empeñaban en mantener con aquel tipo no terminaba de convencerme, y parecía todo completamente artificial a mis ojos. Un juego, como los peces que respiraban aire solían hacer. Pero yo no era uno de ellos, yo era un tiburón. No nos andábamos con juegos, sólo nadabamos y cazabamos. Nadar, Cazar, Sobrevivir. Eso era todo.

Entendía el malestar de la tiburona, pues no era algo normal aún para ella, quizás una de las cosas que más me costó aceptar de la sociedad actual respecto a la que habían conocido mis antepasados, es que parecía que cuanto más avanza la "industria" más tiempo pierden los humanos haciendo cosas inútiles o no haciendo nada, es cierto que a diferencia de la tiburona mi naturaleza me permitió una rápida adaptación, pues en todas mis etapas he tenido demasiadas horas al día dedicadas a descansar o digerir mis pesadas presas. Ella sin embargo siempre necesitaba estar activa. 

Me sorprendió doblemente que llegara Giselle, primero porque tardó menos de los esperado, incluso menos que el hombre bicho como le acababan de llamar, el segundo verla así vestida, si quería llamar la atención de todos creo que lo había conseguido, aunque claro es cierto que es difícil que no lo haga. 

- La verdad es que no mucho, salvo tomar un té. Respondí a Giselle . 

- Yo tampoco se mucho más, no me explicó demasiado cuando hablamos sin vernos. Añadí a las palabras de la tiburona, sumando mi incomprensión sobre cuál podría ser el motivo de juntarnos por la mañana. ¿Como os ha ido desde anoche?

La hora acordada había llegado,por lo que luego de darme nuevamente un baño para dejar atras el sudor del trabajo expedito sobre el nuevo sujeto de pruebas alias ¨el vampiro nº1¨,no podía esperar a contárselo a los demás.

Al llegar al bar acordado que se encuentra cerca del hospital pude notar que tanto Francisco como Giselle y Mandibula-Intrépida,ya se encontraban allí,sentados en una mesa.

Así que primero que nada,hice un gesto de saludo,para luego acercarme a la mesa y decir:

-Disculpen,¿me permiten sentarme?

Una vez que todos dieron el ok,procedí a hacerlo,pedí una orden de comida liviana esperando a que el mozo se retirase de allí para agregar:

-Tengo mucho que contarles,pero antes de eso,¿que les parece si compartimos la información que fuimos reuniendo?.

Espere la respuesta de los demás.

La tiburona fue la primera en pronunciarse, evidenciándose su malestar junto a las palabras que me dedicó. Parecía claro el hecho de que no le gustaba tener que haber acudido a aquella reunión, dándome la impresión de que quizás creyera que al resto sí.

Francisco respondió de un modo que se me antojó mucho más relajado, añadiendo pronto dirigiéndose a Mandíbula-Intrépida que él tampoco sabía mucho más, para tras ello preguntarnos cómo nos había ido.

- Sé lo mismo que vosotros, que nos ha citado aquí. Quién sabe para qué. - suspiré, tomando nuevamente mi bolso en busca de la pitillera. - No reniegues tan rápido de los juegos, algunos son divertidos... - bromeé con cierta malicia mirando a Mandy, sacando entonces un cigarrillo y prendiéndolo tras volver a posar el bolso. - Ni siquiera entiendo por qué ha insistido en que nos veamos después de lo sucedido ayer por teléfono. - solté de repente, dándome cuenta de que no había informado aún de ello a la tiburona, ¿estaría el hombre dinosaurio al tanto? - Ayer me llamó para intentar que le acompañáramos a una reunión con el jefe del camarero. No llegamos a un entendimiento, así que quedamos en que cada cual se dedicaría a sus asuntos. - les expliqué brevemente tras dar una calada al cigarro, dirigiéndome a Francisco después. - ¿Logró contactar contigo? Todo esto me recuerda que yo no tengo manera de encontrarte, ¿tienes teléfono o alguna forma de poder dejarte un mensaje?

Tras ello iba a proceder a contarle al Mnetico qué tal nos había ido, al menos a grandes rasgos, pero entonces vi llegar al hombre araña.

Cuando Arturo se acercó a la mesa y nos preguntó si le dejábamos sentarse, le miré llena de extrañeza. No entendía a qué venía aquel exceso de formalismo, no viéndole además demasiado sentido a la pregunta cuando sabía a la perfección que nos encontrábamos allí esperando a que llegara.

Al hablar de que tenía mucho que contarnos, pero al mismo tiempo afirmar que podíamos comenzar por compartir la información que hubiéramos reunido, me sorprendí nuevamente; pero no lo demostré en aquella ocasión.

- Estupendo, ¿por qué no empiezas tú y matas así dos pájaros de un tiro? - pregunté con una sonrisa. - Yo no tengo mucho que contar, tan sólo ha pasado medio día, tardaré algo más en tener información relevante sobre la construcción de la central; y no he tenido ocasión aún de poner en marcha otras partes del plan.

Escucho atentamente a lo que dice Gisell,y asiento para luego de meditar muy bien mis palabras digo:

-Luego de quedarme a solas con el ghoul que capturamos ayer,y le estaba aplicando algunas de mis caricias,una voz lejana y monocorde que no pertenecía a el me hablo directamente a mí para que llevara al ghoul a esta dirección,puse telarañas trampas para poder atrapar a los sirvientes de ese ser que uso dichos poderes sobre el ghoul,fue allí en el lugar donde entregaría al ghoul y puse las trampas,dos humanos llevaban a dos mendigos casi muertos al lugar para ser intercambiados por dinero al Sabbath,raro porque allí no vi indicios que el lugar estuviera cerca de una Sinagoga o que hubiese punks cerca,por lo que sin saberlo uno de esos tipos que habían atrapado a los mendigos sin saberlo,activaron mis trampas y luego de un duro intercambio de golpes,no solo rescate a los mendigos sino que además atrape a uno de los humanos.

Bebí un poco de agua antes de continuar con el informe,para luego retomar donde lo había dejado:

-Luego de capturar al humano,llego la hora de la reunión con el misterioso ser,el cual a través de sus sirvientes los cuales no son humanos,sino sirvientes menores del fuego o sea Helios y un misterioso ser menor de tierra destruyo mis trampas,y al observar mas de cerca a ese ser me di cuenta que era un vampiro,pero ¿que vampiro tiene el poder de invocar seres que están en la penumbra o en la umbra profunda si ellos no pueden traspasar el velo con sus cuerpos?,esa pregunta aun me ronda en la cabeza,aún así,luego de intercambiar información con el,pude darme cuenta que nos mantiene vigilados y que sabe de que somos cambiantes,lo que quiere de mi en particular es que le consiga familiares hominidos de los peludos,¿para que las necesita?,dijo que era para un importante experimento,pero quien soy yo para cuestionar gustos,a cambio de dicho intercambio,contaremos con fondos prácticamente ilimitados y protección contra los peludos.

De nuevo volví a tomar agua,para ver el efecto que estaba teniendo mi informe acerca de los sucesos de la noche anterior y para finalizar dije:

-Después de ponernos de acuerdo en los términos del contrato quedamos de acuerdo en volvernos a encontrarnos el y yo nuevamente en el mismo lugar a la noche de hoy,dado que el contrato no lo quería firmar con un apretón de manos sino con la firma de el y la mía,al terminar la reunión me lleve a los vagabundos y al humano que capture lo lleve a mi habitación especial donde empece con mis caricias,el cual murió,o eso creía(Sonreí al recordar aquello),dado que mi autopsia dio como resultado que en realidad no capture a un Ghoul,sino que atrape a un vampiro el cual ahora lo tengo bajo mi cuidado.

Al terminar mi informe y notar que me servían el almuerzo,comencé a almorzar dado que tenía hambre.