Partida Rol por web

Ni Diente-Torcido ni Corrupción-Conspicua sabían el motivo de aquella reunión, siendo además para Giselle aún menos comprensible, dado lo que compartió que había sucedido la noche anterior. Sin embargo, ninguno de los dos mostraba señales de oponerse a estar allí, al contrario de lo que yo sentía, que no era sino unas ganas locas de largarme de allí a nadar a otras aguas.

Finalmente, el hombre bicho pareció, comportándose como si no nos conociera. Pedía permiso para tomar asiento con nosotros, como si no nos hubiera tenido esperando por él. El mundo de no-mar tenía demasiadas cosas que no entendía, era complejo y lleno de matices innecesarios. En Mar, las reuniones eran mucho más sencillas. Los tiburones nos arrojamos transmisiones, acordando lo necesario y dejando claros nuestros motivos. Al encontrarnos, era como si ya hubiéramos estado allí, sencillamente continuábamos compartiendo, hasta tomar una decisión si era necesario. Y si no, cada uno por su lado. Los caminantes del polvo, así como los no-rokea, se complicaban en exceso.

No respondí a su petición. De hecho, no vi que nadie lo hiciera, pero el hombre bicho se sentó igualmente. Eso significaba que la pregunta no valía nada en absoluto. La piel sobre uno de mis ojos se arrugó de forma involuntaria al seguir oyéndole, porque afirmaba tener mucho que contar, pero antes pedía que compartiéramos todos la información reunida. ¿Por qué hablaba de todos nosotros como si fuéramos algún tipo de unidad? ¿Acaso éramos un banco? No, yo no nadaba con él. No nadaba con alguien en quien no confiaba.

Giselle aceptó su propuesta, pero le pidió que fuera él quien comenzase. Con ello daba a entender que le seguía el juego, con lo que se confirmaba la intención general de comportarse como si fuéramos un banco, algo a lo que no estaba dispuesta. Nadar, Cazar, Sobrevivir. Mar era sabio, incluso cuando ahora era mi enemigo. Yo ya servía a Qyr, pero Mar seguía siendo sabio. Nadar era una buena lección. No permanecer inmóvil, seguir en movimiento. El instinto me lo pedía, y no estaba dispuesta a dejar el instinto de lado. Para mí, era más sabio que la presunta inteligencia de los caminantes del polvo.

Ya me contarás lo que sea necesario que sepa. -Dije a Giselle con brusquedad, poniéndome en pie en cuanto el hombre bicho comenzó a hablar. Miré fijamente a Francisco durante un brevísimo instante, pensando en el deseo de poder nadar juntos en Mar en algún momento, pero sin añadir nada más me alejé de aquella mesa dispuesta a salir de aquel lugar, y caminar por el exterior lejos de reuniones y palabras sin sentido... ni confianza.

Estaba enseñando a Giselle el aparato que conseguí no hace mucho que me servía para hablar con los no presentes, cuando llegó Arturo, y de forma apresurada nos saludó y tomó asiento.

Fue extraño ver como en tan solo unos minutos, y casi sin ninguna precaución por su parte, Arturo empezó a contar sus encuentros con los caminantes de la noche y sus "trampas", parecía realmente disfrutar narrando lo ocurrido, quizás fuera lo mejor que le había pasado en tiempo, o esa era la impresión que daba, debido a su impaciencia en soltarlo todo en un sitio poco discreto para este tipo de conversaciones.

Realmente no entendía a qué venia estas prisas, y si la reunión era para hacernos participes o pedirnos aprobación.

Cuando terminó, me quede no tan sorprendido por la reacción de Mandy, y cuando me dirigió esa leve mirada no pude hacer otra cosa que intervenir.

- Disculpar pero no creo que sea el lugar de tratar estos temas, y quizás tampoco el momento ... Espera, por favor ¡ dije a Mandíbula-Intrépida viendo que no tenía intención de parar.  - Salgamos fuera si os parece.   Añadí al resto, mientras me levantaba para ir con Mandy, y aguardé unos instantes para ver qué hacían Giselle y Arturo

Sonrió y me largo una carcajada,antes de pararme y pagar los platos de todos para agregar en voz baja:

-Muy bien,vamos afuera no tengo problemas,pero escogí justamente este lugar dado lo publico que es,hay un refrán argentino que dice ¨si quieres esconderte de tus enemigos hazlo a plena vista¨,además varios de los mozos que atienden aquí e incluso el dueño me deben favores,una operación por aquí,un familiar atendido por allá,así que ellos no dirán nada.

Solo quería dejarles claro que no era que confiara en ellos(los mozos y el dueño),sino que a cambio de su silencio yo les realizaba alguna atención de emergencia cuando lo necesitaban.

Una vez que termine de pagar y dejar una generosa propina,salí hacia afuera acompañando a los demás.

Tenía la esperanza de que aquella reunión fuera rápida e indolora, como un buen tratamiento estético, pero pronto supe que no sería así. Arturo comenzó a hablar sin dejar siquiera que Mandy y Francisco mostraran su postura respecto a que fuera él el primero en hablar, dotando a su relato de un sin fin de detalles que no me parecían realmente necesarios.

No fue mucho el tiempo durante el que escuché al hombre araña, aunque el suficiente para darme cuenta de que resultaba difícil seguirle, hablando además de cuestiones que se escapaban a mi entendimiento.

Fue durante aquellas primeras frases cuando traté de que Mandíbula-Intrépida se detuviera, después de que esta manifestara que se ausentaría con brusquedad y se pusiera en pie dispuesta a irse, valiéndome de una serie de gestos que puede que no viera; con lo que mi siguiente paso era el de dirigirle unas palabras.

Sin embargo, el hombre dinosaurio se me adelantó, dejando claro al hombre araña que no creía que aquel fuera el lugar adecuado para tratar esos temas antes de dirigirse a la tiburona. Ya me estaba poniendo en pie para ir en busca de Mandíbula-Intrépida cuando Francisco sugirió que saliéramos, girando mi rostro hacia él y asintiendo con firmeza antes de poner rumbo hacia Mandy; y con ello también hacia el exterior.

No pude escuchar las explicaciones del doctor mientras me dirigía a la salida, aunque por algún motivo soltó una carcajada que no comprendí. De camino al exterior me topé con un camarero, a quien extendí una generosa propina por las molestias ocasionadas.

Una vez en el exterior, poco antes de que los hombres probablemente se unieran a nosotras, le dirigí unas pocas palabras a la Tiburón Pira de Corrupción.

- Esta reunión acabará pronto, confía en mí. - le pedí, con seriedad y firmeza, pero también con un gran convencimiento que esperaba que supiera captar.

Apenas tuve tiempo de dar unos pocos pasos, esa medida de movimiento que a pesar de resultar bastante intuitiva incluso para mí, me resultaba totalmente ajena. Las distancias y la velocidad se medían de forma diferente en mar, donde no había referencias tan sencillas, donde el movimiento se basaba en movimientos de cola, en la fuerza imprimida por ésta.

La voz de Diente-Torcido hizo que me detuviera brevemente, pues pedía que esperase. Por un instante, creí que se disponía a abandonar la reunión también él, e imaginé un futuro inmediato en que ambos nos sumergíamos en las aguas de mar y nos alejábamos de aquel mundo de caminantes del polvo. Sin embargo, parecía que su intención era trasladar la reunión fuera, es decir, que todos vinieran tras mis pasos.

¿Es que acaso creía que mi motivo para abandonar la reunión tenía algo que ver con el lugar elegido?

Retomé mi camino hacia el exterior tras comprobar que Giselle se disponía también a abandonar el lugar, así como un hombre bicho que se rió escandalosamente antes de seguir hablando sin parar, diciendo cosas sin sentido. Según él, no había problema en hablar de nuestras cosas en aquel lugar porque él controlaba a los caminantes del polvo que trabajaban allí. ¿Y el resto de caminantes del polvo que se amontonaba en aquel lugar? O yo lo había entendido mal, o los asuntos de Qyrl eran secretos, no algo a comentar ante tanto humano. Incluso aunque eso fuera para mí lo de menos.

Las justificaciones ridículas que pretendiera esgrimir ante los otros poco me importaban. Caminé a regañadientes, pues nadar era lo que yo prefería y consideraba natural, hasta el exterior, donde me aparté de la entrada y permanecí cerca de una pared, mirando en todas direcciones, como si buscase una salida. Entonces me abordó Giselle, prometiendo que la reunión terminaría pronto. Pero eso no era suficiente para mí.

No. -Indiqué con firmeza, al tiempo que mi rostro de humana se retorcía creando arrugas en la piel sobre mis ojos- Estoy harta de reuniones. Estoy harta de asistir a conversaciones con otros de quienes no deberíamos fiarnos. Nadar, cazar, sobrevivir. Ya sabes lo que puedes pedirme. Dime a quién cazar y me encargaré de ello, dime qué destruir y mis mandíbulas harán su trabajo, pero no más reuniones. No con doctores, con viejas iguales, o con hombres bicho que no paran de parlotear sin decir nada de lo que pueda fiarme. Si quieres formar banco con él, hazlo tú.

Por un lado me encantaba el carácter de Mandíbula-Intrépida , se notaba la energía de su personalidad, sus actos eran prácticos o no los haría. Era un gran valor para el grupo eso sin lugar a duda.

Me tenían algo más despistados Giselle y Arturo, pues no sabía si durante la noche habían llegado a arreglar algo sus discrepancias. Por un lado lógicas, me resultaba realmente raro que de una forma tan repentina Arturo estuviera ya pactando con los caminantes de la noche, cuando ni siquiera eramos capaz de trabajar en equipo aún, cosa lógica con el poco tiempo que había transcurrido.

Miro a Mandy la sonrío - ¿Nadamos juntos esta tarde?, tengo que ir a la playa. Parecía que me vendría bien estar un rato con ella, conocerla mejor, terminar de ganar su confianza, y quizás además podría ser de ayuda, pero no podía decir unas palabras más sinceras en ese mismo instante, tenía realmente ganas de nadar con ella.

Por otro lado tras lanzar mi invitación , miro a Giselle, necesitaba reforzar que iba a ser algo breve y práctico. - No pido solo que sea breve como tú, sino también práctico. Miro alrededor para asegurarnos que ya no tenemos ni miradas ni oídos indiscretos. No creo que sea el momento para cerrar pactos tan prontos, no discuto que quizás en algún momento podamos necesitar ayuda externa, y sinceramente Arturo me preocupa ahora mismo posicionarnos con otros grupos, sin saber que consecuencias puede haber por ello. Miro a Giselle creo que aun estamos asimilando los contratos que hemos firmado, y qué debemos hacer cada uno para que sea un "negocio" prospero para todos. Intentaba de una manera quizás demasiado brusca, pero buscando la practicidad dar mi opinión sin dar demasiada información a oídos desconocidos. Como dice señalo con la cabeza en dirección a Mandy aun no somos banco, y creo que si resolvéis vuestras diferencias quizás sea más fácil llegar a serlo. Digo a Giselle y a Arturo, pues en parte pensaba que si ellos definían los papeles que haría cada uno para la tiburona sería más fácil abrirse a la idea de un posible banco, cosa que esperaba poder potenciar si conseguía más información de los ancestros.

Había escuchado lo que decía Francisco,por lo que dejando a un lado la personalidad sonriente e ingenua que solía interpretar para mostrar empatia con pacientes,familiares,jefes etc,decidí que ya era momento de mostrar mi verdadera personalidad,aquella que era mas fría y calculadora por lo que cuando salimos del bar,espere a que llegasemos al nuevo lugar sugerido por Gisell o por Francisco,cuando estuviéramos solos diría:

-Ya es tarde,les guste o no,nos expusieron a los ojos y oídos de ese chupón,al reunirnos en aquel bar,ese sujeto nos expuso y lo peor es que tiene información sobre todos nosotros,puede que sea nuevo,o puede que el chupon sea antiguo,por lo que pregunto,¿acaso quieren ignorar ese hecho y hacer como que no paso?,además gracias a la amputación del brazo de su sirviente,ese chupón no es que estuviera pensando exactamente en cantarnos una canción de cuna,al contrario,ya nos estaba persiguiendo uno a uno.

Con esto daba a entender que ese vampiro nos gustará o no,sería un estorbo para todos los planes que tuvieramos,y lo que era peor,es que parecía tener recursos,contactos e influencias suficientes para hacernos la vida imposible a cada uno.

Suspirando agregue:

-No solo eso,el sabe lo que somos en realidad,parece que tiene experiencia con gente como nosotros por lo que puede llegar a conocer nuestras fortalezas y debilidades,además para ser un chupón sabe controlar espíritus,¿como lo hace?,no lo se,solo diré que ignorarlo,seria ignorar la posibilidad que seremos cazados por el,así que les pregunto,¿acaso quieren que tengamos a ese potencial enemigo a nuestras espaldas?,por lo menos yo no lo quiero interviniendo en nuestros planes,lo quiero lo mas lejos posible,y si para ello,debemos de realizar una alianza con la posibilidad de en otra ocasión acabar con el,yo la aprovecharía.

Espere la respuesta tanto de Francisco como de Gissel.

Esperaba que ambos fuesen lo suficientemente inteligente para entender al potencial enemigo que nos estamos enfrentando y todo gracias a una tiburona que acciono antes de pensar,si solo hubiésemos interrogado al ghoul y envenenarlo para que nos dijera todo,esta situación no hubiera escalado hasta donde estaba escalando actualmente,y lo peor,es que de negarme a firmar el contrato este vampiro podría entorpecer la misión que nos habían encargado.

Dado que por lo que me había dado a entender,no era necesario que nos matara físicamente,podría hacerlo con sus contactos e influencias impidiéndonos movernos con libertad,sería una muerte mas figurativa pero muerte al fin y al cabo.

No podía negar que no comprendí la actitud de Mandíbula-Intrépida en un principio con todo lo que había hecho por ella, que ello repercutiera también en mi beneficio era otra cosa. Realmente podría haber contado con otra criatura que cumpliera con el objetivo que pretendía que ella tuviera, pero no se trataba únicamente de que la relación que manteníamos resultara positiva para ambas. Había visto algo en aquella mujer tiburón, pero ella no debía ver más en mí, seguía sin ver más allá de sus primarios instintos; algo que me recordé, entendiendo entonces enteramente sus palabras y actitud.

No tuve ocasión de responderle, apareciendo los dos hombres y comenzando Francisco a hablar. No comprendí lo que me dijo en un principio, empezando a continuación a mostrar su opinión sobre lo que Arturo había dicho hasta el momento, preocupándole crear alianzas tan pronto.

Fue tras ello cuando el hombre dinosaurio volvió a dirigirse a mí, hablando en unos términos que me hacían pensar que teníamos conceptos muy diferentes sobre cómo eran las cosas, y que nos responsabilizaba al hombre araña y a mí de no ser aún un grupo.

- No recuerdo haberme comprometido en ningún momento a que trabajaríamos todos juntos, y creía que había quedado claro que eso no puede ser, al menos por lo que a mí respecta. No se trata de tener diferencias, se trata de que hay gente con la que se puede trabajar,  y gente con la que no. – respondí a Francisco con convencimiento por lo que decía, pero algo confusa por las palabras que me había dirigido.

Cuando el doctor volvió a pronunciarse, la situación pareció cambiar por completo. Nos había presentado la opción de trabajar con los chupasangres en un principio, como algo ventajoso, y aquello de repente se había convertido en un trato necesario por miedo. Arturo parecía temer lo que aquella gente fuera a hacer, pero le parecía buena idea aliarse a ellos para intentar acabar con su jefe. ¿Sería la única a la que aquello no le parecía buena idea?

- Él único motivo por el que he acudido a esta reunión ha sido por consideración con Salvatore, pero las consideraciones con ese hombre se han acabado. No acudo a reuniones decididas de forma unilateral y de cuyo motivo ni siquiera se me informa, así que esto no se va a volver a repetir. – expuse con contundencia. – Tenemos que trabajar todos en pos del mismo objetivo, pero no tiene por qué ser juntos. Yo voy a seguir trabajando para lograr ese objetivo, si algún elemento externo termina suponiendo un impedimento o amenaza, veré entonces qué hacer. De momento poco mas pienso hacer respecto a esos vampiros que tomar algunas precauciones. Ni siquiera veo motivos por los que tengan que querer matarnos a todos, lo único que hemos hecho es arrancarle el brazo a uno de sus siervos  después de portarse como un gilipollas, si me permitís el calificativo. – miré entonces a Mandy y Francisco. – Dispongo de una nueva casa que podríamos usar de base de operaciones. Si queréis que trabajemos los tres juntos, podemos reunirnos allí para determinar cómo proseguir con nuestra misión, creo que habría que ir poniendo en marcha el “accidente” en la playa de los niños. - les hice saber. - Por supuesto, Francisco, que trabajes con nosotras no quiere decir que no puedas colaborar también con Arturo; siempre que seas discreto. - quise aclarar, no viendo necesaria esa aclaración en el caso de Mandíbula-Intrépida, mirando tras ello a Arturo. – Doctor, que tenga suerte. Podemos compartir información relevante a través de mi secretario, pero creo que esa es toda la comunicación que deberíamos tener. Y procure que sus ansias de jugar con los chupasangres no nos salpiquen. – le pedí con serenidad.

No terminaba de comprender aquel gesto que los caminantes del polvo hacían con su boca, estirándola y curvándola en una posición concreta. Los tiburones no retorcíamos nuestras bocas en muecas para expresar nada, pues no nos era necesario. La boca era un arma, y tan sólo la usábamos para eso: morder, desgarrar, desmembrar, descuartizar. Bien era cierto que, cuando adoptaba aquella forma de caminante del polvo, muchas veces me sorprendía a mí misma gesticulando con mis labios sin comprender el motivo. Sin embargo, aunque no terminase de entender el gesto de Diente-Torcido, sí entendí sus palabras, que no eran sino una invitación a nadar juntos.

Nadar es bueno. Nadar, cazar, sobrevivir, así es el mandato de Mar. -Expuse a Francisco- Nadaré contigo, sí.

A partir de ahí, me eché atrás y dejé que se dedicasen a hablar de sus asuntos. Francisco comenzó a hablar con el hombre-bicho, sobre todo aquello que había dicho sobre establecer alianzas con vampiros, asuntos que en nada me interesaban. Aliados, enemigos, y seres a los que ignorar, eso era todo lo que había para mí. Y tenía muy claro cómo obrar con cada uno, lo que no tenía claro es a qué categoría consideraban los demás que debía unirse ese vampiro. Francisco no tenía claro que una alianza con él nos fuera beneficioso, pero no fue eso lo que me molestó, sino la idea arrojada de que pudiéramos terminar formando un banco. Podía formar banco con él, y con Giselle, pero jamás con el hombre-bicho. No cuando su transmisión de presentación había consistido en dejar claro que no podíamos fiarnos de él.

Precisamente por eso, no confiaba en sus palabras. Resultaba muy "conveniente" tratar de presentar un enemigo común que nos pusiera a todos en peligro por igual, un vampiro que sabía demasiado de todos nosotros y dedicaba sus esfuerzos a darnos caza. ¿Acaso ese vampiro moraba en Mar, para seguirme y cazarme? Porque ¿qué otra cosa podía saber de mi? Y además, sólo porque un sirviente había perdido un brazo por haber estado haciendo insensateces... Si tenía sirvientes así, tendría que dedicar mucho tiempo y esfuerzo a vengar cada afrenta que padecieran. No, nada de eso tenía sentido para mí. Si el vampiro quería guerra, que viniera a buscarla, pero algo me decía que todo era un embuste del hombre-bicho para salirse con la suya. Y no pensaba seguirle el juego.

Para mi satisfacción, Giselle tomó la palabra para dejar claro a Francisco que trabajar todos juntos no era una opción. Según ella, la razón era que había con quien se podía trabajar y con quién no, y sobreentendí que con quien no se podía era el hombre-bicho, algo que me causó cierta calma, como la que me reportaban las aguas más profundas. Por ello, la propuesta de trabajar juntos los otros tres empleando la nueva vivienda de Giselle como base de operaciones, si entendía bien lo que eso significaba, me gustó. Casi tanto como oír que llegaba el momento de realizar un ataque en la playa.

Como ya he dicho, decidme a quién cazar y cazaré. -Indiqué tanto a Giselle como a Francisco, deseando que llegase el momento de hacerlo- ¿Nos vamos?

Entendía las palabras de Giselle, y como pensaba es más después de los comentarios de Arturo casi daban mas fuerza a las mismas.

- Me temo Arturo, que no formaré parte de ese pacto con los no diurnos, no se que has prometido o comentado. Pero no puedes meternos al resto en esto. No terminaba de entender como podría alguien querer trabajar con alguien que tarde o temprano te iba a traicionar, y conociendo a esos seres que tan solo sirven a sus propios propósito, estaba claro que sería más temprano que tarde. Hay cientos de seres que nos persiguen sin darnos cuenta, ha sido así durante milenios, este mundo es peligroso, ¿o pensabas  que este asunto no llamaría la atención de nadie? le dije a Arturo con tono más serio del que suelo emplear. Y no solo serán ellos, los no diurnos, seguro que no tardaran en venir otros cambia pieles , ¿también te pondrás a pactar con ellos? No estaba molesto, realmente quería entender que podíamos esperar de él. Pues si en tan solo una noche ha sido capaz de proponer esta nueva "alianza" que más podría hacer.

Volvió mi semblante alegre cuando Mandy acepto nadar con migo , gesto que me tranquilizó por un momento.

- Puede que no me venga mal tener otro refugio por unos días . Le dije a Giselle, la noche anterior quedó claro que mi refugio actual podría no ser el mejor en las circunstancias actuales, aunque podría ser aún muy útil. Por ahora meditaré en lo que has comentado de los espíritus por si te puedo ayudar  le dije a Arturo, te llamaré con el aparato que habla sin verte, pero extrema la precaución por tú bien y el de todos  añadí casi a modo de despedida, cualquier información adicional podría servir a Arturo, aunque algo me decía que el esperaba más de nosotros. En otras circunstancias quizás no me habría importado probar que pasaba, pues no era la primera vez que avanzaba hacia un peligro inminente y salía victorioso, pero hoy había que hacer otras cosas, y jugar con sabandijas no estaba entre ellas.

Al no contar con el apoyo de ninguno de los tres,solo podía guardar silencio,era tanta la ignorancia que tenían que no podían ver lo que había delante de ellos,pero no tenía sentido seguir contandoles nada mas.

Yo también me levante para irme y escuche a las palabras de Giselle,asentí a que toda información deberé de darle a su secretario.

Me di media vuelta y me fui del lugar,para volver al hospital y a la habitación que tanta tranquilidad me daba.

Descansaría,antes de reunirme con el vampiro,y aceptar el trato con el.

Necesitaba aprender del enemigo antes de encargarme de el,y como decía el refrán ¨mantén a tus amigos cerca,y a tus enemigos mas cerca¨.

Arturo:

Al no contar con el apoyo de ninguno de los tres,solo podía guardar silencio,era tanta la ignorancia que tenían que no podían ver lo que había delante de ellos,pero no tenía sentido seguir contandoles nada mas.

Yo también me levante para irme y escuche a las palabras de Giselle,asentí a que toda información deberé de darle a su secretario.

Me di media vuelta y me fui del lugar,para volver al hospital y a la habitación que tanta tranquilidad me daba.

Vuelvo al hospital,para allí dirigirme a la habitación seguro y continuar con las pruebas al vampiro,las cuales me terminarían dando respuestas de una manera u otra.

Era momento de obtener respuestas,aquellas que necesitaba hacer si o si.

Además,si no iba a firmar el contrato con ese vampiro,tendría que ofrecer algo de igual valor que ese contrato.

Mientras que Mandíbula-Intrépida dejaba claro nuevamente cuál era el papel que quería desempeñar en todo aquel asunto, y su deseo de partir, Diente-Torcido tomaba la palabra para mostrar a Arturo su punto de vista.

- En seguida nos marcharemos. - le indiqué a la tiburona, justo antes de que el hombre dinosaurio empezara a hablar.

Este parecía compartir mi misma postura respecto a los chupasangres, formulando además varias preguntas al doctor, resultándome especialmente interesante la última. En cuanto a trabajar los tres juntos, Francisco pareció aceptar, sin cerrarse a colaborar con Arturo; terminando por darle a este algunas indicaciones a ese respecto.

Asentí ante las palabras de Francisco, aguardando a la respuesta de Arturo para marcharnos finalmente de allí, pero esta no llegó. Un asentimiento ante lo referido a comunicarnos a través de mi secretario fue todo lo que recibimos, quedando en el aire las cuestiones planteadas por Francisco.

La forma en la que el hombre araña se marchó resultó de lo más extraña, pues no se trataba de alguien de pocas palabras, lo cual me hizo suponer que le habría sentado realmente mal el que no apoyáramos su idea de aliarnos con aquellos vampiros.

- Si no tenéis nada que hacer antes, podemos dirigirnos ya a mi nueva casa. - Les hice saber a Mandíbula-Intrépida y Diente-Torcido una vez nos quedamos los tres solos. - Allí podremos hablar con calma y sin oídos indiscretos alrededor.

Me satisfacía comprobar que Francisco no tenía intención de seguir el juego del hombre bicho, respecto a aquellos a los que llamaban vampiros, a los que él se refería como no diurnos. Y no se trataba únicamente de la desconfianza y aversión que aquel ser me producía, sino comprobar los motivos que le llevaban a tomar aquella decisión y la visión del mundo que tenía. Aquel era un mundo peligroso, en que muchos otros querrían cazarnos, como nosotros a otros. Eso era el mundo. Nadar, cazar, sobrevivir. Siempre había alguien dispuesto a darte caza. Uno podía nadar lejos de sus mandíbulas, o darle caza con las propias. Así se sobrevivía. Y estaba deseando comenzar a cazar en aquellas nuevas aguas sin agua en que moraba ahora.

De algún modo, me sorprendió ver marchar al hombre bicho en silencio, sin replicar nada ni soltar como acostumbraba un buen montón de palabras. Siempre hablaba mucho, demasiado para mi gusto, y de repente se marchaba sin decir absolutamente nada. Sólo se me ocurría que se tratase de que le hubiera molestado comprobar que no iba a salirse con la suya, lo que significaría que sólo hablaba mucho para conseguir lo que quería. Ni siquiera se había despedido de Diente-Torcido, pese a que éste se había ofrecido a buscar la forma de ayudarle a pesar de todo.

Todo parecía indicar que no me había equivocado con él, de modo que me reafirmaba en mi postura: no podía formar banco con alguien así.

Las cosas eran distintas en el caso de Giselle y Francisco. Podía nadar con ellos. En el caso de Francisco, de forma literal. Ni siquiera sabía si Giselle sabía nadar o era capaz de ello, no del modo que yo lo hacía. Pero tan sólo era una forma de hablar. Podía nadar con ellos en aguas sin agua, podía compartir mi camino, mi ruta, y llegar a formar banco si eso era posible.

Yo no tengo nada que hacer que me retenga en otro lugar. -Indiqué ante las palabras de Giselle, que proponía marcharnos de allí y acudir a su casa a concretar nuestras futuras acciones. De hecho, estaba deseando abandonar aquel lugar lleno de caminantes del polvo, antes de que me entrase hambre.

Al parecer, no estaba bien que comiera allí... lo que me gustaría comer.

Individuo 1: Esclavo vampirico.

Aspecto: Joven varón de entre 20 y 25 años, de etnia afroamericana mestiza.

Actitud: Prepotente

Muestras: Tejido, sangre, lípidos, huesos, etc.

Todas las muestras se han degenerado a gran velocidad incluso las que se hallaban perfectamente conservadas. Las pruebas indican que es una persona de avanzada edad, con los problemas comunes de ancianos como osteoporosis por la densidad de la muestra de hueso. Es posible que la degeneración avanzada sea por el tiempo transcurrido lejos de su donante original o la debilitación de la conexión con lo que sea que haga ser a un vampiro lo que es; sea como fuere, esta degeneración hace imposible hacer más pruebas con material fresco debiendo remitirse únicamente a la de un anciano, del cual calculas que pasa el siglo de vida.

Conclusión: Más material fresco del donante hará ver las diferencias de una fresca a una degenerada, hace falta más pruebas.

Individuo 2: Vampiro.

Aspecto: Varón de 30 a 35 años, de etnia caucásica.

Actitud: Torpe o lento

Muestras: Tejido, sangre, lípidos, huesos, etc.

El tejido muestra una resistencia anormal a cortes y perforaciones con herramientas, aquellas de calor como los láseres no tienen problemas. La sangre tiene una densidad ligeramente superior y una cantidad aproximada a 4 décimas parte de la cantidad de un humano sano con la cual sigue ¿vivo?. Los huesos también han demostrado ser de una consistencia más recia sin alterar mínimamente la densidad. Resto de valores normales.

El individuo se muestra en un estado de inactividad completa durante el día con un aspecto cadavérico reciente, lo cual da la sensación de ser un cadáver en la fase de rigor mortis, este rigor mortis se mantiene durante todo el tiempo observado hasta ahora. No tiene reflejos motores ni centros neuronales de dolor activos durante éste según las punciones y el tac. Tambien se muestra una actividad cerebral nula, sin latidos del corazón, pulso o respiración. Tambien tiene la misma temperatura que uno.

Todos los fluidos corporales parecen haber sido sustituidos con sangre, por lo que no dispone de orina, bilis, lágrimas o saliba; posiblemente tampoco sudor o semen. Esto resulta fascinante y asqueroso por igual.

Tu ansia de sangre de mamíferos se mantiene inalterada en presencia de esta sangre resultándote curioso pues no tienes instinto ninguno de beberla al contrario de cualquier otra vista hasta ahora. ¿Tendrá algo que ver con la naturaleza vamírica, tu naturaleza arácnida, feromonas, incapacidad o que instintivamente la ves como no nutritiva? lo desconoces aún, pero esta sensación solo está presente mientras vez la sangre fuera del individuo, no mientras está dentro de este por lo que no es una opción factible actualmente para diferenciar un mortal común de un vampiro. 

Conclusión: Hace falta más individuos en diferentes estados para hacer comparaciones, pero hasta ahora solo su inusual resistencia y la consistencia de la sangre y hueso y su exposición al calor ha mostrado diferencias significativas en comparación con un individuo común, al igual que la temperatura, pero desconoces si en otro estado esta varía. La sustitución de otros fluidos corporales por sangre es una opción a tener en cuenta en la identificación.

Por un momento parecía que Arturo podría intentar razonar, pero nada más lejos de la verdad, pues se marchó de manera repentina, no me preocupaba que se marchará sino el hecho de que parecía que había tomado la decisión incluso antes de habernos llamado. No era el momento de ese tipo de pactos, algo en mi ser me lo decía, muy pronto para ponerse en manos de esas sanguijuelas ... las palabras de Giselle me sacaron de mi breve reflexión - ¿tu nuevo refugio?, sí creo que suena bien para estar más tranquilos. ¿Qué más puedo pedir, que vuestra buena compañía?. Les dije a las dos mujeres, intentando más quitar hierro a lo sucedido, e intentando así animar al grupo en seguir con nuestro propósito. ¿Esta lejos? pregunté mientras miraba alrededor para asegurarme que nadie nos seguía.

Una vez el trio estaba más relajado sin la presencia del hombre bicho, acordaros visitar el nuevo hogar de Giselle. Estaba dentro de la Jolla, por lo que no tardaron mucho en llegar a una residencia lujosa, de gran tamaño pero con pocos muebles por ahora (aunque ligeramente habitable para Giselle, y tal vez demasiado abundante para el dúo tiburón-cocodrilo).

Apenas habían llegado a cruzar el umbral de la puerta tras pasar por un enrejado de metal que daba acceso al patio, con un camino de piedra en un jardín que conducía hasta el porche donde el trío se encontraba ya con la puerta abierta viendo el hall principal.

Tomo datos de todo,y lo registro,ahora el problema sería atrapar otro vampiro para continuar experimentando,cosa que no sería fácil,tendría que adentrarme en su mundo.Antes de hacer eso,tenía que reunirme con el vampiro en cuestión esta noche. Tendría que además adentrarme en aprender como este vampiro,fue capaz de controlar a dos espíritus,¿como lo habría logrado?,mi ignorancia sobre el mundo de tinieblas era mucho mas vasto de lo que suponía. No podía infravalorarlo,por lo que no lo volvería a hacer. Tengo que llamar a ese otro aliado que podía conseguirme aquellas ¨herramientas especiales¨ para acabar con los peludos.