Partida Rol por web

Tanto Mandíbula-Intrépida como Diente-Torcido se mostraron de acuerdo en dirigirnos a aquella nueva casa cercana al mar. Francisco nos dirigió además un halago ante el que sonreí, preguntando tras ello si el lugar estaba lejos.

- Está en la Jolla, no tardaremos mucho. – les hice saber antes de animarles a seguirme, poniendo rumbo al lugar en el que había estacionado uno de mis lujosos vehículos.

Conduje hasta la propiedad, y una vez en el interior, no tardamos en alcanzar la casa tras abandonar el coche. Al llegar a la entrada, abrí la puerta para que Mandy y Francisco pudieran pasar.

- Bienvenidos a mi nuevo hogar. – dije con una sonrisa y de una manera un tanto teatral, empujada por el entusiasmo que sentía ante la última adquisición que había hecho, era una casa fabulosa.  – Y el vuestro si así lo queréis. – hice un gesto con mi mano hacia el interior, en pos de que pasaran dentro.

Cuando lo hicieran, entraría tras ellos, cerrando la puerta tras de mí y poniendo rumbo hacia uno de los pequeños salones que sí estaba amueblado. Aún había mucho trabajo que hacer en aquella casa, pero era habitable.

- Tampoco os creáis que soy una hermanita de la caridad. – comencé a decirles, algo seria, mientras les guiaba por la casa. - Mi objetivo es que desempeñemos el trabajo de la mejor manera posible, y contar con un refugio que además actúe de punto de encuentro, creo que es fundamental. Además, si finalmente los vampiros nos convierten en su objetivo, sería conveniente que nos mantuviéramos cerca hasta determinar cómo proceder.

Esperaba que aquella hipotética amenaza no terminara materializándose, pero no podíamos descartar ninguna posibilidad.

- Podéis sentaros si queréis. – les dije al alcanzar la estancia, junto a la que se encontraba una puerta que daba al patio en el que se encontraba la piscina, y la cual me quedé mirando unos segundos a través del cristal. – Después podríamos trasladarnos fuera, mi secretario debería haberme traído ya parte de mi vestuario, – comenté pensativa. - y seguro que Mandíbula-Intrépida ya echa de menos el agua.

Tras aquellas palabras tomé asiento en uno de los sofás.

- ¿Hay alguna cuestión que queráis tratar antes de meternos de lleno con lo relativo a la playa de los niños? - pregunté finalmente a los presentes, dejándoles decidir de qué querían hablar primero.
 

Me satisfizo que nos moviéramos. No me gustaba permanecer parada, quedarme demasiado tiempo en un mismo sitio. Nadar. Siempre debía estar en movimiento, incluso aunque sólo fuera para trazar círculos y pasar una y otra vez por el mismo sitio. Por eso, comprobar que tras la marcha del hombre bicho Francisco estaba de acuerdo en marcharnos, hizo que me sintiera mejor.

Giselle nos llevó en su cascarón de tierra, ese vehículo que se movía en no-mar. Yo, como solía hacer, me quedé pegada a la ventana más cercana, observando el exterior a través del cristal. Seguía pareciéndome curioso eso de nadar sin moverme, desplazarme mientras permanecía sentada e inmóvil. Era agradable y desagradable a la vez, a partes iguales.

Cuando llegamos al lugar, a la nueva casa de Giselle, la presentó como su "hogar", y la ofreció como lo mismo para nosotros si así lo queríamos. Entré en aquella casa mientras negaba tal posibilidad, aunque sin emoción alguna que trasluciera mi rostro impertérrito.

Yo no tengo hogar. Si lo tengo, sería no-gruta. -Aclaré a mis compañeros, creyendo comprender lo que significaba esa palabra- Pero esto son aguas que puedo nadar a menudo.

No entendí una serie de palabras que empleó para explicarlo, pero a grandes rasgos alcancé a comprender que nos ofrecía usar aquella casa por los beneficios que otorgaba mantenernos reunidos. Como los peces que se mantenían cerca unos de otros, formando bancos. La unión hacía fuerza. Costaba más cazar a los peces unidos, por eso se cazaba a los incautos que se separaban.

Ser un banco aunque no seamos un banco. -Resumí, mirando hacia el exterior a través de los cristales, de un modo similar a como había estado haciendo en el cascarón- Me parece bien.

Nos dio la opción de tomar asiento, para más tarde salir al exterior, y mis ojos se fijaron inmediatamente en la piscina que tenía fuera, una buena masa de agua en que poder bañar aquel cuerpo pequeño que tenía al estar fuera de Mar. No lo bastante para adoptar mi forma de batalla marina, pero algo era algo.

Ese "secretario"... ¿Habrá caminantes del polvo en esta casa, o tendremos libertad para cambiar? -Pregunté a Giselle, aún mirando hacia la piscina, aunque pronto me giré hacia ella- Y sobre la playa, explicadme ¿cómo ayuda eso a no-gruta? Quiero comprender.

Por suerte el trayecto fue ameno y corto. La ubicación de la nueva adquisición de Giselle no podría estar mejor. Además una vez llegamos según entrabamos, algo me hacía pensar que no era una adquisición aleatoria o que haya delegado en su secretario.

Agradezco su bienvenida , y al igual que Mandibula-Intrépida no puedo dejar de fijarme sobre todo en la piscina y lo cercano del mar. 

- Sin lugar a duda una gran elección en todo, parece que pensabas en nosotros al elegirla. Dije casi en broma mirando a Mandy con cierta complicidad

- Me sumo a la pregunta sobre tus "seguidores", aunque no tengo intención de llamar la atención más de lo debido, si que está bien saber que precauciones extra debemos tener. 

Me quedo meditando unos segundos sobre si deberíamos tratar algún tema antes de la playa.

- Mas lejos de ser indiscreto, en el bar antes de la llegada de Arturo, pregunté a Mandy qué tal había ido la noche tras nuestra separación del restaurante. 

Les dije volviendo a dejar la pregunta en el aire por si querían responderla, antes de tratar otros temas. 

Que Mandíbula-Intrépida no pudiera considerar aquel lugar su hogar no me resultó una sorpresa. Dudaba que aquella criatura pudiera sentir como un hogar cualquier sitio que no estuviera sumergido en el mar, aunque tampoco estaba segura de que pudiera tener realmente un sentimiento tal por un simple espacio. Me satisfizo que al menos aceptara la casa como un lugar en el que podía estar, algo que asumí que también sería así en el caso de Francisco.

La tiburona también mostró su acuerdo en cuanto a trabajar juntos, en equipo, pronunciándose poco después el hombre dinosaurio en cuanto a la elección del que sería algo así como nuestro refugio. ¿Había pensado en ellos al escoger la casa? En parte así era, pues el que tuviera un fácil acceso al mar había sido uno de los criterios para escogerla por un doble motivo: que pudieran tener un discreto acceso a la playa de los niños, y que Mandíbula-Intrépida contara con una vía para poder ir a la central y volver de esta.

Antes de dedicarnos a hacer planes, tanto Mandy como Francisco se interesaron en la gente que habría en aquella casa, algo que tampoco había terminado de determinar; aunque había algo que sí tenía claro a ese respecto.

- Apenas he alquilado la casa esta mañana, no había decidido el personal que destinaría a ella, pero viendo que haréis uso de este lugar; no tendría problema en que fuera el mínimo imprescindible. – comencé a explicar. - A mi secretario y mi asistente personal seguro que les veréis por aquí en algún momento, especialmente a ella, de hecho no creo que tarde mucho más en llegar. Pero forman parte de la parentela y me deben sumisión, no hay por qué disimular frente a ellos, aunque desconozco si veros en vuestras formas más bestiales les causará alguna impresión.

La tiburona también preguntó por la playa y su relación con la no-gruta al volver a mirarme, sacando a relucir el hombre dinosaurio lo que habíamos hecho la noche pasada.

- Necesitamos construir una nueva central, donde se trasladará la no-gruta, y Salvatore sugirió que la playa de los niños sería un buen lugar. A día de hoy no hay motivos para que quieran usar esa playa para algo así, así que tenemos que dar motivos para ello. Si ese lugar se convierte en un sitio peligroso, a los que mandan en la ciudad no les importará cederlo. – expliqué tratando de ser lo más clara posible. – Aún no nos han aprobado el proyecto para construir la central nuclear, pero eso es algo que está en marcha. Intento emplear los cauces habituales, pero si se complica la cosa, tendremos que apretarles las tuercas a algunos. – añadí pensativa.

Permanecí así unos instantes pensando en la cuestión planteada por Orellana. ¿Hasta dónde era conveniente contarle? De momento estaba demostrando bastante sensatez, así que creí poder compartir con él al menos parte de lo que había pasado.

- Anoche nos ocupamos de algo que de momento es ajeno a nuestra misión, aunque podría terminar estando relacionado con ella. Hay alguien que quiere colaborar en la construcción de la central nuclear, pero aún no estoy segura de que su colaboración pueda resultarnos beneficiosa. Todo negocio supone un riesgo, pero no voy a tomar riesgos así como así, no es así como he conseguido llegar a donde estoy. – concluí con una divertida media sonrisa, enorgulleciéndome de mis logros empresariales.

Francisco en seguida se mostró interesado por aquello que tanto me interesaba saber, y es que la presencia de caminantes del polvo en la casa de Giselle suponía tener que guardar ciertas precauciones. Yo de casas no entendía, así que no tenía claro si era buena o mala, o acerca de sus características, pero sí que me agradaba la cercanía de ésta con Mar, porque me permitía entrar y salir con facilidad. Por suerte, la presencia de los caminantes del polvo que frecuentarían la casa no debía ser un problema, porque debían sumisión a Giselle.

¿Qué es "parentela"? -Tuve que preguntar, pues era un concepto que no terminaba de entender.

Giselle comenzó a explicar lo referente al plan de la nueva central, el nuevo hogar de no-gruta, donde podríamos protegerla y alimentarnos de ella. Al menos, en mi caso. Desconocía si no-rokea se alimentaban de no-gruta.

¿Los que mandan en ciudad no tratarán de hacer otras cosas antes? -Pregunté, tratando de comprender el funcionamiento de las cosas en el mundo sin agua. Me giré y acerqué mis pasos a los demás, situándome entre ambos durante unos instantes. Pero girar mi rostro de un lado a otro se volvía incómodo, así que me desplacé más lejos para poder mirarles con más facilidad- En algunas aguas, si tiburón ataca a caminante del polvo, envían pescadores para intentar cazarlo. No temo a pescadores, puedo cazar pescadores, pero eso retrasaría central... ¿no? -Intenté razonar. Curiosamente, sin darme cuenta había cruzado mis brazos, en un gesto que debía estar imitando después de habérselo visto a alguien antes- Sangre atrae tiburones, podemos olerla desde mucha distancia en agua. Pero sangre atrae a caminantes del polvo. ¿Interesa eso? ¿No hay una forma de no dejar claro que hay tiburón que cazar? ¿Que playa es indeseable, pero sin que parezca que se puede solucionar cazando un tiburón?

No estaba segura de si lo que estaba diciendo tendría algún sentido, pero aún estaba tratando de habituarme a la complejidad de la forma de pensar que tenían fuera de Mar. Mientras tanto, dejé que fuera Giselle quien explicase a Francisco lo que habíamos hecho la noche anterior, aunque tuve la impresión de que era demasiado lo que no contaba, no supe determinar si porque lo consideraba poco importante o si por otros motivos. Pero nada de lo que había pasado la noche anterior me había quedado claro, así que me limité a guardar silencio al respecto.

La llamada de teléfono a tu conocido se hizo de rogar pues tardó en que pudiera cogértelo. Reconociste su voz ronca y malhumorada cuando te contestó con cierta desgana.

- Hey, cuanto tiempo ¿que necesitas esta vez, un lanzallamas o más tasers trucados para freir búfalos?. Ah, por cierto, tengo una jollita recién venida de Israel, un último modelo, puedo vendértelo antes de que salga a la venta incluso para el ejército.

Escucho a mi aliado del otro lado de la linea,la cual era una segura para después decir:

-Muy gracioso,y si bien lo de Israel me interesa,necesito que me confirmes si vendes minas de termina que se activen con solo pisar con el pie,o c-4 del mas potente que tengas.

Tenía que tener un plan de contingencia si todo se iba a la mierda,porque estoy muy seguro que no de buenas a primeras,aceptaría aquel vampiro que se rompiera un contrato así como así.

Si era yo solo quien le iba a hacer frente en un combate mano a mano contra ese vampiro que controlaba espíritus,le daría una dura batalla.

Por suerte en esta habitación en la que me encontraba,también poseía Nitrógeno Liquido,que a altas temperaturas es inflamable.

El plan en caso de que todo saliera mal estaba empezando a tomar forma.

Recordando que aún seguía en la llamada termine diciendo:

-También te encargo ese regalito que trajiste de Israel,espero que me hagas descuento porque te comprare una buena cantidad.

Atendía las explicaciones de Giselle, y los comentarios de Mandibula sobre cómo debíamos de proceder sin llamar mucho la atención.

- Podemos cazar sin morder, si no muerdes no saben si es un tiburón. Quizás los primeros solo se ahoguen. Mire a Mandibula para ver si comprendía que no era necesario delatar nuestra naturaleza. Entiendo que lo primero que tenemos que hacer es que prohíban la entrada al público, para eso tendremos que llamar la atención, hacer que no se quiera volver a la playa por un tiempo. En este caso mi mirada se dirigía a Giselle, pues quería saber si esto le parecía adecuado, pues conseguir cerrar la playa sin llamar la atención era algo que no se podía hacer.

Espere un breve tiempo a ver si Giselle explicaba a Mandíbula sobre parentela, para tranquilizarla añadí es como familia que no cambia, normalmente en la familia se puede confiar.

¿Es que quieres enfrentarte a un ejercito, o solo a las bandas para que te den un buen pico de la droga? porque si es eso último me uno al plan. En cualquier caso, los explosivos siguen siendo más bien escaso, maldito 11 S.

Al hablar que aquel fatídico año, hace ya casi 1 década, el tono resultó de desprecio al cual acompañó un solo escupitajo.

Puedo reducirte el precio de la Dersert 1/3, pero el C4 tiene que ser en poca cantidad ya que es dificil de conseguir. En cuanto a las minas, las tengo antipersona, pero tampoco puedo darte una gran cantidad o mis contactos del ejercito podrían tener problemas, y eso afectaría al negocio. En unos día puedo tenerte listo 1kg* de C4 y unas 10 mina antipersona, si las quieres anti-tanque el coste será el doble. Puedo conseguirte más cantidad, pero la calidad del mercado negro es más bien dudosa, no te la recomiendo, siempre es mejor postergar algo a que te reviente en la cara.

Luego de pensarlo detenidamente entre los pro y los contra dije: -Tampoco quiero algo tan así que se tenga que meter el F.B.I o alguna otra agencia que arruine la diversión,y no,no es un ejercito convencional,es el ejercito de un solo hombre. Esperaba que con esto le diera una idea del tipo de explosivo que necesitaba para acabar con ese vampiro molesto. Después de unos momentos agregue: -Creo que con una claymore,será mas que suficiente para acabar con una persona así ¿cierto?,pero de los explosivos que te compre los necesito como maximo....(me fijo en el reloj en la hora para saber el tiempo que tenía para esconder la mina antes de la reunión)....necesito que me los entregues antes de 4 hs,¿crees que lo podrás hacer?. Con ese desafió le dejaba en claro que confiaba en el lo suficiente para saber que lo que el me entregaba era de calidad y que soy un excelente cliente suyo.

Al abordar lo referido a la gente que podrían encontrarse en aquella casa, empleé la palabra “parentela”, preguntando Mandíbula-Intrépida por su significado. Fruncí el ceño ligeramente en un inicio, preguntándome cómo explicar aquello de manera sencilla.

- Entre los Danzantes de la Espiral Negra, son aquellos humanos o lobos que cuentan con sangre de Danzantes, o que se unen a la causa aun sin ser así. Los parientes, la parentela, comparten nuestro objetivo; pero son conscientes de su inferioridad. Son nuestros aliados y siervos. – traté de resumir, haciendo entonces Francisco un apunte al respecto. – Podría decirse así. – sonreí de medio lado por aquella referencia a que normalmente se podía confiar en la familia.

Así era, normalmente, una matización que a menudo se olvidaba. En mi caso particular, no podía confiar en quien se suponía era mi familia, estaban absolutamente cegados por las mentiras de la Nación. ¿Podría alguna vez traerlos al bando adecuado? Aquello era algo que me preguntaba en ocasiones, pero en lo que realmente nunca había puesto demasiado empeño o interés, consciente de las posibles consecuencias si algo salía mal en el proceso.

- Pensaba que todos los cambiaformas contarían con algo similar, pero quizás no sea el caso. – dejé caer, mirando a uno y otro, interesada por si entre los Tiburones Pira de Corrupción y los Mneticos sería así.

Volviendo al asunto de la playa, Mandy preguntó por si los mandamases tratarían de hacer otras cosas antes, algo que no comprendí del todo hasta que tras buscar una posición adecuada prosiguió expresando sus ideas. Estaba en lo cierto con lo que exponía, y aquello le generaba una serie de preguntas cuya respuesta buscaba.

Diente-torcido tomó la palabra en primer lugar, proponiendo un modo de actuación con el que evitar dar pistas acerca de la verdadera naturaleza de quienes perpetraran los actos destinados a convertir la playa de los niños en un lugar donde nadie quisiera estar.

- El alcalde, sus esbirros, y el resto de sabandijas sin clase que controlan parte de la ciudad; harán todo lo que necesario para averiguar qué está pasando mientras no les perjudique. – afirmé rotunda al tomar la palabra. – Como ha comentado Mandíbula-Intrépida, si se cree que se trata del ataque de un tiburón o de un… - miré a Francisco, ¿qué forma tendría exactamente aquel hombre al tomar su aspecto animal? - saurio, tratarán de darle caza, y eso puede terminar resultando un poco molesto, sí. – comenté pensativa, antes de tomarme unos instantes para meditar la situación y lo expuesto hasta el momento.

A primera vista, emplear medios que no dejaran indicios sobre qué podría haber producido los posibles ataques parecía algo conveniente, pero tras darle vueltas al asunto terminé concluyendo todo lo contrario.

- Escojamos el método que escojamos, este no va a ser un proceso rápido. – quise dejarles claro al retomar la palabra, habiendo mencionado además la tiburona el posible retraso de la construcción de la central. - El esforzarnos por no dejar pistas acerca de vuestra verdadera naturaleza podría ser una manera de hacer las cosas, pero creo que terminaría resultando contraproducente. Si los humanos creen que se trata del ataque de algún animal, se limitarán al mar. Vigilarán este, tratarán de dar caza al peligro, y si no lo logran terminarán teniendo que darse por vencidos y cerrando definitivamente la playa; aunque es probable que incluso antes de eso la gente ya rechace acudir al lugar. En cambio, si se encuentran con otro tipo de peligro que no sepan identificar, todo será mucho más complicado. Vigilarán mucho más que simplemente el mar, y los ahogamientos, desapariciones, o lo que fuera por lo que nos decidiéramos; llamaría la atención de mucha más gente. – detuve ahí mi exposición, queriendo comprobar qué opinaban acerca de lo que les había comentado hasta el momento, aunque terminé por hacerles una pregunta. - ¿Creéis que os resultaría muy complicado no ser atrapados por los humanos?

Creía entender lo que significaba parentela. A pesar de que las explicaciones de ambos me resultaron ligeramente confusas, el fondo del asunto sí me quedaba más o menos claro, como aguas poco profundas y en calma. Donde Giselle decía lobos, yo podía decir tiburones. Donde ella decía humanos, yo debía negar, aunque esa posibilidad existiese.

Tenemos tiburones familia. Simplemente, no tenemos palabra para llamarlos. -Expliqué, ya que en Mar no usábamos la lengua de los caminantes del polvo, sino transmisiones- No tenemos humanos familia, que yo sepa. Mezclarse con humanos está prohibido para Rokea. No sé si Tiburones Pira de Corrupción mezclan su sangre con humanos.

No era algo que ningún Tiburón Pira de Corrupción me hubiera explicado, ni yo había tenido esa inquietud.

Respecto a la caza, la discusión se tornó confusa para mí. Estaba acostumbrada a procesar informaciones sencillas, no cosas complejas, y ellos parecían valorar una cosa y la contraria al mismo tiempo, algo que me causaba una gran frustración.

Si muerdo, mal; si no muerdo, mal. -Me quejé cruzandome de brazos en un gesto cuyo significado no tenía claro- Puedo cazar sin morder. Puedo golpear con mi morro y romper huesos. Puedo arrastrar y hundir en forma con manos, y llevar a lo profundo, donde caminantes del polvo no puedan respirar. -Sí, era capaz de matar sin morder, al menos en el agua, en mi elemento- ¿Prefieres que muerda? No temo a pescadores... -Indiqué acercándome a Giselle, mirándola fijamente- Tiburones atacan y permanecen en aguas que les gustan, o atacan y siguen camino a otras aguas. Supongo que humanos saben eso. Y saben que tiburones no atacan y siguen camino, para volver poco después a atacar de nuevo. Puedo hacer eso: atacar, y desaparecer. Cuando dejen de buscar, atacar de nuevo. Una y otra vez. ¿Eso servirá? ¿Atraerá a cambiantes del polvo? Nunca he devorado uno...

Atento a las posturas de las "hembras" me parecía cada vez más claro que no podríamos tener una estrategia única, y que el desarrollo de nuestros actos sería lo que definiría los próximos movimientos a realizar.

- Bueno, creo que una cosa está clara tendremos que ir variando , y puliendo sobre la marcha como actuar en los futuros "incidentes", podemos ir gradualmente subiendo la preocupación de los "caminantes  del polvo" intentaba adaptarme a los términos que más fácil le resultaban a la tiburona, y como dices causar confusión con momentos de tranquilidad, o simplemente llevar los ataques a otros lugares cuando veamos que sea conveniente. 

Pero había una cosa clara, si hacíamos demasiado ruido quizás otros Rokea podrían acudir, u otros enemigos que no nos convenía tener tan pronto en nuestra contra. - me preocupa más tener a otros como nosotros en nuestra contra demasiado pronto, pero es un riesgo con el que despertamos en cada amanecer, así que de acuerdo en empezar hoy mismo .  Añadí sonriente y guiñe un ojo a Mandibula , aun no muy claro si empezaba a familiarizarse con la comunicación no verbal de los caminantes.

Francisco no quiso decir nada cuando saqué el tema de la parentela de otros cambiaformas, pero aquel no fue el caso de Mandíbula-Intrépida, que compartió con nosotros lo que sabía al respecto de los cambiantes tiburón. Tenía dudas acerca de si los tiburones Pira de Corrupción mezclarían su sangre con los humanos, algo con lo que no podía ayudarle. Según lo veía yo, era tan posible que así fuera como lo contrario, después de todo, los humanos podían ser un buen recurso; pero no dejaban de ser seres inferiores con los que era comprensible que no quisieran mezclarse.

De vuelta al tema principal que nos encontrábamos tratando, terminé callando para aguardar las reacciones del resto de presentes, siendo Mandy la primera en pronunciarse. Aquella primera frase que pronunció, junto a aquel cruce de brazos, me causó cierta gracia que contuve a la perfección. Fue tras ello cuando comenzó a hablar de lo que podía hacer, terminando por acercarse a mí y mirarme fijamente a los ojos, supuse que en un intento de que me quedara bien claro lo que quería expresar.

Sopesé sus explicaciones con calma, siendo más que una buena idea lo que decía, cuanto más se asemejara su actuación a la de un simple tiburón; más posibilidades de éxito tendríamos. También preguntó acerca del peligro que podían suponer otros cambiantes, pero antes de darle una respuesta a cualquiera de las cuestiones, quise aguardar a que Diente-Torcido se pronunciara.

Este no tardó en hacerlo, causándome ciertas dudas sus primeras palabras, no estando segura de qué quería decir. También manifestó la preocupación que le procuraban el resto de cambiantes, mas dejando claro que aquello no era un impedimento para poner en marcha la parte de la misión referida a la playa.

- Hay algo que quiero dejar claro antes de nada. Una cosa es ir mejorando el plan, y otra improvisar a lo loco. – dije de manera firme, aunque no especialmente dura, simplemente queriendo dejar claro que aquello no podía ser. – Establecemos un modo de actuación y nos ceñimos a este salvo imprevisto. Toda decisión tiene unas consecuencias, y es mucho lo que nos jugamos, así que si hay que dar marcha atrás se da; sería mucho peor dar un paso en falso por querer seguir avanzando. – expuse tal y como me salió, preguntándome si la tiburona habría entendido del todo aquello, así que traté de simplificarlo. – Tenemos que seguir el plan, o volver a hablar para cambiarlo, siempre que se pueda. – añadí mirándola.

Aguanté un pequeño suspiro y me apoyé en el respaldo del asiento, esbozando una pequeña sonrisa.

- Sé que pueden parecer cosas muy básicas, pero creo que es mejor que dejemos ciertas cosas claras para evitar sucesos indeseados. – afirmé, retomando entonces el tema que nos ocupaba. – La estrategia que propone Mandíbula-Intrépida creo que es la mejor, cuanto más se asemejen vuestras actuaciones a las de un tiburón, menos sospechas levantaremos; tanto entre los caminantes de polvo como entre los cambiantes de polvo. Es probable que terminemos llamando la atención de algunos de estos, pero cuanto mejor hagamos nuestro trabajo, más tarde sucederá eso. De momento podéis empezar con el primer ataque en el mar, y en función de los resultados que dé, iremos ajustando cómo proceder. - en mi cabeza ya iban elaborándose distintas alternativas ante distintas posibilidades. – Será mejor que aguardéis al atardecer, con algo menos de luz será más sencillo. Y si queréis podemos reunirnos aquí después para celebrar la caza de la primera presa y el nacimiento de la que espero sea una fructífera alianza. – señalé con media sonrisa.

Daba la impresión de que Giselle y Francisco tendían a actuar de maneras diferentes, uno más dado a cambiar sus planes a menudo en función de las circunstancias, la otra tratando de evitar dichos cambios salvo que fuera realmente necesario. No sabía qué opción resultaría mejor, pues no conocía el mundo de no-mar como para valorarlo. Yo estaba acostumbrada a actuar a mi manera, en mar, en función de cómo vinieran las aguas. En ese sentido, era posible que estuviera más cerca de la forma de pensar de Francisco que de la de Giselle, pero eso no significaba que creyera que la forma de actuar de Giselle fuera peor. Sencillamente, no lo sabía.

De hecho, la propia no-rokea se mostró conforme con la forma de actuar que yo proponía, advirtiendo que resultaría mejor cuanto más parecido fuera el ataque al de un tiburón normal. Medité acerca de ello durante unos instantes. Si mordía a un caminante del polvo en mi forma de batalla marina, el tamaño de la mordedura podía dar pistas a los caminantes del polvo sobre el ser que había cometido el ataque. Mandíbula demasiado grande, dientes demasiado largos. No, era mejor no adoptar la forma de mandíbulas luchadoras, chasmus, y actuar con mandíbulas nadadoras, squamus, mi forma de nacimiento.

Morder con boca pequeña, entiendo... -Comenté, confirmando que entendía la idea sin darme cuenta de que con ello hacía lo que los caminantes del polvo llamaban un juego de palabras. Para mí, las palabras tan sólo tenían un significado literal, y la boca en mi forma natal era más pequeña que la de mi forma de batalla. Eso era todo.

Miré a Francisco con seriedad, la forma habitual que tenía de mirar. Desvié la mirada al exterior, a la piscina, y más allá, al camino que llevaba hasta la playa, y de ahí a mar. Volví a mirar a Francisco.

Podemos nadar, conocer aguas, esperar el momento. -Propuse- Tú sabes mejor cómo elegir presa adecuada. Puedes elegirla tú y yo muerdo. Luego volvemos, tras ataque. -Miré a Giselle- No se qué es celebrar... pero aprendo.

La conversación del trío era todo lo fluida que el entendimiento de Mandy permitía, y el plan que estaban trazando iba viento en popa acordando fingir algunos ataques de tiburón... fingir para Francisco, ya que Mandy si que era un tiburón y podía hacerlo sin levantar ninguna sospecha más de la necesaria.

Rápidamente, Mandy hizo la propuesta de examinar la zona a Francisco lo cual le ayudaría a familiarizarse con aquel entorno, y Mandy ya había hecho una excursión por su propia cuenta antes por lo que ya conocía algo para enseñarle a él y no al revés.

Aun con todo, aquel sitio aún distaba de ser un refugio ideal para urdir los planes y refugiarse; por ahora era un lugar intimo y cómodo, y no exento de seguridad, pero aún debía hacerse algunos cambios para que pudiera llamarse a ese sitio "Centro de mando", y precisamente eso se le pasaba por la cabeza ahora a Giselle. Tendría que ordenar algunos cambios, y dejar alguna cosas a su parentela, como la decoración a su antojo, mejora de seguridad para enfrentamientos con otros cambiantes, arsenal, y esas cosas. Pero por ahora estaba bien para empezar.

Entendía la seriedad de Giselle sobre trazar un plan, quizás una guía sobre la que actuar, pero había que estar siempre preparados para los imprevistos, rara vez no había que improvisar por un tiempo para volver al plan inicial. No obstante entendía lo que quería decir, y a Mandy parecía que también le parecía apropiado.

- Nademos entonces, yo también te enseñaré otra playa un poco más tarde. Añadí pensando en la cita que tenía en el atardecer. Por un momento me pareció oportuno que Mandíbula estuviera cerca cuando me volviera a encontrar con el pequeño pariente.

A juzgar por el primer comentario de la tiburona, aquel juego de palabras que me sacó una sonrisa y que sospechaba sería involuntario, esta había entendido lo que quería decir en cuanto a la forma de atacar y parecía estar de acuerdo con ello. Más difícil de dilucidar resultaba en el caso de Francisco, que optó por no pronunciarse al respecto, esperaba que siguiendo aquella máxima de “el que calla otorga”.

Mandíbula-Intrépida terminó proponiendo estudiar el lugar con tiempo, dejando a Diente-Torcido que fuera él quien escogiera la presa más adecuada. No entendí por qué Mandy estaba tan segura de que Francisco sabría escoger mejor la presa más idónea, pero si era así como querían organizar el ataque, no pensaba meterme en ello; no mientras obtuvieran el resultado adecuado.

La tiburona también me dijo que regresarían tras el ataque, dispuesta a aprender qué era celebrar, lo que me sacó una pequeña risa; teniendo que aguardar mis palabras a la intervención del hombre dinosaurio, quien pronunció unas palabras que si bien no terminaba de comprender, contenían el estar de acuerdo con realizar aquel estudio previo de la zona.

- No te preocupes, Mandy, celebrar es algo divertido. – dije con una sonrisa un tanto maliciosa. – Entonces nos veremos aquí tras el ataque, espero haber dispuesto todo para entonces. – apunté algo pensativa, rondando mi mente no sólo lo referido al correcto acondicionamiento del refugio, sino también lo necesario para la improvisada “fiesta”. - ¿Hay algo que os agrade especialmente? ¿Alcohol, drogas? ¿Algún otro vicio confesable o inconfesable? – volví a sonreír con malicia, dirigiéndome tras ello específicamente a Mandy, por si no me había comprendido del todo. - ¿Hay algo que te gustaría que te trajera? – le pregunté, volviendo a mirar a ambos. – Puedo conseguir prácticamente de todo. – concluí con orgullo.

Aún no conocía a fondo aquellas aguas, pues no las había nadado demasiado. Conocía las aguas de no-gruta, sucias y suculentas, menos saladas y más ricas en poder, y era consciente de que mar me acogía cuando salía por el largo tubo. Pero no había dedicado mucho tiempo a recorrer distintas rocas de fondo, distintos arrecifes, diferentes zonas de arena. Y dedse luego, no cobnocía muchas playas. Por eso, me satisfizo la oferta de Francisco de enseñarme una nueva playa, pues supuse que al ofrecerlo de aquella forma era porque en ella habría algo de interés.

La explicación de Giselle no me quedó clara. Decía que celebrar era algo divertido, y yo seguía sin saber qué significaba divertido. Jhon-Harrison usaba esa palabra para hablar de procreación sin procreación, pero estaba convencida de que Giselle no se refería a eso. Sin embargo, se ofreció a preparar lo necesario para cuando volviéramos tras el ataque en la playa, preguntando por qué nos agradaba. No conocía alcohol, ni drogas, pero cuando me preguntó directamente si algo me gustaba, no lo dudé.

Me gusta la carne, tierna y palpitante. -Afirmé con fría e insensible honestidad- Morder lo que aún está vivo, sentir su sangre manar y sus huesos crujir bajo el peso de mis dientes. Pero puedo aprender otros... vicios, si me enseñáis. -Sugerí sin demasiado entusiasmo, pues necesitaba aprender. El mundo de no-mar tenía demasiadas cosas que no conocía, y ahora era casi mi mundo. Necesitaba sobrevivir.