Partida Rol por web

Tras haber recibido mi nuevo equipo, lo primero que hago es colgarme sobre el hombro izquierdo, a la manera tradicional, el Hoplon redondo característico de la falange espartana.
Una vez hecho esto, agarro la Doru y compruebo, que su asta de madera mide los reglamentarios dos metros y medio. Observo el filo de su punta de hierro y la agudeza del pincho también de hierro que le sirve de contrapeso.
Alzo la Doru y la equilibro como su fuera a lanzarla. Doy un par de sesgos y escucho satisfecho como su punta corta el aire.
Me coloco el casco y lo hecho levemente hacia atrás para dejar mi cara al descubierto.
Examino a continuación la nueva Falkata. Es mas ligera que la mía. Su filo no esta mellado y, tras amagar un par de golpes, compruebo que la potencia que pueda perder por su falta de peso, es compensada por la agudeza de su filo.
Ato el correaje de esta nueva Falkata y dejo que cuelgue en su vaina a mi espalda.
Apoyo entonces la Doru contra la pared al lado de la entrada de la casa del eforo Iuminides y me coloco las grebas y los brazales de recio bronce. Agarro entonces la Doku y, apoyandola sobre mi hombro derecho, me encamino hacia la casa de Tarius pensando en que solo me falta la típica capa roja símbolo incuestionable de mi posición como hombre libre.
De camino, paso por la gran plaza de la ciudad, el Ágora. Y descubro, curioso, al grupo de hombres entrados en años ya que parecen sostener una conversacion filosófica.
Los observo mientras avanzo por la plaza pero no me detengo y prosigo mi camino.

A la que te alejas, notas que la conversacion se recrudece, y que la tension crece demasiado. Aun asi, tienes prisa, asi que la ignoras

Vuelves a casa de Tarius, y este observa sorprendido tu nuevo equipamiento. Alzando las cejas, se extraña de que no te hayan proporcionado un arma ligera, y te ofrece un cuchillo de caza, que utilizo en su juventud, ya que el no va a ir al combate, debido a su edad y posicion. Tambien te asegura que no requiere ningun pago posterior por el, y que esta seguro de que volveras con el, y que en un futuro no muy lejano podras tu mismo comprar tus propias armas. Aunque, segun te imaginas, habria estado un poco mas reacio a proporcionarte todas las armas que llevo en combate hara unos años, ya que parece tenerles cierto apego. Su hijo (el cual se traslado a su propio hogar hara dos o tres años) tiene equipamiento propio de su condicion, y el cuchillo de caza que te esta proporcionando es casi una reliquia de familia, aunque el misma Tarius no muestra ningun reparo en ofrecertela sin reparos. Parece ser que confia bastante en ti

Si renuncias a el cortesmente, insistira añadiendo que tu falkata es dificil de esgrimir en medio de un combate muy directo, en primera linea, donde no hay casi espacio, y que la pequeña arma corta puede salvarte la vida. Tambien se extraña de que Iuminides no te haya proporcionado algun arma ligera

Pasa el dia, y llega la noche. Antes de la cena, hablas con Darien...

El chico te informa de su dia y de los acercamientos que esta teniendo a la patria que te vio nacer y de la que tanto le habias hablado. Si bien es verdad que el joven Darien esta familiarizado con la forma de ser de los espartanos, y en muchos aspectos se comporta como ellos, ya que ha crecido contigo, hay muchas cosas que nunca llego a ver debido a vuestra condicion. Notas en el cierta preocupacion, y cuando le preguntas, te cuenta que siente cierta indecision ante su inminente agogé. El ya tiene cierta edad, y su caso es uno tan singular en Esparta que no recuerdas ninguno semejante. Pero al parecer los eforos estan de acuerdo en su formacion, y no habra problemas. Lo unico que le preocupa, quizas, es la falta de comprension de sus propios compañeros, que probablemente le vean como un extranjero sin derecho a la formacion lacedemonica y hayan formado su propio circulo social del que el sera excluido. Temores, que, segun sabes, son propios de su edad, aunque sabes que sin fundamentos. Ademas, es pequeña muestra de debilidad y de temor en tu discipulo es un poco extraña en el. Quizas deberias aleccionarle o decirle algo antes de tu viaje, pues si bien es verdad que un verdadero espartano debe ser estoico ante todo, Darien ha pasado toda su vida contigo, y este es un mundo nuevo para el

Encuentro a Darien sentado entre las columnas del patio interior de la casa de Tarius.
Al acercarme, descubro en su rostro cierto grado de inquietud. Es normal pues sin duda, necesita tiempo para adaptarse a su nueva vida. Me acerco por tanto, hasta Darien y digo.
Levantate y alegra esa cara. Pues te puedo asegurar, que tu suerte ha cambiado para bien. Se que inicias un duro camino. Y sera largo, pero no olvides la meta que es su final. Cuando llegue el día, seras considerado un igual entre los hombres libres de Esparta. Y te aseguro, Darien, que no hay rango en el resto de toda Grecia o en el mundo exterior, comparable a ser llamado Espartano.
Dicho esto callo meditando por unos segundos y añado.
Y en cuanto a tu situación inmediata, te conozco Darien. Eres un líder nato capaz de asumir responsabilidades y actuar en consecuencia. Bien, demuestra tus capacidades de líder lo antes posible.
Aquí en Esparta, nuestros jóvenes se agrupan en lo que denominamos hordas. Son algo parecido a clanes en donde se valora, por encima de todo, la fuerza, la lealtad al grupo y la capacidad de planificacion.
Y ahora sonrio levemente antes de añadir.
Por tanto, elige una horda, derrota a su líder en combate y hazte con el control de tu propio grupo de seguidores. Creeme. Se que estas capacitado para esto. Y no olvides cuando lo hayas logrado, estar siempre pendiente de destacar ante los ancianos de la Gerusia. No los veras, no sabrás que estarán observandote, pero te aseguro que nada escapa en Esparta a su mirada.
Ahora hago un gesto a Darien para que se levante y digo.
¡Vamos discípulo!. Es casi la hora de cenar. No hagamos esperar a nuestro amable anfitrión.
Y uno al lado del otro, ambos entramos en el interior de la casa de Tarius.

Darien parece mas animado tras tus palabras

Durante la cena, Tarius charla animadamente contigo. Aprovecha tambien para comentarte, aunque de manera casual, que Leonidas ha oido tu atrevimiento ante Pausanias, y que su reaccion ha sido de complacencia. Parece ser que desea ver como su propio sobrino mide su fuerza, y asi ponerle a prueba. En cuanto a ti, dado tu condicion de renegado hasta hace poco (y aun teniendo en cuenta que fue todo una argucia de Pausanias para conseguir tu destierro), le resulta indiferente lo que te ocurra, aunque tampoco esta contra ti. Quizas has despertado su curiosidad, pero nada mas

Por ultimo, te informa de las polis que se han unido al ejercito para apoyar a los espartanos en la batalla, aunque tambien comenta con una sonrisa que quizas sean mas molestias que ayudas, y que harian bien en mantenerse un poco apartados. Parece ser que el optimismo en la ciudad es alto

Tambien comenta algo de un altercado que ha ocurrido entre uno de los eforos y un extranjero, que ha conseguido que el primero entre en furia, y por poco mande ejecutar a dicho extranjero. Aun asi, gracias a la proteccion de Iuminides (Tarius frunce el ceño ligeramente cuando le nombra, aunque es dificil notarlo), el extranjero no ha sido ni expulsado de la ciudad, aunque probablemente se vaya por iniciativa propia, ya que se ha creado algunos enemigos. De todas maneras, lo dice de pasada, y por lo que crees ver, no le apetece hablar mucho del tema. Aun asi, puedes insistir si quieres

Como en silencio mientras escucho la charla de mi anfitrión. Tan solo dejo de hacerlo cuando Tairus menciona el incidente en la plaza publica de la Polis.
Termino de masticar y digo.
Curioso. Creo que me cruce con ellos precisamente antes de que se produjera el altercado. No debes darle excesiva importancia, creo yo. Nuestras costumbres han de resultarle extrañas a gentes del exterior. Al fin y al cabo, no son Espartanos.
Dicho esto, retomo la cena. Finalmente, tras unas tradicionales aceitunas que tomo a modo de postre, doy por concluida la cena.
Amigo mio. Digo. Lo importante es saber lo antes posible la disposicion para la inminente guerra que adoptara nuestro buen Leónidas. A mi, me parece normal que otras Polis se nos unan en el esfuerzo. Sin nosotros, ¿que podrian hacer los Atenienses por ejemplo. ¿Tratar de repetir su suerte de Marathon?. No. Los dioses quisieron concederles esa gracia. Seamos magnánimos y aceptemoslo. Pero ahora es distinto. El necio de Jerjes, se dispone a entablar con nosotros una guerra total.
Y niego con la cabeza antes de añadir.
Por supuesto, semejante grado de estupidez ha de tener su justo castigo. Y el lógico que ese castigo sea impuesto por la fuerza nuestros brazos. Si, adecuado sin duda.
Dicho esto, callo mientras tomo un sorbo de vino. Solo lo justo para regar tan buena cena.

Tarius se muestra conforme contigo, y comienza a hablar de Leonidas y de la estrategia que planea seguir. La mas logica, segun el terreno, como puedes comprobar...

Pasa la noche, y al dia siguiente te encuentras por la mañana con Tarius, que, ocupado, atiende a unos asuntos propios de su condicion. Rapidamente te sonrie al verte

Hoy tienes algunas ocupaciones. Ten en cuenta que esta noche ya dormiras en el campamento. Preparate, y despidete de Darien. Recuerda que el ejercito sale en tres dias

Despierto al amanecer descansado tras un sueño reparador. No es que lo haya necesitado, pero acumular fuerzas para los proximos días es algo que me vendrá bien.
Me levanto y me preparo tomando unas pocas uvas a modo desayuno. Y poco después, me encuentro con Tarius.
Escucho sus sabias palabras y asiento en silencio. Cuando termina de hablar, yo digo.
Si tengo el honor de morir en combate, cuida de Darien por mi. Vela para que se convierta en un Espartano digno.
Tras decir esto, ni Tarius ni yo añadimos nada mas.
Me encamino entonces al patio interior de la casa de Tarius y allí, poco después, aparece Darien. Contemplo al muchacho con aprobación y digo.
Pocos son los consejos que me quedan por darte. Solo uno y nada mas. Comportate siempre con honor y valor. Eso, ante todo, es lo que define el ser Espartano.
Darien me escucha con solemnidad y nada responde. Pues ya sabe lo que significa para un Espartano la posibilidad de morir por su ciudad. Es el máximo honor al que un hombre libre puede aspirar.
Vuelvo entonces a mi habitación y termino de equiparme. Brazales, grebas, la falkata al cinto, el casco corintio, el Hoplon colgado de mi hombro izquierdo y un cuchillo de caza sobre la cadera izquierda. Me pongo entonces la característica capa rola y agarro la Doru. Y así equipado, estoy listo para ser recibido por nuestro líder Leónidas.

Dejas a Darien atras, sabiendo que es probable que no vuelvas a verle, y tras una despedida silenciosa, una despedida que no solo significa para Darien la separacion con aquel que estuvo con el desde que tiene uso de memoria, si no el comienzo de una nueva vida, partes hacia el campamento de las afueras

Llegas a la tienda de Leónidas cuando el sol ya esta alto en el cielo, si bien aun quedan unas horas para el mediodia. El rey te recibe con una sonrisa, sentado en una silla simple y no muy alta. La tienda del rey es, como te habias imaginado, similar a las de los demas Homoioi, si bien un poco mas grande y con algunos asientos para que las reuniones con el rey sean lo suficientemente comodas. Aun asi, ningun adorno ni utensilio que indique la posicion de Leonidas respecto a la sociedad espartana se puede observar en la tienda. Solo lo justo, y necesario. Como debe ser

Leonidas se levanta

Bienvenido de nuevo, Herdes Dice Leónidas con una sonrisa y una voz imponente. La presencia del rey se hace notar en el lugar, y es facil deducir porque ha llegado a donde ha llegado Toma asiento si te place Aun asi, el se mantiene de pie

Y yo, tras entrar en la tienda del Rey y escuchar su saludo, inclino levemente mi cabeza a modo de respuesta y contesto.
Es un honor, todavía inmerecido, estar en vuestra presencia, mi Rey. Por tanto, permitidme continuar en pie.
Dicho esto, medito mis siguientes palabras.
Mi Rey. Estoy aquí para serviros de la mejor forma que pueda. Se que habéis pedido, únicamente, hombres libres de compromisos para acompañaros. Pues bien, yo me adapto perfectamente a ese perfil. Mas aun. Ya he designado heredero y se, sin ninguna duda, que sera digno de ocupar el puesto que le corresponde entre sus iguales del día de mañana.
Y dicho todo esto, callo. Pues nada mas tengo que añadir.

Al rey parecen gustarle tus palabras, pues te mira con una mirada aprobadora

Y yo Asiente Me sentire honrado de contar contigo entre mis filas, pues tu destreza y valentia son bien conocidas en nuestra patria, y se que estaras dispuesto a dar tu vida por ella. Te acompañaran hasta tu tienda, y mañana comenzaras los ejercicios diarios con el resto de los combatientes. En cuanto a ese heredero, me alegro por el, ya que la suerte de tu reputacion y de tus hazañas contaran en el ante sus compañeros, y estoy seguro de que llegara a ser un Homoioi en toda la regla. Y ahora, amigo mio, debo volver a mis quehaceres. Estos dias son turbulentos, y no puedo tomar ni un minuto de respiro

Cuando te despides de Leónidas, te llevan a tu tienda, donde dormiras con otros cinco espartanos (algunos de ellos antiguos conocidos, y uno en concreto no muy amigo tuyo -Es uno de los partidarios de Pausanias, y uno de los que le apoyan incondicionalmente- y otros desconocidos totalmente) y, tras unas pequeñas formalidades, te informan de que debes ir a la presencia de los eforos para dar tu palabra a favor de Darien, y para legitimar su insercion en la educacion espartana. Solo es un ligero tramite, pero mejor no tardar demasiado, aunque aun tienes unas horas antes de la cita...

Por supuesto, comes con tus compañeros, y en una situacion identica a la que sera unos dias despues, cuando la batalla haya comenzado, en el suelo, y con las raciones justas, ni mas ni menos

No podrias sentirte mejor

Entro en la tienda que se me ha asignado y contemplo los rostros de los presentes. Algunos de ellos, son conocidos, ya sea por buenos o malos recuerdos. Mientras voy depositando partes de mi equipo en una esquina de la tienda digo.
Saludos a todos. Soy vuestro nuevo compañero. Espero que juntos seamos capaces de demostrar a la escoria esclava que osa desafiarnos el significado de ser espartano.
Mientras digo esto, termino de depositar mi equipo y me siento sobre un segmento de esterilla. Al oír mis palabras, mas de uno de los presentes sonríe y asiente.
En ese momento, nos sirven la adecuada racion de comida y todos la tomamos en silencio y con rapidez. Pues para un espartano, el ser convocado por su rey ya es signo ineludible de que la guerra se aproxima inevitable.
Una vez terminada la comida, miro a través de la apertura de la tienda la situación del sol. Todavía esta alto el carro de Apolo en el firmamento. Pero yo me levanto y digo.
He de irme. Pero procurare tardar poco. Es una causa de fuerza mayor. Los Eforos requieren mi presencia
Alguno de los presentes me dirige la palabra aceptando mi frase. Y ahora soy yo el que asiente en silencio y, tras salir de la tienda, me encamino aprisa hacia la ciudad pues no quiero llegar tarde a la aceptacion de Darien

Llegas a la casa del éforo Histariote, donde se realizara la reunion, al tener esta la sala mas espaciosa y comoda para dicha empresa. Alli estan Tarius, Iuminides, Hipalotes (el cual te suena de algo, pero no recuerdas de que...) y Feinon, los cinco eforos, escoltados por sus respectivos subordinados. Parece que has llegado mas pronto de lo debido, por lo que tienes que esperar hasta que terminen de atender a otro asunto relevante, relacionado con uno de tus Homoioi, aunque no llegas a enterarte de mucho. Cuando entras en la sala, sientes que todos los ojos se clavan en ti. Tambien ves a Darien situado a cierta distancia, en una pose firme y solemne, aunque callado. Tarius, con una sonrisa, te invita a acercarte, y comienza a hablar

Tras un pequeño proceso, en el que (excepto Histariote, que no esta del todo convencido) todos muestran su aprobacion a la ingresion de Darien en la agogé, te hacen dar tu palabra de espartano para afirmar que el realmente será tu sucesor, y acto seguido le reconocen uno a uno como futuro ciudadano espartano, si sobrevive a la educación de estos. No hablas con Darien en todo el proceso

Antes de irte, uno de los eforos se dirige a ti, extraoficialmente

Vigila tus pasos, Herdes. Un excentrico hombre esta pasando unos dias aqui, y hemos tenido varios... "Problemas" con el... Es uno de esos filosofos tan molestos, que se empeñan en cuestionar las creencias y costumbres mas respetables de la gente, y a proponer modelos de vida tan inverosimiles que no tienen ni pies ni cabeza. El caso es que Feinon ha decidido que debemos darle hospitalidad, a pesar de sus constantes insultos, y los demas hemos decidido no buscarnos problemas, pues es un hombre influyente... Aunque cualquier dia le rebano el cuello con mis antiguas armas por sus osadias, eso tenlo seguro, como siga asi

Lo peor es que su discipulo, un joven impetuoso... Te ha mencionado, creo. Y ahora parece dispuesto a encontrarte, pues dice que tiene algo que comunicarte. El maestro parece interesado en el asunto, pero tampoco demasiado. Aun asi, solo queria avisarte... Si te los encuentras, intenta controlarte, pues son unos impertinentes. Y ten cuidado con ellos... No me fio... Ya me entiendes

Tras mi exposición ante los eforos reunidos, hago un casi imperceptible gesto A darien y la sombra de una sonrisa me cruza el rostro. Me giro, dispuesto a marchar y reincorporarme a mis obligaciones cuando uno de los eforos, Hipalotes, me dirige la palabra.
Permanezco en silencio prestando toda mi atención al Eforo. De nuevo, la sombra de una sonrisa, aunque esta vez, de signo distinto, me cruza el rostro cuando el Eforo habla de volver a empuñar sus armas. Cuando este termina de hablar, yo respondo.
Puesto que ese extranjero ha sido acogido por la tradicional hospitalidad espartana, haré todo lo posible por no deshonrar a los artífices de tan generoso gesto con un comportamiento improcedente. Ten por seguro, Hipalotes, que esa hospitalidad también llegara hasta el discípulo del extranjero si es que me encuentro con el.
Una vez dicho esto, me despido de los presentes y salgo de la casa. Camino una vez mas por las calles de mi ciudad en dirección a las afueras. Hacia el campamento de Leónidas.

Vuelvo al campamento una vez que he resuelto mis asuntos en la ciudad y al llegar, me encuentro con cierto grado de agitacion.
El Rey ha ordenado comprobar nuestro estado de forma y nuestra preparación física.
Al llegar a la tienda que se me ha asignado, uno de los compañeros me dice.
¡Apurate!. ¡Pues hemos de demostrar ante nuestro Rey lo que le va a ocurrir a la escoria Persa.
Contesto asintiendo con la cabeza mientras me pongo el casco. Después, cargo con mi Hoplon y con mi Doru y corro a ocupar mi puesto en la formacion.
Y sonrio debajo del casco pues los dioses han querido que forme en primera linea. Naturalmente, es el sitio adecuado para mi.
Resuena una orden de pronto. Es el potente grito de Leónidas. Como si fuéramos uno solo, los trescientos alzamos nuestro hoplones hasta que los bordes quedan apoyados entre ellos.
Es una muralla de bronce impenetrable. No solo por el metal que la forma. Si no también, por los brazos que la sostienen.
Resuena una segunda orden. Y al instante, la primera linea de la falange bajamos nuestras dorus hasta colocarlas paralelas al suelo. Detrás de notros, la segunda linea inclina sus dorus únicamente 45 grados hacia el suelo. Ni uno mas ni uno menos.
Y por fin, resuena la tercera orden de Leónidas.
Detrás de nosotros. Retumba un gran tambor golpeado por dos ilotas. Y al ritmo marcado, la falange avanza. Impenetrable. Imbatible. Indestructible. Avanzamos como si fuéramos una bestia de guerra. Una bestia que haría palidecer de miedo y terror al mismísimo Saturno.
Y así seguimos durante el resto del día hasta el anochecer.
Giramos a un lado y a otro sin perder la formacion. Avanzamos en una dirección o en otra. Formamos el erizo, no nos importan las ordenes. No las obedecemos de manera consciente. Somos lo que somos y para esto vinimos al mundo.

Practicas y realizas los ejercicios durante todo el dia siguiente. Tus compañeros de la tienda duermen contigo y comen contigo, y acabas por conocerles bien, ya que, al fin y al cabo, seran los que luchen codo a codo junto a ti. Sus nombres son Adrastos, Cyrano, Deo, Cosmo, y Tarasios (este ultimo te evita siempre que puede, y sabes que es uno de los partidarios de Pausanias)

Hasta el tercer dia, el ultimo antes de la partida, llegan a tus oidos los esfuerzos de Leonidas por captar mas efectivos, pero al parecer, excepto su guardia de honor y los valientes que se han embarcado en el viaje, y que no tienen nada que perder, como es tu caso, el resto de los espartanos parecen obcecados con la fiesta religiosa que se celebrara en breve y te sorprende oir de algunos comportamientos entre tus antiguos camaradas. Quizas Esparta muestra algunos sintomas de decadencia, aunque prefieres pensar que no. Aun asi, Leonidas parece muy seguro, y, segun llega a tus oidos, esta confiado de que solo su sacrificio acabara con la invasion de Jerjes y evitara el saqueo de Esparta, o eso dijeron los oraculos. No es que creas demasiado en esas cosas, pero...

El tercer, dia, Leonidas llega al campamento, y os habla. Se acabaron los dias de descanso. Tras un breve discurso, inecesario pero no molesto, se os prepara para partir al dia siguiente, nada mas despertar, cuando el sol aparezca por el horizonte. Todos estais embravecidos por la masacre que se avecina, y vuestros animos cada vez son mayores. No hay espartano que muestre signos de nerviosismo, de cansancio, o de desmotivacion, pues todos ansiais sentir de nuevo el fragor de la batalla en vuestra piel, como antaño

En cierto momento del dia, despues del discurso, y cuando ya queda poco para el ocaso, uno de tus compañeros te comenta algo. Dice que ese extraño filosofo que te estuvo buscando por la ciudad ha venido al campamento, y que parece preguntar por ti. El y su maestro te estan buscando

Decian que necesitaban hablar contigo, y que vendran con el ejercito si es necesario. Bueno, concretamente, el maestro no parece muy interesado, pero el joven esta poseido por una determinacion de mil demonios. Estan en la entrada del campamento, cerca del de los tracios. Creo que Leonidas les ha prohibido entrar, "por su propia seguridad"... Y es que, si bien he oido, en el poco tiempo que llevan aqui se han ganado algunos... Enemigos...

Frunces el ceño, cuando el otro se va. Al mirar al cielo, ves como las nubes se aglomeran a lo largo y a lo ancho de este, dandole al paisaje un tono sombrio. No es un buen presagio