Partida Rol por web

Mientras espera Sengwall se acerca al hombre - Espero no haberle lastimado demasiado. Si he de decirle la verdad hacia tiempo que no usaba una espada aunque si que recibi clases de esgrima en mi infancia, y mi instructor era un buen maestro, o por lo menos bastante severo. -

Tras finalizar el combate con victoria por primera sangre de Sengwall, podeis ver como Lyra y Devi regresan justo a tiempo para no levantar sospechas. El noble Elsergi abraza a Sengwall felicitándole por la estrategia y pronto la gente se va dispersando de nuevo por la sala a comer y beber mientras muchos comentan entusiasmados el encuentro.

En esos momentos un hombre con pinta de clérigo entra en el lugar vestido con mucha pompa y acompañado de varios jóvenes y atractivos consejeros, tanto de un sexo como del otro; entre ellos los que en la puerta analizaban a la gente con los medidores de armonía.

Pero antes de que los acólitos tengan un momento de intimidad Siprit vuelve a rodearlos.

-Bien, creo que he cumplido bien mi función apadrinando a nuestro joven amigo. Creo que me he ganado el derecho de saber, como es que algunos de vostros hace unos días erais unos acompañantes y hoy os presentáis como auténticos nobles.

Keira echó un vistazo rápido a su grupo algo molesta, pues su mirada parecía decir: "¡Os lo dije!".
En su momento les había dicho lo mismo que su delatadora y advertido de la posibilidad de que algún invitado de la fiesta anterior acudiera también a esta.

El corpulento estaba sudando, si Sengwall moría, no sabría que hacer, era su "guardaespaldas". Que el joven fuera el vencedor, era algo que no entraba en sus cálculos, pero pudo respirar tranquilo al terminar el combate.

- ¡Ja, ja, ja! - rie el joven acolito contento por la victoria y por haber pasado ese mal trago sin haber sido herido de consideración, pero ahora necesitaba disimular y eso no era exactamente lo suyo - ¿Entonces se ha dado cuenta? Poco ha durado nuestra pequeña diversión aunque espero que sea porque es usted muy observador. Si le digo la verdad nos gusta intercambiar nuestros roles para poder disfrutar de estas fiestas sin la carga de la etiqueta cosntantemente enciam de nosotros. Pero bueno tengo que admitir que no lo he hecho demasiado bien. ¿No es asi prima? - le pregunto a Keira

-No sabría deciros, querido. Lo hicisteis bien a pesar de la chanza, lo que fue mas deplorable fue el duelo. Esperaba ver mejores frutos de tus clases de esgrima. -dijo abrazándose del brazo de su "primo" y dándole una palmada bromista como gesto de broma.

-Es broma hombre, no lo hiciste tan mal... por lo menos no tanto como tu rival.

     Lyra llegó justo a tiempo para escuchar las palabras de Siprit y la contestación de sus compañeros. -# Al igual que las "obras de teatro realistas" son la moda aquí en la capital, nosotros tenemos nuestros propios juegos en nuestra tierra...# dijo ella a su vez para reforzar la coartada.

Devi, como siempre, estaba detrás de Lyra y le asomo una sonrisa sincera a la boca, mientras pensaba, vamos a tener cuidado con este tipo, demasiado perceptivo.y termina diciendo diriguiendose a Lyra:- Señora, me parece que el juego se acabo y habéis ganado la apuesta esta vez.

     -# Como siempre querida.# Contestó Lyra a Devi, añadiendo después una musical risita emitida por su sintetizador de voz. -# ¿Y usted, maese Daneen? ¿que juegos son los que le gustan?# La pregunta fue formulada con picardía, como queriendo saber que secretos ocultaba aquel... ¿hombre? que parecía tan pendiente de la concurrencia de las fiestas del Coro del Júbilo. ¿Un topo de otra organización quizás? ¿un empleado del propio Coro avezado en descubrir contratiempos para su causa? Podría ser muchas cosas, pero desde luego no era un simple invitado llegado allí por azar...

Siprit escucho lo que teníais que decir, y chasqueo la lengua con cierto fastidio, aunque notabais por su expresión que algo no le encajaba, al menos parecía haber pasado por el aro por el momento.

-Vaya, así que era eso... No conozco vuestra colmena, tendré que hacer alguna visita algún día. Respecto a mi... No tengo demasiado interés en juegos, solo es que me gusta estar en buena compañía, ir de aquí para allá.

Su mirada se desvió por un momento de la conversación, quizás alguna otra persona o grupo había despertado su interés.

-Si me disculpan me retiro, aunque podrán encontrarme por aquí si necesitan cualquier cosa. Su secreto está a salvo conmigo, no creo que nadie mas se haya percatado, pero sean cuidadosos en las reuniones de la corte de Alabastro suele haber mas ojos atentos de lo que parece, hay hasta invitados que logran colarse con falsas invitaciones.

Se alejo con una sonrisa picara en los labios, marchando hacia otro grupo de nobles.

- Bueno por lo menos el espectaculo ha servido como distracción y en cuanto a esa tal Siprit algo me dice que sabe bastantes cosas acerca de este sitio. Pero hasta que no sepamos quien es sera mejor considerarla integrante del culto y tenerla bien vigilada - enuncio el adepto mientras se limpiaba el sudor de la frente con un pañuelo - Y ahora al tema ¿Habeis averiguado algo mientras tanto o tengo que seguir insultando a este grupo de estirados? -

estando de espaldas a la puerta por la que habíamos aparecido minutos antes y cerciorandome de que nadie escucha digo en voz baja: - no hagáis movimientos bruscos, esa puerta que tengo a mi espalda es una zona peligrosa para los Psíquicos, Lyra seguramente podría explicar mejor las sensaciones que tuvo. Pero en esa habitación hay una puerta que no pude abrir por tener una cerradura excesivamente compleja para mi.

Aproximadamente una hora antes de la medianoche un monje de tamaño enorme, entra en la sala, se acerca al que vestía como un clérigo y alejándolo de su séquito lo lleva aparte para hablar con el.

Observas con detenimiento al enorme monje, tiene algo que no te gusta, y por su forma de caminar se podría decir que esta herido. La piezas empiezan a encajar en tu mente apostarías tus amadas pistolas a que debajo de todas esas túnicas se oculta los injertos metálicos del asesino con el que hace unos días os visteis las caras en el Ajetreo.

En tu papel como guardaespaldas preguntas a otros acompañantes. Te informan de que se llama Theodosia y que es uno de los consejeros de Caros Shoal (Al que se ha llevado aparte, a una esquina, para hablar en privado) el cual es el líder del Coro del Jubilo.

Y no solo eso, puedes ver que el tal Theodosia también os esta observando a vosotros... No sabrías decir si os a reconocido o no, pero desde luego vuestra cara le es familiar.

La curiosidad te puede al ver entrar al monje, te parece demasiado sospechoso. En tu papel de noble haces algunas preguntas a otros de tu "misma condición" y te informan de que se trata de Theodosia y que es uno de los consejeros de Caros Shoal (Al que se ha llevado aparte, a una esquina, para hablar en privado) el cual es el líder del Coro del Jubilo.

Algo no te huele bien, con este tipo que acaba de entrar, no sabrías decir que exactamente... No descubres mucho pero de observar la conversación, puedes deducir claramente que el que viste como un clérigo le tiene pavor al enorme monje.

- ¿Alguien sabe leer los labios? - pregunto a mis compañeros - Y en cuanto a eso de los psiquicos dos cosas ¿que significa eso de peligroso? ¿Y alguno de vosotros podria abrir esa cerradura? Eso no entra dentro de mis competencias pero estoy seguro de que alguno de vosotros es bastante habil con esas cosas -

Keira, quien se había separado para mezclarse con el resto de la nobleza, regresó al grupo de chismosos para mantenerlos informados.

-Según los invitados ese monje tan discreto es Theodosia, consejero de Caros Shoal, líder del Coro del Júbilo... Adivinad quien es el otro hombre.