Partida Rol por web

El guerrero contesta a Yi Fan con un gruñido, pero no parece inmutarse. El dindavara pasea por las calles de alrededor. Los comercios están abriendo y poco a poco las calles se van llenando de trabajadores.

Por su parte, Areth se dirige a las alcantarillas. Busca una entrada medianamente discreta y levanta una pesada tapa de metal intentando hacer el menor ruido posible. Asomándose al interior con la linterna se fija en el estado de los túneles. En esta zona son suficientemente grandes como para permitir el paso de una persona ligeramente agachada. Sin embargo las aguas fecales trascurren por allí, por lo que sería difícil caminar por esos túneles sin mojarse.

Durante 10 ó 15 minutos investigais por vuestra cuenta, cuando volvéis, Alder os espera en el mismo sitio donde le habíais dejado, impacientándose cada vez más.

- Vale, vámonos. Podréis volver aquí luego si necesitáis algo más. Tengo que llevaros al punto de encuentro y no tengo todo el día.

Diciendo esto empieza a caminar por las calles de los Barrios medios. Camina a paso bastante rápido, y en menos de 10 minutos llega hasta pararse en una pequeña calle en una zona residencial. Calculais que, arrastrando a alguien, tardaríais alrededor de un cuarto de hora, mientras que en carromato estáis a unos 5 ó 10 minutos, salvo imprevistos.

- Ahí es - dice señalando una casa que no parece muy distinta a las adyacentes. - Yi Fan, aquí tienes las llaves. Venid directamente en cuanto tengáis la mercancía. No os demoréis por el camino e intentad no llamar la atención. Creo que esto es todo, ¿o necesitáis algo más?

Yi Fan se guarda las llaves en uno de los bolsillos de su holgado pantalón.

Es suficiente, gracias. Responde con una ligera inclinación de cabeza.

Despues de volver un poco embarrado me limpio el ya de por sí sucio traje. Es difícil despegar la mugre de la armadura, y intento rasparla de camino al punto de encuentro.

Yi, me parece que tu idea es perfecta, no pienso volver a meterme ahí -Digo con una sonrisa cansada.

Y espera a que empiece a hacer calor que es cuando esto empezará a apestar, ya verás...-añado mientras me saco otra costra de roña.

Lo del carro será una gran idea, sin duda... Pero si vamos a "acompañarle" debemos ponernos algo más oscuro para la ocasión y que tape la cara, ya sabes, el viento.

meto las manos en los bolsillos mientras suspiro ligeramente:

¡Bueno! entonces, ¿Que queda por hacer?

En respuesta a las palabras de Yi Fan, Alder no tarda ni un instante en darse la vuelta y alejarse a pasos rápidos. Pese a su evidente musculatura y un peso que no parece normal en alguien de su tamaño, su ágil forma de caminar no deja de sorprenderos.

Sopesando la llave, os dirigís a la puerta de la casa. La construcción de madera y piedra es el tipo de casa que estáis acostumbrados a ver en los Barrios Medios y apenas se diferencia de los edificios adyacentes. La llave encaja sin dificultad en la cerradura de la pesada puerta de madera. Cuando la abrís, os encontráis con un pequeño recibidor, con una alfrombra rojiza y una pequeña cómoda.

Entráis en la casa, cerrando la puerta a vuestras espaldas. Parece una residencia de alguien bastante bien acomodado, pero sin el lujo que suponéis en los palacetes de los Barrios Centrales. En el segundo piso tiene dos habitaciones y el sótano se puede utilizar perfectamente como despensa. Una pequeña trampilla da a la calle desde la leñera del sótano. La misma llave que abre la puerta principal da acceso también a esa trampilla y os preguntáis si puede ser útil para descargar la mercancía.

Voy siguiendo como buenamente puedo a ese hombre.

Refunfuño mientras sigo al hombre, y antes de que mis pensamientos puedan ser "leidos", o "obtenidos" por Alder cambio de tema...

Maldito... digo, esto... Me cae bien me cae bien. Soy un gentíl caminante, que por no caminar camina de espaldaaaas...

nada más entrar en la casa no puedo evitar suspirar con un:

Alaaa... Esto es más grande que la casa de cualquier alcalde!

Me dejo caer durante unos instantes en la cama, con los brazos abiertos...

-maldito día... !Que calor! ¿en tu tierra hace tanto, Yi Fan? Porque un poco de viento no me vendría mal. -Me paso un trozo de tela de las cortinas por los sobacos discretamente mientras añado: -Por los siete Ríos! Vamos a terminar como peces en salazón si esto sigue así!

Descanso cinco minutos, mientras busco por algún lugar de la casa algo de comer o de beber, y le hecho un buen trago, si no me huele demasiado mal.

¿Sabes, Yi Fan?-Digo, mientras revuelvo entre los armarios- La cerveza es como una mujer! Espumosa, dorada, refrescante y en dosis altas un dolor de cabeza!

Comiendo algo, encima de la mesa de la cocina y con una botella de algo digo, con la boca medio llena:

Bueno, entompfces habrpfra que comprfar el carrfo, mpfno? Yo no ten...-glup-Yo no tengo un maldito duro, ¿Asceltis te dio algo?

Revisáis la casa sin ver nada que os llame la atención especialmente. La despensa está bien surtida, o lo estaba hasta que Areth dio buena cuenta de ella, pero no veis signos de que nadie habite la casa. Los armarios están vacíos y una fina capa de polvo cubre la mesa del comedor, lo que da a entender que no se utiliza desde hace tiempo.

Salís de la casa y comenzáis vuestros preparativos para la emboscada de esta noche. Yi Fan compra un carro a un comerciante local. Pese a extrañarse por su acento extranjero, la bolsa de monedas acalla cualquier reparo que pueda tener en la transacción. Durante varias horas, ambos buscáis un lugar para comprar un mapa de la ciudad, pero no es un artículo muy común Sólo los malandrines necesitarían un mapa de una ciudad, os dice uno de los tenderos a los que preguntáis.

Poco a poco avanza el día y la intensidad con la que brilla el sol empieza a disminuir. Apenas os quedan un par de horas para ultimar los detalles de la emboscada cuando se desata una tormenta de verano. Parece que, ¡por fin! va a refrescar un poco, para alivio del mercenario.

Antes de irme de la casa, me guardo un poco de vino en un odre, por si las moscas.

Con la espalda mojada no se piensa bien, decía mi padre...  -miro al cielo y dejo que las gotas de lluvia me refresquen sin reparo, con el pelo mojado, pegado a la frente. Lejos de alegrarme mi expresión se frunce, mientras acaricio las fundas de cuero de los cuchillos...

Stormtongue...-murmullo...- Tormenta y sangre meditada no es una buena combinación, compañero... Esta noche no será una noche como el resto... El trueno está maldito, ¿lo sabías?-mientras cubro mi cuerpo con la "toga" oscura, añado- Mi madre siempre decía que cada vez que Heluso gritaba, nacía el trueno...

Agacho la cabeza, con una ligera sonrisa...

Pensarás que soy un crío, o un loco religioso... Pero el día que Heluso grite por otro motivo que no sea su ira nacerá una isla... Pero parece que no está gozando especialmente...

Remango ligeramente la toga, mientras corroboro:

Entonces este es el plan, no? Le acechamos, lo noqueamos entre los dos, lo trasladamos hasta el lugar y terminamos este maldito infierno, no?

Intentaré buscar alguna forma de alejar mis patrullas. Quizás mi pequeño compañero pueda hacer algo de ruido.

Alzo la cabeza, al fondo de la tormenta, y contacto con mi compañero...

Fawkes... ¿no te da miedo esta tormenta? Me parece mucha casualidad que justo que me toca negociar con stormtongues se desate este aguacero... Dime algo, compañero... necesito que me recuerdes lo imbécil que soy y que los cuentos de niños son solo cuentos... otra vez. Por cierto... Sé que el plan no es muy elaborado, pero a veces lo más simple es lo más útil... ¿podrías intentar mantener las patrullas lejos de la zona? te lo agradecería compañero... Me gustaría terminar esto cuanto antes y  sacar a Nadia de donde quiera que esté...

¿Te la imaginas? Debe ser guapísima, como madre. Maldito Sparkk... Primero Nadia, y luego es posible que le haga una visita...

La verborrea de Areth contrasta con la parquedad en palabras de Yi Fan, que mira hacia el cielo y su rostro se empapa por la lluvia, cosa que no parece importarle.

Es sólo una tormenta. Agua y ruido. Mira fijamente a Areth con gesto serio. Que no te distraiga.

No parece el mismo de hace unas horas. Ahora una túnica oscura y gastada es su vestimenta, complementada con una larga capa ocre que sirve para ocultar su hoja Dinda de ojos ajenos.

Se dirigen ahora hacia la zona por la que la hechicera supuestamente pasará tras salir del Gremio de Encantadores. La tormenta ha hecho que el día se oscurezca completamente y la noche se adelante. Yi Fan tira de las riendas del viejo caballo que lleva el carromato que ha pagado hace unas horas y cuya parte trasera ha ocupado con todo tipo de trastos que ha podido hallar para poder ocultar un cuerpo debajo de ellos.
Además del filo del corazón, lo único que lleva consigo es una mordaza y cuerdas cortadas que piensa usar para maniatar a la mujer.

A pesar de la tormenta, el guerrero a su lado no deja de hablar, pero por la impresión que da el nativo de Dindavara, no le importa o finge que no le interesa. En cualquier caso, se detiene un momento para entregarle a Areth otro juego de mordaza y cuerdas, en caso que sea él quien se vea en la situación de reducir a la hechicera.

Cita:

Yi Fan mueve la cabeza negativamente.

La mejor manera de evitar las patrullas es, precisamente, evitándolas, no causando falsas alarmas que las pongan en guardia...

Ese animal tuyo... ¿sería capaz de seguir a nuestra víctima y avisarnos del camino que va a recorrer?

Me pongo la capucha, mientras me tiro en el carro, tranquilamente...

Pues claro que me distrae, joder, claro que me distrae! Stormtongues, Yi Fan, ¡Stormtongues! No es que tenga miedo... Pero la tormenta desde luego no es un buen presagio.

Pasan unos segundos en silencio, cuando Yi Fan pregunta a cerca de mi "amigo"

Supongo que podría seguirle, lo intentará. 

Cruzo el dedo meñique como el otro, para protegerme de la mala suerte, y ahuyentar el miedo de la tormenta... No soy ningún niño, pero no puedo decir que esto me resulte cómodo...

El gato de Areth se aleja por la ciudad, de camino al Gremio de Hechiceros, mientras vosotros aparcais el carro cerca de la zona escogida para la emboscada en los Barrios Medios.

La tormenta arrecia y aún seguís ultimando los detalles del plan, esperando en una pequeña calle cerca de los dos posibles caminos que suponéis que tomará vuestro objetivo.

Mientras discutes inútilmente con el guerrero de Dindavara, Fawkes te avisa telepáticamente.

- Areth, acabo de ver salir a la mujer que estáis buscando...O eso parece, porque con esta maldita lluvia no distingo nada, pero no creo que haya muchos stormtongue con las alas heridas...

El mensaje va acompañado por una sensación de malestar general, sin duda causada por la tormenta.

- Tengo una buena noticia para vosotros, a ver si así dejás de discutir... Va acompañada, aunque no sabría decirte si su compañero es también hechicero o no. 

Con los ojos cerrados, mirando al cielo, dejo que me empape la lluvia, concentrado.

En un momento, en un sobresalto los abro y anuncio:

-Va acompañada, Yi. No sé si es un hechicero también, pero es solo una persona. 

Me asiento bien en el carro y digo:

Yo noquearé a la stormtongue por la espalda. Encara al otro, héchame una mano con la hechicera y luego matemos al acompañante.

Yi Fan se ha echado la capucha, pero en su ensombrecida faz sus ojos miran sin dar crédito a Areth.

¡¿Cómo puedes estar seguro de eso?!

Sin embargo, de alguna manera lo sabe. Y no queda tiempo para explicaciones, sino para actuar.

¿Puedes averiguar la calle exacta por la que van a pasar?