Partida Rol por web

Al darle los dos besos, aprovecho para susurrarle- ¿Puedo pasarme luego un poco?

Miro a Amber a los ojos, algo serio.

Antes no he querido hablar del tema demasiado, porque estaba Diana delante. -Le explico- Pero lo cierto es que David me tiene bastante mosqueado. Por lo que dices, no termino de entenderle, dice una cosa y hace la contraria, y por el camino hay gente que puede pagar las consecuencias. -Vuelvo a mirar por la ventanilla, en dirección a casa de Diana- Y estoy cansado de que la gente que quiero sufra daño gratuitamente...

 Río cuando hace el comentario de su Jaymóvil y los sigo hasta el coche, en el que nos lleva a casa de Di. La chica dice que quiere estudiar ¿El segundo día? Si aún no hemos empezado las clases... Supongo que solo querrá mirar el temario tranquilamente. Como fuera, yo tampoco era la más indicada para decir a nadie como aprobar, teniendo en cuenta que repetí una vez... Y vaya pollo me montaron.

 Me despedí de la chica con dos besos y una sonrisa. -¡Mañana nos vemos, Di! -Hice un gesto de despedida con la mano. -Ahora que lo pienso... ¿Tendré clases mañana? Tal vez debería empezar por aprenderme el horario.

 -Ya... -No creo que David sea tan mal chico como aparenta, pero entiendo cada palabra de Jayden, sintiendo por una parte como si la culpa fuera mía. Desde luego, yo tampoco pienso quedarme de brazos cruzados si veo que la gente se pasa con Diana... No sería la primera vez, de hecho. Ya la consideraba lo suficientemente importante como para hacer saltar mi amigo-alerta, que no era fácil de controlar. - Yo tampoco termino de entender algunas cosas, y no sabía si era solo impresión mía... A veces cuando va de buenas no se si tiene segundas intenciones para más tarde, si le salen solas, o si de verdad lo hace con buena intención... Diana no es la única con la que se mete, pero sí la que más me importa...- Y una guerra se libra en mi interior por mantenerme callada y no saltar sobre él con dientes y garras cada vez que le dice algo.- Sólo... No se si es cosa mía, pero me ha parecido especialmente molesto conmigo por algo y no me atrevo a preguntarle, ya es bastante hiriente sin andar buscándole las cosquillas.- Explico - Y bueno, qué demonios, también tenía curiosidad por lo que sea que hayan hablado hoy en el Sandys, igual así soltaba prenda... Aunque parece que sabe evadir bastante bien los temas que no le gustan. -Termino con una sonrisa, recordándola ignorando mis preguntas sobre la fiesta. -

Escucho lo que me dice asintiendo a cada palabra sobre la forma de actuar de David, como si fueran mis propias palabras. Es toda una incógnita, este chico, pero yo aún mantengo cierta distancia respecto a él, puedo ignorar la mayor parte de lo que dice. Amber... parece que lo siente de otra manera.

Je, pues sí, Diana sabe guardar discreción cuando quiere, así que será difícil sonsacárselo... -Le gustan mucho los secretos. Demasiado, diría yo, aunque sólo hay un secreto que me moleste, porque lo tengo que mantener yo, y porque limita lo que de verdad me gustaría hacer- Oye, Amber, no seré el mejor consejero del mundo al decir esto, pero eres tú quien debe decidir si David te importa tanto como para preguntarle por eso que le ha molestado y arreglarlo. A pesar del daño que te pueda hacer. Arriésgate por quien realmente te importe, o no te arriesgues. -Le digo con aire serio, pero una mirada algo triste. Odio que sufran aquellos a los que quiero.

Suspiro, sintiendo la necesidad de soltar lo que llevo dentro. No quiero hacerlo, pretendía llevarlo conmigo hasta saber más, y no compartir mis preocupaciones con nadie.

Nos dijo que él se encargaba de publicitar la reunión en la web, para que Diana no tuviera que aguantar comentarios ni chorradas. -Esa es la parte buena. Mito hacia delante, con las manos en el volante, recordando lo que me contó mi amiga con cierta rabia- Y luego le pidió a Robin que difundiera en el periódico el rumor de que el club de teatro era idea de Samantha y que Diana se la robó. -Y todos conocemos a Sam. No deja títere con cabeza, y ya tiene a Diana bastante atravesada. A saber qué habría pasado si llega a aceptar que esa hija de puta la llevara a casa en su coche...- No se a qué juega, Amber, pero no me gusta...

Tras recoger el coche de Jayden les comenté que quería estudiar, ya que la tarde estaba ya muy avanzada, y no parecía haber intención de hacer nada en concreto. Además Jayden ya había dicho que nos acercaría, así que le pedí que me llevara a mí en primer lugar, así podría empezar cuanto antes y ellos estarían más tranquilos.

Al llegar a mi casa Jayden me abrió la puerta del coche y me despedí de ambos con dos besos.

-Muchas gracias, chicos. Lo he pasado genial. ¡Hasta mañana! – les dije con una sonrisa y me despedí agitando la mano mientras avanzaba hacia al puerta de espaldas, para después girarme y alcanzar finalmente la entrada.

Atiendo con atención a las palabras del chico, que incluso conociendo solo a medias tintas mi problema con David, resulta ser un gran consejero, a pesar de que diga lo contrario. Reflexiono relajada sobre lo que con razón me aconseja, dejada de caer sobre el respaldo del asiento. -Hm, puees... Es verdad.

Entonces llegan las alarmas sobreprotectoras, las mías. ¿Por qué tramas tan sucias, David? Sin poder dar crédito a lo que dice, me incorporo rápidamente sobre el asiento cuando Jayden sigue hablando. -¡¿Que David qué?!- Preguntó sorprendida y claramente molesta. Eso sí que no me lo esperaba. -¿Por... - No terminé de preguntar, recordando que en realidad ya lo sabía... Y si no, me lo podía imaginar. Bufé aire por la nariz y me volví a apoyar en el respaldo con hastío para en seguida dirigir mi mirada a la ventanilla con el ceño fruncido, reprimiéndome para no soltarle a él la retahíla de cargadas florituras que mentalmente iba confeccionando para David. ¿Y era él el que tenía el valor de enfadarse conmigo?

Cerré los ojos por un momento tratando de relajar mi gesto antes de volver a mirar a Jayden, algo más tranquila. -Lo siento.- Me disculpé por cómo me había puesto en ese momento de decepción, o por si en algún momento hubiera parecido que defendía al injustificable de Dave. - Y... Gracias.- Añadí dando también importancia a sus consejos y lo que me acababa de contar. -Supongo...-Se-Supongo que hablaré de algunas cosas con él cuando tengamos un rato.-Solo tengo que escoger las palabras adecuadas, no le conviene llevarse mal conmigo...-Trato de convencerme a mi misma, como si hablar algo así fríamente me resultara tan fácil.

Respondí a la pregunta de Jayden mientras entraba en casa y me dispuse a prepararme para empezar a estudiar. Lo primero que hice fue subir las escaleras hasta mi habitación y cambiarme de ropa, poniéndome algo cómodo con lo que estar en casa. Me puse una camiseta bastante ancha en la que salía Rogue*, de los X-men, unas mallas piratas negras, y me puse las zapatillas de casa.

Bajé las escaleras para coger algo de la cocina, y tras servirme un zumo de naranja y coger un par de galletas volví a mi habitación. Posé el tentempié que llevaba en una pequeña bandeja a un lado del escritorio, y puse el móvil junto a esta. Me senté en la silla, encendí el flexo y coloqué este para que alumbrara en la dirección correcta; y antes de empezar, cogí una goma del pelo y recogí mi cabello en un improvisado moño.

Mañana tengo Chino y Matemáticas. Quizás debería ponerme con Mate, ya que en Chino se empieza desde cero, pero aún así, Matemáticas e Informática es lo que más controlo… Mmmm… Ya sé, repasaré los límites.

Entonces cogí el libro de matemáticas, un cuaderno, el estuche, y me puse manos a la obra.

Parece que lo que le aconsejo le parece bien. A mí me parece un consejo de mierda, me gustaría poder hacer más. Pero siempre quiero hacer más de lo que puedo, en fin, es frustrante.

Sin embargo, cuando le suelto lo de David y el club de teatro, su reacción deja claro lo mucho que le molesta, su enfado. Pero trata de controlarse y de no decir nada al respecto, a pesar de que su actitud hastiada es más que suficiente para ver lo que piensa.

No tienes de qué disculparte. -Le digo- Igual no debería habértelo contado... Vamos, te llevo a casa.

Arranco el motor y enciendo los faros del coche, poniendo rumbo a su casa.

Aparco el coche frente a la casa de Diana, de nuevo. Miro por la ventanilla y veo que hay una sola luz encendida, por lo que supongo que Martha aún no habrá llegado del Sandys. Bajo del coche y me acerco a la puerta, tocando el timbre.

Escuché sonar el timbre cuando intentaba resolver el cuarto problema de los cinco que pretendía hacer. Miré el teléfono móvil, por si algún mensaje me había pasado desapercibido, pero no tenía nada.

De todas formas, no espero a nadie, tiene que ser Jayden…

Me solté el pelo y lo coloqué un poco frente al espejo, antes de bajar por las escaleras y alcanzar la puerta, comprobando por la mirilla que se trataba de él. Abrí la puerta, y sin soltar esta le saludé, levantando mi mano libre.

-Hola, ¿Pasas? – le pregunté directamente, dejándole espacio para hacerlo.

A lo mejor debería haber…

-¿Te importa si termino antes un par de problemas? ¿O tienes prisa? – le pregunté mientras cerraba la puerta.

Espero en la puerta con un poco de fresco en los brazos. Empieza a anochecer y ha refrescado un poco, y yo voy con una camiseta sin mangas. De modo que me froto el antebrazo con la mano contraria, hasta que la puerta se abre y meto las manos en los bolsillos con una amplia sonrisa. Curiosa vestimenta, pero le queda realmente bien. Y el dibujo es original.

Vale. -Respondo a su invitación, adentrándome en la casa, mirando alrededor al hacerlo. Me giro al ver que cierra la puerta a mi espalda, y me pregunta si tengo prisa o me importa esperar a que termine unos deberes. Me quedo mirándola, sonriente, y me acerco a ella sin sacar las manos de los bolsillos, situando mi cara justo ante la suya- Más ganas que prisa, pero puedo esperar... -Le digo de forma pícara, subiendo y bajando las cejas, antes de apartarme de nuevo- ¿Donde te espero?

Sonreí al decir que tenía más ganas que prisa, agachando la mirada un instante, antes de volver a mirarle para ver cómo hacía aquel gesto con sus cejas. Reí y escuché que me preguntaba dónde podía esperarme.

Me quedé pensativa unos segundos. Jayden ya había estado en mi habitación, pero también estaba Amber con nosotros. ¿Estaría bien que subiera? En realidad para mí no era un problema, pero cualquiera aguantaba a mi madre si llegaba y nos encontraba en mi habitación; no porque fuera a pensar nada raro, sino porque daría por hecho que Jayden es mi novio, y entonces sí que no me la iba a quitar de encima.

Aunque en realidad, es algo así… Pero prefiero decírselo yo en un espacio neutral y controlado, y cuando ya no tenga que esconderlo.

Sin embargo, estaba dispuesta a asumir ese riesgo. Quería tenerle cerca.

-Sube. Si quieres… - añadí la coletilla, esperando no resultar demasiado atrevida ni autoritaria, y comencé a subir las escaleras por delante de él.

Abrí la puerta de la habitación para entrar en la misma y la dejé así, abierta, para asegurarme de que escuchaba a mi madre si volvía a casa. Me senté en la silla del escritorio y me giré hacia él.

-Como si estuvieras en tu cuarto. – le dije con una sonrisa y me volví hacia la mesa, volviendo a releer aquel problema que tenía a medias. 

Finalmente, me invita a subir con ella, y se adelanta escaleras arriba mientras yo la sigo tranquilo. Según voy ascendiendo me doy cuenta de la poca importancia que le estoy dando al hecho de estar a solas con ella en su casa, y en su cuarto. No porque pueda estar mal, que no lo creo. No porque pueda darme mala imagen de ella, que es imposible. Más bien por lo que pensaría su madre si llegara y nos encontrara allí.

Al entrar en el cuarto, Diana se acerca al escritorio y me invita a ponerme cómodo, como si estuviera en mi casa. Así que tras mirar alrededor, me siento en la cama, dejando que ella siga con sus deberes. Me fijo entonces en las estanterías llenas de libros, DVDs, figuras... Toda una amalgama de colores entremezclados, de cosas relacionadas con sus aficiones y gustos. Me doy cuenta de que no se mucho de todas esas cosas que tanto le van, y siento un poco de pena. Lo ideal sería estar con alguien con quien compartir tus aficiones, que disfrute las mismas cosas que tú, alguien con quien tengas esa complicidad. Y yo, aquí sentado, no se nada de la mayoría de las cosas que hay por aquí.

Aunque sí se otras cosas.

Se que Diana me gusta. Se que quiero conocerla más, mejor, descubrir todas esas cosas, historias y aventuras que puedan revolotear por su cabecita. Se que me encanta su risa, y que pienso hacer todo lo posible para que tenga motivos de reír a menudo. De que todas esas cosas que le gustan me gustaran a mí, con el tiempo. Porque son suyas. Y quiero que sean mías.

Cojo un cojín y lo pongo sobre la cama, recostándome sobre ella con la cabeza apoyada en mi brazo, mirándola mientras me da la espalda.

Y sonrío.

Hinqué los codos sobre la mesa, volviendo a releer el problema, pero en seguida me di cuenta de que no estaba entendiendo nada. No le veía, pero Jayden estaba en la habitación, y me estaba costando apartar mi mente de él. Volví a releer y retomé la gráfica, avanzando algo más antes de mirar hacia atrás y comprobar que Jayden me miraba. Le sonreí, sin mediar palabra, y volví a mirar al frente.

Vamos, concéntrate, cuanto antes termines antes podréis hacer algo juntos.

Volví a coger la goma del pelo que dejé sobre la mesa y recogí mi pelo nuevamente, en aquel descuidado moño que dejaba salir mechones de mi pelo en varias direcciones. Ajusté la posición del flexo encendido y tomé un lápiz entre mis manos, jugueteando con este entre mis dedos mientras pensaba qué haría. Cambié el lápiz de mano y tomé un boli, terminando aquel ejercicio, y dispuesta a ir a por el último.

Pero antes de ello, estiré mi brazo y bebí un poco de zumo de naranja de aquel vaso que aún no había empezado. Entonces me volví nuevamente hacia Jayden.

-P-perdona… ¿Quieres tomar algo? Se me ha olvidado ofrecerte algo... – dije algo avergonzada.  

Diana permanece concentrada en sus deberes. Es increíble, la verdad, yo no sería capaz. Apenas logro concentrarme cuando estoy sólo, como para hacerlo estando alguien más en el cuarto.

Y si fuera ella, menos aún.

La veo girarse y sonreírme, antes de recogerse el pelo con una goma en un moño la mar de gracioso. Cuando lo hace, deja al descubierto su cuello y me descubro imaginándome tras ella, besando ese cuello desnudo con delicadeza. Me remuevo en la cama, subiendo una pierna sin dejar que la zapatilla toque el colchón, mientras la otra pierna cuelga hasta el suelo.

Hm, hm... -Niego a su ofrecimiento de algo para tomar, meneando la cabeza de lado a lado- Sólo quiero que acabes, así que concéntrate...

Sonreí a Jayden y volví a acomodarme frente al escritorio.

Concentrarme… De repente eso no resulta tan sencillo como de costumbre.

Sonreí nuevamente, agachando la mirada, a pesar de estar de espaldas a él, y volví a tomar el lápiz entre mis dedos antes de leer el quinto enunciado. Este ejercicio era similar a los demás, pero con alguna particularidad que lo hacía algo más intrincado.

Decidí comenzar a hacerlo a lápiz, teniendo que borrar un par de veces hasta dar con la solución correcta. Tras ello cogí el bolígrafo, plasmé la solución, y borré la marca del lápiz.

-¡Listo! – dije levantando la hoja, admirando mi obra, antes de volver a posarla sobre la mesa.

Me sujeté a los reposabrazos de la silla y me giré con esta, quedando de cara a Jayden.

-¿Y qué quieres hacer? – dije contenta, sonriendo. - ¡Ah! Que no se me olvide Juego de Tronos esta vez. – dije al recordarlo.

Finalmente, Diana termina los ejercicios, disfrutando el momento como si hubiera ganado un premio. Tanto entusiasmo es enternecedor y contagioso, y comienzo a aplaudir para celebrarlo con ella mientras vuelvo a sentarme en la cama.

¿Hacer? -Digo mirándola, teniendo muy claro lo que me gustaría pero teniendo pasarme si lo digo en voz alta- Lo que a ti te apetezca, sólo quiero pasar tiempo contigo. -Me pongo en pie, acercándome a ella y apoyando las manos junto a las suyas en los reposabrazos de su silla, inclinado sobre ella, muy cerca mi rostro del suyo- Pero no quiero marcharme sin un beso de buenas noches...