Partida Rol por web

Sabía que había mentido a aquella hermosa mujer, pero seguramente mis palabras no eran totalmente falsas, aquel pobre desgraciado habria acabado siendo sacrificado o peor, abusado sexualmente y asesinado por sus captores, ya nunca lo sabremos, pero la verdad es que me habia quitado un gran peso de encima, mi conciencia estaba "limpia".

Cuando veo a mis compañeros de viaje me acerco a ellos:

-He vuelto!, he podido acabar con mis asuntos personales aquí en Hommlet y he conocido a una persona que nos podría contar cosas de la gente del pueblo si fuera preciso. Estoy muerto de hambre. ¿Como os ha ido al resto, habéis podido obtener información hablando con la nobleza de este lugar?

Cuando estáis todos juntos se os acerca la nueva incorporación al grupo.

-Hola compañeros! Os importa que tome algo con vosotros? Creo necesario que nos conozcamos mejor si vamos a ir de aventuras juntos! Yo invito a la primera Ronda! JA JA JA JA!

Sin esperar respuesta se sienta con vosotros y alza la mano. Posadero! una de birra para toda la mesa! y lo que sea que tome la enana claro! Dice fijándose que Sheiland toma algún tipo de infusión.

-Cuando nos vamos? 

- Mi buen amigo... - Dijo la enana. - Aunque yo no tengo duda de que vuestra aportación en el grupo sería para tener muy en cuenta, hay otros de mis compañeros que no lo tienen tan claro. - Expuso. - Lo evidente es que partiremos presto, lo que no lo tienen es tanto es si tu presencia en el grupo está garantizada. - Y entonces miró uno a uno a sus tres compañeros y finalmente posó su mirada sobre el conde.

-Pero,... Pero... Pero... como vais a ir a una zona forestal a por un grupo de grandes trasgos tan bien organizados sin un explorador? Sabrán que estáis ahí antes de acercaros y caeréis en una emboscada! son casi 20 grandes trasgos y trasgos que trabajan en equipo, os pueden masacrar! Os pido que os lo replanteéis. 

El tipo se ve apurado, daba por hecho que se había apuntado al saqueo y ahora le estaban dando la espalda.

-No soy un alma caritativa, lo hago porque os veo tipos duros, juntos podríamos acabar con esos apestosos grandes trasgos y dividirnos el tesoro que sin duda encontraremos en su cubil. De otra forma ni yo solo ni vosotros solos podréis con ellos y se perderá esa oportunidad de negocio a costa de esos malignos seres.

- Ya di mi opinión sobre este asunto. - Dijo la enana. - Mis compañeros saben lo que opino. Creo que necesitamos un rastreador. - Afirmó con rotundidad. - Uno de mis camaradas dice que su máxima autoridad le ha conminado a trabajar únicamente con los otros tres miembros del grupo. Los otros dos parecen indecisos. - La enana se encogió de hombros. Ella ya había votado y su opinión estaba muy clara. Ahora dependía de resto.

-Vamos Conde- Le digo en tono convincente -Sabes que sin un explorador será más complicado seguir rastros y seguramente se nos pasaran por alto muchos, podríamos estar metiéndonos en una encerrona y sería tarde cuando nos percatáramos de ello.-

Tras mis palabras miro por la estancia por si veo a alguien que este bastante embriagado de beber.

Mi opinión sigue siendo neutral, si bien no lo veo óptimo puede ser el menor de dos males..

Reitero que existen métodos para conocer las intenciones o la orientción moral de una persona.. nuestro clérigo debería saber de qué hablo.

En cualquier caso deberíamos decidir con presteza y empezar con los asuntos serios.

Lanzo una mirada al conde, a ver si se da por aludido y decide algo de una vez.

Por cierto, los que tengáis dinero, id poniendo 57 monedas de oro que es el precio de la información del sabio.. dinero que he adelantado yo.

- Toma... - Dwama acababa de recordar que tras vender las armas de los grandes trasgos que mataron de camino a Hommlet, se había quedado la bolsa con el oro que le pertocaba a Jack. - Tu parte... - Le dijo lanzándole la bolsita con exactamente 387'5 piezas de oro. Justo después sacó 57 piezas de oro para Sheiland.

-Si es el deseo del grupo no puedo si no acatarlo, puesto que todos gozamos del favor divino pese a que no seáis hidalgos o miembros del clero. Mi condición nobiliar no me situa de ningún modo por encima de la decisión del Divino-Dijo con algo de cansancio en la voz. Parecía estar algo harto ya de todo aquel tema.

-Más si lo que os preocupa son las intenciones de aqueste villano, cierto es que puedo ayudar en eso, como bien dice Sheiland.

-Si Maese Chatrilon está de acuerdo puedo solicitar al castigador que me muestre la tendencia de su alma.

-Claro que si hombre de Dios! No albergo maldad en mi corazón! la verdad es que soy un simple mercenario y aventurero, no un enviado maligno de algún clan de demonios que quiera acabar con la humanidad, solo pretendo ganarme la vida dignamente! Haga sus pesquisas y así podré unirme a vosotros en esta aventura!

-Oh amado Sant Cuthberto! libranos del mal y muéstrame si este bellaco es un pecador! Imperium summa!!!!. gritó el clérigo mientras hacía unos extraños gestos con las manos y apuntaba  con su codo al explorador.

Un rayo surgió de sus manos e impactó en el sorprendido aventurero quien empezó a chillar de dolor mientras caía al suelo entre estertores.

-Señor! castigalo si es maligno y permitele vivir si no lo es! hágase tu voluntad aquí en la tierra como en el cielo! Habemus exenant!!

El conjuro acaba y en el suelo queda tendido el explorador humeante. Parece muerto.

Tras unos segundos incómodos, en los que creéis que habéis asesinado a un hombre en un lugar público y sin ninguna provocación, lo que provocaría ser enviado a la prisión del Reino, el cuerpo empieza a moverse.

-Aaaaai! aaaaaaai! Peeeeero que cojones clérigo! Yo que te he hecho? me pensaba que un conjuro para detectar el mal era totalmente inofensivo, porque tanto odio al pobre Chatri? Estoy vivo, te basta? Como después de esto me digas que no me aceptas en el grupo te mereces,... te mereces,... Bueno, no se que te mereces pero algo te mereces.

El tipo se levanta del suelo, aún humeante, y se sienta con vosotros.

-Posadera! una cerveza! creo que me la merezco! paga el Conde por electrocutarme!

La guardia de seguridad de la posada se acerca a vosotros, sin duda habéis montado mucho revuelo y su trabajo es daros un toque de atención.

-Señores, normalmente me vería obligado a expulsarlos de la posada ya que aquí no se ve con buenos ojos que se lancen conjuros ni se haga daño al resto de clientes, por hoy y por respeto al Conde, os la paso por alto, pero la próxima vez deberéis abandonar esta posada y probar suerte en La botera, allí no tienen tantos problemas con las peleas y los daños a la propiedad.

-Por cierto Don Godofredo, gran conjuro. dice mientras vuelve a su rincón.

-La virtud no es lo que guía sus pasos, más tampoco lo es el mal-declaró tras aplicar su conjuro sobre aquel mercenario.

Luego se giró en dirección a la guardia de la taberna.-Os ruego disculpéis a aquestas gentes, gentil dama. No son hidalgos y no tienen maneras en el estar. Me responsabilizo de sus actos, más por ello ruego mil perdones- bajó la cabeza como muestra de compunción

Pasais lo poco que queda de tarde comiendo y bebiendo; Chatrilon parece un tipo simpático, os cuenta sus anécdotas de cuando una vez entró en la madriguera de un Oso lechuza a hacerse con sus huevos para venderlos en el mercado negro a los tratantes de bestias pero que al día siguiente no tenía que comer y se hizo una tortilla con ella, "la mejor tortilla de mi vida, os lo aseguro".

También os cuenta como hace 3 años dejó embarazada a una enana en el lejano Reino de Skaldinavia y tuvo que huir cientos de leguas para evitar que el Jefe de la tribu no le lapidara por ello, motivo por el cual acabó en Verbobonc hasta que recayó en Hommlet buscando fortuna.

Cenáis y os dirigís a vuestras habitaciones, quedáis con el explorador que al partir al Templo le avisaríais con unas horas de antelación para que pueda dejar arreglados sus asuntos personales.

Dormís toda la noche del tirón y despertáis con las primeras luces del alba mas o menos todos a la vez, llegáis al comedor justo a la hora que empiezan a servirse los desayunos y abonáis vuestra estancia del día, esta vez por adelantado debido al jaleo que montasteis la tarde anterior.

Una vez habéis desayunado decidís dirigiros a la casa del Sabio a fin de aprender todos la historia y los datos relevantes de vuestros futuros destinos en vuestra misión divina.

El pícaro y la enana os guían facilmente hasta la otra punta del pueblo, donde reside el Sabio.

Tocáis a la puerta y no hay respuesta, pasan unos segundos y nadie os atiende. Volvéis a tocar y nada,... parece como que el sabio se ha fugado de la ciudad con vuestra pequeña fortuna.

Al hobbit le da por empujar la puerta, sin muchas esperanzas de que estuviera abierta, pero resulta que si lo está, algo raro ya que en los tiempos que corren nadie deja la puerta abierta, es lo que tiene la inmigración, que atrae a indeseables y hay que cerrar las casas, no como un tiempo atrás que podías dejar el caballo sin atar delante de casa y al volver seguía en su sitio.

Justo antes de entrar, Jack se da cuenta de que algo extraño pasa, en el suelo hay un gran charco de sangre.

Pasáis adentro con las armas en la mano, por si hay problemas en el interior y lo que veis haría que el mas avezado soldado vomitara.

La tienda esta totalmente removida, como si buscarán algo, típica escena en un robo en domicilio, pero lo que no es tan típico es lo que hay en el suelo, un humano calvo y viejo se encuentra boca arriba, con cara de espanto con las manos en el abdomen con una gran herida de arma blanca que le ha dejado los intestinos a la vista y litros y litros de sangre por el suelo que han llegado a la calle.

La escena es dantesca, pero lo peor de todo es que el sabio que os debía dar información ha muerto, y no solo eso, le habíais pagado por adelantado.