Partida Rol por web

Nautí fracasó estrepitosamente en sus primeras pesquisas. Si los piratas se concentraban en el Este, y en el Este la influencia de Tarsi era menor... Era entre otras cosas porque allí sus rivales comerciales eran más fuertes.

La presencia tarsina en aquellas tierras fue mal recibida. Información confusa o discrepante... Cónsules locales marginados o poco dispuestos a reportar ante ella... Incluso se le impidió atracar en algunos puertos.

Perdió muchos días, y la moral de su flota se resintió... No querían estar en aguas hostiles.

Al menos Nautí tuvo una certeza: el aumento de la piratería estaba relacionado con los rivales de Tarsi. Debía averiguar cómo y porqué.

1. Pese a que la mitad de los consejeros de Maxener estuvieran en el imperio de las nueve lunas, la vida en el reino continuaba sin la menor de las preocupaciones. Si que es cierto que la otra mitad se preguntaban que podría ocurrir durante aquellos tres largos días, pero estos tendrían que tomarse su trabajo en Maxener con la total firmeza y seriedad para que sus ciudadanos pudieran vivir con calma y centrado en sus conocimientos y creaciones.

Viendo que el sistema de regadío experimental funcionaba, la consejera de la población optó por buscar formas de mejorarlo y convertirlo en algo que pudiera ayudar, principalmente a su Nación, cuando las épocas calurosas fueran más fastidiosas que beneficiosas

2. A la llegada de los delegados que fueron al imperio, hubo ciertas tensiones distintas, siendo la de Ray la más pasota, Cid la más preocupada y Alya la más centrada en progresar con los conocimientos recién adquiridos. Poniendo pues a todo el consejo de los seis sabios en contexto, Alya y la consejera de defensa, se unieron para planificar las distintas defensas que podrían aportar para el imperio de las Nueve Lunas. En papel podría ser bastante fácil y sencillo planearlas, pero luego para montar las distintas defensas, requerían de varias respuestas, las cuales lo más probable necesitaban confirmar entre su propia nación y el imperio.

3. Aún así, mientras esperaban las aclaraciones del consejo, cada uno de los consejeros iban a seguir con los trabajos que tenían pensado cada uno, y entre ellos quedaba el de Tarsi y mejorar aún más las defensas de la propia nación de Maxener, más si entre Orcos y Piratas, cualquier cosa podría ser posible

4. Alejándonos de todo el tema tecnológico, aún quedaban aspectos diplomáticos que llevar a cabo, aquellos temas, por suerte y con todo el consejo reunido, podrían tomar parte las dos personas que deberían tomar parte dirigiéndose a las sedes del resto de naciones que había en Maxener. Cid insistió tomar un tiempo más en dos concretas sedes

5. Todos tendrían que trabajar, tanto ingenieros como los mismos consejeros para fortalecer el reino de Maxener y progresar todo lo posible en los avances tecnológicos, priorizando por supuesto los que más urgencia o prisa requerían. No obstante no dejaría de lado los asuntos que atraerían a otros reinos, como era el caso de Tarsi. La Academia del Mar fue recibida por Alya, además de por otras personas que trabajarían codo con codo con la propia academia y que venían propiamente del Taller de Tecnomancia del propio reino para el asunto que tenían pendiente.

2. En la misiva hacia el imperio, tanto Alya, como Megumi, querrán comprobar dos cosas: El estado de las defensas del imperio, así como las protecciones para todos los efectivos que vayan a participar en la batalla, y saber si el coste de recursos corre a cuenta del imperio o del propio de cada nación o lo que pueda hacer Maxener con sus propios recursos, en tal caso que sea el coste a cargo del imperio, o de cada nación, cuanto aportará cada cual. Todo como carácter informativo ya que son puntos a tener en cuenta

La sala de la gobernanza era una sala especial dentro del Senado de Animalia. No era grande, ni estaba decorada exhaustivamente. Más bien tenía una mesa con algunos mapas, un estante con libros de las leyes e historia de Animalia y un mueble-bar con algunas bebidas. Lo que la hacía especial tampoco era el hecho de que solo pudieran pisarla la Sacerdotisa y los 3 duques. No, lo que la hacía especial es que aquel espacio de poco más de 10 metros cuadrados era el único punto de todo el reino en el que no existía ley. En esa sala ni tan siquiera la Sacerdotisa tenía poder. Esto tenía un sentido, había veces que ni tan siquiera los propios duques eran capaces de ponerse de acuerdo, siendo únicamente 3 y si bien la Sacerdotisa raposa tenía la última palabra, sabía que dejar que los duques arreglaran sus diferencias entre ellos era más beneficioso. Por lo que ya había ocurrido en otras ocasiones que estos habían acabado arreglando sus diferencias a golpes.

De hacerlo en cualquier otra parte de la isla sería considerado delito, no por la pelea, sino por los duques. Los duelos formales también tenían sus propias reglas, pero aquella era una sala para desquitarse. Para poder hablar sin tapujos, sin miedo a una represalia y nombrar a la madre del que estaba en frente si era necesario. Una sala donde se hacía lo necesario para resolver problemáticas.

Y allí se encontraban ellos cuatro, sentados en torno a la mesa debatiendo los problemas más graves que amenazaban la isla. Nadie sabía exactamente como transcurrían las reuniones, pero sabían que a veces tomaban días y esta, fue una de esas veces.

Tras cinco días a puerta cerrada los duques y la sacerdotisa salieron con un rollo plegado de órdenes.

Tras la coronación de Theneul VI, se vio un incremento notable de la actividad diplomática en el Mar Interior. Varias naciones intercambiaron cónsules o enviaron expediciones diplomáticas a sus vecinos. La única excepción, lo cual no fue ninguna sorpresa, fue la de Khazalid Ungol. Los enanos se limitaron a recluirse de nuevo en su reino, enviando una misiva a las demás naciones reclamando la cabeza de Ray de Maxener. Algún dirigente miró la carta con interés... aunque la recompensa no estaba clara. Qué lástima que Tolgur Stonekeeper no hubiese sido más concreto sobre qué significaba “gozar de su favor”

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Tarsi era una de las naciones que más recursos habían movilizado. No contentos con eso, también enviaron a la almirante Nautí en busca de pistas sobre los piratas que azotaban el comercio del Mar Interior. Después de un mes investigando la costa oriental, preguntando por las localidades costeras, y buscando fondeaderos ocultos, finalmente encontraron algo. Un día que su flotilla pasaba por un paso estrecho, entre la costa continental y un islote cercano, sufrieron una emboscada. Sin duda alguien los había delatado.

La batalla fue cruenta, y finalmente la pericia militar de Nautí se acabó imponiendo a las naves piratas, aunque a costa de muchas bajas. Consiguieron hacer algunos prisioneros, y todos contaban la misma historia:

- Las órdenes que tenemos son atacar sin piedad a cualquier barco con bandera tarsina.- decía uno de los maleantes, encogiéndose de hombros.- Son el objetivo principal, y si no es posible robar sus mercancías, las órdenes son enviarlos al fondo del mar.

Estaba claro que aquello no eran piratas convencionales, sino que había alguien detrás que muy probablemente los financiaba y los empujaba en una campaña contra Tarsi. La pregunta era, ¿quién?

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Los enanos de Khazalid Ungol se encerraron en su reino, dedicados a sus labores de ingeniería. Aunque el problema de la sequía aún no les había afectado, los enanos eran una raza prudente y se dedicaron a pensar en soluciones creativas en previsión de lo que pudiera pasar. Además, se dedicaron a la construcción y envío de material militar al Imperio de las Nueve Lunas, como habían prometido.

Se preparó un gran cargamento de cañones y arcabuces, pólvora y munición, y se pagó generosamente a los gnomos para que lo transportaran en ferry hasta el Imperio. Un representante de Khazalid Ungol fue al Imperio a supervisar la descarga, para asegurarse de que no había ningún problema. Los rumores de que los gnomos podían estar implicados en el asunto de la piratería no permitían asumir riesgos.

Por fortuna, no hubo incidente alguno, ni en la travesía ni en la entrega de la mercancía. Sin embargo, el burócrata imperial que se encargó de la recepción del envío, se mostró extrañado.

- Debe haber algún error. ¿Solamente envían material? Esperábamos también una escuadra de ingenieros de Khazalid Ungol. Nuestras tropas necesitarán formación adicional, y también necesitaremos soporte de campo por si hay averías.

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En Maxener se dedicaron a lo que mejor se les daba: pensar. Tenían que discurrir un plan con el que ayudar al Imperio sin poner en riesgo vidas maxenerianas, y para ello tendrían que aplicar la tecnología que tan bien se les daba diseñar. Lo que aún no tenían claro era cómo iban a hacerlo, pero algo se les ocurriría...

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Animalia era un hervidero de actividad, como era habitual con tantos tipos de subrazas, tan diferentes entre sí. Los tres duques y la sacerdotisa intentaron poner un poco de orden, emitiendo una serie de edictos. Enviaron representantes diplomáticos a Elengor, sus vecinos del norte, quienes los acogieron con toda hospitalidad. El reino de Elengor estaba situado en una estrecha franja de tierra, y eran conocidos en todo el Mar Interior por ser los más fervientes adoradores de Serodoto, dios de la música y la diplomacia. Eran una nación de artistas, poco dados a enfrentamientos militares. ¿Quién podía pedir unos vecinos mejores?

En cuanto al problema de los orcos, enviaron un pelotón de guerreros a unirse a las filas del Imperio de forma oficial, y por otro lado, una patrulla de exploradores a investigar los territorios cercanos a la Horda de manera “menos oficial”. Al cabo de un mes más o menos, volvió un único superviviente de la patrulla con terribles noticias.

- Señor, lo lamento, hemos fracasado, nos detectaron al instante. Son mucho más listos de lo que pensábamos. Actúan como un ejército bien organizado, no como orcos salvajes... Capturaron al capitán y a media unidad, y a los demás los mataron. Pude escapar milagrosamente. Señor, temo lo que puedan hacerle a los prisioneros capturados.- explicó el recluta con miedo en los ojos.

Los enanos permanecían en silencio, encerrados en sus viejos salones. En cuanto la delegación de Dagnar volvió a Khazalid Ungol enviaron a ENÁN de vuelta a Tarsis con viento fresco, al menos hasta que volviera con la cabeza de Ray. El cónsul tenía bien clara una cosa, le habían respetado solo por qué era enano si hubiera sido de cualquier otra raza lo habrían embreado y emplumado antes de devolverlo de una patada, a él le dejaron subir al ferry de los gnomos por su propio pie.

Una vez el enviado de los enanos descargó el cargamento comprobó por sí mismo que todas las palabras salidas por boca de Tarsi no había sido más que sandeces. Otro viaje en balde y otro reino con el que ajustar cuentas.

Cuando el burócrata imperial le echó en cara la falta de efectivos el enano no pudo más que carcajearse en su cara a mandíbula batiente.-Creo que los humanos estáis un poco sordos, se os dijo bien claro, ningún enano acudirá a la guerra hasta que entreguéis la cabeza de Ray de Maxener.- el enano miró a su alrededor oteando en la lejanía.- Mmmm tropas de Doragón, la verdad no me extraña son un panda de busca broncas huelen la sangre y surgen de sus madrigueras como perros rabiosos. Ah allí veo algunos de Animalia, todo un logro de colaboración, aunque han enviado migajas. Hemos oído que Tarsi está haciendo aguas jajaja, lo pillas haciendo aguas que bueno jejeje.

Mi señor me dio instrucciones muy específicas sobre lo que aportar y lo que preguntar ¿qué ha puesto Maxener a vuestro servicio?- el enano sobre exagero el gesto llevándose la mano a la oreja como si estuviera sordo.-Vaya, otra vez esos cabezas huecas os han vuelto a vender humo, su ingenio no es más que una vulgar copia de aquellos que si tienen talento. Dígale al Emperador explícitamente que no tiene derecho a pedirnos NADA, mucho menos cuando ha decidido darle amparo a alguien que ha faltado a nuestra honra. Si fuéramos la mitad de mezquinos que esas ratas me llevaría ahora mismo la mitad del cargamento de vuelta por vuestras infundadas exigencias.

Seguid esperando sentados a esos que se hacen llamar pensadores, ni en sus mejores tiempos igualaran nuestro aporte. Ah y por la formación no os preocupéis, hemos rebajado la calidad de los cañones para hacerlos más "simples", por eso hay una enorme cantidad de pólvora y munición. Mecanismo de mecha clásica de dos tiempos, incluso a vosotros os debería resultar fácil aprender si practicáis debidamente. Aquí terminan cualquier relación con Khazalid Ungol hasta que no se subsane nuestro honor.-el enano volvió al ferry de los gnomos con las carcajadas todavía en la boca. Aquello era algo muy preocupante como bien sabía el Emperador y cualquiera con dos dedos de frente, los enanos habían cumplido con creces lo prometido y encima acusaban que Maxener, su enemigo y aliado del resto no había contribuido con nada a la causa común. El problema era muy serio, los enanos se enrocarían en su postura y cuanto más tiempo pasase más agraviados se sentirían y más caro sería acudir a ellos una vez llegase el momento de hacerlo. ¿Podría la vida un mocoso deslenguado poner el peligro la campaña entera? Parecía ser que si.

El burócrata imperial aguantó estoicamente la diatriba del enano, aunque por su gesto no parecía entender mucho de qué le hablaban. Seguramente era un funcionario de rango medio al que habían encargado recoger el cargamento, pero que no tenía conocimiento sobre los agravios políticos que se le referían.

- Yo también tengo instrucciones muy precisas, maese enano, sobre lo que se suponía que debía recepcionar hoy.- hablaba conteniendo las emociones. Probablemente no le había gustado el tono airado del enano, pero al no saber el estatus de su interlocutor ni la veracidad de sus palabras, no se atrevía a replicar.- Mas no os preocupéis, haré llegar a Su Majestad Imperial vuestra respuesta.- dijo, con una inclinación de cabeza formal.

 En cuanto al tema de tropas, Doragon no escatimó en enviar hacia el imperio una abundante cantidad de soldados para resaltar entre los demás ejercitos enviados: obviamente, no habían enviado tantos como para quedarse ellos sin defensas en sus propias tierras, pero con ayuda de la propaganda militar se habían alistado nuevos rostros entre sus filas, dispuestos a marchar hacia la batalla bajo ordenes de su implacable comandante, quién hizo saber que, más pronto que tarde, también llegaría nuevamente al imperio para unirse personalmente a la batalla contra los orcos como estratega: no se cansaría nunca de repetir el interés personal que tenía en todo aquel asunto, independientemente de lo que le pasase al imperio realmente...

 Respecto a la situación de los enanos y su claro odio hacia el resto de naciones debido a lo sucedido en la corte de guerra, habrían en Doragon quienes ya empezaban a maquinar planes para hacerse con el apoyo de Tolgur y su gente, mientras que otros apostaban por defender los intereses de Maxener y la cabeza del ingeniero militar: el caso es que, como siempre, habría alguien que pensaba un poco más que el resto al momento de trazar planes, y fue por eso que a territorio de Khazalid Ungol llegaría un cuervo con un mensaje atado a una de sus patas, con el fin de llegar a su líder y pedir en pocas palabras:

"Doragon quiere detalles."

  Después de todo, desde hace un par de generaciones Doragon no se había molestado en seguir enviando representantes a la nacion enana: sabía que lo tendrían recluido en un rincón hasta que tuviese algo que decir o hiciese algo para expulsarlo, por lo que habían optado por no molestar el estilo de vida de los enanos y limitarse a enviar mensajeros cuando se necesitasen.

 Por supuesto, aquel que manejaba los hilos de Doragon, al menos lo suficientes, no pensaba simplemente perseguir una recompensa al otro lado del continente a costa de perder el apoyo de una nación vecina: todo formaba parte de un meticuloso plan, uno que otro cuervo con una carta haría llegar a Cid de Maxener.

"¿Ya tienes una solución, o Maxener está dispuesto a hacer un pequeño sacrificio a ojos de los Enanos...?".

  Conociendo a quién escribio la carta, Cid podía asegurar que no se trataba de una invitación de entregar a Ray muerto a los enanos, pero si forzar una situación similar que cumpliese las exigencias de Khazalid sin privar del todo a la nación tecnologíca de su ingeniero: después de todo, ¿para que ganarse a una nación, si podía ganarse dos...?

La respuesta fue a la par que la pregunta: "Pedid y se os concederá en su justa medida"

Khazalid Ungol sería generoso, de eso no cabía duda alguna eso no implicaba que estuvieran dispuestos a que les tomasen el pelo. La reputación de los enanos les precedía.

 Ante la respuesta de los enanos, Doragon no tardaria en hacer llegar sus intereses, o al menos asi lo haria el encargado de hablar por su nacion...

"Armas y recursos: no lo mejor que tengan, pero lo suficiente para que Doragon, con una buena administracion, no deba preocuparse mucho de estaciones como la actual...

Ademas, darle una oportunidad al resto de naciones de recibir vuestra ayuda sin mancharse las manos, exceptuando al imperio y a los lamebotas de Isolde, sera muy bien visto: ya si no aprovechan la oportunidad para enmendar su error, Doragon no se metera mas a defenderlos..."

(1) Una vez resuelta la escasez de alimentos, los esfuerzos de Tarsi se centraron en los reasentamientos en el Mar Occidental.

Los lugares habitables y sus recursos ya estaban identificados para la fundación de colonias. Había que convencer y organizar a los refugiados. "Pan, paz y techo". "Un nuevo mundo, sin amos ni reyes". "Bienestar tarsino". "A cada cual según su necesidad, de cada cual según su capacidad". "Libertad, justicia e igualdad". "Una nueva vida". ¿Propaganda o hechos? ¿O propaganda por el hecho? En cualquier caso, la sequía, el hambre, la calamidad y la guerra azuzaban, y jugaban a favor de Tarsi.

Las familias fueron organizadas según su habilidad para explotar los recursos de referencia en cada territorio. Se crearon campamentos temporales multirraza, que crecerían a pueblos rurales. Fundar y construir ciudades de nueva planta llevaría más tiempo, pero ya se estaba en ello.

(2) También en el Oeste, las investigaciones en Maxener progresaban. Se acordó trabajar en una herramienta capaz de "ver" en el mar a gran distancia y en todo momento: de día o de noche, con niebla o tormenta, parados o en movimiento. Era necesario anticiparse a las flotas enemigas, pero también proteger a mercantes, detectar barcos a la deriva o ataques sorpresa.

(3) En el Este, Nautí se dirigió a puerto seguro. Se repararon y reabastecieron los barcos. Su tripulación descansó y recuperó salud y moral. Y ella reflexionó. Mucho. Debía cambiar de estrategia.

(4) En Tarsi, las averiguaciones de Nautí confirmaron el rumor más extendido: que detrás del ascenso de la piratería había algún rival histórico. Que los piratas hubiesen surgido de la nada, cuando Tarsi ofrecía buenos sueldos a cualquier marinero capacitado, era difícil de creer. Pero si alguien les estaba instigando y sufragando...

Para contrarrestar a los piratas, se decidió anunciar en todo el mundo, a través de los Consulados del Mar, que los nuevos asentamientos del Oeste acogerían a cualquiera vinculado a la mar. Las mismas proclamas del Oeste se difundieron en el Este. 

Con esta acción diplomática se ganaba población en el Oeste (acelerando el crecimiento de los enclaves) y se hacía más caro seguir financiando a piratas. Tarsi ofrecía una nueva vida gratis a los desposeídos del mar, y buenos sueldos a los marineros. Mantener a los piratas sería un esfuerzo económico mayor para quien lo estuviese haciendo... Sin necesidad de enfrentamientos directos.

(5) Enán se volvió agraviado de Ungol. Ese trato era indigno, peor que el de Ray, que tanto les había ofendido. El Cónsul era humano, pero llevaba casi toda la vida entre enanos, y se sentía y comportaba como uno de ellos.

Trasladó la afrenta a sus amigos íntimos y colegas diplomáticos en otros reinos enanos. Numerosos nobles y algún monarca no toleraron este desprecio a Enán. Un agravio menor se inscribió, y la relación de Ungol con sus iguales se resintió. Para subsanarlo, se debía aceptar a Enán en el reino... O destituir a Dagnar. Ungol se aislaba más, y encima de quienes más les comprendían.

(6) Los cónsules en Animalia, las Nueve Lunas y Doragon informaron de los preparativos para la guerra... Más inestabilidad.

Los cuervos se desplegaron por territorio de la Horda, atentos para captar sus secretos. Miraron con atención y, sobre todo, escucharon. Escucharon los secretos que se susurraban en las hogueras de campamento y en las reuniones de los líderes de la Horda. Volvieron al cabo de un mes aproximadamente, pero con un conocimiento que resultó vital para Arkham, y su interés por el demonio.

Azgherot, el líder de la Horda, no había hecho ningún pacto con un demonio para que lo ayudara, sino que él mismo era el hijo bastardo de una hechicera orca y un demonio.