Partida Rol por web

FECHA: 6 DE ABADAR DE 4715 RA, DÍA DEL TRABAJO (DÍA DE LA BÓVEDA, CELEBRACIÓN DE ABADAR).

HORA: MUY AVANZADA LA TARDE.

LUGAR: PUEBLO DE ANTORCHA, CASA DE LOS BAINE.

CLIMA: INVERNAL. NUBES DISPERSAS.

Asintió a las palabras de Emil. 

-No hay problema en esperar. Baine está vivo. Si lo queremos con daños cerebrales permanentes es otra historia. Lo más factible es que en la nave haya algo que pudiera ayudarnos pero eso implicaría llevar hasta allí al concejal y además protegerlo de cualquier riesgo o peligro o llevarlo cuando ya esté todo limpio -dijo Shidi. Pero aquello implicaría tiempo, recursos y, quizás, vidas. Y en el caso del comando, bastaba con una Alexa. No necesitaban más bajas. La potencial resurrección mágica la veía difícil y más si las horas transcurrían a la velocidad que transcurrían. A su difunta compañera le quedaba un día antes de lograr una solución. Rezar estaba bien, pero ello no les posibilitaría que Alexa volviera-. Respecto al pulso -dijo volviéndose a Halberd- no necesitamos gran cosa. Básicamente una batería, hilo de cobre, cuanto más grueso mejor y una barra de hierro. Material casero. Hablo de un pulso a pequeña escala, justo para una superficie como su cráneo. No necesitamos exponerlo a una bomba atómica ni al impacto de un meteorito. 

TRANSCURRE TODA LA NOCHE.

FECHA: 7 DE ABADAR DE 4715 RA, DÍA DEL BIENESTAR.

HORA: ALBA.

LUGAR: PUEBLO DE ANTORCHA.

CLIMA: INVERNAL. CIELO GRIS. TEMPERATURAS FRÍAS.

La noche transcurrió, sin incidentes ni amenazas.

FECHA: 7 DE ABADAR DE 4715 RA, DÍA DEL BIENESTAR.

HORA: POR LA MAÑANA TEMPRANO.

LUGAR: PUEBLO DE ANTORCHA, TABERNA LA FUNDICIÓN.

CLIMA: INVERNAL. CIELO GRIS. TEMPERATURAS FRÍAS.

Los Rifts Warriors se asearon en su mayoría, desayunaron y se prepararon y equiparon para afrontar un nuevo día.

FECHA: 7 DE ABADAR DE 4715 RA, DÍA DEL BIENESTAR.

HORA: POR LA MAÑANA TEMPRANO.

LUGAR: PUEBLO DE ANTORCHA, TABERNA LA FUNDICIÓN.

CLIMA: INVERNAL. CIELO GRIS. TEMPERATURAS FRÍAS.

Gracias a Dios, la virgen y quien quiera que fuese, Halberd había conseguido que soltase la daga. No acababa de entender qué había pasado, pero se alegró de poder dormir con las manos vacías. 

Al día siguiente, desayunó y fue directa a esperar a Halberd. Le daba igual en qué proyecto trabajase, Vicky simplemente quería sentirse útil. Era realmente descorazonador sentir que no estaba en control de absolutamente nada, ni siquiera de su cuerpo. En otro momento habría preferido ir en busca del buhonero, pero como se encontrasen con resistencia Vicky no sabía si saldría viva. Entre sus heridas y su mente dispersa... sacudió la cabeza. Era mejor no pensar en ello y centrarse en su objetivo de esa mañana.

Después se asearía y controlaría sus heridas. Imaginaba que para entonces los Rift Warriors tendrían una nueva reunión para hablar de Alexa, el concejal o el buhonero. 

FECHA: 7 DE ABADAR DE 4715 RA, DÍA DEL BIENESTAR.

HORA: POR LA MAÑANA TEMPRANO.

LUGAR: PUEBLO DE ANTORCHA, TABERNA LA FUNDICIÓN.

CLIMA: INVERNAL. CIELO GRIS. TEMPERATURAS FRÍAS.

Halberd se había levantado muy contento esa mañana. Tras el intercambio de impresiones con Shidi y Vicky creía saber cómo meterle mano a la pieza. Había sido una sorpresa para él lo mucho que sabían esos dos de siderurgia. En ocasiones notó que incluso bastante más que él, pero Halberd se había cuidado de callar en los momentos adecuados para que no se notara. Vaya un enano era, que cualquiera de los altos le daba un repaso en la herrería. Se había centrado tanto en la novedosa energía mágica que era capaz de canalizar a su antojo que había olvidado habilidades tan básicas como aquella. Su abuela le hubiera dado un par de buenos tirones de oreja.

Apuró el desayuno y, tras el correspondiente regüeldo, se sacudió la perilla de migas y se levantó de la mesa. Miró a la colorida cuadrilla de herreros. Vicky ya se le había adelantado y estaba esperándole. Halberd se apresuró para empezar el trabajo cuanto antes.

— Nosotros nos vamos al taller, que hay mucho que hacer. Buena suerte Emil, espero que traigáis de vuelta a Alexa.

TRANSCURREN VARIAS HORAS.

FECHA: 7 DE ABADAR DE 4715 RA, DÍA DEL BIENESTAR.

HORA: A MEDIODÍA.

LUGAR: PUEBLO DE ANTORCHA, TABERNA LA FUNDICIÓN.

CLIMA: INVERNAL. CIELO GRIS. TEMPERATURAS MODERADAMENTE FRÍAS.

Briaeros, Halberd, Shidi y Vicky se quedaron trabajando duro en el edificio de la Fundición. Mientras, Raxus y Xavier aprovecharon para dormir más en la Taberna.

Entretanto; Emil, Daeron, Equilibrium, Muxu, y Thomas fueron a la Sala del Pueblo para hablar con el Concejo. En el trayecto pudieron comprobar que en pocos días, la situación en Antorcha se estaba deteriorando. No estaban gestionando nada bien la crisis, ni la situación con los residuos, lo que había provocado que empezaran a aparecer infecciones y enfermedades menores. La población itinerante de herreros y comerciantes había comenzado a huir del pueblo. Los lugareños sufrían cada vez más de crecientes y cada vez más dolerosas migrañas, que ya sólo resistían los más fuertes física y mentalmente.

Val llevó a su padre Khonnir al templo, para que fuera atendido por el anciano sacerdote Joram Kyte. Por la tarde los Rifts Warriors podrían comprobar que ya caminaba mucho mejor y que incluso estaba algo más lúcido, aunque los nanoides le seguían impidiendo pensar con claridad y su inteligencia se veía reducida a la propia de un niño pequeño, capaz de hablar y de razonamiento básico, pero poco más.

FECHA: 7 DE ABADAR DE 4715 RA, DÍA DEL BIENESTAR.

HORA: A MEDIODÍA.

LUGAR: PUEBLO DE ANTORCHA, TABERNA LA FUNDICIÓN.

CLIMA: INVERNAL. CIELO GRIS. TEMPERATURAS MODERADAMENTE FRÍAS.

Vicky había podido relajarse en la forja. Su mente parecía estar más lúcida que los últimos días,  y aunque no era maestra artesana, ayudaba más de lo que estorbaba.

Se fijó tanto en lo que Halberd hacía como en Shidi, que parecía haber sido visitado por una musa de la metalurgia. Vicky no sabía de dónde había sacado de repente aquella habilidad, pero tal vez era como en su caso: de vez en cuando recordaba cosas que había olvidado, e incluso a veces su cuerpo era más consciente que su mente.

Cuando terminaron con el proyecto, Vicky miró a ambos satisfecha, casi se podría decir que con orgullo.

- Buen trabajo, sois realmente buenos con esto. Los Rift Warriors tienen personal muy talentoso. Si lo de las aventuras se termina, podemos montar una herrería de nivel. - bromeó la justice ranger. Aunque fuese seria y escueta, también creía tener algo de sentido del humor... en días buenos. - Tengo que ordenar mis cosas y asearse, que empiezo a oler a callejón de ciudad. Espero que Emil y el resto vengan con buenas noticias... -​​​​​​Y Alexa por su propio pie. - añadió mentalmente.

FECHA: 7 DE ABADAR DE 4715 RA, DÍA DEL BIENESTAR.

HORA: A MEDIODÍA.

LUGAR: PUEBLO DE ANTORCHA, TABERNA LA FUNDICIÓN.

CLIMA: INVERNAL. CIELO GRIS. TEMPERATURAS MODERADAMENTE FRÍAS.

- ¡¡¡Uaaaaahhggg!!! Qué siesta más buena, joder. Hacía falta. Y eso que la puñetera almohada era jodidamente dura. - Dije viendo hacia abajo para darme cuenta que había estado durmiendo sobre Raxus.

Un relámpago sacudió mi cabeza. - Dios, espero que haya dormido encima de su brazo. Que fuera su brazo señor. - Pensé en actitud implorante mientras un espasmo de repugnancia me recorría la espalda. 

El cacharreo del metal contra el metal quedaba amortiguado por las paredes. Pero era evidente que la fragua estaba en funcionamiento. Del resto ni rastro. 

- Tanta prisa para unas cosas y para otras. En fin. Puede que sea mejor así. Tal vez pueda dar una vuelta a sacar algo de información de los pueblerinos. Todavía hay que encontrar a una rata. -  Me dije.

Asomé la cabeza por la fragua, pero los rifts estaban muy entretenidos, así que les di una voz para comentarles que me iba de ronda al pueblo. - ¡¡¡¡Eeey!!!! El resto se han largado. Voy a dar una vuelta al pueblo para husmear y encontrar el rastro del buhonero cabrón. Si preguntan ya sabéis. - Les indique.

Dicho esto salí de la estancia pensando en cuál sería el mejor punto de partida.

- Habrá que empezar por la plaza del mercado. Y luego meterse en los tugurios. Pero sin arriesgar Callahan, que estás hecho mierda. - Afirmé en mi cabeza.

FECHA: 7 DE ABADAR DE 4715 RA, DÍA DEL BIENESTAR.

HORA: A MEDIODÍA.

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CLIMA: INVERNAL. CIELO GRIS. TEMPERATURAS MODERADAMENTE FRÍAS.

Halberd apenas levantó la mirada del trabajo cuando Xavier se asomó y les voceó para hacerse oír por encima del ruido de los martillazos. Asintió brevemente sin dejar de trabajar.

— ¡Ok! ¡Ten cuidado, no te la juegues mucho! — le gritó a su vez, recordándose un poco a su abuela.

Unos momentos después, el enano por fin sostenía la brillante pieza de glaucita frente a sí, mirándola con gran satisfacción.

— Vaya, ya lo creo Vicky. La Herrería de los Rifts Warriors. — comentó con una sonrisa. Bien pensado no era ni mala idea. Pese a las dificultades, la exploración de la nave androffan había despertado en Halberd ansias de explorar todas las maravillas que habían enterradas en esta tierra, pero tal vez cuando se retirara en unos años era un plan más que interesante. Alzó de nuevo la pieza — Fijaos qué acabado hemos conseguido en la pieza, y en tiempo récord. Gracias a vosotros, porque yo sólo me las habría visto negras. No sabía que teníais tan buena mano con esto. Demonios James, y tú parecías estar en todas partes a la vez. ¿Qué has desayunado esta mañana? — dijo levantando el pulgar al ex comando. Todos, incluso Briaeros barriendo y accionando el fuelle había sido útil, pero la energía de Shidi había sido totalmente inesperada. Se sentía más que a gusto con sus compañeros de forja, y ya estaba deseando de bajar a la nave de nuevo para comentar los hallazgos.

— Por supuesto Vicky. Yo me quedaré un poco más en el taller con unas cosas que tengo pendientes... — dijo sacando de su mochila los dibujos y notas que había estado garabateando la noche anterior.

FECHA: 7 DE ABADAR DE 4715 RA, DÍA DEL BIENESTAR.

HORA: A MEDIODÍA.

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CLIMA: INVERNAL. CIELO GRIS. TEMPERATURAS MODERADAMENTE FRÍAS.

Briaeros había estado observando todo el proceso, observándolo muy detalladamente, mientras hacía lo que podía por ayudar. El alemán, en su mutismo habitual y sin perder detalle, podía ser bastante inquietante... Casi daba la impresión de que apenas parpadeaba, puede que debido a la falta de costumbre del cerebro a ello después de años y años enterrado en un tanque de almacenamiento en su antiguo cuerpo. 

Pero parecía que el trabajo se llevaba adelante, y el borg iba sacando cosas en claro sobre como debían ejecutarse los distintos procesos de cara a trabajar el metal. Dedicó una mirada a Callahan cuando dijo que se iba, con el rostro serio, aunque no dijo nada. Halberd ya lo había dicho todo. Solo esperaba que el hombre tuviera el suficiente sentido común para no meterse en líos.

FECHA: 7 DE ABADAR DE 4715 RA, DÍA DEL BIENESTAR.

HORA: PRIMERAS HORAS DE LA TARDE.

LUGAR: PUEBLO DE ANTORCHA, TABERNA LA FUNDICIÓN.

CLIMA: INVERNAL. CIELO GRIS. TEMPERATURAS MODERADAMENTE FRÍAS.

FECHA: 7 DE ABADAR DE 4715 RA, DÍA DEL BIENESTAR.

HORA: PRIMERAS HORAS DE LA TARDE.

LUGAR: PUEBLO DE ANTORCHA, TABERNA LA FUNDICIÓN.

CLIMA: INVERNAL. CIELO GRIS. TEMPERATURAS MODERADAMENTE FRÍAS.

Subido al taburete Halberd se frotaba las manos, mirando con ilusión toda la chatarra herrumbrosa que había reunido en la mesa de trabajo.

— Qué maravilla. Kohnnir tiene aquí de todo. Supongo que no le importará que le haya cogido prestadas algunas cosas... — dijo moviendo una mano en señal de restar importancia.

Al percibir el interés por ayudar de sus compañeros de forja, Halberd se sintió aún más ilusionado por poder compartir el proyecto. Habían funcionado tan bien en equipo que ahora prefería trabajar con ellos, al contrario de los días anteriores. Conforme se acercaban Halberd iba explicando.

— Os presento mi siguiente proyecto. Los llamo "Guanteletes Canalizadores de Magia". Tal vez no os hayáis dado cuenta, pero me da la sensación de que en este nuevo mundo la magia fluye más salvaje y poderosa que en la Tierra de las Grietas... Pues bien, estos guanteletes y los mecanismos que les voy a instalar permitirán al usuario, es decir, a mí, proyectar esas energías que flotan en el aire. ¿No es fantástico? — ​​​​ instó a sus acompañantes a observar más de cerca los garabatos que había estado haciendo y los componentes que habían sobre la mesa — Mirad, mirad. Aquí en los dedos van instaladas unas ballestas diminutas que se accionan por medio de estos resortes, y aquí... — Halberd se sumergió en unas confusas explicaciones acerca de los exagerados y aparentemente absurdos mecanismos que planeaba añadir a los viejos guanteletes.

FECHA: 7 DE ABADAR DE 4715 RA, DÍA DEL BIENESTAR.

HORA: A MEDIODÍA.

LUGAR: PUEBLO DE ANTORCHA, TABERNA LA FUNDICIÓN.

CLIMA: INVERNAL. CIELO GRIS. TEMPERATURAS MODERADAMENTE FRÍAS.

Se encogió de hombros.

-Quizá es que simplemente he desayunado -dijo para luego sonreír ampliamente-. Ha sido... estimulante. Y divertido. He disfrutado con este trabajo y no sé, ha sido como si hubiera tenido una epifanía. Sabía lo que tenía que hacer. Simplemente. Aunque no negaría tampoco el factor suerte. 

¿Qué coño quieres hacer? 

-¿Estás seguro de eso? Venga, que lo de canalizar la energía mágica, vale, pero... ¿miniballestas? -alzó ambas manos-. No te lo tomes a mal pero, ¿no sería mejor centrarse en una cosa y no intentar abarcar algo tan... mide tus palabras que no quieres ofenderle... amplio y quizá difícil?

FECHA: 7 DE ABADAR DE 4715 RA, DÍA DEL BIENESTAR.

HORA: A MEDIODÍA.

LUGAR: PUEBLO DE ANTORCHA, TABERNA LA FUNDICIÓN.

CLIMA: INVERNAL. CIELO GRIS. TEMPERATURAS MODERADAMENTE FRÍAS.

— Quizás en la reconstrucción te hicieron un volcado de datos de la mente de algún maestro herrero flipado... — sonriente le dio una palmada en el brazo al ex comando. — Pero volviendo al asunto... ¡sí, miniballestas! Pero no miniballestas al uso. No están ideadas disparar virotes pequeños sino dardos de energía. — dijo bajando un poco la voz en las últimas palabras.

Entonces mostró su dedo índice. Como si de un anillo demasiado ornamentado se tratara, en él llevaba atada con unas finas tiras de cuero una ridícula y diminuta ballesta artesanal fabricada de metal, pero con todas sus piezas y aparentemente funcional.

— Evidentemente no lo voy a hacer porque es muy peligroso, pero si se tira de aquí se tensa el muelle. Luego se acciona la llave y pum, de la punta salen unos proyectiles de energía que no fallan nunca. — bajó la voz, en actitud confidente con los presentes — Cuando nos enfrentamos a los gremlins el otro día logré darle a uno casi sin línea de visión. Le disparé varias veces y todos los proyectiles pasaron entre las piernas de Muxu sin peligro, y acabaron fundiendo al bicho.

Carraspeó y miró a los lados, comprobando que no le había escuchado nadie más que sus siderúrgicos confidentes.

— Pues eso. Y luego, estos guanteletes pueden servir para muchas otras cosas, claro. Por ejemplo, para hacer pequeñas reparaciones con un destornillador que salga de aquí, limpieza y engrasado de objetos por medio de otro dedo desmontable con una manguera sopladora incorporada que... — explicaba, perdiéndose de nuevo en los enrevesados accesorios que le pondría a los guantes.

FECHA: 7 DE ABADAR DE 4715 RA, DÍA DEL BIENESTAR.

HORA: A MEDIODÍA.

LUGAR: PUEBLO DE ANTORCHA, TABERNA LA FUNDICIÓN.

CLIMA: INVERNAL. CIELO GRIS. TEMPERATURAS MODERADAMENTE FRÍAS.

Vicky se sentía refrescada tan asearse y al parecer no había nada extraño entre sus pertenencias. Todo estaba en orden. Seguía sin saber muy bien qué había pasado, pero todos habían tenido que revisar sus cosas y no iba a quedarse atrás.  Solo de imaginar no hacerlo y encontrar algo raro ya le hacia ver la cara de desaprobación del grupo.

Escuchó a Halberd con atención,  divertida por el entusiasmo del enano. Miró su plano mientras aclaraba detalles con Shidi, entendiéndose más de lo que habría esperado. De vez en cuando recordaba cosas que ampliaban sus conocimientos y estaba segura de qué hacía una semana aquello le habrían parecido garabatos.

A mí me parece muy interesante. Me das ideas para forjar una pistola... no sabes como echo de menos tener armas de fuego a mi disposición.  - comentó mirando distraída el plano. - Pero eso tendrá que esperar. ¿Te parece bien que empiece puliendo estas piezas? -​​​dijo señalando algunos objetos del montón de chatarra.

TRANSCURREN LAS HORAS.

FECHA: 7 DE ABADAR DE 4715 RA, DÍA DEL BIENESTAR.

HORA: ANTES DEL OCASO.

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CLIMA: INVERNAL. CIELO GRIS. TEMPERATURAS MODERADAMENTE FRÍAS.

Transcurrió toda la tarde.

El grupo de Emil, en el que se incluía el elfo albino, Daeron, Equilibrium y Thomas, estuvo hablando con la Concejal Dolga Freddert. Obtuvieron el pergamino de resucitar de la anciana enana. Emil recuperó la tarjeta negra de manos de Equilibrium, quien insistió en la necesidad de resucitar a Alexa cuanto antes, sugerencia que fue aceptada y puesta en práctica por Emil, quien hizo que todos regresaran a la Taberna la Fundición para después ir todos juntos al Templo de Brigh para la resurrección de la mística.

Xavier estuvo haciendo indagaciones sobre el jefe criminal Garmen Ulreth y averiguó muchas cosas, inclusive la localización exacta de su "almacén secreto" fuera del pueblo, pero cercano, lugar donde le parecía que se estaban llevando a cabo actividades que podían ser sospechosas (entrada y salida, con intención de hacerlo a escondidas, del propio Garmen Ulreth y de pandilleros pertenecientes a la banda de ladrones conocida como "Los Puños de Cuerda"). Se unió a los Rifts Warriors al verlos marchar en procesión hacia el Templo de Brigh, donde presenció la resurrección de Alexa al leer el pergamino mágico el anciano clérigo Joram Kyte.

Emil pagó el coste de tres sanaciones menores, una para Xavier, otra para Shidi y otra para Vicky. Los tres agradecieron la mejoría de su estado físico, aunque quiso la casualidad que Shidi resultara el más sanado, pese a ser quien más en contra estaba de realizar este gasto.

Tras su resurrección, la mística Alexa se encontraba claramente debilitada, menguada y muy desorientada, por lo que todos los Rifts Warriors la acompañaron de regreso a la Taberna la Fundición. Allí enseguida se agazapó ante la chimenea, pues al parecer se encontraba muerta de frío. No parecía estar herida, aunque posiblemente sí necesitada de descanso.

Val habló con Emil y varios Rifts Warriors más. Les dijo que por la tarde había llevado a su padre al Templo de Brigh y que habían podido curar sus piernas y temporalmente algo de su inteligencia, la justa para hablar, pero no para hacerlo de forma coherente. Además, Kyte le había advertido de que la mente de su padre no podía ser restaurada y que cualquier pequeña mejora que le permitiera hablar un poco, iba a ser sólo temporal.

FECHA: 7 DE ABADAR DE 4715 RA, DÍA DEL BIENESTAR.

HORA: ANTES DEL OCASO.

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CLIMA: INVERNAL. CIELO GRIS. TEMPERATURAS MODERADAMENTE FRÍAS.

No puedo evitar, aunque tampoco intento evitarlo, dar un abrazo a Alexa en el momento que veo que se levanta. Por supuesto no lo había dicho, un héroe no se queja, pero me he sentido muy culpable por ella. Quizá casi lo mismo que el propio Hallberd. No nos des más esos sustos, amiga le digo antes de separarme de ella.

Empezamos el regreso y el ambiente opresivo del pueblo contrasta con la alegría que muestro. Al menos mi sonrisa así lo anuncia. Pero ahora tenemos otros asuntos entre manos.

Una vez en la taberna voy haciendo mis cosas y cojo las dos mantas (o una si no tuviera dos) que tengo para ponérselas por encima de los hombros a Alexa. Deberías descansar bien esta noche, mañana con las ideas más claras te pondremos al día.

Luego me giro hacia el resto. Yo creo que nuestra prioridad mañana sería reparar la pieza del ascensor o, si ya está reparada, bajar y probar si encontramos alguna solución a los problemas de Antorcha. ¿No os parece?

TRANSCURREN LAS HORAS.

FECHA: 7 DE ABADAR DE 4715 RA, DÍA DEL BIENESTAR.

HORA: ANTES DEL OCASO.

LUGAR: PUEBLO DE ANTORCHA, TABERNA LA FUNDICIÓN.

CLIMA: INVERNAL. CIELO GRIS. TEMPERATURAS MODERADAMENTE FRÍAS.

Transcurrió toda la tarde.

Cuando el clérigo leyó el pergamino de resurrección el espíritu o alma de Alexia fue como un imán atraída hacia su cuerpo sin poder hacer nada para evitarlo. Tampoco quería evitarlo pues sentía que tenía mucho por hacer en la vida junto a sus compañeros. El alma de Alexia fue bajando hasta adentrarse en el cuerpo y con una unión perfecta, igual que las piezas de un puzzle que encaja a la perfección cuando son las piezas correctas. Así encajó el alma con el cuerpo, lo primero que sintió fue ver a través de su cuerpo a sus compañeros y al clérigo. Por un momento miró desorientada al sentirse otra vez en el interior de ella misma, y lo segundo sintió un frío como si su cuerpo hubiera estado adherido a un frío invernal. 

Muda y desorientada acompañó a sus amigos hasta la taberna. Una vez allí se acercó al fuego de la chimenea mientras sus dientes chirriaban de frío o quizás de haber experimentado aquella experiencia terrible de separación y después unión. Agradeció por dos veces el gesto de Equilibrium del abrazo y después de la manta. - Algo me atacó en esa cueva, ya no me acuerdo lo que hacía allí sola, quizás estuve en un estado raro propiciado no sé porqué... Lo siento compañeros. Argumentó mirando a los demás con gesto de nostalgia y de remordimiento. Sabía que la unión del alma con el cuerpo no era fácil, y había hecho que el grupo gastara un bien muy valioso que podían haberlo guardado para más adelante, para alguien que hubiera muerto en un combate grupal, no de la forma tan egoísta, al irse sola y propiciar que un monstruo escondido en aquel lugar la viera como presa fácil.

FECHA: 7 DE ABADAR DE 4715 RA, DÍA DEL BIENESTAR.

HORA: ANTES DEL OCASO.

LUGAR: PUEBLO DE ANTORCHA, TABERNA LA FUNDICIÓN.

CLIMA: INVERNAL. CIELO GRIS. TEMPERATURAS MODERADAMENTE FRÍAS.

Halberd contemplaba a Alexa con ojos brillosos. ¡Estaba viva! Era simplemente increíble. En su cabeza persistía la imagen de su rostro abotargado, y el cuello lacerado por los tentáculos que la habían estrangulado hasta matarla... pero en cambio ahí estaba, tiritando.

Se preguntó qué estaría pensando la médium acerca de haber estado muerta. Quizás hubiera tenido la oportunidad de solucionar algunas dudas al respecto. Halberd tenía ganas de preguntarle, pero se mordió la lengua pensando en que no iba a darle la lata en aquel momento tan delicado. Tampoco quería que hiciese una de esas cosas tan desagradables que recordaba capaz de hacer, como hablar con voz de un muerto. Acababa de resucitar, no de comprar el pan a la vuelta de la esquina. Tampoco quería que hiciese una de esas cosas tan desagradables que recordaba capaz de hacer, como hablar con voz de algún muerto random.

— Eso ya no importa Alexa, lo que importa es que vuelves a estar con nosotros.

​​​​​​Viendo que se quedaba más o menos tranquila, prestó atención a Equilibrium.

— La pieza ya está lista, Equilibrium. Un trabajo excelente el de Vicky y Shidi. Y Briaeros, también. Así que podremos utilizar el ascensor en lugar de trepar por el hueco. Parece que esta energía que flota en el aire está haciendo polvo a todo el mundo. Yo mismo lo noto un poco, al final del día...

FECHA: 7 DE ABADAR DE 4715 RA, DÍA DEL BIENESTAR.

HORA: ANTES DEL OCASO.

LUGAR: PUEBLO DE ANTORCHA, TABERNA LA FUNDICIÓN.

CLIMA: INVERNAL. CIELO GRIS. TEMPERATURAS MODERADAMENTE FRÍAS.

Estaba feliz, por momentos lo había dudado, pero lo estaba. Alexa había vuelto a la vida, él seguía vivo y con la cara intacta y el resto de Rifts Warriors seguía en pie. Lo que les deparaba el futuro no era demasiado halagüeño, tenían caminos complicados que emprender y seguramente en esos caminos la desgracia les acecharía. Sin embargo se encontraban en un momento feliz y asumiendo que no habría tantos en un futuro, era bueno disfrutar los pocos que llegaban. Habían bajado dos veces al subsuelo y seguían todos vivos.

—Todavía no estamos a plenas capacidades, Alexa. Hemos pasado mucho y los bichos que estaban en esas cuevas eran peligrosos, no hay nada por lo que disculparse —comentó el mago, que había estado muy cerca de acabar enterrado en un hoyo.

Buscó un buen, y cómodo asiento, y se dejó caer sobre él. Era inevitable que la conversación acabara derivando en los próximos pasos que iba a emprender el grupo, así que se decidió a ser él, el que abriera el melón.

—Bueno y… ¿qué es lo próximo que nos toca hacer? ¿Y cuando?