Partida Rol por web

FECHA: 8 DE ABADAR DE 4715 RA, DÍA DEL JURAMENTO.

HORA: POCO DESPUÉS DEL OCASO.

LUGAR: ANTORCHA: INTERIOR DE LA TABERNA LA FUNDICIÓN.

CLIMA: INVERNAL. CIELO DESPEJADO. TEMPERATURAS FRÍAS.

Había pasado un rato ya desde el Ocaso, cuando los Rifts Warriors que habían ido a asaltar el almacén secreto del jefe de los badidos Puños de Cuerda, Garmen Ulreth, regresaron por fin a la Taberna la Fundición.

El interior estaba cálido e iluminado por el fuego de la chimenea, ante la que estaban sentadas, limpias y aseadas, Alexa y Muxu.

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HORA: POCO DESPUÉS DEL OCASO.

LUGAR: ANTORCHA: INTERIOR DE LA TABERNA LA FUNDICIÓN.

CLIMA: INVERNAL. CIELO DESPEJADO. TEMPERATURAS FRÍAS.

Una vez llegamos a la taberna y puedo dejar el pesado cofre, me levanto arqueando la espalda mientras lanzo un suspiro. Sonrío cuando veo a las dos mujeres en aparente mejor estado, desde luego en mejor estado que nosotros.

Dejamos lo del reparto para mañana, ¿verdad? comento a Emil. Lo cierto es que me muero por un baño y una buena siesta.

Si nadie me pone trabas, me dirigiré a dónde están los dos barriles con agua que hemos estado usando para bañarnos y me daré un baño, preferiblemente con agua caliente. Después de eso me acostaré a dormir, probablemente hasta el día siguiente.

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HORA: POCO DESPUÉS DEL OCASO.

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CLIMA: INVERNAL. CIELO DESPEJADO. TEMPERATURAS FRÍAS.

Daeron, personado junto a sus compañeros ante la concejal Freddert, escuchó en silencio la conversación de Emil con la enana, así como diversas intervenciones de algunos Rifts Warriors al respecto. El joven arcano prefirió no decir nada. El asalto al almacén de Ulreth no había sido lo que él esperaba. Quizás algo más encarnizado y violento. Y ausente de jovenzuelos. 

Bueno, Daeron, ¿Y cuantos años tienes tú? ¿Cuatro o cinco más que ellos? ¿Y otros de tus compañeros?, cayó repentinamente en la cuenta. Demasiada sangre joven derramada. Y es que aquel, como lo fuera en Terra, era un mundo donde la violencia llegaba a sus habitantes desde edad temprana.

El elfo albino se encargó de conseguir la justa recompensa, aunque por el momento nada de lo obtenido durante las exploraciones y peleas o proveniente de lo acordado por resolver problemas, llamaba la atención al mago. A excepción, quizás, de la promesa de albergue y comidas gratis. Eso vendría bien.

Con ello en mente y aferrando una argolla de un cofre cargado con ganancias, se plantó junto al resto en la Taberna de la Fundición. Tenía ganas de ver que las chicas estaban bien, de asearse y de dormir. Lo primero, en efecto, lo encontró.

- Muxu, Alexa, ya estamos de vuelta. Todo ha ido... bien - saludo y sentenció, considerando que el mundo funcionaba por prioridades y lo prioritario, que era lograr sus objetivos y volver todos sanos y salvos, se había logrado.

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HORA: POCO DESPUÉS DEL OCASO.

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CLIMA: INVERNAL. CIELO DESPEJADO. TEMPERATURAS FRÍAS.

Todo parecía haber terminado. Pero aquel puñetero cuerpo seguía renqueando y chirriando como una vieja bisagra oxidada.

- Joder. Duele. Mierda. - Me dije cuando la adrenalina cedió el paso a la dopamina.

- ¡Emil hombre! Chútame algo de lo que tengas. Cualquier mierda será mejor que esto. Las heridas me están matando malamente. Así no habrá forma de dormir. - Le pedí al albino.

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HORA: POCO DESPUÉS DEL OCASO.

LUGAR: ANTORCHA: INTERIOR DE LA TABERNA LA FUNDICIÓN.

CLIMA: INVERNAL. CIELO DESPEJADO. TEMPERATURAS FRÍAS.

Halberd llegó cargando el cajón de madera, el cual dejó en la zona de la fundición. Luego entró en la taberna y se apresuró a ponerse junto al fuego.

— Qué frío hace en este pueblo siempre. — comentó frotándose las manos para entrar en calor. — Eh, Emil, creo que no deberíamos malgastar las cargas de nanoides. — señaló desde la posición privilegiada que le daba haber salido totalmente indemne del duro día que habían tenido los Rifts Warriors. — Hum... no me malinterpretes Xavier. Quiero decir, no es que pincharte sea malgastarlos, pero son recursos muy escasos que deberíamos usar en casos de máxima urgencia. Hace cientos de miles de años que no se fabrican, y son unidades limitadas que alimentan también la pistola de bolas flamígeras. ¿Quizás podrías ponerte unas vendas o algo así...? Estoy seguro de que Val también te puede hacer una infusión. — sonrió amablemente al mercenario.

TRANSCURRE TODA LA NOCHE.

FECHA: 9 DE ABADAR DE 4715 RA, DÍA DEL FUEGO.

HORA: ALBA.

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CLIMA: INVERNAL. CIELO DESPEJADO. TEMPERATURAS FRESCAS.

La gran mayoría de los Rifts Warriors se asearon por la noche en la Taberna, cenaron sopa caliente, charlaron un poco, y después se arrebujaron en sus mantas sobre sus esteras, más o menos cerca de la chimenea del salón de suelo de lisas y pulidas tablas de madera.

Algunos revisaron su equipo y sus heridas, la mayoría estaban heridos. Otros se quedaron dormidos sin más, presa del agotamiento.

Finalmente, todos durmieron profundamente toda la noche, sin apostar centinelas, que, por suerte, no resultaron ser necesarios.

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HORA: POCO DESPUÉS DEL OCASO.

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Había llegado, sí, y lo primero había sido mirar a Alexa y a Muxu, tan limpitas y repuestas ellas.

- Seguro que hasta os habéis bañado juntas, descaradas- murmura divertido mirando a Muxu y a Alexa, aunque sus palabras suenan profundamente cansadas casi como si ni siquiera tuviera fuerzas de desnudarlas con la mirada. Tras dejar el cofre se deja caer, respirando pesadamente.

Estaban todos vivos. Pero se sentía cansado, y las palabras de Xavier no sirvieron para quitarle el cansancio. Afortunadamente Halberd parecía tener más sentido común.

- A resguardo, con una zona seca y caliente para dormir, y buena comida. Lo siento, Xavier, pero con eso tendrá que bastar. Hemos sufrido mucho para un primer contacto con este mundo, y si vamos a descansar varios días, eso significa que podremos dejar que nuestras heridas se curen sin necesidad de inyecciones ni de pócimas. Todo lo que podamos reservar nos será muy útil adelante. Yo también estoy herido. Y otros. Pero dejaremos las cosas como están.

Estaban todos vivos. Se repitió mentalmente, varias veces. Y pensó en levantarse, en asearse, en tomar algo caliente, en... Y con esos pensamientos en la cabeza se quedó dormido.

TRANSCURRE TODA LA NOCHE.

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HORA: ALBA.

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CLIMA: INVERNAL. CIELO DESPEJADO. TEMPERATURAS FRESCAS.

Muxu asintió a Daeron dándole las gracias por la breve explicación. Todavía se encontraba cansada pese al baño y a haber podido entrar en calor.

Miró luego a Emil y le dedicó una sonrisa pícara cuando sugirió que ella y Alexa se habrían bañado juntas. - No lo dudes. - Le lanzó un guiño divertido y luego volvió a colocar sus brazos en cruz abrazándose los hombros.

- Me alegro de que hayáis vuelto todos vivos. - Confesó. - ¿Un resumen de lo que ocurrió? - Preguntó sin mirar a nadie en concreto. Podía ser Emil, el propio Daeron o cualquier otro de los Rift Warriors.

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HORA: ALBA.

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CLIMA: INVERNAL. CIELO DESPEJADO. TEMPERATURAS FRESCAS.

Despertó temprano, le venía de formación profesional, aunque los ronquidos de la dupla enana habían tenido peso en ello. Inclinó el cuello levemente para echar un vistazo alrededor. La mayoría dormía, él se quedó un rato despierto con su oído alerta, rememorando la última refriega sistemáticamente, hasta en un par de ocasiones.

— Pobres diablos, no supimos que eran unos críos hasta que fue demasiado tarde. — Se dijo, aunque recordó la emboscada previa a la pareja de rezagados. Nadie advirtió nada, ninguna voz se alzó alertando de la naturaleza de aquellos Puños de Cuerda, nadie. Tan cerca de la puerta de acceso, con aquel grito de alarma, ¿Cómo era posible que Garmen no hubiese caído en la gran desventaja que suponía aquel artilugio ruidoso? Shidi lo comprendió, a veces la explicación más fácil resulta la más sencilla; Estaban confiados, tal vez demasiado.

Pudo dar una cabezada, pero se levantó a la cocina con un deseo claro en la cabeza; Café recién hecho. Lamentablemente, no encontró de eso por ningún lado, esperaba que en ese mundo hubiese algo que se le pareciese o acabaría de mal humor con el tiempo. El aroma del desayuno pronto empezó a inundar las estancias del local, quizá eso animase a despertar al personal.

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HORA: ALBA.

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Al contrario que la mayoría de sus compañeros, Vicky decidió dejar el baño para la mañana siguiente. Su cansancio era sobre todo mental en aquellos momentos y no le apetecía esperar. Prefería desconectar mientras el resto se aseaba y ser la primera en bañarse por la mañana. 

Se levantó pronto con la mente más clara y fue directa a bañarse. Tras ello, tenía ambos su cuerpo y su mente frescos, lo que le ayudaba a afrontar el nuevo día. Sus heridas no estaba especialmente mal, seguramente porque apenas había hecho nada de provecho en la última misión, con lo que tampoco habían tenido oportunidad de reabrirse.

Cuando terminó con su aseo, fue en busca de desayuno e unirse con el resto del grupo, que iba despertando en diferentes momentos. Hasta que no estuviesen todos despiertos no se hablaría del reparto del botín, o tal vez de qué campos tenían que mejorar como grupo antes de la siguiente misión (ya que Vicky sabía que habría una nueva misión, ninguno era el tipo de persona que se levantaría diciendo: "Voy a quedarme en este pueblo y a hacerme granjero"). 

- Deberíamos invertir algo del botín en material médico. No creo que a nadie le guste ser un colador con piernas, y no creo que sea la mejor idea a largo plazo tirar sólo de pociones curativas y nanoides del espacio.

TRANSCURREN VARIAS HORAS.

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HORA: MEDIA MAÑANA.

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Los Rifts Warriors se despertaron, se asearon, desayunaron, y se reunieron para hablar.

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HORA: MEDIA MAÑANA.

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Halberd se había despertado muy bien, repuesto y fortalecido, pero al ver la armadura de Briaeros le invadió una desagradable sensación que le hizo bufar, furioso. Esa armadura cibernética era una maravilla que había viajado -o sido reconstruida, más bien- desde la Tierra de las Grietas hasta este mundo, pero si se ensuciaba continuamente algún día se estropearía, y a ver dónde demonios iban a conseguir repuestos. El enano desayunó rápidamente y se trajo las piezas a una de las mesas de la taberna. Sacó el trapillo grasiento que guardaba en el bolsillo trasero de su pantalón y se puso a frotar frenético los restos de suciedad y sangre seca que se habían acumulado en las juntas. No obstante, la tarea no tardó en relajarle y en unos minutos había vuelto a su talante tranquilo de siempre.

— Buena idea Vicky, y que lo lleve el que mejor sepa curar. Creo que Alexa sabe un par de cosas, ¿no? — le tiró un escupitajo al pectoral de la armadura y siguió haciendo círculos con el trapillo hasta que empezó a sacarle brillo — Hablando de curar, ¿cómo estará el concejal? Quizás deberíamos asomarnos a ver si está bien.

A decir verdad le daba un poco de miedo. ¿Y si los nanoides en su cruenta lucha a pequeña escala habían destrozado el campo de batalla? El cerebro del concejal podía haber acabado licuado saliéndole por una oreja.

Buf, qué horror. Mejor voy a insistir en esta mancha.

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HORA: MEDIA MAÑANA.

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Las puertas de la taberna se abren de repente como un vendaval, como si un grupo de cowboys furiosos quisiera iniciar un tiroteo en el Saloon del pueblo al más puro estilo de los arcaicos Westerns.

Los Rifts Warriors se alertan, aunque en ese momento ninguno tiene sus armas o armaduras, pero enseguida ven que tan sólo es Val.

Una Val muy contenta y feliz, sonriente y con lágrimas en los ojos, que se abraza rápidamente al primer Rifts Warrior que encuentra, Daeron, aunque enseguida lo suelta, azorada, mientras exclama a voz en grito.

- "¡Mi padre ya está mucho mejor! ¡Gracias, Rifts Warriors!" -

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HORA: MEDIA MAÑANA.

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Alexa se encontraba mucho mejor tras el descanso, había tenido sueños extraños pero, de algún modo, la sombra de su renacimiento había desaparecido, ya se sentía mucho más "normal" si aquella fuera una palabra que pudiera definir a alguien que convive con lo sobrenatural. 

Ajam - asintió a las palabras de Halberd - Algo sé, en efecto, ya que estamos limpios y descansados puedo echaros una mano con las heridas, vereis como se recuperan mejor.

Su respuesta fué inmediatamente silenciada por la interrupción de Val.

Me alegro mucho de que se encuentre mejor - comentó con una sonrisa sincera - ¿te parece bien si le echo un vistazo?

Se levantó a la espera de la respuesta de la joven para salir mientras miraba al resto - Cuando terminemos de tratar a los heridos, el que quiera, puede participar conmigo en una sesión, debo reestablecer mi contacto con el más allá.

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HORA: MEDIA MAÑANA.

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Jefe- dijo dirigiéndose a Emil- si es posible, me gustaría ver cuanto puede salirme comprarme una armadura- dice el enano- por eso de no ir a pecho descubierto en el combate.

Mira a Vicky- que lo de comprar material médico también me parece bien, pero ya puestos a pedir...

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Apareció Thomas de muy buen humor, todavía algo magullado, pero nada serio.

—¡Los Rifts Warriors siempre triunfan, Val! Lo hemos demostrado en más de un planeta, pero por si acaso haz que se corra la voz.

Buscó un lugar en el que sentarse y empezar a comer de forma contundente, necesitaba alimentar a su cuerpo, porque la magia le desgastaba enormemente. Mientras trataba de hacerse con algo que le sirviera para llenarse el estómago escuchó la conversación de sus compañeros y no dudó en sumarse.

—Me parece buena idea lo de la reserva médica, a mí hoy me gustaría ir a comprar algunas cosas, efectos personales principalmente.

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HORA: MEDIA MAÑANA.

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Emil dejó escapar un suspiro de alivio, claro, al escuchar las palabras de Val.

- Buenas noticias, Val. Y estamos todos encantados de escucharlas. Estaría bien que Alexa pudiera echarle un vistazo, desde luego. Si a ti y a él os parece bien. La verdad es que estamos encantados de haber podido ayudaros. Has sido una anfitriona extraordinaria, y más teniendo en cuenta tu preocupación por tu padre-  guardó Emil un momento de silencio y luego miró a todos los Rift Warriors.- En cuanto a lo demás que comentáis... estaré encantado de acompañar a cualquiera a cualquier sitio. Hay algunos objetos pendientes de reparto pero, antes de proceder al mismo, Halberd, me gustaría que examinaras todos los objetos obtenidos para comprobar cual es su uso y, tras esto, repartir los mismos adecuadamente. En cuanto a lo demás, soy partidario que haya, una vez ha terminado el trabajo, la tesorería de grupo sea lo menor posible. Cada uno tiene derecho a usar sus ganancias como estime conveniente. Y en tal sentido...

Toma Emil el dinero al contado, incluyendo los discos de plata, y entrega a cada uno de los Rift Warriors 11 discos de plata y 690 monedas de oro. 

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HORA: MEDIA MAÑANA.

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Vicky se rió ante el comentario de Raxus. La verdad era que ella también había pensado en lo mismo ayer cuando les dieron el botín.

- Vaya, ya no quieres deleitarnos con tus pectorales... Supongo que no nos queda más remedio entonces que comprarte algo.

La verdad era que desde que habían resucitado, o se habían reencarnado.. o lo que fuese, hasta ese momento, Vicky había cambiado bastante. Entre otras cosas, había recordado que tenía bastantes más conocimientos tratando heridas de lo que había creído al principio. No estaba segura del nivel de Alexa, así que al igual que con la herrería y Halberd, se ofreció como asistente.

- No tienes que hacerlo todo tú sola, Alexa. Creo que podría asistirte con bastante destreza en esto de cuidar a los heridos...

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HORA: MEDIA MAÑANA.

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CLIMA: INVERNAL. CIELO DESPEJADO. TEMPERATURAS FRESCAS.

- "Claro que podéis atender a mi padre, señora. Además, estoy segura de que él querrá daros las gracias personalmente." -

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HORA: MEDIA MAÑANA.

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CLIMA: INVERNAL. CIELO DESPEJADO. TEMPERATURAS FRESCAS.

- Si os parece bien querría examinar el equipo encontrado en busca de cualquier aura mágica. - Sugirió Muxu. Quizá tuvieran un tesoro oculto e inesperado entre todo lo que traían, aunque imaginaba que Daeron ya lo habría examinado y habrían separado los objetos que emanaran algún tipo de aura interesante. 

Pero no perdía nada por hacer uso de sus facultades y desentumecerse un poco.