Partida Rol por web

FECHA:4 DE ABADAR DE 4715 RA, DÍA DEL SOL.

HORA: HACIA EL MEDIODÍA.

LUGAR: ANTORCHA (TABERNA LA FUNDICIÓN).

CLIMA: INVERNAL. CIELO LIGERAMENTE NUBLADO.

La maga alcaldesa escuchó con atención al resto de los grupos, y al propio Emil haciendo un buen resumen de lo sucedido en el concejo, si al elfo se le había escapado algo, no lo parecía.

-En efecto, una vejiga de aire, pero pequeña.- Aclaró Muxu cuando el líder de los Rifts Warriors preguntó para estar seguro cuál era el componente que había solicitado. -Servirá para conjurar Burbuja de aire, y lograr respirar en entornos donde no se podría, entre otras cosas.-

Sin estar segura de si alcanzaría a preparar el hechizo o no, se dirigió una mesa un poco más alejada, abrió su libro de conjuros y comenzó a leer. En el peor de los casos, siempre puedo lanzarlo con mi vínculo arcano sin más, salvar al padre de Val es la prioridad.

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-Muxu, en lugar de una vejiga, ¿No te sirve directamente uno de los botellines de plástico? Lógicamente está lleno de aire, y se puede aplastar para que salga....

Mientras hablaba, entregó una de las pociones a Shidi. Por lo demás Alexa estaba dispuesta a marchar de compras, aunque no entendió por qué no iban los mismos que habían hecho las gestiones.

No iba a discutir.

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Ante el inminente intercambio de noticias, se aproximó con lentitud a una de las mesas del local tomó asiento en una de las sillas, estirando completamente la espalda en el respaldo, dando alguna muestra de dolor a merced de las muecas que se dibujaban en su rostro. Con la pierda izquierda flexionada, sirviendo de apoyo a esa misma mano, la pierna derecha permanecía extendida, siendo esta mano la única que mantendría sobre el aparatoso vendaje que cubría la ropa de artesano.

Prestó atención a todos y cada uno de los que habían ido y venido, en especial a Emil claro. Lo que escuchó, despertó en él un cierto mal humor, — ¿Fue imposible acordar un adelanto menor? Atribuido a lo escasas que andan nuestras arcas a la hora de avituallarnos, ya sabes, algo totalmente justificado que aumentaría nuestras posibilidades de éxito. En fin, si yo fuera uno de esos concejales y la situación pintase como la presentas, no me andaría con regateos. Cien monedas antes o después, no supondría nada. — Comentó, aunque ya no sirviese para nada decirlo. Emitió un sonido nasal de clara contrariedad.

Abandonó aquella postura cómoda y se levantó de la silla, acudiendo a la proximidad de Alexa y Daeron, con el fin de recibir sendos viales. Se los bebió uno a uno, despacio y no sin suspicacia al mirar el primero de ellos.

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- No te falta razón- asintió Emil a la pregunta de Shidi.- Sin embargo aunque tratamos de obtener unas condiciones de trabajo mejores ello no fue posible. Salvo en la parte de asegurarnos que nos ofrecían tanto los precios "habituales para los lugareños" como que nos permitían tener este lugar como base, amén del lanzamiento gratuito del conjuro del que hemos hablado- hace Emil una pausa y luego continúa.- Juntando la actitud de la concejal con lo que ya había ocurrido en la tienda con las pociones, creo que se trata de una comunidad bastante escarmentada. Años sufriendo el pago de tributo, y su situación angustiosa, les ha hecho considerar que cualquier intento de regateo es un modo de aprovecharse de su situación, y al percibirlo, se encrespan. Además, es verdad que no nos conocen y, sinceramente, no se fían de nosotros. Pedir un adelanto, en esas condiciones, aunque muy razonable, no parecía que fuera a tener éxito, Shidi.

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Daeron retornó con Alexa y Val después de que esta última hubiera obtenido las pociones a precio menos desventajoso. El joven arcano aun le daba vueltas a los productos que Jhestine fabricaba. Productos que ni la misma curandera no tenía claro qué hacían exactamente ya que la explicación que le diera sobre los efectos de las sustancias tecnológicas resultó ser muy técnica, repetitiva y hierática. Como si se hubiera aprendido qué decir sobre dichas fabricaciones pero sin comprender su significado. Como si reprodujera algo que hubiera aprendido a hacer sin saber sus resultados o los procesos que llevaban a estos. Aquello era extraño.

Guardó silencio cuando los compañeros fueron llegando y dieron explicaciones de lo que habían visto, hecho o averiguado. La historia de la luz violeta y la existencia de un gremio, La Liga Técnica, que parecían ser los manipuladores y conocedores de esa tecnología extraña. Eso explicaría que en Antorcha se había beneficiado de una tecnología que solo unos pocos sabían utilizar o comprender y que gente como la alquimista sabría hacer productos tecnológicos aunque sin entenderlos. Solo por puro aprendizaje y repetición, como hicieran en Tierra, en la Edad Media, muchos copistas. Haciendo copias de libros, reproduciendo los símbolos y no comprendiendo qué significaban.

Le resultó significativo que la única expedición que retornara comentara la existencia de tantos monstruos en el interior de la montaña, tan pegada al pueblo, y que no hubieran tenido problemas antes. O al menos no conocidos.

Sabandijas, alimañas, sombríos y gremlins. Espera, ¿Eso no tenía algo que ver con la filmografía antigua de Tierra? Diantres, de copistas medievales y de películas antiguas sí que te acuerdas, pero de hacer magia ni un ápice, se lamentó el joven.

Entregó una de las pociones que portaba al malherido Shidi y asintió con la cabeza conforme Emil les pidió a él y Alexa que se las apañaran para hacer negocios con unas cuantas cosas que sobraban, consiguiendo ropa para los enanos, un escudo para James, una entraña para Muxu y cualquier otra ganga que cayera ante ellos. A pesar que los que debían haberse encargado de esa información local eran otros. El arcano miró a la mística y vio cómo ella le devolvía un cara como la suya, de desconcierto. Se encogieron de hombros casi a la par y no emitieron palabra. Sería divertido echar un vistazo por las calles.

Daeron tomó los diversos objetos que le eran presentados para vender y los fue cogiendo y cargando con los brazos, sin dificultades. Era fuerte y capaz de acarrear pesos.

Más capaz que de hacer magia, se resignó cuando observó cómo algunos lo miraban, quizás sorprendidos que un "tiramagia" tuviera tanta facilidad física.

- Cuando quieras, Alexa.

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Vicky no se había dado cuenta de que nadie llevaba una sola moneda encima hasta pasar por la primera tienda. Absorta como había estado en sus propios pensamientos, se había perdido lo de Emil llevándose todo el dinero. Había sido un poco absurdo ir tres personas sólo a mirar precios, aunque por otro lado, había sido agradable poder echarle un vistazo al pueblo y saber qué tipo de gente vivía en él.

Miró a unos y otros asintiendo ante la información que daban. Ante la duda de Halberd, sin embargo, aclaró las palabras de Raxus.

- No Halbert, tu ropa podríamos habérnosla llevado... si hubiésemos llevado algo de oro encima.  - dijo la justice ranger rascándose la nuca. No tenía que ser una situación cómoda para Halbert - Sólo la de Raxus es a medida. - aclaró al enano.

Escuchó con atención todo lo que explicó Emil de carrerilla. Le gustaba escuchar su voz o temía olvidarse de algún detalle si pausaba. Fuera bromas, parecía que la situación era más peligrosa de lo que inicialmente habían pensado. A Vicky la "piscina de petróleo" y las extrañas jaquecas le daban mala espina. Con un poco de suerte sólo era un gas ligeramente tóxico. Con mala suerte, aquello estaba destilando radiación.

No le gustaba darle la razón a Emil tras las tensiones de la mañana porque temía que el elfo sacase algún comentario que la irritase, pero asintió sobre lo del adelante.

- La sugerencia es razonable, Shidi, pero la respuesta del Concejo también. No nos conocen de nada, somos extranjeros y vestimos con harapos o ropas de antiguos lugareños que decidieron emprender un camino criminal. Es más que razonable que vean adelantarnos algo de dinero cómo una inversión perdida si nos matan por el camino, o como una estafa para salir del lugar con los bolsillos más llenos que cuando entramos. No les culpo.

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Seguiré desnudo  entonces, que le vamos hacer- poco podía hacer al respecto, al tener aquel cuerpo tan “peculiar”- lo que si voy a necesitar es tomarme otra de esas pociones curativas. Yo no tengo problemas en no llevarla en el combate, por eso de que voy a ir en primera línea, pero aún sigo algo tocado y si vamos a partir ya, no es plan de que vaya aún sin estar con toda mi fuerza plena. 

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Halberd escuchó con atención a Emil mientras se rascaba la perilla. La alegría de haber estado trasteando con sus herramientas se había esfumado, y ahora su gesto era de profunda preocupación.

Recordó por qué durante un tiempo había estado retirado de los Rifts Warriors durante un tiempo. ¿Por qué el destino no le dejaba llevar una vida tranquila? Tal vez con el tiempo pudiera montar una herrería en ese mundo primitivo de mierda... Vaya idiotez. Estaba claro que su lugar estaba con los Rifts Warriors por mucho que deseara una vida tranquila. Pero temía que no se acostumbraría nunca a la vida aventurera.

Se arrebujó aún más con la manta, como si eso le protegiera de algún modo.

— La verdad es que cada cosa que nos cuentas suena peor que la anterior, Emil. ¿Un túnel subacuático? ¿Un nido de gremlins? ¿Unos humanoides que se fusionan con las sombras? Y Raxus sin unos malditos pantalones. Vaya locura nos espera... Pero, en fin, supongo que es lo que toca. — suspiró resignado — Por otro lado, hablar con ese hombre puede ser muy interesante, si lo encontramos vivo. Espero que sí. A juzgar por todos los aparatejos que tiene en su fundición el tipo debe saber bastante. Puede resultarnos muy útil que le salvemos el pellejo, además, bueno, de ayudar a toda esta pobre gente. Y ya que parece que vamos a pasar una temporada aquí...

En esos momentos pensó en las redomas que habían en la fundición. Tal vez no fuera tan mala idea coger algunas. Si lograba hacerlas funcionar como era debido... 

Se giró hacia Vicky.

— Vale, perfecto. No te preocupes, puedo esperar un poco más. Gracias Vicky, bueno y a los demás.  — respondió a la ranger y a los otros que fueron con ella.

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De pie, junto a Daeron, Alexa asintió a las explicaciones de Emil. Y luego a los comentarios que siguieron. Tampoco ella estaba tranquila ante todos esos peligros allá abajo, pero era lo que había. Si podían conseguir algo más de la lista de cosas necesarias, era cuestión de empezar cuanto antes el descenso a las cuevas.

-Bien, nosotros nos vamos. No nos entretendremos innecesariamente, y veremos qué podemos conseguir. Cruzad los dedos...

Un guiño a Emil, una sonrisa a Daeron, y en marcha.

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Escucho todo lo que cuenta Emil mientras voy afirmando levemente en algunas partes. Una vez termina, me quedo un momento pensativo mientras los demás terminan de hablar antes de tomar la palabra.

Con todo lo que ha dicho Emil yo me forjé una teoría, qué es el principal motivo por el que Muxu se ha interesado por ese conjuro. Os lo cuento para que vosotros también podáis opinar si os parece razonable o no.

Supongamos que bajo el montículo hay unas estructuras antiguas que llevaban a un depósito de algún gas o sustancia capaz de generar las llamas rosas de las que nos hablan los lugareños. Empiezo a pensar más bien en una sustancia que emite un gas inflamable responsable de esos fuegos, y no como pensé en un gas que sea lo que respiran los hombres sombra esos. Pero no está de más tener la burbuja de aire por si acaso.

Ahora supongamos que los de la banda del Puño de la Cuerda descubren que bajo el Estanque de las Lágrimas hay unos pasadizos que llevan a unas estructuras antiguas, e investigandolos encuentran la fuente de los fuegos.

Sin comentarlo a nadie, hacen un trato con Garmen Ulreth para negociar esa sustancia sacando un buen beneficio ambas partes en el proceso. Es decir, ellos se llevan la sustancia o gas y el tal Garmen, o bien la saca del pueblo y la vende con un buen beneficio, o bien la guarda para venderla a la gente del pueblo cuando esté desesperada.

Al llevarse esa sustancia, los fuegos de la colina se han apagado. Pero al apagarse los fuegos hay algún tipo de gas que no se está quemando y que se está filtrando por toda la zona provocando los dolores de cabeza a la gente del pueblo.

Está claro que tenemos que explorar cuanto antes esos túneles, pero no confiaría en que nuestra misión termine solo con eso. Igual luego tenemos que encargarnos del Puño de la Cuerda y del otro "comerciante" o más bien algo así como mafioso.

Me relajo en mi silla. Tenemos que esperar por las otras compras, podemos hacerlo mientras discutimos sobre mis suposiciones.

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No tardaron en volver, tal y como Alexa había augurado. 

-Ha ido bien, más que bien, yo creo. Y he intentado dejar un poco claro que los Rifts Warriors no somos un grupito de aventureros cualquiera, a pesar de nuestras pintas, creo que empiezan a confiar en nosotros. Más o menos. Eso sí, pagar, hemos pagado como un reloj. Pero no me parece mal trato aún y habiendo quedado a cero nuestras arcas. 

Levantó la bolsa de monedas, sólo quedaban platas y cobres. Tampoco llevaban la armadura mágica, la habían vendido, pero llevaban varios bultos, sobre todo Daeron. Los dejaron encima de la mesa, y empezó a mostrar la mercancía adquirida.

-Virotes, un montón. Cinco a cambio del cuchillo de los bárbaros, el comerciante dijo que sería atractivo para alguien como coleccionable, no como arma. Un souvenir, bien por él. Y por los botellines de agua, ¡treinta virotes! Daeron cree que hubiéramos podido sacar más, por aquello de que el plástico aquí no existe, pero íbamos con prisas, y estas gentes aborrecen el regateo. Los aceptamos. 

Sacó luego algo de ropa, nueva y doblada.

-Una camisa y pantalones de artesano para ti, Halberd. Raxus, tendrás que esperar a la vuelta. -A la ropa siguió una ristra de lo que parecían pelotas no muy grandes.- Cinco vejigas de aire pequeñas para ti, Muxu. Te dan para varios conjuros. -Y un gran paquete entonces...-¡El escudo! Uno de acero, pesado y firme. Vale el oro que hemos dado por él. -Sonreía.- Y...

Dejó pasar unos segundos, como si guardara lo mejor para el final, y entonces sacó...

-¡Un equipo completo de escalada! Creo que el trueque por la armadura ha sido ventajoso, por lo menos en las circunstancias en las que estamos. ¿No os parece?

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A Halberd le resultó divertida la forma en que Alexa sacaba los artículos que habían comprado como si fueran regalos. Le hizo sentir casi como cuando vivía una vida tranquila... Claro que esa sensación bien podía ser falsa, como el resto de sus recuerdos. Aún así, la mística le contagió la alegría con la que estaba sacando las compras. 

El enano se quitó la manta con la que estaba tapado de un tirón y saltó de la silla a por la ropa que habían traído.

— Gracias muchachos — dijo lanzando una mirada de extrañeza a Alexa. ¿Por qué la recordaba tan desagradable? Con lo alegre que era...

Tomó la ropa que le ofrecían y se la empezó a poner. Por fin dejaría de andar por ahí con solamente vestido con unos calzoncillos y unos zapatos.

— Es genial todo lo que habéis traído. — dijo subiéndose los pantalones. — Tal vez con un poco de suerte empecemos a ver pronto algo de luz en nuestra situación financiera...

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- Gran trabajo ambos- comentó con una sonrisa Emil a Alexa y a Daeron. Realmente había confiado en que la buena aptitud de Alexa y Daeron con los foráneos siguiera permitiendo los mejores acuerdos... y aunque era obvio que hubiera preferido precios mucho mejores, era aceptable. Más que aceptable, de hecho, teniendo en cuenta los intentos previos.- Todo nos viene mejor que bien, la verdad. ¿A quién le viene mejor el escudo de los presentes? Equilibrium, ¿te ocupas tú de llevar el equipo de escalada? Que todos los que tienen ballesta tomen tres virotes salvo Xavier, Vicky, Thomas, Muxu y Halberd que cogerán cuatro. 

Se quedó un momento pensativo antes de continuar.

- Alexa, dale otra poción a Raxus. No lleva armadura y necesitará un poco de salud más antes de partir. De todas formas, y por ahora, no hay más pociones que podamos usar. Al no tener a ningún curador necesitamos ayuda para los que puedan caer durante la misión. En cuanto a tu tesis, Equilibrium, puede ser, en efecto. Está bien razonada, bien pensada y es congruente con lo que sabemos hasta ahora... Pero nos faltan datos para darla por cierta. Tengámosla en cuenta, pero no dejemos que afecte a nuestras decisiones. Estamos en un mundo nuevo, que no conocemos, y nos referimos a gente que no conocemos. Prudencia, ¿de acuerdo? Bien... creo que debemos ponernos en marcha. Que cada uno coja las cosas que precisa y vayamos a por esos conjuros prometidos para poder entrar en las cavernas y salvar al padre de Val.

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Bueno, ya sabían más o menos qué esperar, aunque a grandes rasgos el alemán se había quedado igual. La cosa es que aquello estaba abarrotado de posibles enemigos, y que la antorcha aquella se había apagado y estaba liberando combustible o gas. Aquello sonaba a una falta de quemador, y a que iba a reventar tan pronto lo encendieran de nuevo, pero bueno, ya lo valorarían cuando llegaran hasta allí.

Cuando volvieron con la ronda dos de compras, él cogió sus virotes, y aunque miró un par de segundos el escudo, finalmente negó con la cabeza.

-Soy más útil con ambas manos libres para combatir. 

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-Gracias querida amiga, son perfectas.- Dijo tomando las cinco vejigas pequeñas llenas de aire. -Tu idea de utilizar los botellines plásticos me ha parecido muy perspicaz y apropiada, pero no me siento con toda la confianza aún en mis poderes para conjurar con esas modificaciones, que bueno que has encontrado las indicadas en el almacen.- Le dijo sonriente. Son ideales.

Luego Emil indicó, entre otras cosas, que Muxu tomara cuatro virotes de los nuevos, y así lo hizo la maga.

Escuchó a Raxus y a Shidi conversar sobre quien usaría el escudo ya que el enano no llevaba armadura.

-Parece buena idea James, ya que mi armadura de mago solo le durará una hora a Raxus.- Dijo y miró al enano. -Si es que sigue siendo de tu agrado usarla, y no, no es una escusa mía para tocarte como dijiste ayer.- Comentó llevando las manos a la cintura. -Pero vuelve a decirlo y aceptaré tu oferta de tocarte cuando yo quiera, cuando necesite un muñeco de prácticas para entrenar con mis puños.- Hizo sonar sus delicados nudillos contra la palma de la otra mano, sin ocultar su sonrisa que dejaba entrever el tono de broma en su comentario.

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Coge la poción que le ofrecen y se la bebe en un abrir y cerrar de ojos. Mientras nota los efectos de la misma, asiente a las palabras de Alexan:

Tranquila, estoy ya mentalizado que voy a tener que ir desnudo- dice, resignado aunque no preocupado por la situación. Acto seguido alza las manos ante las palabras de Muxu- bastante voy a tener con los golpes que reciba de los enemigos para que me golpees tu también. Aceptaré no decir que te gusta tocarme, y acepto gustoso esa armadura de mago, pero solo cuando las circunstancias lo requieran. 

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El razonamiento de Equilibrium no parecía descabellado. Había algunos detalles que parecía que Emil había olvidado o dado por sentado en su explicación que apoyaban la teoría. Si estaba en lo cierto, aquella gente eran criminales y debían ser llevados hasta la justicia. Vicky no estaba segura de cómo funcionaría el sistema judicial en aquél lugar, qué tipo de leyes y castigos se imponían, pero esperaba que fuesen justos. No estaba en posición de juzgar, pero seguramente lo haría cuando llegase la ocasión. 

Esperó junto al resto la vuelta de Alexa y Daeron, descansando lo que podía. Aprovechó también apra cambiarse de ropa a las que habían traído esa mañana sus compañeros. No es que ir limpia a una misión de rescate fuese necesario, pero a nadie le disgustaba llevar ropa nueva en lugar de andrajos sudados opr buscavidas. La verdad era que seguía herida, pero no iba a quejarse hasta que fuese realmente necesario. Consideró que utilizar una de las preciadas pociones ahora mismo era malgastarlas. Una vez se pusiesen en marcha y tuviesen más información, sopesaría el uso de las pociones.

Una vez sus compañeros volvieron, miró con media sonrisa la manera de Alexa de repartir los bienes. Parecía que hubiese ganado un premio en la feria del condado y lo estuviese repartiendo entre sus amigos, en lugar de la cruda realidad: estaban preparándose para una misión potencialmente mortal. 

Emil repartió de nuevo los materiales. Vicky frunció el ceño desde su esquina, pero no dijo nada. Vale, le habían nombrado líder, pero podría al menos pretender que le importaba algo lo que dijesen el resto.

- Once virotes. - contó Vicky en voz alta mientras añadía los cuatro nuevos proyectiles a los siete que ya tenía en posesión. Eso y la daga no hacían un gran equipo de combate, pero tendría que aprovecharlo al máximo. - Por la parte que me toca, estoy lista. - O tan lista como se puede estar.

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Daeron volvió junto a Alexa, cargando con todo lo que habían logrado obtener después de trueques y canjeos. El peso con el que salió no se redujo en exceso con el peso con el que volvió. Tampoco es que no fuera nada que no pudiera cargar. Alexa había logrado no desentonar con los vendedores y estos le habían dado precios no abusivos, trayendo así todo lo esperado a gran velocidad, pues tiempo no les sobraba. Lo que el joven sí que tuvo en mente fue su paso por la carnicería, donde consiguieron las vejigas para Muxu. Aquello dio que pensar al mago.

Una vez de vuelta se sentó en una banqueta y abrió su libro de recetas mágicas, recordando que algunos ingredientes de los hechizos eran físicos. Cosas mundanas, fáciles de conseguir, pero necesarias. El pretendido mago realizó una lectura sobre las recetas aprendidas y descubrió la necesidad de conseguir algún pedacito de cuero.

- Emil, déjame un instante tu daga - dijo al elfo con la intención de cortar un pedacito del extremo sobrante de su cinturón. Sería suficiente para todo lo que iba a necesitar.

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-Mejor así, compañero, mejor así.- Reía sabedora de que su "intimidación" no era más que una ilusión y un juego. -Tú me avisas cuándo. Por mi parte creo que iré en segunda fila, conjurando hechizos de protección en área corta y ballesta en mano.-

Fue en búsqueda de su mochila, Emil ya daba la señal de ir a por los conjuros prometidos por los magos de Bright. Quizás sería bueno hechar un vistazo al equipo que tienen allí a la venta de paso, para saber...

En eso escuchó a Daeron pidiendo una daga y lo vió sacar su cinto de cuero. Como maga experimentada que Muxu era, o almenos había sido, sospechaba qué era lo que el mago buscaba hacer, conociendo la precaria situación actual.

-¿Componente de cuero?- Preguntó. -Ten, aquí tengo dos tiras de cuero de sobra, compañero.- Le ofreció tomarlas. Componentes indispensables, suerte que sean baratos.