Partida Rol por web

- ¿Otro baño?- dijo Tony exasperado. - Desde que estoy con este grupo me he dado ya cuatro o cinco chapuzones, y han sido solo unos días. Se me va a caer el pelo.

Resignado, el hombrecillo siguio al grupo en dirección a los baños. Lo que Tony no sabía es que iba a descubrir un nuevo elemento, desconocido para él hasta entonces: 

El jabón. Siempre y cuando Barret no lo gastara todo

Callado, en parte por verguenza propia y ajena, asintió a las palabras de la Sheriff... total... ¿iban a protestar? Pues no. Y además, un baño les vendría de perlas, para olvidarse de los ataques de alimañas voladoras, y para que otras alimañas voladoras  no se desmayasen al paso de alguno de ellos (casi le pareció ver a una paloma echar la primera papilla, pero debieron ser visiones)

-Al baño pues... Esperemos que sea caliente... -Tenía en mente esos baños... las termas, donde te relajabas a niveles increíbles) -y... sin magia   -Añadió a regañadientes; al menos, intentaría no usar magia, y eso que invocar a algo que te frotase la espalda sería una delicatessen

Cuando la Sheriff comentó lo de meterse en líos simplemente aparté la mirada de forma inconsciente, en parte en señal de arrepentimiento y en parte tratando de fingir, de forma desastrosa, que no había sido así, por suerte el olor la atontó lo suficiente como para que no hiciese más preguntas.

Fue cuando Naldda nos avisó de nuestros planes que mi mirada se iluminó como si acabase de ver un ángel, sí definitivamente ella debía ser uno ¡¿estaba diciéndome que íbamos a comer?! bueno... esa parte no había quedado clara pero ¡el baño sí era seguro! -¡muchas gracias! ¡muchas gracias Naldda!- corrí a abrazarle en señal de mi mas sincera gratitud.

Tras darle unos cuantos golpecitos en la cabeza de Kromi, casi como a un perrito cuando es acariciado, la sheriff se dio la vuelta y comenzo a seguir uno de los guardias. Tras entrar al patio del castillo pudisteis comprobar lo grande que era y lo bien protegido que estaba con tanto guardia. Casi hasta os sentíais observados. Entonces abrieron el portón para que entrarais y asi llegar a una gran recepción. Allí, a diferencia de fuera, no parecía haber tanta guardia y se podía ver algún que otro sirviente.

Tras eso, siguiendo por unos pasillos bien decorados, para que se notara la riqueza, finalmente llegasteis a un pasillo con múltiples puertas. El guardia se dio la vuelta y os explicó.

-Estos son los cuartos de invitados. Podéis usarlos hasta vuestra reunión.- Luego señaló una de las puertas.- Y el baño se encuentra ahí. Usadlo por turnos.

La sheriff entonces se dirigió al cuarto más cercano para abrir la puerta y entrar.

-Será mejor que seáis vosotros los primeros. Ya me bañaré luego yo. Voy a descansar.

Cuanto lujo, hacía años que Tony no pisaba un edificio de piedra, mucho menos con estatuas y columnas de mármol.

En cuanto vio su habitación casi lloró de emoción. Una habitación para él solo. Eso sí que era inaudito.

Con resignación se acercó a los baños con una toalla marrón con dibujitos que vio en el suelo, al lado de su cama. Un ojo experto, bueno cualquier ojo, podría ver que la "toalla" era una alfombra.

Aprovechó a lavarse pronto, mejor librarse de ese mal trago lo antes posible. En el baño vio unas botellitas con líquidos que olían bien y una piedra de color amarillo que al frotar salía espuma.

Cuando acabó, 20 minutos después de entrar y porque alguien aporreaba la puerta con prisas, Tony era otro. Perdió un par de kilos de pelo corporal. Tras años y años sin frotar la mugre y porquería había creado una microfauna que fue eliminada de su cuerpo. Eso sí, el agua que quedó no servía ni para regar las plantas y los criados tuvieron que quemar la cuba y traer una nueva para el resto.

De vuelta en su habitación, se puso sus mejores calzoncillos, los blancos con lunares rojos y tras revisar el armario, se puso unos pantalones marrones y una camisa de esparto que se debió de dejar alguno de los invitados anteriores.

Qué grande. Cuánta vigilancia. ¡Cuánto lujo! ¡HAY COSAS DE VALOR! Lo disimulo a duras penas, pero me entran ganas de babear al ver tanto objeto de valor solo en los pasillos (a saber qué ocultarán en la sala del tesoro, porque tiene que tener uno este lugar).

Me acerco con disimulo al objeto valioso más cercano y trato de echarle el guante rápidamente y esconderlo. Tras las explicaciones de la sheriff y marcharse tengo claro lo que voy a hacer aquí:

• Primero, ducharme. La verdad, me siento un poco sucio, ya va tocando.
• Segundo, echar un vistazo rápido a la zona en busca de la sala del tesoro y volver rápido para el tercer paso y más importante de todos.
• Tercero, esperar a que la sheriff vaya a bañarse para espiarla.

Sonrío como un cosaco pensando en mi infalible plan cuando Tony entra primero al baño. ¡NOOOOOO! Con cara de espanto veo que el gafe se me ha adelantado, echando al traste casi todo mi plan. Bueno, no está del todo perdido, solo perderé algo de tiempo.

Pasan 5 minutos. 10 minutos. 15 minutos y empiezo a desesperarme. Y ya que han pasado 20 minutos empiezo a aporrear la puerta con desesperación para que salga de una maldita vez. Y en cuanto lo hace entro como una exhalación para darme un baño rápido. Contando con que el gafe no se lo haya cargado...

Una vez termino de darme el baño salgo disgustado y voy a mi habitación sin decir nada. Los pasos uno y dos a la mierda por culpa de Tony. Al menos todavía tengo la oportunidad de espiar a Naldda, mi querida y sexy sheriff...

En fin, mientras espero, veamos qué he conseguido agenciarme (si es que lo he logrado).

Mis ojos brillaban al contemplar tanto lujo ¿seguro que había vuelto tras morir o estaba en el cielo? me pregunté asintiendo ante las indicaciones que nos dieron.

Tenía curiosidad por ver las habitaciones pero decidí esperarme a después del baño, aunque claro, había cola.

Tony paso delante y Barret parecía impaciente por su turno, tanto que se puso a golpear la puerta; cuando lo hizo miré alrededor rogando por que los guardias no tuviesen que llamarnos la atención, por suerte Tony no tardó en salir evitando así que la puerta acabase por venirse abajo.

-Supongo que ahora me toca a mí- comenté con una sonrisa a Arnolfus antes de entrar, contemplando como el segundo salía con cara de disgusto del baño a pesar de tanta prisa que tenía por tomarlo...

Aunque me tomé algún que otro minuto para disfrutar mínimamente de aquel momento fui por faena, después de todo todavía quedaban otras dos personas bañarse.

-Ya está, espero no haber tardado mucho- me disculpé al salir -¿avisarás a Naldda al acabar? Se había ido descansar...- le recordé al nigromante antes de marcharme a mi habitación.

Nada más llegar me lancé a la cama, abrazando la almohada ¿algún día me podría construir mi propio palacio con magia? me pregunté mientras soñaba con ello.

Un baño... un baño decente... casi se le saltaban las lágrimas de la emoción. A ver, que una cosa es que desprendiese un cierto tufo a cadáver, pero eso era por lo que llevaba en los bolsillos... productos preciosos pero que atufaban, que él se lavaba los sobacos cuando buenamente podía, diantre.

Tomó la toalla, unas chanclas, y se puso a la cola para disfrutar de un buen baño, con su jabón y todo. Algo le extrañó... entró Tony, y salió otro tipo; eso era sospechoso, hasta que al cruzarse, las facciones del menda le recordaron al "gafe"... joder... pues era él... qué cosas.

Segundo entró Barret... y en lo más profundo de su corazón, esperaba que no hubiese arramblado con todo el jabón y lo llevase oculto entre las ropas.

Tercera, Kromi; por momentos se la imaginó jugando con pompas de jabón, pero decartó seguir con la imagen, porque luego un fotograma lleva a otro... y ya sabes, peli completa.

Cuando ella salió,... por fín... lástima no tener el patito de goma... pero bueno, se podría quitar la roña de esos días..

-Sí, ya cuando acabe, os aviso y veo si doy con ella...

Una vez Arnolfus terminó de bañarse, era hora de la sheriff. Ésta salió de su habitación y... parecía que se llevaba sus ballestas al baño con ella. ¿Quién sabe cual sería el motivo?

Mientras tanto, Barret que echó mano a lo primero que pilló, parecía que quería llevarse esos jarrones tan valiosos que había visto. En el fondo tenía en el corazón aquella espinita clavada del otro jarrón que se le había roto. Pero cuando se fijó en lo que había robado, se dio cuenta de que en su lugar lo que había cogido eran las flores que había en ellos.

Mientras tanto, una vez pasado un buen rato, la sheriff volvió a salir del baño, completamente refrescada y regresó a su habitación. Ahora solo había que esperar a que les llamaran para la comida.

Distraído por el hecho de que en lugar de robar un jarrón me llevé sus flores. ¡Aaaarg, todavía tengo el trauma de ese jarrón chino roto! Con la tontería se me escapa la oportunidad de espiar a Naldda, pero al mirar las flores se me ocurre un plan estupendo.

Me arreglo un poco y, decidido, voy hasta la puerta de la sheriff flores en mano, toco a su puerta y espero que me abra para dedicarle una mirada coqueta y ofrecerle las flores. No, este plan no puede fallar.

El renovado Tony salió de su habitación para estirar las piernas un poco. Al ver a Barret se acercó

Ahora comes flores? Je je je - le dijo bromeando. -Andá son petunias. Conocí una vez una mujer que se llamaba Petunia y era alérgica a las petunias, que curioso.- le dijo y se quedó un rato a su lado hasta que la mirada de malas pulgas de Barret le echó. -Que borde eres a veces, Héctor. No se qué bicho te ha picado.

Limpio como hacía tiempo que no lo estaba, y disfrutando de tal sensación, se vistió... y a la mierda el buen olor; el tufo era por el traje, demonios, así que volvía a aparentar ser tan zarrapastroso como de costumbre; suspiró, resignado, gajes del oficio.

Más o menos se quitó parte del polvo y mugre, no obstante, de sus oscuros atuendos, dando un poco.. "el pego", y poco más se podía hacer. Oyó voces en el pasillo y asomó la cabeza, no fuese que estuviesen convocando para la comida... comida... demonios, que bien sonaba la palabra.

Pero lo que había era una escena entre Barret y Tony, cerca de la puerta del cuarto de la Sheriff... por un momento pensó que uno estaba regalándole un ramo de flores al otro, lo cual le extrañó un poco aunque... ¿quien era él para meterse en la vida de los demás?, pero luego ató cabos y dedujo que las flores eran parte de otro plan...

Meneó la cabeza... desde luego.. era persistente

Se volvió hacia la cama y se sentó en el borde de la misma, dejando la puerta abierta, a la espera de oir algo que le hiciese salir del cuarto.

Diantre... para una vez que podía estar sentado tranquilo, ... ¡quería aprovecharla!!

Kromi por su parte había sucumbido al sueño, el cual se veía perturbado inconscientemente por los comentarios que le llegaban desde fuera, haciendo que en ellos apareciese un Barret medio cabra que se estaba comiendo todas las flores del jardín de su palacio, mientras que Tony vestido de jardinero Real le preguntaba "¿Ahora comes flores?" antes de empezar a reír.

Pronto la puerta de la habitación se abrió sin que la sheriff dijera nada. Vio a Barret frente a ella. Parecía seria como siempre. Entonces bajó la mirada para mirar a esas flores y luego volvió a mirar arriba a la cara de Barret. La sheriff movió sus manos a la cintura, justo a lado de donde llevaba colgadas las ballestas. Sin embargo no cambió la expresión de su cara. Pero por algún motivo Barret podía notar como una gran tensión en el ambiente. Casi notaba que podría cortar el aire con una de sus dagas. Y de pronto...

-Señores invitados. Ha llegado la hora y el rey los reclama para la cena.- Uno de los sirvientes estaba en el pasillo, anunciando que ya era hora de comer.

Al oir la voz del pasillo, se levantó con calma de la cama, dispuesto a ... mierda... ¿iban a comer con el Rey?... como no se comportasen medianamente bien... iban a estar enjaulados una larga temporada...

Sin saber por qué, antes de salir de la habitación, pensó en... alguien tendría que hacer recuento de cubertería, sobre todo en el lado en que se siente Barrett... pero luego pensó que nos sería tan.. como para hacerlo. Y luego pensó que sí, que seguro que sí que lo era. Jodidos, estaban jodidos, concluyó.

Ya en el pasillo... ante la puerta de la Sheriff había un pequeño grupito... con un silencio sepulcral; hasta se agradecería que del ramo de flores saliese una abeja, por romper el incómodo silencio... Pero no.

Así que lo rompió el mismo.

-Bueno, no le hagamos esperar, que sería de mala educación

Apenas termino de decir el chambelán la palabra "cena", Tony ya pasaba como una exhalación a su lado babeando y rascándose insistentemente la espalda y el pecho. Al pasar al lado de Barret le dio un empellón sin malicia que le desplazó hacia la sheriff.

Oh! Sí. Sí. Sí. No podemos hacer esperar al Rey. ¿Por dónde se va al comedor?- se le ocurrió preguntar antes de acabar en las cocinas o los establos

Al escuchar la palabra cena mi barriga rugió de golpe haciéndome de despertador, y entonces escuchar al resto de compañeros fuera hizo que me diese cuenta de que nos habían llamado. 

-¿Ya es la hora de cenar?- pregunté con una gran sonrisa saliendo por la puerta, entonces recordé lo que estaba soñando momentos antes -espero que no sea ensalada...- murmuré siguiendo al resto.

El anuncio de la comida parece salvarme de una buena con la sheriff, pero un choque de Tony hace que me abalance accidentalmente sobre ella y ambos acabemos en el suelo. Me va a matar, es lo primero que pienso, pero al notar mi cara entre sus turgentes pechos decido aprovechar y restregarme todo lo que pueda con ella y meterle mano a conciencia antes de que me quite de encima o me liquide.

Que me quiten lo bailao, y luego a comer.

Posiblemente aquel fue el mayor error que cometió Barret en su vida. La sheriff lo empujó de encima de ella para levantarse para inmediatamente cerrar la puerta. Poco tiempo después se pudo escuchar un grito de Barret que resonó por todos los pasillos del castilo. Y tras unos momentos más, la puerta se abrió de nuevo. Al otro lado parecía que solo estaba la sheriff. Ella salió fuera al pasillo y cerró la puerta.

-Ya vamos. Al final solo seremos cuatro para comer.

Tras eso, la sheriff y los demás se marcharon siguiendo al sirviente.

Cuando la sheriff cerró la puerta por primera vez le pudiste ver una cara de enfado. Una muy fría que daban escalofríos. La sheriff se fue hacia la ventana y arrancó las cortinas. Y luego con un gran golpe te hizo darte la vuelta y aplastó su rodilla contra tu columna. Fue tan fuerte que incluso dejaste de sentir tus brazos y piernas, pero desde luego el dolor fue tan increíble que no pudiste evitar gritar. Tras eso comenzó a atarte con las cortinas todos los miembros, una y otra vez, atándolos todos juntos a tu espalda. Y finalmente, cogió las flores y te las metió en la boca, haciendo que casi te atragantaras. Entonces te levantó del suelo y abrió el armarió, tirándote dentro y bocabajo, dejando tu cuello en una posición bastante incómoda. Luego cerró el armario y escuchaste como salía de la habitación.