Partida Rol por web

Sadõ: El Castillo de Omori

La entrada al Castillo Omori

Cargando editor
21/05/2020, 16:41

Notas de juego

No identificas los clanes, pero por sus símbolos, deben ser clanes menores de buke al servicio del clan Date. Si fueras realmente noble podrías reconocer alguno, pero tu entrenamiento para suplantar a la hija del Jefe del Clan Daigo no puede suplir toda la vida de formación que hubiera recibido la verdadera Daigo-hime.

Cargando editor
21/05/2020, 17:09
Otoyo Saneda

-Por precaución, espero- la voz de Saneda se elevó lo suficiente para ser escuchado, mirando a Kakebuto-San-. Saneda Otoyo- se presentó con la formalidad que pudo. Normalmente, habría bajado su cabeza al hablar con un “verdadero samurái”, pero era una costumbre que le costaba quitarse, sobre todo con alguien con un nombre desconocido. Al menos de momento-. Hemos viajado con estas personas durante un gran tiempo y si alguno de ellos hubiera sido sospechoso de algo… pues no habrían llegado tan lejos- Munezawa-San parecía un perro rabioso alrededor de su protegida, así que no dudaría en acabar con quien pudiera dañarla-. ¿Hay algo de lo que deberíamos preocuparnos?

Quizás la cantidad de soldados no fuera solo para honrar a Daigo-Hime, sino porque esperaban problemas.

Cargando editor
22/05/2020, 11:00
Sakura

Con discreción y silencio recibió Sakura a los recién llegados. Asistió al despliegue de hombres, escuchó las palabras del líder de los jinetes, atendió las miradas que algunos de ellos lanzaban a su condición de Miko. Aliviados, sin duda.

No le pareció nada raro que estuvieran revisando las mercancías de los comerciantes, o los carros en general. El séquito de una Princesa era amplio, y no siempre los que lo componían le eran fieles, o lo eran al Señor de la Casa a la que se dirigían. Del mismo modo en que malhechores acechaban los caminos, algunos se infiltraban para atacar desde dentro. Por tanto, toda precaución era poca, y no sobraban las medidas de seguridad.

Otra cosa era lo que el yojimbo estaba preguntando, que ella misma se preguntaba también. ¿Habría sucedido algo en el Castillo de Omori que hiciera que hubiesen adelantado todas esas precauciones...?

Esperó la respuesta inexpresiva, pero atenta.

Cargando editor
22/05/2020, 11:28
Konao Daigo

En todo el camino no se había percatado de todo el séquito que la seguían, contabilizando varios carros de animales de tiro con soldados, un par de samuráis entre los que se encontraba Otoyo Saneda o comerciante con los que no había intercambiado palabra alguna, sin saber siquiera qué productos vendían.

Observó con disimulada curiosidad el carro de Totô, sobre todo cuando decidieron que no era necesario registrarlo. Desconocía qué podrían llevar, y más aún que fuera de interés para Dato como para controlar todo lo que llegaba. Seguridad. Escuchó después al Yojimbo a su servicio, imaginándose que él estaría controlando la seguridad general para evitar peligros innecesarios.

Estoy lista.- ¿Lo estaba? Ni ella misma lo sabía, pero teniendo tanta gente pendiente de ella era suficiente para obligarse a seguir avanzando, sobre todo después de saber que demasiados interesados impedirían que retrocediera.

Volvió a su carro, de nuevo con esa frágil elegancia de largos silencios y manos en el regazo, observando el precioso horizonte que se cernía sobre ellos.

Cargando editor
22/05/2020, 12:11
Uebo Totô

Totô hizo una respetuosa reverencia al samurai. La sensibilidad que había demostrado para con su mercancía impresionó a Totô, que sin duda pensó que se trataría de alguien de alto rango o linaje. Se quedó en su retina: más adelante, tras los muros, mantendría una charla con él. Seguro que sabría apreciar su mercancía.

Instantes antes de reanudar, mientras la dama Saigo se preparaba, Totô aprovechó para acercarse de nuevo a Saneda con los dos libros y los extendió al samurai.

-Tome, se los presto para que pueda echarles un vistazo. Sin compromiso - lo decía con franqueza - El segundo libro es de un general gaijín, del lejano occidente, llamado Julio César. Habla de cómo conquistó un país llamado La Galia. 

Totô hizo una reverencia y subió de nuevo a su carro, tras recoger su juego de té y demás pertenencias durante el almuerzo.

Cargando editor
22/05/2020, 13:20

Uno de los samurais quiso mirar con gesto torcido a Saneda, sin embargo otro de ellos le murmuró algo al oido y el gesto se torno en comprensión y admiración. Kakebuto respondió al ronin. Me temo, Saneda-dono, que es simple rutina en tierras en guerra dijo con tristeza. Los agentes de Oda y Tokugawa han intentado otras veces infiltrarse o llevar armas a nuestros enemigos

Cuando todo estuvo lisro, dio la orden de retomar la marcha. Los guerreros formaban en columna a lls lados del séquito. El camino apenas duraría una hora escasa. Kakebuto se puso a la altura de la litera para hablar con los presentes y responder sus dudas.

Sakura, dono. Dijo con tono reverencial Date-sama ha dado ordenes de preoararle un alojamiento en el castillo, desea que nos acompañe unos días y bendiga el castillo y estoy seguro que no le faltará trabajo Dejó la ultima frase en el aire, incómodo por el tema.

Cargando editor
22/05/2020, 14:03
Uebo Totô

Notas de juego

No es un regalo, es un préstamo para que le eches un vistazo.XD

Cargando editor
22/05/2020, 15:44
Otoyo Saneda

El gesto de molestia cuando sus palabras llegaron a los oídos del samurái, le recordaron su posición, su situación. Lo comparaba a intentar correr cuando no se tiene piernas, cuando pesadamente al barro, donde la realidad le dejaba. Por suerte su nombre tenía algo de peso, sus hazañas continuaban vivas… ¿Pero por cuánto tiempo? No quería ser uno de esos ronins que bravateaba en un pozo hediondo recordando viejas épocas, quería continuarlas, aún tenía mucho que dar. Kakebuto, gracias otros más provistos de información, se mostró más respetuoso con él, aunque no tenía por qué.

-Entiendo- dijo pensativo, siendo sus sospechas correctas y aquello tenía más que una simple precaución o rutina, debieron hacerlo con más ahínco por algún problema anterior. Por mucho que eso fuera algo malo… en realidad era bueno para él. Necesitaría brazos fuertes, mentes agiles y con experiencia. Quizás podría dejar de ser un simple ronin y alcanzar su antiguo rango.

Dejó que los soldados hicieran lo suyo, para que la princesa fuera escoltada, mas no dejó su lugar ni un instante, pues estaba comprometido a servirla y protegerla hasta llegar al castillo. Había dado su palabra y relajarse por tener más protección sería imperdonable. Totô se le acercó, con dos ejemplares en sus manos.

-Agradezco el gesto Totô-San- tomó los libros, de la misma forma que tomaría una espada que se le fuera entregada-. Los cuidaré como cuido a mi katana- y eso era mucho viniendo de una persona que solo tenía su espada y pericia-. Se los devolveré pronto.

Dos grandes generales, de tierras distintas, luchando, conquistando… sin duda eran lecturas que podría sacarles provecho o al menos conocer lo que había más allá. Había grandes hombres entre el cielo y la tierra, que dejaron su marca.

Cargando editor
22/05/2020, 17:15
Sakura

El rostro de la mujer no mostró sentimiento alguno de sorpresa o extrañeza en cuanto Kakebuto se dirigió a ella para transmitirle el deseo de su Señor de que ella fuera al Castillo. Si las hubo, sorpresa o extrañeza, quedaron en su interior.

-Desde luego así lo creo, será un honor para mi, sin duda, tal como lo es aceptar la invitación del Honorable Date-sama.

Remarcó sus palabras con una profunda reverencia dirigida no tanto a su interlocutor como al noble Date que lo enviaba.

Se giró ligeramente entonces, dirigiendo una pequeña sonrisa cómplice al protector de la Dama Daigo, Munezawa, puesto que al parecer la invitación oficial de la que antes habían hablado llegaba antes de lo esperado.

Cargando editor
23/05/2020, 08:56
Ikage Munezawa

—Kakebuto-san —saludó Munezawa una vez terminó todo el cateo—. Comparto vuestra preocupación por estos tiempos de guerra por ello quería pediros retomar la marcha cuanto antes. Me presento, soy Ikage Munezawa y estoy al servicio de Daigo-hime para honrar el juramento que hice a su padre en sus últimos momentos.

Inexplicablemente recordó el haiku de muerte que escuchó en ese momento de sus labios:

La primavera

donde nace la vida

muere la nieve

Para cuando volvió a la realidad vio que la comitiva ya estaba poniéndose en marcha y se apresuró a terminar de prepararse para retomar el paso y ponerse a nivel del palanquín de su señora.

—Daigo-hime, creo que estaréis bien no obstante estaré atento por si hubiera algo extraño...

 

 

Cargando editor
25/05/2020, 17:19
Sanemoto Date

El camino no fue muy largo, aunque algunos comerciantes del final de la caravana, tardarían en entrar mientras se despejaba el sendero de acceso, para poder alojarse en la población cercana. Solo Totô tenía un permiso especial para entrar al recinto del castillo debido a la naturaleza refinada de su mercancía. A los pies del Castillo Omori, Date-sama os esperaba acompañado de un joven de unos diecisiete años, de apariencia viril y enérgica, en su rostro un parche tapaba uno de sus ojos, perdido durante la campaña de la primavera anterior. Junto al Señor del Castillo, estaba Masamune Date, el joven heredero del clan Date y temido en todo Japón como uno de los guerreros más letales.

Los criados de Daigo-hime la ayudaron a descender de la litera, se intercambiaron los saludos protocolarios aunque fueron menos formales de lo esperado. Al fondo del camino se veía llegar una gran comitiva militar, llena de estandartes con mon de varios clanes. Los criados hablaban de la celebración de una reunión entre todos los aliados del clan Date para iniciar la guerra. Un lacayo ofreció su guía a Uebo Totô para acompañarlo a una habitación. Los criados se dispusieron para acomodar al sequito de Daigo-hime, la cual debía sentirse agotada, de la misma manera mostraron los aposentos para su escolta. Una joven acompañó a Sakura igualmente, llevándola a la habitación que le habían preparado.

El viaje había terminado, con un recibimiento frío y protocolario, lo que os hace sospechar que este matrimonio no es más que una formalidad política. Ahora ya estáis separados. Solo Munezawa y Saneda permanecen juntos, alojados en la misma sala.

Cargando editor
25/05/2020, 17:31
Heizõ

El criado te llevó por un camino tortuoso, alejado de los establos donde los nobles solían alojar a los comerciantes errantes. Finalmente llegó a una pared donde abrió con presteza y cuidado una puerta disimulada entre las piedras del castillo. El pasadizo era largo y solo estaba iluminado por unas pequeñas lamparas en la pared. Al final del mismo, había un hombre, con aspecto de sacerdote sintoista, que sentado sobre sus rodillas levantaba la mirada buscándote.

¡Ah! Joao-san... llegáis en buen momento. Dijo a la par que se levantaba y con su mano buscaba a tientas su bastón. Mi nombre es Heizo, aunque como sospecharás, es un nombre tan real como Uebo Totô.

Sonreía, no te miraba directamente. Solo en tú dirección. 
 

Imagino que tendrá la mercancía preparada ¿verdad? 

Cargando editor
25/05/2020, 17:38

La joven criada te llevó hasta una habitación del piso superior. Era una estancia grande y cómoda. La joven encendió dos lamparas y te mostró donde estaban los futones y como llamar a los criados.  
 

Date-dono, mi maestra fue la miko Ayumi, antigua sacerdotisa del templo de Susanoo y me dejó el encargo de servirla a usted y su familia. Dijo con una reverencia. Heizō-dono, el sacerdote errante, es el jefe de los espías de vuestro hermano y me pidió que os informase de lo que Date-sama espera que hagáis al servicio de la familia.

Hizo una reverencia y se dirigió a un cofrecillo donde había una carta.

También debo informarle de que los criados y soldados hablan de la presencia de fantasmas en el castillo. Afirman haber visto luces que recorren los patios y jardines de madrugada y oír pasos en salas vacías. Parecía algo asustada por lo que decía
 

Cuando dijo eso, hizo una reverencia y se alejó dejándote algo de espacio, pero sin salir de la sala.

Cargando editor
25/05/2020, 17:48
Masako

Al llegar a tus aposentos, tus criadas se afanaron por desnudarte, prepararon un baño caliente y te dejaron allí. Cuando una puerta se abrió pensaste que las doncellas vendrían con tu ropa para dormir te encontraste con una mujer, muy maquillada, vestida con un kimono muy colorido y que te miraba con aspecto despectivo.

Ah, la princesa ha llegado... Dijo en tono burlón. ¿Encontró atractivo a su prometido? ¿Es todo de su agrado? 
 
Se acercó a la bañera, mirándote con una expresión fija e intensa. 

Princesa... Daigo-hime, la única superviviente... Dijo con una sonrisa.

Cargando editor
25/05/2020, 17:53
Motochika Sanasuke

Los samurais de la comitiva fuisteis llevados a un cuarto, próximo al de Daigo-hime a quien sus criadas estaban bañando. Un criado os llevó comida, sake caliente y cuanto pudierais pedir, cuando una puerta se abrió. Un guerrero, esas cosas se notan, entró en la sala. Su mirada era como el acero y caminaba con rigidez y solemnidad.

Soy Motochika Sanesuke, comandante de la guarnición del Castillo Omori. Hizo una formal reverencia. He oído de vuestra presencia, y quería saludar a huéspedes tan honorables. Munezawa-san, el protector de Daigo-sama y el legendario Saneda-dono, vuestra leyenda os precede. 

Repitió la reverencia, aunque la referencia a la protección al difunto Daigo-sama quedó flotando con un aire despectivo en el aire. 

Os doy la bienvenida y espero poder entrenar junto a vosotros

Cargando editor
25/05/2020, 17:53
Uebo Totô
Sólo para el director

Todo había salido a pedir de boca. A diferencia del resto de comerciantes ambulantes, entró en el recinto del castillo y tuvo el privilegio, si es que lo era, de asistir al recibimiento del Señor al séquito de su futura esposa. No fue largo, para lo que había percibido en Japón, pero si frío y distante. Se le encogió el corazón de ver como aquella joven tan lozana y risueña iba a compartir su vida con un tibio y completo desconocido. Rogó a Dios que bendijera a aquél matrimonio con la dicha y alegría que la joven, sin duda, merecía.

Un sirviente le guió aparte de los demás, supuestamente a sus aposentos o donde fuese que dormiría pero se encontró con una puerta secreta, un túnel misterioso y un individuo más misterioso aún. Aquello tranquilizó enormemente a Joao, que así pudo certificar que estaban al corriente de su llegada. 

- Es un placer conocerle, señor Heizo. No necesita decirme otro nombre: es el que necesito saber - saludó Joao, dando a entender que ya había obtenido suficiente prueba del falso monje - La mercancía ha llegado sana y salva, Heizo-sama. ¿Cuales son sus instrucciones?

Cargando editor
25/05/2020, 22:52
Ikage Munezawa

—Tus palabras son un halago que no merecemos Sannasuke-san —contestó Munezawa acompañando sus palabras de una reverencia idéntica a la que había recibido, en ese momento era un invitado y no era el momento para responder airado. Ahora mismo primaba más la seguridad de Daigo-hime que cualquier otra afrenta—. Si deseáis que compartamos golpes con un bokeh, no voy a ser yo quién os niegue pues me honráis con esa oferta.

Miró brevemente a su compañero, después a la sala. Tras esperar un tiempo prudente aprovechó para tomarse ciertas confianzas con el recién llegado.

—Sanasuke-san... ¿Qué noticias llegan desde Kyoto? He tratado de estar pendiente de las nuevas que llevaban del oeste, sin embargo, ha sido difícil tener información clara sin exponernos demasiado.

Cargando editor
26/05/2020, 11:37
Sakura
Sólo para el director

La mujer sonrió. Date-dono, la había nombrado. Así que sabía quien era. Dejó que siguiera hablando y acomodándola, sin interrumpirla.

Cuando la muchacha le ofreció el cofrecillo lo tomó, y siguió atenta a los temores de la sirvienta. Eran ingenuos, ¿fantasmas...? 

-Gracias, leeré la carta, espera por si requiere respuesta. En cuanto a las luces y el sonido de pasos... parece más cosa de intrusos que de fantasmas, pero lo tendré en cuenta. Nunca hay que descartar nada por extraño que parezca, aunque la explicación más obvia suele ser la acertada. 

No se rió de la chica, en absoluto, al contrario el tono de voz que adoptó era tranquilizador y suave, pero transmitía seguridad. Volvió a asentir, sonriente, y entonces procedió a leer la carta que habían dejado con sus instrucciones.

Cargando editor
26/05/2020, 15:07
Otoyo Saneda

Ya en sus aposentos, Saneda comió y bebió con lentitud, leyendo los raros ejemplares que Totô-san le confió. Ciertamente no era un sujeto muy versado en esas cuestiones, gran parte de su vida fue dedicada al camino de la espada y a pesar de haber tenido que instruirse, prefería fortalecer su brazo… Por eso la llegada de Sanasuke-san le hizo dejar todo aquello de lado.

Hay gente que lleva la espada a todos los sentidos de su vida, como si pasara de convertirse en una mera herramienta o arma a algo más sutil y perfecto. Conoció gente que era capaz de ganar una lucha con solo una mirada, con un gesto, sin mostrar el filo de su katana. Saneda solía decir que la espada fue absorbida por su espíritu, volviendo todo su ser un arma. Ese sujeto tenía esa aura.

-Me honra recordando mejores épocas, Sanasuke-San- estaba lejos de ese momento de gloria, aunque tuviera las mismas cicatrices y más experiencia-. Siempre se debe afinar nuestros filos- acotó con una sonrisa, refiriéndose a todo en general y aceptando su propuesta de entrenar juntos.

La pregunta de Munezawa fue bien recibida por Saneda, pues también quería saber lo que ocurría en otras regiones, aunque no tardarían en llegar a lo que ocurría allí. Pues su instinto le indicaba que había mucho más de lo que percibieron en esa primer mirada.

Cargando editor
27/05/2020, 19:30
Heizõ

El monje, tanteando con su bastón se acercó a un arcón a su espalda.

Vuestro superior en Sakai, dice que sois un hombre de recursos. Dijo mientras extendía un pergamino hacia ti. Por ello espero que esta carta os de las instrucciones precisas, aunque para mí signifique que he añadido un nuevo recurso a mi amplio abanico.

La carta provenía del superior provincial de los jesuitas. La instrucción era sencilla, permanecer en Omori, instruir en secreto a una compañía de mosqueteros para el clan Date y descubrir a posibles espías del Clan Tokugawa, el cuál parecía dispuesto a iniciar una persecución religiosa en Japón contra los católicos.

Al contrario de lo que pueda parecer, a mi me interesa que su religión esté aquí. Dijo el sacerdote con una sonrisa. Así nos permite crear un equilibrio frente al auge de las sectas budistas, y amenaza ligeramente el riesgo de que algún loco en nombre del emperador haga cosas... nefastas...

Sus palabras tuvieron un aire profético, quizás cerca de cuatro siglos después alguien debería haberlas tenido en cuenta.