Partida Rol por web

Ambos reunís el valor suficiente para iniciar su descenso por la cueva, la cual parecía invitarlos a seguir avanzando con cada paso que dabais. Un rápido vistazo hacia atrás os hizo saber que ya estabais algo lejos de la entrada, pues ningún rastro de luz natural se podía observar a lo lejos. El hecho de que afuera sea de noche simplemente dificultaba más el poder observar un atisbo de luz. Os tuvisteis que valer de las antorchas que por el momento hacían un buen trabajo en mantener iluminados vuestros pasos.

El sitio era humedo, y poco tiempo fue el que tardaron para empezar a sudar, algo que no resultaba tan poco común tras la lluvia de esta mañana.

Seguís avanzando hasta que descubrís que el camino se reparte en tres secciones. A la izquierda se hallaban dos caminos separados y a la derecha uno que iba en descenso. La ayuda de vuestras antorchas solo permitía ver a unos escasos metros más allá de sus narices así que poco más había que ver más allá de la penumbra.

-Bien muchacho... -Pronunció finalmente el guerrero de cobriza tez. Deteniendose a meditar. -Descender no parece buena idea... Ahi abajo podría haber cualquier cosa. Yo diría que uno de los caminos de la izquierda valdrá. Por aqui mismo. -Dijo a medida que se adentró en el pasadizo de la izquierda del todo sin preguntar por la opinion del chaval. -Será mejor ir haciendo algo de ruido, no queremos sorprender a un oso y que se vea acorralado, ¿eh? -Masculló con un leve tono de sátira antes de empezar a tararear una cancioncilla típica de su tierra entre silbidos.

Rolf parece mostrar un estado de ánimo optimista y confiado a pesar de encontrarse a si mismo en un mar de dudas sobre sus próximas actuaciones, pero por ahora, deja esto de lado para inspirar algo de confianza al muchacho y avanzar lentamente hacia las entrañas (o quizás salida) de la oscura caverna, eso si, siempre con la Hoja del Errante a mano.

-Conforme descendia por la gruta el sudor comenzaba a embargarle mas y mas, hasta el punto de que sus ropajes pesaban bien podria ser el doble. Por si fuera poco el aire pifiado que alli se respiraba no le reconfortaba lo mas minimo. Por lo cual seguia los pasos de Rolf sin poner "demasiadas" objeciones al erratico paso de su compañero de andanzas.- Si, claro... ¿que puede salir mal de lo que dices?, si le cortamos la unica via de escape a un oso asustadizo.. no crees que nos dara problemas?. No se tu, Rolf. Pero estoy empapado, sediento y hambriento. Dependemos de estas antorchas a menos que por brujeria nos salgan ojos de gato, recuerdalo. Y no tenemos demasiado aceite como para ir recorriendo por millas estos tuneles, avancemos con precaucion. -Entoces, su vista recorrio de soslayo las dos opciones restantes. Llamaba especialmente su atencion la gruta que descendia, bien podia ser hacia una bestia es cierto. Tambien hacia un lago subterraneo de aguas cristalinas. Fuere como fuere y apresurandose a tomar el paso, camina tras Rolf lanzando ocasionales miradas a su espalda.- Pero si tu abres el paso, yo te guardare las espaldas. -Se encogio entonces de hombros resignado a ,que en cierta forma, ya no habia marcha atras.-

Seguís el camino más a la izquierda del todo con la oscuridad y la humedad inundando completamente el lugar, a veces un mal movimiento os dejaba el frente totalmente a oscuras y los tropiezos eran comunes en aquel apretujado lugar. Observáis siluetas de pequeños animales huyendo de la luz a toda velocidad, cuando conseguís ver algo que os deja totalmente sorprendidos. Se trataba de una luz mortecina en lo lejano.

La luz de la luna se filtraba a través de un pequeño agujero demasiado pequeño como para que pudiese apenas pasar un niño pequeño. Gabriel al inspeccionar la roca se da cuenta de que parece haber sido removida a base de golpes, como si el agujero hubiese sido hecho por manos humanas y no por obra del patrón Svarog.

Rolf, por su parte, se da cuenta de algo un poco más sombrío. Se trataba de un esqueleto aparentemente humano, con los huesos rotos, roídos y desperdigados por la sala. Lo que parecía ser un traje estaba conformado por desgarrados y polvorientos trapos.

Parecía que habíais hallado la tumba de un explorador perdido. El chillido de una pequeña rata en escape os alertó casi del todo. Quizás esta cueva albergaba más secretos o quizás pistas acerca de la muerte de este desgraciado.

-Dirigio una mirada de consteracion sin pretender en ella introducir apice alguno de disimulo por el sorpresivo pavor causado por la fugitiva rata. Conforme registraba la estancia dirigio la vista a mirar la diminuta apertura iluminada y el esqueleto, por el tiempo carcomido que su compañero observaba en sepulcral silencio.- Malo, muy malo es este lugar. No me trasmite nada bueno y mirale, parece que el hallo tiempo atras el destino que se nos reserva ahora a nosotros ¿como crees que fue?, su muerte quiero decir. - dijo acercandose a paso contemplativo a los huesos del explorador.-

-Rolf observo en silencio el cuerpo durante un rato largo hasta que una teoria con consistencia suficiente para no ser desechada al acto tomó forma en su mente y con cierta duda la pronunció.

 -Puede que algo le haya herido y se refugiase en esta cueva donde pasó sus últimos momentos de vida antes de desangrarse... -Entonces se detuvo teniendo otra idea quizás más turbia. -O que acabase aqui desangrado tras huir algo dentro de la misma cueva...

Miró entonces al chaval esperando desalentarle a seguir con la teoría.

Un rato más de investigación le dejo claro al par una cosa: En esa habitación no había nada más que los restos incompletos de un desgraciado y un aire tal vez un poco más cargado de lo habitual. Hasta que entre el reguero de huesos Gabriel pareció hallar lo que en mejores tiempos parecía ser una nota.

El extraño papel amarillo no tenía letra alguna escrita, más bien extraños garabatos que luego pudieron interpretarse como un improvisado mapa de la cueva. No era muy claro, solo lograba explicar el sitio en el que estaban, junto con un par de lineas que asemejaban un pasillo en lo que parecía ser el anterior camino del medio... y un signo de interrogación en la arcada que se extendía hacia abajo.

Pronto se levantaron y al no hallar una salida simplemente decidieron volver por donde habían llegado, cuando volvieron al cruce de caminos un sonido extraño captó la atención de la pareja.

«Clap... clap... clap...»

Un sonido casi imperceptible pero sin embargo, ahí presente. Se trataban de las timidas pisadas de un animal pequeño que se movía en la oscuridad. De repente, el golpe seco de un objeto en la gruta que se extendía hacia abajo. Como una arcada. Quizás la oscuridad reinante y los malos presentimientos estaban causando paranoia, o quizás algo se ocultaba en la oscuridad de aquella cueva, algo potencialmente peligroso. ¿Lo mejor sería volver a la "seguridad" del campamento o aventurarse a las entrañas de la colina en busca de respuestas?