Partida Rol por web

Saga de Arcain: Stohlm

[D] Bosque del Alba

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15/08/2018, 00:38
Arthur Kurgan

Arthur no tenía ni idea de como funcionaría la magia del cincel, puso sus pasos de camino al centro del bosque tal vez desde allí notase algún tipo de tirón en la dirección adecuada. Cogió una pequeña rama para usarla a modo de bastón mientras trataba de recuperar un poco de aire. Enterró la bolsa de monedas bajo las raíces de un árbol conocido, al fin y al cabo en el bosque de nada iban a servirle más que para delatar su posición con el molesto tintineo. No podía pararse en demsía, pues la noche se le echaría encima pero al menos intentaría recuperar el aliento cuanto antes para estar preparado por si alguna de aquellas aberraciones intentaba darle caza. Imaginó que de todos modos el poder del miedo le daría alas en caso de peligro, aunque prefería no arriesgarse en balde. El lado bueno de todo aquello era que su cansancio le impedía cometer errores con los que llamar la atención indeseada, avanzando sigilosamente tratando de fundirse con el entorno mientras trataba de agudizar al máximo sus sentidos para evitar ser sorprendido.

A medida que el sol iba cayendo el paso del muchacho se afanaba en avanzar tras recuperar el aire, con la experiencia que le daba conocer el entorno empezó a examinar su alrededor de forma concienzuda sin apenas detenerse. Los hábiles ojos del joven cazador percibían los pequeños detalles que dejaban los habitantes del bosque tras de sí, nada parecía pasarsele por alto. Ojalá todo aquel esfuerzo sirviera para algo y su afilados instintos pudieran guiarle hasta el Strazca antes de que el yugo de la noche se cerrase sobre él. Lo que si parecía claro era que el poderoso instinto de supervivencia del muchacho luchaba, a pesar de su miedo interior, por mantenerle con vida un día más.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Saludable.

Crítico en Per

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15/08/2018, 03:04
Abzu

Avanzas a través del bosque apoyándote con el bastón, empezando a recuperar el resuello conforme ibas avanzando, pero no te podrías reponer del todo si no hasta que te detuvieses y bien sabías que en la situación en que te encontrabas lo mejor era ignorar el cansancio y seguir avanzando sin pausa.

Le prestas atención a todo a tu alrededor en todo momento, ya era algo natural que al estar en el bosque desarrollases ojos, orejas y alguna que otra nariz para estar al tanto de todo lo que te rodease, y eso te había ayudado a notar varias cosas que en tu visita anterior no habías notado. La más obvia era que no había animal alguno, y eso causó un creciente temor en tu interior. Aquellas bestias parecían disfrutar con la carne de los hombres y de los animales por igual, y eso los convertía en un peligro aún más grande, sin animales que cazar, pronto el hambre llegaría a Thibe con la fuerza de un puñetazo. Preferiste no pensar en que ocurriría cuando ya no hubiesen animales que se puedan comer las bestias

También notaste que habían varios senderos de suciedad, donde excrementos, tierra fangosa y restos de basura silvestre se convertían en distintos caminos de mugre, algunos arboles estaban caídos y a otros les faltaban el tronco, te tomaste tu tiempo en seguir los senderos con la mayor cautela posible, pero siempre acababas dando con un callejón sin salida u otro sendero de mayor tamaño. Tus instintos clamaron por el peligro con una terrible sensación en tu pecho, sentías como si algo estuviese perforándote el pecho y cuando te das cuenta, es el cincel que al parecer estaba aumentando de temperatura terriblemente mientras se sacudía de manera antinatural. Te lo quitas con bastante prisa y te das cuenta de que los grabados en él están brillando con un intenso color rojo y trazos de polvo salen disparados de él en forma de pequeñas nubes de humo. Descubres que la alerta se debe a un grupo de mutantes mitad bestia que deambulan por la maleza, te escondes a toda velocidad intentando no volverte a quemar con el maldito artefacto y dejas que las criaturas sigan su camino, [PER]te sorprendió ver que algunos parecían tener trozos de tela pegados al cuerpo y uno incluso llevaba puesto lo que parecía ser un jubón roto y lleno de mugre que apenas podía resguardar su hinchado cuerpo. Parecían cargar con armas un poco menos rudimentarias. Uno llevaba una oxidada cimitarra, otro un hacha ensuciada con fluídos en los que prefieres no pensar y el último cargaba una gruesa rama que puede usar como garrote. También parecían comunicarse en una serie de gruñidos, bramidos, y otros sonidos más difíciles de identificar, pero lo que decían para ti era un completo misterio.

Las criaturas abandonaron el sitio y tú en tu infinita curiosidad prefieres seguirlas de cerca evitando hacer otra cosa, te aseguras de mantener el arco bien tensado mientras que dejas el cincel colgar de algún sitio donde no pueda molestarte, y das inicio a tu cacería.

[SIG]Como una sombra entre los matorrales persigues al trío de bestias, quienes te van conduciendo a lo que parece ser un sitio de reunión de dichas criaturas. La visión te dejo sorprendido: Debajo de un grupo de pequeños riscos se hallaba una aglomeración de aquellas monstruosidades, quienes se reunían alrededor de distintas hogueras mientras que otras de ellas disfrutaban de un festín de atrocidades, por último se hallaban otros grupos repartiendose desafíos en forma de rugidos y respuestas en forma de brutales combates. Tiendas hechas con pieles rasgadas y madera emitían ruidos tan curiosos como desagradables, y un terrible hedor a desperdicios, pelo sudado y bilis impregnaba el sitio. Ves como los tres rezagados se unen al resto de la manada y se hacen un sitio en el lugar. Haces todo lo posible por evitar hacer que el cincel estalle ahí mismo, pues se sacudía erraticamente mientras que su temperatura aumentaba de manera impresionante. 

En el centro de aquel campamento, podías ver una figura que identificaste instantáneamente con el obelisco. Se trataba de un gran trozo de piedra tallada en forma perpendicular, con infinidad de glifos y símbolos extraños a su alrededor manchados por huellas ensangrentadas de manos, patas y otras cosas que no podías identificar. Debajo había una base hecha de troncos de madera sujetos con cuerda que parecía servir para transportar el pesado objeto, y a su alrededor habían ofrendas en forma de bellos ramos, cráneos con cartílago aún pegado al hueso, frutas y animales muertos. Un enorme hombre mitad toro vigilaba celosamente el altar y por un instante crees que tu mirada y la suya se cruzan, cosa que hizo que tu alma se te cayera a los pies.

Pero antes de que pudieras hacer nada, sientes una presencia detrás de ti, y cuando te volteas, ves a una figura mucho menos peluda que las de ahí abajo huir hacia los matorrales. ¿Ese hombre iba desnudo?

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15/08/2018, 21:31
Arthur Kurgan

Tal y como el joven cazador había previsto los animales estaban desapareciendo del Bosque del Alba, ya fuera por el miedo a esos seres o por que los habían cazado hasta la extenuación. Eso poco importaba ahora, el problema serían las consecuencias que eso ocasionaría, un invierno sin víveres en Thibe no sería agradable en modo alguno y visto lo visto la ayuda de la nobleza brillaría por su ausencia.

Se quedó quieto, totalmente inmóvil cuando aquello tres pasaron cerca de él. Oculto entre la foresta pudo advertir como por su desgastado equipo esos tres debían haber sido bandidos antes de que les convirtieran en aberraciones. Al menos el cincel le había advertido del peligro, aunque no supiera muy bien como funcionaba parecía que no funcionaba solo con el Strazca; tal vez esas cosas confundieran al talismán de algún modo.

Aunque sus instintos le decían que era una completa locura decidió seguirlos hasta su guarida, una vez pudo ver el dantesco espectáculo que formaban aquellos seres aglomerados en comunidad no pudo evitar arrepentirse al instante. Tragando saliva mantuvo la posición intentando contar el numero aproximado de esos seres, volver aquí sería un juego de niños pero acabar con ellos implicaría la perdida de muchas vidas, si es que había voluntarios lo suficientemente locos como para seguirle hasta aquel enclave maldito. El obelisco parecía ser el centro de todo, un ídolo venerado con una lasciva reverencia por esa abominable tribu, el enorme minotauro parecía ser el guardián del lugar aunque los múltiples desafíos que se producían ante los ojos de Arthur le daban por pensar que no había un claro liderazgo. No era algo que le consolase en absoluto, ya había comprobado la brutalidad de esas cosas en combate y sabía que podrían compensar esas carencias con una insaciable sed de sangre.

En ese momento le dio un vuelco el corazón cuando algo se agitó a sus espaldas, se giró rápidamente hacia allí con el arco tenso. Le pareció muy raro que una de esas cosas huyera en lugar de atacarle y entonces se fijó en el escaso pelaje, los pequeños cuernos junto con la aparente desnudez recordando aquella noche en el Grajo Ciego junto a la chimenea cuando se quedó traspuesto y vio al Strazca por primera vez. Se acercó con cautela en dirección a donde huía intentando alcanzarle sin delatar su posición.-¡Pst, pst ven aquí, no corras!Vengo de parte de Teobalt, soy el mungin de la posada. He venido a ayudar.-esperaba que con un poco de suerte aquel ser pudiera captar su olor para que le reconociera y dejará de correr.

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21/08/2018, 03:31
Abzu

Persigues a la figura a través de los matorrales intentando hacer el menor ruido posible, aunque los sonidos de aquel festival macabro a tus espaldas seguramente lograban opacar cualquier otra cosa en aquel valle. Atravesaste arbustos y esquivaste arboles sin perder de vista a la silueta que huía y a cada llamado que le hacías parecía acelerar el paso, como si quisiera alejarte de aquel lugar de muerte.

Incluso con todo tu esfuerzo, no pudiste darle alcance y la perdiste, entonces empezaste a improvisar y andar por tu cuenta, todavía llamando con la esperanza de que apareciese. ¿Y qué harías después? Intentabas recordar los avisos de Teobalt mientras que apartabas los arbustos de tu camino, entonces es cuando en un diminuto claro das con quien estabas buscando.

Jadeante sobre unas rocas se encontraba sentado un anciano desprovisto de ropa, con distintos tatuajes y marcas que rodeaban todo su cuerpo junto con manchas de suciedad. Sus ojos brillaban intensamente en la oscuridad, cosa que afirmaba la naturaleza esotérica del individuo. Tuviste que ocultar el collar el cual se sacudía con la presencia de lo que parecía ser el strazca. Una cornamenta crecía sobre su cabellera blanca y aunque estaba ahí sentado tenías el presentimiento de que cualquier movimiento extraño lo haría volver a la carrera como un ciervo en persecución.

Antes de dar un paso más, la criatura habló:

—No debiste haber venido aquí, humgi. No debiste haber husmeado durante mi conversación con Teobalt aquella noche y mucho menos debiste haber nacido durante estos últimos treinta años.

Frente a frente, la voz del anciano parecía estar combinada con un curioso sonido gutural, como el de la madera retorciendose... si es que habrías escuchado ese sonido antes. Era exactamente igual a aquella que escuchaste la otra noche en el Grajo Ciego. Ciertamente se trataba de la misma persona, o cosa.

—Si has venido a darme caza, poco valor tendrá mi cabeza en un salón. Y teniendo en cuenta tus habilidades de persecución dudo que puedas conseguir mucho. Espera... ¿Qué es eso?

De repente, el Strazca se levantó tan rápido que apenas pudiste percibir su movimiento. Comprobaste que desgraciadamente estaba desnudo, pero una mata de pelo cubría casi por completo su baja entrepierna. Gracias a los dioses. Parecía olisquear el aíre y luego te observó a ti con el ceño fruncido antes de señalarte con un dedo.

—Tienes un regalo muy peculiar contigo, muchacho. ¿Acaso eres un sirviente de Teobalt que no quiso presentarse al bosque? ¡Maldito sea! ¡Me hace a mí escabullirme en aquel basurero pero no tiene las canicas de mostrarse en mi propia casa!

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22/08/2018, 00:20
Arthur Kurgan

Durante la carrera el muchacho ya hacia tiempo que había devuelvo la flecha al carcaj y el arco al hombro, intentando seguir el endiablado ritmo que aquella criatura. Cuando el Strazca se detuvo en el claro no pudo más que apoyarse sobre sus rodillas para respirar agitado intentado coger aire, sus pulmones chillaban a viva voz pidiendo que parase aquella agonía. Si aquella criatura se abalanzaba sobre el ahora mismo se hallaría prácticamente indefenso pero poco más podía hacer.-Estoy totalmente de acuerdo contigo, tal vez no debía haber nacido pero déjame tomar algo de aire antes de que me mates sin pretenderlo.- Arthur se sentó apoyando su espalda contra una piedra mientras se secaba el sudor de la frente. No se acercaba más para que la tímida criatura no huyera, esperaba que viendo su aspecto tan cansado pudiera hablar con él de forma más tranquila. Evitando sobresaltos para ambos.-Madre mía ¿era necesario hacerme correr así?¿de verdad era imprescindible? No sabes el día que llevo. Soy cazador pero puedes estar tranquilo, no vengo a por ti Strazca, vengo por tú ayuda. Me envía Teobald, dijo que anoche te pusiste nervioso y te fuiste sin hablar con él. Ya está algo viejo para ir correteando por los bosques y me ha enviado a mi para hablar contigo sobre como detener a las abominaciones.- se calló y tragó saliva cuando la curiosa criatura se acercó a examinar el cincel. Intentando mantener la compostura dejándole examinar el cincel.- Esto me lo dio él para que me llevase hasta ti, aunque no se como funciona del todo¿tal vez tú puedas explicármelo?Además de ¿Cómo encontraste a Teobalt en la posada? o ¿cómo supiste que venía?Bueno imagino que en vez de humgi y strazca sería más fácil llamarnos por nuestros nombres ¿no?.-- poco a poco trataba de ser simpático, intentaba romper el hielo esperando que ambos pudieran colaborar. Le ofreció la mano.- Siento la desaparición de los tuyos, al menos yo te debo mucho, vivo día a día gracias a tú bosque; no se como le llamas tú pero nosotros le llamamos el Bosque del AlbaEspero que podamos colaborar para proteger tu bosque y que yo pueda seguir cazando en él por mucho tiempo. Si todo esto sale bien estoy seguro que podrían enseñarme mucho sobre estas tierras, no se leer pero aprendo deprisa. Imagino que ya sabrás que Teobalt solo aparece por las noches, así que cuanto antes nos pongamos manos a la obra mejor para todos.-la actitud del muchacho era sincera y conciliadora. Uno no conocía todos los días a una criatura de leyenda dispuesta ha hablar con un simple cazador de buen grado. Quizás la única triquiñuela estaba en intentar tirarle de la lengua al strazca para averiguar más sobre el misterioso Teobalt.

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23/08/2018, 00:19
Haakon

Bueno, solo era cuestión de tiempo para que durante ese festín uno de ellos captase tu olor —mencionó el fauno mientras que jugueteaba con el cincel y por accidente lo tocaba, quemándose por el objeto que parecía estar a punto de estallar—. ¡Ay! Mejor tú quédate con eso, te servirá mejor que a mí. No es la gran cosa, solo funciona para perseguirme a mí y... a mis vástagos, ya lo deberías haber notado —dijo, con una pizca de dolor en su voz—. Deberías darme las gracias, muchacho, no tienes idea del lío del que te has salido. No es seguro estar cerca del obelisco, no en su estado actual al menos... podrías cambiar. 

La criatura se quedó observándote a los ojos directamente, devolverle la mirada era como acercar dos cerillas a tu cara. Realizó un gesto con la cabeza para que te levantases y lo siguieras antes de darse la vuelta, reanudando su marcha a través del bosque. Para tu fortuna, no tan rápido como antes.

—No soy mucho de nombres, humgi. Los de tu especie van y vienen como las hojas de los arboles. A lo largo de los años me han llamado de diferentes formas, aunque... tú puedes decirme Haakon. Ni te molestes en presentarte, Arthur. Estuve observándote a ti también desde que te encontraste con las criaturas y sobreviviste —termino diciendo la criatura mientras que te iba guiando por senderos que para ti ya eran desconocidos, pues los árboles dejaban de tener ese característico color anaranjado en sus copas y empezaban a recobrar los colores verdosos—. Teobalt... él es diferente, mejor es no olvidar a esos individuos. Entre los humanos, son muy raros y potencialmente peligrosos. Logró encontrarme primero, y me reunía con él desde entonces. Es el único que podía ayudarme con todo esto.

Ahora que te fijabas en el aspecto de Haakon, podías notar que en su tamaño lograba superarte por una cabeza, el cabello blanco le cubría casi toda la espalda y desde más cerca se le notaba una contextura más atlética de lo que habrías previsto en un anciano. Su cuerpo estaba cubierto de glifos color azul oscuro de extraño significado y parecía significarle poco o nada la incomodidad de ir así en un terreno boscoso.

Finalmente la criatura te había guiado a lo que parecía ser una cueva que descendía debajo de una pequeña colina, te invitó a pasar y tardaste unos segundos en aceptar.

—En el bosque no podemos hablar, es peligroso. Por aquí podrás llegar sano y salvo de vuelta a Thibe, es lo que yo utilizaba para escabullirme y poder hablar con Teobalt. Bien... por donde empezar... Hace unos nueve o diez siglos he tenido la tarea de vigilar este bosque y asegurarme de que todo siga su curso, toda esa mierda. ¿Si me entiendes? Tanto yo como los míos nos hemos repartido las responsabilidades y la mía era cuidar el obelisco que viste antes, la vida era sencilla, los humgi no eran un problema tan grande y se expandían tímidamente en nuestros dominios, no había ni un solo rastro de la mancha en el mundo... así que nos podíamos tomar nuestras libertades ¿No? Yo dormía durante mucho tiempo mientras que dejaba que la naturaleza siguiese su curso, había dejado las protecciones suficientes como para asegurarme de que nadie alcanzaría el obelisco, o como le digo yo: La Piedra.

Entonces Haakon te observó y no pudo evitar sonreír con nostalgia mientras que te entregaba una antorcha, bastó con un chasquido de sus dedos para encenderla y reveló que ambos estabais caminando por lo que parecía ser una red de túneles de al menos tres metros de alto y dos de ancho, el Strazca tomó la delantera guiándote por el sendero subterráneo.

—Apuesto a que te preguntas que es La Piedra. ¿Qué es? Bueno... no lo sé, realmente. Solo sé que me dio la vida que tengo ahora, antes era como tú, pero ya ni siquiera puedo recordar la época en la que lo era —admitió con un encogimiento de hombros—. La Piedra tiene la capacidad de convertir personas en cosas como yo, Strazca; si quieres ponerle un nombre. Mis hijos, a los que tu matas para sobrevivir, sufren efectos distintos con su influencia, y totalmente preciosos e impredecibles si me permites decirlo. ¿Pero qué es la madre tierra si no una dama impredecible? Como sea, con tantas responsabilidades y poder bajo mi control solo era cuestión de tiempo para que los adoradores se apareciesen, para mi infortunio una tribu de humanos se asentó demasiado cerca de mí y la inevitable influencia del objeto los atrajo. Comenzaron a enviarme tributos y esas cosas, hasta que un buen día se convirtieron. En esos tiempos las energías de La Piedra y del mundo eran puramente benignas todavía, y se reflejaban en ellos dándoles la forma de preciosos faunos y driades que se convirtieron en mis compañeros durante muchos siglos durante mi gran sueño

Los problemas llegaron cuando, tras mi último despertar hace unos ciento once años tanto las energías del bosque  empezaron a ignorarme, como si de repente la tierra hubiese entrado en un gran silencio. Alarmado, acudí al sitio de reposo de La Piedra para darme cuenta de que las criaturas que en su momento yo había considerado mis hijos se habían convertido en unas terribles abominaciones como las que conoces ahora. Alejadas de todo tipo de razonamiento, solo querían destruirme a mí y a todo lo que había a su alrededor. Con infinito dolor en mi corazón, les puse fin. Empecé a exterminar a todos y a cada uno de aquellos seres mutados hasta que me aseguré de haberme quedado solo en el bosque. Hice todo lo que pude por ocultar La Piedra, pero nunca pude deshacerme del todo de aquellos vástagos desgraciados. Quien sabe cuanto tiempo han vivido en este mundo, en su escape habrán visitado nuevos sitios a los que yo no puedo llegar, lo único que pude hacer fue esconderla antes de que el sueño volviese a atacarme. Hace poco menos de un par de meses desperté otra vez y tanto La Piedra como mi esperanza fueron arrancadas de su sepultura por lo que parece ser un caudillo entre aquellas abominaciones... he de reconocerlo, con cada generación estos hombres mutantes se hacen más inteligentes.

De repente, el Strazca detuvo la boca pero no los pies, se había sumido en un terrible silencio mientras que avanzaba entre la oscuridad. Hacías tu mejor esfuerzo por seguir su paso alumbrando tu camino con la antorcha, y a veces su espalda se perdía entre las sombras y tenías que apresurar un poco más el paso. Quizás sería la oportunidad perfecta para hablar antes de que él volviese a atacarte con una lección de historia esotérica.

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24/08/2018, 17:19
Arthur Kurgan

Arthur tragó saliva ante la advertencia del Strazca, no le hacia ninguna gracia convertirse en el almuerzo de las abominaciones. Aunque la verdadera cara de terror del muchacho se dejo ver al pasar por su mente la simple idea de poder convertirse en uno de ellos. Estaba confuso y cansado no entendía nada, sino se podía acercar al obelisco para que le había enviado allí.-Gracias por todo entonces. No se usar mucho el chisme este pero lo mantendré guardado, mejor que no te quemes.-se levantó siguiendole con un ritmo más calmado, ya había tenido suficiente carreras por hoy clara muestra de ello era la vieja ropa que llevaba empapada por el sudor. Aún y así se esforzaba por seguir el ritmo de su extraño compañero, intentando escuchar mucho y hablar poco para recuperar el resuello, le pareció curioso que le conociera no sabía si era buena o mala señal pero era un principio. Aproveché para preguntarle antes de entrar en la lúgubre cueva- Entonces Haakon ¿tú ya conocías a Teobalt de hace mucho?¿sabes porqué sale solo de noche?No conozco mucho esa zona del bosque, imagino que es la parte pegada a los montañas.-cuando empezaron a adentrarse la mención a los siglos le hizo sentir pequeño, como si fuera una hormiga hablando con un sabio.-¿Siglos?Madre del amor hermoso y yo que solo me preocupo por que podré echarme a la boca el día de mañana. ¿Qué es eso de la mancha?¿Por qué la piedra se ha vuelto "mala" y le ha hecho eso a tus hijos y a los humanos?- a pesar de la antorcha y de que Haakon le guiaba Arthur se detenía ha hacer pequeñas marcas en las paredes por si se perdía, o le abandonaban, poder recordar el camino. Ciertamente el strazca tenía toda su atención, aquella historia le parecía una autentica locura pero algo en su interior se sentía reconfortado al ser el elegido para vivirla. Le hacia sentir especial y eso para alguien de tan humilde cuna como Arthur era toda una novedad. Abrió los ojos totalmente incrédulo ante la revelación de Haakon y no pudo evitar quedarse helado por la sorpresa.-¡Tú, tú, tú antes eras humano!¡Por todos los dioses!¿qué sentiste?¿cómo fue que la piedra te cambio?¿te dolió?Escuche historias de faunos y driades de niño, lo que no comprendo es ¿por qué ha cambiado la energía de la piedra?¿qué la ha hecho corromperse de ese modo?Tenemos que convencer a Teobalt para que cambie esas energías que dices.-guardó silencio cuando Haakon mencionó el exterminio y la corrupción de sus hijos. Nadie en su sano juicio podría desearle eso a un padre, fue su pequeño modo de darle alivio, incluso se atrevió a apoyarle una mano en el hombro para aliviarle. Disimulando así un inexistente traspiés.-¿Crees que si acabamos con el caudillo y la escondemos de nuevo todo volverá a la normalidad?¿Todos los convertidos podrían volver a ser humanos?Yo, yo solo soy un cazador comparado contigo o con Teobalt soy como una mancha en el suelo, pero este es mi hogar e intentaré ayudaros en cuanto pueda. No se me ocurre el modo sin acercarme a la piedra pero esperemos que Teobalt tenga alguna idea...-avanzaba taciturno, preocupado, le dolían las senes levemente pues jamás hasta el día de hoy se había esforzado tanto en pensar como aquel día. Arthur nunca se había tenido que enfrentar a las revelaciones del mundo y no estaba preparado para ellas, su mente bullía desesperadamente aunque la sensación de impotencia estaba marcada en su taciturno rostro.

Notas de juego

¿Cómo se llaman las montañas al norte del Bosque del Alba?

Nota del director: Las Colinas Aullantes

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25/08/2018, 03:57
Haakon

Seguías avanzando en la penumbra alumbrando la espalda del taciturno fauno hasta que finalmente empiezas a hablar. Haakon, arrancado de su ensimismamiento, te responde como si nada hubiese pasado:

—¿Teobalt? Sí, le conozco. Conozco a todos. Todos los que pasan por aquí, al menos. Aunque claro, los rostros son muchos y van y vienen. Pero nunca olvido el rostro de un hechicero, y mucho menos su nombre —dijo girándose y observándote con esos ojos tan brillantes como la luz de tu antorcha—. Personas como él merecen tener un seguimiento... ¿Me entiendes? En realidad es una persona bastante reservada, como cualquier otro de los suyos en realidad, seguramente solo se presenta durante la noche para evitar ser visto durante el día —comentó con un encogimiento de hombros—. Se poco o nada de él, solo lo necesario: Es un poderoso hechicero, un Magister. ¿Así es como les llamáis? Se dedica a viajar por el mundo en búsqueda de nuevos conocimientos, retos y básicamente cualquier otra cosa que podría matar a una persona normal como tú en un parpadeo. Aunque es curioso, siempre van acompañados con sirvientes o aprendices. ¿Tú eres su siervo o algo así?

Haakon acompañó la pregunta con algo parecido a una sonrisa. Sin dudas Teobalt era un individuo que hasta para los ojos de aquel antiguo ser podía resultar misterioso. Aunque este lo estuviese explicando todo como si fuese lo más normal del mundo. Tenías que concentrarte para que tu mente no estallase en este reguero de información.

—¡Ja! Muchacho, nadie debería preocuparse por más de lo que tú dices. Sobre La Mancha... bueno, es difícil de explicar... nadie sabe de donde vino, o quien la creó, pero ha estado ahí desde que el mundo era joven. Desde que los dioses terminaron su obra y dieron inicio a su largo silencio ahí se ha ido extendiendo, pulgada a pulgada bajo las entrañas de la tierra. Contaminando la energía del mundo y transmutando lo que sea que alcanzase. Hace unos cuantos siglos no era problema alguno, y de hecho se podía contener y eliminar con el tiempo suficiente. Pero nunca deja de aparecer, nunca dejará de extenderse... al menos hasta ahora nunca se ha detenido. De alguna forma La Piedra fue alcanzada por esta energía contaminada, o alguno de mis vástagos corruptos la ha ensuciado con su influencia mientras que yo dormía —admitió con un atisbo de vergüenza en su voz el Strazca—. Y ahora... vivimos el problema en la actualidad.

Mientras vais conversando, te das cuenta que la antorcha ilumina en el suelo lo que parece ser un ladrillo de piedra sucio por la tierra que arrastran vuestros pies. Adelante hay una pequeña pared de piedras que Haakon empieza a remover, por su lentitud decides dejar la antorcha apoyada en un sitio donde no se apague y le das una mano, a lo que él sigue hablando contigo. Cuando preguntas con respecto a su antigua humanidad, el fauno se detiene y se pone de pie.

—Lo fui, en efecto. Pero eso fue hace más tiempo del que yo ya puedo recordar... eso creo... la exposición a La Piedra cambió muchas memorias y añadió muchos nuevos pensamientos junto con el cambio. Es complicado describir lo que ocurrió exactamente. Solo sé que la encontré más al norte, en las montañas. Temía que el frío y el hambre acabasen conmigo, pero sabía que era mi final. Así que supuse que sería un buen sitio para morir, junto a esa gran roca en medio de la nada —el fauno se encogió de hombros—. No se cuanto tiempo pasó desde que cerré los ojos, pero cuando desperté, ahora era esto. Poco recuerdo de mi pasado, solo un nombre: Haakon. Ese debió ser mi nombre durante mi vida de humano, a mí me gusta.

Tras esto, el fauno siguió removiendo las rocas como si lo que te hubiese dicho no tuviera relevancia alguna para él.

He estado espiando a los descarriados durante días. Parece que el grandullón solo es un alfil entre todos los peones que conforman esa tribu. Quien maneja los hilos... y por los hilos me refiero a las energías de La Piedra, debe ser sin dudas uno de ellos que haya adquirido la capacidad de controlar esa energía a voluntad. Con ella atrae a los que se pierden en el bosque, desde cualquier sitio. O convertir a los pobres desgraciados que se acerquen lo suficiente. Si acabamos con él, lo más posible es que no puedan seguir convirtiendo o atrayendo a nadie más... y solo tendríamos que lidiar con un par de centenares de descarriados molestos y muchos más deambulando por los bosques.

Finalmente, Haakon le da una patada a un enorme tumulto de rocas, esparciéndolas y revelando que hay más sitio a donde avanzar después del muro. Más adelante empiezan a abundar los ladrillos aunque el túnel sigue teniendo ese aspecto cavernoso, como si hubiese sido excavado.

—Si sigues adelante, tarde o temprano acabaras dentro de los muros. Yo estaré en el bosque, siempre que quieras buscarme. Estaré cerca, más de lo que crees.

Entonces el fauno se dio la vuelta y empezó a caminar lentamente de vuelta a la oscuridad... si deseabas decir algo, este era el momento.

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25/08/2018, 17:31
Arthur Kurgan

El muchacho escuchó con atención todo lo que Haakon le decía sobre Teoblat, parecía que el mago tenía sus secretos pero no era una mala persona. En realidad esos secretos le hacían humano, como todos, por más poderoso que fuera no se diferenciaba tanto del resto: secretos, temores, miedos, anhelos, recuerdos, perdidas. Seguro que en mayor cantidad que Arthur pero nunca más graves, tan solo diferentes tal vez por eso aquella noche en la posada el joven furtivo había podido empatizar con el viejo mago a pesar de las vidas tan diferentes que ambos habían llevado.-No soy su aprendiz no se hacer magia alguna, aunque me dijo que ya no esta para según que trotes y que le vendría bien alguien como yo para explorar los misterios que aún le quedaban por ver en Derchios.-era una gran aventura la que se habría ante él, la idea le atraía y aterraba por igual aunque la idea de dejar a Arwin solo le echaba para atrás en gran medida. 

Todo lo que le explicaba Haakon le venía muy grande al furtivo, el equilibrio natural de las cosas era un concepto que se le escapaba pero si entendía esa relación aplicada a la vida en el bosque. No cazar demasiado, no agotar recursos, no coger más de lo que ofreces eso si podía comprenderlo.-¿Crees qué la Mancha también afecta a los humanos?Me refiero tal vez esa Mancha fue lo que provocó la Gran Guerra, lo que hace que seamos peores personas, más miserables. Por eso hay más bandidos, por eso la gente se ha endurecido tanto y por eso las naciones se han separado.¿Se puede devolver esa Mancha a los niveles de los siglos?Darle caza para restaurar el equilibrio, encerrarla, debilitarla o algo así.-la revelación de la naturaleza humana de Haakon le dejó sin palabras. Aquello podía haberle pasado a cualquiera, incluso a él mismo, un accidente de caza una mala herida y unos últimos minutos para arrastrarse a un lugar donde morir.

Para entonces ya había llegado a la pared de rocas y Arthur estaba mucho más tranquilo hablando distendidamente con el Strazca.-Bien, Haakon sea pues.- le sonrió para luego unirse a la pesada tarea de retirar las piedras.-¿Qué son estos túneles o qué eran antes?¿Van serpenteando por debajo de las Colinas Aullantes?No tenía ni ida de que bajo Thibe hubiese todo este entramado. Entonces los descarriados tienen algo parecido a un Magister, la verdadera raíz del problema. Tendremos que acabar con él para poder tratar de controlar la situación, imagino que eso será lo prioritario. Oye, de todas maneras ¿no vas a venir conmigo a ver a Teobalt?Tú conoces el asunto de primera mano y podrás explicarle los detalles mucho mejor que no yo. Vamos conmigo podrás escabullirte en Thibe más facilmente.-algo intranquilo Arthur hizo una extraña mueca ante la simpleza con la que hablaba Haakon de acabar con unos cuantos cientos. Parecía restarle mucha importancia a algo que tal vez fuera vital para la supervivencia de las gentes de Derchios.

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28/08/2018, 21:37
Haakon

Haakon solo soltó una risa corta ante lo que habías dicho sobre no hacer magia. Y se colocó una mano en la cintura mientras que apoyaba la otra a la pared. Se frotó un ojo con los nudillos y finalmente habló:

—O quizás los humanos seáis por naturaleza propia unos indeseables —comentó el fauno con un encogimiento de hombros—. La realidad de vuestra actualidad es que a pesar de tener espacio para todos, os seguís matando por compartir la más pequeña parte. Eso os destruyó hace años. Con un poco de suerte este periodo de... paz... ayude a cerrar las heridas del pasado.

Entonces se llevó una mano a la boca y afiló la mirada, como pensando en algo. Luego asintió con la cabeza varias veces antes de continuar.

—Se puede expulsar, sí. Limpiar. Pero es como intentar cortar las zarzas; eventualmente volverán a crecer a menos que las arranques de raíz... por desgracia, muchacho, no sabemos hasta donde se extienden las raíces de esta enfermedad.

En la mirada del antiguo ser pudiste notar un atisbo de tristeza, como si hubiese recordado algo desagradable. Luego se desperezó y empezó a caminar, sin temor a acompañarte.

—En los tiempos de tus padres solían ser pasajes secretos que se utilizaban en la guerra para moverse de sitio en sitio. Este fue hecho cuando Thibe no era más que un puesto de avanzada. Y se extienden hasta los pequeños refugios abandonados de las Colinas. Yo diría que son más seguros que el propio paso montañoso en el exterior, aunque la verdad nunca me he tomado el tiempo para averiguar lo que hay o donde puedes acabar.

El fauno sonrió, recordando algo.

—Más de una vez ayudé a algún fugitivo a escapar por aquí, o esconderse. En tu hogar solían castigar a los prisioneros y utilizaban este túnel para intentar escapar. De sus suertes no me enteré, pero supongo que no habrán llegado muy lejos de todos modos... ¿Si me entiendes? Como sea. Es posible que sea cierto lo que dices, muchos de mis vástagos podían controlar las energías del bosque a voluntad gracias a mis enseñanzas... podría ser visto entre los suyos como una figura de sabio, de chamán, algo así. Si nos ocupamos de él, le habríamos cortado la cabeza a la serpiente. No, muchacho, no entraré otra vez. Demasiado peligro-peligro. De todas formas, sabes tanto como yo ahora mismo. Lo mejor que puedes hacer ahora es decirle a Teobalt. Él seguramente sabrá que hacer... y si no... bueno, los humanos sois buenos improvisando.

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04/09/2018, 00:20
Arthur Kurgan

Arthur tomó buena nota de la existencia de los túneles, le podían ser muy útiles para moverse por el Bosque del Alba y las Colinas Aullantes sin ser visto. Él ya tenía la idea de construir pequeños refugios de caza para facilitarse así el trabajo, pero si ya estaban construidos se ahorraría mucho tiempo, dinero y esfuerzo. La simple idea de poder explorar aquellas sendas le entusiasmaba pero por el momento había cosas mucho más importantes por hacer.-Gracias por todo Hakkon hablaré esta misma noche con Theobald, espero que pueda ayudarnos a solucionar todo esto cuanto antes. Ha sido un placer conocerte.-le sonrió de forma sincera y le ofreció la mano a aquella criatura sin reparo alguno.-Cuando todo esto acabe tendrás que enseñarme mucho sobre el bosque.-se adelantó en el túnel sin mirar atrás buscando la salida tratando de no armar demasiado escándalo prefería ser el único que conociese la existencia de aquel lugar para entrar y salir de Thibe.

Notas de juego

Saludable.

Perdona por el retraso.

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09/09/2018, 03:23
Haakon

El fauno asintió con la cabeza y observó tu gesto con algo de confusión al principio. Le costó un poco darte la mano, cosa que te pareció cómica a pesar de que la suya prácticamente era del tamaño de tu cabeza. Tras estrecharla se lamió un pulgar y te lo pasó por un ojo. Fue desagradable e inesperado, pero a él no le importó mucho tu reacción.

—Tu ya sabes donde buscar. Y tienes los medios para hacerlo —dijo refiriendose al collarín—. Quizás nos volvamos a encontrar, muchacho. Podría enseñarte una cosa o dos... Claro... Si sobrevivimos a esto.

Y tras estas palabras no muy corazonadoras Haakon se dió la vuelta y desapareció en la oscuridad.

Te giraste sobre tus talones, sin poder evitar sentirte algo extrañado y te das cuenta de lo solo que te hallas en este tunel oscuro antes de continuar tu camino.

Notas de juego

Te trasladas de vuelta a [D] Thibe

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10/09/2018, 18:54
Abzu

El camino por el bosque es duro hasta que la caravana encuentra el sendero de camino al sur. Si no habías escuchado mal os dirigiais a Melraba, pero a saber que suerte ibas a correr tú ahí. Pasado un rato de caminata los cazahombres encendieron sus antorchas para guiarse a través de la luz nocturna. Un bastardo se había librado de sus ataduras y salió corriendo solo para ser perseguido por dos maestros de canes que parecían divertirse más de lo habitual con lo que estaban haciendo. Volvieron con el fugitivo no tan en buen estado como lo habías visto antes. Y con la moral completamente mermada.

Por si fuera poco, no paras de ver las siluetas astadas que habías presenciado antes entre los matorrales. Demasiado lejos como para suponer una amenaza, pero siempre ahí. Distantes, observando. Los demás parecían no prestarles demasiada atención mientras seguían avanzando.

Podías escuchar las conversaciones cercanas si te lo proponias, o intentar hablar con los demás presos aprovechando que el guardia estaba distraído. Quizás pensar en un plan de escape calladamente.

Notas de juego

Tus armas han sido despojadas de tu inventario.

Sigues en estado de salud, herido.

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26/09/2018, 18:40

Las piernas de Bertrand temblaban, estaba sediento, herido y cansado. Los demás prisioneros tenían incluso un aspecto deprimente ante una persona como él, mal cuidados, sedientos de igual manera también hambrientos y agotados.

Maldito Darryl, cabro sin honor. Aunque yo era alguien que realmente no podía cuestionar el honor de los demás, después de todo yo no era un santo. Sin más opciones y sin interés en hablar con alguien decidió seguir caminando, en silencio total.  

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29/09/2018, 21:29
Abzu

Tus captores te llevan, humillado, a pie directo a un rumbo pronto conocido. Estarás en Melraba para el amanecer, donde serás entregado por una buena recompensa y lo más seguro es que te pudrirás en una celda.

Ya al amanecer, puedes ver los portones abriendose de tu nuevo hogar.

Notas de juego

Te traslado a la siguiente escena: [D] Calabozos de Melraba