Partida Rol por web

Bastian se ha mantenido en silencio la mayor parte del tiempo, intentando mantener la mascarada de que se trata de un campesino sin importancia pero la conversación se ha vuelto importante, muy importante, y ya va siendo hora de participar en ella.

- Bien, sus palabras coinciden con lo que nos conto Obekin vander Wert pero nosotros no conocemos el mundo de la corte. Mi señora, ¿Que podríamos hacer por ayudarla? - pregunta bastian en latín.

Erik escucha los comentarios y chismorreos de la gente del lugar con suma atención y cuidado, sin embargo, sabe que puede parecer un poco sospechoso indagar más sobre esa información, de momento, empezará a preguntar y a hablar sobre temas más mundanos como las cosechas del año, la ola de frío/calor/lluvia/sol (depende de la época del año) y demás banalidades, y si necesitan ayuda en algo les prestará una mano, siempre vigilando su tenderete.

La duquesa enarcó una ceja al intervenir en latín el "agreste" acompañante del judío.

-Estáis llenos de sorpresas. ¿Qué es la mujer? ¿Un duende? -responde la duquesa en buen latín, con una sonrisa torcida dibujada en su rostro- Es igual, creo que prefiero no saberlo -añade al ver cómo la "mujer" empieza a ponerse roja como un cangrejo- En cualquier caso, como he dicho, no se me ha ocurrido todavía cómo reparar mi agravio, pero teniendo en cuenta su voluntad de ayudarme, trataré de pensar algo con presteza. Imagino que tienen otros importantes asuntos de magos y esto debe ser sólo una molestia... Bueno, ahí llegan nuestros caballos, creo que deberíamos separarnos. Señor Buchmacher, si ese es su nombre, si tienen algo que aportar o desean decirme algo, pueden venir a visitarme a la torre con la misma excusa de los libros, daré aviso de que les dejen pasar.

Y, en efecto, un mozo viene tirando de dos caballos a buen paso, ambos dos bonitos palafrenes blancos de pelaje brillante y limpio, ensillados con elementos de gran calidad y belleza.

Entre el tiempo que has tenido mientras los demás estaban en la torre, hablando con la duquesa, y el que luego han destinado a pasear con la señora, has tenido tiempo ma´s que de sobra de montar el tenderete y chismorrear a placer, especialmente teniendo en cuenta que te muestras comedido en tus preguntas, utilizando muy buen criterio (a tu parecer) de no llamar la atención sobre ti o los tuyos haciendo preguntas fuera de lugar, aunque parte de lo que has descubierto con conversaciones casuales (hay gente que siempre está dispuesta a hablar de los trapos sucios de los demás a la menor oportunidad) crees que podría ser explotable por los magos. Bueno, luego podrás comentarlo. Esperemos que ese "luego" no sea muy tarde, o te verás obligado a intentar vender algo (de momento no ha habido "suerte") y lo mismo el judío luego te hace pagar la diferencia...

Lo que haremos será estar en nuestro tenderete.  Por favor pida que sigamos ahí.  Don Jan nos ha dado permiso, pero ha sido gracias a ciertas "artes de persuación" nuestras.  Así sabrá de algunas de nuestras habilidades para saber cómo usarlas.  Así que, quizá necesitemos que se sepa que tenemos derecho a ponernos ahí.  Discretamente obvio.  Ese será nuestro puesto de observación para lo que hubiera menester. 

Por favor elija uno de los libros y un tapiz; como un regalo nuestro.  Para que se justifique que estuvimos aquí negociando.    Debo recordar pedirle su contribución a Obekin por esto... Kalonymus extiende una de las telas y luego otra en ademán de mercader para mantener la charada.

Por cierto, una última sorpresa.  Antes de que lleguen con el caballo.-hace una pausa de segundos-  La mujer tan sonrojada aquí no es una hada, pero si ha sido con esa magia disfrazada. -viendo hacia otro lado, dice: Realmente es aquel caballero que tuvo a mal clavarle una espina.  Kalonymus mira con reproche faérico a Obekin.  Salió corriendo, no por huir, sino para buscar refuerzos.  Les sonríe a ambos.  

Por favor, discretos que vienen los pajes...

Bastian sonríe como si alguien hubiera contado un chiste en el momento inadecuado, no siendo tiempo de risas y alegrías ahora mismo. En cuanto observa la presencia cercana del paje con los esbeltos y hermosos caballos bastian aparta la mirada al suelo y los bultos con los que acarrea.

En silencio se mantiene sin levantar la mirada, ejerciendo su papel de vulgar siervo sin conocimientos.

La dama acepta su parte y pronto monta con ayuda del mozo del castillo. Un instante después os véis acompañados por el mismo mozo, joven y un tanto cortado por la cohorte de personas en medio del campo, yendo de vuelta al castillo. Obekin tarda cerca de un minuto en volver a ser de un color normal y sigue callado todo el viaje de regreso.

Un rato después de haber partido, no muy largo en realidad, los que habían salido del castillo vuelven y se encuentran con Erik, en el puestecito, en medio de una conversación insustancial con el del puesto de al lado.

Pronto deberá partir Bastian para servir como caballerizo bajo las órdenes de algún señor, de manera que ahora sería un buen momento para decidir alguna línea de actuación...

Bastian vuelve con el semblante serio y preocupado. No le gusta la idea de abandonar el grupo, su pensamiento es un tanto animal pero siempre ha pensado que es mejor estar con el resto de la manada y no ser un lobo solitario.

- Intentaré no llamar la atención pero no estoy acostumbrado a tratar con personas, se me dan mejor los animales. Supongo que por la noche podré volver aquí para averiguar como has ido.

Erik se alegraba de ver a sus señores aparecer. Estaba empezando a cansarse de hacer de algo que no era. Erik se apoya en el tenderete, ya montado y empieza a hablar.

-Mis buenos y queridos señores. Mientras habéis estado ausentes, me he dedicado a conversar con los lugareños, la verdad es que a más de uno se le ha ido la lengua. Según han contado, la cacería de este año no va demasiado bien, se ve que el duque está más por la labor de que le laman el culo con la excusa de mejorar el estatus de alguno de sus guerreros a caballero. También he escuchado que hay algún barón bastante irascible que llegó a golpear a un carretero hasta casi matarlo, y aunque la gravedad del asunto podría ser exagerada, tampoco me extrañaría demasiado su veracidad...- Erik se calla la boca, pero tras unos segundos, vuelve a hablar- Ah! Se ve que el premio del torneo de este año es bastante suculento.

Hola Erik, te quedó bien bien puesto el tenderete.  ¿Fuiste comerciante antes de incorporarte a la fortaleza de Triamore?  

¿Por cierto, hemos tenido ya algunos potenciales clientes, al menos de los tapices y telas?  -Kalonymus estaba consciente de que debían recuperar al menos parte de sus gastos para no ser una carga neta para Triamore.-  

Tenemos cosas varias que contarte, pero baste decir que ya tuvimos nuestra entrevista formal y luego nuestra entrevista real con la señora.  Te vimos por ahí -volteó para todos lados, asegurándose que su conversación era realmente privada.  Si lo es, continua:  Y si, ella confió suficiente en nosotros para solicitarnos nuestra ayuda para quitarse de encima la trampa, traición y hostigamiento de su esposo, y recuperar su buena posición.  

Es guapa, como te imaginarías, y lista. Gusta de verdad de los libros.  Es exigente sobre cuales lee y cuales no. 

Pero ahora debemos pensar en el plan a seguir estos próximos días.  Por lo pronto Bastián se va de caballerizo, jajaj.  No, no me veas así.  Lo hice deveras por tu bien.  Aquí te siento como en camisa de once varas.  Sólo falta que te echen agua bendita para que empieces a echar vapor...  Y no tendrás que tratar con los hombres mucho.  Con que atiendas a los caballos y mulas bien te dejarán en paz.  Y seguro que los ayudarás a esos pobres animales mucho, los entiendes más que a nadie.  

Y claro, con ellos podrás obtener información que nadie más daría.  En claves dejadas en el caballo del duque, por ejemplo,  o "hablando" con él si puedes, sabrás si fue a visitar a su meretríz que viviera en una villa que cultivara lavanda o en un pomar, por ejemplo.  O si el duque huele a miedo al recorrer el camino del cementerio, quizá sea por tener algunos "esqueletos en el armario", por decir algo... Los animales serían tus informantes. -mira Kalonymus a lontanza-   Una vez conocí a un mago que hablaba con las palomas del parque y me contaba que ellas se sabían tooodo lo que acontecía en la ciudad, si habrías de creerle... 

Si alguien pasa enfrente hace una pausa para ofrecerle algún producto, y ojalá lograr una venta.  Al irse continúa:  

Y del torneo, es una pena Brunhilda -le dice a Obekin-  que no puedas participar en la justa.  Seguro ganarías ese dinero. -luego truena los dedos y le brillan los ojos.  ¿Y si te re-hechizo y disfrazo, pero ahora como un misterioso caballero errante, de pelo obscuro y mostacho grande -creíble- de otra región?  ¿Que idiomas hablas?  La mirada y ademanes de Kalonymus les recuerda a un duende planeando su siguiente truco a los mortales...

La idea de alejarse de kalonymus empieza a ser más agradable ahora que empieza a conocerlo. Estar lejos de su capacidad para liar a la gente a que haga algo puede estar bien, al menos no tendrá que escucharle.

- ¿El clásico caballero negro que sale en todas las novelas de caballería? Eh, no me miréis así, mi maestro me enseño a leer latín con textos populares.

Bastián era hosco, pero ahorita Kalonymus percibió que estaba enfadado, o harto de él.  

Uno de tus defectos, le decía sincera su hermana, cuando estaba de lo más parlanchin.  

Perdón Bastián, creo que hice todo sin preguntarte.  

Se me sale lo mandón sin darme cuenta; una disculpa, creo no los he escuchado lo suficiente.  -dijo, mirando a Obekin, Jan, Erik y Bastián, sentándose tranquilo sobre un cuarto de tapiz enrollado. 

¿Que otra idea les parece buena candidata a considerar? 

Mm, si no es caballero negro, uno rosa quizá rompería con la tradición y empezaría una nueva....

-Yo, bueno, sólo hablo Flamenco⁽¹⁾ pero supongo que podría imitar el acento de alguna otra ciudad, o afrancesarlo para hacer creer que mi idioma materno es el francés. Funcionaría mientras no me contesten en francés, ¿no?. Dejadme dar un vistazo a los caballeros de las tiendas y os podré decir qué posibilidades tendría en el torneo. Puedo acompañar a Bastian, a las mujeres siempre las dejan pasar... -y el caballero disfrazado de repente parece caer en la cuenta del porqué y repara en que ahora él es ella, por lo que tuerce el gesto con desagrado.

Erik contesta a Kalonymus con una medio sonrisa y niega con la cabeza.

- No vendí nada, pues sé poco sobre libros para comerciar.- se excusa. No quería tener que deberle nada al mago. Sabiendo lo que era capaz, quizá le convertía en rana por un simple libro. Esos magos apreciaban más los libros que una espada.

Tras un rato escuchando, Erik salta informando a los presentes.

- Mis señores, si necesitáis de alguien con vagaje en el mundo, aunque no me quiero jactar de mis logros, poseo buenos conocimientos de Francés y aunque menos, me defiendo hablando con los artúricos.- dice intentando no parecer demasiado sobrado.- Sin embargo, y aunque soy versado en las armas, no conozco si mis dominios son... los correctos. Además...- dice bajando la voz- no me gustaría presentarme con este aspecto. Prefiero el anonimato

Erik observa a la mujer Obekin de arriba a abajo. Esos magos eran capaces de hacer algo con su aspecto. Pero su dominio en las armas se basaba más en el combate callejero que en las armas con caballos y lanzas.

Bien, ya veremos si se abre alguna oportunidad o no con el torneo.  Este es ahora tiempo para recolectar información, hasta que veamos donde actuar.  Así que entre más diversos lugares estemos, mejor.  Cada quien escoja el que más le conviene.    

Del puesto no se preocupen, yo lo puedo operar sólo sin problema, y pueden venir a ayudar cuando quieran.  De paso de esto sacaremos manutención.  -miró apreciativamente los libros y telas.  

Y pues, para que no nos agarre el frío de la tarde, ¿podría alguno ir arreglando lo de la posada tolerante a la diversidad, esa que nos mencionó nuestro actual mejor amigo Jan?  En cuanto baje la clientela me dirigiré hacia allá para que merendemos juntos, mis sodales y amigos.  -les sonrió, le daba gusto que estuvieran ya en una misión juntos. 

Kalonymus pensaba en ponerse en el puesto durante el día.  Los tapices se vendían solos, y esperaba sacar de ellos al menos para pagar a Triamore y mantener a sus colegas y a él durante esta estancia.  Para los libros tenía un truco que ayudaría: les leería pequeños pasajes a los que se acercaran y se vieran algo interesados en ellos.  

Al leerles a la gente entraría a operar su arte encantadora de cuentacuentos.  Escogería pasajes sobre nobleza no tan noble, algo con mucha discreción para no llamar la atención obviamente, pero que sin embargo moviera a la gente a confiarle después algún secreto que supieran sobre el duque o su séquito.  Así que ya en corto, siguiendo en confianza con algunos, obtendría más información.  Averiguaría las intenciones, las metas de quien le hablaba, para empezar a entender mejor a Brabante.

Claro, algotros pasajes de sus cuentos serían sobre tolerancia entre religiones, respeto a la gente, en especial a los judíos.  Quería ir preparando el terreno a la migración de más de su pueblo a estos territorios.  Para su gente, ahora y, ojalá, para un futuro seguro a lo largo de los siglos.  De alguna manera había que empezar a cambiar la historia. 

En la noche iría a la posada. Y ahí, también, con comida y algo de bebida, contaría chistes o cuentos de cantina, todo hacia el mismo efecto...

Al pasar por la zona en el quehacer cotidiano estaría atento a descubrir regiones del castillo, mágicas, divinas o infernales, ya sea dentro o por lugares circundantes... 

Erik, te veo un poco confundido.  Si no te has decidido quizá lo mejor sea esperar a que algo se presente.  Ayúdame mientras aquí en el puesto.  No te recomendaría el torneo pues estará lleno de nobles y te llenarías de odio al ver su opulencia en contraste a la destitución de tantos.  

O si, digamos, no estas en los mejores términos con la ley, quizá podrías buscar amigos con los que compartas esa "situación".  Discretos obviamente.  Pero pueden ser fuente de mucha información sucia de nuestro... objetivo.