Partida Rol por web

Sin saber que les estaba ocurriendo al mismo tiempo, en 4 lugares distintos, varios niños vivían el mismo evento.  

Estaban jugando tranquilamente cuando vieron un ave ¿con algo dorado? volar hacia un árbol.

Los tres niños de Tintagel, lo que vieron fueron un chough con una rama dorada en su pata derecha. 

Que tiene en la pata? pensaba mientras miraba fijamente al chough, comenzó a alejarse y decidí seguirlo, después de correr un tramo concideráble el pájaro se poso en un árbol, tendría que subir en el si quería averiguar que tenía en la pata.

Hacia un buen día, después de varios días sin dejar de caer una ligera pero constante lluvia por fin el sol había conseguido salir  , Ulf se encontraba cerca de la entrada al fiordo Geiranger, estaba aprovechando los rayos de Sol mientras descansaba tumbado en la hierba, notando como su cuerpo se calentaba, con el ruido del agua y de los pájaros de fondo, mientras sonreía plácidamente abrió un ojo para mirar al cielo despejado, un pájaro voló por encima de el, todo blanco con sus patas y pico rojos, que bonito era, cuando estaba a punto de volver a cerrar el ojo algo le hizo volver otra vez la mirada al Charran que antes había visto, vio como se posaba en una rama de un árbol, algo le brillaba en una pata reflejando los rayos del Sol, según se levantaba Ulf el Charran volvió a alzar el vuelo hasta posarse en una gran roca a la entrada del fiordo, si Ulf quería ver que era lo que resplandecía en la pata del Charran tendría que internarse en el fiordo y mojarse las piernas, poco a poco Ulf se fue acercando para no asustar al Charran y saciar su curiosidad. 

Pese al día despejado y la alcidez del Sol, la frescura de la Primavera bailoteaba entre los soplos de la brisa diurna de aquél día. En lo profundo del bosque, Vernemetton acudió como muchas otra veces al pequeño salto de agua del río que viajaba a la costa norte de la peninsula. Desnudo bajo la corriente, había dejado sus prendas a la orilla del pequeño estanque y disfrutaba de los suaves mordiscos helados de la caída del agua.

En un momento de tranquilidad, vió como un chough se posaba sobre sus ropas y observaba a su alrededor con inquietud, dando pequeños saltitos a un lado y a otro. Los ojos dorados de Vernemetton se fijaron entonces en lo que agarraba una de sus garritas. ¿Un broche de oro? no, parecía más bien un palito, una ramita pero ¿de dónde? No sabía de ningún árbol dorado en Tintagel, y el cambio de color de los bosque todavía quedaba lejano en Otoño.

Con cuidado, se acercó lentamente hacia el ave y lo observó más detalladamente, tratando de no espantarlo.

De un salto, el pájaro voló a una roca superior del estanque, a pies de la corriente y Vernemetton contrajo la respiración ante el susto del rápido movimiento. Cogió su camisola, poniéndosela rápidamente y tomó los zapatos con la mano. De nuevo, el chough, como si se burlara de él, voló hacia una rama más alejada, como si lo esperara, y sin demorarse en ponerse los zapatos, Vernemetton lo siguió con rapidez. Aquella ramita lo atraía como una abeja a una flor. 

El frío era cortante, pasaba siempre que las nubes dejaban el cielo, eso le permitía salir a jugar, corría por el campo despreocupado de las tareas que le habían encargado en casa, las había hecho y disponía de todo el día. No pensaba volver allí para que le mandaran mas cosas hasta que fuera la hora de cenar e irse a la cama.

Vago por las inmediaciones del monte y los lindes de los bosques, cuando vio algo raro y llamativo, un pájaro que no tenía nada de especial, pero parecía llevar algo en la pata, algo dorado¿ Sería algo que hubiera cogido ? Si podía seguirlo hasta su nido podría ver que era y quedar se lo, por supuesto.

Así que ni corto ni perezoso corrió en la dirección en que había visto pasar al pájaro. Procurando no peder lo de vista

Dante estaba recogiendo leña, cuando le dio por mirar una instante al cielo, pues algo le llamó la atención, intentó agudizar su vista y logró ver un chough, que sostenía una rama dorada, a Dante le pareció algo extraño y digno de su curiosidad, no lo perdía de vita y finalmente tiró al suelo la leña que tenía en los brazos para seguir aquella especie de ave, que era realmente aquella rama? La curiosidad el podía más que el deber de la recogida de la leña, al menos en ese instante...

la habilidad en castellano es Atención (de todas las ediciones de las que soy consciente).

Je je, que buen juego de palabras.  La traducción oficial de awareness es "consciente", jajaj.  

En Tintagel.

Una niña pelirroja y aquel chavito que había tirado su atado de leña al piso habían corrido persiguiendo un pájaro.  Ambos volteaban a ver al mismo árbol, así que seguro estaba ahí. ¡Si, ahí estaba!  Ambos se conocían.  Se habían visto ya en la iglesia hecha de piedras gruesas que adornaba el centro del pueblo.  Sus padres se conocían, hablaban entre si al encontrarse; seguro algún pariente tendrían en común.  De la niña se decía que tendría el carácter de fuego, como su madre.  Pura habladuría, seguramente.  Los niños se saludaron como los niños hacen, sólo un gesto y un objetivo común: el pájaro.

Al mismo tiempo, del otro lado del árbol, sobre los peñascos, vieron que los veía, a ambos y al pájaro, uno de aquellos niños-duendes de los que hablaban sus padres, de los que debían tener cuidado con, de los que vivían en el bosque.   Se los pueden robar, cuídense, les decían.  Este niño-duende estaba todo mojado, y veía al pájaro con intensidad.  Había notado además lo que traía en la pata el ave: una de esas plantas que crecen sobre los árboles pero que no son el árbol, de las que tienen frutas rojas, sólo que no era verde, sino dorada, hojas y fruta, más dorada aún que las ollas de sus padres, como el collar que lleva la mujer que lleva el comercio con las mulas.  

¿Que dicen y hacen los niños?

En el fiordo.

El hijo del pescador y el hijo del cazador ambos notaron al charrán con la pluma dorada.  Vieron cómo del árbol fue a posarse luego sobre una de las repisas bajas del acantilado, de esas que no se mojan ni en la marea alta como estaba, de esas donde luego ponen sus nidos.  Chocaron sus hombros al llegar a donde justo lo habían visto meterse, se reconocieron, y ambos hablaban el mismo idioma, la variación noruega de la lengua Nórdica.

Para llegar hasta allá deberían de poder nadar un pequeño tramo, y luego escalar la piedras.  No se veía tan difícil, sólo las primeras estaban mojadas y había buen lugar donde posar pies pequeños.  O bien podrían hacer otra cosa...

¿Que hacen?

Angsmar se detuvo frente al agua, parecía que no había sido el único en ver a aquél pajaro, con su carga, desde luego. Su vista se cruzó con la de otro chico que había visto también al pájaro, aquello le hizo querer coger la iniciativa y se lanzó al agua, quería llegar antes que él a ese extraño pájaro, con su preciada carga.

En su premura dejo de lado la prudencia y se internó en el agua cruzando directo desde donde estaba hasta las rocas que el pájaro usaba para descansar, entonces al posar un pie se encontró una hondanada debajo del agua que no vio y se sumergió completamente en el agua, trató de mantener se a flote y volver a un lugar donde hiciera pie. Pero sus intentos resultaban vanales y la corriente lo arrastraba hacia el centro de la corriente de agua.
Conforme comprendió su situación empezó a cernirse el miedo y el pánico sobre su corazón y los chapoteos se volvieron más frenéticos, pero sus gritos los acallaba el agua que le cubría la cabeza una vez si y otra no.

Ulf observo como el Charran volvió a volar para por fin posarse en un saliente del acantilado, frunció el ceño al percatarse que ahora tendría que zambullirse por completo para poder llegar nadando hasta el lugar, maldijo a los Dioses por haberle fastidiado el momento de estar tumbado al Sol, camino unos pasos más en el agua y cuando estaba a punto de zambullirse algo le golpeo, asustado giro sobre si mismo, a su lado estaba un muchacho de su misma edad, una vez pasado su asombro lo reconoció como uno de los muchachos de la aldea, por un momento se le crispó el rostro al recordar que no era muy bien recibido por el resto de chicos del asentamiento, lo más que había jugado con ellos era a intentar escabullirse para que no le cogieran, y ahora por lo visto buscaban el mismo objetivo, estaba a punto de decirle algo para intentar capturar al Charran cuando de golpe empezó a nadar en dirección al Charran, quería quedarse el premio para el solo, Ulf pensó lo estúpido que era ,si hacia mucho ruido ahuyentaría al pájaro, sin más cogió aire y se zambulló en el agua, le costaba nadar a causa de lo fría que estaba el agua, su cuerpo se quejaba de este cambio de temperatura, pero según avanzaba se empezaba a encontrar mejor y el frío fue desapareciendo, al levantar la mirada pudo distinguir que ya estaba casi llegando donde estaba posado el Charran, y no había rastro del otro niño, una pequeña sonrisa apareció en su cara, le estaba ganando, cuando de repente escucho ruidos detrás suya, giro la cabeza y vio al otro niño que tenía la cabeza bajó el agua y se debatía desesperado por salir a flote sin poder conseguirlo, que hacia, tenía su premio al alcanza de la mano, maldijo a Odin y dio la vuelta nadando lo más rápido posible hacia el niño para intentar cogerlo y subirle hacia la superficie. 

En el fiordo, Ansgmar no podía nadar con fuerza para llegar al otro lado de esa esquina del fiordo.  El agua lo regresaba a la orilla de donde había saltado, pero se desesperó y comenzó a chapalear.  Entre espuma de sus propios aspavientos, vio como el otro niño, el entenado de la völva, casi llegaba a la orilla, pero se volvía a por él.  Este muchacho lo levantó lo suficiente para poder respirar, y ambos pudieron regresar a la playa pedregosa de donde habían salido.

El charrán, como burlándose, se asomó a verlos un instante antes de regresar a armar su nido.  Su pluma de la cola brilló dorada al sol al volverse atrás.

¿Que hacen ahora los chicos?

El niño asía a su salvador por el brazo con fuerza cuando llegaron a la orilla y no lo soltó ni siquiera al llegar, se ocupaba de tomar aire nerviosamente a bocanadas  entre tosidos. Sólo interrumpió el proceso para musitar un agradecimiento ahogado.
Gracias dijo entre bocanada y bocanada conforme se iba tranquilizando y trataba de controlar la tos.

Muchas gracias repitió al final tras soltarle y vomitar el agua que había tragado.
Se quedó jadeando  un instante de rodillas con la cabeza agachada antes de incorporarse.

Me parece que te debo la vida, mi nombre es Angsmar. dijo tendiendo le la mano, quería sonreir pero aún no se había recompuesto por completo y no lo consiguió.

Ulf se asomó a ver si habría otra forma de llegar al nido.  Podían darle vuelta al recodo del fiordo, pero tendrían que correr rápido porque en cualquier momento el charrán se lanzaba de nuevo a pescar.  Por otro lado, había un bote pescando no muy lejos de ellos; llegaría la voz de los niños si le gritaban.   Era el del viejo Harkon, famoso por malhumoriento y por ser un pagano hecho y derecho.  Escupía a los pies de los misioneros si uno tenía el atrevimiento de acercarse.

Tras un gran esfuerzo por fin tanto Ulf como el otro chico consiguieron salir del mar, Ulf se dejo caer en el suelo con las piernas aún sumergidas en el agua, sólo conseguía escuchar su corazón desbocado a causa del esfuerzo, al cabo de unos segundos consiguió incorporarse para ver como el pájaro volaba de vuelta a su nido, con los puños crispados por la impotencia golpeó el agua que le cubría alrededor, en ese momento percibió moviendo a su lado , al girarse vio al otro chico que le estaba mirando, no me las des, cualquiera hubiera hecho lo mismo, Ulf observo atentamente a Ansgmar mientras hablaba y se recuperaba del esfuerzo, parecía que lo que decía lo decía de corazón y no ocultaba una doble intención, no te preocupes no me debes nada, bueno si, quizás me debas un pájaro, Ulf esbozó una amplia sonrisa para quitarle hierro al asunto, mi nombre es Ulf, conseguiste ver lo que le brillaba al Charrán, que rabia se nos ha escapado entre los dedos, míralo hay esta, yo estay agotado para llegar en una carrera a su nido antes de que vuelva a volar, Ulf maldecía entre dientes antes las perspectiva de dar por perdido al pájaro cuando de golpe se percató de un bote que estaba pescando cerca de ellos y con el que podrían acercarse al nido del Charrán, de un salto se puso en pie, Ansgmar mira hay esta el bote del viejo Harkon si conseguimos que nos vea podremos convencerle para que nos lleve hasta el nido,  sin esperarse a que Ansgmar se levantará Ulf empezó a mover los brazos a la vez que gritaba el nombre de Harkon. 

Dante miró a aquella chica que ya había visto varias veces y que la conocía de la aldea, no habían hablado nunca y no habían jugado nunca juntos, pero ahora tenían un objetivo en común, aquella chica le llamaba la atención, su pelo rojizo hacía que cualquiera se fijara en ella, pero además era conocida su insistencia en ayudar a los demás, la veces que la había visto en la iglesia Dante se había fijado lo fascinada que quedaba ella siempre ante tal magnitud de todo lo que le rodeaba, pero ahora lo que le fascinaba a ella era aquel pájaro tal como a él, si bien con simples gestos se ponían de acuerdo en que tenían un mismo objetivo, cuando Dante iba a coger la iniciativa para acercarse poco a poco abrió los ojos de par en par al ver aparecer aquel niño duende, sus padres le advertía constantemente de aquellos tipos de seres, Dante se quedó paralizado, además aquel niño también miraba insistentemente al pájaro, su primer pensamiento era ponerse delante a pos de que ellos lo habían visto antes y no dejarle pasar, pero recordó lo mediocre de su fortaleza física como para no hacer ninguna tontería, Dante miró a la chica en busca si se le ocurría alguna cosa que hacer, pues Dante estaba algo indeciso...