Partida Rol por web

Desheret se gira hacia el joven con aspecto de judío y le contesta, con tono preocupado:

- Es una verdadera desgracia, Fildebrando. ¿Recordáis por lo menos dónde fue que perdisteis vuestro cuerpo? Quizá deberíamos a empezar a buscar por ahí... aunque no conozco demasiado los duendes, creo que usted sabrá mejor cómo proceder.

NOO, ¡NO DIGAS QUE ES UNA DESGRACIA!  Es justo lo que ellas querían que no....  -levanto mi mano hacia sus labios  mientras volteo preocupado a todos lados.  Bajando la voz digo ...a lo mejor ya te oyeron.  ¡Rápido, toca la madera 3 veces!   O... haz algo.  Lo que sea, ¡pregúntale a un Merinita!  Me volteo a los demás con cara confundida: ¿Quien de aquí era...?  

- Madera, madera... - La joven mira a su alrededor con pánico en la mirada, y con dos pasos vigorosos se acerca a una de las mesas y la golpea con el puño 3 veces. Tras un momento de duda, levanta el pie, descalzo, y da tres golpes contra el suelo con él - por si acaso - murmura mientras espera para ver si alguno de los presentes contesta.

-¡Pardiez, que bello animal! -escucháis cómo se exclama el joven Gastgeber en el exterior, y los que asomáis para mirar, veis que en efecto así es, un semental pura sangre, una belleza oscura como la noche sin la más leve mancha en su lustroso pelaje. Sus músculos tensos brillan de sudor, sin duda su jinete tenía prisa por llegar aquí. El chico toma las riendas del espectacular caballo, dispuesto a llevarlo a las cuadras, cuando se percata de que tal vez eso no sea lo más urgente.

-Emmm, será mejor que le acompañe, señor... -añade el mozo ya seguro de que el jinete no es otra cosa que un mago. Su vestimenta y actitudes lo dicen a gritos. Y ahora, el detalle del caballo, es ya sólo otro de los que rodéan la certeza.

El que aparece es un mago de tomo y lomo, con una túnica corta verde flojo de buena factura, una camisa roja interior que asoma hasta el puño bajo la túnica, gruesos pantalones de un verde bastante vivo, botas de montar del mejor cuero y una larga capa de un verde tan oscuro que se diría casi negra. Sobre su cabeza un gorro recubierto de fieltro rojo con el símbolo de casa Bonisagus dibujado simétricamente a ambos lados en dorado. No porta arma alguna, pero en su cinto sí que hay una de esas bolsas atadas que se han puesto de moda por el contacto con las tierras sarracenas con las Cruzadas.

-Salve -dice el recién llegado en un impoluto latín mientras se aparta la capa para levantar la mano a modo de saludo general- Soy Excelsius Filius de Albus, seguidor de Bonisagus y antiguo aprendiz de Durenmar. Imagino que vosotros sois los otros... -añade no muy convencido mientras pasea la mirada por las heterogéneas figuras que hay en la habitación. Sólo un par de frases y al Bonisagus ya le ha dado tiempo de exhibir "pedigrí": la casa más famosa, la Domus más antigua, ... Incluso ha aparecido a lomos de un semental. Y esa ropa... ¿Qué se le habrá perdido en esta reunión? ¿Por qué demonios lo reclutaría Flindebrand?

Albus ex Bonisagus, el pater de Excelsius, es un Bonisagus investigador de dragones, pero su línea de investigación se consideró que no sólo le ponía en peligro a él, sino también a sus sodales, por acercarse mucho a una de las susodichas bestias míticas. Tras una serie de discusiones internas parece que fue expulsado de Durenmar, la Domus Magna de Bonisagus.

Albus ex Bonisagus, el pater de Excelsius, es un Bonisagus investigador de dragones, pero su línea de investigación se consideró que no sólo le ponía en peligro a él, sino también a sus sodales, por acercarse mucho a una de las susodichas bestias míticas. Tras una serie de discusiones internas parece que fue expulsado de Durenmar, la Domus Magna de Bonisagus.

Al ver a ese mago tan elegante le digo apuntándolo con el dedo:  Tu, tu eres Ex... (hago gestos de reanimar la memoria) Ex-celsius, ¿verdad?  Yo soy Fildebrando.  Vagamente me acuerdo de haberte convocado aquí.  

No, no me mires así.  Este es un encantamiento de las hadas, quienes han trocado mi cuerpo con el de un joven mercader judío, al cual hice un comentario despectivo en el camino hacia acá...  Ahora no lo encuentro ni a él ni a mi memoria, y sólo tengo imágenes vagas de haberlos llamado a ustedes aquí para formar una Alianza innovatis.

Lo vuelvo a señalar a Excelsius con la mano. A tí, a tí te quería alejar de tu maestro, el cual había hecho algo malo, algo indecente, miro hacia abajo moviendo la cabeza, pero no me acuerdo bien que.  ¿Estas bien ya no siendo su aprendíz?   

Miro a todos mientras me siento.  Ex-celsius, Ex-miscelánea, Ex-tytalus...mm... ¿todos fueron algo y ya no lo son?     ¡Que pregunta más tonta! Obviamente así fue y así será, como bien descubrió Heráclito.     ¿Es para que aprenda eso hadas? -digo esto último levantando un poco la voz hacia los árboles que se ven afuera de la ventana.   

Los miro a Desheret y Excelsius a los ojos:  Debeis ayudarme a encontrar al judío y hacer las invocaciones faericas para que regrese a mi corps y mentem, y podamos formar esta bienaventurada alianza... ¿Alguien tiene harina?   

Ya un poco cansado de la pantomima del Merinita, Ultramontano clava sus ojos lechosos sobre Kalonymus. El mensaje es simple: "Déjalo ya".

Albus ex Bonisagus, el pater de Excelsius, es un Bonisagus investigador de dragones, pero su línea de investigación se consideró que no sólo le ponía en peligro a él, sino también a sus sodales, por acercarse mucho a una de las susodichas bestias míticas. Tras una serie de discusiones internas parece que fue expulsado de Durenmar, la Domus Magna de Bonisagus.

Excelsius se remueve incómodo, su capa recolocándose como por voluntad propia.

–Primero -dice muy serio- mi pater no ha hecho nada malo o indecente, buscaba y sigue buscando nada menos que el ritual de *creación* de un dragón, algo que ningún mago hermético ha conseguido hasta ahora, pero algunos mojigatos de Durenmar se la tienen jurada y con esa excusa le han conseguido expulsar de la Domus, que no de la casa o de la Orden.

-Y segundo –añade con su potente voz- dudo mucho que seas quien dices, ¿cómo un archimago de Merinita iba a dejarse encantar por hadas? Tampoco hablas como él. Como os podéis imaginar –ahora ya hace extensivo su discurso para el resto de magos- traté de interrogar todo lo posible a Flindebrand y aunque no conseguí gran cosa, podría asegurar que no tienes su latín bañado de mil lenguas diferentes.

Satisfecho con su propia explicación, Excelsius pasó a temas más importantes.

-Entonces, todos hemos sido convocados por “el Afortunado”, ¿verdad? –echa una mirada de reojo al judío- Creo que sería interesante que dijéramos que podríamos aportar a la futura Alianza. Yo mismo soy especialista en Creo y en Animal y podría, con algo de vis, aportar un semental para crianza de caballos de monta. Y me crié en Durenmar, así que conozco el sistema de préstamo de su biblioteca. Allí están todos los hechizos de los que tiene noticia la Orden y si dispusiéramos  de material de escritura y algún mago dispuesto podríamos copiar los hechizos que quisiéramos. O directamente aprenderlos, depende de lo que necesitemos y la urgencia que tengamos. También creo que podría arreglar algo para conseguir material básico de laboratorio, algo con lo que poder ir comenzando. Habría que hablar con Flindebrand para ver de cuánto tiempo disponemos, pero creo que inviertiendo un año o así podríamos aportar vis, hechizos y libros para ir comenzando. ¿Qué me decís?

No era un experto en la orden, pero sí que había escuchado hablar del loco de los dragones y su discípulo. La verdad es que no sabía cómo debía acoger esa noticia. Los dragones eran criaturas asombrosas, un misterio tan grande y tan atrayente como los mismos misterios del bosque. Apenas habíamos empezado a aprender algunos misterios del bosque, y ya había gente que intentaba descubrir uno de los mayores misterios del mundo.

Wulf levanta la cabeza. Podría decir que podía dedicarse a la protección y el cuidado del bosque como tal. Que podía hacer maravillas con la misma naturaleza, con la fauna y la flora. Pero no, no encontraba que era el momento todavía.

La joven maga mira sorprendida a Excelsius y a Kalonymus, sin entender demasiado lo que está pasando, aunque al final parece tomar una decisión y se gira de nuevo hacia el Bonisagus, que parece que se ha proclamado portavoz de la reunión.

- Como ya le comenté a Fildebrando, soy especialista en Terram, y si puedes conseguir unos cuantos peones, puedo construir algunos bonitos edificios, hacer cuevas o lo que sea necesario. Material tengo poco más que el que llevo encima, pero la tierra siempre proporciona. Sólo tienes que saber pedir. No tendrás algún alfarero por aquí, no?

¡Perfecto!  Esto lo resuelve:  Uno que me crea -señalo a Desheret-, uno que no -veo a Excelsius-, uno que se ría -le sonrío a Bastián-, y uno que me haga caras -le saco la lengua a Ultramontano-.  Sólo me falta uno que lo entienda, para completar el pentagrama... miro a todos alrededor, entrecerrando los ojos...

Pero mientras tanto - saco mi cuaderno de notas de teoría mágica faerica- ya con esto está listo el hechizo y hago las anotaciones correspondientes en él con mi pluma de azulejo, marcando sus puntos finales con énfasis...

En todo caso, me presento ahora ya de regreso en mi mismo.  Voy y me inclino para besar la mano de Desheret.  Soy Kalonymus ben Shalom.  Mil disculpas y mucho gusto.  

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Ya pensando en la pregunta y comentario del Bonisagus, le digo:  

mmm, un dragón... Mi primera pregunta sería para qué quieren hacer un dragón tu y tu parens, además de lo obvio, digo, que es hacerlo sólo porque pueden hacerlo.      ¿Están en extinción? -miro a Wulf, arqueando una ceja- ¿Nos hacen falta para reconquistar las zonas perdidas antes las caballerías de los múltiples pueblos al este?  

Y de lo que aportar materialmente a la Alianza está bueno, yo podría pedirle un préstamo a la comunidad allá en Speyer para que arrancáramos sin penurias, pero lo más importante es qué nos une, en propósito y gozo, porque así nomás unir mi vida con la de ustedes por años y años, como que no sin que me hablen bonito antes.  

Volteo hacia atrás. Podría sin pensarlo dos veces acá con el sorello Saeros y con Wulf, manada para siempre, porque los conozco y se como piensan.  ¿Pero ustedes?  ¿No deberíamos hacer algo antes para ver si nos entendemos?  ¿O como es esto de las Alianzas?  

Requiero ilustración digno filio de los fundadores de la Orden de Hermes en cómo es que se han formado otras Alianzas.  Humildemente reconozco que se mas de cortes faericas que de nuestros hermanos herméticos.  Y Fildebrando ha estado más ocupado en pulir sus múltiples lenguas para la tina donde baña en su tinta a su Latín que en contarme más cosa...