Partida Rol por web

Se sentía tentado a reír al ingresar en medio de esos matoncillos desaliñados, y también un poco nostálgico porque no decirlo. Por un lado, pensaban que daban miedo con su porte, sus armas y el aire general de “pandilleros duros”; en resumen, todavía no habían visto nada del verdadero horror que podía encontrarse en estas noches.

Nostálgico porque el también había sido una vez así de ingenuo, antes de que la traición y el odio le enseñasen muchas cosas. Por eso, con solo ver a Mortadelo, supo que era el hombre adecuado...

-Es de esperarse… Mi nombre es Max Thalberg. +saludo, envarándose ligeramente, sin hacer el menor asomo de tenderle la mano; era obvio que no la tomaría+ No hace mucho que estoy en este país y mis conocidos son contados. Sin embargo estoy corrigiendo eso.

Cabeceo ligeramente hacia la pelirroja.

-Mi compañera sugirió que usted es el hombre indicado para hablar sobre un negocio en esta zona. Es usted el jefe de todos estos hombres, pero no el del barrio, ¿no es asi?

Este niño está jugándose la suerte con una estaca. ¿Acaso no podía ser un poco mas normal? me está complicando las cosas, ellos saben que yo no confío tan fácilmente... Todo sea por lo asignado.

Lorenzo, no creo que estés pensando con claridad - Le dije mientras guardaba las llaves - Te recomiendo guardes esa estaca antes de que te hagas daño. La señorita no está en condiciones de pelear y yo tampoco tengo muchos deseos de hacerlo. ¿Por qué mejor no tomamos una salida mas "limpia"? - Sin embargo vienen los pasos y el muy idiota decide ignorar todo aviso. Me acerco a darla y le digo en un susurro - Jovencita, vuélvase a recostar y hágase la desmayada, por favor - Al tiempo que vuelvo a desvanecerme entre las sombras* "Si actúa como un idiota va a ser dificil escapar"

Lorenzo se había deslizado de la habitación, pero yo estaba literalmente atrapado en la misma debido a la presencia de aquel hombre, podía haber salido pero sinceramente ¿Qué posibilidades tendría yo, recién despertado, contra alguien a todas luces más viejo que yo? La posibilidad de sembrar el gramo de locura en ese hombre no era muy grata: podría terminar atacándome si no era cuidadoso, y en cuanto a crear emociones en él... ¿Cual usar? ¿La desidia? ¿El desaliento? ¿Falta de ganas de existir? Bueno, podría servir, si esa emoción habitaba en él, pero de nuevo... ¿Podía confiar en mis capacidades?

En fin, solo quedaba esperar a que el tipo decidiera retirarse, por mi bien más que por el suyo, fruncí un poco el ceño decidido a profundizar mi capacidad con respecto a las técnicas de la ofuscación en un no muy lejano futuro.

"cuando salga de aquí"

Lejos de iniciar una conversación con Blanca y aclarar que hacia ahí y porque estaba molesta (pensando que su actitud se asociaba a ti y no a otra cosa) decides ignorarla totalmente y pasar de ella. La música se escuchaba más fuerte a medida que avanzabas y veias una serie de hombres con el estilo punk  que estaban al rededor de una casa  de un piso que estaba en una especie de parqueadero. Los hombres hablaban entre ellos en grupitos, y todos parecian  cortados con la misma tijera. Vas caminando y paras en seco, e investigas el panorama. Un par de personas vestidas de manera un poco más formal esperan a la entrada, uno es  rubio, ojos claros,  con un estilo algo aleman, y la otra es una chica peliroja con lentes.  Pones atención y escuchas  su petición de que "desean hablar con el mortadelo", pasan unos minutos y  ves que les dejan entrar.
 

La mujer se tumba en la cama confundida y pensando en si no los mataran a ellos.

Mira a Max serio, pero con atenta escucha, por un momento pareciera que no es el descerebrado violento al que todos temen...

Así es-  y mira a Helena-  ¿y la señorita es?...
 

- Miro a Mortadelo mientras Max habla con él, fijándome en alguna marca particular o remarcable en su vestimenta  o piel y le miro cuando hace referencia a mi - Me llamo Helena Loris, encantada

Observo el grupo de punks a mi alrededor. La presencia de un viejo barbudo iba a cantar como una almeja, pero quizás no tanto como la de los dos tipos de vestimenta formal. Bueno, la cuestión es que podía aprovechar aquello como una oportunidad.

La idea era un poco estúpida, pero mi experiencia me decía que a veces las cosas más simples, revestidas de la seguridad adecuadas podían ser las más exitosas.

Me acerco justo detrás de los dos tipos que acababan de entrar pidiendo por Mortadelo, y señalando con el índice hacia el interior de la puerta, les digo a los de seguridad con total tranquilidad:

- Voy con ellos. 

Logras ingresar detrás de ellos, te confunden con  aquellos,  pero no  vas al pie de ambos, el dilema lo  tienes cuando vez que ellos van unos pasos más adelante, bajan un piso y luego entran a una oficina. Pero logicamente no puedes entrar con ellos tambien,  sabrian que estas sobrando. Podrias engañarles de alguna forma para poder escuchar bien, o utilizar el medio para lograr escuchar la conversación.

Hay un pasillo, varias puertas que dan a otros lugares, y  cerca a la oficina del mortadelo un grupo de anarcas custodiando.

Mientras Natham esta escondido.  Alejandro toma a Darla y se aleja un poco, esta en un sitio visible pero escondido. Lorenzo entonces camina hacia los anarquistas quienes se voltean al escuchar los pasos.

El Mortadelo tiene muchas cicatrices pequeñas en su cara. Cuando habla  puedes ver cierta especie de colmillos animales, no muy evidentes, pero es claro que existen. Viste con informalidad y con cierto toque de motociclista.

Hace una sonrisa. Si... me suena. Dice hablandole a la mujer. Pero eso no responde que desean hablar conmigo.

Finalmente nos encontramos, les miro desdeñosamente mientras enarco una ceja y finjo contener un bostezo. El desprecio que desprendo se va tornando en mi rostro en una sonrisa cruel y peligrosa, mi voz autoritaria, no explica lo que va a suceder, no promete lo que va a suceder... en vez de eso, es un vaticinio del futuro inmediato, una realidad que no van a poder evitar.

Alzo la mano que sostiene la estaca, para que la vean en todo su esplendor, la paso de mano a mano, mientras me miran estupefactos... se deben preguntar que cojones está pasando. Probablemente, no esperarían algo así. ¿Qué clase de táctica és esta para alguién que escapa, verdad? Siento la duda en ellos.

-Os voy a explicar que va a suceder. Voy a lanzar ésta estaca justo ahí -cabeceo hacia el centro de ellas, a un alcance equidistante para que tengan las mismas oportunidades- Vais a tratar de ser rápidos para alcanzarla antes que vuestros compañeros, y me vais a estacar a uno de vosotros. Ése será mi prisionero, vuestra ofrenda para seguir existiendo una noche más, vuestra redención. Los dos restantes, podréis iros, y os recomiendo que lo hagais rápidamente porqué la ira de vuestros jefecillos o la mia propia si nos volvieramos a ver, sería terrible. Podríais cambiar de ciudad, o de país... no tengo planes a largo plazo para Ásia, quizás allí podríais empezar una nueva vida... -mi tono de falsa amabilidad és alarmante.

Se miran entre ellos, quizás estupefactos, quizás dudosos de las lealtades entre ellos, que nunca fueron grandes con éste tipo de escoria. Ahora, debo apuntalar mi plan, debo hacerles comprender porqué harán lo que les he pedido.

-Os preguntaréis... ¿porqué ibamos a hacerte caso? Sómos 3 y tú sólo 1. Bueno... dudo si habríais sido capaces de sumar hasta 3, pero éso no és lo importante... lo importante és que me vais a obedecer porqué me habéis agraviado, puedo tolerar hasta cierto punto algún cristal roto en mi casa, pero nadie me toca la familia, nadie hiere a un pobre perro que sólo sabe dar la pata, y lo más importante... ¡me vais a obedecer PORQUÉ SOY VUESTRO PUTO DIOS! ¡UN DIOS OMNIPRESENTE QUE PUEDE JUZGAROS ENTRE LOS FUEGOS DEL INFIERNO CON SÓLO PENSARLO Y MI PACIENCIA ÉS MUY CORTA, MALDITOS GILIPOLLAS!

Imprimo con mis palabras de ira vengativa el fuego prometido para amedrentarlos y hacerles implorar por sus vidas, un fuego se enciende en el chaleco de uno de ellos, que le obliga a desprenderse rápidamente del mismo atemorizado.

-Ropa, muebles, aire... carne... no importa dónde ¡SOY EL DIOS DEL FUEGO, SOY VUESTRO FIN, OBEDECEDME Y GANAROS MI PERDÓN, AHORA!

Lanzo la estaca para que luchen por mí, entre ellos.

El placer de mi venganza, no se basa únicamente en torturar a un prisionero, también en romper los supuestos lazos de camadería que les une a través del horror al fuego y a la inminente muerte... oh sí, sus rostros de pánico són dulces para mí.

-Como dije antes, una oportunidad de negocio. Antes de entrar en el tema, sin embargo, quiero aclarar un par de cosas. Ya me confirmo que usted no es el jefe del barrio. Entonces, a alguien responde. ¿Por casualidad es un tal Linares? Ese es el otro nombre que debia buscar por estos lugares, segun me informaron.

La replica de Max era pausada, tanteando a Mortadelo y sus reacciones con cosas de las que ya sabia la respuesta. Pero sobre todo presto atención a lo que el nombre del fugitivo significaba para el. 

Bien, llegaba lo difícil. Acercarse lo suficiente para escuchar la conversación.

Para ello tendría que hacer uso de mis poderes, de modo que miro a mi alrededor y me concentro para generar una pantalla ilusoria.*

- Me mantengo expectante a la reacción de Mortadelo ante las palabras de Max - 'Un gesto a veces dice más que todo un discurso' - Pienso para mi