Partida Rol por web

Jormund y Vened se quedan a una distancia prudente mientras Rimi examina el cofre en cuestión. Pasa algún tiempo en el que los otros dos comienzan a impacientarse, el lugar no es muy adecuado para tardarse tanto y el encierro que allí se experimentaba comenzaba a afectar a los aventureros.

Finalmente, el mediano consigue su objetivo. En efecto, hay una trampa, de naturaleza mágica, en el cofre, sin embargo, no está cerrado.

 Esta es una trampa de la que no puedo encargarme Y abrir este cofre puede desencadenar cualquiercosa. No tengo posibilidades. Tal vez con mucha suerte podamos hacer algo. Pero no se que pueda suceder. Es una trampa magica. Si abrimos el cofre nose que puede desencadenar.. 

Exclame algo frio hacia mis compañeros. 

Quien no quiera abrir el cofre. Puede salir de la habitacion. No os odiare si algo llegara a pasarme. 

 Rose tal vez volvamos a vernos.. 

Pense con frialdad. Mis palabras se oian derrotistas y desesperanzadas. 

Yo me quedare. No temo a la muerte. Pero no os llevare conmigo.

Casi podian oir que el intentaba decir algo detras de las palabras. Como pidiendo exactamente que el cofre lo mate. Extraño.. Jamas se habia comportado asi el mediano.

    Tomo al pequeño por los hombros, sintiéndome un poco contagiado de su malestar. No sabía que el median podía llegar a comportarse de tal modo, pero si había algo que no permitiría, sería dejar de lado a un compañero para que muriese solo. Con mi fuerza enanil, volteo al mediano hacia a mí y le digo con suma seriedad y franqueza -Mira, ni sueñes que te dejaré aquí sólo porque te quieres morir. No tocaremos ese cofre y seguiremos nuestro camino, ya que nuestra misión aún no ha concluido- miro al elfo en busca de ayuda y continúo -Mira al elfo y mírame a mí. De verdad vas a dejarnos morir aquí? Si algo te sucediese, no podríamos terminar con nuestro cometido, amigo.- y lo zarandeo un poco, buscando que espabilase.

Caminaba por el pasillo con demasiada cautela y sin soltar las espadas en ningún momento, nadie sabía en que esquina podría esconderse el siguiente peligro. Al llegar a la habitación con el cofre, vio clara la trampa, y el hecho de sentirse apoyado por su compañero Jormund lo reconfortaba.

- Rimi, no debemos tocar ese cofre. – respondió al mediano con voz fría. – La curiosidad mató al gato… ¿No lo sabías?. – Hizo ademan de que sus palabras sonaran sarcásticas. – Como ha dicho Jormund, no tocaremos el cofre y continuaremos el camino. Hemos venido juntos a este maldito lugar y continuaremos juntos. – miró con seriedad al mediano y posó su mano derecha en su pequeño hombro. – Créeme, no debemos tocar ese cofre. -

 Bien la salida es por alli. Yo abrire ese cofre. Si quiere irse pueden hacerlo.

Exclame con calma sentandome a un costado de el mismo.

      Mira, mediano!- digo con los bigotes en punta -Si no te vienes por las buenas o por las malas!!- concluyo mientras me acerco a Rimi, con las claras intenciones de intimidarlo. No dudaría en tomarlo por la fuerza si eso fuese necesario.

 Pero el enano le observa desaprovandolo enseguida y desmoralizandolo mordazmente. 

Vayanse. No compartire el tesoro con ustedes.

   Elfo, será mejor que dejemos que cumpla su voluntad. Si nos lo dice, creo que tendrá sus propias razones- digo resignándome ante el argumento del pequeño. Me dolía verlo de ese modo, pero aun más dolía el dejarlo de lado, pero si él quería arriesgar su vida por ese cofre, estaba en su entero derecho. -luego alcánzanos- le digo mientras hago unos pasos hacia adelante, esperando a que Vened me siguiese.

Maldito mediano testarudo… ¿Qué crees que habrá dentro de ese cofre si no una trapa mortal?... No aprenderéis… El semblante del elfo cambiaba según hablaban sus compañeros. No era un hombre que dejara atrás a los suyos, y estos dos pequeños hombres se habían convertido en sus improvisados compañeros. – ¿Estas seguro Rimi? ¿Qué es lo que tanto te llama la atención de ese cofre? Si tu mismo has comentado que es posible que mueras en el intento. – comenzó a hablar el elfo intentando hacer cambiar de opinión al mediano con la oratoria, ya que con la fuerza el enano no había sido capaz. – No tiene ningún sentido todo esto, recapacita y sigue el camino con nosotros. –

El comportamiento del mediano era demasiado extraño. Había conocido a algunos de su raza y sabia de su curiosidad, pero algo escamaba a Vened, el cual no podía dejar de pensar en aquella figura a la que habían soltado que ahora se encontraba libre por la mazmorra y asociarlo al extraño comportamiento del mediano.

- Rimi, ¿qué esperas encontrar ahí dentro?. - preguntó con voz calmada.

 Algo que estoy buscando hace años..

Digo friamente. Mis palabras resonaban en el recinto en el que nos encontrabamos como pequeños rincones de desesperanza. Grises como la soledad misma. Era el rostro de un ser distinto al anterior. Mi mirada se nublo como un dia de lluvia y no dije nada mas a la espera de poder posar mis manos sobre el cofre. 

Vamos alejense..

Dije sin mas..

   Vámonos ya, elfo. No debemos perder más tiempo en este lugar, o se nos nublará la mente como le ha pasado al mediano- digo con cierto tono de disgusto, pues no iba a poder cambiar el estado anímico del pequeño. La fuerza y la palabra no podían con él, entonces llegaba a la conclusión que sería mejor dejarlo a su voluntad y luego volver por él -Volveremos por él, no va a morir por tan insignificante trampa. Es un ladronzuelo después de todo- y trato de esbozar una sonrisa, pero fallo en el intento.

Jormund tenía razón, no había forma de hacer recapacitar al mediano. Sentía tristeza por lo que estaba ocurriendo y eso se reflejaba en su cara, cara que rápidamente cambió para intentar no aparentar flaqueza. – Continuemos Jormund. – respondió dando conformidad a las palabras del enano. – Rimi, si te ocurre algo grita. –

Acto seguido, continuó por el pasillo junto al enano cerciorándose antes de girar por el recodo que no había nadie escondido tras él.

Abres el cofre sabiendo que algo se desencadenará, presumiblemente algo dañino, una gota de sudor frío recorre tu frente antes de que una explosión de fuego se desencadene, sin embargo, gracias a tu experiencia con las trampas y efectos de este tipo, te ves capaz de salir sin ni un rasguño. Te inclinas sobre el cofre para examinar su contenido, pero está vacío.

Tus compañeros vuelven al oir la explosión.

Apenas si alcanzan a distinguir unas celdas en el nuevo pasillo cuando oyen una explosión a sus espaldas, voltean inmediatamente y se ponen en guardia, pueden observar como alrededor del cofre abierto hay marcas de fuego, sin embargo, el mediano está observando el interior del cofre sin ni un rasguño.

    Sin dudarlo ni un segundo, corro todo lo que puedo hasta donde se encuentra el pequeño -Qué pasó?? Estás bien???- le digo preocupado mientras me fijo si no tiene alguna herida visible, pero por lo que llego a juzgar, el mediano sólo nos ha dado un terrible susto. De igual manera, eso no era motivo para andar preocupándonos de ese modo y debía haber una explicación coherente por tal actitud egoísta. Estaba un poco molesto por aquello y se lo haría saber una vez que lo dejase hablar. Pequeño buscapleitos...