Partida Rol por web

Entre salpicadas, risas y bromas, se lo estaban pasando genial en el mar. Kotaro se negó a ir, al parecer estaba concentradísimo en su castillo de arena.

En ese momento los brazos de Otoya rodearon a Yukino mientras gritaba:

Otoya:- ¡Ola viene!

Y la tiró hacia atrás junto a él.

Dejó el flotador en el agua para que lo cogiera quien quisiera, haciendo visera para ver a su hermano jugando con Neliel, totalmente concentrados en los castillos de arena. Sonrió para sí pero fue lo último que pudo hacer antes de verse de nuevo sumergida, esta vez por Otoya.

Le pilló tan por sorpresa que al salir tosía, con el amargo sabor del agua salada quemándole la garganta.

- Puaj, he tragado agua... - sin previo aviso salpicó a Otoya en la cara con ambas manos, a sabiendas de que tendría verdaderas dificultades para sumergirlo en el agua en caso de intentarlo -. ¡No te aproveches de mí, Otoya-kun! - alzó un dedo acusador, señalando al chico con la risa bailando en sus ojos -. La próxima vez métete con alguien de tu tamaño - justo cuando pronunciaba la última palabra envió un manotazo de agua en dirección a Tezuka, momento en el que aprovechó para sumergirse y volver a emerger dentro del flotador, pretendiendo así evitar aguadillas en venganza.

El chico la miró e intentó seguirla con la mirada bajo el agua, pero realmente pensó que se había perdido, hasta que reapareció rodeada por el flotador. No pudo evitar sonreir con diversión ante el vano intento de protegerse por aquel plástico.

Tezuka:- Yukino, cobardica. Acércate y repítelo.- aunque parecía amenaza, ella sabía que estaba bromeando.

Renji:- ¿habrá esta noche fiesta de pijamas? No me apetece estar solo...

Haruka:- De hecho... he organizado una prueba de valor por parejas. Y de orientación... no sé si os gustará... Si es muy infantil...

- No, gracias, estoy bien donde estoy.

Aquella fue su risueña respuesta a la par que retrocedía un par de pasos, aferrándose con fuerza al neumático que le servía de pobre protección contra Tezuka. Fue aquel el momento que aprovechó Haruka para ofrecer su plan para la noche. Una prueba de valor. Odiaba las pruebas de valor, Yukino era una cobarde acabada y no le gustaba serlo de modo que lo intentaba con todas sus fuerzas aunque después lo pasara fatal.

- ¿Qué clase de prueba de valor? - preguntó en el tono más desenfadado que pudo -. ¿Y qué pasa con Kotaro y Neliel? Alguien debería quedarse a vigilarlos, no? Quizás debería quedarme con ellos y asó no habrá problemas porque seamos impares.

- Orientación por la zona cercana del bosque. Cuenta una leyenda... etto... cuenta una leyenda que existe, cerca de aquí, una pequeña laguna de nenúfares, y entre ellos hay uno especial, de color azul.- atentos, habían dejado de echarse agua y todo. Parecían muy interesados en aquello- Se dice que da suerte. Nos vendrá bien para los exámenes. El que la encuentre, después de atravesar zonas oscuras y llenas de espíritus fantasmales, será realmente afortunado.

Silencio durante un momento mientras todos pensaban qué bien estaría tener grandísimas notas sin esfuerzo. Hasta que todos- a excepción de Tezuka y Mei que eran más introvertidos- gritaron al unísono:

- ¡¡Yo quiero!!

Haruka:- Kotaro y Neliel estarán durmiendo y todo el personal del hotel estará pendiente de ellos.

El alivio inicial que le produjo escuchar toda la historia de la buena suerte se evaporó al escuchar hablar de espíritus malvados que acecharían en la oscuridad. ¡No quería! Sabía que era una tontería pero le daba verdadero pavor, haría el ridículo más espantoso o lo pasaría mal o las dos cosas.

Pero todos parecían sumamente entusiasmados, imparables ante la perspectiva de pasárselo bien haciendo unas pruebas así, por no hablar del esfuerzo que había puesto Haruka en que todo estuviera bien.

- Yupi - dijo un poco más tarde que los demás aunque desde luego no con el mismo entusiasmo. Tendría que ceder... - Ne, Hayane-chan, ¿y qué pasa con tu miedo a la oscuridad? - ...pero no sin antes hacer un último intento.

La chica se encogió de hombros con la pregunta:

- Iremos por parejas. No creo que haya ningún problema. Ne, pero somos impares, ¿no?

Haruka:- Mi primo participará también. Supongo que llegará justo a tiempo.

Otoya reía por lo bajini al notar la "efusividad" de Yukino y los demás ya estaban diciendo con quien querían ir, hasta que Haruka le sacó de dudas una vez más:

Haruka:- Hay que echarlo a suertes... como las habitaciones.

Otoya:- ¡Y a qué estamos esperando! ¿Carrera de natación? ¿Croquetas por la playa? ¿Castillo de arena?

Mei:- ¿Qué tal simplemente con papelitos o el palo de colores?

Otoya:- Ne, Mei-san... qué aburrida...

Los demás se rieron, pero Mei quedó seria, dirigiendo la mirada hacia otro lado y cruzada de brazos.

No había solución, esta noche haría penitencia por sus pecados. ¡¿Pero qué pecados?! ¿Qué había hecho para merecer aquello? Quizás podía fingir encontrarse mal y quedarse en el hotel mientras los demás salían a pasárselo bien pero entonces se lo perdería y la finalidad de aquellas vacaciones era acumular experiencias juntos, ¿no? Sólo esperaba que no fuera una experiencia bochornosa.

- Ah, bueno, fiu, qué alivio - se limitó a decir cuando Hayane dijo que no habría problemas, comentario que caso casi desapercibido en su totalidad pues ya habían pasado a otra cosa como era ver cómo harían las parejas. Aquella vez no se sentía muy por la labor de dejarlo al azar, la verdad sea dicha si tenía que hacer el ridículo prefería hacerlo con Tezuka al lado que con cualquier otro, pero visto cómo se estaba enrareciendo el ambiente decidió no quejarse más -. ¿Cómo decidirías las parejas con carreras? ¿Los dos mejores juntos, los dos segundos mejores juntos...y así? - preguntó  con una sonrisa un tanto azorada, ya que nadie parecía percibir la molestia de Mei -. Lo hacemos con papeles o algo y lo demás lo podemos hacer igualmente, Otoya-kun.

Mei pareció agradecida por el apoyo de Yukino aunque fue la única que se dio cuenta de que había sido para ayudarla en parte. Salieron del agua, siguiendo a Haruka, porque ya no la dejaban en paz, intrigados como estaban por saber quién iba a ser su pareja.

Haruka se encargó de preparar los papelitos con números y los metió en una gorra doblados. La primera en coger fue Hayane que recibió el número 4, Renji continuó cerrando los ojos con fuerza esperando que así el papel con el número 4 flotara para ayudarle, pero no fue así:

Renji:- Número dos...

Mei fue la siguiente y cogió el uno, su número de siempre en las listas de notas, de elecciones y de todo. Pareció aliviada de no tener que cuidar de Hayane y de no tener que soportar a Renji. Tezuka extendió la mano y dijo en voz alta.

Tezuka:- tres.

Todavía había posibilidades de que le tocara con Yukino. Lo cierto es que para él sería lo mejor. Pero no fue así, porque Yukino sacó el cuatro, de manera que haría pareja con Hayane que hizo señales de positivismo con los pulgares hacia arriba. Haruka iría con Tezuka y esta vez sí que se puso colorada. ¡Con un sempai! Otoya no podía creerse su suerte. Estaba echada al cincuenta por ciento y cogió precisamente el uno. Mei estaba algo molesta aún por lo sucedido antes, pero él ni se había percatado. ¡Iría con Mei!

Y finalmente el dos quedaba para el primo de Haruka, que iría con Renji.

Haruka:- Ya está. Y no vale cambiarlos.- por desgracia...- se debe respetar la suerte.

Le había tocado con Hayane. ¿Por qué aquello sonaba como el último clavo en el ataúd? Desde luego eran la peor pareja la una para la otra, no iban a ayudarse para nada con sus respectivos temores que estaba claro que aquella noche no iban a ser pocos. Por lo menos iba a ser al aire libre; las casas de terror de los parques de atracciones le daban claustrofobia y miedo, por eso acostumbraba a evitarlas.

Correspondió el gesto de Hayane fingiendo entusiasmo aunque le costó mantenerlo cuando las palabras de Haruka borraron de un plumazo las últimas esperanzas que había abrigado, sin embargo no pudo evitar lanzarle una rápida mirada preocupada a Tezuka. Hubiera preferido tantísimo ir con él...

Él estaba contentísimo. Intenaba evitar mostrarlo, pero lo estaba. ¿Cuándo llegaría la noche? ¿Qué se pondría?

No, espera. Se supone que vamos a caminar por le bosque... si me pongo la única camisa que me he traído...

Renji:- No podía ser prima...

Hayane:- ¡Oi! ¡Renji-Kun! Eres un hentai.

Renji:- ¡Porque no quieres tener una cita conmigo!

Silencio inmediato. Era la primera vez que Renji decía aquello con total seriedad y no parecía que simplemente quería molestar a Hayane. Tezuka alzó una ceja. Por suerte, Kotaro y Neliel llegaron para aligerar el ambiente.

Kotaro:- ¡Concurso de castillos!

Otoya:- ¡¡HAAAAI!!- siempre eufórico y contento.

Mei les siguió al igual que los demás e incluso Renji de modo que solo Hayane se quedó aún petrificada. ¿Qué acababa de pasar?

Tezuka:- Tú te vienes conmigo.- le dijo a Yukino.- Parejas o no, quiero estar un rato a solas contigo.

Otro silencio incómodo esperó el ambiente entre ellos, aunque esta vez procedía de la santa inocencia de Hayane. ¿Es que hasta ahora no había tomado a Renji en serio? Pobre chico, no le extrañaba que por fin hubiera saltado con enfado tras las acusaciones impertinentes de Hayane.

Por suerte todos parecieron decidir casi al unísono que era mejor ignorar el estallido como si no hubiera sucedido y así permitir que la chica reflexionara sobre aquello.

- Hai - por lo menos aquello le permitía distraerse un rato de la agobiante perspectiva de la noche -. Estoy contenta de que hayas venido - comentó por lo bajo con una sonrisa cariñosa - pero hubiera preferido ir contigo esta noche. Aún así esto es genial, sienta tan bien después de estudiar tanto que cuesta de creer.

- Bueno, Mei me invitó y no iba a decir que no.- comentaba mientras hacía como que llenaba el cubo, cuando realmente estaba totalmente centrado en la conversación y en Yukino- Ya... yo también quería. Vamos a estar todo el camino del bosque sin abrir la boca. Lo veo. Al menos contigo sería...- ¿romántico? ¿Privado? ¿íntimo? ¿apasionado?- ...divertido.

Divertido. No era lo que ella tenía en mente al pensar en aquella noche, más bien se le ocurrían otros adjetivos como espeluznante, turbador y bochornoso. Pero iba a ser fuerte, por lo menos lo intentaría. Sufriría en silencio o eso esperaba, aunque a la hora de la verdad no tenía demasiada confianza en sí misma.

- Haruka-chan en muy buena chica aunque muy tímida, intenta hablar con ella y verás como te caerá bien - le dirigió una mirada curiosa antes de encoger levemente un hombro mientras seguía dando forma a la arena bajo sus manos -. De todos modos vamos a estar aquí varios días, no todo se acabará con la prueba de valor, ¿no?

¿Verdad que no?

El chico sonrió. El agua se había secado en su cuerpo y en algunas zonas se había quedado un poco de sal pegada al cuerpo. Miró a Yukino. Probablemente estaba en lo cierto en que la chica estaba aterrorizada por la prueba de valor. Era verdad que no sabía cuáles eran sus miedos y aunque sería fácil preguntarle sin más, le gustaba ir descubriendo las cosas por sí solas, con el paso de los acontecimientos. Le puso una mano en la cabeza, tal y como acostumbraba:

- Claro que no.- le aseguró.- Habrás más tiempo para que puedas pasarlo con tu sempai.- bromeó.

Hinchó las mejillas en un exagerado y falso gesto de fastidio cuando el chico hizo el último comentario, poniendo la mano en su cabeza como si se tratara de una niña pequeña. Le apartó la mano con aspecto enfurruñado antes de sacudirse sus propias manos y deshacerse la trenza, dejando su cabello libre de nuevo, que seguía realmente mojado.

- ¡Mi sempai me está llenando el pelo de arena! Ne, ne, no sabes tratar bien a los kohai... - negó con la cabeza, con los ojos cerrados y las manos alzadas a los lados, como si quisiera decir que no había solución alguna para la actitud de Tezuka.

Se rió divertido ante la forma de responder de Yukino mientras continuaba con aquel castillo que más bien poco le importaba:

- Acabas de decir algo obvio, ¿no crees?

La miró unos segundos. Tenía ganas de besarla, pero no lo haría delante de todos. Ya no solo era porque Yukino se transformaría en un tomate total, sino porque para él también resultaba incómodo que todo el mundo les viera.

El concurso fue ganado, irónicamente, por los niños, que lograron hacer el mejor castillo de todos. Pasaron un rato más allí hasta que les vinieron a buscar. Fue una tarde bastante divertida a decir verdad. Una vez arreglados, cenaron en un salón super amplio. ¡Si hasta podían elegir en qué mesas sentarse!

Y finalmente, llegó el momento de la prueba de valor. Salieron a fuera, donde un aire fresco les movía los cabellos y las ropas.

Haruka:- Recordad, el primero que lo encuentre, será el afortunado. Si os perdéis lleváis móvil, linterna y un mapa. En algunas zonas no hay cobertura.

Dicho aquello, todos se marcharon con sus respectivas parejas, mirando el mapa y decidiendo qué camino, de los cinco posibles, tomar. Hayane y Yukino quedaron las últimas. La oscuridad ponía nerviosa a la chica, que no tardó en aferrar con fuerza la linterna y asegurarse de que llevaban pilas de repuesto. Abrió el mapa.

Hayane:- El objetivo está al norte y de los cinco caminos solo 3 van para allá.- uno era meterse por sendero de bosque, otro por el camino que daba a la playa, desierta y oscura, y el otro una colina algo empinada.- ¿Qué camino escogemos?

El día fue bien, mejor que bien, pero lo cierto era que Yukino tuvo problemas para disfrutar a partir de la hora de la cena puesto que sus nervios iban en aumento, devorando poco a poco la relajación muscular en que se había sumido tras el baño en la playa y tensando cada fibra de su cuerpo.

Al final, con un sentimiento de inevitabilidad, se encontró a sí misma junto a Hayane contemplando la negrura que se expandía ante sí, poco dispuesta a dar el primero paso y con el corazón latiéndole dolorosamente en el pecho.

- El del bosque no parece buena idea - se apresuró a decir antes de carraspear nerviosa y añadir -, ya sabes, podemos tropezarnos con raíces, golpearnos con ramas... Y por la colina es poco probable que haya cobertura - y si nos atacan quiero poder llamar para pedir ayuda, pensó un poco asustada -. Vamos por la playa, además la luna se reflejará en el agua y no estará tan oscuro - forzó una sonrisa en dirección a Hayane, como si con aquello pretendiera animarla.

Lo cierto es que las dos estaban en un estando de ánimo bastante alterado y por lo menos ella se sentía reacia a dar el primero paso.

La chica asintió a las palabras de Yukino. Al menos estaba con alguien parecida a Mei y Mei siempre le había ofrecido muchísima confianza. Solo con ella se sentía segura.

Aunque había asentido, tardó bastante en levantar el pie derecho para ponerse en camino. Aunque una vez lo hizo empezó a caminar con tantísima rapidez que poco más y corría. Dirigía la linterna a todas partes. El paseo marítimo estaba a diez minutos caminando desde el hotel.

- ¿Crees que tendremos que entrar en la arena? ¿O con seguir el paseo marítimo será suficiente?

La mera idea de tener que adentrarse entre la arena y el agua en plena oscuridad la aterrorizaba.

- ¿Y por dónde habrán ido los demás?

No hay nada por aquí, es sólo oscuridad, un poco de viento y las cigarras cantando a la luz de la luna..., se repetía a sí misma con nerviosismo, obligándose a andar junto a Hayane, siguiendo sus andares acelerados con una falsa seguridad en el semblante.

- No creo - ojalá que no, era difícil correr por la arena. De algún modo le parecía que tenía que tener todo bajo control y en ese "todo" iban incluidas las rutas y formas de escape. Bufó sin pensarlo cuando le hizo la segunda pregunta -. Seguro que por el bosque - intentó que su voz no se tiñera de amargura pero estaba convencida de que habrían preferido la emoción de verse rodeados de sombras siniestras que la relativa tranquilidad de la playa -. ¿Qué te parece si vamos corriendo? - sugirió entonces -. Así tenemos más posibilidades de ser las primeras y por el paseo marítimo se puede correr relativamente bien...

La verdad es que lo que quería era acabar con aquello cuanto antes.