Partida Rol por web

- No pasa nada... joven - Dan titubea, queda claro que no recuerda los nombre de los chicos - Continuemos adelante, pensemos que esos bichos no son más molestos que dormir en una cama con unas pocas chinches. - Dan ríe - En realidad no creo que las chinches de esos viejos camastros de ChinaTown fueran reales.

Mientras habla hace gestos a los niños para que se pongan en marcha decidido a continuar cerrando el camino. Antes de ponerse a andar acerca su mano a la escopeta mientras mira dubitativo a los pequeños seres mecánicos, luego menea la cabeza y deja la escopeta en su sitio.

... los destinatarios ...

Al ver la cara de apenado de su compañero, Jake se acerca para consolarle:

No te comas la cabeza, Bryan - le dice pasándole el brazo por los hombros - No eres el único que se siente... impotente.

De hecho, te diría que yo tengo esa sensación desde que despertamos en ese subterráneo de Nueva York - Jake aprovecha la ocasión para sincerarse y vaciar sus pensamientos y frustraciones - En mi cabeza arrastro los recuerdos de una vida que se que es falsa y no soy capaz de comprender cúal es mi papel en toda esta historia. Por el momento, me siento como un pez fuera del agua con toda esta tecnología que para mí solo podría formar parte de una película de ciencia-ficción. Incluso mis conocimientos de supervivencia quedan fuera de lugar en entornos urbanos...

El chico se queda un par de segundos en silencio con la vista perdida, pero rápidamente sale de su catatonia y se gira de nuevo hacia Bryan:

Venga, no le demos más vueltas. Lo importante es que podemos continuar y debemos hacerlo. Omar dió su vida por ello, pues tiene que ser importante. Supongo que cuando sea el momento adecuado comprenderemos porqué estamos aquí.

Avanzáis por los túneles en silencio y precaución, bajo la atenta mirada de los pequeños autómatas que aparecen de vez en cuando para luego continuar con sus cosas.

Los túneles son fríos y huelen a lugar cerrado y poco ventilado.

Finalmente llegáis a una puerta de metal que abrís sin muchos problemas, detrás hay un pasadizo con varias puertas y luces en el techo ... aunque el lugar parece abandonado de hace mucho tiempo.

La pintura verde de las paredes se ha cuarteado y caído, las luces están apagadas y quemadas y las puertas están corroídas por el paso del tiempo y la humedad.

La oscuridad es casi absoluta aquí, siendo el único punto de iluminación una de las luces de emergencia que tenéis detrás, que es bastante tenue, pero vuestros ojos ya se han acostumbrado a ella.

Avanzas en silencio por los túneles que estas.

No tardas en percatarte que no estas sola. Por entre las tuberías se puede atisbar alguna que otra cucaracha enorme, que con un poco mas de inspección, resulta ser un autómata de mantenimiento.

Los pequeños autómatas te observan con ojos fríos y continúan con sus labores ignorándote después.

No hay muchos, pero sus ojitos brillantes provocan cierta incomodidad.

Los túneles están muy escasamente iluminados, pero por suerte tienes linterna. Sabes que tus compañeros no y te preguntas si se las apañaran bien.

Parece que el túnel donde estas es largo y encuentras mas de una bifurcación ... ¿tienes algún plan sobre que dirección tomar?

- Tendríamos que buscar una salida. - comenta Dan mientras se acerca una a una a las puertas, intentando discernir una ráfaga de aire más puro. - Le estoy empezando a coger el gusto a este olor... me recuerda a alguno de mis viejos lugares de trabajo. - añade en voz baja con una sonrisa maligna.

Trataré de ayudarte camarada, éste sitio se está pareciendo cada vez más a la sala en la que despertamos por primera vez. Espero que no veamos un dispensador de comida-papilla...

Vladimir lo dice con un escalofrío que le recorre todo el cuerpo. Los recuerdos de ese lugar son muy contradictorios y finalmente bastánte tristes. Ocurrieron demasiadas cosas malas como para recordarlo con nostalgia.

Es raro que los robots de mantenimiento no hayan estado reparando éste lugar. Debe de estar fuera de sus rutinas de trabajo o puede que ni siquiera sepan que existe...

Observando unos segundos los pequeños robots de mantenimiento, me cruza la idea de preguntarme hasta que punto son conscientes de su propia existencia. Era una idea que hace mucho tiempo podría haberme parecido absurda y alocada. Pero hacia años que el mundo lo veía de otra forma a través de mis "ojos". Pero daba igual, no era el momento para estas nimiedades existenciales. Solo urgía salir y reencontrarme con los demás.

¿ Vladimir, seguís por aquí ?. - Pregunto por Seed al pequeño ruso - Creo que definitivamente les he dejado atrás. Hace rato que ni les oigo. ¿ Donde estáis ?

Vuestro problema principal es que os quedáis sin luz pronto y no podéis avanzar por el pasillo para buscar nada.

Sin embargo de una de las puertas que tenéis a alcance visual, podéis escuchar que detrás se oye sonido a ventilación.

¿ Vladimir, seguís por aquí ?. - Pregunto por Seed al pequeño ruso - Creo que definitivamente les he dejado atrás. Hace rato que ni les oigo. ¿ Donde estáis ?

Dan hace una señal a los niños para que se alejen, cierra con fuerza su puño sobre la culata de la escopeta y abre la puerta de golpe, empujándola (si es posible) con el cañón del arma. Luego se asoma con el máximo cuidado posible.

Vladimir vuelve a entornar la cabeza y, como si estuviera escuchando por un pinganillo vuelve a asentir.

Sí, seguimos por aquí, parece que estamos en un punto muerto, hemos llegado a una habitación abandonada de mantenimiento, creo haber oído ruido de maquinaria detrás de una puerta ya que no podemos profundizar por culpa de la falta de luz. En cuanto salgamos a la calle o algún sitio que nos dé una pista de dónde estamos te aviso.

Chicos, parece que Angie ha conseguido despistar a sus perseguidores. Aunque eso ya casi lo intuía, esa chica es una máquina. ¿Seguimos por éste pasillo?

Sí, seguimos por aquí, parece que estamos en un punto muerto, hemos llegado a una habitación abandonada de mantenimiento, creo haber oído ruido de maquinaria detrás de una puerta ya que no podemos profundizar por culpa de la falta de luz. En cuanto salgamos a la calle o algún sitio que nos dé una pista de dónde estamos te aviso.

Venga, adelante. No tenemos otra elección - responde Jake tomando la delantera - La verdad, Vlad, es que este sitio también me está haciendo recordar esos subterráneos... Que esos robots no se hayan encargado de mantener estos pasadizos resulta... extraño, como mínimo.

Bueno, al menos Angie está bien...

¿Exactamente, que queréis hacer?

Las tuberías tienen distintivos indicando a que pertenecen cada una de ellas, no es que estén cada 2 metros pero buscando un poco se pueden encontrar.

Canalizaciones de agua, electricidad, comunicaciones ...

La intuición femenina no te va a servir de mucho aquí, la verdad es que parece un poco laberíntico todo.

Dan abre la puerta con su corpulencia, la cual cede con facilidad ... debilitada por el tiempo y sin ninguna posibilidad ante el hombreton asiático.

Después de mirar con precaución, comprueba que no parece que haya ningún peligro. Parece que esta era una vieja sala de control.

El polvo lo cubre todo, así como viejas telarañas sin sus anfitrionas.

Hay varios muebles por la habitación que están casi desmoronados y hechos trizas por el tiempo, con el chapado saltado y la superficie negrosa y rugosa.

En el fondo de la sala hay varios ordenadores de considerable tamaño que están encendidos y en estado aceptable. Son la fuente del ruido y enfrente tienen una silla con un cuerpo medio momificado y casi tan carcomido como los muebles de la habitación.

En el ordenador hay una de esas cucarachas, que espantada por el ruido de la puerta abrirse, se marcha por un agujero de la pared.

El joven asiático parece relajarse. Baja la escopeta y sus manos recuperan el color.

- Espero que este no sea el último que intento escapar por aquí. - bromea Dan mientras le hace una seña a los niños para que se acerquen, sin parecer afectado por el cadáver. (*) - Creo que deberías mirar si hay algo interesante en esos ordenadores. Parece que aún funcionan.- comenta mirando a los muchachos.

Pasados unos segundos no puede evitar añadir en voz baja:
- Por lo menos no huele mal.