Partida Rol por web

Martha se puso roja como una grana, y giró el rostro, algo cohibida. No parecía dispuesta a revelar su secreto por las buenas. Quizá habría que emborracharla antes.

-Calla, tonta.

Janet dejó de apretarles el cuello, y se quedó fijamente mirando a la mesa de los chicos. Maggie seguía riendo, y Martha había enrojecido, cuando la gigantona parpadeó y les dijo.

-Chicas... Me está mirando.

Y cuando todas miraron hacia allí, vieron como Tyrone se había fijado en ella.

Vamos a ver, reemprendió la conversación Maggie en voz baja, mirando fijo a Martha a los ojos. Tampoco ha de ser tan difícil deducirlo: no hay tantos chicos en el pelotón. Si no son Fendrew ni Jackson, quedan Kendrik y Kaczynski. Y de esos dos, yo diría que no tienes tan mal gusto como para que te mole mi colega sureño, ¿no? Así que te gusta el polaco... pues qué quieres que te diga, a mí me parece un chico estupendo. ¿Qué esperas para agarrarle del rabo y llevártelo al catre?

Cita:

Normal, Janet, ¿dónde iba a encontrar un hermano grandullón una hermana como tú en este país de mierda? Niñas, como veo que esto es grave, voy a tener que pensar un plan, al mejor estilo del cuerpo de Marines. Objetivo: que mañana tengamos las tres que andar espatarradas, del roce. ¿Estáis conmigo?

James tampoco levanta la vista del plato, aunque no es por hacerse el interesante, si no por que esta bastante concentrado en la comida, aunque no por ello deja de escuchar la conversación que se va dando y acota algo de vez en cuando.

- Pues no, teniente – dice luego de tragar un bocado, y justo antes de llevarse otro a la boca – tenemos teorías, pero todavía nadie tiene algo lo suficientemente jugoso como para hacerlo publico – añade mientras mastica el trozo de pavo.

El ambiente distendido se palpa por el rumor constante de charlas y carcajadas que reina en la sala. Sin embargo, no presto demasiada atención al Teniente cuándo nos pregunta si sabemos el motivo por el que a Nintendo le llaman de ese modo. Con discreción me giro hacia la mesa de las chicas. Veo a Maggie reirse junto a esa amiga suya tan fea... Short, creo que la llaman. Y justo ahí, de pie, hay otra Marine; una chica alta y de complexión atlética a la que ya había visto con anterioridad hablando con Maggie. De hecho, fue una de las que más se burló del imbécil de Webster durante el viaje en avión.

Escucho a James, siempre tan correcto y tímido, preguntar por la cuestión de Nintendo. Pero estoy en otra parte. Parece que esa chica me está mirando. Luego les dice algo a sus compañeras y todas me miran al unísono y empiezan a reírse. Ella no, solamente sonríe. Joder, solo le falta telegrafiarlo. "-Esa tía tiene que ser una leona en la cama - pienso."

Con descaro, le guiño el ojo, mientras sonrío. Me llevo los dedos a los labios y le mando un beso. Si esas chicas se creen que sus jueguecitos de adolescente y sus sonrisas de complicidad van a amedrantar a un cabrón de Hell's Kitchen, es que no conocen a este negro ni el lugar del que procedo.

Luego me giro de nuevo hacia la mesa, para continuar con la charla sobre Nintendo.

"-Yo creo que se debe a que Nintendo usa unos gayumbos rosas con la cara de Super Mario estampada en ellos.... - digo sin tener ni puta idea del motivo..."

-Lo de trabajar agujeros por detrás te va más a ti, Billy.- Se echó a reír, quizás más por los efectos del alcohol, que empezaban a notarse que por la gracia del comentario que acababa de hacer. -Pues venga, que coño, que un día es un día... Serán nuestro regalo de navidad. ¿Y quien se apunta?- Miró a los demás, engullendo ya la poca comida que le quedaba en el plato, para finalmente volver la cabeza hacia Webster. 

Las chicas pueden ver como Tyrone le guiña un ojo a Janet con bastante descaro, mandándole un beso con los dedos. Luego vuelve a mirar a la mesa, ya que al parecer el teniente se ha sentado en ella, y le dice algo en relación a lo que estaban hablando antes.

Las chicas de la mesa no pueden evitar que les entre la risilla histérica, fruto de los litros de serotonina que están segregando en este momento, y que recorren sus cuerpos.

El teniente se rió por lo del comentario de los gallumbos. Era ingenioso, pero una vez más la realidad superaba a la ficción. Bebió un poco de la cocacola que tenía en su bandeja, y limpiándose las manos comenzó a relatar.

-Hace casi dos años, cuando él era un novato, nos desplegaron cerca del zigurat de Aqar Kuf. Sufrimos un atentado con IED, que destrozó uno de los vehículos y mandó al hospital a dos buenos muchachos. Bragg estaba con McGuire en un jeep de avanzada, y recibieron órdenes de despejar el foco de ataque, que al parecer era una casa particular desde cuyo tejado operaban los terroristas. Ellos no lo sabían.

Hizo una pausa, bebiendo un poco más.

-Entraron a despejar la casa, y Bragg estaba algo acojonado porque le habían disparado desde la azotea dos minutos antes. Cuando estaba en la planta de arriba, creyó escuchar algo en una de las habitaciones, y lanzó una granada. Cuando entró, solo vió una masa sanguinolenta y lo que había sido el cuerpo de un niño ensangrentado en el suelo. Frente al cuerpo, una televisión rota y las manos, perfectamente cercenadas, sosteniendo el mando de una Nintendo 64.

Contaba todo aquello como si fuera lo más normal del mundo. Saltaba a la vista que el pelotón había visto mucha guerra, y aquella era una anécdota sangrienta de tantas. El teniente se dió cuenta de la cara que ponían.

-Bueno, ahora hablemos de cosas más serias. El general está muy contento con nuestra compañía, y eso implica una cosa: que nos darán misiones cada vez más importantes. He escrito cartas de recomendación por el incidente del coche bomba, pero dudo que nos den una chapita hasta que no hagamos algo gordo. Y con algo gordo, me refiero a misiones como entrar en un piso franco en pleno ciudad Sadr, desmantelar una fábrica clandestina de IED o cosas de ese calibre.

El teniente sonrió, apoyando una mano en el hombro de Jackson.

-Habéis dejado oficialmente de ser FNG. Los chicos os respetan desde lo de aquella noche. Así que se acabó eso de que os asignen tantas misiones de transporte de víveres, patrulla y esas mariconadas. Ahora, sois parte del club.

Webster alzó la mano, como diciendo "piérdete, tio", por el comentario homoerótico. La caterva de nazis en potencia que estaban sentados en aquella mesa miraron fijamente a Kendrik, y uno de ellos estiró el puño, para que hicieran una especie de "todos para uno" con sus brazos.

-Adaptarse, improvisar, vencer -dijo- ¡Hoorah!

Mierda, mierda y triple mierda, dice Maggie en voz baja al ver que el teniente se sienta a la mesa de los chicos y se pone a hablar con Tyrone. Habrá que usar el plan B.

Maggie se pone a mirar disimuladamente hacia la otra mesa y cuando ve que Fendrew mira hacia ellas le hace una discreta pero inconfundible señal con los dedos índice y corazón de la mano derecha: Ven.

Pese a las ultimas palabras de aliento por parte de Brown, acerca de dejar de ser FNG y ser parte del grupo, palabras que podrían a animar a cualquiera en ese lugar, James permanece mirando al plato de comida, fijamente, pensando y masticando lentamente, ya sin siquiera saborear, y ya sin la sonrisa que había mantenido hasta entonces y que se había borrado al escuchar la historia de “Nintendo”.

Puede que a otro le diera igual, o que incluso le causara gracia, pero a James le deprime bastante. Realmente no quiere llegar a ese punto, al punto de matar con tal impunidad y que ademas reciba un apodo por ello que le haga recordar aquel acto para siempre, y menos aun como si fuese parte de una anécdota divertida. Los meses de entrenamiento no le había lavado la cabeza lo suficiente como para tragarse todo aquello de ser una maquina de matar, por suerte, al menos para él, aun siente algo de remordimiento al pensar en matar a otras personas, pese a que en el momento de la verdad sus prioridades cambien drásticamente.

De todas formas, mientras esta ahí, y luego de escuchar aquella anécdota, tan solo puede pensar y desear no ser el próximo “Nintendo” del grupo.

Traga aquel bocado, el cual baja con algo de cerveza sin alcohol, y deja el plato a un lado, aunque en él aun queda algo de comida. De pronto se le a quitado el hambre, como por arte de magia.

Jonas andaba algo silencioso desde la anecdota de nintendo... La verdad es que lo habia afectado. Buscó con la mirada a Maggie y sonrió, luego hablaría con ella con más tranquilidad, pero por ahora, habia que disfrutar de la cena. Miró a sus compañeros, ¿Tanto habian pasado desde su primer dia? Tantos recuerdos parecían pasar por su cabeza, como cuando recibió el disparo... La vida, era algo efimero.

- Estoy deseando verlo, Señor.

Kendrik guiñó un ojo a Webster, tras lo cual juntó el puño, imitando a sus compañeros, gritando como ellos el "Adaptarse, improvisar, vencer. ¡Hoorah!", tras lo cual acabó lo poco de cerveza que aún tenía en la botella, y espero a los demás compañeros, para ir a armar un poco de jaleo por ahí fuera. 

En vista de que los chicos están remolones, Maggie se levanta de la mesa de las chicas y se acerca a la de los chicos; tras saludar semiformalmente al teniente, como se les dijo que hicieran, se sienta al lado de Fendrew y, procurando no llamar demasiado la atención, le dice algo al oído.

Parece que esa bala te afectó algo más que la espalda, colega, le dice Maggie a Jonas. Como paramédico del pelotón no tendré más remedio que examinar ese morado que tienes y, quién sabe, igual te tengo que poner cremita para que no te duela.

Y aprovechando los segundos de confusión mientras las neuronas del marine procesaban la información, continuó: anda, vete sacando ese culito tuyo de este comedor y de paso traete a Tyrone y a James, que Janet y Martha tienen algo que decirles a ellos. En cinco minutos fuera, no montéis un número saliendo a la carrera, que la noche es larga.

Y con esto se vuelve a levantar, saluda y hace una seña a Janet y Martha para que salgan del comedor.

Fendrew asintió como quien acaba de escuchar los consejos de su doctor sobre como no moverse para que la herida no duela, y luego, ante la mirada del resto, dice una vez ella se ha ido:

- Queria decirme que no hiciera movimientos bruscos en un dia o dos, para evitar un latigazo cervical o algo asi... - Al rato se levanta, algo mareado.- Tyrone, James, ¿Podéis acompañarme un minuto? Necesito tomar aire, y así aprovecho para hablar con ustedes, llevo pensando desde ayer.

La historia que nos cuenta el Teniente sobre Nintendo debería tener gracia. Y de hecho, la tiene. Tiene la misma gracia que las crueldades que de niños haciamos con lagartijas y ratones, convirtiéndolos en putos yihadistas atados a explosivo - en aquella época simples petardos sobrantes de 4 de julio - y dejándolos correr hacia una libertad que acabaría con sus tripas desparramadas por el suelo. Bragg encontró un ratón que jugaba con una Nintendo 64, le lanzó una granada y todo se fue a tomar por el culo.

Lo triste no es la muerte del crío. Ni siquiera que la máxima amenaza fuese algún juego de la puta videoconsola. Lo triste es que para poder soportar el jodido día a día en este país de mierda y no volverte majareta, tus compañeros te apoden Nintendo tras haber cometido una salvajada como esa. En Hell's Kitchen eso era pan de cada día. Muchos de los apodos de los hermanos procedían de alguna hazaña digna de mención y siempre violenta; así se ganaban el respeto, los colores y el sobrenombre que les acompañaría siempre.

Fendrew me saca de mi abstracción. Quiere que le acompañemos para hablar. No quiero ni imaginármelo, pero el primer pensamiento que me viene a la cabeza es que Jonas, después de que casi le revienten el cuello de un disparo de francotirador, está teniendo problemas para digerir lo ocurrido y espera alguna clase de apoyo o confiddencia. Menuda mierda. Nunca he servido para esa clase de cosas. En mi barrio, cuando alguien estaba jodido, se metía un chute y listos.

Me levanto, haciendo un gesto a los presentes, que siguen disfrutando de la cena y las bromas. Me giro y miro la mesa de las chicas. Ahí sigue Maggie, con Short revoloteando por los alrededores. Intento disimular, pero los ojos se me escapan detrás del culo y las tetas de esa Marine. Puto Irak.

James, mientras termina de vaciar su vaso de un trago, alejando aquellos pensamientos sombríos de su cabeza, mira de reojo como Maggie se acerca y le susurra algo al oído a Feendrew. Pese a lo que dice su compañero luego, esta seguro que lo que acaba de decirle Maggie no es precisamente nada parecido a no hacer movimientos bruscos, aunque no dice nada, pese a que tiene un buen comentario que va a tono con lo que se suele a hablar en la mesa y entre sus compañeros, no esta de demasiado humor después de la historia del teniente. Ya tendrá otra oportunidad.

- Señores – dice a quienes están en la mesa, mientras deja el vaso y se pone de pie – teniente – le dice a Brown a modo de saludo informal, pues no era momento de seguir protocolos mientras estaban a mitad de la cena de navidad – tengan buen provecho. Saldré un momento, parece que Fendrew finalmente va a pedirme matrimonio – comenta a la mesa mientras da media vuelta, como si no pudiera evitar lanzar por lo menos un comentario jocoso mas para disimular así lo que estaba pensando. Inmediatamente sale, siguiendo a Fendrew, dibujando una leve sonrisa en el rostro, aunque la vuelve a borrar rápidamente.

Jonas sale con Tyrone y James para hablar, pasando cerca de sus compañeros, de camino al exterior.

- Teniente. - Dice al levantarse y salir.