Partida Rol por web

-Me cago en l’ostia, Jose Luis ¿Pero que me contas? – Diego se rasca la nuca, nervioso y pensativo.

… Mierda, necesito un trago…

Resignado, niega con la cabeza, notando como su boca se reseca cada vez más.

-Anda, vamos pa’ la parroquia, acabo de deixar allí al pare… maldeïda sea-

Cuando logras dormirte se despierta el niño berreando, intentas calmarlo y cuando lo logras sales un momento a tomar el fresco y ves a Diego con José Luis que caminan hacia la parroquia a estas horas de la noche.

Cuando váis camino de la parroquia os encontráis a Telmo que está tomando el fresco.

corro hacia ellos para contarle a diego lo que me dijeron los hombres sobre Paco. Me extraña que marchen a estar horas de la noche

Cuando me acerco llamo su atención

-Diego, diego- le llamo sin alzar mucho la voz

De camino hacia la parroquia, callado y rumiando junto a José Luis, Me sorprende la voz de Telmo llamándome.

-Hola Telmo, ¿Qué tripa se te ha roto? Llevo uno de los días más raros de mi vida, y no me quito el dolor de cabeza… - Me toco las sienes con una mano, a la espera de que Telmo me diga lo que quieran decir sus labios con tanta urgencia.

He estado antes con los hombres despues de que Paco resucitara y me atacara, si como lo oyes. Busqué a Jimena para que me viera la herida pero parece que anda perdida o se la han llevado. Su casa parecia rebuscada.

La cosa es que Fernando me reconoció despues que no nos habia dicho toda la verdad sobre Paco y el burdel, parece que al final si que pasó por allí. Esto me dijo:

Telmo......tengo algo que decirte. Quizás cuando me preguntásteis por Paco y dónde había estado no dije toda la verdad. Marchó al burdel después de estar conmigo. ....No tenía dineros pero me dijo que iba a mirar, que el establo da al cuarto de la dueña y desde allí se puede ver a los parroquianos......bueno ya sabes.  Perdona no habéroslo dicho antes, pero ya sabes que aquí las noticias vuelan y no era de recibo que la última noche de Paco supiese su mujer que la pasó en el burdel de mirón. Pero ahora con todo esto que ha pasado.....¡yo ya no se qué pensar!

-Mmmm…- Diego se rasca la nuca haciendo una mueca de disgusto. Lo de que Paco había resucitado ya lo sabía, se lo había contado José Luis, pero lo del burdel ya lo deja completamente descolocado. Demasiada resaca y demasiadas cosas en la cabeza.

-Jimena esta con el Padre, en la parroquia, marchábamos para allí justo ahora, acompáñanos – Cuando emprenden la marcha Diego se decide a hablar para no realizar el trecho en silencio – He estado en el castillo, el marqués está como una cabra, y se ha liao la gorda con su hija y el casamiento, creo que hay una bruja con el marqués… Y lo del burdel que me cuentas… Mala cosa, sí señor, mala cosa… Vamos a que Jimena te eche un miramiento y después fablamos- Termina con una palmada en el hombro.

Diego quería hablar más tranquilamente con Telmo, a poder ser con un buen vino delante, pero ahora no era el momento. Sentía que tenía que encargarse de dos asuntos importantes a la vez. El de Paco hubiera sido de prioridad máxima en otro momento, pero peligrando la vida de su señor, ahora quedaba en un segundo plano.

Llegan Diego, Telmo y José Luis a la parroquia con cara de pocos amigos. Os abre Julian con cara de sueño y Jimena que estaban cenando. José Luis se adelanta y se lanza de rodillas a Julian.

  ¡Padre, padre una desgracia tremenda acaba de ocurrir!

No era lo habitual que alguien llamase a la puerta a esas horas, aunque todos sabían que la parroquia estaba para cuando la necesitasen, y allí el sacerdote para atender sus almas.
Se sorprendió al ver como José Luis se lanzaba a sus pies, atribulado por algo que debía haber sucedido pero que Julián desconocía. El sacerdote puso una mano sobre la cabeza del hombre que había perdido a su padre y le dijo con voz tranqulizadora:
-Tranquilo, no temas, entremos et fabla sin miedo. ¿Qué es lo que ha acontecido?-
Mientras hablaba con José Luis a sus pies miró un momento a Telmo y después a Diego, a quien mantuvo la mirada más tiempo. Diego vería claramente el temor del sacerdote por que detrás de todo aquello estuviesen de nuevo el Marqués y sus hombres, que hubiesen hecho más de las suyas.

   José Luis mira a los lados inseguro como buscando apoyo para lo que va a decir. Que en otro momento sonaría a desvarío pero a estas horas de la noche y con todo lo que ha ocurrido, uno ya no sabe que pensar. Baja la voz a un tono confidente y dice-Mi padre se ha despertado de entre los muertos convertido en criatura del infierno. Mató a mi mujer y si Telmo, su mujer y los viejos no lo evitan nos habría matado a todos. Después acabó convertido en niebla, y ni rastro del cuerpo.-Se persigna después de lo dicho.

Diego mira al cura a los ojos y levanta los hombros sin decir palabra. Está tan anonadado como supone que estará el padre Julián y todos los que escuchen esta revelación por primera vez.

Mi padre se ha despertado de entre los muertos convertido en criatura del infierno. Mató a mi mujer y si Telmo, su mujer y los viejos no lo evitan nos habría matado a todos. Después acabó convertido en niebla, y ni rastro del cuerpo

Asiento ante las palabras de Jose Luis.

-Se levantó de la mesa como poseso. Nunca podré olvidar sus ojos de odio mientras intentaba atacarnos con su cuerpo frio 

-Jimena, estuve buscandote en tu casa. Cuando llegue estaba toda revuelta. Temí que te hubiera pasado algo pues habia huellas de caballo alrededor de tu morada. Lo que se levanto de aquella mesa donde estaba Paco, porque aquello no podia ser Paco, me ataco y me hirió- Me levanto los ropajes para enseñarle la herida - Será ponzoñoso? Como ves la herida?

Escuchó las palabras de José Luis, también como Telmo corroboraba aquella versión de los hechos. Incluso vió como el Tabernero mostraba su herida a Jimena. Por todos los santos que les había escuchado, y todavía lo hacía. Sin embargo quedó petrificado casi por un minuto entero. Miraba a los tres hombres, alternando del agricultor a Telmo, y después a Diego. A este último le miraba a los ojos, como si esperase de él algún gesto afirmativo o que quitase importancia al asunto. ¿Cómo iba a levantarse Paco de su lecho, regresando de entre los muertos? Quizás la serpiente que le mordió no le había dado muerte, tan solo lo había parecido. Algún caso similar se había dado antes según el párroco había oído. Por eso los velatorios duraban todo un día, para dar la oportunidad al supuesto difunto de demostrar que en realidad no estaba muerto. Aquello podría haber sucedido sí, pero ¿Porque se llevaría a la Poncia por delante? Quizás fuese causa del desconcierto del anciano, pues no ha de ser fácil despertar de repente y encontrarse de golpe con que a uno lo están llorando. ¿Y lo de la niebla?¿Cómo podía explicarse aquello?

De bien seguro que en el velatorio habrán servido alcohol. Los más allegados et familiares querrían olvidar et ahogar las penas para conseguir dormir un poco. Lo más probable es que los nervios hiciesen su parte et el aguardiente el resto.
Pensó Julián, que tras llegar a estas conclusiones se mostró más sereno y se vio más capaz de afrontar aquello. Pues si había sucedido lo que él pensaba sabía cómo debía actuar. En cambio no tenía ninguna experiencia con los demonios y sus criaturas, a criterio del sacerdote Sibiriana ya tenía suficiente diablo con el marqués.
-Bueno, tranquilo hijo mío. Siéntate un poco et te traeré un vasico de vino. No estás solo et has de saber que todo aquesto se arreglará-
Claro, no podían resucitar a su esposa, pero estos días estaban resultando una pesadilla y Julián creía que todos ansiaban ya un poco de paz. Marchó por el vino para aquel pobre hombre que había perdido primero a su padre, después lo había recuperado a costa de perder a su esposa y ahora podía terminar perdiendo la razón.
-Bien, prepararé mis cosas, iré a ver a la Poncia, et creo que algunos hombres tendrán a bien salir a buscar a tu padre- dijo al agricultor aunque hablaba para todos. Debían calmarse y afrontar aquello sin dejar que los miedos, la pena ni el vino les llevasen a confundir la realidad con los infiernos.

Cuando el cura menta el vino, la boca del alguacil se torna en agua y su saliva empieza a acumularse como si de un manantial de primavera se tratase. Pensativo, Diego pone los brazos en jarra e intenta ocupar su mente para apartar la tentación de sus pensamientos, y un razonamiento conspirativo pasa por su mente.

-…Maleïda sea, puta bruja… Ha sido l’ama de llaves. Con sus pócimas… Seguro…- Musita negando con la cabeza, resignado.

José luis agradece el vaso de vino y se lo bebe de un trago.

  ¡Úpiro, ha sido un úpiro! ¡Paco se ha convertido en úpiro! Criatura de la noche que chupa la sangre de sus víctimas hasta dejarlas secas-dice la curandera haciendo la señal de la cruz-Te ha herido.......déjame ver-ve la marca del colmillo, rebusca entre sus cosas y saca un potingue que aplica sobre la herida y parece aliviar a Telmo-Tenemos que actuar rápido, matar a quien convirtió a Paco en úpiro o acabarás convertido en uno de ellos.. dice abrazandose y negando con la cabeza

José Luis la mira con cara de no creerse lo que dice, pero lo ha visto y sabe que es verdad. Se levanta y pone rumbo a la casa para ver a la Poncia como ha dicho Julian

Cuando llegáis a la casa está la Bernarda despierta, seria como es ella, ni una lágrima recorre su rostro, como si las cosas tuviesen que ser así. Ha llevado a la Poncia a la cama y allí la ha dejado. Limpia la casa como si fuese lo más normal del mundo hacerlo a las dos de la mañana.

  Jimena examina a la Poncia y dice-tiene el cuello roto

¿Úpiro? Julián miró a Jimena realmente sorprendido, como si no pudiese creer lo que ella había determinado. Ciertamente era difícil de asimilar. ¿Qué haría allí una de esas extrañas criaturas de las que hablaba la curandera?
Durante el camino hacia la casa del agricultor el sacerdote estuvo muy callado, meditabundo. Al llegar vio a Bernarda limpiando y sin mostrar dolor alguno
Cada uno se enfrenta a las pérdidas y terrores a su manera pensó juntando las manos.
Jimena examinaba el cadáver mientras el párroco rezaba una oración por el alma de la Poncia, sin pensar ni por un momento que aquello pudiese molestar a nadie.
Cuando tanto la curandera como él terminaron ella determinó que la víctima tenía el cuello roto. A Julián le preocupaba mucho aquel asunto, por eso se acercó a Jimena para preguntarle de un modo discreto, para que la Bernarda no le escuchase y evitar así ponerla más nerviosa:

- ¿Crees que se alzará para volver entre tinieblas?-
Igual que a Paco, Julián no había podido dar la extrema unción a la Poncia, y aquello dejaba su alma más desprotegida.

-Tenemos que actuar rápido, matar a quien convirtió a Paco en úpiro o acabarás convertido en uno de ellos

Como?? Que me convertire en un ser levantado de entre los muertos? No podia dar credito a las palabras de la curandera.

Y donde podemos encontrar al ser que convirtió a Paco. Por Dios que no pienso permitir que me convierta en semejante criatura. Antes me hago cortar la testa 

No es momento para dudar, debemos de actuar. Hay que buscar donde se ocultan. Esas criaturas son más débiles de día, de noche son prácticamente invencibles. ¡Rápido! No hay que dudar. Hay que seguir sus huellas. Jimena estaba presa de la histeria y el nerviosismos, puede que sus compañeros no la creyeran pero ella sabia que la situación era realmente critica.

Diego se había estado mordiendo el labio, nervioso, cavilando sobre todo lo que estaba sucediendo e intentando evitar la mirada de Bernarda (esa mujer le daba más escalofríos que el úpiro del que hablaba Jimena). Cuando los humos empiezan a elevarse, Diego decide intervenir, lo tiene claro.

-Tu no te vas convertir en ná – Dice negando con la cabeza y apoyando la mano en el recio hombro del tabernero – Tenemos qu’ir al burdel altra volta, pues la última vez éramos solo notros dos y no nos tomaron en serio- El alguacil mira a los presentes, y termina posando la vista en Jimena y Julian - Andando pues, pasaremos por tu casa, más vale que cojas tu mazo, Telmo, esto huele mal, sí señor, muy mal…-

Todos estaban nerviosos, Julián lo comprendía y compartía.¿Un úpiro? Siempre había imaginado una gran proeza por su parte, algo que hiciese de su ser algo más que un sacerdote corriente. Pero le habria bastado con lograr que la fe llegase a los corazones de aquellas prostitutas y cerrar, por falta de trabajadoras, aquel templo del pecado. Pero...¿Úpiros? No estaba preparado para aquello. Sus ojos, más bien pequeños, redondos y ligeramente juntos, saltaban de Jimena a Telmo y de Telmo a Diego cómo dos saltamontes borrachos.
-¡Aguardad!- les instó en un tono más alto del que había pretendido -Me paice una miaja arriesgado acudir ahora a por el nido de alimañas. Así, a pecho descubierto. Non sabemos si en verdad se oculta allí el monstruo que buscamos, ni de lo que es capaz de facer, ni cuántos son.- si querían tener alguna oportunidad debían contar con el Señor, pues sólo él derrota al diablo, sólo él otorga la luz para vencer a la oscuridad -Id vosotros por lo que creáis necesario. Por mi parte acudiré a la parroquia para bendecir agua. Venid a mi encuentro en una hora et pensemos un plan, pues ya sabéis eso de que más sabe el Diablo por viejo que por Diablo, et non sabemos cuántos años tendrá este ser que acecha nuestro pueblo-