Partida Rol por web

Se lo había dicho. Le había dicho que le hablase con respeto a mi madre. Que cuidase sus palabras… pero no. Tenía que llamarla loca, que amenazarla con noseque justicia divina... Daba igual que el tipo ya estuviese en el suelo, que les hubiese contestado, o que la loca de mi supuesta hermana le hubiese puesto la hoja de su espada en el cuello. Le había dicho lo que le pasaría si no trataba con respeto a mi madre… y hablaba en serio.

¡He dicho…- grité mientras salía del coche -… que trates…-seguí diciendo, a medio camino y con una expresión de furia en el rostro -…a mi madre…- continué diciendo, llegando ya a donde estaban -… con respeto!- terminé, acompañando la última palabra con fuerte patada una patada dirigida a su estómago.

El freno de William hizo que Jules quite la hoja de su katana con cierta rapidez, no está de acuerdo con ello pero obedece de forma automática por el respeto que siente hacia aquel hombre y todo lo que representa. Su padre puede ofuscarse demasiado si desobedece a quien ha sido tan leal con la familia desde una primer instancia. 

Ahora mientras guarda su espada en el lugar correspondiente, observa como su guardaespalda se hace cargo de la situación y no sólo eso, hace que el tipejo diga la verdad. Admirada por la experiencia y el tacto que tiene William, observa a su hermana mientras va poniendo los ojos en blanco. No puede creerlo. 

- ¿Es necesario que te comportes como alguien de cuarta? Está en el suelo, ya nos dijo que los vio y sabemos el lugar hacia donde ir. ¿Por qué haces esto? Eres patética y encima una salvaje maleducada. - bufa ya poniendo los ojos en blanco. 

Travis se apartó a un lado para dar paso a los cuatro. Entonces comenzó a alejarse de ellos hasta perderse en la niebla. Sus pasos se dirigieron hacia la laguna.

El nuevo compañero de James y Harry, Steve, asiente para ir detrás de los dos experimentados hombres pero a la par de Sophie. Se encuentra callado, sumido en sus pensamientos y en su búsqueda.

Por delante existen varios caminos a tomar, aunque dependerá de las ideas previas de James y su compañero. ¿Hacia donde irán?

La patada de Jane termina por dejar sin aire al malhumorado hombre de la gasolinera. El hombre gimiendo por el golpe permanece en el suelo, en posicion fetal, y parece que del suelo no va a moverse.

- Es suficiente – ordena con mirada furiosa a Jane, interponiendo su brazo entre el pueblerino y la joven rebelde. Entonces William patea con gran fuerza el rostro del pueblerino para dejarlo fuera de combate.

- Voy a llevar a este sujeto a la parte de atrás para dejarlo atado en el cobertizo. Vuelvan a auto que nos vamos de inmediato. Si quieren pueden tomar lo que necesiten de la tienda. -

William sin demora desaparece con su victima y deja a las hermanas a solas frente a la tienda de la estación gasolinera.

¿Salvaje yo?- me repetí, incrédula de que la imbécil de mi hermana me acusa de no comportarme… después de casi cortarle la garganta a aquel desgraciado con su espada. De no haber estado mi madre, le hubiese enseñado lo que era ser salvaje… pero después de lo que nos había dicho, no quería enfadarla, por lo que me tuve que conformar con irme resoplando hacia la tienda.

Como si necesitase que me dijese lo que hacer- fui mascullando al escuchar las palabras del chofer con aires de matón.

En la tienda no es que hubiese demasiado, pero al menos habían bastantes chocolatinas y similares que fui metiendo sin contemplaciones en una bolsa, así como un paquete de cervezas después de coger yo otra y empezar a beber, así como también un encendedor y par de paquetes de tabaco, guardandome uno de ellos en el bolsillo y metiendo el otro en la bolsa. Entonces, en uno de los estantes del fondo vi algo que me llamó la atención.

Mira, al final será útil y todo- dije, pues habían varias camisetas, todas ellas horribles, eso si, así como también algún vaquero… pero bueno, al menos estaban enteros, que era más de lo que se podía decir de los harapos que llevaba puestos. Así pues, tras quitarme la ropa… y más le valía al chofer con ínfulas no aparecer… me puse una de las camisetas, uno de los vaqueros, me guardé el tabaco que me había metido en el otro pantalón y dejé lo que había llevado ahí tirado en el suelo.

James miró hacia el exterior y suspiró.

-Será mejor seguir camino hacia el barco, ¿no?

La pregunta iba dirigida a Harry, pero nada más hacerla, se dio cuenta de que sus otros dos acompañantes no tenían ni idea de lo que estaban hablando.

-Divisamos un barco bajando hacia la costa. Nos podría servir para llegar más fácilmente hasta el pueblo. Nos dirigíamos hacia allí cuando paramos aquí y tuvimos ese desagradable encuentro.

Sophie miró hacia la niebla con aprensión, no quería ir allí de ninguna manera... en realidad no quería estar en ese sitio y deseaba irse cuanto antes, pero no tenía ni idea de que era lo que debía de hacer, sin embargo parecía que el señor mayor sí...  con eso le bastaba para decidirse, al menos de momento.

- Parece ser la opción más razonable- asintió a Barthley

Steve apago el cigarrillo y camino tras de ellos - vamos, los acompañare, si lo que paso ahí, no fue un asalto y lo que vimos en el baño no es una pesadilla ni una alucinación, tal y como dicen, sera mejor que estemos juntos - Pero Steve no dijo mas, los detectives no eran personas con quienes hiciera migas facilmente, pero tenían información y al parecer de alguien parecido a él, podría ser lo que esta buscando.

-La más razonable, mi querida jovencita sería sin duda marcharse de este maldito lugar cuanto antes-dijo James mirando a Sophie con gravedad-Desgraciadamente, hay asuntos que debemos resolver y que tienen que ver con este lugar y con la forma en la que desapareciste en aquella cafetería. Es por ello que mi colega y yo no podemos permitirnos tomar la opción más razonable. No quiero engañaros. No sé lo que nos espera ahí abajo, pero no será nada bueno y sea lo que sea, estoy dispuesto a enfrentarme a ello...En realidad, ni siquiera estoy seguro de que marcharse de este lugar sea posible.

Estaba divagando. Más que contestar a Sophie, estaba contestando a sus propios pensamientos y temores. Miró a Harry durante un instante y comenzó a caminar hacia el barco.

Tan solo el sonido del pobre oleaje golpeando las rocas y el muelle es lo unico que rompe el hechizo de la niebla y su eterna parálisis en todo lo que es cubierto por ella.

El muelle se extiende al menos dos metros, hasta donde la niebla permite ver, y más allá es un misterio oculto. James y Harry habían divisado anteriormente un pequeño bote, pero ahora con la niebla en su mayor fuerza, es difícil estimar su ubicación en el muelle.

Al costado del antiguo muelle se alza una desvencijada casilla que a todas luces parece servir de almacén marítimo. Muchas porquerías, como por ejemplo cabos y cuerdas, yacen junto a la puerta bloqueada por un oxidado candado.

El joven que caminaba hasta atrás de todos no se separaba del grupo, la niebla era demasiado espesa y no quería perderse, en ocasiones llego a tropezar con algún rescoldo o basura del muelle, basura que inmediatamente pateaba a un lado a modo de protesta por hacerlo tropezar, llegando al muelle camino hasta un lado y trato de mirar, pero la niebla lo cubría todo.

-¿Están seguros que vieron un barco aquí?- luego camino un poco por la orilla pero no subió al muelle, la verdad no le gustaba mucho el tener que subir a un barco ni siquiera tener que pisar un muelle, el movimiento del agua siempre lo mareaba.

-Nunca se puede estar seguro de lo que uno ven en un lugar como este, pero sí. Aparentemente lo había. No hay muchas más opciones. Debemos ir al pueblo y la carretera está cortada por un desprendimiento.

James comenzó a andar, aunque con precaución. No le hacía la más mínima gracia entrar en la bruma, pero no parecía que hubiese muchas más opciones.
 

Sophie le estaba dando vueltas a eso de que lo más sensato era irse pero que debían de ir a un sitio a resolver algo y que en ese sitio encontrarían problemas... Cuando llegaron al Puerto. La pelirroja miró a un lado y a otro, para luego mirar atrás y después a sus compañeros.
- ¿Ir al pueblo ese, significa salir de aquí? ¿O estamos yendo a un sitio peor?
Usted parece saber mucho de esto y yo no tengo ni idea, no le pido una clase magistral pero me llevo haciendo la misma puta pregunta todo el rato... ¿Qué demonios es este sitio, que puñetas hago aquí y que es lo jodidamente importante que tiene usted que averiguar para poder largarnos? No es por importunar pero estoy al borde de la histeria... Aunque soy lo suficientemente madura para seguir avanzando mientras usted me responde... - echó un ojo atrás como temiendo que el bicho del baño los hubiese seguido, el miedo en la chica era más que evidente

Las preguntas de Sophie y de cualquier otro quedaron postergadas con el insistente pero bajo chillido de la radio que Harry lleva consigo.

La radio comienza a funcionar al mismo tiempo que el pequeño bote de una vela es divisado desde el borde del muelle. También un par de sombras menudas cruzan por detrás de Steve que va ultimo en la fila para desaparecer bajo el manto de niebla. Es Sophie quién descubre los movimientos silenciosos detrás del muchacho rubio.

Algo no esta bien, y la radio nuevamente lo confirma...

-Ahí abajo está  el principio de todo...-Comenzaba  a decir James cuando el sonido de la radio dejó en el aire su enigmática respuesta-.

Había asumido ya que de algún modo que no podía explicar, la radio les advertía de un peligro próximo, así que sin pensarlo dos veces echó mano a su pistola y comenzó a dar vueltas sobre sí mismo apuntado hacia su alrededor.

Mientras el cuarteto se puso en marcha, Harry se quedó sumido en sus pensamientos. Básicamente pensaba en su mujer y su hija. El detective estaba casi seguro de que hacía un momento estaba junto con ellas, en la mansión de James. Y ahora estaba de nuevo en este...lugar. Con todos los acontecimientos no había tenido ni tiempo de comentarlo con su amigo. Solo esperaba que sus dos mujeres estuvieran bien...

La radio le hizo volver a la realidad. Después del ultimo aviso, tenía claro lo que significaba aquel ruido. Así que sin titubear, el detective sacó su revolver y se puso espalda contra espalda con James, como si estuviesen ya acostumbrados a estas cosas, dando vueltas para cubrirlo todo.

Al mirar a los policías ponerse en guardia, el muchacho rubio, se acerco a ellos mientras miraba a todos lados a su alrededor - ¿Que sucede?¿que es eso? - Luego se agacho para tratar de arrancar una tabla del muelle. Pero parecían estar bien clavadas, por lo que desistió de sus intentos.

Al ver que Williams se lleva al sujeto al cobertizo, queda sola con la que en teoría es su hermana. Por momentos Jules la contempla con los brazos cruzados, pensando cómo pudo haber sido su verdadera madre al tener ese espécimen de hija, pero no puede detenerse a criticar debido al tiempo que corre sin más. 

- Perfecto, recogeré un poco de comida y algunas cosas se medicina. - avisa en un tono determinante. 

Ya haciéndose una coleta con ese largo cabello rubio, avanza por las góndolas obviando en todos los sentidos a la salvaje de su hermana. La situación de su Padre le preocupa de sobremanera y cree que es necesario seguir esa línea que ellos fueron dejando, sino será perderlos para siempre. 

- Ya estoy. ¿Que te falta? Veo que te tomas tu tiempo. - sermonea ahora que está lejos Sara. 

Tras soltar la ironía sale de la tienda y se dirige al auto, no tiene nada que decir al respecto. 

La tez de Sophie se quedó aún más pálida cuando le llegó el sonido de la radio, aquello sólo podía significar una cosa... que iba a aparecer otro bicho deforme con ganas de hacerla pedazos... joder, pero que manía que tenían en ese puñetero mundo, dimensión o lo que diantres fuera... por deformar la anatomía humana de la personas, ni que Sophie hubiera matado a alguien para que la castigaran de aquella manera... COÑO

- Problemas... bichos... eso es lo que va a pasar- dijo al borde del llanto mirando a todos lados con los ojos desencajados

Sara lo observó todo con bastante seriedad. En cualquier otra situación aquellos comportamientos la habrían alterado, sin embargo, recordar a Harry y los demás en peligro hacía que la inundase el suficiente aplomo como para mantenerse serena y permitir que todo aquello sucediera. 

Cuando el hombre terminó fuera de combate, la mujer guardó con sumo cuidado la foto de Harry de nuevo en su cartera y se dirigió al coche para llenar el depósito al máximo. Mientras se daba la vuelta puso una mano en el hombro de Jane, agradeciéndole en silencio que hubiese salido a defenderla, aunque los métodos no hubieran sido los más adecuados. 

-Niñas, basta -dijo en tono sereno mientras se daba la vuelta y se dirigía hacia la manguera del surtidor-. ¿Podéis dejar de chincharos la una a la otra en algún momento? -un segundo después, sin esperar réplica alguna de las dos jóvenes, continuó-: Coged lo que queráis, sí, pero no os olvidéis de comida y agua, sobre todo agua... no sé por qué me da que no vamos a poder beber mucho de la que haya ahí. Y si encontráis medicinas, cogedlas, sí. 

Acto seguido, comenzó a llenar el depósito del coche. No habían gastado mucho, pero mejor era tenerlo lleno del todo, por si acaso.

Después abrió el maletero y comenzó a colocarse todas las armas que había escogido. Ya no servía de mucho andarse con remilgos y tenía la intuición de que iban a entrar pronto en aquel lugar de escalofrío y pesadilla... Por un momento, mientras se rearmaba, una visión de su pasado le vino a la cabeza. Una visión de Bar Harbour, y de antes... negro. Un gélido coletazo heló su espina dorsal durante unos instantes. 

Sin embargo, al ver aparecer a las chicas por la puerta de la tienda, sacudió la cabeza, espantando aquellos pensamientos como si de una nube de humo se tratase. Cuando llegaron, agarró el encendedor y el paquete de tabaco del bolsillo de su hija, antes de que ella pudiese evitarlo. Sorprendentemente no dijo nada, sólo sacó un pitillo, lo encendió y le devolvió todo a Jane. 

Era curioso... la cantidad de veces que le había dicho a Harry que fumar era malo y ahora, de pronto, le parecía una opción más que apetecible... total, si salían vivos de aquel lugar, le regalaría a Harry la mejor pipa del mundo y a Jane... bueno, lo que quisiera. 

Sin mediar más palabra, cerró el maletero, rodeó el coche y se metió en el asiento del copiloto, a la espera de que el guardaespaldas de Jules arrancara de nuevo.