La pelirroja siguió al pie de la letra el consejo de Steve, apresurándose a salir por debajo del hueco del retrete, debía correr o aquella cosa terminaría por atraparla, de manera que sin pararse a pensar puso pies en polvorosa hacia le lado contrario de donde se encontraba el chico y el ser.

Steve estaba sobre el mueble de baño del cubículo, se había subido ahí para poder ver a la criatura, pero al lograr su cometido, por poco cae de espaldas, resbaló por la pared deteniendose con una mano y con la otra buscando algo en el suelo y en sus bolsillos, algo para poder defenderse de aquel extraño esperpento - ¡PERO QUE CARAJO! - grito al mismo tiempo que detenía su caída controlada y terminaba sentado en el retrete, mirando lo que tenia en su mano. Un cesto de basura lleno de papeles y unas revistas viejas, tomo su encendedor y prendió fuego a la revista y los papeles dentro del cesto de basura, para despues arrojarlo sobre la puerta del cubículo e intentar distraer a la cosa que estaba en el pasillo, luego espero un instante para saber que sucedía... tembloroso...

- ¡PERO QUE CARAJO! - se escucha un grito del muchacho

El monstruo horrendo comenzó a golpear con su cuerpo la débil puerta donde se oculta Steve, porque este al asomarse revelo su posición a la criatura. En parte sirvió de distracción para que Sophie pudiera tomar distancia y encarar hacia la salida del baño de la estación de servicio.

Para su amarga sorpresa ella descubrió que la puerta estaba cerrada desde afuera, y que por mucho que jalara del picaporte nada conseguía. Su horror creció cuando vio al monstruo ceder su ataque a la puerta del baño donde Steve se ocultaba y que ahora esa cosa sin brazos se dirigía hacia ella.

Entonces un cesto de basura, repleto de papel higiénico y llamas, fue arrojado desde la posición de Steve hacia el pasillo. Esa breve distracción fue suficiente para que la aberración detenga sus movimientos para examinar el cesto llameante...

La pelirroja se abalanzó hacia la puerta como si no hubiera un mañana... y realmente tampoco es que tuviera muchas posibilidades de que lo hubiera, visto lo visto... el caso es que el plan del muchacho para que Sophie escapara estaba dando resultado y hasta llegó a albergar posibilidad de éxito... peeeero, NO, la puñetera puerta tenía que estar cerrada.

La joven Stark forcejeó con el picaporte con todas sus fuerzas, maldiciendo todo lo que se le pasaba por al cabeza... hasta llego a despeinarse y todo de los nervios que tenía, pero parecía que en lugar de haber ido a ballet, tenía que haber ido al gimnasio. Horrorizada se quedó inmóvil unos segundos viendo como aquella atrocidad se dirigía hacia ella. Iba a morir, estaba segura... y sus piernas no le respondían... pero una papelera en llamas lanzado por el muchacho volvió a distraer al bicho. De manera frenética miró a los lados en busca de cualquier otra vía de escape.

Al notar que la cosa regresaba para examinar el cesto en llamas, Mathews aprovecho para arrastrarse vuelta al primer cubículo, el que ya no tenia puerta, tomo del piso un pedazo con punta, de la puerta echa de un especie de conglomerado de madera, y camino de prisa hasta donde estaba la chica pelirroja forcejeando con la puerta, ella se había quedado arrinconada, mirando a todos lados, buscando en vano una manera de salir de ahí.

- Toma - le dice poniendo el trozo de puerta entre sus manos - si se acerca clávaselo - Inmediatamente se colgó de uno de los secadores eléctricos para arrancarlo del muro.

Steve empleando su fuerza arranca de cuajo el maltrecho secador de manos del establecimiento. Es un aparato un poco antiguo que dejó de funcionar al mes de instalado y que la humedad del baño por sus muchas goteras convertían al artefacto eléctrico en un dispensador de pequeñas descargas eléctricas ante los incautos. Ahora solo es un cubo de metal y plástico listo para ser usado como arma.

Entretanto Sophie es atacada por la horripilante criatura sin brazos. La asquerosa abertura del pecho del monstruo se abre como una boca, revelando una infinidad de pliegues y dientes aserrados. Lo peor de la visión es que el monstruo escupe desde su “boca” un chorro de ácido que atina la pared junto a la pelirroja, derritiendo incluso los azulejos de la pared y salpicando la ropa de ella.

La joven Stark comprende la mortalidad de la situación. Un palmo hacia la derecha y ella seria ahora un amasijo de carne derretida.

Hacia Silent Hill...

El punto de inflexión en el viaje es una estación gasolinera donde la interestatal conecta con la 73, junto a la reserva forestal de Maine. Más adelante comienzan los poblados olvidados por dios, donde las costumbres y la vida misma se mantienen como a principios de siglo.

El valle Saratoga es el sitio de unión con la cadena de montañas que abraza los acantilados conocidos como Devils Pit. Y más allá del accidente geográfico y las montañas se encuentra el lago Toluca.

Junto al lago Toluca se encuentra el incipiente pueblo de Silent Hill, cuna de los problemas de ambas familias. Allí se encuentran James y Harry, y de ese sitio no han regresado.

Willian bajo explicitas indicaciones llevó a las mujeres en un Chevrolet de gran poder y amplio espacio, solo para acabar en el primer sitio de encuentro.

Es muy temprano y aun falta media hora para que salga el sol. Teóricamente aquí tanto James como Harry dejarían pistas de su itinerario hacia el pueblo.

La estación gasolinera parece que durante la noche cierra sus puertas hasta las siete de la mañana.

Incluso en un sitio como este nadie circula durante la noche. Solo “los de afuera” se atreven a semejante atrevimiento…

- Nada de estupideces ¿Entendido? Y las armas se quedan en el maletero. No venimos a llamar la atención. – les recuerda nuevamente William al bajar del vehículo, guardando la llave del mismo. Luego se apoya contra el capó y enciende un cigarrillo.

Lo que James observó detrás de la barra superó todas sus expectativas. Aquel ser deformado que manejaba al dependiente como si de un títere se tratase hizo que trastablillease y emitiese un grito de terror. Su mano rebuscó en el bolsillo el mango del revólver que por un momento se le había soltado para, sin siquiera sacarlo de su escondite, disparar sobre la criatura.

Harry no tenía muy claro lo que estaba pasando, pero una cosa estaba clara, ahí pasaba algo muy feo. La olor que había notado, junto con la cara de James junto con el grito y su desenfundar, hicieron que Harry no dudase. El ex agente de policía descargó su pistola por debajo del dependiente.

Sophie chilló con fuerza, tanto que de no ser por lo asustada que estaba, le habría dolido la garganta. Aquella cosa asquerosa ¡La iba a desintegrar si se quedaba quieta! Y NO tenía ningún interés en hacerlo. Así pues e ignorando al chico que tan valientemente la estaba defendiendo aporreó la puerta con todo su ser utilizando el palo que le había dado para salir de allí.

- ¡¡ABRETE DE UNA PUTA VEZ!!- exclamó histérica descargando toda su ira y miedo contra la puerta

Steve estaba a punto de romper el picaporte de la puerta con la maquina secadora, cuando la pelirroja que se salvo por un pelo, comenzó a darle a la puerta con el pedazo de madera que este le había dado, inmediatamente se dio la vuelta y le arrojo con toda su fuerza aquel aparato eléctrico a la amenazante criatura que les escupía ácido.
-MMmm.. HAAaaa!!- grito el chico por tal esfuerzo mientras la adrenalina hacia una pista de carreras de su torrente sanguíneo.

El monstruo avanzó hacia la pelirroja con sus fauces abiertas como las puertas del mismísimo infierno, dando pasos irregulares en posiciones antinaturales. A punto estuvo de dar caza a la muchacha pero el mazazo que le propinó Steve obligo a la criatura a cambiar su atención.

El golpe fue tan fuerte que la criatura impactó contra la pared por el mismo impulso del joven.

En ese instante Sophie saco a flote una fuerza primigenia que jamas había imaginado poseer, al punto de abollar la cerradura y el pomo ademas de prácticamente partir la desvencijada puerta en dos. Entonces, al ver la oportunidad, echo a correr sin mirar atrás.  

Con el secador de manos eléctrico abollado entre sus manos, Steve observa el deplorable estado de la aberración que los atacó y ahora lucha por mantenerse en pie luego del ataque poderoso del joven.

Un liquido maloliente y correoso chorrea desde la horripilante boca y gotea al suelo junto a lo que parece ser la sangre.

Entonces Steve piensa en sus dos opciones. ¿Escapar junto a Sophie o rematar al monstruo para que luego no los persiga?

Harry poco tardo en descubrir el causante del breve pánico de su compañero, que bajo el influjo de la situación dispara su arma sin sacarla de su abrigo. El sonido alto y seco del arma es acompañado por el humo saliendo del bolsillo y del agujero del abrigo producido por la salida de la bala.

Si James dio o no en el blanco Harry no lo sabe, pero lo que sabe es que una criatura, que alguna vez fue humana, emerge detrás del dependiente para abalanzarse sobre el empresario.

James pese a las experiencias en Bar Harbor no fue el caso porque el encuentro con la aberración lo cogió desprevenido al punto del sobresalto y la acción instintiva de disparar. El horror humanoide es una especie cadáver entrado en huesos , con cadenas y tubos saliendo de su cuerpo. Sus dientes afilados y manos terminadas en garras afirman su carácter depredador.

En la pequeña fracción que abarca el incidente otro disparo, en este caso el de Harry, resuena en la estación gasolinera, impactando al monstruo en pleno salto y enviándolo lejos, contra la estantería de bebidas alcohólicas.

Quien se desploma al piso sobre su propia sangre y carne es el empleado del sitio, que ahora libre de las tortuosas ataduras de su amo, comienza a sufrir espasmos cual ataque epiléptico.

En medio del caos, la radio de Harry comienza a chillar sin sentido ni lógica...

Sophie escapa de milagro para echar a correr por el costado de una estación gasolinera envuelta en espesa niebla. En su huida escucha claramente dos disparos que provienen del interior de la tienda de abarrotes.

Los disparos detienen su carrera instintivamente al buscar cobertura contra la pared de la tienda. Entonces allí ve dos personas familiares en el interior del negocio. Harry y James abriendo fuego contra algo que Sophie no logra distinguir del todo desde su pobre ubicación.

Dentro del establecimiento una tercer persona se encuentra comiendo y bebiendo a destajo en una de las mesas distribuidas allí dentro. Es un hombre completamente vendado, en silla de ruedas y sin piernas. El hombre en cambio logra descubrir a la pelirroja y, pese a los disparos, la llama con una mano.