Partida Rol por web

Menudo cacareo

Eso era exactamente lo que pensaba. Los pollitos del corral se creían gallos y jugaban a ver quien tiene la cola mas grande. En este caso no cabía duda que la cola mas grande era el arpón. Suspire al ver como principalmente, la carga de todo esto venía por Liegia y su locura.

- Vale.- Miré cansada a Ronan y el resto.- Ligeia no está loca y espero que esa palabra no se vuelva a repetir. - Cogí aire, mirando de forma severa, antes de continuar con la "paciente" era algo que se debía decir pero para calmar el ambiente...- Ligeia tiene una obsesión aguda con todo lo que trata con respecto a las sirenas. Obsesión, no locura. ¿Queda claro?- puntualicé.- Puede que esto la esté afectando mas de lo normal y ella lo esté sintiendo de forma distinta. ¿Pero quién no está obsesionado con algo?.-Alcé las manos hasta la altura de las caderas para volver a dejarlas caer.

- Hablaré con ella en cuanto tenga ocasión. ¿Vale? Por si os preocupa de verdad y os quedáis mas tranquilos.- Era lo máximo que podía hacer por ella porque realmente, su comportamiento, en aquellos momentos angustiosos con respecto a Azariel eran bastante molestos y peligrosos.

Y en cuanto entraron los dos cogidos de la mano el caos volvió a formar parte de la escena.

Acusaciones, mentiras, juegos peligrosos, historias... Me quede un buen rato pensando e intentando asimilarlo todo. Me llevé el indice y el pulgar al puente de la nariz mientras miraba al suelo negando con la cabeza.- No puede ser.- Casi juraría que tenía ahora mas migrañas que después de una buena resaca. Estaba poyada en el brazo de uno de los sillones y me levanté cuando crei que necesitaban de mi opinión.

-Bien, a modo de resumen...- Levanté la mano como pidiendo permiso a la palabra.- Solo para que me quede claro. Azariel es un Triton, Ligeia fue también atacada en aquél islote que da la casualidad que es el hogar de los jipis de los amigos de Azariel y... ¿Me queda algo mas? oh, si, Azariel cielo, si tu lengua es tan dulce como tu voz la próxima vez bésame a mi. ¿ Lo harás? - Le guiñe el ojo sin particular interés.

Me acerqué al centro de todos ellos y junte las manos como si fuera una plegaria.

- Bien. Imaginemos que todo esto es cierto. Tened un poco de fé, vale, porque necesito que todos lo creáis y deis una respuesta.- Cerré los ojos y puse mi cerebro a trabajar.- Todo es cierto. Todo.¿ No?- Miré a Azariel directamente para explicar las cosa de la mejoro forma.

- Azariel, somos un grupo que quiere saber de la existencia de sirenas. Puede que Ligeia ya te lo haya dicho pero, necesito que entiendas el por qué: Algo atacaba a la gente y asaltaba barcos. Eso es preocupante. Quiero imaginar... creer... que realmente ...- miré a Ligeia algo dubitativa. Lo hacia por ella- ...existen las sirenas y los tritones. Y a su vez, hay algo mas en esas aguas que nos ataca. Mi pregunta es ¿Por qué no os ataca a vosotros? ¿O también lo hace? pero sobre todo... Necesitamos pruebas de que lo que ambos decís es cierto. ¿Crees que podrías hablar con los tuyos y darnos asilo o algo así?- Era una prueba de confianza mas que de algo que enseñar.

Me volví hacia el resto.

- Y para todos.- Sonreí con los ojos entornados.- ¿Y ahora qué? Existen las sirenas.- Me encogí de hombros dudándolo pero a la vez afirmándolo en plan ejercicio mental.- Suponedlo. Es un hecho. ¿ Vamos a bajar ahí abajo y hablar con el rey de los tritones o sirenas y le vamos a pedir que dejen de atacar a los humanos? ¿O...si nos van a ayudar?

Puse mis brazos en las caderas.

- Si lo preferís me tiro al agua y hago de cebo. A ver que pasa- Sonreí- Solo espero que un guapo sireno o sirena.. o quien sea, me haga el boca a boca como es debido-

Era increíble la visión tan trastocada de la realidad que mostraba Ligeia. No sólo había salido fuera, me había visto tranquilizando a Azariel por una situación que ella habían engrandecido y se había puesto hecha una arpía, sino que además volvía a la carga incluso cuando todo parecía calmarse y la mayoría estábamos hablando sobre el tema por el que nos habían contratado.

-Ligeia, el problema de tus disculpas es que no me las creo -declaré, recordando las circunstancias en las que la mujer con sonrisa de tiburón se había disculpado.

Solo un minuto después de ponerse a gritarme y dar a entender que yo iba a salir a matar sirenas, pese a que había dedicado mis esfuerzos a calmar a Azariel, a decirle que nadie quería hacer daño a nadie, que el arpón era un arma para ayudar a víctimas de posibles ataques y que lo mejor era volver dentro y hablar con el resto del grupo. Ni siquiera había considerado que Azariel fuera un sireno en ese momento. Solo quería que él nos explicara lo que sabía. Y lo habría tranquilizado y habría sido el propio sireno quien habría podido explicarlo todo, a su manera, de no ser porque la loca del pelo azul había salido dando gritos y sin escuchar siquiera lo que yo estaba hablando. Con Ligeia no había opción al diálogo. No se podía racionar con ella y, o estabas de su lado o contra ella. Un minuto después se había calmado y se había disculpado, sí, únicamente para pedirme que le dejara ir conmigo a visitar a un pescador. Utilizarme. Esas eran sus "sinceras" disculpas.

-No confío en una persona que me grita como una energúmena y me pide perdón al minuto siguiente -agregué, bastante decepcionado con Ligeia. Había sido el primero en lanzarme al agua para buscarla la tarde anterior, considerando que podía estar en peligro o ahogándose, sin importarme qué pudiera haber bajo el agua-. Ligeia, no te hagas la víctima. Tú fuiste la que empezó a gritar y a comportarse como si fueras una niña de patio de colegio. Ya lo vieron aquí. ¿Sabes lo primero que me han dicho cuando he entrado? "No he visto correcto cómo se ha dirigido a ti". Me da igual que te den miedo los arpones, los tridentes o los delfines que hacen acrobacias. ¿Cómo te he tratado ahí fuera dices? ¿Se lo cuentas a todos o vas a seguir mintiendo? Los únicos insultos que te he dicho han sido "tía pánfila", "loca" y que necesitas ayuda, y solo te lo dije después de tu numerito oligofrénico, cuando interveniste gritando en una conversación en la que estaba tratando de calmarlo a él. -señalo a Azariel con la cabeza-. Pero a ti te dio igual. No escuchas. Ni siquiera estás escuchando ahora. Acabo de explicar de nuevo a Mike que lo que atacan no son sirenas y que, si lo fueran, no son como Azariel y su familia. -No sé cuántas veces lo había dicho ya, pero eran unas cuantas-. Examiné las mordeduras de Marc y Bianca. Lo más parecido que he visto a eso son mordeduras de morena y, aun así, no es una posibilidad que me convenza.

Sin embargo, cuando Azariel me besa, me olvido de todo. Qué bien besa el jodío. Menudo hombretón. No puedo evitar pensar en la suerte que tiene Ligeia con este pedazo... Eh, eh, debo concentrarme. Escucho las palabras del sireno, a duras penas, ya que en esos instantes no puedo apartar la vista de sus hermosos ojos.

-No la odio -aseguré, mirando hacia Ligeia. Apenas la conocía de dos días y había pasado todo el día anterior tratando de encontrarla. ¿Cómo iba a odiarla?-. Me da lástima ver cómo se comporta y me siento decepcionado. -Aún recordaba la noche de bares que me había pegado con Máximo ayer después la infructífera búsqueda, y la alegría posterior al saber que Ligeia había regresado. ¿Tal vez había esperado demasiado de ella?

Ronan y Ligeia seguían enfrascado en querer generar mal rollo y eso no me gustaba iba a decirles que dejasen de generar ese malestar cuando Azariel se puso a cantar, mi mirada seguía al chico y sentí un escalofría a medida que cantaba, no podía cerrar la boca y mis ojos se llenaron de lagrimas que levemente se escapaban paseando por mis mejillas era precioso, observó detenidamente como besaba a Ronan, moví los labios como si estuviera besandome a mi y cuando dejó de cantar me llevé la mano a la boca como una colegiala, sonreí y me seque las lágrimas con el dorso de la mano, había sido precioso, todos sus sueños estaban delante y se lo había quedado Ligeia, pero tenía hermanos, un cosquilleo en mi nuca, recorrió mi cuerpo dejando paso a casi hacer que me temblasen las piernas de solo pensar en como serían.

Sonreía a Valeria y me acerque a ella. - Muy lista, así te coges a otro como el no?, haré de cebo contigo si eso, le guiñé un ojo. Miré a todos en general - Chicos, miremos todo desde fuera, tanto desde tu punto de vista Azariel. señale a este. - Como del nuestro ¿vale?, imagino que Ligeia te ha contado como hemos dicho en varias ocasiones, que nos han contratado para saber que ocurre, aparte el ataque que sufrimos, cosas que personalmente hizo que me diera miedo pero no creo que los de Azariel sean los que nos mordieron a Marc y a mi. 

Miré a Azariel y luego a los demás. - El miedo hace que temamos lo desconocido, no podemos tener siempre miedo a conocer cosas nuevas, ni tampoco miedo a contar las cosas cuando se te ha tratado bien.  

Se encogió de hombros. - Yo personalmente estoy muy contenta de haber conocido a Azariel. 

La muchacha recoge su mochila, ya seca del día anterior y se marcha sin mirar a nadie lo más rápido posible mientras se la cuelga a la espalda.

Me pareció lógico lo que me dijo Ronan, pero quise acotar un poco más – De todos modos, no estaría nada mal contar con ellos, seguro que nos pueden ayudar de algún modo. Creo que a ellos tampoco les interesa una guerra entre hombres y tritones y sirenas, ya sabemos los expeditivas que pueden ser algunas personas… - Esto último lo dije más a Ligeia y Azariel que a Ronan.

Había cierto pique entre Ronan y Ligeia, Azariel trató de mediar. Y lo cierto era que había que intentar centrarse en el problema y no en disputas infantiles. Suspiré.

Pero la situación tomó otro cariz. El tritón se puso a cantar, de algún modo aquella canción me afectó, enturbiando mi mente, me quedé confuso, casi con la mente en blanco, sin voluntad. Y lo que pasó después… No daba crédito. El tritón le dio un buen morreo a Ronan mientras lo desarmaba.

La doctora entró en juego y flipé con ella. Que afán de protagonismo… y cuanta tontería, en el grupo parecía que no había ninguna mujer con dos dedos de frente, así no me extraña que Azariel se decidiese por Ronan, ese pensamiento me hizo sonreír misteriosamente. A mi particularmente cuando un intento de razonamiento serio se mezcla con tonterías, pierde toda credibilidad.

Esto me parecía una reunión de locos, bueno, recordaré no decir eso en voz alta, de nuevo sonreí, pero de forma triste. Esto no tenía pinta de llegar a ninguna parte, dudaba que nos pusiéramos de acuerdo en algo.

- Creo que las mujeres de aquí piensan más con el chocho que con la cabeza – Nunca creí que fuese a pronunciar esa frase, pero es lo que veía - cuando alguien quiera trabajar de forma seria que me busque, mientras tanto... que os den a todos...

Para cuándo Azariel se acercó a Ronan, él ya habia hablado y hablado de nuevo y yo ya había decidido que aquello no tenía solución y no podía seguir aguantando a aquella persona. Me sentía tan angustiada que quería irme de allí, ya. Necesitaba llorar, fumar, relajarme, respirar.
Bianca quería pruebas ¿Cuál mejor que aquella?
Contemplo tranquila como se besan. A pesar de que mi corazón burbugeaba de ansiedad por salir de allí, durante unos segundos fue paz. Aquello era lo que él decía que no había usado contra mí. Era la primera vez que lo escuchaba, al menos el suyo, pero conocía bien la sensación que debía estar sintiendo Ronan. Era una paz devastadora y atroz, a la vez sublime y encantadora. No quieres salir de ahí, aunque estés atrapado. Necesitas que la sirena será feliz con tus actos.
El tiempo volvió, y con él, los segundos de paz se marcharon y el desasosiego hizo mella de nuevo en mí.
Valeria y Bianca no habían entendido casi nada. Ronan volvió a hablar, aquello no terminaría nunca y yo me había angustiado demasiado. No podía seguir allí más, necesitaba respirar y sentirme tranquila conmigo misma, con aquel hombre parloteando todo el rato no podía. He pasado mi vida huyendo de hombres así. Aquello era más importante que yo, pero ya no confiaba en que fueran aportar algo. O simplemente el sentimiento de desasosiego me ganó. Tenía que salir y salí de allí sin mirar a nada ni a nadie.

Se fueron del comedor y al volver seguían igual, todo era un dolor de cabeza por más que no le apeteciese ver ese corral de gallos intentando que se le escuchase a uno más que al otro tenía que estar allí, y justo acababa de firmar el contrato, por un lado tenía una gran curiosidad por lo que acababa de desvelar Azariel, que era un sireno y que los suyos no estaban atacando, pero también había dicho que el mordisco que llevaba en el cuello era de los suyos, así que eso le desconcertaba un poco, Bianca parecía entusiasmada con la noticia, los demás era como si le contasen que el agua es azul, joder, que puede ser verdad, a medida que veía a Bianca moverse y hablar se le contagiaba un poco de el entusiasmo de la estudiante, sonreía al ver a la chica y bueno, no era mal momento para una birra, todo se pensaba mejor con una buena cerveza entre manos, fuese la hora que fuese. 

Fue a la nevera y al volver Azariel comenzó a cantar, adiós birra, vió como esta caía lentamente pero no pudo moverse estaba atontado por como cantaba el sireno, por su mente pasó el grabarlo con el móvil pero no pudo, vió como se acercaba a Ronan y le besaba, por un momento deseó ser el, cuando dejó de canta se dio cuenta de algo, había llegado andando y se había sentado en el sofá, cual niño bueno. 

Miró a su alrededor. - Solo puedo decir, increible, todos podéis hacer eso? Estaba completamente alucinado por lo que acababa de ocurrir pero en su interior había un atisbo de temor, si un tritón podía hacer perder la voluntad de uno de nosotros, quien no nos dice que Ligeia no está embelesada por el con algún otro tipo de magia... ACABAS DE PENSAR EN MAGIA MARC!. Esperaba estar equivocado y a la vez no, más un no que otra cosa quería sentir ese canto de nuevo y que fuese dirigido hacía el, sintió algo de verguenza al mirarle y bajó la mirada antes de hablar.

Fue a decir algo pero de repente el biólogo comenzó a medio insultar a las mujeres de la habitación, alzó una ceja pero no dijo nada, las chicas eran bastante mayorcitas para contestarle, aún así no le pareció muy acertado el comentario, y menos su comportamiento, como de un crío se tratase salió corriendo tras tirar la piedra.

-Bueno, he de decir que lo que has hecho aún hace que tenga el corazón acelerado, incluso he llegado a tener envidia de Ronan al ver como lo besabas, ahora ya no claro , rie de una manera algo acelerada, se le notaba un poco con la respiración entrecortada. - Uff, la próxima demostración mejor que no sea de este tipo Azariel. 

Cerró los ojos y respiró hondo intentando calmarse, le daba ahora mismo todo igual, necesitaba calmar sus emociones, aparte de lo que había sentido por Azariel, el efecto había despertado otra cosa en el, algo que había sospechado hace poco pero que no estaba seguro, pero estaba seguro que a la noche se lo diría.

- Siento si he dicho algo o hemos dicho algo que te haya molestado Azariel, todo ha sido un pequeño caos.  No sabía por qué pero necesitaba disculparse con el, ya fuera por el o por todos.

Bianca tenía razón en el que en realidad no sabían si mentía o no, él mismo podría decir que era un sireno muy feo y quedarse solo con su palabra. Lo que si veía raro, era la reacción de Ronan. Si, Ligeia no les contó sobre el tremendo secreto de su amigo, pero Máximo no veía mal aquello. Solo había pasado un día, no les conocía de nada y de momento todas las pruebas apuntaban que fue una sirena la que en realidad ayudó a Bianca y a Marc a salir a la superficie… Eso generaba otras preguntas que solo provocarían más problemas. Decidió esperar a que todos se tranquilizaran, aunque viendo como el debate Ronan/Ligeia continuaba lo mejor sería mediar entre…

Máximo oyó la… ¿Voz? De Azariel. Traspasándole la mente, los sentidos, llegando más allá de todo, como si le cantaría a su mismo corazón. Era más que una voz melodiosa o poderosa, era como esas estrofas que te recuerdan un sentimiento profundamente arraigado en el alma. El argentino simplemente quedó pasmado, olvidando sus problemas, metas o planes. De haber mantenido sus pies en la tierra, habría señalado que aquello era prueba más que suficiente que Azariel no era un humano. En vez de ello quedó con la boca abierta, con la mirada en el aire, como si intentara descifrar las melodías que habían quedado flotando en la nada. Ni siquiera habia visto raro el beso apasionado entre Ronan y Azariel, sino que... era dificil de explicar.

-Mejor nos sentamos y dejamos las disputas para otro momento- buscó una silla y se dejó caer en ella, incapaz de procesar lo que acababa de vivir.

Sin duda el cando de Azariel aún resuena en mi mente y parece que todo lo que sucede en los momentos posteriores tiene un extra de sentimiento. 

Cuando oigo el comentario de Mike sin duda me molesta, qué pasa? que ahora las mujeres contamos menos ?¿?. sin pensarlo un momento salgo con paso decidido tras Mike para responderle.

Sentía la cabeza explotar.

Entre los comentarios que se dedicaban unos a otros y que al parecer, pasaban de lo que les dijera, gruñí por lo bajo. La guinda del pastel al puso Marc, con su comentario. Quise responderle pero aun me temblaban las piernas.

¿Porqué? Puede que aquel canto hechizara a Ronan como si fuera un ser sin mente, pero a mi me había desarmado por dentro. Tan solo un momento -¿Cuanto tiempo había cantado?- y mi mente se quedó en blanco el tiempo suficiente para volverme del revés y cuestionarlo todo. Quizá había dicho alguna incongruencia y por eso nadie daba importancia a mis palabras? Seguramente.

Vi a algunos marcharse, entre ellos Bianca, seguramente para hablar con su profesor. Mejor hazlo tu, bonita, porque como lo haga yo...Para cuando quise moverme me di cuenta que tenia las manos en tensión y la mandíbula me dolía de apretar los labios. ¿ Tal habia sido el efecto de la voz de Azariel y este  ambiente tan tenso?

-Genial.- Balbuceé. Por mucho que quisiera hacer de mediadora entre Ligeia, Roanan y algún tercero mas, no se me iba adar muy bien precisamente en esos momentos.- Creo que necesito que me de el aire... Cuando creáis que puedo ayudar en algo, buscadme.-

Tenía que haberme dedicado solo a la linguística. La psicología últimamente se te escapa ,Val.

Aquello era un caos. Ligeia se había marchado por su cuenta, Mike había salido enfadado por los comentarios de Bianca, Bianca había salido a perseguirlo, Valeria debía de haberse hartado de que no la escucharan y se iba a tomar un cigarrillo...

-Muy tarde, Máximo -respondí a las palabras del argentino-. Ya se han ido la mitad. Mike dijo que si alguien quisiera trabajar de forma seria, le buscase, así que a eso voy. -Me incorporé. No tenía mucho sentido continuar allí sentado cuando la mitad se habían separado. Mis ojos se clavaron en el bello sireno que se encontraba en el comedor, aunque los aparté de inmediato, un tanto ruborizado-. Marc, Azariel..., ¿os venís? Creo que Mike ha ido a la piscina.