Partida Rol por web

Ambos salieron al exterior, el la llevaba de la mano. Alzó los ojos al cielo. Aquellas nubes parecian tan distintas vistas desde tierra.... Miró a su tesoro con sorpresa antes de encararse a ella y acariciar su mejilla con delicadeza

- Claro que volver a ver - sonrió - si todos salir es que madre no estar molesta. Dejará que yo volver. Además... - sus ojos brillaron de forma extraña - espero que quiera conocer a ti - extrañamente aquello ocasionaba cierta sensación extraña en la boca de su estómago.

Tiró de ella con suavidad hacia la playa, hacia el lugar que ella aconsejaba. Ciertamente era el mejor sitio para volver al mar. El brazo seguía picandole y sabia que sus pulmones comenzaban a necesitar respirar bajo el agua

-Si descubrimos cualquier detalle importante, ya os avisaremos por Whatsapp -indiqué a mis compañeros, mientras me disponía a marchar junto a Máximo y el sireno Eneas en la búsqueda del pescador-. Buena suerte.

Despedirse de Eressëa fue duro para Eneas, que no le gustaba pensar en que tendría que estar separado de la sirena demasiado tiempo, especialmente por si le ocurría algo malo y él no estaba allí para ayudarla. Estaba confiando en esos humanos, tanto que les estaba entregando el mayor tesoro de su corazón. El tritón esperaba no arrepentirse.

- Te amo, Eressëa- contestó Eneas a la sirena de cabellos dorados tras aquel beso que ambos intercambiaron mientras el resto del grupo parecía estar preparándose para marchar-. Estos hombres parecen dignos de confianza, pero no te confíes, especialmente por lo que puede estar acechando en las profundidades. Ante todo, tened cuidado. 

Volvió los ojos lentamente a las aguas del mar, rogando a los dioses de las profundidades porque no le arrebataran aquello que tanto amaba. Y que lo protegieran.

- Pronto volveremos a encontrarnos- afirmó él-. No puede ser de otra manera.

Eneas volvió a besarla antes de separarse de ella y ver cómo sus caminos se dividían. El tritón sabía que, en el caso de que a ella le sucediera algo, enloquecería. Y la terrible imagen de su madre volvió a su mente. Estaba claro que las cosas que amaban podían convertirles en la mejor versión de sí mismos o en la peor.

Eneas se unió a Máximo y Ronan para ir en búsqueda del pescador. Casi todos pudieron ver una breve despedida que tuvo con Eressëa, en la que intercambiaron unas breves palabras en su idioma natal. El tritón se quedó contemplando cómo sus compañeros sirenas marchaban en otra dirección. Deseaba que no les ocurriera ningún mal.

- Vamos, compañeros- dijo a los dos humanos-. Al fin ha llegado el momento de conocer a ese pescador...

En los ojos del tritón había una determinación férrea. Estaba decidido a hacer lo que fuera necesario para llegar a la resolución de este asunto.

El paseo marítimo de Marina Picola no es muy grande pero en él se aglutinan bares,restaurantes y pequeños puestos cuyos abalorios hacen las delicias de los turistas.Al ser invierno los restaurantes tienen las carpas cerradas pero a través de sus ventanales se puedes seguir apreciando las maravillosas vistas que ofrece el lugar desde el que se ven con claridad las Faraglioni y donde la vista se pierde en la inmensidad del mar y dentro decenas de humanos se aglutinan riendo,bebiendo y comiendo,sin embargo Carlo sigue hacia delante y se dirige a la playa

Tras aparcar tu pequeño coche en el aparcamiento municipal que el ayuntamiento habilitó para aparcar en aquella zona no demasiado extensa corres hacia el Paseo buscando con la mirada a Mónica,aquella fascinante mujer con la que quedaste el día anterior y que ya debe estar esperándote dada la hora.

Resoplando llegas a mitad del paseo,no demasiado lleno a causa de la lluvia ligera que está cayendo por lo que no te resulta muy difícil localizar a la mujer la cual alza la mano para llamar tu atención.Mónica lleva el pelo recogido en una coleta y un foulard alrededor del cuello sobre una larga gabardina de tonos azules.No porta ningún paraguas y las gotas resbalan sobre su abrigo impermeable.Unas botas marrones sin tacón cubren sus piernas lo cual la permiten moverse con rapidez hacia ti

-"Andrea ¿qué tal estás?"-dice con una sonrisa que la hace preciosa ante tus ojos a pesar de su edad

Una gran sonrisa se dibujó en mi rostro al verla -está claro que no tan bien como usted- respondí a su pregunta -lo lamento ¿ha tenido que esperar mucho? he venido tan rápido como he podido al salir del trabajo- me disculpé -no llueve mucho, pero será mejor que nos refugiemos, así podremos hablar más tranquilamente- ofrecí comenzando a caminar hacia un bar -¿me dejará que la invite hoy? como agradecimiento por ofrecerme un poco más de su tiempo- pedí mostrando mi admiración por ella.

Hace un gesto con la mano desechando tus disculpas y enlazando su brazo con el tuyo te sigue por el paseo en dirección a uno de los múltiples restaurantes que salpican el Paseo Marítimo

-"Entremos en este,me gusta ver el mar mientras me tomo un café"-dice Mónica señalando el bar más cercano a la playa donde ahora tan sólo se ven a cuatro figuras cercanas a la dársena donde se amarran los barcos-"La verdad es que a mi también se me complicó el día un poco y apenas acabo de llegar así que no te preocupes,además la espera hubiera merecido la pena,estoy deseando ver tu trabajo"-

Sus palabras son música para tus oídos y el que aquella mujer vaya prendida de tu brazo te hace andar más erguido,orgulloso de tener al lado a una mujer como ella y que además parece contenta de hacerlo

-En este entonces- caminamos juntos hasta la puerta del bar que me había indicado, abriéndole la puerta e invitándola a pasar primero con un ligero gesto -lo lamento, al menos ahora podremos sentarnos y relajarnos un rato- traté de aligerar un poco su posible tensión después de que me explicase que también había tenido un día algo complicado -me siento alagado, aunque pongo mucho esfuerzo en mi trabajo no sé si es merecedor de tanta expectación, espero no defraudarla- deseé con una gran sonrisa, no estaba acostumbrado a recibir tales halagos, y menos por parte de una figura tan interesante como la de mi acompañante, normalmente la gente no solo no daba valor a mi trabajo, sino que se ocupaban de desprestigiarlo.

Tomamos asiento y saqué algunas cosas de mi bolsa, entre ellas fotos, algunos artículos y apuntes de información que me había ocupado de recopilar -como bien sabrá ha escalado de forma notable el número de desapariciones y muertes extrañas en estas costas, los menos escépticos no han tardado en señalar la existencia de sirenas como posible responsable... y esto ha hecho el suficiente ruido como para despertar el interés de una multinacional la cual se ha ocupado de enviar a grupo de personas para investigar el asunto- expliqué dejándole tiempo para que revisase aquello que pudiese parecerle interesante.

-"Los jóvenes talentos sois el futuro de este planeta,los viejos dinosaurios como yo tenemos ya poco que aportar"-responde Mónica tomando asiento cerca de la ventana.Durante unos segundos se queda mirando fijamente hacia el grupo que aún permanece en la dársena hablando y su bello gesto se oscurece unos instantes antes de que se gire nuevamente hacia ti riendo ante tu último comentario

-"Así que sirenas ¿eh?¿Crees en ellas?"-te mira apoyando la mejilla en la palma de su mano con el codo en la mesa y la intensidad de sus ojos te hace imaginar mares profundos,besos sin fin,placeres infinitos y deseo saciado hasta lo inimaginable.

Su voz te hace regresar al bar en el que estáis sentados,ante vosotros un par de cafés que no recuerdas haber pedido

-"Lo del grupo de investigadores me hace pensar en unas personas que conocí esta mañana,hablaban de ataques de animales marinos y aunque me aseguraron ser fotógrafos de ropa interior no me convencieron demasiado"-dice pensativa-"Yo sí creo en sirenas,Andrea"-baja el tono y alarga la mano para tomar la tuya con delicadeza.Su tacto es suave y aunque tiene la piel algo fría por alguna razón no deseas que su mano se aparte de la tuya nunca más

-Por favor no diga eso de usted, no creo que nadie sea capaz de verla así- pedí al escuchar lo dura que fue con ella misma a la vez que me alagaba, no pudiendo evitar fijarme en como su expresión se oscurecía por un instante antes de recuperar todo su esplendor, perdiéndome parcialmente en ella, solo aquella pregunta fue capaz de mantenerme, en cierto modo, consciente.

Tragué saliva, sentía miedo a ser rechazado de nuevo pues aunque estaba acostumbrado temía que decir la verdad pudiese implicar no volver a verla más, pese a todo no iba a acobardarme ahora.

Agradecí con un gesto a la persona que nos trajo los cafés cuando comenzó a hablar de algo que le había pasado esta misma mañana, no pude evitar esbozar una sonrisa de incredulidad mientras negaba ligeramente con la cabeza -déjeme adivinar: le propusieron hacer de modelo- me aventuré a decir aún algo nervioso, la anécdota me había ayudado un poco pero no había contestado aún  a su anterior pregunta y me sentía con el deber de hacerlo; pero entonces tomó mi mano y me dio su propia respuesta, sentí que el ambiente se había vuelto de lo más íntimo... y también que era capaz de leerme como un libro abierto.

En mi rostro se dibujó una expresión tierna y en cierto modo melancólica acompañada de una sonrisa -Gracias- pronuncié de la forma más sincera que sabía -creo que no necesitáis que os dé mi respuesta- expresé reafirmando mi idea de que podía ver a través de mí con facilidad-¿puedo llamarla de tú?- pedí entonces dado que la sentía tan cerca que me costaba seguir tratándola con formalidades.

La mujer se echa a reír de manera melodiosa atrayendo con ello la mirada de varios hombres y mujeres cercanos a vosotros

-"No me propusieron tal cosa más bien un hombre que iba con ellos era el supuesto modelo,el ser más bello y arrebatador que haya visto yo jamás y aunque era un chico joven cualquiera se hubiera fijado en él"-te dice apretando tus manos entre las suyas-"Claro que me puedes tutear,Andrea,somos amigos ¿no?"-su mirada se dirige de nuevo hacia la playa y te indica que mires tú también aunque no al trío que se ve cerca sino al otro lado de la playa donde un buzo acaba de emerger en la orilla de la playa y se ha quitado escafandra y aletas-"Él es uno de los que te digo que esta mañana me dijo que era periodista,quizás sepa algo de esas investigaciones"-

Miras en aquella dirección y efectivamente ves la figura de un hombre sin embargo te es imposible ver sus rasgos con claridad y fugazmente te preguntas cómo ella sí es capaz de verlos a aquella distancia

Cuando negó que le propusieran tal cosa no pude evitar sonreír ligeramente, posiblemente por la belleza de su risa... y porque en parte me alivió que fuese así -gracias- pronuncié tras asentir con un movimiento de cabeza cuando aceptó a que la tratase de tú, entonces apartó su mirada para posarla de nuevo en la playa y no pude evitar imitarla -entonces trataré de hablar con él ¿sabes su nombre?- pregunté devolviendo de nuevo la mirada hacia mi acompañante ya que desde aquella distancia apenas podía fijarme en su aspecto, no dejaba de sorprenderme en muchos sentidos hasta el punto de pensar que tenía algo... mágico; y aunque en mi mente cruzó la idea de que podía tratarse de una sirena traté de borrarla ¿por que iba a ayudarme en esto en caso de serlo?

-"Me temo que no me lo dijo,tan sólo sus dos compañeros se presentaron,Maximo y Eneas,éste último era el supuesto modelo"-un velo de tristeza cubrió momentáneamente sus ojos antes de que la mujer se pusiera en pie y te indicara que hicieras lo mismo-"Pues lo mejor será que le sigamos para poder hablar con él ¿no te parece?"-dejó un billete en la mesa y esperó a que recogieras las fotos-"Más tarde veremos esas fotos con detenimiento pero si perdemos a ese hombre de vista ahora me temo que nos resultará difícil dar con él de nuevo"-no te pareció descabellado interceptar a aquel hombre de esa manera pero aún así tendríais que daros prisa si no le queríais perder de vista

Solté un suspiro cuando dijo que no sabía su nombre pensando que aquello complicaría bastante contactar con él pero entonces Mónica ofreció ir a buscarlo en ese mismo instante -¿No te importa?- pregunté algo sorprendido, si bien era cierto que quería hablar con aquel hombre nunca hubiese propuesto ir estando en una quedada con otra persona, o al menos no tratándose de alguien como aquella mujer, pero si ella era quien lo ofrecía... -gracias- dije mientras comenzaba a recoger las distintas cosas que me había ocupado de esparcir por la mesa deteniéndome un breve instante a contemplar una de ellas.

-Listo, vamos- anuncié en señal de que ya podímos salir tras él.