Partida Rol por web

El paseo marítimo de Marina Picola no es muy grande pero en él se aglutinan bares,restaurantes y pequeños puestos cuyos abalorios hacen las delicias de los turistas.Al ser invierno los restaurantes tienen las carpas cerradas pero a través de sus ventanales se puedes seguir apreciando las maravillosas vistas que ofrece el lugar desde el que se ven con claridad las Faraglioni y donde la vista se pierde en la inmensidad del mar

Máximo y yo recorríamos el paso marítimo de Marina Piccola, buscando cualquier bar o restaurante al que solieran acudir los lugareños de Capri para intentar obtener algo de información acerca de lo que le había sucedido a Ligeia. Ya habían sido dos los hombres que nos habían hablado sobre supuestos "monstruos marinos". Si a día de hoy los lugareños continuaban creyendo en historias de sirenas, quizá supieran más de lo que pensábamos.

-Vamos, entremos aquí -le dije al periodista, señalando uno de los primeros bares que divisábamos en el paseo marítimo-. Puede que el dueño o alguno de los clientes sepan algo.

-Dale- dijo mirando el bar alzando la cabeza, como si quisiera saborear el aroma del bar-. Espero que hablen español o que al menos vos sepas otros idiomas- dominaba un inglés chapucero que solo le servía para leer, cuando intentaba hablar sonaba como si algo se le hubiera atragantado en la garganta-. O nos comunicamos por señas. Lo que nos sea más fácil.

Estar en movimiento mejoraba considerablemente su humor, aunque este no parecía traslucirse en su rostro. Lucía como un cuervo blanco de ojos negros y expectantes, queriendo satisfacer su curiosidad con algo pronto.

-Algunos idiomas sé, aunque el italiano no lo manejo -dije, encogiéndome de hombros-. El español sí, y son muy parecidos, así que espero que podamos chapurrear un poco.

En ese momento, recibí un mensaje de Whatsapp y decidí echarle un vistazo. Tecleando rápidamente, decidí responder cuanto antes para luego dirigirme al periodista.

-Era Valeria -aclaré, sin darle demasiada importancia. Decidí entrar en el bar que teníamos más cerca y dirigirme a hablar con el dueño-. Vamos, yo intentaré hacer de intérprete si se da el caso.

-Una vergüenza que no sepa italiano- dijo moviendo su cabeza de un lado a otro-. Toda mi familia es inmigrante de italiano- aunque estaba en las mismas con Ronan, podía entender frases sueltas y adivinar el resto, pero si el interlocutor hablaba muy rápido le era imposible seguir el hilo-. ¿No sabias? Los argentinos somos famosos por fingir que sabemos algo cuando en realidad no tenemos ni idea. Con los idiomas igual. Sabemos lo básico y nos largamos a hablar con cualquiera- no era precisamente una cualidad destacable, pero a veces ayudaba el ser más lanzado.

El bar al que entráis tiene bastante clientela,varios de ellos turistas cuyas voces en otros idiomas podéis escuchar pero también hay lugareños que os dedican una mirada cuando entráis o incluso os ignoran,tan acostumbrados están a los extranjeros.El lugar es pequeño pero decorado de manera típica marinera,con conchas y fotos del mar y de los pescadores.Algunas redes decoran las paredes también.El camarero espera solícito a que lleguéis hasta la barra antes de preguntaros en italiano

-"Buon pomeriggio,cosa vuoi prendere?"-dice con una sonrisa 

El bar era bastante concurrido, Máximo aspiró el aire, aunque no sintió el clásico hedor a cigarro y café de los que solía frecuentar. Siempre se reunía con gente que era prácticamente desconocida para él, pero que veía siempre, discutían de política, futbol o mujeres. Solo para perder el tiempo y relajarse. Nadie preguntaba la vida del otro. Era extrañamente liberador. Pero este sitio era mucho más amigable que el que visitaba algunas noches.

-Buenas noches. ¿Español?- primero ir a lo básico era la forma más sencilla de comenzar aquello. Luego, si no entendía, comenzarían con las señas o buscarían a un lugareño que hablara el idioma.

Lejos de lo que pudiera esperar, había conseguido entender las palabras del mesero, aunque más bien por el parecido con el español y el portugués, ya que mi conocimiento del italiano era casi nulo.

-Buenas -dije, en un marcado inglés con acento sureño-. Venimos a tomar un trago y hacerle algunas preguntas sobre los recientes sucesos. Desapariciones. Somos reporteros. -Aquello era una más que burda mentira, ya que únicamente Maximo era periodista, pero sabía que la gente solía abrirse más a hablar cuando hablaban con reporteros y, cuando más conocido fuera el medio para el que trabajaran, mejor-. History Channel.

-"Un po 'di spagnolo e un po 'di inglese,signori"-responde el camarero mientras saca dos vasos que llena de cerveza y os planta delante-"¿History Channel?"-frunce el ceño antes de levantar las manos-"Oh,sì,chiaro ma qué sucesos?"-dice sacando el ticket de la caja registradora y dejándolo en un vasito de metal ante vosotros para que paguéis-"Che cosa?"-dice apoyándose en la barra y mirandoos

-Monsters of river- dice con rapidez Máximo al oír lo que dijo su compañero. La verdad no recordaba si ese programa era en el history o en el otro canal, no importaba, era sobre un anciano cazando peces monstruosos y raros. Justo para poder preguntar sin levantar sospechas. Le dedicó una pequeña sonrisa a Ronan, pareciera que les tocaría hacer señas o buscar a algún otro sujeto que hablara español o inglés-. You Know…- hizo un gesto como recogiendo el sedal de una caña imaginaria.

Parecía que quizá tuviéramos ciertas dificultades para comunicarnos con el dueño de aquel bar, aunque al menos aún podíamos conversar con él y entender un mínimo de lo que nos decía.

-Yeah, Monsters of River -me uní a las palabras de Máximo, mientras pensaba qué estará pensando el mesero-. In this case, Monsters in Faraglioni.

Con un poco de suerte, el hombre sabría a qué nos estábamos refiriendo, tanto si creía en sirenas como si le parecían tan sólo una mera leyenda local.

El hombre se echa a reír al escuchar a Ronan y niega con la cabeza

-"Sirenas"-dice con un fuerte acento-"Turistas, todos vienen a lo mismo.Sí,sí pero no monstruos,ma son hermosas,amico mio"-dice moviendo los brazos de manera expresiva-"Ma,nadie las ve"-dice encogiéndose de hombros a lo que alguien le grita algo desde una mesa y él se ríe-"Ah,sí,sí,el pescador loco sí.Él puede contar buenas historias a reportajes"-os guiña un ojo mientras se lleva un dedo a la sien indicando la locura del pescador

-Sí, algo de eso hemos oído -comenté al oír que el propietario del bar hablaba sobre sirenas sin que hubiéramos llegado a mencionar aquella palabra. A estas alturas, era evidente que los habitantes de Capri convivían con aquellas leyendas sobre mujeres con colas de pez del mismo modo en que lo hacían los lugareños que vivían en los alrededores del Lago Ness-. ¿El pescador loco? -me mostré extrañado. ¿Se referirían al anciano al que había visto antes hablando con Adriano?-. ¿Quién es ese pescador del que habla?

Máximo iba captando palabras de la conversación, las suficientes para entender la mayoría de lo que se decía. El periodista asintió al camarero cuando este hizo señas al mencionar al pescador loco, como si estuviera totalmente de acuerdo. No era la mejor fuente de información… pero a Galileo también le tomaron por loco.

-Podríamos hablar con el tipo, como un testimonio…- le dijo a Ronan arqueando sus cejas. Si tenían una dirección podrían hacerle una visita, comprobó su reloj, esperando que no fuera muy tarde. Sino tendrían que ir en la mañana.

Varias personas entran en el establecimiento y el hombre os sonríe antes de ir a atenderlos mientras vosotros os tomáis la consumición.El tiempo ha ido pasando y ya ha oscurecido para cuando acabáis la cerveza.Los restaurantes de alrededor lucen alegremente y dentro veis que están llenos de clientela pero a esa hora en la playa no hay nadie y menos aún pescadores en las escolleras

Fuera las luces que iluminan el camino de ascenso a las villas proporciona un precioso color a la isla dando un encanto especial que sin embargo no apreciáis demasiado bien a causa de vuestra preocupación

Lamentablemente no han obtenido la identidad ni la ubicación del "pescador loco" del que les había hablado Adriano, aunque Ronan se preguntó si no sería el anciano que había visto esa tarde hablando con Maximo después de la desaparición de Ligeia.

-Máximo, creo que aquí no obtendremos más información -dijo, aunque anotó mentalmente que tendrían que buscar a ese pescador loco-. Si quieres, podemos acercarnos a alguno de los restaurantes de los alrededores. Parecen estar bastante llenos a estas horas.

-Vamos a buscar un poco más, pero ya tenemos al “pescador loco” como primer fuente de información. No es la más confiable, pero es lo que tenemos ahora- se encogió de hombros, en su momento había tenido que hablar con tipos tan drogados que creyeron que era un actor argentino, lo que le permitió preguntar mucho más y hasta ser invitado a comer a la casa del sujeto. Hablar con un loco solo engrosaría sus anécdotas de gente rara-. Y ya que estamos pidamos algo de comer, que no comí nada en todo el día. Beber con el estómago vacío no nos va a ayudar- la idea de beber hasta caer rendido era tentadora, pero trabajar le parecía mucho más eficiente para olvidar las penas. Levantó al compa de la consumición y soltó un-. Por Ligeia- y bebió el contenido de un trago-. Vamos.

-Ahora mismo, creo que lo mejor es que pidamos algo de comer, sí -coincidí con el periodista argentino, sintiendo que ya me rugía un poco el estómago, ya que no había comido nada desde hacía demasiadas horas-. Por Ligeia -repetí las palabras de mi compañero, mientras apuraba la consumición de un solo trago.

Habiendo terminado de beber, decidí abandonar el bar de Adriano mientras nos dirigíamos a buscar uno de los restaurantes atestados de gente que estuvieran más próximos.

-El testimonio del pescador puede sernos de mucha ayuda -declaré, asintiendo-. Existe el dicho de que "los locos y los niños siempre dicen la verdad". No estoy de acuerdo con esa declaración, pero sí es cierto es que la gente considerada loca tiende a hablar con mayor libertad, sin cortarse un pelo a la hora de decir las cosas, como si no les importase lo que piensen de ellos.

-¿No eran los borrachos?- dijo rascándose la mejilla distraídamente-. Los borrachos y los niños dicen la verdad…- se encogió de hombros, para lo que servía ahora-. Ya vimos que acá las sirenas son “EL” espectáculo, aunque nadie diga que existen o se pasean por la playa. Solamente tenemos que ir escarbando más profundamente hasta separar lo real de lo ficticio- aunque parecía haber poco de ficticio en la leyenda de las sirenas si hacían caso a todo lo descrito hasta ahora. Marc y Bianca vieron una mujer con cola de pez… esperaba cualquier cosa menos eso-. Espero que comer algo me de energías para pensar, que tengo el cerebro fisurado de encontrarle lógica a todo esto.

Era mucho más fácil cuando le tocaba casos de corrupción, asesinatos o narcotráfico, su vida seguía estando en peligro pero podía imaginar cómo y cuándo. Ahora estaba en terreno totalmente desconocido y simplemente se limitaba a seguir los pasos conocidos para resolver la cuestión.

Os adentráis en un restaurante para comer algo y así indagar un poco más sobre lo que acontece en la isla sin embargo los camareros están bastante ocupados y ninguno muestra demasiadas ganas de entablar conversación sobre seres mitológicos ta y como os dice una de las encargadas,aclarando que para ellos es algo habitual y que los turistas siempre quieren conocer esas leyendas que cuentan los guías de la isla así que os remiten a uno de ellos y os dicen que suele estar en la ciudad,en una cafetería llamada "El tritón"

Tras aquello decidís que es hora de irse a descansar