Partida Rol por web

Regresas a las profundidades,tu medio natural y el único en el que te sientes realmente agusto.El mar está algo revuelto lo que indica que en la superficie el viento es fuerte,probablemente Poseidón haya decidido intervenir de algún modo en toda aquella locura...o al menos eso esperas

Deambulas un rato bajo el mar evitando cruzarte con algún escualo y pensando en tus maravillosas setas cuando ante ti ves una sombra que se acerca a gran velocidad a tu posición.Se mueve más rápido que una sirena normal por lo que no ves escapatoria posible y aunque tratas de evitar su trayectoria echándote hacia tu derecha de algún modo vuelves a tenerla de frente.Nadas hacia la izquierda para evitar el choque pero la sombra es más rápida y se pone frente a ti.Tan sólo ves unos dientes afilados y una cabellera rojiza antes de que una fuerte mano de afiladas garras te golpee en la frente haciéndote perder el conocimiento

Despiertas en una cueva débilmente iluminada por unas bolas flotantes de luz que giran sobre tu cabeza.La mitad de tu cuerpo sigue en el agua mientras que tu torso se halla tendido sobre la fría roca gris

-"¿Por qué huías de mi,joven Enna?"-el chirrido de una voz penetra tus oídos haciéndote gritar de dolor mientras tus manos tratan de evitar que ese ruido vuelva a penetrar en tu interior.Un feo rostro blanquecino de ojos saltones y bulbosos labios sale del agua frente a ti y su sonrisa de afilados colmillos te hace estremecer aunque el alivio te recorre al reconocer a la anciana Lua,la sirena más ausente del consejo y la más fea de los mares,o al menos eso dice cuando ella no está.De todos es sabido que su otrora bella voz fue maldita por el mismísimo dios de los mares y es por ello que la sirena desarrolló la capacidad de hablar sin voz ¿por qué entonces te tortura a ti de ese modo?

Aarrgg...

Sus manos tapaban los oídos intentando entender lo que decían las palabras de aquella pelirroja. Tenía dudas de qué demonios estaba pasando y, principalmente, el porqué. Inspiraba agitado al principio y, poco a poco, se sentía un poco más calmado. Se decidió a intervenir pese a que su sentido común le gritaba lo contrario, algo en él no podía evitar ser sencillamente él.

Me perseguía una sombra veloz no identificada y mi instinto me dijo que era mejor intentar no meterse en su camino. Lo lamento. Pero más importante... -sonrió, sabiendo que se lamentaría al segundo después de sus siguientes palabras- ¿Por qué intentabas cazarme?

Sus ojos se fijaban en los caballos de ella y en aquellos dientes, preguntándose qué pecado habría cometido. Cada vez estaba más convencido que había muchas cosas que cambiar.

La Anciana sonríe y sin mover los labios vuelve a hablarte,algo que agradeces pues su voz en tu mente es mucho más agradable que su voz real,de hecho es increíblemente seductora y te sorprendes mirándola con ojos más benevolentes.SU pelo,anaranjado más que rojo le confiere un aspecto exótico y sus labios,otrora bulbosos te parecen generosos,listos para ser besados.Sus verdes ojos se clavan en los tuyos mientras una delicada mano acaricia tus cabellos

"No trataba de cazarte,pequeño tritón sino de llamar tu atención.He oído que tus compañeros han subido a la superficie pero tú no has querido acompañarlos ¿por qué?¿Odias a esa especie bípeda?¿O acaso no estás de acuerdo en encontrar a los asesinos?"

Una parte de ella ya me resultaba cautivadora, incluso antes de que usara aquella voz... pero tras ello cada ápice de mí presta atención a sus palabras y a aquellos labios. Mis escamas se erizan y suspiro. Sé que es un truco y pese a todo... pese a todo mi mente se debate entre empotrarla contra las paredes de esta cueva o seguir hablando. Por fortuna sigo hablando.

Mis ojos siguen los suyos.

No lo parecía... pero no importa. Ahora no.

Mis compañeros han subido porque sólo piensan en jugar a procrear con humanos. O eso me parece. Yo... no los odio. Me fascinan y me intrigan. Pero dicen que hay algo que les mata. Y yo creo... creo que hay al menos un traidor entre los nuestros.

Entonces, si todos suben a la superficie ¿quién vigila el mar? ¿quién les protege... y os protege a vosotros?

La risa franca de ella te hace sonreír mientras su exótica belleza te hace estar cada vez más extasiado

-"¿Crees que los Ancianos no podemos proteger a los nuestros,joven tritón?"-pregunta la mujer observándote divertida. La sirena es tan rápida que antes de que te des cuenta sus manos te han cogido ambos lados de la cabeza y su boca se ha pegado a la tuya,invadiendo con su lengua tu interior.El beso es tan arrollador que casi pierdes el sentido mientras que la languidez se apodera de tu cuerpo y un gemido de protesta sale de tu garganta cuando ella comienza a separase sin embargo recibes un dulce beso como compensación-"Ahora estamos conectados,joven Enna.Yo también creo que hay traidores entre los nuestros y ambos descubriremos quiénes son"-te suelta y la ausencia con su contacto te hace sentir vacío pero su sonrisa es la mayor de tus recompensas y tu corazón late rápido al sentirte querido por ella.Eres importante para aquella mujer y eso te hace sentirte poderoso y pleno-"Ahora has de irte,Nayade está buscando a tus amigos en el agua pero ellos salieron a la superficie.Búscala,no está lejos de la playa y no temas salir a la superficie,siempre puedes volver al mar"-te coge de la mano y con una fuerza inusual comienza a tirar de ti nadando a una velocidad que tú jamás alcanzarías.Salis de la cueva y la mujer te suelta sonriendo antes de perderse en la oscuridad del mar

N-no...

Intentó responder malamente, nervioso como un adolescente, bastante impropio de él. Carraspeó para sacudir la cabeza y recobrar la compostura lo mejor posible, lo cual no era demasiado.

Pero aquel beso tiró por los suelos completamente lo poco que había conseguido y no pudo sino dejarse llevar por una mezcla de sentimientos de vacío y de plenitud, sin llegar entender bien qué quería decir con aquello de estar conectados, pero lo cierto era que se sentía más poderoso y respaldado. Su linaje no era noble y el hecho de saber que ella confiaba en él era una corriente que le impulsaba a seguir.

Se marchó, pero le dejó un objetivo: buscar a Nayade.

Nadó tan rápido como le resultaba posible en busca de la joven.

El pelirrojo entra nadando, con curiosidad, y buscando a la bruja dentro de los ancianos.

Nadaba despacio.

Lua...

La llamó, mientras se deslizaba hacia el interior, avisó por si se encontraba haciendo cualquier cosa privada no molestarla.

Detrás tuya notaste un rápido movimiento pero al girar te no viste nada excepto las burbujas que evidenciaban que algo acababa de pasar por allí

-"Así que el fornido pelirrojo vuelve a la cueva de la sirena rara"-dice aquella chirriante voz delante tuya por lo que te vuelves a girar de nuevo quedando de cara al interior de la cueva donde Lua te espera sentada en la arena-"Pasa sin miedo,Enna,no muerdo a los de mi especie a menos que sea estrictamente necesario"-rió rasposamente mientras esperaba a que llegaras a su altura-"¿Y bien,joven, a qué debo tu visita?"-

Al menos tú tienes algo dentro de la cabeza, es más de lo que puedo decir... de la mayoría.

Trató de elogiarla el pelirrojo. Si bien su voz chirriante era desesperante, la realidad era que él había visto otra Lua... o se la había inventado, el caso era que le gustaba su compañía más de lo que imaginó en una primera vez.

Yo tampoco suelo morder, a menos que me lo pidan como hay que hacerlo -sonrió, casi coqueto, nadando hasta estar a su lado-. Me han dicho que humanos bajaban a hablar con vosotros. Me han dicho que Eneas es el hijo una bruja del mar. Me han dicho que creen que su madre es la culpable de lo que está pasando.

También he estado con los humanos, como me pediste. Son raros. Pero algunos... algunos pueden tener algún tipo de... tolerancia. Y he bajado con Nay, ella se ha ido a buscar a Orien, está preocupada por él.

Le traté de poner al día de todo lo que sabía.

Los nuestros se pasean con ellos como si nunca hubiesen tenido escamas y follan con ellos como si fuesen... no sé. Pero...

Se sacudió con un escalofrío, no sabía qué añadir, así que esperó la reacción.

Lua se acerca fijando sus bulbosos ojos en ti antes de que su apariencia cambie y su rostro se vuelva bello como la vez anterior y su voz se dulcifica al penetrar tu mente haciendo que te sientas calmado y feliz de estar allí,a su lado

-"Ah,mi joven Enna,nada de todo eso tiene gran importancia ¿no crees?Desde el inicio de los tiempos sirenas y tritones se han apareado con humanos,ambas especies se atraen irremediablemente aunque nadie sabe el por qué.Quizás en otros tiempos nuestras especies se amaran de tal modo que la unión era algo normal y a día de hoy aún queden vestigios de aquello,o simplemente sea la curiosidad por conocer otros cuerpos,otras maneras de fornicar.Nosotros lo hacemos para tener hijos,ellos lo hacen por placer.Quizás deberías probarlo"-su risa eriza tu piel y tus escamas sientes escalofríos ante el roce de su lengua en el lóbulo de tu oreja-"No sé si la Bruja de los Mares estará implicada en lo que sucede pero me atrevo a dudarlo,ella actúa por venganza y la mayoría de las veces de manera impetuosa.Lo que está ocurriendo parece orquestado por una mente más fría,más calculadora,tendrás que seguir investigando,joven Enna pero acepta un consejo: hay humanos fiables y sirenas y tritones que no lo son,cuida con quien hablas pues algo oscuro nos acecha y pronto se desvelará.Para entonces hemos de estar preparados y saber a qué nos enfrentamos para poder derrotarlo"-sus ojos están en blanco mientras habla y su voz ya no está en tu mente sino que vuelve a ser el chirrido horrible que taladra tus tímpanos

Los cambios belleza/horror de Lua podrían volver loco a la mayoría de tritones que el pelirrojo conocía, sin embargo para él tenía cierto aire divertido y atrayente que no podía negar.

Yo tampoco lo creo -habló directamente del asunto de la Bruja de los Mares-. Del que no me fío es de su hijo, desde que él ha llegado, algunos actúan como si fuesen... otros. Y puedo confiar, más o menos, en las intenciones de algunos humanos, sí.

Sólo le daba la razón, pero era la realidad, era lo que había vivido. Sintió otro escalofrío al recordar su lengua, y resultaba que todo aquello era complicado y... probar con humanas ¿con cuál? La única tolerable que había visto estaba enchochada con su amigo como si fuesen un par de lapas inseparables.

Tengo una de las armas humanas, arpones, creo que se llaman.

Se la mostró. La verdad es que no lo había pensado hasta aquel momento, pero en verdad aquel humano le parecía un poco inocente y ciertamente confiable. Gruñó un poco sobre tal pensamiento.

Voy a por mi tridente y... regresaré a la superficie.

Se resignó. Sólo quería informar de las sospechas de la mayoría y comprobar que Lua pensaba como él. También quería saber qué había pasado con Orien, pero estaba Nay encargándose de ello.

Gracias.

Esperó un momento por si ella quería añadir algo, pero si no era el caso se marcharía nadando raudo a la cueva donde se dejó el tridente.

Lua observa con interés tu reacción ante su acercamiento y te parece que un brillo apreciativo se ve en sus ojos saltones antes de que la máscara de mujer bella aparezca de nuevo.La sirena coge tu cabeza y sus ojos vuelven a tornarse blancos

-"Te mostraré el camino hacia el hogar de los humanos a los que debes ver"-sus labios sellan los tuyos mientras tu mente se llena de imágenes de la superficie.Ves la playa y el paseo así como la roca de las sirenas desde lejos y un camino con curvas que asciende por la montaña hasta una inmensa puerta de hierro donde la imagen se detiene-"Deja el tridente escondido,a los humanos no les gusta ver a nadie con armas,se asustan"-susurra junto a tu rostro antes de dejarte partir-"Recuerda,si necesitas hablarme piensa en mi"-

De nuevo la magia de Lua proponía un cambio y robaba un beso, algo que consiguió que el tritón riera un poco entre dientes antes de asentir firmemente con la cabeza.

Cuidado, que quizá piense más de lo necesario.

Bromeó. Tenía más objetivos y en realidad consideraba que estaba recibiendo bastante ayuda y pensaba que tal vez habían cosas por debajo que aún se le escapaban. Era raro cómo sentía aún sus labios pese a estar ya a cierta distancia. Asintió con la cabeza y partió del lugar.

Su objetivo: recuperar el tridente para esconderlo en la cueva de Xiomara y salir a buscar a aquellos humanos. Lo que implicaba el doloroso cambio.