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Sokkie Heroes

La fortuna favorece al audaz (Escena II)

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28/09/2016, 03:42
Dora Maxwell
Sólo para el director

-Si, ese es el hombre. El viernes bailé con él y me elogió un poco, aunque siendo honesta, no todo lo que yo habría querido.

Dora sonrió, comió, bebió. No era una chica que se cortara a la hora de comer pues la vida le había dado buenos genes y no había mucho de qué preocuparse. Mientras lo hacía, lo miraba y a veces sólo miraba su boca al hablar, alguna vez tuvo que parpadear, ¡no podía tener ese gesto tan infantil! Pero eso no evitó que la chica se diera cuenta que algo no andaba bien, que había dicho o hecho algo que no estaba bien. Así como ella se sentía bien con Lambert, también se sentía insegura y esas cosas no le sucedían a una Maxwell pero parecía que sí. ¡Eso era!

-¡Dora Maxwell eres una estúpida!

No había pensado en ello para nada, se sentía como una gran hija de puta porque sólo había estado pensando en ella y en su situación y en todo lo que le hacía falta pero cuando intentó decirle que ella pagaría por ambos, él no permitióni que terminara de decirlo. Se le veía triste y aunqie Dora no era una persona que se conociera fácilmente, algo en él conseguía derrumbar algunas paredes se la pelirroja.

-Tienes razón, tenemos que arreglar eso primero y luego ya se verá.

Tal vez le había dado la impresión equivocada al chico, porque no se había detenido a pensar en toda la situación y ahora parecía a sus ojos una maldita engreida de la Arcología, ¿y por qué le importaba tanto eso? Se lo podía imaginar pero no quería darle rienda suelta a esos pensamientos porque las cosas podían salir realmente mal y no sólo para uno de ellos. De pronto él cogió aire o eso le apareció y comenzó a hablar, no era sólo el dinero de la inscripción, había mucho más. Las palabras brotaban de sus labios como si realmente quisiera dejar en claro que no podía malgastar su tiempo y dinero en eso pero poco a poco ella se daba cuenta que no era eso, no era aquella su intención. De pronto tenía ante sus ojos una realidad que nunca imaginó siquiera conocer, demasiadas cosas para perder tenía Lambert y sólo porque a ella se le había ocurrido que el muchacho por guapo y bailarín podía ser su pareja y no, las cosas no eran nunca así de sencillas.

-Lamento mucho escuchar todo eso, Lambert. No pretendo ponerte en una situación más difícil de la que ya tienes...

Y él podía ver que no le estaba mintiendo pero él continuó y ella se lo permitió porque se lo debía después de todo. Lo habían lastimado y justo con lo que le estaba pidiendo ella y se sintió tan miserable como nunca en su vida se había sentido, tuvo que intentar explicar la situación siendo lo mas clara que pudiera.

-Yo no..., no he querido usarte, por eso también te ofrecí pagarte. No será mucho pero podría ayudar...

Se detuvo porque se sentía peor que antes insinuando eso.

-Tampoco sé si soy buena pero no te dejaría son tu parte y mucho menos sabiendo lo que ahora sé.

Dora en ese momento entendió lo de la pastilla que él habia tomado antes y no era porque le cortara el rollo, era porque se sentía una insensible por no pensar en él. En otro tiempo, con otro hombre no le habría importado ni mierda, es mas ni siquiera habría llegado al punto donde él pudiera sincerarse pero Lambert era distinto. No sabía por qué pero le parecía o quizás se engañaba, no estaba segura de nada. Y de pronto se veía ante una invitación que tenía aceptar pero no por el sitio, no por la madre o su situación, no por no poder pedir el día, sino por lo que él estaba despertando en ella y que ella desconocía de tal manera que la tomaba por sorpresa.

-Me encantaría pero..., ¿crees que a tu madre no le moleste? Finalmente soy una extraña.

Y una chica pija de otro mundo hubiera querido decir pero no quiso lastimar al chico que ninguna culpa tenía. Sonrió un poco y pensó que eso era muy parecido a cuando presentas a la novia con los padres y aunque eso fuera arcaico, no pudo evitar sentirse más nerviosa.

-Bueno, pensemoslo un poco pero de todas maneras pediré el día, mi jefa dice que paso demasiado tiempo en el trabajo.

Tomó el PCPU y mandó un mensaje, dando como motivo: descanso por exceso de estrés. Cuando lo envió miró a Lambert y sonrió, era un chico bueno, ella no estaba segura de querer arruinar más su vida. Si hubiera sido millonaria le habría ofrecido pagar la operación de la madre y habría desaparecido de su vida.

-No quiero incomodar a tu madre pero tengo que darte las gracias por invitarme y antes que nada pase, quiero decirte algo importante: no tuve intención alguna de lastimarte, sólo pensaba en bailar sokkie con alguien que vi disfrutando el baile. Eso fue todo.

Bueno, casi. No iba a decirle que pensaba que se lo podía follar y ya pero sólo antes de conocerlo más, después de hacerlo, quería más que eso y cada vez le resultaba más chocante en la mente que eso le estuviera sucediendo a ella.

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28/09/2016, 04:29
Director

Vió lo que hizo, lo que habló. Su decisión. Necesitaba a una persona así, decidida, tan loca como él. Habían hablado de cosas tristes, pero no quería basar en eso su incipiente relación. Finalmente sonrió cuando dijo todo aquello. Hizo un gesto con la mano, como restándole importancia.

-Tienes razón, ahora mismo somos unos extraños hablando de todas esas cosas tristes. Vamos a conocernos más. Y yo creo que solo una forma de hacerlo...

No sabía muy bien cómo pero allí estaba, después de la cena, a las once de la noche, bailando descalza en su piso, abraza a él. La suya fue una danza clásica, pero en éste caso, no se trataba de una mentira. No estaban fingiendo conocerse, ni generar atracción. Se estaban conociendo, se atraían como polos opuestos de un imán. Allí estaba, proyectando aquellas imágenes en las paredes de su casa, imágenes de focos, luces de una sala de baile, fractales que se movían al sonido de la música.

Descubrió a su mejor pareja de baile hasta el momento. Era ágil, fuerte, astuto y varonil. Sabía como bailar con ella, sabía como hacerla confiar a la hora de realizar giros y otras proezas. Era imaginativo, atlético, romántico. Bailaron varias melodías, casi sin descanso, una tras otra, locos de amor y pasión.

Y cuando la luz se apagó, se encontró con él, cara a cara, muy cerca. Él la miró y supo. Supo que ella era especial. Supo que merecía que la pena. Supo que su corazón estaba comenzando a sentir. Y la besó. Un abismo se abría ante ellos. Un abismo de pasión y amor, como una ola creciente, como una corriente embravecida, imparable.

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28/09/2016, 04:41
Lambert Walker

No se conocían, pero ahora se iban a conocer. De la forma más íntima posible. Un viejo relato, mil veces repetido, a veces denostado por las generaciones que le precedieron. La pasión creciente, el pálpito de corazón. El abismo, la espiral de sentimientos propia del descubrimiento del amor. ¿Seré correspondido?, ¿La habré encontrado finalmente? Vivían en un tiempo en que aquellas grandes preguntas se querían dirimir rápido. Pero ellos se daban su tiempo, se exploraban como dos amantes de antaño, sin prisa pero sin pausa.

A cada beso, más pasión. A cada caricia, más confianza. Recorrieron sus cuerpos con las manos, sintieron que la ropa estorbaba. Se guiaron, a veces con cierta torpeza, hasta una superficie apropiada. La cama, nada mejor que eso. Terminó tumbada, y él encima, comiéndola a besos, desnudándola, desnudándose.

La acaricia, la admiraba. Había estado con chicas guapas, pero ella era muy femenina, muy sensual. Le embriagaba. Se tomó su tiempo, explorando su piel, rompiendo barreras. La complació en todo lo que pudo, incluso en detrimento de su propio placer, en aquella primera fase. ¡Mucho mejor que un mugriento pink salon! La verdad es que ella llevaba un tiempo... necesitada. Así que sucumbió a aquel delicado tratamiento de sus partes más íntimas, teniendo dos orgasmos rápidos y fuertes. Ahora creía que era ella la que se iba a desmayar cuando él, tomando las debidas precauciones, hizo lo que la naturaleza dictaba, entrando en ella con hambre y pasión. Ella no pudo si no agarrarse, gemir, tratar de colaborar. Pero no era la única que estaba henchida de pasión, ya que él se mostró implacable, y sin embargo, tuvo sus momentos románticos, cálidos.

Lo hicieron hasta el paroxismo, hasta la extenuación. Como dos amantes hambrientos del otro. Dieron placer, recibieron placer. Se dedicaron a la interacción más antigua de la humanidad, se amaron con la intensidad propia de un amor legendario. Y, finalmente, ella se encontró reposando cerca de él, escuchando su respiración pausada, propia del sueño. Parpadeó, mirando la hora en el reloj del piso. Eran las dos y media cuando se quedó dormida, tranquila, relajada. Se sentía dichosa, pues si sus amigas habían encontrado el sexo ocasional, ella había encontrado algo mucho mejor. Algo que no sabía hasta ese momento que necesitaba tanto en su vida.

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28/09/2016, 05:13
Dora Maxwell
Sólo para el director

¿Qué más podía pedir? ¿Qué más había en la vida si no eso? Por mucho tiempo habia tenido lo que todas y ni por poco había estado cerca de aquello, de aquella noche. Era posible que no le creyeran pero no le importaba, lo que le importaba era que tras aquella danza de cuerpos desnudos, estaban ellos, durmiendo entre los brazos del otro. Durmió como nunca, se olvidó del trabajo, de los miedos, tal vez tendría tiempo para eso después.

Sus manos se aferraron al pecho de Lambert, sus sueños comenzaron a ser otros y sin embargo sabía que no iba a ser fácil , aún así tenía ganas de intentarlo y de darle a él más que noches de apasionadas entregas y bailes de salón, por lo visto, él también lo disfrutaba. Abrió los ojos varias veces durante el descanso, por momentos pensaba que había tenido un hermoso sueño pero luego sentía aquel cuerpo tibio junto a ella y volvía a dormir tranquila.

-No lo van a creer...

Se dormía pensando en eso, ya tenía el día libre y si, se veía ansiosa por conocer a su madre porque eso significaría más que estar para él, significaría comenzar a pertenecer, algo que posiblemente ya no sabía cómo hacer pero quería volver a aprender.

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28/09/2016, 17:30
Phillipe Marquand
Sólo para el director

-Bueno... Salir, salí.- Siguió con esa sonrisa de oreja a oreja. Quizás incluso la aumentó. -Pero decidí salir sólo a pasar una noche de sokkie... Y vale, sí, volví acompañado.- Luego se dio cuenta.- Quizás debí haber llamado a los chicos... Lo mismo se creen que estuve otro fin de semana entero viendo series. Bueno, de hecho estuve viendo series, pero no sólo...

Se dio cuenta de que Svetlana lo estaba entendiento todo y que se estaba riendo en su cara con las contestaciones que le daba. Pero no le molestó, se lo tomó con humor. Ella le instó a que le sigueira contando.

- ¿Te acuerdas que te comenté que podría incribirme a la competición, pero que no estaba seguro de tener el nivel suficiente? Pues me he apuntado. ¡Vaya baile, tendrías que haberlo visto! Acerté con la pareja de lleno. Nos complementamos genial.

Svetlana le miró con cara de decir "Sí, ya sé cómo os 'complementábais'".

-Sí, también nos complementamos muy bien luego en la cama, leches. Pero en serio, tenías que ver cómo baila.

Svetlana respondió

-Vaya, veo que al menos te olvidaste ya de la serie esa de Shogun de la que llevabas hablando toda la semana pasada.

-No, qué va, la vi. Bueno, la vimos.

Svetlana soltó una carcajada.

-¿Y no huyó?

-Claro que no huyó, la serie es genial. Deberías verla. ¿Y tu fin de semana qué?, no voy a hablar yo todo el rato...

 

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28/09/2016, 19:01
Cojlay Marcano

          Antes de un rato mas de baile esa noche termino Coljay su última pieza con Jerome y trato de conectar con él como la primer pieza pero había sido inútil, le sonrió y lo miró algo frío y distante ... pero antes de salir de l lugar y de camino al sanitario se cruzó de nuevo con el chico Nazzadi, a quien le paso su número de celular, pero no le contestó esa misma noche ... sino que le mandó un frío mensaje hasta el día siguiente, de manera que cuando se cruzó con el Señor Bennet el día siguiente en el comedor de la fábrica de Mechas le sonrió y comió con él dejando que tomara en un principio la pauta de la plática para observarlo por un momento y después esperó un momento propicio cuando terminara su  comentario para decir:

          " ¿Que tal tu fin de semana después de haber ido a bailar?  ¿Que te ha parecido nuestro ... baile?  Dime sinceramente que ha pasado por tu cabeza cuando me viste bailar con el Nannazi ... porque te sentí muy distinto después de eso y sabes que soy muy sincera para decir lo que siento y pienso, pero a veces pienso que te guardas algo como para no complicar las cosas ... guapo "   

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29/09/2016, 01:44
Jerome Bennet

La pregunta era directa como una descarga de artillería. Él no supo muy bien como afrontarla, si con la verdad absoluta o con su determinación reciente de cara a tratar de sobrellevar el asunto, o restarle importancia. En fin, no sabía muy bien como se sentía. Si había sido un problema puntual o había detrás algo más profundo. Pinchó un par de patatas mirando la bandeja.

-No te quiero molestar con mis tonterías, de verdad.

Quería quitarle hierro al asunto. Sin embargo sus últimas palabras le hicieron reflexionar. La miró, apartó un poco la bandeja y se pasó la mano por la barbilla.

-Si, bueno. Imagino que será mejor que diga algo, habida cuenta de que tenemos que estar listos para el torneo y todo eso. Quitarme un peso de encima.

Sonrió un poco.

-No creo que haya forma bonita de abordar el tema, sin que te puedas molestar, o yo haga algo mal. Tampoco me quiero excusar en que me vaya mejor o peor con Towanda ahora, pero...

Sorbió aire con fuerza por las fosas nasales. Como hacía frío, sonó con ese sonido de cuando estás un poco congestionado.

-Creo que me he dado cuenta de que me pones. Es decir. Que me atraes. El otro día bailando me puse bastante... bruto. No se si me entiendes.

Quiso darle al tema una vuelta de tuerca.

-No se si voy a tener un problema con eso de cara a la competición. Ya sabes, no concentrarme y tal.

Ella era lo suficientemente femenina como para detectar que detrás de esas palabras había algo más. De cualquier modo, le estaba dando una salida. Podía quitarle hierro al asunto, dejarlo en un "se que soy irresistible" y cosas así. Aunque sabía que una mera atracción no causa un comportamiento más propio de los... ¿Celos? A pesar de que quería disimularlo, Jerome se estaba enamorando de ella. O eso o es que tenía un concepto de la atracción un poco cavernícola y la quería solo para él. Pero no creía que ese fuera el caso, la verdad. Obviamente si así era, el asunto resultaría problemático para él. Ella podía negarse, claro. Después de todo, no quería nada serio con un humano. También existía la opción de convertirse en una alguna especie de "amigos con derecho a roce", pero ahí ella tendría que calibrar si quería dar alas a ese sentimiento que al parecer su amigo estaba abrigando en su pecho, y ser la causante de peleas en el seno su pareja y todo eso.

¿No se supone que los humanos de hoy son super abiertos con esas cosas? Quizá él se había empeñado en hacer las cosas un poco "a la usanza de la vieja Tierra" y ahora su máscara de caballero se estaba cayendo, y debajo de ella solo había un hombre con deseos mundanos. Como cualquier otro.

En todo eso pensaba mientras él volvió a comer. Caballeroso hasta el final, no quería llegar más allá, ni atreverse a decir más. No de momento, claro. Imaginaba que estaría hecho un lío, por que el suceso había sido bastante reciente. Quizá la tendencia pudiera revertirse, y consiguiera que no se comiera la cabeza con aquellas cosas.

De repente, descubrió por que odiaba tanto el rol "tradicional" de su sexo. Darle excesivas vueltas a las cosas (especialmente las sociales), pensar demasiado, era algo que odiaba bastante. Le generaba hastío.

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29/09/2016, 02:02
Svetlana Urimovich

Vaya, vaya. Phil, el eterno solterón, había ligado. O algo similar. Ahora dependía de que todo aquello quedara en un mero rollo de "amigos con derecho a roce" o se acabara pillando. Se acabaran pillando. La cosa se ponía interesante, al menos en lo social. Y además se había apuntado a ese torneo, lo que le parecía una buena decisión. Si sacaba el dinero suficiente con el premio, se pagaría aquella operación de ojos tan cara y podría aspirar a sus viejos sueños. La duda, su duda, era si en el proceso descubriría que esos sueños se quedaban cortos.

-¿Yo? Poca cosa, la verdad. Comimos muchas marranadas, vimos muchas películas, las dos juntitas en casa, mientras llovía fuera. Nada destacable, la verdad.

Le miró con curiosidad, como si tuviera delante un nuevo Phil.

-¿Y le has mandado algún mensaje a ella? Es decir... fuera de los asuntos de la competición. Echar un poco el anzuelo, a ver si pica.

Sacó la lengua, graciosa, por la cara que puso él.

-Phil con novia, no me lo creo todavía. Eso si, todas mis amigas van a respirar tranquilas.

Se rió, y a él esa risa le molestó un poco.

-Nah, en serio. Por lo que dices parece una chica bastante lanzada, y no quiero que te hagan daño. Si solo quiere un rollete pasajero contigo y tu te enamoras... No se. Yo probaría, me quedaría tranquilo. Saber si quiere algo más o solo una pareja de baile con la que ver series antiguas y echar un par de polvos.

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29/09/2016, 02:13
Director

No madrugaron, por lo que evitaron las aglomeraciones. Lambert aparcaba el coche en un "estacionamiento público" en una zona del subnivel 1 habilitada a tal efecto, por que lo que entre que tomaron el transporte público, bajaron de nivel y encontraron el coche, eran las 11 cuando se montaron en él para abandonar la arcología.

El automóvil era un viejo modelo de Roadster, un vehículo todoterreno con impulsión horizontal mediante pila-A pensado tanto para carretera como para cruzar zona sin asfaltar, de la que abundaba extramuros. Era curioso... ella nunca se había montado en un coche particular, solo en taxis y vehículos oficiales de alguna clase. Tener coche, y más en Melbourne, era una rara avís. Algo propio de gente que por alguna razón vivía entre arcologías o fuera de ellas. ¿Se sentía así la gente del siglo XX? Veía esos viejos reportajes en blanco y negro, con las ciudades rebosantes de coches, casi tantos como peatones, y le resultaba una imagen curiosa, propia de otro tiempo. Cuando el motor se encendió y sintió el zumbido sonrió como una niña pequeña, por que nunca había viajado en el asiento del copiloto y disfrutado de aquella sensación, la de "extensión sensorial del piloto". Era ciertamente emocionante.

Recorrieron las grandes autopistas de salida de la arcología. A aquella hora el tráfico era en ambos sentidos, pero al comienzo de la jornada siempre se colapsaban las vías de entrada con todos los transportes y camiones que venían desde las zonas agrícolas o de producción de las afueras, para llevar suministros a una ciudad que lo engullía todo. Según ella lo recordaba, eran pocas las ocasiones que había estado fuera de una arcología. Cuando viajó allí en un crucero de pasajeros, escoltada por unos cazas con otros cientos de personas, si. Un par de veces que había salido a la plataforma de observación del nivel 3, pero aún así existía un tamiz, aunque fuera invisible, una barrera antirradiación. A causa de la explosión nuclear de Sidney, se decía que las afueras tenían niveles variables de radiación, por supuesto no tan acusados como en las ruinas de la antigua capital, pero algo flotaba en el ambiente. A los que trabajaban fuera les hacían pasar por descontaminación cuando llegaban a la ciudad, a no ser que hicieran el viaje con unos trajes especiales que anulaban la absorción de isótopos radiactivos (que era lo que hacían esos transportistas por convenio para que las mercancías llegaran rápido a su destino).

Salir de la arcología tenía sus procedimientos. Normalmente, la gente recibía unos pases como el que él tenía, para agilizar los trámites. Sin embargo, cuando uno llegaba a la zona del cordón policial, te hacían aminorar para realizar unos escaneos al interior del vehículo. Luego, pasabas cerca de la zona militar, la capa más exterior de la arcología. Ella solo había visto mechas en la tele y algún desfile, pero ahora pudo verlos en la gran capa exterior de la cúpula. Soldados de guardia, defensas automatizadas, grandes cañones de plasma vigilando el horizonte y un control militar que podía parar aleatoriamente al vehículo que considerara sospechoso.

Les tocó a ellos, por alguna razón, aunque a decir de Lambert tenían cierta prisa. Las guías magnéticas y el sistema de control remoto tomaron posesión del control del vehículo, que se apartó de la vía hasta una zona designada donde se realizaban escaneos en profundidad. Allí se detuvieron, les escanearon un par de veces, cosa que no duraba más de un minuto, y luego un par de soldados con exoesqueleto de combate se acercaron a ellos.

Uno de ellos picó en la ventanilla, por su lado. Si no se quitaban el casco, más que personas parecían robots. Pero era un sistema muy moderno, introducido el año pasado, como sustituto del antiguo uniforme de protección balística pesada. Decían que éste amplificaba la agilidad, velocidad y fuerza del usuario.

Bajó la ventanilla y el soldado hizo transparente la placa frontal del casco, por lo que al otro lado pudo ver a un chico con barba de chivo rubia y el pelo cortado a lo mohicano.

-Señorita, según su identificador personal es usted ciudadana registrada del nivel 2 de Melbourne, y trabaja en el Ministerio de Información como funcionaria de clase alfa.

Hizo una pausa, mirando a su acompañante. Era como ver a una princesa con un mendigo.

-¿Va todo bien? Es decir. ¿Cual es el motivo de su viaje con éste acompañante?

Lambert miraba al frente, muriéndose de la vergüenza.

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29/09/2016, 06:07
Dora Maxwell
Sólo para el director

Aunque en principio todo resultaba tan nuevo como abrumador para ella, poco anpoco fue relajándose y disfrutando de la compañía de Lambert. Se había olvidado para qué hacían aquel viaje o mejor dicho por qué pero no tardó demasiado en darse cuenta que eso era imposible del todo. Por momentos temía a ese encuentro con alguien que seguramente estaba tan apegada a su hijo que la vería como una intrusa pero bueno, luego lo olvidaba y miraba aquí y allá, las cosas que sólo había visto como parte de algo lejano y por supuesto más que ajeno a ella y a su vida como la conocía.

Todo estaba bien, ella creía que estaba todo bien mejor dicho pero los detenían y cuando el soldado novedoso le hizo aquella pregunta, volvió a darse cuenta de lo difícil que era estar junto a él, de lo mucho que podrían señalarlo y hacerse preguntas pero..., ¿no estaban en un mundo que se había dejado los estereotipos muy atrás? Eso se decía pero lo cierto es que las había mucho aún, sólo que disfrazadas. No necesitaba conocer tanto a Lambert para imaginar lo que podía estar sintiendo en ese momento. Tomó su mano entrelazando sus dedos, sonriendo como una chica que había tenido una noche maravillosa como realmente le había pasado.

-Está todo perfecto, mi novio y yo vamos a ver a su madre.

Bueno, otro título podía darle pero ese le pareció correcto para terminar con las suspicacias. Tal vez luego se disculparía por si acaso él se sentía incómodo con esa etiqueta pues sólo habían pasado una noche juntos pero no iba a decirle eso al soldado. Dora sonrió sin soltar la mano de Lambert.

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30/09/2016, 15:28
Phillipe Marquand
Sólo para el director

-Bueno, no te preocupes. De momento lo único que hechos hecho es pasarnos el día en la cama viendo pelis antiguas. Te prometo que tendré cuidado. Y aunque no salga nada de eso, por lo menos tendré una buena pareja de baile. ¿Te imaginas que acabamos haciéndonos profesionales? Sería gracioso...

Svetlana miró a Phillipe con cara  de "te acabo de decir que no te hagas ilusiones y ya estás ehcándote el cuento de la lechera con esa chica".

-Sí, sí... Ya lo sé. Tendré cuidado. Tienes razón. Seguramente sólo quiere ser un rollo que durará lo que dure y ya está. Por lo menos espero que dure mientras dure la competición, como se largue a mitad me fastidiará la función.

Pero Phillipe no se quitaba de la cabeza las últimas palabras... ¿Y si se hacía profesional del baile? Le gustaba y tal... Y mejorar y dedicarle tiempo es algo que deseaba. Sin embargo, estaba su antigua ilusión, de poder entrar en el ejército. ¿Cómo se iba a sentir su madre si no lo hacía? ¡Ella, que había llegado a ser sargento primero antes de licenciarse! ¿Podría llevar ambas vidas?

De repente se imaginó vestido de militar bailando sokkie. La escena mental fue tan ridícula que no pudo evitar reírse solo.

Svetlana no pareció extrañarse de la repentina carcajada. Era normal que Phillipe se hiciera pajas mentales.

-¿Cuánto queda para volver al curro? No me apetece nada... Tengo el cuerpo hecho trizas por el fin de semana y justo tenían que mandarnos reparar el revestimiento. Empiezo a echar de menos los días donde sólo había que medir niveles de radiación y me quejaba de lo aburrido de no hacer nada.

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01/10/2016, 09:36
Jason Kelly

Un relajante lunes después de haber trabajo el domingo. El trabajo era el trabajo, pero a veces era más agradecido que otras. No era lo mismo ir a bailar sokkie con una chica joven y que ello desencadenara una buena dosis de placer que ir a una fiesta de gente estirada y tener que alimentar el morbo de una señora desagradable.

Se olvidó del tema en cuanto acabó ese día, pero quería darse unos caprichos para sentirse mejor. Ir de compras era una actividad esencial en los ratos libres de un acompañante: tenía que cuidar su aspecto y encontrar la ropa que mejor lo sentara y más músculo pudiera marcar. No siempre podría estar con mujeres y hombres interesantes y apasionados, pero con un buen aspecto atraería a una mayor variedad de clientes.

Recibió un mensaje inesperado y se quedó quieto donde estaba mientras lo leía. ¿Le había dado el número a Emily? ¿Por qué había hecho una estupidez como ésa? Su filosofía le obligaba a separar el trabajo de su vida diaria. Aun así, ella era una chica muy mona, y en verdad no había disfrutado tanto con alguien en mucho tiempo. La noche del viernes había sido un buen cambio en su rutina.

Jason: ¿Qué tal?

Le escribió. Movió los dedos en el aire mientras pensaba qué más decirle. No había pensado activamente en lo del concurso, pero la idea le rondaba la cabeza constantemente.

Jason: Claro, me apetece ese café. ¿Te voy a buscar?

Sonrió con malicia. Hacía tiempo que no hacía algo así, al menos no fingidamente, y menos con una chica joven. Tenía la oportunidad de pasárselo aun mejor y no la desperdiciaría.

Notas de juego

Perdón por tardar tantísimo. Volvamos al ritmo normal :)

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01/10/2016, 21:47
Director

El soldado miró a su compañero y éste hizo un gesto extraño. Entonces se dieron cuenta de que ese compañero era una mujer, por la voz que sonó por el altavoz. "Las cosas del querer", dijo. Hicieron un gesto indicando que podían proseguir, y pudo retomar la conducción del automóvil. Lambert la miró un momento, antes de reemprender la marcha. No sabía muy bien si había sido una estrategia para solucionar aquella tensa situación o era algo que ella pensaba. O una combinación entre ambas.

Sonrió y reemprendió la marcha, saliendo de un largo túnel. Allí, la luz del día, que aunque era invernal lucía con mayor intensidad que el simulacro de sol dentro de la arcología. Le llamó la atención ver todos aquellos edificios, los situados inmediatamente más allá de la cúpula. Sabía que lo llaman "perímetro de incertidumbre", y que los militares patrullaban la zona, pero que también estaba permitido que los ciudadanos formaran milicias locales para defenderse. Fuera de los muros de la arcología los permisos de armas eran diferentes. Dentro, solo podías comprar una pistola si no eras de las fuerzas del órden. Fuera, podías adquirir fusiles de asalto e incluso granadas.

En efecto vió gente que paseaba con armas en sus cartucheras, mirándoles al pasar. Pequeños grupos paramilitares con vehículos y ametralladoras, vistiendo una especie de pseudouniformes en plazas y otros lugares comunes. En general, nadie se preocupaba allí por que el sitio luciera bien, o se mantuvieran los parques bonitos. Era una selva de hormigón y polímero barato que lindaba con la naturaleza más salvaje. Solo las autopistas fortificadas, las comunidades extramuros y las cúpulas de producción de alimentos salpicaban el paisaje. La naturaleza había retomado el resto.

El coche se detuvo frente a un bloque de pisos a la antigua usanza, como los del nivel 1 de la arcología. Tenía una verja exterior con alambre de espino rematándola, por que según había oído ahí fuera nadie podía garantizarte que ningún pequeño "ser" no merodeara por la noche. Lambert aparcó el coche, bajó y abrió la verja. Inmediatamente, un perro se le echó encima. Pero no para moderle, si no para saludarle muy contento.

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01/10/2016, 22:03
Zuzu

Parecía contenta por que se subía sobre sus patas traseras y meneaba mucho el rabo. Ladraba, mientras su dueño la acariciaba en la cara y el hocico.

-¿Como está mi chica, como está?

La acompañó al maletero, donde había unas bolsas. De una de ellas sacó una de esas salchichas para perros, y se la dió de comer. Luego tomó el resto de las bolsas y la miró, sonriendo.

-Zuzu, es un amor. Ven, mi madre estará esperando.

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01/10/2016, 22:09
Samantha Walker

Subió las escaleras, pues no había ascensor. Un segundo. Todo tenía un aspecto viejo, aunque su construcción fuera relativamente reciente. Una puerta pesada, con refuerzo de acero, enmarcada en una pared de hormigón. Aquella gente pensaba ante todo en la defensa.

-¡Hola mamá! -dijo Lambert al abrir.

Al entrar, olor a comida. Parecía algo hecho con pescado, aunque también podía oler cosas más familiares como el puré de patatas. Se fijó en la decoración de la casa, llena de recuerdos de una vida en el viejo mundo, en una de esas famosos pueblecitos de casitas unifamiliares con jardín. Un mundo que ya no existía. Un cuadro en el salón recordaba a un héroe de la Primera Guerra Arcanotec, su padre, con una foto en uniforme de gala y una medalla concedida a título póstumo. Por lo demás, era una casa bastante acogedora, familiar. Tenían calefacción eléctrica y una instalación de gas propano (si, había gente que todavía usaba esas cosas).

-Que tarde, ¿Te han parado otra vez?
-Si, en un control. Ya sabes, lo típico.
-¿Has traído la carne?
-Si, aunque estaba cara. Ahora hay mucha demanda con los refugiados.
-Te he dicho cien veces que te vayas a la cúpula directamente. Los pequeños productores la venden más barato.
-Ya, pero estaba trabajando...

Se quedó en el salón mientras escuchó la conversación, sin saber muy bien si presentarle o acompañarle. Al asomarse, se fijó en que él tenía el típico cuarto de soltero, algo desordenado y con detalles de su juventud.

-Te hacen trabajar mucho y te pagan poco.
-Bueno, si hubiera ido a la universidad quizá ahora sería ministro.
-No, de todo menos político. Anoche no viniste. ¿Saliste de fiesta?
-Si, bueno, pero... en realidad.

Su madre salió de la cocina con el delantal puesto y se encontró con ella. Se la quedó mirando con una sonrisa, y ella pudo apreciar que llevaba una peluca puesta. Posiblemente la radiación había arruinado su pelo.

-Lambert, no me has dicho que venía alguien más a comer.
-Si, bueno, ella es...
-¿Es la chica de la que me has hablado ésta mañana?
-Si...

Ella se acercó y le dió un beso en la mejilla. La apreció un instante, complacida. Su hijo merecía la mejor y ella parecía una chica muy guapa y de posibles. Nunca, o casi nunca, le hablaba de sus escarceos. Cuando lo hacía es que él creía que ella era "la apropiada".

-¿Como te llamas, encanto?

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01/10/2016, 22:32
PCPU

Un mensaje en el PCPU. De mientras, la escuchaba a ella hablar.

-Vale, vale. Lo pillo. Pues, la verdad es que éstas son las tareas de nunca acabar. Ya sabes, siempre que se sale aquí afuera aprovechan para mandarte 400 mierdas diferentes. Por la radiación y eso, aprovechan al máximo a los que sacan. La verdad es que no es para tanto, últimamente apenas hay un poco más que ahí dentro. Son unos catastrofistas. Hay mazo de gente viviendo fuera, cerca de la cúpula, en ese asentamiento. ¿Como lo llaman? Melb Town o algo así. Tienen una milicia de defensa, o eso he oído.


Un emoticono gracioso, y unas frases de ella.

-Me tienes abandonada, Phil.
-Tengo una enorme duda que espero que tu puedas resolverme.
-Estoy entre Star Trek The New Generation o Battlestar Galáctica de 2004.
-En realidad me pregunto cual te verías primero en mi casa.
-¿A que hora sales de trabajar?

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01/10/2016, 22:40
Emily Sawyer

"¡Claro!". Le dió la dirección, y él pensó en qué demonios estaba haciendo. ¿Quería solo una posible relación sexual con la que podía ser su compañera de baile en el torneo?, ¿o quizá era algo más? El caso es que no se hizo muchas preguntas. Compró los pantalones y un suéter, tomó un bus de módulo-A para llegar a una de las urbanizaciones más concurridas del nivel 2, Prahran.

Allí siguió la dirección indicada por el PCPU hasta llegar a una plaza pequeña, donde había uno de esos servicios de alquiler de bicicletas y un puesto (ahora cerrado) donde vendían perritos calientes. Emily estaba sentada en un banco, a pesar del frío, y al verle llegar se levantó con una inmensa sonrisa. Parecía feliz de que hubiera ido, y se acercó a él con una sonrisa. No supo muy bien qué debía hacer, si darle un beso o simplemente acompañarla. De cualquier modo, la barrera teórica había sido rota en el cuarto oscuro del Meerkat, pero con una chica nunca se sabe.

-¡Hola Jason! -dijo con una sonrisa.

Señaló con la mano enguantada pero con el dedo desnudo.

-Hay una cafetería molona ahí abajo. Vamos, si quieres.

La acompañó. Se la veía vergonzosa, aunque contenta. Él no pudo evitar que en su alma fuera prendiendo una cálida llama, contagiado por el inocente amor de aquella chica. La cafetería era un lugar chic, muy del gusto de la juventud y especialmente de la comunidad xenomezcla.

Ella pidió uno de aquellos cafés con poco café y mucha leche, y esperó a que él pidiera algo para sentarse frente a frente. Le miraba mucho, como si vigilara sus reacciones, o se preocupara por ellas. Posiblemente estaba nerviosa por que no sabía si lo suyo había sido un rollo de una sola noche o podía aspirar a algo más.

-¿Has pensado algo sobre el campeonato? Chloe me ha dicho que me prestaría dinero para la inscripción, y la verdad es que me gusta la idea. Pero tendríamos que practicar mucho, y no se si tu trabajo te dejará tiempo. ¿Trabajas, no? No te pregunté en qué.

Alerta roja. La gran pregunta. ¿Mentir o ser excesivamente sincero?

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02/10/2016, 00:23
Dora Maxwell

La verdad era que cuando los dejaron ir sintió un cierto alivio, en realidad todo era tan nuevo para ella como para él o al menos eso suponía. Poco después que les dieron permiso de irse, se giró a mirarlo intentando averiguar si es que ella no era la única en esa situación pero como siempre le decía su madre: "No compres cuentos en idiomas que desconoces" y eso era lo mejor que podía hacer al respecto. La mayor parte del viaje, Dora ib mirando afuera y preguntándose cómo sería esa vida y también convenciéndose de que no, ella no podía vivir así por más que quisiera. Su corazón por momentos se sobre saltaba como una alarma, era inhumano vivir así pero no dijo nada porque no lo quería hacer sentir incómodo por vivir en un sitio así o sólo por llevarla, se supone que debería estar agradecida porque él había decidido llevarla con él. ¿Cuánto hacía que se conocían? ¿12, 24, 28 horas? Tal vez pero parecía que se conocían de toda la vida.

-Pobre, vivir esto cada día.

Por momentos se olvidaba de la situación afuera para pensar en la situación de ellos, si era una locura ya estaba hecha y consumada, sentía algo que no se explicaba y que la llevaba a, precisamente, estar allí con él y hacer ese viaje absurdo pero se lo debía a Lambert y en el fondo sabía que a ella también, no toda la vida podía ser la mujer fría en la que se había convertido, ¿o sí? ¿Y si él le rompía el corazón? ¿Si estaba usándola y ella no se daba cuenta por todas esas nuevas sensaciones que él le aportaba a su vida? No, eso no podía ser, ella lo había buscado a él, el encuentro había sido fortuito y él no había pedido nada, incluso cuando ella le ofreció pagarle por bailar, él se negó. Se regañó a sí misma por pensar esas cosas y justamente llegaron. Miró la casa, nunca en su vida, además de en las pantallas con sus documentales, imaginó que podría ver una así directamente. Cuando la perra salió y saludó a Lambert, se dio cuenta que era importante para él tenerla y sonrió pero lo cierto era que tenía el estómago en un nudo.

-Tómalo con calma, sólo es su madre...

No era eso sólo, era también que no estaba acostumbrada a esas cosas y aunque iba mirando los detalles a su alrededor, así como el olor de la comida que había en la casa, eso no evitaba que siguiera caminando como una adolescente, algo temerosa, no sabía qué podía pensar la madre de Lambert al respecto o qué iban a decir aunque eso le quedó más o menos claro cuando la mujer apareció ante ellos luego de hablar con su hijo como si no hubiera nadie más allí y es que era evidente que no la había visto. Cuando dijo que si era la chica de la que le había hablado, echó una mirada a Lambert y luego sonrió saludando a la mujer, aunque estaba helada de pies a cabeza. Se daba cuenta que ella también quería eso, ser y pertenecer, tal vez era algo que tenía que ver con las raíces del ser humano pero lo deseaba, Jarvis y Chloé habían sido su familia pero tenía que ser honesta consigo misma, era aquello lo que necesitaba.

-Dora Maxwell... Dora y es un placer, señora.

Le sonrió y luego le lanzó una mirada de reproche a Lambert pero con una breve sonrisa por lo cual él podía darse cuenta que no estaba realmente enojada por haberle hablado de ella a su madre.

-Si hay algo en lo que pueda ayudar...

¿En qué iba ayudar? Todo lo hacía Jarvis o ella compraba pero le había salido del alma ofrecerle su ayuda. Era una pena que estuviera enferma pero a pesar de ello se veía que había sido una mujer guapa y además, contrario a lo que ella había ido pensando por sus estúpidos prejuicios, no era una mujer ignorante sólo no había tenido suerte.

-Gracias por recibirme, su hijo habla muy bien de usted.

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02/10/2016, 06:24
Samantha Walker

Parecía nerviosa. Entendía que se conocían de hace nada. De todas maneras, se la veía una chica de ciudad, una chica "muy" de arcología. Todo aquello sería nuevo para ella, pero los que vivían fuera y les gustaba hacerlo apreciaban la sensación de auténtica libertad que daba vivir bajo el cielo y no encapsulados bajo acero y plásticos modernos. En cierto sentido, le daban algo de lástima aquellas personas que habían perdido la noción de lo que nos hacía auténticamente humanos: la libertad.

-¿Hacer? Bueno, siempre hay cosas que hacer. Puedes abrirte una cerveza, ayudarme a llevar unos platos o hablar con mi hijo. Se va a poner en la barbacoa, como hacía su padre.

En realidad, aquello no había cambiado. Los australianos seguían adorando sus barbacoas. Era casi como una religión, un deporte nacional. Ella sonrió.

-No te preocupes, la casa tiene un revestimiento NBQ que protege de la radiación. Todas las casas de por aquí lo tienen, excepto las más baratas, las chabolas y eso.

Caminó hacia la cocina y ella la acompañó. Lambert estaba sacando carne de unas bolsas de papel y se proponía cocinarla bajo la campana de un extractor de humos.

-Mi hijo también me ha hablado bien de ti, aunque poco. No te preocupes, tenemos tiempo para conocernos. ¿Mmm?

Le acarició el mentón a su pequeño y le dijo algo.

-Deberías sacarla a dar una vuelta luego. Al valle de Yarra, al bosque y el río. Que vea un poco de verde, de auténtico verde.

Apiló unos platos antes de pasárselos.

-¿Es la primera vez que sales de la arcología, Dora?

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02/10/2016, 06:34
Lambert Walker

Se mantenía atento a lo que estaba haciendo, pero vigilaba que ella estuviera bien. Que no pasara un mal rato. Encendía el carbón y lo dejaba arder. La buena barbacoa se hace con las ascuas del fuego, los rescoldos, y no con el fuego vivo. Carne, sal y algunas especias, pero pocas. Su padre también hacía salsas, aunque él no tenía tanta mano con eso, las compraba ya hechas o mezclaba varios ingredientes industriales.

-Mamá, no la atosigues con preguntas.

Ella se giró a mirarle.

-No la atosigo.
-Ya sabes a que me refiero.
-Si, lo se.
-Además tenéis que salir, no te quedes aquí todo el día por mi.
-Es tu cumpleaños.
-Si, pero sois jóvenes.

Se miraron un momento. Se notaba que a él le gustaba aprovechar el tiempo que estaba con su madre, que la quería mucho. Pero justamente su madre quería que ella no fuera la única mujer de su vida. Que dejara de ir de un lado para otro preocupándose tanto por ella, y que se preocupara más en si mismo, en encontrar su propia felicidad.

-Bueno, tienes razón. El valle es muy bonito. Seguro que le gusta ver la naturaleza de verdad, respirar aire puro, ver los animales...

Tomó un trozo de costillar y lo echó a la barbacoa.

-Una de las cosas buenas del Apocalipsis es que el mundo ahora es más ecológico. Más salvaje. La verdad es que vivir aquí fuera tiene sus cosas buenas.

Ella no lo veía, en verdad. Pero no quería discutir con ellos sobre las excelencias de la vida bajo una cúpula. Iba a parecer la típica pedante urbanita.