Partida Rol por web

Sokkie Heroes

La fortuna favorece al audaz (Escena II)

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02/10/2016, 07:31
Dora Maxwell

Dora sonrió, la mujer la hacia sentir cierta tranquilidad y se lo agradecía aunque tal vez nunca sería suficiente.

-Tomaré dos, así le llevo una a Lambert. Y también la ayudaré con los platos.

De alguna manera se sentía mucho más útil que en el trabajo, bueno, tampoco era tan difícil pero era una buena manera de comenzar. Sacó las cervezas y las cogió con una sola mano, con la otra llevó los platos. En realidad no estaba preocupada por la radiación, no porque no le importara sino porque se le habia olvidado con los nervios pero ahora que lo sabía se sentía tranquila al respecto.

-Estoy bien pero gracias. Bueno, espero que sean cosas buenas pero seguro tendremos tiempo.

Eso significaba, en su cabeza al menos que ambos pasarían mucho tiempo juntos y aunque le hacía ilusión, también la asustaba un poco.

-Pues en realidad sí, es la primera vez... Yo no había tenido la oportunidad.

Fue a donde estaba Lambert, dispuso las cosas en la mesa y le dio una de las botellas. Luego acomodó los platos como su sentido común le decía más que nada y entonces los escuchó, no quería interrumpir porque además de que le parecía de mala educación, le resultaba una estampa tan tierna.

-No me atosiga, Lambert. Deja que pregunte, sólo así nos conoceremos, hombre de la barbacoa.

Dora sonrió y le dio un sorbo a su botella, la verdad que el lugar y la compañía eran agradables.

-Yo creo que su hijo estaba muy interesado en venir a su cumpleaños, ya me llevará en otra ocasión.

Jamás se le habría ocurrido pasar un día de descanso allí, en un lugar tan lejano a su mundo. Un mundo tan distinto y al mismo tiempo tan real, no podía negar que estaba asustada pero más que nada de sus propios sentimientos.

-No sé si estoy preparada para ver los animales en su estado más salvaje.

Sonrió y se acercó a ellos, esa sola frase y verlo allí tan propio le dieron ganas de besarlo pero no se atrevió estando la madre ahí. Entonces recordó lo que le había contado de su enfermedad, deseaba ayudarlos pero no sabía cómo, quizás podía pedir favores o utilizar lo que veía para conseguirle algo mejor y también con eso podía echar a perder todo entre ellos, si algo tenían en común es que eran ambos orgullosos.

-Huele bien, la verdad es que tengo hambre.

Era mejor no pensar en nada más en ese momento.

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02/10/2016, 20:29
Jason Kelly

Cuando llegó y vio a Emily, otra vocecilla dentro de la cabeza de Jason le advirtió de que se estaba metiendo en problemas. Él no había tenido nunca una relación estable: su trabajo era lo que era y la relaciones personales no eran más que pura superficialidad para él. Algo triste, sí, pero nunca había pedido mucho más. Desde joven, casi rayando en la edad legal, había trabajado en este mundo. De adolescente había tenido algún que otro rollo y había probado cosas distintas, pero... Nada serio.

Se plantó delante de ella y por primera vez en mucho tiempo no supo qué hacer delante de una persona. Por suerte, no hubo ningún movimiento incómodo. Lo mejor era que todo fluyera lentamente, evitar situaciones indeseadas. Claro que estar allí ya rompía con ambas premisas.

Hola, Emily.- respondió intentando usar un tono menos sensual del que estaba acostumbrado a utilizar.

La siguió tranquilamente, a su lado pero sin tocarla. Realmente estaba nervioso, no por estar con ella sino por las implicaciones de ello. Al llegar al café, se pidió un café cortado. Salió el tema del campeonato y él empezó a asentir automáticamente. Sí que tenía ganas de participar. Y entonces casi se ahogó con el café cuando salió la pregunta. Pensó rápidamente en algún tipo de trabajo cuyos horarios fueran parecidos a los suyos...

Soy vigilante nocturno en una oficina del Ministerio de Información.- mintió.- Pero puedo elegir turnos, así que podría acomodarme a los horarios del concurso. Me encantaría participar, y más si es contigo.- sonrió y se arrepintió de seguir flirteando con ella. Bebió otro sorbo del café para obligarse a sí mismo a callarse.

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02/10/2016, 22:16
Phillipe Marquand
Sólo para el director

Contesto al PCPU mientras escucho a Svetlana.

-¿En tu casa? Battlestar Galáctica, sin duda.

-Acabaremos en unas horas.

-Creo que para las 20:00 habremos acabado.

-Te aviso al salir.


Tras responder, volvió a la conversación.

-¿Hay un asentamiento tan cerca de la cúpula? No lo sabía. ¿Y tienen una milicia y todo? No creo que puedan hacer gran cosa en caso de ataque sin mechas de asalto... Espero que tengan algún sistema de evacuación para entrar en la cúpula o durarán poquito. No acabo de entender a la gente que vive fuera de cúpulas en una zona tan cercana a los de Dagon y los malditos bichos. En mi tierra, en Nueva Orleáns, prohibieron los asentamientos alrededor de la cúpula cuando comenzaron a atacar la Orden de Dagon. Bueno, dicen que algún redneck vive en los pantanos, pero nadie se mete a comprobarlo. Mi madre nos asustaba de pequeños con historias de "hombres pez" surgiendo de los pantanos. Cuando fuimos con el colegio de excursión al pantano, casi me da un ataque.

Le miró con expresión divertida, como diciendo "qué mono".

-¿Qué? Era un crío. Lo peor es que efectivamente de vez en cuando sale algún pez de los pantamos. Siempre hay soldados patrullando por ahí en sus plataformas-D.

Se quedó pensativo un rato, recordadando su antiguo miedo al pantano y a las cosas que habitaban bajo su superficie...

- Oye, sabes que siempre te hablo de que nunca pude ser soldado y tal... En unos meses podré arreglame los ojos y entonces tandré permiso sanitario para entrar en el ejército. ¿Crees que debería? Me refiero a que aunque dejan alistarse hasta los 35 años... No sé. Quizás ya no valgo para lo que quería hacer. He visto cómo han acabado algunos soldados. Como cabras. No sé. ¿Tú que piensas? Venga, mójate un poco, sólo te pido tu opinión, no es que vaya a seguirla ni nada parecido.- Contestó con cierto cariz divertido para relajar la posible tensión por una pregunta así.

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02/10/2016, 23:10
PCPU

Krys: Aquí te espero ;)

Le dió la dirección de su casa. Era un buen barrio, cerca de la Colonia Rockefeller en el nivel 2. Nada que ver con la zona donde él vivía.

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02/10/2016, 23:12
Svetlana Urimovich

Seguía con sus macarrones, aunque ya quedaban pocos. Era increíble todo lo que podía comer aquella chica. ¿Donde lo metía? Definitivamente un metabolismo raro. Le miró cuando dijo aquello primero y sonrió.

-Bueno, hay muchos refugiados desplazados por la guerra que no pueden pagar ni una vivienda subvencionada dentro de la arcología. Agotan el tiempo de las prestaciones sociales... luego buscan suerte en el campo. Aparte de las fábricas, que requieren cualificación, los domos exteriores de producción agrícola buscan ahora más mano de obra.

Se rascó una ceja y siguió explicando.

-Además está la gente que tiene el síndrome claustrofóbico ese. Conocí a uno. Hay unos fármacos para paliarlo, pero el tratamiento no lo cubre la seguridad social. Es decir, existe una cura, creo que mediante... ya sabes, magia. Pero es cara. Y ésta gente los usan en la ciudad como trabajadores no cualificados y ciudadanos de segunda clase. Es una historia triste pero, en fin, hay demasiadas historias tristes como para que el gobierno se preocupe por integrar a una comunidad tan minoritaria. Además, a los ricos siempre les han venido bien esa clase de gente para que les hagan de sirvientes en sus casas y les desatasquen las fosas sépticas.

Carraspeó.

-También están los locos, he conocido alguno. De esos que dicen "la gente se ha ido a la ciudad, ahora el campo es mío". Esos que tienen su granja, su fusil y un perro. Un clásico. En Estados Unidos hay muchas comunidades de interior así. Pero claro, ésto es Australia. En el interior hay un desierto... imagino que quizá los aborígenes.

Vaya rollo le había soltado. Y luego él le preguntó sobre aquel tema tan personal mientras ella miraba la hora y sabía que el tiempo del bocata estaba tocando a su fin. Pero la cuestión era importante, relevante para Phil. Ella le consideraba su amigo, no solo un compañero de trabajo, por eso se tomó unos minutos para responderle. Hasta dejó la comida a un lado. Eso es que le concedía al asunto gran importancia. Le miró.

-Pues, es muy sencillo, en realidad. La gente suele basar la felicidad en metas. Ya sabes: formar una familia, tener un buen trabajo, ganar medallas en el ejército, etc. Tu te habías marcado esa meta, pero la verdad es que la vida es muy cabrona. Es decir... la vida es lo que pasa mientras haces tus planes. Quizá ahora descubras que puedes sentirte realizado de otra manera, aunque no sea el baile propiamente dicho. No se. Eres bueno con la informática. Quizá puedas hacer algo notorio en ese campo. O te conviertas en un bailarín legendario, que se yo.

Se rascó de nuevo la nariz. No tenían ganas de salir fuera y volver a pasar frío. Pero el trabajo era el trabajo.

-La pregunta que debes hacerte, de aquí a que... no se, puedas conseguir el dinero de ese premio es: ¿Voy a ser feliz pegando tiros en la cabina de un mecha? Al final se trata de eso. De ser felices, de sentirnos útiles, realizados. Hay muchos soldados, aunque siempre hacen falta más. Yo quiero pensar que eres de otra clase. Es decir, en el ejército solo te vería de oficial. Eres un tío inteligente, con inquietudes, que reflexiona. Si te alistas como soldado ya sabes que será todo obedecer órdenes, por chorras que sean, pasar la mopa y no contestarle jamás al sargento. No tengo muy claro que te vayas a sentir realizado o valorado con una vida así. Pero bueno, es tu vida... en ella solo mandas tú.

Le dió una palmada en la pierna y se levantó del asiento, estirándose.

-Bueno, sigamos haciendo éste magnífico trabajo que nadie valora. Jejejejejeje. Menos mal que tengo a mi niña, si no... me echaba al monte como los locos esos.

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02/10/2016, 23:31
Emily Sawyer

Primera mentira. ¿Estaba bien basar una relación en mentiras? Quizá no, pero no podía decirle. "Mira, fuiste una clienta pero me gustas". No. No a la dulce Emily. No cuando tu mismo estás empezando a sentir algo. Tomó la taza de café, pero él no bebió mucho. Ya estaba lo suficientemente nervioso. Ella lo miraba, lo veía... algo raro. Esperaba que no por que le quisiera dar calabazas o algo así.

Pero cuando contestó lo del concurso ella dió un par de palmadas, que debido a los guantes no sonaron. Sonreía, jovial.

-¡Bieeeen! Seguro que nos lo vamos a pasar genial. Gracias.

Bebió y hablaron de tonterías. De las series que le gustaban, de qué carrera quería hacer ahora (nanotecnología), del tema de sus ex-compañeras de instituto y lo mucho que se metían con ella. Él se inventó algunas anécdotas de su supuesto trabajo. Hablaron distendidamente hasta que se hizo tarde, y ella miraba a cada poco la hora en el reloj.

-Tengo que volver a casa...

Imaginaba que eso quería decir "a casa de sus padres". Tenía la edad de comenzar a emanciparse, pero todo iba a depender de si iba a tener una habitación en el campus de la facultad o seguía en casa de los papis. El asunto le pareció un tema que él ya había arreglado desde hace bastante tiempo. Un posible handicap.

En éstas reflexiones se encontraba cuando ella se acercó y le miró. Parecía que había estado eludiendo la cuestión hasta el final. Hasta que tuvo que irse, y no supo muy bien si callar o decir algo.

-Ya que vamos a bailar juntos... -apoyó una mano en su pecho- Tengo que decirte algo.

Hizo una pausa, sus ojos estaban clavados en él, y Jason sintió el vértigo propio del frenesí del amor. Quería cogerla entre sus brazos y comérsela a besos. ¿Que clase de locura era aquella? El chico duro y descreído estaba cayendo bajo la flecha de Cupido.

-Me gustas... -susurró.

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02/10/2016, 23:42
Director

Fue una bonita comida familiar. Pescado al horno, patatas, carne a la brasa, cerveza. Las típicas anécdotas sobre cuando él era pequeño, que seguramente le avergonzarían. Conversaciones sobre lo bonito que era el mundo antes de todo aquello, pero las buenas cualidades que había ganado la humanidad cuando se la había enfrentado a la extinción. La gente se preocupaba más el uno del otro, el fin del racismo, la ecología, la sensación de que todos somos parte de una misma familia...

Comieron y bebieron, quizá un poco más de lo que convenía. Y luego se tomaron un café, mientras él se duchaba, y su madre se sinceró con ella. "Lambert es muy buen chico pero está demasiado pendiente de mí. No ha querido tener una relación más seria con una chica por que eso le obligaba a pensar en otras cosas, en una familia, en si mismo. Está ahorrando para pagarme esa operación, pero yo no lo deseo. Quiero que ese dinero lo use para pagarse la suya, perder el síndrome y poder ser un ciudadano censado dentro de la arcología. Quiero que tenga un futuro mejor, y sea feliz. Se lo merece".

Con ese pensamiento, ella se despidió de su madre. Él cogió una pistola que tenían en casa, "por si acaso" y la metió en la guantera del todoterreno. Luego emprendieron el camino a través de una autopista fortificada, tapizada como suelen por estaciones de combustible y pequeñas bases policiales. Luego se desviaron, tomaron un camino secundario, no fortificado.

No sabía que había tanto bosque más allá de Melbourne, pero lo había. Era bello, aunque no podía evitar estar algo asustada. Historias sobre criaturas merodeando por allí... los urbanitas tenían sus propios mecanismos para no interesarse por el mundo fuera de la cúpula. Pero por mucho que miró, no vió nada extraño, solo animales normales, propios de la tierra.

Y llegaron al valle. El sol lucía más apagado en aquella época del año, dando un aire nostálgico. El bosque mostraba tonos rojos y ocres. Ante ella, un antiguo orgullo de Australia, un valle vitícola salpicado de cavas y propiedades agrarias. Había movimiento allí, humanos. Gente que vivía atendiendo las viejas granjas, aunque eran pocos. Vieron un tractor dedicado a sus tareas, dos niños en la lejanía, jugando con un perro. Allí solo había silencio, ruidos propios de la naturaleza, el zumbido lejano del tractor.

Detuvo el coche en una carretera flanqueada por altos árboles, y afuera se escuchaba el rumor del río. La miró con una sonrisa, abriendo la puerta del coche por su lado. "Coge la pistola" le dijo, y esperó a que ella saliera. Estaba algo nerviosa, pero no quería que la llamaran miedica. Salió finalmente, con la pistola en el bolso, tomó su mano y caminaron carretera abajo. Había que admitir que era una delicia, sentir el aire real meciendo tu pelo, el sol auténtico acariciando tu piel. Te hacía sentir vivo, en paz con la naturaleza.

Se acercaron a la orilla del río, que discurría tranquilo. Unos patos dedicados a lo suyo, las huellas de unos pequeños "diablos de tasmania" que tenían allí cerca su guarida. El rumor del agua, que tenía peces dentro. La vida había vuelto a retomar los alrededores de la arcología, y merecía mucho la pena verla. Le estuvo enseñando cosas. Entre ellas, bichos. Dentro de la arcología apenas había insectos, solo los típicos del mundo urbano, pero allí fuera había de todo: mariposas, cienpies, libélulas... Era un pequeño mundo.

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03/10/2016, 00:03
Lambert Walker

Se sentaron en el suelo. El auténtico y genuíno suelo. Estaba algo frío, aunque allí afuera, no como en la arcología, se disfrutaba de un microclima todavía otoñal. Con la espalda contra el tocón de un árbol y él abrazándola por la cintura. Cerraron los ojos, escuchando como el aire mecía las hojas de los árboles. Una auténtica sensación de bienestar y paz.

-Gracias... -dijo, de repente- Se que te he pedido algo muy raro. Lo de mi madre, digo. Pero para mi es importante que ella no se preocupe tanto por... bueno, por mi. Siempre me dice que me hace falta conocer a una buena chica.

Tomó su mano, entrelazó sus dedos con los de ella.

-Y ya la he conocido.

Ella se giró a mirarle, y él acarició pelo con la otra mano. Dora hizo lo propio, acariciando su rostro.

-Deberás creer que estoy loco, pero... Me estoy enamorando de ti, Dora.

Hubo un silencio. Se miraron. La única respuesta vino en forma de beso. Un beso dulce, que se convirtió en crecientemente pasional.

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03/10/2016, 01:12
Dora Maxwell

Hacía mucho tiempo que no se sentía así, es decir, lo pasaba bien, no era una chica amargada pero así, como en casa de Lambert jamás. Además, la manera en que Samantha se había sincerado con ella le había hecho sentir aún mejor, claro, la cerveza tenia mucho que ver. Y aún así, ella también estaba de acuerdo con Lambert: ella tenía que operarse y esa era una razón más para entrar en el concurso pero mientras ella pensaba en eso y el camino se hacía distinto, sus pensamientos cambiaban rápidamente. ¿Y si salía alguna animal salvaje? No, tenía una seguridad en que él no dejaría que le sucediera nada. Todos esos miedos de chica de la Arcología quedaron atrás cuando cambió o al menos para ella lo hizo. Sentir el sol entibiando su piel, el fresco clima otoñal al natural, no un invento y ese ruido de la naturaleza que era tan ajeno a ella.

-Vaya, si que esto es mejor o casi...

Se rehusaba a dejarse llevar por lo que sentía, a aceptar que aquel mundo tan lejano al suyo también estaba bien pero no podía ser tan fácil como no podía ser tan fácil que se involucrara con Lambert de esa manera tan intensa sin poner reparo alguno pero no quería pensar más. Quería disfrutar de su compañía, de su calor y cuando se sentaron, esa posición le permitía escuchar el corazón del muchacho y por estúpido que fuera, era ese latido el que la hacía sentir viva.

-No tienes que darme las gracias, tu madre es estupenda y lo pasé muy bien.

Miró sus dedos entrelazados y escuchó atentamente lo que le decía, no le sorprendió porque ella se sentía exactamente como él pero no estaba lista para decirlo en voz alta, al menos no aún pero no todo en la vida eran palabras, al menos no entre ellos y con los ojos brillantes, Dora giró el rostro y lo besó. Al principio el beso era eso solamente pero poco a poco se convirtió en una declaración de intenciones. Aquel beso fue convirtiéndose en algo más apasionado, tanto que la pelirroja se dio media vuelta y se sentó a horcajadas sobre él.

-No sé qué hiciste pero me pasa lo mismo que a ti, así que somos dos locos...

La voz de la chica era ligeramente ronca y suave al mismo tiempo pero no habló mucho mas, volvió a atacarlo, besarlo, encontrar su lengua y retirarse en busca de su cuello, disfrutando de él de una manera que hacía imposible que no les subiera la temperatura. Metió las manos entre ambos y sin quitar los ojos de los de él para que la detuviera si no deseaba lo mismo que ella pero si no lo hacía, abriría sus pantalones sin que nada la detuviera.

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03/10/2016, 04:34
Director

Y allí estaban, siendo uno, y a la vez fundidos con la naturaleza. Se hicieron el amor sin prisa pero sin pausa, conscientes de que aunque estaban al aire libre, era casi seguro que nadie podía verles. Parecía uno de esos cuentos de antaño sobre princesas y caballeros, en los que la portada es un tipo fornido sin camiseta cogiendo a una damisela por la cintura. Pero ésto era una versión futurista de ese mito donde se ama intensamente, no se dice la palabra "vos" y los golpes de cintura a la hora de unirse en lo carnal distaban mucho de ser románticos y más cercanos quizá al género de la pornografía.

Y así transitaron por varias posturas y maneras, quedando satisfechos y riendo por la chiquillada. La ropa manchada de barro pero una gran sonrisa en el rostro, de vuelta al coche. Atardecía, y no era recomendable quedarse ahí fuera. Eso lo sabían bien los campesinos, que a esa hora terminaban sus faenas y se atrincheran en sus casas.

Fueron hablando tonterías, de camino a casa de su madre para dejar la pistola y coger algo de ropa para él. Escucharon música, transitaron por la carretera. El bosque estaba oscuro a aquella hora, y las únicas luces eran las de sus faros. Lambert tuvo que frenar en una curva, por que se cruzaron con un animal. Lo enfocó con los faros, y vió que no era un animal, si no una de pequeñas criaturas arcanas que merodeaban en las afueras. Los antiguos las conocieron hacía más de cien años, de forma esporádica, como "chupacabras". A pesar de sus hábitos alimenticios y hematófagos, eran criaturas asustadizas. La luz y la silueta del coche bastaron para ahuyentarla, y aunque Dora se quedó nerviosa, pusieron distancia nuevamente.

Hubo un silencio mientras conducía de vuelta hacia Melb Town, el asentamiento a las faldas de la arcología. Puso su mano sobre la de él cuando cambió de marcha, y él sonrió brevemente, dando a entender que no pasaba nada. De nuevo, los mismos paisajes, ésta vez en el camino de vuelta con una breve parada en la casa de su madre. 

De noche, y de vuelta a la arcología. La acercó allí, aunque no podía estacionar a la ciudad. La dejó cerca de donde vivía, en la Colonia Rockefeller. El debía volver por que hasta que no tratara su síndrome, no podía dormir todas las noches en la ciudad, o sufriría fuertes mareos y claustrofobia. Se despidieron con besos y abrazos, prometiendo verse al día siguiente. Quizá pudiera conseguir que durmiera con ella un día si y un día no. Pero definitivamente aquel asunto del síndrome se lo debía curar.

Caminó de vuelta hacia su casa como en una ensoñación. La ciudad a esa hora, entre semana, estaba vacía por las noches. Hacía más frío que en el exterior, y de repente se dió cuenta de que los que vivían en la cúpula, los que manejaban su clima, imponían a todos algo que no era real. Su propia planificación del mundo real.

Llegó a casa, y la sintió sola y vacía. Solo su gata le consolaba. Todas las comodidades de las que disfrutaba, el confort, la seguridad, los lujos y servicios. No le parecían nada en comparación con aquel amor que comenzaba a arraigar en su pecho. Le echó de menos, y eso que apenas habían estado unas horas separados. Era irracional, lo sabía, pero veía su cama desordenada, la tapa del váter levantada... pequeños detalles que le recordaban que él había estado ahí. Que le recordaban lo que había sucedido aquella tarde.

Se duchó y fue a la cama. No le interesaban las noticias, ni siquiera tenía ganas de comer. Quería que el día pasara, cerrar los ojos, ir al maldito trabajo, salir a su hora y reunirse de nuevo con él. Entonces, el PCPU se activó con un mensaje.

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03/10/2016, 05:04
PCPU

Lambert: Ey :)
Lambert: Ya estoy aquí otra vez.
Lambert: Oye, no te he dicho nada sobre lo del campeonato.
Lambert: Creo que deberíamos ir mañana a apuntarnos.
Lambert: Habrá que ir practicando :)

Hubo un momento de silencio. Luego volvió a escribir.

Lambert: Mañana te veo.
Lambert: Ya te echo de menos, ¿Sabes?
Lambert: Dormir solo es un coñazo.

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03/10/2016, 06:08
Dora Maxwell

Mientras volvían sólo podía pensar en esa entrega, su cuerpo, sus besos, era casi como tener una adicción y no querer hacer nada contra ella y estaba bien, ella se merecía a alguien así. Había salido con un tipo con el que creía que podía tener algo especial y había terminado tan pronto como había empezado, con Lambert sería diferente, ella estaba convencida de ello. Casi gritó cuanfo vio a aquella cosa, bueno, no es que fueran del todo desconocidos para ella las criaturas que existían en el mundo pero tan de cerca jamás había estado de uno y sin embargo, Lambert conseguía que se sintiera segura.

La vuelta a cada fue mucho más callada que la ida pero es que se tenían que separar y sólo una cosa le daba mas miedo que la separación misma: el hecho de no querer hacerlo. ¿Cuándo había estado así por un hombre? Se había limitado al sexo, a tener sus necesidades cubiertas y ya pero con él era distinto, se estaba creando un lazo al que ella temía pero ahí estaba y ya nada podía hacer para evitarlo. La despedida fue lo que fue y ella finalmente volvió a lo que parecía ser su realidad, si quería tenerlo con ella y despertar a su lado, tenían que hacer algo.

-Es una locura pero merezco tener algo así...

Se duchó y se metió en la cama, extrañando al hombre con el que habia tenido el mejor sexo del que tuviera recuerdo pero estaba segura que eso era por una sola cosa: también se estaba enamorado de él. Casi se le cerraban los ojos cuando la alertó la luz del PCPU. Lo tomó y comenzó a leer mientras mantenía en el rostro una sonrisa estúpida de la cual se habría burlado si la viera en cara de otra persona. Leyó los mensajes y sintió paz, si, paz, se había terminado su vida monótona y ahora lo tenía a él en su vida para que los días no fueran más de color gris.

-Hola extraño. Me parece una idea genial.
-Hablaremos de esto mañana.

No lo había dicho pero planeaba pagar la inscripción de ambos y cuando ganaran, él podría pagarle a ella si su orgullo no lo dejaba tranquilo.

-Mi cama aún tiene tu aroma, es una pena que no estés aquí.
-Tienes razón, dormir sin ti es inaceptable ;).
-Descansa, te lo mereces.
-Lambert, yo también me estoy enamorando de ti...

Lo envió y al instante dudó pero ya estaba hecho, no había marcha atrás. Le daba igual, quería a ese hombre aunque las cosas no fueran fáciles para ellos. Cerró los ojos, nerviosa pero feliz como hacía mucho tiempo no lo estaba.

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04/10/2016, 13:11
Phillipe Marquand
Sólo para el director

Se pusieron a trabajar. Phillipe trabajó más duro que de costumbre ya que había quedado que iba a intentar salir del trabajo a las 8 de la tarde y ver a Krys. Ya se sabe lo que dicen: tiran más dos tetas que dos carretas.

Cuando terminó, apenas cruzó palabras con los compañeros, en parte por prisa en parte por nervios. Svetlana se lo imaginó y le dio un grito de ánimo, algo así como "pásalo bien, tigre" o similar. No se acordaba bien. No quería llegar muy tarde, sobre todo porque aquel barrio no lo conocía bien. Iba a pasar directamente del trabajo a casa de Krys.

Mientras viajaba en el transporte público se dedicó a ver vídeos de expertos en sokkie por PCPU le dijo a Krys:

-Salgo ya.

-Creo que no llegaré tarde.

-¿Luego quieres que salgamos a cenar o pedimos algo en tu casa?

-Además de Galáctica quiero enseñarte unos pasos muy chulos que he aprendido si te apetece.

-Bueno, y lo que a ti te apetezca.

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04/10/2016, 22:18
Jason Kelly

Jason abrió los ojos como platos y se apartó un poco de Emily. Fingir no haber oído eso sería más fácil, pero también más cruel que lo que le tenía que decir. 

Bueno, bueno, vayamos poco a poco.- respondió precipitadamente. ¿De verdad esa chica se había enamorado de él por una noche de baile y de pasión?- Apenas me conoces, aún no puedes afirmar eso.- explicó con una sonrisa fingida.- Podemos participar en el concurso, pasárnoslo bien juntos, pero... Poco a poco, ¿eh?

Nunca se le había dado bien ser sincero. Había banalizado el tema del sexo, pero el amor era algo demasiado importante. No quería que una chica como Emily se enamorara de él: ni ella se lo merecía, ni él quería encargarse de una joven acabada de salir del instituto. Tanta inocencia acabaría por convertirse en un problema. Ella necesitaba un chico idiota y amable, no un acompañante que se la había tirado por dinero.

¿Hablamos luego?- preguntó para cortar con el tema.

Notas de juego

Jason coge una piedra y se la tira a Cupido. ¿Hago tirada para ver si lo dejo sin alas?

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05/10/2016, 00:55
Cojlay Marcano

        " Mira amigo ... no quiero ponerte en ningún tipo de predicamento con tu mujer, pero me encantaría bailar contigo, divertirnos juntos y quien sabe .. tal vez con el tiempo, tener un romance ... no se si tengamos algo en serio porque no estoy muy de acuerdo con relaciones interraciales .. quien sabe tal vez me convenzas ... pero no quiero que te hagas ilusiones desde ahorita ... ¿eso te parece bien o no?  "  

        Dijo la mujer de manera directa antes de darle un empujón en el pecho y de cerrarle el ojo 

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06/10/2016, 00:41
Jerome Bennet

Lo que dijo le hizo sonreír. Quizá le daba alas, a un nivel muy subconsciente, o quizá le quitaba hierro. Pensaba que quizá, y de hecho era muy posible, pudiera compatibilizar la pasión que ella le brindaba con la comodidad de su relación. Posiblemente se estuviera metiendo en camisa de once varas, pero había mucha gente en aquella misma ciudad, en aquella misma época, que era capaz de llevar esa clase de vida sin ningún tipo de remordimiento. Quizá se comía demasiado la cabeza, si.

Sonrió. Su jovialidad era contagiosa.

-Tienes razón. Además, a lo mejor puedo convencerte de que la carne humana sabe a pollo.

Dicho lo cual le tiró un trozo de la comida encima. Eso dió pie al comienzo de una guerra de alimentos que se expandió por toda la cantina, y que hizo acudir a los vigilantes de seguridad. El supervisor les veía desde lejos con una mano en la frente, negando al más puro estilo "facepalm". No podía decirse que el ambiente en el trabajo fuera malo. No se tomaron medidas, por que mientras el ánimo estuviera alto la productividad iría a la par.

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06/10/2016, 00:50
PCPU

Antes de volver a su turno, recibió una llamada por el PCPU. Era su madre. ¿Que querría ahora, no sabía que estaba trabajando? Sin embargo, se ponía insistente si no le contestaba pronto. Humana o nazzadi, una madre era una madre.

-Niña, ¿Estás en el descanso, no? Perdona que te llame... -sonaba apurada- Pero tu hermano ha recibido un permiso del ejército, y está en la ciudad. Le he dado tu teléfono, pero deberías pasarte ésta noche a cenar a casa. Va a venir, ¿Sabes? Estamos tan orgullosos de él...

Su puñetero hermanito, siempre el orgullo de la familia. Su hermano el piloto de mechas, el gran guerrero. La cultura nazzadi decía que si no eras un guerrero eras... bueno, un ciudadano de segunda fila. Y eso a ella le tocaba la moral. ¿Acaso no contribuía ella al esfuerzo por la victoria? En fin...

-¿Vendrás, no?

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06/10/2016, 01:03
Emily Sawyer

Se quedó un poco chof. Pero tampoco era un no. Era un "vamos a ir despacio". Ella tenía miedo al rechazo, pero tampoco quería pecar de crédula. Después de todo, era una mujer, aunque joven, y como tal tenía en los genes la prudencia ante éste tipo de asuntos.

Sin embargo, por su comentario final sintió que la había "cagado". Que lo había hecho mal, precipitándose al decirlo. Y como buena chica lo que hizo inmediatamente fue quitarle hierro al asunto con una gran sonrisa.

-Si, si, cuando quieras. Además, tenemos que quedar para practicar, ¿Eh? Ya me dices cuando te viene bien.

Él se despidió de un modo un poco frío, y ella se quedó en el sitio. El PCPU le avisó de que estaba programada una lluvia de limpieza en su sector, y se ajustó la chaqueta condicional en modo "chubasquero", poniéndose la capucha. El agua comenzó a caer mientras caminaba de vuelta a su piso, sumido en sus propios pensamientos.

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06/10/2016, 01:09
PCPU

Llegó a la parada del tranvía y esperó. Con la lluvia, a veces se retrasaban un poco aunque generalmente el servicio era rápido. De repente, le llegó una llamada multimedia* de su jefa, la señora Wallace. ¿Asuntos de curro en su día libre? Se vió tentado de no responder, pero sabía que luego ella "se lo cobraba" asignándole a cardos borriqueros con los que luego tenía pesadillas. Finalmente, le dió al botón.

-Jason, buenas tardes. Se que es tu día libre y estarás disfrutando de ponerte al día con tus cosas. Lo siento. Te propongo, sin embargo, un cambio. Si trabajas ésta noche te doy libre otra a tu elección ésta misma semana. Es una ricachona, que ha pedido algo especial. No quería a un puto, si no algo más sutil. Te paso los datos y me dices si te interesa.


Datos:

La jueza Rawlings se ha divorciado recientemente (según la prensa). Nos ha sorprendido su solicitud. Busca a un chico que sepa bailar y complacerla debidamente en asuntos del catre, para presentarse ésta noche en su casa del nivel 3 (dirección adjunta).

Aquí tienes una foto. Se te proporcionaría un pase temporal para entrar en su barrio. Es un sitio muy selecto, siquiera dejan entrar a la mayoría de la gente que vive en el nivel 2. Ha dicho que el dinero que recibirás será a convenir, en función "de lo bien que se lo pase". 700 terranotes mínimo, por convenio. Ha dejado caer que quizá "varios de los grandes", pero que lo discutiría contigo.

Notas de juego

*Una llamada multimedia es un formato en el que además de escuchar la voz de tu interlocutor éste puede mandarte archivos o realizar una videollamada.

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06/10/2016, 01:24
Cojlay Marcano

       " Tranquilo Pavo Real, no vendas tus plumas antes de probar el caldo ... jajajaa!!! "    

       Bromeó Coljay a Jerome después de darle una mordida a la comida y lanzar le a Bennet y otros que participaron en la pelea de comida el resto, después de divertirse un momento se concentró para continuar trabajando hasta que vio el aviso de la llamada de su madre y sin mucho gusto le respondió para escuchar la noticia acerca de su hermano ... le agradaba la idea de verlo, pero le molestaba de sobremanera el trato diferenciado que sus padres y otros Nazzadi hacían entre ellos, solo por ser el ideal de su raza, pensó por un momento decir le que no iria para molestarles .. pero pronto se le ocurrió un mejor plan ...uno con el que podría matar dos pájaros de un tiro ... darle alas a Jerome y molestar a sus padres ... entonces le respondió a su madre:

        " Claro que iré mamá, me dará mucho gusto ver los a ustedes y mi hermano, así como presentar les a un buen amigo con el que trabajo "