Partida Rol por web

 - Las lombrices no son mías, yo sólo las guardo.- respondió Lilith, ofendida de repente - Sin embargo, puedes tener razón...

Echó mano a su mochila y, sacándo la bolsa que le dió la anciana, la abrió, nuevamente sin observar su contenido y la tendió hacia el pájaro, para ver si este reaccionaba...

Parece que solo nos aguarda muerte,  y todos de acuerdo en irnos. Pero en el último momento deciden darle de comer al pajaro, asi que me mantengo en guardia y vigilante mientras terminan de alimentar al animal.

El cuervo se posa en una rama junto a Lilith y mete la cabeza en la bolsa antes de sacar un gordo escarabajo que patea inútilmente antes de ser engullido. Con un graznido, el vuelo reanuda el vuelo hacia el este por el otro lado de la cabaña.

Dejáis atrás la cabaña y los cadáveres y os internáis por una trocha más ancha que tiene rastros de ruedas. La maleza es opresiva y cantan pocos pájaros. A cada paso notáis ojos espiando entre la maleza pero cuando os fijáis no hay nada. Solo vuestra mente. Algún que otro animalejo cruza el camino. De repente, algo os llama la atención, humo... huele... os hace rugir las tripas... huele a carne asada... el olor parece venir desde vuestra izquierda

El cuervo, grazna desde una piedra a la derecha del camino.

Alto, apartémonos del camino. HAsta no descubrir de dónde viene ese olor más vale estar prevenidos.

De nuevo saco mi arco y sigilosamente me intento acercar a dicho olor a través de la maleza.

El ambiente ominoso que nos rodea nos hace sospechar de cada sombra, de cada susurro del viento. Tras un trecho lento y cauteloso, nos sorprende el inquietante olor de carne cocinada. En medio de una plaga de fiebre amarilla, tan sólo puedo imaginar horripilantes orígenes para semejante aroma, que me resulta repugnantemente suculento.

La indicaciones de Artros no pueden parecerme más oportunas. Tras atar a "mula" a un margen de la trocha, le imito empuñando arco y flecha, y cubro su avance a una distancia prudencial, al menos hasta perderle de vista entre la maleza.

No entiendo la necesidad de meter las narices en todos lados, si tenemos provisiones y un pajarraco nos invita a ir al sitio contrario, no se a que viene tanta exploración.

- Tendriamos que irnos, lo que hay allí no es cosa nuestra...

 Lilith se acercó a Kazhur y le posó delicadamente sus manos sobre los hombros, esperando tranquilizarlo.

 - Escucha, Kazhur, amigo... yo tengo que bajar, ¿no querrás dejarme sola allà abajo?.- le hablaba susurrando, en un tono tranquilo y amable - Vamos a hacer una cosa. ¿Por que no bajas tú primero? No, no, escucha... no tienes que escalar o trepar, te bajaremos a peso. Seremos cuatro arriba para hacerlo, podemos contigo. Sólo necesitas apartar la pared de ti con las piernas para no rozarte con ella. Una vez abajo, te desatas de la cuerda y ya bajaremos el resto. Si abajo hay algún peligro, tú eres el mejor para resistir mientras llegamos los demas. Te necesitamos. ¿Como lo ves?

  Esperaba que el orgullo actuase sobre el guerrero, viendo que se reservaba para él un puesto de importáncia en la vanguardia de la misión.

Escuchando y admirando la manera de convencer a aquel hombre, observo y me acerco hasta donde esta Lilith y agrego unas palabras… -Tranquilidad ante todo, mi querido compañero, somos un equipo, y cualquiera que sea nuestra habilidad o pericia es necesaria- asiento mirando a los ojos de la dama y el compañero.

Mi amiga no parecer estar bien de su cabeza ya que dice cosas sin sentido, me imagino que el cansancio y el estres le están apretando y necesita "escapar" de alguna manera, esepremos que esta desorientación sea pasajera...

- Mmmmhhhh - grupo ante las palabras de mi amigo - tendriamos que seguir al cuervo, eso deberiamos hacer... - digo bajo, mas para mi que para mis compañeros.

Artros seguido de Itán y luego del resto se interna en la espesura. Al poco los matorrales se abren un poco y dejan ver una hondonada y una pequeña cuevecilla. Junto a la cuevecilla un hombretón vestido con pieles, está girando un espetón con carne sobre el fuego. Hay un carro de cuatro ruedas lleno de pieles y una mula atada a un árbol. Dos perros grandes se mueven hacia vosotros ladrando. El hombre, levanta la vista del asado.

- ¡Bog! ¡Ipa! ¡Quietos! ¡Callaos!

El hombre sigue la mirada de los perros y parece atisbaros entre las ramas.

- Bienvenidos a mi fuego... amigos... 

 Lilith, confusa por el cambio de planes... ¿no había hablado Itán de una cuerda?... avanzó y se mostró ante el desconocido.

 - Buenas noches, venimos en son de paz. Estamos buscando la manera de vadear el río para internarnos en la espesura.- Lilith miró con nostálgia a los perros, le recordaban a su aldea, de niña - Vos sois, por ventura, ¿un guardabosques o un explorador? ¿Que orientaciones podeis darnos? Tenemos un guía, pero me temo que se ha perdido...

 Sin especificar nada más, la hechicera le lanza una mirada de reprobación al cuervo.

Cuando me dispongo a abrir la boca para decirle al viajero que nos vamos por dónde hemos venido, Llith se adelanta con su bocaza y muestra su encantos para hacer amigos.

Me paso las manos por la cara algo frustrado y la miro sin creer que lo haya hecho.

Vuelvo a mirar al hombre y me cruzo de brazos impaciente por ver qué es lo que nos va a pasar ahora.

Guardabosques... Es un salvaje, o comercia con ellos...

Mientras Artros permanece de brazos cruzados, visiblemente molesto, yo mantengo las distancias, sobre todos con los dos grandes perros, y aguardo a que sea Lilith quien obtenga la información.

Juraría que ese río ya no es un problema, al menos de momento, y que ya estamos bastante internados en la espesura... ¿No debería preguntar por ese maldito musgo, o por cómo sortear a sus guardianes?

A pesar de mis recelos, no expongo lo que pienso y continúo silencioso y apartado, tratando de que no se oiga el sonido de mis tripas rugiendo de hambre...

El hombretón se limpia las manos en los pantalones.

- Acercaros... no muerdo... jejejeje... al menos yo... ¡Bog! ¡Ipa! ¡Al suelo!

Los dos perros se tumban pero se os quedan mirando.

- Podéis acercaros al fuego y compartir la comida... hay suficiente... Y no señora, no soy guardabosques... sólo un pobre trampero y comerciante de pieles que intenta ganarse la vida... Me llamo Wofun... Wofun "el sabueso"... jejejeje

Se vuelve al espetón a darle vueltas.

- Me interno en la espesura, cazo y comercio con las pieles... con los chasind o con los habitantes de Sothmere... llevo meses en la espesura... y regreso al Vado de la Bruja... ¿a dónde queréis llegar? La espesura es peligrosa si no se conoce...

En medio de una gran desconfianza, me acerco sin embargo tras la invitación, y todo lo lejos que puedo de los perros, cojo un trozo de carne asada y lo engullo con presteza, esperando que alguien rompa el hielo.

Una vez entablada la conversación, me animo con un par de preguntas.

- Mi nombre es Itán. Decidme, Wofun, ¿qué podemos encontrar si seguimos en esta dirección? -señalo hacia donde nos está llevando el cuervo.

Tras escuchar su respueseta, continúo.

- Dices que comercias con las tribus Chasind... Pero, ¿no son éstos hostiles con los nativos de Sothmere?

Continúo de brazos cruzados. Atento a la contestación del comerciante de pieles intento suavizar algo mi rostro pero no me huele muy bien. No obstante somos bastantes más en caso de haber una contienda.

Entonces miro alrededor por si fuese una emboscada.

-Mmmmmmmm - gruño por lol bazo mientras me mantengo de pie, nada de lo que hacemos me gusta, nada. Nos desviamos el del camino, tratamos a un viajero solitario como un delincuente, nos comemos su comida por la cara, y ademas le ponemos mala cara, tendriamso que irnos, eso deberiamos hacer.

 Lilith se sentó al lado de Itán, intentando poner buena cara a Kazhur, ya que sabía que no aprobava todo aquello. Sin embargo era el primer humano vivo que encontraban en dos días. La ocasión merecía una pausa.

 - Exacto. ¿Qué hay en esa dirección?.- insistió en la pregunta de Itán.

 Entretanto, observó detenidamente al cuervo. ¿Se mostraba impaciente? ¿Confiado y tranquilo? ¿Se había marchado sin nosotros?