ESCENA 3: EN LA ESPESURA
Según deja Lilith el saco en el suelo, el Cuervo da un graznido y según la maga se aleja, él se acerca a saltitos hasta llegar junto al saco. Lo manipula hábilmente con el pico hasta extraer lo que parece un gordo escarabajo que mueve las patas en el aire de forma lastimera. Lo golpea contra una piedra y lo engulle. Repite con un nuevo escarabajo antes de graznar y volar hasta una roca que está a un centenar de pasos más allá de vosotros y siempre en dirección a la espesura.
El sol debe estar alto aún aunque las oscuras nubes lo tapan. Sin embargo, por suerte, aún no han descargado más que débiles gotas furtivas.
Os ponéis en marcha tras el cuervo. Tras una hora de marcha, os dais cuenta que os acercáis al borde un acantilado que permite ver la espesura a vuestros pies. De repente, reparáis en un cuerpo tendido cerca del borde del precipicio. Por su aspecto dirías que está muerto aunque os separan casi cincuenta pasos de él.
- Mirad, chicos, ¿que es aquello? - Lilith pensaba que debían investigar el cuerpo, en especial si no estaba muerto aún, por lo que necesitaría de su ayuda y quizá pudiera brindarles algún tipo de información. Sin embargo, ella sería más útil a cierta distáncia, dónde, en caso de ser una trampa, podría proteger a los suyos con sus conjuros y no en primera fila dónde podía resultar herida o muerta con facilidad. En realidad, aquello parecía más trabajo para los exploradores que habían traído consigo, más si se tenía en cuenta que ellos ya estaban infectados y sus vidas podían, lamentablemente, terminar de forma abrupta en cualquier momento.
Morrowir: sí, vale, ya sabía lo de los engendros, quería decir algo más y sobre todo, algo más concreto. Como si alguien tenía una habilidad de forrajear o de supervivencia, que tampoco iría mal.
Morrowir observó como el cuervo engulló un par de escarabajos de la bolsa antes de alzar de nuevo el vuelo, era extraño pero sintió cierta empatía con el cuervo en ese momento, el guerrero vivía con la idea de sobrevivir a toda costa, y aunque para el ave aquellos insectos serían un manjar, Morrowir se veía capaz de engullirlos si tuviera la necesidad.
Tras avanzar un poco junto al grupo, divisaron un cuerpo cerca de un acantilado, normalmente se hubiera acercado a mirar sin ningún tipo de preocupación, pero en esas circunstancias tan solo acertó a desenvainar su espada y su escudo y esperar a que alguien se acercara para acompañarlo.
Al ver el cuerpo tirado en el suelo no me fío. Mi instinto me llama a la precaución.
SAco una flecha y tenso el arco.
¿Quién va?- le digo.
Recorro la mitad de la distancia que hay para ver mejor con la intención de disparar si veo algo raro.
Miráis en torno vuestro. Nada parece amenazador y hasta algún pajarillo canta en un árbol. El cuervo grazna de nuevo instando a que os mováis. Finalmente, es el enano el que se decide. Saca su arma y con precaución avanza hacia el caído cuerpo. Itán, se mantiene junto a Lilith con el arco preparado.
Morrowir, sigue al enano abriéndose según se acercan al cuerpo. Artros, se mueve al otro lado mirando a todos los lados con el arco dispuesto.
Nada ocurre y todo sigue tranquilo según Kazurh y Morrowir se acercan. Finalmente, están a apenas diez pasos del cuerpo caído. Le reconocen inmediatamente. Es el extraño tipo de la máscara que os acompañó la primera parte del viaje hasta desaparecer poco antes de llegar al pueblo. Parece muerto. Tiene varios cortes horribles en el torso y no se mueve en absoluto. Aún mantiene apretada en su mano, lo que parecen los restos de una espada corta rota y a su alrededor hay desperdigados un arco largo y un carcaj vacío. No veis ninguna flecha cerca.
Finalmente, os acercáis hasta estar a un par de metros del caído. La máscara mira al cielo. Notáis el penetrante olor de la muerte y el apenas perceptible olor de la Rabia Amarilla. Si os fijáis, la sangre seca sobre su torso tiene un cierto tono amarillento. Da la impresión de que lleva muerto más de un día.Morrowir y Kazurh son los más avanzados mientras Artros se mantiene a unos metros y Lilith e Itán forman la retaguardia.
- Está muerto... - dice Kazurh - Seguramente huía cuando se encontró con los chasind infectados.
Se agacha y con un poco de aprensión le quita la máscara.
Lilith no puede contener un gritillo y los demás contienen la respiración. La cara del tipo está desencajada. Una gran cicatriz le cruza el rostro (seguramente de ello la máscara). Sus ojos blanquecinos miran el cielo. Están teñidos de amarillo y parece que han sangrado abundantemente. Pero es su boca abierta en una mueca de indescriptible agonía lo que os sobrecoge. La sangre ha manado abundantemente de su boca manchando más su torso. Seguramente, y por lo que sabéis, el tipo murió infectado de la Rabia...
Kazurh se incorpora meneando la cabeza.
- Nadie debería morir de esta forma tan horrible...
Morrowir se tapó la boca ante la visión del cadáver, si bien era un duro y experimentado guerrero, la visión de tal atrocidad le causó náuseas. Maldita sea, debería poder disfrutar de un entierro digno, al menos para apaciguar su alma, pero no tenemos tiempo, y tampoco sería prudente, lo mejor será que lo registremos y sigamos nuestro camino.
El caido nos deja a todos algo rotos, la rabia debió de llevarselo, pero hasta quue punto... ante la duda mejor cerrar el asunto.
Cojo mi hacha mas grande y de un hachazo le corto la cabeza.
- No sabemos muy bien que hace esa enfermedad, pero no quiero tener a esto detras nuestra. Y mas si no sabemos como murió realmente... ya puedes registrarlo.
Lilith se aparta del grupo, sin darse mucha cuenta de lo que hace, toma de la mano a Itán y se lo lleva con ella. Siente un gran vacío en el estómago y un sabor metálico en la boca, pero a pesar de las evidencias, finalmente no esparce el desayuno entre la hierba. En vez de eso, se sienta en la hierba junto a Itán, de espaldas al registro y las mutilaciones, y comienza a sollozar suavemente.
"En el fondo, lo sabía" piensa "eso es lo peor: que en el fondo lo sabía. Había notado la ausencia del tipo de la máscara, pero como me había asustado un poco y no me caía muy bien, ahora está muerto. Si hubiera superado mi temor inicial y hubiera exigido a Kazhur buscarlo, quizá estuviera aún vivo.... y este pobre infeliz y el arquero pueden acabar igual... tenemos que encontrar el máldito musgo, tenemos que encontrarlo...."
En otro orden de cosas, seguimos al cuervo o que?
Con precaución, aunque sin saber muy bien lo que hago, apunto con el arco al cadáver, al lado de Lilith. Finalmente, se desvela la identidad del fallecido.
Así que eras tú... ¿Por qué huiste? ¿Qué buscabas en la espesura? ¿Qué protección o misterio, que no encontraste tras las murallas de Sothmere? Yargor... ¿Terminó explotándote el corazón, como decía esa... Fiala?
Bajo el arco y lo cuelgo al hombro, tras guardar mi flecha. Cuando me dispongo a registrar el cadáver, tal y como propone Morrowir, Kazurh decide cortarle la cabeza por "precaución".
Jooood*r, es verdad que no eres un enano, eres un animal... Al menos no le has cortado las dos piernas para que su cadáver no nos "persiga"... ¿Nos hará lo mismo a nosotros, si nos ve flaquear?
Con inquietud, palpo el regalo de Stoyanka, para asegurarme de que aún lo llevo conmigo. Es entonces cuadndo Lilith me coge de la mano, y se aleja de la escena conmigo a su lado.
¿Uh?
En silencio, la acompaño y la observo contener las náuseas.
Me siento a su lado...
¿Eh? ¿Está llorando?
Algo en mi interior, me dice que este es el momento para establecer una relación física... Pocas veces en mi vida me lo han puesto tan fácil. Pero algo aún más fuerte me dice que no es el momento.
Qué extraño... ¿Tanto me ha cambiado esta Rabia Amarilla?
Con delicadeza, le paso la mano alrededor de los hombros y la atraigo ligeramente hacia mí, aunque no intento nada más, y dejo que solloce sin perturbar sus pensamientos, mientras mantengo la mirada perdida, sumido en los míos.
Se me ha dado una segunda oportunidad... Otra más. NO puedo defraudar a Stoyanka... No le fallaré. Además, si lo consigo, quizá pueda empezar de nuevo. Quizá... Lejos de estas tierras malditas... ¿Vendría Lilith conmigo? ¿Le gustaría el estilo de vida que podría darle?
Con un gesto amargo, sonrío levemente.
Motivo: Rastrear la zona
Tirada: 3d6
Resultado: 3, 6, 6
Yo creo que sí... Aunque antes de abandonar el sitio, propongo rastrear la zona para intentar deducir lo que le ocurrió a Yargor: número de atacantes, rastro por donde se fueron, etc.
Máster, te dejo una tirada de rastrear por si hace falta, y voy a intentar subir el nivel a lo largo de esta tarde...
Cuando alcanzo a ver de quién es el cadáver, un peso se quita de mi alma. Mejor él que otro- y me encojo de hombros.
Al ver cómo el enano coge su hacha y hace lo propio asiento satisfecho. Camarada pareces haberte adelantado a mis pensamientos.
Al ver la sensibilidad que muestra Llith, la incomodidad me invade y decido darle la espalda.
Maldita mujer, ¿tenía ella que acompañarnos?, esto no es nada para lo que nos espera y ya parece que se va a consumir de la impresión. Como siga así no nos servirá de nada, como todas ellas, que no sirven a fin de cuenta, s para nada.
De repente se cruza una imágen fugaz en mi mente de Fiala y su impresionante puntería. Sacudo la cabeza y arrugo el entrecejo sorprendido, sin entender muy bien a qué a venido esto.
Luego veo cómo Itán abraza a Lilith y mi indignación sube más. Ya lo tiene el en bote con su maldita fragilidad ¿cómo podría prevenirlo?
Morrowir empieza a registrar al caído. Tampoco es que lleve mucho encima. Una ajada armadura de cuero duro, ahora con dañada con cortes y manchada de sangre amarillenta, los restos de la espada corta, el carcaj y el arco largo, una piedra de afilar, unas raciones de comida, una bolsa con cosas de aseo y 24 piezas de plata, envueltas delicadamente en un pañuelo blanco...
El cuervo, posado sobre una piedra, vuelve a graznar y echa a volar hacia el precipicio. Lo perdéis de vista.
Itán
Spoiler (marca el texto para leerlo):
Como ya he dicho, debido a la subida de nivel, todos partís con PV a tope... excepto los que aún no han subido de nivel...
Morrowir cogió las monedas de plata y las guardó en su bolsa, no era muy ético robarle a un cadáver, pero él ya no lo necesitaba, y si sobrevivían a aquella aventura les podrían ir bien. Será mejor que sigamos.
Me apunto las monedas.
Venga vámonos que el pajarraco se marcha sin nosotros, aquí ya no tenemos nada que hacer.
Hecho una ultima mirada al caido y continuo avanzando con los demas, deseando aun con mas fuerza llegar cuanto antes y terminar nuestro cometido.
Tras echar una última mirada al cadáver, os ponéis en marcha y como si eso fuese una señal, una cortina de lluvia se desploma sobre vosotros. Las nubes jarrean agua con fuerza. Tras apenas un centenar de pasos, alcanzáis el borde del precipicio. El río Sudrand se vislumbra allí abajo entrevelado por la lluvia. Una cuesta bastante empinada y formada por rocas sueltas, piedras y arena, se desliza hasta la rivera del río. A vuestra derecha, la cuesta se convierte en acantilado y a vuestra izquierda la vista se pierde en un recodo pero parece similar a lo que tenéis delante. Lejos, entre la bruma y la lluvia distinguís las casas de El Vado de la Bruja y su inestimable ferry que cruza el río Sudrand que baja crecido por las recientes lluvias. Por lo poco que habéis oído en Sothmere, El Vado de la Bruja es un pequeño reducto de cazadores y comerciantes, y la última población antes de entrar en la Espesura.
El cuervo, grazna posado en un roca a media ladera hacia el río.
Un impresionante relámpago seguido de un potente trueno, desgarra el cielo.
El guerrero siguió al grupo malhumorado, empezaba a cansarle viajar bajo constantes lluvias, desde luego los cielos parecían llorar la muerte del rey, y menudos lloros, casi prefería haber caído en combate, sin embargo guardó sus quejas para si mismo y continuó andando hasta que llegaron a una empinada cuesta de aspecto resbaladizo. ¿Alguien tiene una cuerda? Será peligroso bajar por ahí.
Tras el rastreo del terreno, decido dejar lo descubierto para mí mismo.
Estos compañeros míos son muy belicosos... Son capaces de querer ir hacia el bosque para vengar a Yargor de quien quiera que le infectase... Mejor seguimos al plumífero.
Andando al lado de Lilith, nos sorprende la lluvia y me arrebujo en mi capa mientras aprieto el paso.
Finalmente, llegamos al precipicio, y a Morrowir se le ocurre intentar bajar la pendiente con la ayuda de una cuerda. Inmediatamente, pienso que sería mejor dar la vuelta y volver a los árboles, para descansar allí protegidos por su follaje, pero entonces recuerdo que lo que sea que atacase a Yargor sigue oculto allí, y podría también atacarnos a nosotros.
- Yo tengo una cuerda -digo entonces, contestando al guerrero y rematando el hilo de mis pensamientos. Finalmente, saco los veinte metros de cuerda con un gancho al final, la fijo al comienzo de la pendiente y me ofrezco a bajar el primero, pidiendo a mis compañeros de viaje que sujeten su extremo mientras desciendo.
Ah... Siempre es un buen momento para demostrar al grupo que puedo ser útil... Sobre todo en situaciones poco peligrosas como esta.
Avanzamos con andar pesado, y no es sino un trueno lo que hace que se me encoja el corazón del susto y heche el brazo atras para coger mi escudo, por suerte nadie parece advertirlo y mi verguenza permanece oculta en la lluvia mientras vuelvo a poner mi brazo en sus sitio con sutileza.
Pero un nuevo terror no tarda en atenazarme, y esta vez es real.
- YO NO PIENSO BAJAR POR ESA CUERDA. No aguantaria mi peso de seguro, ni en broma, buscaré otro camino.
Vamos Kazurh, un guerrero como tú no debería temer a las caídas, si la cuerda se partiera apostaría a que saldría peor parado el fondo del barranco que tú, si quieres puedo bajar yo primero y así si te caes amortiguaré tu caída.
Eh eh eh , antes de despeñarnos, ¿no le apetece a nadie tomar un último trago?
Miro con añoranza el Vado y giro la cabeza para ver como mi compañero baja con la esperanza de que de marcha atrás.
Yo no veo claro que el cuervo quiera que bajemos por ahí, ¿alguien maás?