Partida Rol por web

Sin mudar de expresión y sin parar el lento caminar que empleo, pero variando el tono (añado 3 grados más de humanidad :D) y mirándola de reojo ¿Estás segura? Si aún no te has recuperado de la 'carrerita' podemos parar un poco... no hemos llegado muy lejos todavía.

La respiración comienza a normalizarse. El corazón retoma su ritmo habitual.
"Estoy seguro. Pero y los demas?"
Empiezo a sacudir los trozos del gran comedor de mi ropa. "Pero y los demas?"
El lugar era un tanto mas oscuro que en el comedor, asi que cuando mi vision comienza a adaptarse a esta luz, entro a reconocer los rostos de mis nuevos compañeros.
"Pero, y los demas?"
Ninguno de mis amigos se encuentra alli conmigo.
"Espero que esten bien."
Escucho el corto dialogo sobre el curso a seguir, y solo asiento con la cabeza.
Comienzo a caminar siguiendo al grupo

Natalia caminaba junto a Pablo. Sus pasos parecían tan seguros que nadie diría que en realidad estaba un poco asustada. No se lo pensaría dos veces para lanzar un hechizo..pero no saber a lo que podían enfrentarse definitivamente le daba miedo. Aunque siempre lo negaría.

Una vez todos recuperados de la tensión en la carrera, Pablo estaba completamente tranquilo, sin entender muy bien a qué se debia esa inseguridad que alguno de los rostros que le rodeaban parecían mostrar. ¿Qué esperan encontrar en un lugar así que no sea la salida de vuelta al castillo...?

El chico continuó caminando con el resto, en silencio y junto a Natalia.

Los alumnos empiezan a caminar por el pasillo...

Pero de repente... un fuerte viento levanta vestidos, despeina peinados y... apaga las antorchas. Ahora... la oscuridad es la acompañante. Se escucha un extraño ruido que proviene del fondo... ¿pasos? ¿una respiración?

Maite niega con la cabeza, respirando ya con total naturalidad, tras las palabras de Emilio, enarcando una ceja y preguntando en un tono que indica claramente que quiere picarlo.

¿Preocupado por mí?

Pero entonces el viento aparece de la nada, llevándose la poca luz que hay con él. La morena frena en seco, adoptando una postura defensiva y escrutando la oscuridad que los rodea, sacando su varita de uno de los botines.

Iba a responder a Maite cuando una rafaga de viento nos deja a oscuras. Inmediatamente tras esto se empiezan a oir ruidos al fondo del pasillo, ruidos que no soy capaz de distinguir. Haciendo un movimiento rápido y seco con el brazo derecho, me saco de la manga de dicho brazo la varita mientras intento agudizar la vista entre las tinieblas que nos rodean Bien, parece que se acabó este breve lapsus de tranquilidad...

Me cubro la cara cuando el viento se levanta tapandome un poco detras de Isaac. Varios de mis compañeros ya están con la varita ya dispuesta yo trato de quedarme en un segundo plano con la mano agarrando la varita pero sin llegar a sacarla de su funda ya que realmente poco podría hacer con ella en una situación como esta.

Me quedo en silencio oyendo el extraño ruido de fondo ¿quien más hay en este extraño tunel?

Al principio no se podía asegurar de donde provenían los ruidos, ahora se puede decir que vienen desde atrás... una respiración entrecortada... unos pasos y algo que se va deslizando. Cada vez más fuerte.

Cuando las antorchas se apagan, me paro de golpe, sobresaltado. -Esto no me gusta nada... digo en un tono de voz bajito.

Agudizo mis sentidos y oigo que viene de detrás. Un escalofrío me recorre la espalda. Me giro rápidamente y saco mi varita de mi bolsillo. -Que os parece salir corriendo? Digo en el mismo tono de voz que antes.

Mi mano empieza a temblar ligeramente, ya que la oscuridad me está poniendo nervioso.

Sí... creo que será lo mejor: salir por patas.

Responde Isaac a Jordi... sacando la varita del bolsillo, la otra mano cogía con fuerza la de Sara, y la miró preguntándole con la mirada si estaba preparada para echarse a correr.

Natalia se pone en posición defensiva cuando todo se queda a oscuras y poco a poco da pasos hacia atrás cuando empieza a oír ruidos extraños del final. Oía a sus compañeros decir que tenían que huír, y aunque no le gustaba nada la idea, reconocía que era lo más sensato. Chasquea la lengua por el fastidio y la impotencia.

Pablo sacó del bolsillo interior de su túnica la varita con una mano. Con la otra tomó a ciegas la mano de Natalia como ya hizo cuando escaparon de aquel bicho por los pasillos y se preparó a correr.

¿Corremos?

Todos nos quedamos petrificados en un primer instante al oir los pasos detras nuestra, ¿seran los animales, otros estudiantes perdidos? lo que es yo no quiero comprobarlo. Se empiezan a escuchar las primeras voces de salir corriendo, Isaac me mira interrogativo asiento y empiezo a correr.

Vamos a que estais esperando... aunque nada más empezar a correr me empiezo a dar cuenta de la dificultad entraña correr en la oscuridad solo esperaba no tropezar con nada.

Algunos quieren correr, algunos simplemente preguntan si alguien tiene lumos o algo parecido... pero la respuesta es negativa. Sin embargo, nada más preguntarlo Pablo... una llama roja aparece enfrente de todos. Primero, la miráis algo atónitos... pues ha salido de la nada. Lo que os hace girar bruscamente es una extraña melodía que proviene de detrás... enfrente de vosotros, hay una mujer... que canta.

Un sonido acalla por momentos mis pensamientos. Giro rápidamente y casi me golpeo contra la pared.
"La melodía sale de esa mujer. Que bellos....cantos."
 

Natalia se siente más segura cuando siente la mano de Pablo, y aunque están a oscuras mira en su dirección. Pero no mantiene mucho ahí la mirada, ya que la chica que canta no tarda en aparecer.

La mira sí, pero ni mucho menos se deja embelesar ni por su belleza ni por su canto. Es consciente de todos sus actos.

¿Quién eres y qué haces aquí? Se atreve a preguntarle, mirándola a los ojos con decisión, aunque aprieta un poco más la mano de Pablo. Suponía que aún estaban en el colegio y allí, en teoría, no podían entrar los seres peligrosos. Su varita la tiene bien cogida y preparada, por si acaso.

Voy a echar a correr cuando escucho un extraño canto que me hace detenerme, me vuelvo para ver de donde proviene tan dulce melodía mientras alguna compañera empieza ha hacerle preguntas.

Abrió los ojos, blancos totalmente, como si no tuviera iris ni pupila... y esboza una preciosa y temible a la vez, sonrisa... mirando y sonriendo a Natalia.

¿Acaso esto importa? ¿Por qué no me dices primero quién eres tú...? - preguntó en una tierna y seductora voz, alisando el pelo de la calavera que llevaba en la mano, con los dedos de la otra mano.